Jornada tercera
|
|
(Sale COSME, solo.)
|
COSME | ¡Que haya renegado Antonio
| | de Cristo y su ley sagrada! | | El alma tengo turbada. | |
¡Oh, cuánto sabe el demonio! | | Como es viejo, sabe
tanto, | | De sus embustes reniego. | | ¡Que le haya ganado el
juego | | a un hombre tan docto y santo! | | Cómo no hay
que hacer caudal, | | como San Pablo refiere, | | mientras un
hombre viviere | | en esta carne mortal. | | Bravamente le reñí
| | y encolericéme tanto, | | que de los moros me espanto
| | cómo con vida salí. | | Pero sienten dar la
muerte | | estos perros a un cautivo | | y por su avaricia vivo.
| |
|
|
|
(Sale LUCIFER en hábito de cautivo.)
|
LUCIFER | (Muy
bien vengo de esta suerte. | | Hoy con aquesta invención
| | probar quiero en la conquista, | | pues ya vencí al
canonista | | si venzo a este motilón. | | Temo que sus
persuasiones | | a Antonio me han de volver. | | Suelen echarme
a perder | | estos frailes motilones; | | que, como no son letrados,
| | lo que una vez aperciben | | no hay pensar que los derriben,
| | creen bien a ojos cerrados.) | | ¿Fray Cosme? |
|
|
|
LUCIFER | Un cautivo miserable, | | si le permite
que hable | | su mala suerte y estado. | |
|
|
COSME | La suerte no
es sino buena, | | que, al fin, es orden de Dios. | | Cautivo
estoy como vos, | | también padezco esa pena, | | y algo
más. |
|
|
|
COSME | Sí,
| | y algo más paso que vos. | |
|
|
LUCIFER | ¿Más que
yo? ¡Pluguiera a Dios! | | ¡No puede ser! |
|
|
|
LUCIFER | Porque este mi cautiverio | | es eterno.
|
|
|
|
LUCIFER | Ese porqué yo lo sé;
| | no carece de misterio. | | Es el calor que hay en mí
| | tan grande, que no hay rescate | | cuando de aqueso se trate
| | que pueda igualarme. |
|
|
COSME | ¿Sí?
| | ¿Qué hombre tan calificado | | sois? |
|
|
LUCIFER | Y
mi palabra empeño | | que de un imperio soy dueño,
| | de donde fui desterrado. | | Y pues no se ha de acabar | |
vida con tanto rigor, | | pienso que será mejor, | | Cosme
amigo, renegar. | |
|
|
|
LUCIFER | Renegar
del bautismo, | | trocando azotes y palos | | en contentos y
regalos. | |
|
|
COSME | Emperador del abismo | | me parecéis.
|
|
|
LUCIFER | Testimonio
| | nos dan de aquesta verdad | | Antonio y su santidad. | |
|
|
COSME |
(Sin duda éste es el demonio, | | que, como a Antonio
ha engañado, | | a mí procura engañarme.
| | Pues él viene a trasquilarme | | y ha de volver trasquilado.
| | ¡Ah si le pudiese echar | | el rosario al cuello!) |
|
|
LUCIFER |
(¡Quién
| | supiese hacerlo tan bien | | que a éste pudiese engañar!)
| |
|
|
COSME | (¡Si yo el rosario le echase, | | qué linda fiesta
ha de haber!) | |
|
|
LUCIFER | (El infierno se ha de arder | | si al
motilón engañase.) | |
|
|
|
(Va COSME sacando rosario a
escondidas y vase arrimando hacia el demonio; el demonio,
desviándose y mirándole de medio ojo.)
|
COSME |
En efecto que será | | el renegar acertado. | |
|
|
LUCIFER |
¡Pues no! Si a ser respetado | | llegase un hombre. |
|
|
COSME |
Sí
hará. | | (No sé por dó está metido.
| | Este enredador habrá | | andado en esto.) |
|
|
LUCIFER |
Si
ya | | Antonio está convencido | | de que es la ley africana
| | la mejor, ¿qué hay que esperar, | | Cosme, sino renegar?
| |
|
|
COSME | Sí, amigo, de buena gana; | | pero querría
saber... | | (¡Jesús! ¿En qué estás asido?)
| |
|
|
LUCIFER | (Si acaso me ha conocido.) | |
|
|
COSME | (Más que
lo ha de echar de ver | | y he de perder la ocasión.
| | ¡Gracias a Dios! ¡Ya salió!) | |
|
|
|
(Huye EL DEMONIO.)
|
|
|
|
|
LUCIFER | ¡Ignorantazo!
| | El rosario lo engrandece. | |
|
|
COSME | (Aguarda, si te parece,
| | zorrazo vicio, gatazo.) | | (Da tras él con la pretina
y ahora huye.) | Tiene razón de decir | | que soy
un necio ignorante. | | ¡Que le tuviese delante | | y no le supiese
asir! | | Entendió el perrazo el juego | | y echóse
luego a partido. | | ¡Ah, Dios; quién le hubiera asido!
