La importancia de la figura de Gonzalo Silvestre en la vida y obra de Inca Garcilaso de la Vega
Luis Palacios Domínguez
Resulta innegable la transcendencia universal de la figura de Inca Garcilaso de la Vega, cuya impronta literaria debe ser considerada fiel reflejo de sus comportamientos y legado en vida. Así se ejemplifican los últimos años de su existencia, dedicados a la meditación y a la filantropía, a su pasión ganadera equina, al abandono de las armas y a su entrega esmerada a la literatura y a la pluma; como bien reza en su escudo de armas; «Con la espada y con la pluma»
. Afanado en proyectar el humanismo ingerido por sus lecturas más preciadas; de Plutarco a Dante, Séneca o Petrarca. Y a obedecer la propia naturaleza de su ser, caritativo, mesurado y elegante en las formas, pero a la par, inquieto y ávido de conocimiento y raciocinio. La propia definición de sus escritos más celebres.
Referencias descriptivas, todas ellas, que se contradicen con el halo del Garcilaso más reservado. Cautivado por desentrañar sus orígenes, y sumido en una constante necesidad por satisfacer la silueta de su íntima personalidad. Esa búsqueda interior por definir su identidad, su espacio y lugar, dentro de una estructura social donde siempre sería considerado un extraño en su propio hogar, de aquí y de allá, por ser hijo de padre español y madre inca: mestizo. «Mestizos, que así nos llaman en todas las Indias Occidentales a los que somos hijos de español y de india o de indio y española»
(La Florida del Inca, Libro II, Cap. XIII).
Una buena muestra representativa que escenifica y recrea lo que pudieron ser las primeras evocaciones y percepciones del Inca Garcilaso a su llegada a España queda reflejada en la obra ficticia del reconocido garcilasista peruano Francisco Carrillo Espejo, Diario del Inca Garcilaso:
(Diario del Inca Garcilaso, p. 13). |
De sus tormentos y de su lucha interior por reconocer su Yo in pectore surgen los primeros pensamientos y elucubraciones filosóficas y existencialistas que Gómez Suárez de Figueroa, como fue bautizado Inca Garcilaso, recopiló durante sus más de 50 años de estancia en España, y hasta su muerte en 1616.
Precisamente la fecha motivo de este cumplimiento. En 2016 se conmemoraron los 400 años del fallecimiento de tan insigne personaje histórico, a quien Mario Vargas Llosa renombró como El Cusqueño de Montilla, en clara alusión a su genética compartida, y cuyo influjo se proyectó por la Córdoba de Luis de Góngora y por cuantos pueblos de provincia se hospedó y aposentó. Los más significativos, y de los que documentalmente queda prueba irrefutable, Montilla y Las Posadas.
De Las Posadas y de su directa vinculación a su regidor y viejo amigo, Gonzalo Silvestre, trata esta breve reseña. De sus hazañas y anécdotas que de común compartieron. De cómo la búsqueda de reconocimiento e hidalguía del uno, en su afán por obtener reales merecimientos, contagió en el Inca la necesidad de reafirmarse como noble mestizo, de limpiar el nombre de su difunto padre y de proyectar el verdadero quebranto de los españoles en sus conquistas, en el Perú y en la Florida: «A costa de locos, necios y porfiados ha conseguido España el señorío de todo el Nuevo Mundo»
(La Florida del Inca: Libro I, Cap. I).
A través de estos apuntes trataremos de revelar quiénes fueron y de cómo entre ambos se forjó una mutua amistad, en plena adolescencia del Inca, que terminó convirtiendo a Garcilaso en el albacea testamentario de Gonzalo Silvestre.
Silvestre falleció en 1592 en Las Posadas (Córdoba), villa de la que fue regidor y en la cual pasó los últimos 30 años de su vida. Fue integrante de la expedición de Hernando de Soto a la Florida en 1538, desde que salieron de España hasta arribar a Cuba para, posteriormente, recorrer gran parte del territorio de lo que hoy son Estados Unidos y México. Finalizó su aventura en la ciudad de Cuzco, Perú, donde conoció al Teniente de Gobernación Sebastián Garcilaso de la Vega y Vargas, padre de Inca Garcilaso de la Vega, hombre prominente en el Cuzco y antiguo compañero de armas de De Soto.
(Extracto de Lapida Funeraria de Inca Garcilaso de la Vega, Mezquita Catedral de Córdoba). |
Tras convivir y compartir varios años en el Cuzco, y Silvestre en otras partes del Perú, en torno a 1560 y por diversos motivos, Gonzalo Silvestre e Inca Garcilaso marchaban a España. Garcilaso se establecía en casa de su tío Alonso de Vargas, en Montilla. Silvestre pasaba de Valladolid a Madrid y Toledo, y de ahí a vivir en la Villa de Las Posadas, cercana a Córdoba y Montilla. Aquejado de heridas de guerra, achaques y bubas, el viejo conquistador instaba frecuentemente a Garcilaso para que, entre ambos, escribiesen sobre la expedición de Hernando de Soto a la Florida:
(La Florida del Inca, «Proemio al Lector»). |
La importancia de La Florida, narrada por Silvestre y transcrita por el Inca Garcilaso, queda resaltada por tratarse del primer vestigio documentado de confraternización e intercambio fluido y cívico entre indoamericanos y españoles en Europa. El recorrido literario trazado por Silvestre y Garcilaso describe parajes naturales de la actual Florida y comportamientos humanos donde se detallan las costumbres y tradiciones de los pueblos allí establecidos. Su riqueza narrativo-descriptiva es tal que ayudó a reconocer la fisonomía del terreno a futuras expediciones. La belleza de la estructura en prosa sellada por la pluma del Inca la convierte en una obra de obligada lectura y reconocimiento.
