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Friedrich Hebbel (1813-1863), poeta y dramaturgo alemán, conocido por dramas como Judith (1840), Genoveva y el Anillo de Gyges o la sortija de Gyges (1856) así como su conocida Trilogía Los Nibelungos (1861) en la que se inspiraría Richard Wagner. Señala von Baltasar (Teodramática, Madrid: Ediciones Encuentro, 1992) que en ambos el cristianismo se sobrepone al paganismo mítico-germánico. (N. del E.)

 

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François de Malherbe (1555-1628), poeta y crítico francés, su acceso a las letras estuvo en relación con su proximidad a la corte como poeta oficial de Enrique IV y Luis XIII, redacta poemas de circunstancias como el que se recoge aquí, «Consolation a M. du Perier sur la morte de sa fille» (1599), en Poesies, citado también por Balzac en Clotilde de Lusignan o La bella judía (1822), firmada con el seudónimo, Lord R'Hoone. (Anthologie de la poesie française, avec un preface, André Gide ed. Paris: Gallimard, 1949, p. 199). El poema ya había sido citado por Gutiérrez Nájera en varios artículos. (Traducción: «La muerte tiene rigores a nada iguales/ Es bueno rogarla/ pero es tan cruel que se tapa los oídos/ y nos deja gritar»). (N. del E.)

 

13

Parece haber cierta confusión, ya que el norteamericano William James (1842-1910), no es el traductor sino el autor de la Filosofía de la experiencia y de otras obras como: Principios de psicología (1890) y Las varias formas de la experiencia religiosa (1902). (Traducción: «Estamos sumergidos en un invisible medio espiritual, de donde una ayuda nos viene; es nuestra alma que se hace misteriosamente una con un alma más grande y somos sus Instrumentos»). (N. del E.)

 

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Publicado por Renacimiento en 1914. (N. del E.)

 

15

Verlaine, en Sagesse, XIX, hablaba del «Circo de las civilizaciones»: «La voz ajena»: «lejanías en la niebla. Esponsales que van y viene. Rigores -y todo el circo de las civilizaciones- al son del trote menudo del violín de bodas/. Cóleras, negros suspiros, pesares, tentaciones/, que sin embargo nos ha sido preciso escuchar/, para el ensordecimiento de honestos silencios,/ cóleras, negros suspiros, pesares, tentaciones./ Ah, las voces, morid pues, ya que estáis moribundas!/ sentencias, palabras en vano, metáforas mal hechas!». (Poesía Completa, Ed. bilingüe, tomo I, Madrid: Ediciones 29, 1981, p. 261). (N. del E.)

 

16

De flanêr, callejear. El flaneur es un personaje típico de París; un paseante que curiosea y es capaz de encontrar la novedad en lo cotidiano. Una actitud característica de los personajes del Modernismo. (N. del E.)

 

17

Figura pequeña de adorno (DRAE). (N. del E.)

 

18

Bacon de Verulam, Sir Francis Bacon (1561-1626) famoso filósofo ingles. La cita no le corresponde a él sino a Joseph Glanville (1636-1680) y efectivamente fue introducida por Edgar Allan Poe como epígrafe de Ligeia: «Allí dentro reside la voluntad que no muere. ¿Quién conoce los misterios de la voluntad en todo su vigor? Dios no es sino una gran voluntad que llena todas las cosas con el carácter de sus designios. El hombre no se rinde a los ángeles ni totalmente a la muerte, a no ser por la fragilidad de su débil voluntad». Un cuento que guarda singular relación con el texto de Nervo: «sólo por esta dulce palabra, Ligeia, acude a los ojos de mi fantasía la imagen de aquella que ya no existe [...] sería vano intentar la descripción de su majestad, la tranquila soltura de su porte o la inconcebible ligereza y elasticidad de su paso. Entraba y salía como una sombra. Nunca advertía yo su aparición en mi cerrado gabinete de trabajo de no ser por la amada música de su voz dulce, profunda, cuando posaba su mano marmórea sobre mi hombro. Ninguna mujer igualó la belleza de su rostro [...] Sólo diré que en el abandono más que femenino de Ligeia al amor, ay, inmerecido, otorgado sin ser yo digno, reconocí el principio de su ansioso, de su ardiente deseo de vida, esa vida que huía ahora tan velozmente. Soy incapaz de describir, no tengo palabras para expresar esa ansia salvaje, esa anhelante vehemencia de vivir, sólo vivir». (Morella, Madrid: Edaf, 1972, p. 69). (N. del E.)

 

19

En francés: «sí mi pequeño, sí». Mignon es un apelativo cariñoso equivalente a lindo, querido, etc. (N. del E.)

 

20

Se refiere a «Ligeia», relato citado anteriormente, donde se percibe la atracción y al tiempo el horror de lo humano resucitado. (N. del E.)