| | Dos mil azotes le pego. | | ¡Que no supiese gozar | | de tan
dichosa ocasión! | | Soy un asno en conclusión;
| | bien puedo echarme a rodar. | | Antonio me da cuidado, | |
que a Cristo y su Madre ha sido | | ingrato y desconocido.
| | Voy a ver en qué ha parado, | | que, aunque ya tiene
perdida | | la gracia, yo he de trazar | | cómo la vuelva
a cobrar | | o me ha de costar la vida. | |
|
|
|
(Vase. Salen EL REY
DE TÚNEZ y FRAY ANTONIO de moro, SULTÁN
y CELIMO.)
|
REY | Tengo tan grande deseo, | | Sultán, de
ver aumentada | | esta ley que, adoro y creo, | | que no sólo
por la espada | | que por conservarla empleo, | | mas por las
letras querría. | | Tú, pues nuestra lengua sabes
| | y sabes la intención mía, | | que sólo
de hombres tan graves | | trasladar la ley se fía, | | en tu lengua italiana | | copiarás nuestro Alcorán,
| | que muchos que la africana | | ley tan gustosa verán
| | dejarán su ley cristiana. | | Cuatro meses ha que
estás | | en servicio de Mahoma; | | pero ninguno le harás
| | como éste, si sabe Roma | | que tu aprobación
la das. | | Fuera de que calificas | | lo escrito, obligas a
Alá | | a satisfaciones ricas, | | pues tan obligado está
| | de que su ley testificas. | |
|
|
ANTONIO | Señor, el rey
Tolomeo | | quiso la ley de Moisén | | copiar del idioma
hebreo, | | y envió a Jerusalén | | para cumplir
su deseo | | por hombres sabios y graves. | | Setenta fueron,
y a todos | | cerró de por sí; las llaves | | guardó
por ver si en los modos | | que éstos suelen, como sabes,
| | defraudar una sentencia, | | convenían en hacer | |
uno de otro diferencia. | | Pero aquí no es menester
| | tan costosa diligencia. | | Manda que luego me den | | el Alcorán
y verás | | si yo lo traduzco bien. | |
|
|
REY | Por los setenta
valdrás, | | Sultán, tú solo también.
| | ¿Traéis mi Alcorán ahí? | |
|
|
|
REY | Pues
mientras voy | | a caza, lo pasa así. | |
|
|
ANTONIO | Tú
verás, señor, que soy | | fiel a nuestra ley
y a ti. | |
|
|
REY | Para la vuelta, Sultán, | | copia; el principio
he de ver. | | Guárdete Alá. | (Vase.) |
|
|
ANTONIO |
¿Qué
dirán | | los que me vieren poner | | en mi boca el Alcorán?
| | Pero ya saben que soy | | moro y que casado estoy, | | ¿qué
importa que sepan esto? | | ¡Hola, Celín! |
|
|
|
|
|
ANTONIO | Trasladé algunas historias
| | de los reyes africanos, | | sus batallas, sus memorias, | | por que entiendan los cristianos | | que no merecen la gloria.
| | Y del gusto que ha tenido | | el rey de ver traducido | | el
origen de estos reyes, | | quiere que copie sus leyes. | |
|
|
|
(Sale
CELIMO con el recado de escribir y pónelo encima
de un bufete.)
|
|
ANTONIO |
Salte afuera, y si criado | | o amigo me entrara a ver, | | dile
que estoy ocupado, | | quiero primero leer | | para ver lo que
traslado. | |
|
|
|
(Pónese a leer, y con música descubren
a SANTO DOMINGO con el perro y la hacha, como le pintan,
y el azucena en la mano, y SAN ANTONINO de rodillas
ante el santo.)
|
SAN ANTONINO | Santísimo patriarca | | y fundador soberano | | de nuestra gran Religión, | | padre de infinitos santos, | | arquimandrita divino, | | perro
insigne negro y blanco, | | que con el hacha en la boca | | abrasarás
los contrarios | | de la Iglesia y fe de Cristo; | | pues los
lobos, en mirando | | vuestra carlanca de oro, | | llena de diamantes
claros | | de virtudes y excelencias, | | huyeron de ver sus
rayos, | | que la medalla del cuello, | | estando en medio adornando,
| | donde la Reina del cielo | | con atributos tan altos, | | como
estrellas de Jacob, | | cercaba el sol con sus rayos. | | Guzmán
divino, español, | | de quien tendrán reyes tantos
| | su ascendencia, que ya miro | | pasar de Filipo cuarto. | | Domingo ilustre, a quien Dios, | | por mil días de
trabajos, | | hizo Domingo en el cielo, | | que los ángeles
guardaron; | | yo di el hábito en Florencia | | a un mancebo
saboyano | | casi de mi propio nombre, | | siendo prior de San
Marcos. | | Dile el rosario también, | | que fue el soberano
lazo, | | que a vuestra casa le truje | | como a novillo domado.
