La petimetra
[Nota preliminar. Edición digital basada en la edición de Madrid, Oficina de la Viuda de Juan Muñoz, 1762, cotejada con la de Jesús Cañas Murillo, Badajoz, Universidad de Extremadura, 1989.]
A la Exc.ª Señora Doña Mariana de Silva y Toledo, Duquesa de la ciudad de Medina Sidonia, Condesa de Niebla, Marquesa de Cazaza en África, Señora de las almadrabas de las costas de Andalucía, y de las villas de Trebujena, Conil, Chiclana, Vejer, Bollullos, Huelva, y las de su partido: San Juan M Puerto y Aljaraque, de la de Jimena y dozava parte de la de Palos, de la de Gausín y sus lugares, y de la de Almonte, Dama de la Reina difunta, nuestra señora, etc. etc.etc.
Señora.
Conociendo los errores que han advertido los críticos en el teatro español, determiné purgar la Comedia de todas las impropiedades de que comúnmente abundan las nuestras, y así compuse La Petimetra, por el modelo de los más clásicos autores griegos y latinos, italianos y franceses que han merecido el aplauso de toda Europa, y cuyas obras se representan hoy día fuera de España con general aceptación. Sólo me falta una protección poderosa para salir defendido contra la obstinación del vulgo, y así me acojo al auxilio de V.E. suplicando admita este pequeño trabajo con benignidad, que será el último fin de mis intentos. Guarde Dios la vida de V.E. los muchos años que deseo.
Señora
B.L.P. de V.E.
su más humilde y reverente servidor
Nicolás Fernández de Moratín
Disertación
Aunque el arrojarse uno a empeños imposibles con razón es vituperado tan de los cuerdos, suele haber pasiones tan vehementes que, ofuscando el entendimiento, no dejan conocer la temeridad. Yo bien conozco la mía; pero el amor de la Patria puede tanto conmigo que, a trueque de vindicarla en lo que pueda de las injurias de los extraños, me expongo evidentemente a las de los críticos y maldicientes de casa. Bien pudieran excusarme esta afrenta muchos doctos españoles que, con más felicidad, más años, y más estudios que los míos, sabrán perfeccionar la Comedia. Solamente esta proposición era empeño de mayores fuerzas, pues parece blasfemia el decir que, habiendo en el mundo Lope, Calderón, Moreto, Solís, Candamo y otros, haya que añadir perfección a la Comedia; pues lo cierto es que los extranjeros, y algunos naturales, se burlan de las nuestras; y aún ha habido quien afirme que no tenemos una perfecta. Lope dice que escribió seis con las reglas que manda la Arte Poética, con que fuera de éstas, que él no señala cuáles sean, ni a mi noticia han llegado, podemos con licencia suya echar a un lado, por desarregladas, y consiguientemente imperfectas, las muchas que produjo aquel insigne varón. La disculpa que da no me parece digna del grande entendimiento suyo, pues dice que escribió sin el Arte por congeniar con el pueblo y dar gusto al vulgo ignorante; pero yo no puedo creer que, aunque al vulgo le agrade una cosa desarreglada (que no niego que sucede), le desagrade otra sólo porque está hecha según Arte. La razón es clara, y no la hay para que al vulgo le disguste una comedia, o tragedia, sólo porque guarda las tres unidades de tiempo, lugar y acción; y aun al mismo vulgo, que él tanto quiso agradar, le he visto yo muchas veces admirarse de que los niños pequeños se hagan hombres en el teatro, en un tan pequeño espacio, como es el de tres horas, que regularmente dura una representación; y no menos admiración es que un vestido dure treinta o cuarenta años, o más, cuando se supone que los dura una comedia, cosa que he visto notada aun de los más ignorantes, sin más noticia del Arte que la razón natural y el descuido de los actores que hacen más visible la impropiedad con no deslucir un traje en tanto tiempo. Algunos juzgan que los Poemas Dramáticos son como los Épicos o Líricos, que refieren lo pasado, o lo futuro, sin que tenga conexión la duración de lo referido con la suya, pues en cortísimo espacio se pueden referir sucesos de muchos siglos; pero la Comedia, o Tragedia, no refiere lo pasado, sino lo presente, y, aunque sean lances muy antiguos, finge que están sucediendo, y cuanta más propiedad tenga la ficción será mejor la comedia, con que siendo inverosímil que en tres horas se vean cosas que se supone que pasan en muchos años, se sigue que la comedia ni está arreglada al Arte ni a la razón natural.
