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181

Benítez Rojo, Antonio, La Isla que se repite..., op. cit., pág. 313.

 

182

Pedreira, Antonio, Insularismo, Río Piedras, Edil, 1988, págs. 43-44. Los subrayados son míos y me sirven para recordar algo obvio: que detrás de estos términos existe todo un debate literario y una actitud existencial en hombres como Bunge o Alcides Arguedas -en el caso de tara, es decir, en el asunto del determinismo geográfico que impide madurar al Nuevo Continente-; o en hombres como Eugenio Mª de Hostos -para el antillanismo como programa vital paralelo al del independentismo martiano-.

 

183

Ibidem, págs. 11-116.

 

184

Ibidem, pág. 117.

 

185

Ibidem, pág. 117.

 

186

Sánchez, Luis Rafael, «¿Por qué escribe usted?», en No llores por nosotros..., op. cit., pág. 85.

 

187

En un brevísimo texto que lleva por título «Las señas del Caribe» (recogido en No llores por mí..., op. cit., págs. 41-45), Sánchez caracteriza la zona a partir de tres escritores -Alejo Carpentier, Luis Palés Matos y Pedro Mir- como el reino del son, la prietura y la errancia: «El son, la prietura y la errancia se postulan como la bandera del Caribe entero. Una arropadora, histórica, facultada bandera de tres franjas. ¡Entrañable la una, trinitaria la otra y la tercera amarga!» (pág. 45).

 

188

Sánchez, Luis Rafael, «¿Por qué escribe...?», op. cit., pág. 85.

 

189

Sánchez, Luis Rafael, Nuevas canciones festivas para ser lloradas (en No llores por mí..., op. cit., pág. 177).

 

190

Ibidem, pág. 177.