| | Pasando a Sicilia Antonio, | | los moros le cautivaron, | | donde, habiendo resistido | | hambres, cadenas y palos, | |
pudieron los tiernos ojos, | | pudieron las blancas manos,
| | los deleites, los amores | | de una mora hacer de suerte
| | que, ya de Dios olvidado, | | dejó su ley. ¡Gran dolor
| | para todo el orden sacro | | de vuestro santo distrito, | | pues, renegado y casado, | | vive en Túnez, en su lengua
| | el Alcorán trasladando. | | Padre santísimo,
a quien | | dio la Virgen el rosario | | contra los fieros herejes
| | y Ella os enseñó a rezarlo, | | dividiéndole
en tres partes, | | por quince misterios santos, | | no permitáis
que se pierda | | a quien le dio vuestra mano. | |
|
|
SANTO DOMINGO |
Arzobispo de Florencia, | | hijo Antonino; si el daño
| | de Antonio te duele a ti, | | porque tú le diste el
hábito, | | no menos a mí, que soy | | a quien
la Virgen dio el cargo | | de cultivar estas rosas | | de su
huerto sacrosanto. | | yo le pediré que pida | | a su
Hijo este milagro | | de su rosario divino. | |
|
|
SAN ANTONINO | Si
sus ojos soberanos | | pone la Virgen en él, | | hoy triunfará
su rosario. | |
|
|
|
(Cúbrese la apariencia, y ANTONIO, que
ha estado leyendo, diga admirado:)
|
ANTONIO | ¿Puede ser
más notables desatinos? | | ¿Es posible que tal estimo
y precio? | | ¿Hanse escrito más bárbaros caminos?
| | O este Mahoma fue en extremo necio, | | que, como vio que
a necios persuadía, | | con sus cautelas quiso hacer
desprecio. | | Cuanto es la bestia describir porfía;
| | son deleites y engaños atractivos; | | toda virtud,
toda razón desvía. | | Lascivia y gula, que mostró
excesivos, | | son polos de su ley, y ésta promete | | el ignorante a muertos como a vivos. | | Pedazos de la ley
cristiana mete, | | mal entendidos, el blasfemo. ¡Oh, cosa
| | digna de que un demonio la interprete! | | ¡Oh, qué
linda, económica y famosa | | presunción de un
loco disparate, | | fundada en necedad tan fabulosa! | | Ya de
hoy más Aristóteles no trate | | la suya, ni
a moral filosofía | | Platón la lengua aurífera
desate. | | ¡Qué loco estaba yo, Virgen María,
| | cuando dejé vuestro rosario santo | | por una vil
y, deshonesta arpía! | | Pues de haberle dejado pudo
tanto | | el demonio engañoso, que soy suyo, | | habiéndome
cubierto vuestro manto. | | ¡Oh vil, falso Profeta! El libro
tuyo | | queme llama del cielo, pues quien eres | | (Arroja el
libro y písale.) | de tus escritos bárbaros
arguyo. | | ¡Oh, tú, siempre entre todas las mujeres
| | bendita, ayuda aquí, dame tu mano, | | que a ti me
volveré si tú me quieres! | | Favor, Domingo,
padre soberano. | |
|
|
|
(Echase de pechos llorando sobre el bufete
y salen por un lado LUCIFER y por otro EL AUXILIO DIVINO.)
|
LUCIFER | ¿A quién pides favor? ¿Tienes vergüenza?
| | Pues, perro, no hay piedad, lloras en vano. | |
|
|
AUXILIO | ¡Mientes,
villano!, que el dolor comienza, | | y si prosigue y el llorar
porfía, | | no dudes tú que la batalla venza.
| |
|
|
LUCIFER | ¿Tan presto, Auxilio santo? ¿Quién te envía?
| |
|
|
AUXILIO | Quien me puede enviar, Dios, por los ruegos | | de
la Princesa celestial María. | |
|
|
LUCIFER | Después
de mil perjuros y reniegos | | de Ella y su Hijo y de sus santos
nombres, | | ¿vienes a abrirle tú los ojos ciegos? | |
|
|
AUXILIO | Ángel de las tinieblas, no te asombres, | |
que Dios no tiene en iras ni en venganzas | | la condición
y, estilo de los hombres. | | Antonio, llora, que llorando
alcanzas | | cuanto pidas a Dios. |
|
|
|
LUCIFER | ¿A un perdido enriqueces de esperanzas?
