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A pesar de lo antes dicho, debo admitir que sería una ingenuidad afirmar que toda la poesía a la que me he referido surgió puramente de una aproximación al pueblo. Hay que aceptar que si el primer acercamiento, y producción poética fueron sinceros, posteriormente se convirtió -en gran medida- en una respuesta a la demanda europea que, saciada de las vanguardias, buscaba y hallaba lo nuevo e insólito en este tipo de poesía o, en la narrativa como la de Miguel Ángel Asturias (Leyendas de Guatemala y Hombres de máiz, por ejemplo). Esta actitud propició que poetas como Guillén continuaran en esta línea poétrica y que proliferaran escritores e imitadores de lo afroantillano.