Así como es impropio que en tres horas se represente una crónica entera, lo es también que se mude la escena veinte, treinta o más leguas de donde se empezó. Esto no necesita de autoridades ni sutilezas para probarse, pues a cualquier hombre de juicio le parecerá imposible ver, sin moverse de un puesto, la fachada del Palacio nuevo, el Capitolio de Roma y la Bahía de Argel. En la unidad de acción se han cometido tantos errores que juzgo que ellos han sido origen de los demás, pues, como han amontonado en las comedias tal multiplicidad de lances, ha sido preciso alargar la duración y alejarse muchas leguas para desatarlos todos. Aquí es donde oigo yo levantarse contra mí la turbamulta de los necios, llamándome atrevido, temerario, sacrílego y blasfemo, enemigo de la Patria, pues digo contra sus hijos semejantes insolencias, habiendo merecido muchos de ellos los mayores elogios de los hombres más insignes del orbe; y, en fin, rematarán diciendo que las comedias, así como están, logran aplauso, y que si querré yo saber más que Lope, ni Calderón, ni otros muchos que levantaron a los cielos las Musas españolas. Pero ni todas esas voces me espantan, ni todos los defensores juntos estiman ni veneran más a nuestros célebres poetas que yo los estimo y los venero. El que le agraden al vulgo las comedias sólo porque estén desarregladas, con licencia del gran Lope, no me parece muy cierto: lo uno, porque el Arte está fundado en la razón natural, y ésta no desagradó a ninguno; y lo otro, además de otras razones, se infiere de la experiencia, porque al vulgo embelesó en la antigüedad el dulcísimo Terencio. No ha mucho que el célebre Molière fue admiración no sólo de los doctos, sino del vulgo de Francia. Hoy día aplaude hasta el vulgo de Alemania, y aun el de toda la Europa, los dramas que da a luz pública el famoso Abate Don Pedro Metastasio. Y el vulgo de toda Italia corre ansioso a los teatros, por ver las comedias que continuamente produce el naturalísimo Goldoni, abogado y poeta cómico veneciano; y, porque no falte ejemplo español, cuenten las alabanzas que han logrado justamente las grandes tragedias de Virginia y Ataulfo del Señor Don Agustín de Montiano, y verán que compiten con sus letras. Aplaudir yo a estos célebres varones es deslucirlos, pues nunca podré hacer más que repetir lo que a una voz pregona el mundo. Sólo digo que escribieron ajustadísimos al Arte y lograron los elogios referidos, con que se infiere de aquí que el Arte no es tan aborrecido del pueblo como le parece a Lope, y que una comedia, por sólo estar según Arte, no será mal recibida. Aquí vuelve otra vez el alboroto, diciendo que, estén o no estén según Arte nuestras comedias, ellas agradan así; pero la respuesta se dará más adelante. Para agradar al pueblo no es preciso abandonar el Arte; y si alguna comedia o tragedia escritas sin él agradan, no es por la precisa circunstancia de que estén desarregladas, pues, si la tal composición tuviera el Arte, sería al doble más aplaudida. No solamente espero impugnaciones de los necios, pero aun de algunos más estudiosos que dirán que yo no escribo nada de nuevo, pues no hago más que repetir lo que dice Aristóteles en su Poética, y lo que han repetido muchísimos comentadores suyos en las más cultas naciones; pero esta impugnación me sirve de defensa contra la que me censure de introductor de novedades, pues nuestros más selectos autores han tocado ya este punto felizmente, y el condenar yo el método de nuestras comedias, no es atrevimiento mío, pues lo confesó primero el mismo Lope de Vega. Cervantes blasfema de ellas. Cascales en sus Tablas Poéticas se ríe. Don Ignacio Luzán, a