| |
|
|
AUXILIO | Mal sabes tú lo que las rosas de oro | | alcanzan
de María y de Dios ella. | |
|
|
LUCIFER | En éste no,
que ya no es fraile; es moro. | | Y esa divina y celestial
Doncella | | favorezca cristianos con sus rosas; | | pero no
a quien sus rosas atropella. | | Que si son en sus ojos tan
hermosas, | | por otra Rosa vil las ha dejado. | |
|
|
AUXILIO | A recibirle
fueron poderosas. | | Dios te manda dejarle. |
|
|
LUCIFER | Su
mandado | | obedezco; mas voy a hacer de suerte | | que tiemble
el cielo de mi brazo airado. | | (Vase.) |
|
|
AUXILIO | Antonio, a
Dios tus lágrimas convierte. | |
|
|
ANTONIO | ¿Osaré,
Auxilio santo, alzar la cara? | |
|
|
AUXILIO | Alzala, que, pues
lloras, quiere verte. | |
|
|
|
AUXILIO | ¿No
es cosa clara, | | si lo vas suspirando con tu llanto?... | |
|
|
ANTONIO | Negué su nombre; fui traidor. |
|
|
AUXILIO | Repara
| | que Pedro le negó; pero fue tanto | | el llanto suyo,
que hoy es fundamento | | y de su Iglesia sustituto santo.
| |
|
|
ANTONIO | Ya os oigo, aunque no os veo; mas si intento | | decir
que soy cristiano a este rey moro, | | ¿qué me sucederá?
|
|
|
AUXILIO | Breve
tormento | | y gloria eterna. |
|
|
ANTONIO | Pues
la muerte adoro, | | aunque es terrible trance. |
|
|
AUXILIO | ¿Atrás
te vuelves | | ¿Cómo no miras las coronas de oro | | de
tantos frailes santos y resuelves | | que ellos sin culpa han
muerto y tú culpado? | |
|
|
ANTONIO | ¿Qué, tantos
hijos de Domingo entraron | | por su sangre en el cielo? |
|
|
AUXILIO |
Los
que espera | | el claustro de Madrid, oye. |
|
|
ANTONIO | ¿Ganaron
| | fuego y sangre la inmortal bandera? | |
|
|
AUXILIO | Después
de adornar las puertas | | así yo del templo santo | | de entorchados jeroglíficos, | | de la fe símbolos
sacros, | | corresponderánse enfrente | | de otras dos
puertas dos cuadros | | que no fueron de por sí, | | por
ser dos mártires santos. | | Luego, por orden, comienzan,
| | en soberanos retratos, | | los dominicos atletas | | y sangrientos
espectáculos | | palmas en las manos todos, | | todos
al cuello rosarios, | | que las rosas hay quien diga | | que
de sangre se engendraron. | | San Pedro, mártir, que
hizo, | | para corona del labio, | | del cuchillo la diadema
| | y de su filo los rayos. | | El primer inquisidor | | y protomártir
Conrado, | | fray Nicolás, que en Hungría | | los
herejes degollaron | | siendo su obispo, con cinco | | frailes,
y fray Berengario, | | arzobispo de Cracovia, | | de una lanza
atravesado; | | fray Pagano, y luego tú, | | que vienes
bien con Pagano. | | Mira si el lugar aceptas. | |
|
|
ANTONIO | Sí,
Señor, bañado en llanto. | |
|
|
AUXILIO | Fray Felipe,
hijo del rey | | de Ceba, mártir a palos, | | y con fray
Andrés Pelisco | | a los leones echado. | | Mas para animarte
más | | con sus divinos retratos, | | mira la Virgen de
Atocha | | y los mártires del claustro. | |
|
|
|
(Suena música
y descúbrese la Virgen de Atocha, y a los 1a dos,
los mártires que aquí van referidos, cada
uno con su martirio, como van dichos, y se advierta
que en esta apariencia consiste la fuerza de la
comedia, o sea en un árbol formado con seis nichos, la Virgen en medio.)
|
ANTONIO | Serenísima María, | | que la luna estáis pisando, | | aunque con el alma
os miro | | a la luz de vuestros rayos, | | haced de los muchos
vuestros, | | por vuestro santo rosario, | | este milagro conmigo,
| | pues Dios por vos obra tantos. | | Antonio soy, si merezco
| | llamarme nombre cristiano | | habiéndoos a vos y a
Dios | | por el demonio trocado. | | No soy Sultán, Virgen
pura. | |
|
|
AUXILIO | Gente suena. Allá te aguardo; | | no
vuelvas atrás, Antonio. | |
|
|
|
|
(Cúbrese la apariencia. Quéda se
ANTONIO solo. Sale FRAY COSME.)
|
COSME | A pesar de cien
morillos, | | hasta esta sala he llegado, | | donde dicen que
está Antonio | | el Alcorán trasladando. | | Y
pues el rey no está aquí, | | por el hábito
sagrado | | de mi padre que lo escrito | | tengo de hacer mil
pedazos. | |
|
|
|
COSME |
¡Ay, fray Sultán, renegado! | | Solos estamos agora.
| |
|
|
ANTONIO | ¡Ay, Virgen! ¿Quién me ha llamado! | | el nombre
que yo aborrezco? | | ¡Cosme amigo! ¡Cosme hermana! | |
|
|
COSME |
¿Mi hermano vos? De Mahoma | | lo ser, que yo no me pago | |
de hermanos que son infames. | |
|
|
ANTONIO | Cosme, dame aquestos
brazos; | | mal dije, dame esos pies, | | quiero mil veces besarlos,
| |
(Echase a sus pies y huye FRAY COSME.)