Constancia documental de su presencia en Las Posadas, y de su interés por deconstruir las hazañas de los españoles en la Florida, dejó Garcilaso en su misiva al Rey Felipe II de Traducción de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo:
(Las Posadas, 07-11-1589; Garcilaso Inca de la Vega). |
Lo que brotó del interés mutuo entre dos caballeros de gran amistad y recuerdos comunes quedó plasmado para la posteridad a través de sus escritos literarios. Reafirmando los vínculos afectivos que unen desde la publicación de La Florida del Inca, hace 412 años, a estas dos mitades del mundo reconocidas como Hispano-América. Tan distantes en lo geográfico como cercanas en la semblanza histórica y fraternal de tan dignos personajes.
Así pues, queda de manifiesto tal asociación para la historia, fruto del afecto y la disposición de ambos, y que se desarrolló mientras Silvestre permanecía en vida, según se desprende tras la lectura minuciosa de los escritos del Inca. Comunión literaria constatada tras el glosario de probaturas y muestras inequívocas que elevan y justifican la importancia de la figura de Gonzalo Silvestre en la configuración de los principales textos que otorgan reconocimiento literario universal a Inca Garcilaso de la Vega.
He aquí el gesto instintivo que Inca Garcilaso profesa a su autor o fuente principal del relato de La Florida, en clara alusión a Gonzalo Silvestre y una vez fallecido este: «Sin la autoridad de mi autor, tengo la contestación de otros dos soldados, testigos de vista, que se hallaron en la misma jornada»
(La Florida del Inca, «Proemio al Lector»).
Y de cómo advierte de sus mutuos progresos e intenciones futuras de publicación en la misiva al Rey Felipe II fechada en Las Posadas e incluida en el prólogo de Diálogos de Amor:
(Las Posadas, 07-11-1589; Garcilaso Inca de la Vega). |
Por lo que podemos concluir que el cuerpo estructural tanto de La Florida como de los Comentarios Reales e Historia General de Perú se desarrolló antes de la fecha de defunción de Silvestre, en 1592. Y que fue el viejo conquistador español y regidor de Las Posadas quien apremió a Garcilaso, ante su delicada salud, a que completaran las crónicas de las conquistas de la Florida y del Perú, donde activamente participó. Fijando el proceso de transcripción, enmienda y elección de las partes y capítulos finales en un espacio temporal que consideramos se comprende entre 1580 y 1592, aun cuando posteriormente a esta fecha Garcilaso los definiera, corrigiera y amplificara hasta su edición final: «Para concluir con la historia de la Florida, que esta ya escrita mas q la quarta parte della, quedo aprestandome, para yrme este Estio a las Posadas, una de las aldeas de Cordova, a escribirla de relacion de un cavallero, que esta alli, q se hallo personalmente en todos los sucessos de aquella jornada»
(«A Don Maximiliano de Austria». Montilla, 12-03-1587; Traducción de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo, Prólogo).
Se confirma, pues, que la villa de Las Posadas fue escenario principal, junto a Montilla y Córdoba, para la configuración y desarrollo final de las tres grandes obras literarias escritas y transcritas por Inca Garcilaso de la Vega: Diálogos de amor, La Florida y Comentarios Reales de los Incas, en sus dos partes.
Precisamente por ello, hemos elaborando un minucioso y arduo estudio de confirmación de los hechos que corrobora la presencia de Inca Garcilaso en la Villa de Las Posadas. Contrastando y cotejando la información de sus escritos con los estudios realizados por reconocidos garcilasistas como De la Torre y del Cerro, Miró Quesada o Porras Barrenechea. Amplificadas con las actas bautismales y documentos oficiales emitidos en Montilla y los hallados en el Archivo de Protocolos de Córdoba; poderes notariales, escrituras de compraventa y cesión, testamento y codicilos. Ratificando así el nexo de unión inquebrantable entre Posadas, Gonzalo Silvestre y el Inca Garcilaso de la Vega.
La relación es proclamada en los siguientes extractos documentales:
(Carta de Garcilaso de la Vega al Licenciado Juan Fernández Franco, en la Villa de Bujalance. Archivo Casa Cadaval. Códice 909 [K-VII-4]. Torre do Tombo. Lisboa). |
Y en este otro Poder Notarial fechado en Córdoba a 03 de julio de 1594.