quien estiman los extranjeros, aun más que los naturales, enseña en su Poética, con admirable doctrina y profunda erudición, todo lo que llevo dicho. Don Gregorio Mayans y Siscar hace lo mismo; y últimamente, el Señor Montiano y Luyando, en el Discurso de las tragedias españolas, hace una severa aunque justísima crítica de los autores españoles que faltaron a estos preceptos; y no es extraño que yo escriba en esta forma, pues no hay enmienda alguna, y las pocas comedias que hoy día salen a luz sacan los mismos defectos, y aun más, que las antiguas, de suerte que parece que ha sido en balde el trabajo de estos grandes hombres, padres de la Patria, y de la española república literaria. Los errores de las comedias españolas son tantos que en algún modo disculpan a los extranjeros, quienes con ridículas mofas y sátiras se han burlado de nuestros grandes autores, sin que les hayan valido tantos y en tan grandes primores como se ven en sus dramas; porque como la obra está mal concertada en todo el cuerpo, no la libra de la crítica alguna parte, por más que no esté dañada. Censura a Plauto Daniel Heinsio porque en el Anfitrión se tarda nueve meses, en los cuales Alemena de Júpiter, su transformado galán, concibe y pare al grande Hércules; y añade, como por burla, que apenas es mayor el período de la Ilíada de Homero que el del Anfitrión de Plauto; y la razón en que se funda es aquella tan sabida de Aristóteles que para la acción dramática sólo concede un día, aunque el Minturno, sin razón, se alarga a conceder dos. Pues ¿qué diría de nuestras comedias este crítico, al ver que se pasan los años, y aun los siglos, sin sentir en el teatro? El célebre Luzán hizo un capítulo aparte de los defectos más comunes de nuestras comedias; y, aunque en algún modo parezca que repito lo que dijo este gran poeta, diré brevemente algunos, sin que por esto se infiera que yo no estimo como debo a nuestros cómicos. La comedia de San Amaro, la de Los siete durmientes, Los trabajos de Adán y Eva, El conde de Saldaña, y otras infinitas, más que comedias se pueden llamar historias representadas, según la duración de sus acciones. La desunión de lugar se nota en las mejores y más bien parladas comedias nuestras, pues hay alguna cuyas tres jornadas se representan en las tres partes del mundo, y me admiro que no hayan puesto cuatro actos para que no quede desconsolada la América; pero ya se acordó de ella el Maestro Tirso de Molina, que en las hazañas de los Pizarros saltó desde Trujilo al Perú, y yo he visto comedia del giro que hizo en el orbe la nave la Victoria, donde es gusto hallarse ya en el Estrecho de Magallanes, ya en las Islas Marianas, ya en las Filipinas, ya en las Molucas y Maldivias, ya en el Cabo de Buena Esperanza, ya en las Canarias, hasta llegar a Sanlúcar, donde se empezó la comedia. En la unidad de acción se puede verificar mejor que en cosa ninguna el gusto estragado del vulgo, que dijo Lope. La culpa de esto, sin duda, la tiene el profundo Calderón, quien con la inmensa fantasía de que pródigamente le dotó naturaleza, amontonó tantos lances en sus comedias que hay alguna que de cada acto, o jornada, se pudiera componer otra muy buena, y el vulgo, embelesado en aquel laberinto de enredos, se está con la boca abierta hasta que al fin de la comedia salen absortos, sin poder repetir toda la sustancia de ella; pero los hombres de juicio, que saben que la Comedia se hizo para corregir las malas costumbres, y que no podemos cumplirlo sin entenderlo, conocen que es superflua e inverosímil toda aquella redundancia, la cual es originada de la libertad, que se toman, en que dure la acción lo que ellos