| por católicos,
por fuertes, | | por buenos, cuerdos y santos. | | No me los
niegue, no huya. | |
|
|
COSME | Eres tentación del diablo.
| | ¿Estás sin seso, Sultán? | | ¿Esa media habréis
sacado | | de vuestro renegamiento? | |
|
|
ANTONIO | Yo soy el vil
renegado | | que, engañado del demonio | | por un antojo
liviano, | | negué a mi Dios y su Madre | | y a su divino
rosario. | | Mas ya, hermano Cosme, vuelvo, | | conociendo mi
pecado, | | como pródigo segundo, | | a sus paternales
brazos. | | Hermano, ayúdame tú; | | ruega por
mí. |
|
|
COSME | ¡Cielo
santo! | | ¿Hablas de veras? |
|
|
ANTONIO | Sí,
amigo; | | hermano, de veras hablo. | | ¡Misericordia, Dios mío!
| |
|
|
COSME | ¡Virgen pura del Rosario, | | vuestras hazañas
son éstas! | | Pues alto, mi padre amado, | | diga como
yo dijere | | a voz alta. | (Va COSME diciendo, y ANTONIO en
voz alta lo repite.) | Sepan
cuantos | | en Túnez, Fez y Marruecos | | ha sido patente
y llano | | que renegó fray Antonio | | del Orden dominicano,
| | que le engañó Satanás, | | como hombre
débil y flaco. | | Pero ya que ha conocido | | los embustes,
los engaños | | del Alcorán de Mahoma, | | profeta
falso y borracho, | | embustero y codicioso, | | corrido y desengañado
| | de haber seguido su ley, | | aunque tan pequeño espacio,
| | la deja por mentirosa, | | mala y de malos resabios, | | señuelo
para el infierno | | y cebo de condenados. | | Por tanto, reniega
della | | y de su dueño falsario; | | confiesa la ley
de Cristo | | y sus estatutos santos, | | que Cristo es Dios
verdadero | | y redentor soberano. | | Confiesa en Dios tres
Personas | | distintas por soberano | | misterio y un solo Dios
| | poderoso, bueno y sabio; | | que Jesucristo es Dios hombre,
| | que en el vientre sacrosanto | | de Santa María, su
madre, | | por el Espíritu Santo | | fue concebida y nació,
| | su virginidad quedando | | sin corrupción, limpia
y pura | | antes y después del parto. | | Que, en cuanto
hombre, padeció | | y fue muerto y sepultado; | | resucitó
el día tercero; | | subió al cielo; está
sentado | | a la diestra de su Padre; | | desde do vendrá
juzgando | | en el postrimero día | | a los buenos y a
los malos, | | para dar premio y castigo, | | conforme hubieren
obrado | | los hombres en esta vida. | | Y confiesa todo cuanto
| | la santa Iglesia Romana | | ha dispuesto y ordenado | | y ordenará
hasta morir | | en su protección y amparo. | | Esto es
lo justo y lo bueno, | | lo católico y lo santo, | | y
quien dijere otra cosa | | mentirá como bellaco. | | (Hasta
aquí ha ido repitiendo.) |
|
|
ANTONIO | Así, mi Dios,
lo confieso. | |
|
|
COSME | Agora, déme esos brazos, | | y vamos
por esas calles, | | hechos locos, publicando | | a voces la
ley de Cristo. | |
|
|
|
|
|
|
(Vanse diciendo a voces: «Viva Cristo! ¡Viva Cristo!»
Sal BECEBA con lanza y adarga.)
|
BECEBA | Montes de Túnez,
cubiertos | | de fieras y de leones, | | testigos de mis razones,
| | aunque a mis voces desiertos; | | mar contrario, en cuyos
puertos | | fue mi esperanza perdida, | | en esto acaba su vida
| | quien pone su fe y amor | | en un ingrato señor | |
y en una mujer fingida. | | Ciudad, yo fui alcaide en ti; | | ya soy alarbe en el campo, | | los pies en la arena estampo
| | que en ricos palacios vi. | | Desterrado vivo aquí
| | de mi rey y de mi dama, | | ¡Dichoso campo el que os ama
| | sin que otro interés le obligue, | | que nunca la
envidia sigue | | a los que viven sin fama! | |
|
|
|
(Voces dentro.
Sale EL REY peleando con un león.)
|
REY | Cobarde soy.