(Archivo de Protocolos de Córdoba -oficio 22, protocolo 46). |
Y finalmente, como aporte revelador, una Nota sobre Garcilaso fechada en 1653, hallada por el jesuita Rubén Vargas Ugarte en la primera hoja que sirve de guarda de un ejemplar de los Tratados de Fray Bartolomé de las Casas, y que reza:
Con lo que se delata la mutua complicidad de ambos en su afán por aportar luz y veracidad a las crónicas sobre las guerras y conquistas del Perú y la Florida. Sin embargo, y tras la clarividencia de las probaturas documentales, lo que no logramos comprender es qué motivó a Garcilaso, una vez fallecido su amigo y confidente Gonzalo Silvestre, a mantenerlo en el olvido, anónimo e indiferente, aún cuando en su propio epitafio se le reconocería como uno de los capitanes que descubrieron, conquistaron y poblaron el Nuevo Mundo. Así lo mandaron labrar sus albaceas testamentarios, sobrino e Inca Garcilaso.
(Posadas y Noviembre 20 de 1780. D. Francisco de Chenerri y Tendallo). |
Las evidencias aportadas relatan que Silvestre participó activa y eméritamente en la configuración de La Florida y de los Comentarios Reales, y su continuación como Historia General del Perú. Y que realmente fueron sus recuerdos y memoria la fuente inspiradora para Garcilaso en sendas obras; facilitando nombres, fechas y relatos, e inclusive, y de su propia biblioteca, la guía cronológica y fundamental que ayudó al Inca en su redacción de los Comentarios Reales. Se trata de un ejemplar de la Historia General de las Indias, de Francisco López de Gómara, que con toda fortuna ha llegado a nuestros días y se custodia en la Biblioteca Nacional del Perú.
Según Miró Quesada y Porras Barrenechea, este volumen concreto perteneció a Gonzalo Silvestre en origen, quien se lo entregó a Garcilaso de la Vega a fin de utilizarlo referencialmente para sus Comentarios Reales. En el mismo se aprecian anotaciones en los márgenes y correcciones al autor atribuidas tanto a Garcilaso como a Silvestre.
Basándonos en conjeturas propias, tras el análisis sistemático de cuanta información relacionada hemos cotejado y recopilado, llegamos a la conclusión de que muy probablemente la relación de afinidad y amistad, que establecieron ya en el Cuzco ambos caballeros, se debilitó con el paso de los años. Un distanciamiento afectivo quizás propiciado de manera irreflexiva por el sobrino y albacea de Silvestre, Alonso Díaz de Belcázar. Garcilaso, intachable de rectitud, habitualmente se veía alterado por la farsa burlona del español medio que sin tapujos a su cobijo acudía.
Véase el porqué de nuestras conclusiones:
(Memorial Testamentario de Garcilaso Inca de la Vega, Archivo de Protocolos de Córdoba -oficio 29, protocolo 35). |
Cabe recordar que Silvestre fallecía en Las Posadas en el año de 1592, que La Florida no se publicó hasta 1605, tras muchas «preguntas y repreguntas» a su autor. Que Historia General del Perú de 1617, continuación de Comentarios Reales de los Incas, cuenta con la valerosa figura de un Gonzalo Silvestre como protagonista directo de un sin fin de pasajes y anécdotas narradas en tercera persona, pero nunca reconociendo su autoría.
Garcilaso habla de un caballero grande amigo mío, de un conquistador del Perú, de un informante que se halló en aquellas jornadas. Paradójicamente las aventuras y desventuras de Gonzalo Silvestre copan las páginas de sus escritos.
Por ello, es necesario destacar aquí la importancia de la figura de Gonzalo Silvestre y la influencia directa que ejerció en Garcilaso de la Vega, tanto en su vida como en su obra. La historia debe reconocer su papel fundamental y concederle un lugar ilustre y merecido para su recuerdo.
Como colofón, y a modo reflexivo, citaré al poeta toledano y antepasado del Inca;
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(Garcilaso de la Vega). |
- Carrillo Espejo, Francisco. Diario del Inca Garcilaso (1562–1616). Lima: Editorial Horizonte, 1996.
- De la Torre y del Cerro, José. El Inca Garcilaso de la Vega. Nueva documentación. Sevilla: Instituto Hispano-Cubano, 1935.
- Garcilaso de la Vega, Inca. Traduzion del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo. Madrid: Impreso por Pedro Madrigal, 1590.
- ——. La Florida del Inca. Lisboa: Impreso por Pedro Crasbeeck, 1605.
- ——. Comentarios reales de los Incas. Lisboa: Impreso por Pedro Crasbeeck, 1609.
- ——. Historia General del Perú. Córdoba: Impreso por la Viuda de Andrés Barrera, 1617.
- López de Gómara, Francisco. Historia general de las Indias. Zaragoza: Edición de Pedro Bernuz, 1554.
- López, Tomás. Diccionario Geográfico de Andalucía. Córdoba: 1800?
- Miró Quesada, Aurelio. El Inca Garcilaso y otros estudios garcilasistas. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1971.
- Porras Barrenechea, Raúl. Estudios garcilasistas. Lima: Fondo Editorial de la UIGV, 2009.
- Vargas Ugarte, Rubén. «Nota sobre Garcilaso». Mercurio Peruano XX, 137 (Lima, 1930).