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El conde de Fernán Núñez, que tanto me ilustra con su inapreciable Compendio, montaba la guardia en el palacio del Buen Retiro el día de la llegada de los Reyes, corno alférez de una de las compañías de Guardias españolas. Hace mención de esta circunstancia en la Introducción y en el cap. 1.º de la parte II, y da pormenores de lo acontecido en aquel momento.-Tráelos igualmente el manuscrito del Sr. Fernández Guerra, donde hasta se especifican los regalos que la Reina Madre hizo a sus hijos y nietos.-De lo referente a la manera respetuosa de presentarla Carlos III su prole, habló el embajador napolitano, príncipe de Yaci, en carta respondida por Tanucci el 1.º de enero de 1760.
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Cartas de Tanucci
a Yaci de 1.º y 22 de enero, y de 18 y 25 de marzo de 1760.
En la primera de ellas dice entre otras cosas: «Conozco bien
al nuevo secretario de Hacienda; es fácil y pródigo
del dinero del Monarca; lo dará, como hizo aquí,
a todos los amigos y poderosos, e incitará también
a que pidan aquellos con quienes anhele estar bien quisto;
pero compadezco a Wall, que sufrirá malamente las
supercherías y usurpaciones de tales incumbencias.
Yo he sido con él ministro y jamás quise tratarle,
aun cuando procuraba captarse mi simpatía por medio
de amigos.»
-Fue nombrado el marqués de Esquilache
ministro el 17 de diciembre de 1759.
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COXE, España, etc., t. IV, cap. 51, trae particularidades de Wall, que llegaron a su noticia por conducto de persona a quien él mismo las había contado.-Sinceramente confesaba que los oficiales mayores de sus secretarías le despachaban los negocios.-Tanucci le felicitó por una Memoria presentada al rey de Portugal en nombre del de España, y contestóle con ingenuidad que la había redactado D. Agustín del Llano, a lo cual repuso aquel ingeniosamente, en carta de 31 de marzo de 1761, que en el tal documento se reflejaba el espíritu de Carlos III, trasmitido por Wall al oficial mayor de Estado; y así a los dos tocaba parte del mérito que le había inspirado los elogios, a la manera que se celebraba a cada uno de los veinte y dos poetas italianos que habían traducido con perfección suma La Eneida, siendo la gloria principal de Virgilio.
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«Campovillar
es un colegial lleno de la sarna de los pretes, es decir,
lleno de las opiniones güelfas, promovidas y solicitadas
por esa corte.»
Tanucci a Centomani 24 de setiembre de 1763.-La
anécdota referente a Muñiz Roda me la contó
mi inolvidable amigo D. Jacobo de Parga.
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«Lo
que no me gusta es la amistad de Arriaga con los jesuitas,
pues no son gentes con quienes pueda tener amistad el ministro
de un soberano.»
Tanucci a Yaci: 1.º de marzo de 1760.-Bristol
en 1761 y Rochfort en 1764 hablaban en igual sentido de Arriaga.-Véase
COXE, España, etc., t. IV, caps. 49 y 52.
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«Creo
dificilísimo que haya mudanza en el ministerio; no
se inclina el Rey a ello, y sufre por no realizarlo cuanto
cabe en la naturaleza humana. Para inducirle a dar un paso
de esta especie se necesita una gran fuerza. Lo que ha sucedido
con Valparaíso estará muy fijo en la memoria
del Rey, y. no querrá otro acontecimiento semejante
en el buen Arriaga»
. Tanucci a Yaci: 9 de setiembre de 1760.-Aludía
al fallecimiento del conde de Valparaíso, acaecido
al mes y medio de ser apartado del ministerio, el 4 de febrero
de 1760, y antes de salir para la embajada de Polonia que
le fue confiada. Repetidos ejemplares se irán viendo
de la repugnancia de Carlos III a remover a los funcionarios
públicos de sus destinos.
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«Sé
además que el Rey es reservado, y que el mismo Losada
ignora muchas cosas.»
Tanucci a Yaci: 16 de setiembre de
1760.-Esta misma aseveración indica la gran confianza
que merecía al Soberano.-Lo propio se descubre en
cartas del marqués de Tanucci al duque de Losada,
que tendré ocasión de citar más adelante,
y en las cuales escribe con libertad suma sus opiniones sobre
determinadas cosas, y sin más designio que el de que
las sepa D. Carlos, aspirando a que le hagan doble fuerza
por emanar de aquel a quien escribía como amigo, y
por trasmitírselas este a quien trataba del mismo
modo.-FERNÁN NÚÑEZ, Compendio, parte
I, caps. 1.º y 2.º, y MURIEL, cap. I adicional del tomo VI
de España, etc., testifican igualmente el gran favor
del duque de Losada.
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Habiéndole
conocido en Nápoles, dice del Padre Eleta el marqués
de Tanucci: «Desconoce absolutamente la historia, la crítica
eclesiástica, la doctrina de los Santos Padres; tales
son las cualidades negativas del confesor de tan gran Monarca.
Por esto, ya afirma, ya niega; ya aprueba, ya rechaza; ya
aplaude, ya censura.»
A Centomani: 19 de noviembre de 1763.-LOPERRÁEZ
Y CORVALÁN, Descripción histórica del
obispado de Osma, t. I, trae muchas noticias de la vida de
Fray Joaquín Eleta.-No confesó a Carlos III
hasta el día 8 de diciembre de 1760, pudiendo hacerlo
antes el Padre Bolaños a pesar de lo anciano y lo
enfermo.
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Parejas soñadas en la noche del 10 de enero de 1765 y escritas a un amigo de Sevilla, se titula una sátira no falta de ingenio, pues figurando el que la compuso que los que habían de correr parejas en la plaza Mayor, para solemnizar el casamiento del príncipe de Asturias, eran los ministros y otros personajes de la corte, delinea con bastante habilidad sus retratos. A este fin supone que se presenta cada uno llevando en el brazo un tarjetón con un título de comedia y una seguidilla. Sólo con citar el título de comedia que finge ostentar cada uno de los personajes que he mencionado se puede conocer hasta qué punto coinciden sus rasgos más característicos y los que ya quedan trazados. Enumerados por su orden Esquilache, Campovillar, Arriaga, Losada, Eleta, les corresponden estos títulos de comedias: El Rico avariento, El falso Nuncio de Portugal, El Ermitaño galán, La Dama duende, El Hechizado por fuerza. A Wall habían sucedido Grimaldi en Estado, Esquilache en Guerra, y por esto no hace aquí figura. Resta advertir que el autor de la sátira supuso a cada personaje el vestido más apropiado al carácter que le atribuía. A Esquilache el de lobo, con un bolsillo en la mano; a Campovillar el de pontifical; a Arriaga el de donado; a Losada el de amazona; a Eleta con su hábito de gilito, no sin insinuar en la seguidilla que deseaba mudarlo por otro, el de obispo.
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Todas las noticias que se tienen de Farinelli están uniformes en asegurar que nunca se quiso entremeter en cosas de Estado; que no olvidó su origen en lo más alto de su fortuna, y que en su destierro conservó siempre grata memoria de los españoles.