¡Por Alá! | | ¿Ninguno me da favor? | |
|
|
BECEBA | Este es
el rey que mi amor | | tan mal pagándome está.
| | El león le rinde ya; | | su gente llega. Yo quiero
| | hacer como caballero, | | que al rey, aunque ingrato sea,
| | cuando en peligro se vea, | | le he de acudir el primero.
| | Bestia crüel, vente a mí, | | deja al famoso
Almanzor. | |
|
|
|
|
|
|
|
(Da BECEBA tras el león y sale luego,:
déjale muerto.)
|
REY | Siempre de ti presumí | | este valor. ¡Oh, buen moro! | | Por el santo Alá que
adoro | | que el reino tengo de darte; | | mas para poder pagarte
| | no tiene el mundo tesoro. | | Voluntades mal pagadas, | | servicios
mal conocidos, | | en vasallos bien nacidos | | no hacen las
quejas espadas. | |
|
|
|
(Ahora sale BECEBA.)
|
BECEBA | De dos sangrientas
lanzadas, | | el león, atravesado, | | tiñe en
sangre el verde prado. | |
|
|
REY | Y yo, a tus brazos rendido, | | perdón, Beceba, te pido | | de todo el desdén
pasado. | |
|
|
BECEBA | Cuando en peligro te hallo, | | acudo a mi
obligación. | |
|
|
REY | La falta del galardón | | prueba
la fe del vasallo. | |
|
|
|
(Salen ARCHIMA AMET y CELIMO con
albardas.)
|
|
CELIMO | El
caballo, | | por lo menos, muerto queda | | en esta verde arboleda.
| | El rey es éste. |
|
|
|
REY | No a mí, sino al vencedor, | | para que pagarle
pueda. | | Beceba es rey, pues por él | | tenéis
rey: mató al león. | |
|
|
ARCHIMA | Hechos de su mano
son, | | que es su lealtad tan fiel. | |
|
|
REY | Volveré a
Túnez con él | | y, llevándole a mi lado,
| | entrará conmigo honrado. | | Fiesta y máscaras
haced. | | Parte a Túnez, Maamet, | | refiere lo que ha
pasado. | | Salgan, reciban así | | al Beceba como a rey.
| |
|
|
ARCHIMA | Voy, porque tu gusto es ley. | |
|
|
REY | Y él lo
merece por sí. | | Que vivo por él les di. | |
|
|
BECEBA |
¡Tantas honras, Almanzor! | |
|
|
REY | Hoy conocerás mi amor;
| | que quien, pagado tan mal, | | fue tan hidalgo y leal, | |
es señor de su señor. | |
|
|
|
(Vanse. Salen ANTONIO,
medio desnudo, y ROSA, asida de él.)
|
ROSA | ¿Dónde
vas de esa manera? | | Tente, mi bien, ¿dónde vas? | |
|
|
ANTONIO | Rosa, no me tengo más. | | Suelta, Rosa. |
|
|
ROSA |
Escucha,
espera; | | mira que soy tu mujer, | | cuando no por ser quien
soy. | |
|
|
ANTONIO | Por lo mismo huyendo voy. | | Por ti he perdido
mi ser; | | por ti no soy. Ya los dos | | no hemos de hablar
de ese nombre. | | Hoy vuelvo a ser, porque el hombre, | | ¿cómo
puede ser sin Dios? | |
|
|
ROSA | Algo, mi vida, te ha dado | | alguna
envidiosa mora | | de mi ventura. |
|
|
ANTONIO | Señora,
| | no es mora quien me ha tocado, | | aunque me enamoró
a mí | | su belleza soberana, | | sino la mayor cristiana,
| | pues que tuvo a Cristo en sí. | |
|
|
ROSA | ¿A Cristo nombras?
¿Qué es esto? | |
|
|
ANTONIO | Pues ¿no quieres que le nombre,
| | si por remedio del hombre | | está de esta suerte
puesto? | | (Saca un Cristo.) | ¡Ay, Rosa, míralo aquí!
| |
|
|
|
ANTONIO | Antes
cuerdo, | | pues hallo aquí lo que pierdo | | por mi locura
y por ti. | | ¡Halle yo, Padre divino, | | en este costado abierto
| | sagrado acogida y puerto | | del mar de mi desatino! | | ¡Haced,
santas venas frías, | | que aquéstas por vos
desangre | | las tristes lágrimas mías! | | Pues
que vos, rey celestial, | | sois piedra, imprímanse
en vos, | | que si sois piedra, mi Dios, | | en piedra hacen
señal. | |
|
|
|
ANTONIO |
¡Malhaya el hombre traidor | | que fuera de vos, Señor,
| | pone jamás su esperanza! | | Mi confianza mortal,
| | que es viento, en nada la fundo, | | siempre la puse en el
mundo | | y en vos nunca, por mi mal. | | Pero yo juro, Señor,
| | de pagarlo con la vida, | | a vuestra sangre ofrecida, | |
a quien debo tanto amor. | | Quédate, Rosa, y el ciclo
| | se duela de ti. |
|
|
|
ANTONIO | Ya no hay bien, Rosa, sin quien | | murió
para bien del suelo. | | Voy a morir. | (Vase.) |
|
|
ROSA | ¡Ah,
señor, | | mira que te adoro! ¡Fuese! | | ¿Que este fin
mi amor tuviese? | | ¡Oh, qué mal puse mi amor! | |
|
|
|
(Sale
LUCIFER.)
|
LUCIFER | (Deseaba entrar aquí | | y nunca he
podido entrar, | | que éste se ha sabido armar | | bravamente
contra mí. | | ¡Oh, qué espada de dos filos | | tomó el traidor en la mano.) | |
|
|
ROSA | ¡Que se haya vuelto
cristiano! | | Mas son comunes estilos | | de estos renegados
perros. | | Al rey haré que le mate. | |
|
|
LUCIFER | Con regalo
es bien se trate. | | Póngale primero en hierros. | |
|
|
|
|
ROSA | Lágrimas podrán con él
| | lo que no pudo el rigor. | | Voy a seguirle. |
(Vase.)
|
|
|
LUCIFER |
Reniego
| | de mí mismo, pues María | | Dudo dar luz este
día | | al alma de un hombre ciego. | | ¡Domingo, mucho
supiste; | | a buen árbol te arrimaste! | | ¡Qué
bien sus rosas fundaste | | ¡Qué hermoso huerto escogiste!
| | ¿Quién me ha encontrado contigo, | | perro labrador
de herejes? | | Mas yo haré que esta vez dejes | | la
prenda que ha de ir conmigo. | | En tu dorada carlanca | | no
hay tocar; mas quiero ver | | si te pudiese morder | | algo de
esa fimbria blanca. | |
|
|
|
(Entran EL REY, BECEBA, ARCHIMA AMET
y CELIMO.)
|
BECEBA | ¡Qué alegre y regocijada | | Túnez,
señor, te recibe! | |
|
|
REY | ¡Moros: por Beceba vive | | vuestro
rey! |
|
|
|
|
(Salen los músicos con un baile morisco,
con máscaras.)
|
MÚSICOS | Gardamos, Alá,
Muley, | | que gardar al rey, que garda | | al rey, que un león
tener | | para hacer mochos pedazos, | | quitarmo ley desas brazos
| | y él vida por él poner. | | Túñez,
tenelde placer | | por vasallo de bon ley, | | Mahoma, gardar
Muley, | | gardar al rey, gardar al rey. | |
|
|
|
(Vanse los músicos.
Sale ANTONIO de fraile con su corona.)
|
ANTONIO | Los que me
vistes por deleite vano | | negar la fe de Cristo que profeso
| | y, habiéndole primero dado el beso, | | venderle como
bárbaro villano. | | Los que dejastes el valor cristiano
| | por el ejemplo de mi loco exceso, | | mirad que ya le adoro
y le confieso, | | trayéndole en el alma y en la mano.
| | No soy Sultán; Antonio, sí; ninguno | | crea
que creo al bárbaro Profeta, | | porque se engañará
si piensa alguno. | | La ley de Cristo adoro; vuestra seta
| | maldigo. Cristo es Dios, que es trino y uno. | | Mi sangre
está ya a vuestros pies sujeta. | | (De rodillas.) |
|
|
REY |
¡Por Alá, que de cuantas invenciones | | en mi entrada
se han hecho no hay ninguna, | | Sultán, que con la
tuya se compare! | | ¡Qué bien de los cristianos se
ha burlado! | | Beceba, ¿ no es muy digno de un gran premio?
| |
|
|
BECEBA | ¡Qué máscara! ¡Qué fiesta más
discreta! | | ¡Qué bien ha castigado a los cristianos!
| | ¡Qué bien sus desatinos me presenta! | |
|
|
ANTONIO | No
son máscara, rey; antes es esto | | quitarme ya la máscara
del rostro. | | Yo creo en Jesucristo, Cristo vivo. | | Cristo
es Dios. |
|
|
REY | ¿Cómo
es esto? Espera un poco. | | Sultán, ¿hablas de veras
o estás loco? | |
|
|
ANTONIO | No soy Sultán, Antonio
soy; ya vuelvo | | a los palacios de mi Padre, a donde | | me
ha vestido del hábito primero | | para sentarme a su
gloriosa Mesa. | | Pródigo fui de sus tesoros ricos;
| | guardé negro ganado de deleites; | | roto volví,
mas ya me dio sus brazos, | | a trueco de mil lágrimas,
y puso | | en mi cuello la estola de su gracia. | |
|
|
REY | Antonio,
mira bien lo que aventuras. | |
|
|
ANTONIO | ¿Qué ventura
mayor que con mi sangre | | confirmar las verdades que confieso?
| |
|
|
REY | No hay fiesta sin azar, que todas tienen | | por fin guardado
algún desabrimiento. | |
|
|
BECEBA | ¡Ah rey! ¿Está
mejor Rosa empleada | | en un cristiano vil? |
|
|
REY | Llevadle
presto, | | y dentro de tres días, si no dice | | que
a Mahoma confiesa, dadle muerte. | |
|
|
ANTONIO | De aquí
a tres días, rey, de aquí a tres años,
| | de aquí a tres mil, diré lo mismo. |
|
|
REY | ¡Oh
perro! | | Llevadle al campo luego, apedreadle | | y quemaréis
su cuerpo. |
|
|
ANTONIO | ¡Virgen
pura, | | cumplióse mi deseo! Mi remedio | | debo a vuestro
santísimo rosario. | | ¡Oh santa devoción! En
vos espero | | que no se perderá quien la tuviere. | | (Llévanle.) |
|
|
REY | Arrepentido estoy, ¡por Alá
santo!, | | de haber honrado a este cristiano perro. | | Vuélvase,
moros, el contento en llanto. | |
|
|
BECEBA | ¡Por éste me
pusiste en tal destierro! | |
|
|
REY | Famoso alcalde, pues te debo
tanto | | y he conocido mi notable yerro, | | yo huelgo de que
quede libre Rosa, | | que, si hoy la quieres, hoy será
tu esposa. | | Sin esto haré que el Gran Señor
confirme | | mi sucesión en ti. |
|
|
BECEBA | Beso
tus manos, | | ¡oh generoso rey, columna firme | | de todos los
estados africanos! | |
|
|
REY | Obligarme pudiste y persuadirme.
| | No haré más confianza de cristianos. | | Vamos
a ver a Rosa. |
|
|
BECEBA | Hoy
quiera el cielo | | lograr tus años y premiar mi celo.
| |
|
|
|
(Vanse. Salen MARCELA y UN MERCADER.)
|
MARCELA | Antes de
embarcarme quiero, | | aunque pudiera en mi llanto, | | pues
que no soy conocida | | con la mudanza del hábito. | | ver, si pudiera, a mi Antonio. | |
|
|
MERCADER | Si le están
apedreando. | | ¿No ves que podrán vo1ver | | las piedras
a los cristianos? | |
|
|
MARCELA | ¡Ojalá, amigo, que algunas,
| | despedidas de sus brazos, | | me hiciesen tan venturosa!
| |
|
|
|
(Sale COSME.)
|
COSME | ¡Oh jüicios soberanos, | | que guían
nuestro remedio | | por tan diferentes casos! | |
|
|
MARCELA | ¿Viste
a fray Antonio, amigo? | |
|
|
COSME | Yo soy, Marcela, el que tanto
| | abominó sus delitos; | | yo fui su mayor contrario,
| | porque yo soy aquel lego | | que a su lado cautivaron, | |
fray Cosme, y ya soy | | flama que su nombre alabo. | | Por la
gran puerta de Túnez | | sacaron a Antonio al campo,
| | coronada la cabeza | | y atadas atrás las manos. | | Las cosas que iba diciendo | | con la Virgen santa hablando,
| | las ternezas que a su Hijo, | | los amores, los regalos,
| | los perdones que pidió | | a los cautivos cristianos,
| | ¿qué lengua habrá que lo diga, | | Al fin,
al campo llegaron; | | hincó en tierra las rodillas.
| | y allí, como Esteban santo. | | bordó de piedras
preciosas, | | rubíes en sangre bañados, | | el
hábito de Domingo, | | siempre a la Virgen llamando.
| | Encienden un grande fuego, | | pero del cuerpo sagrado | |
huye el fuego, que el de amor | | resiste y le deja intacto.
| | Piedras en sangre teñidas | | cogieron muchos cristianos
| | y se les volvieron rosas. | | Mas ya tratan de enterrarlo,
| | que a los pies del crucifijo | | de este templo fabricado
| | de genoveses en Túnez | | mandó sepultarse
el santo, | | donde esperan que ha de hacer | | Dios por él
grandes milagros. | | Pues ya llegamos al puerto, | | el santo
cuerpo veamos. | |
|
|
MARCELA | La piedra que sangre tenga, | | Antonio,
mi padre amado, | | será diamante en mi pecho. | |
|
|
COSME |
Este es el cuerpo sagrado. | |
(Corran una cortina y aparece Nuestra
Señora del Rosario con manto azul; más
abajo, a los lados, los frailes que puedan, dominicos,
con rosarios al cuello, y alrededor de la Virgen, un
rosario grande, con rosas por paternóster, y fray
ANTONIO de rodil1as, lleno de sangre, con un Cristo en
la mano derecha y en la izquierda el rosario.)
| ¡Con
qué valor tiene a Cristo | | Antonio en la diestra mano,
| | como bandera que sigue, | | y en la siniestra, el rosario!
| |
|
|
MARCELA | Con estas armas, ¿quién duda, | | ¡oh valeroso
soldado!, | | que conquistase los cielos? | | Nuevo Esteban,
si en el manto | | de la Virgen ya te miras | | como a soberano
amparo, | | ruega por mí. |
|
|
COSME | Y
por todos. | | (Cúbrese la apariencia.) | Padre Antonio,
Antonio santo. | | Y aquí, senado, da fin | | «La Devoción
del Rosario». | | San Antonino la escribe, | | que de Florencia,
en San Marcos, | | dio el hábito a fray Antonio, | | y
así os lo ofrece Belardo. | |
|
|