quieren; pues si la redujeran a los límites del Arte, no pudieran en tan poco tiempo desatar tantos enredos, y si alguno lo conseguía, tropezaba con la inverosimilitud, porque es imposible, o, a lo menos, muy extraño, que en un día y en un paraje le sucedan a un hombre tantos acasos. Otras impropiedades, no menores, se notan en nuestras comedias. Sea la primera en la del Cerco de Roma por el Rey Longobardo Desiderio, que estando acampado este pagano a vista de aquella ciudad, ve en sueños a Carlo Magno en Francia, y a Bernardo, que está en España, lo que, aunque no es imposible que pudiera soñar él, lo es que se lo haga percibir visiblemente al auditorio, el cual lo está oyendo todo y viendo desde su asiento tres parajes tan distantes, lo que pudiera haber evitado el autor con hacer referir el sueño en alguna pequeña relación. No es menos duro después aquel paso tan desatento, que sucede en Roma ya acabado de llegar Bernardo, cuyas descorteses fanfarronadas y arrogancias vanas y jactanciosas, impropias en tal lance y en persona de su esfera, más deslucen que acreditan a aquel valiente español. En La Cisma de Inglaterra, el embajador de Francia hace y dice su embajada delante de todas las damas de palacio; y en la de Rendirse a la obligación, otro embajador da su embajada a la Reina en su jardín delante de los jardineros, y uno de ellos (que es un príncipe disfrazado) riñe con el dicho embajador, porque anduvo descomedido con la Reina. Si estos pasos son o no son verosímiles, senténcienlo los desapasionados juiciosos, que yo no quiero cansarme en vano. La altura del estilo sublime de nuestras comedias es censurada también porque hablando, como se supone, los actores de repente, no pueden proferir agudezas tan artificiosas, y sutiles, como se oyen a cada paso, y más debiendo ser personas humildes y plebeyas. Otras impropiedades hay: v. gr. no guardar el carácter del sujeto, de la nación y el siglo en que se supone. Los lances tan frecuentes de las tapadas quiero que los sentencie todo el mundo, y diga cualquiera si no conocería por la voz y por otras mil señales a su hermana o dama o a otra con quien tenga mucha comunicación, y suele haber conversaciones bien largas, y la señora está muy segura, fiada, sólo a la raridad de un manto, sin que la conozca quien continuamente suele estar pensando en ella. La instrucción moral, que es el alma de la Comedia, pocas son las que la tienen, siendo circunstancia esencialísima, porque el fin de la Poesía es enseñar deleitando, y para esto es la Comedia; y hay algunas, que, aunque su asunto principal no es manifiestamente malo, suelen tener algunas cláusulas que pudieran compararse con las de Menandro y Aristófanes, y éste es el motivo por qué han sido perseguidas las comedias tantas veces por varones religiosos, y cristianos, lo que no sucediera si estuvieran según el Arte, que enseña a ultrajar el vicio y a dejar siempre triunfante la virtud. De todo lo arriba dicho se origina una cuestión, y es, si nuestros autores cómicos supieron el Arte, o no. Muchos son de la segunda opinión, y dicen que, si acaso le supieron, ¿cómo no le mostraron en una u otra comedia con distinción, escribiendo alguna en particular para los doctos quien escribió tantas veces para los necios? Pero se acredita de ello quien tal piensa, pues del gran Lope consta que le supo cuando supo distinguir, aun en sus mismas comedias, las unas de las otras. Y aun sin esta razón, ¿quién pudiera persuadirse que un hombre de tan vasta erudición, y doctrina, como Lope, ignorase una cosa tan trivial para quien discurría divinamente en materias más profundas? Una cosa es el capricho y otra la ignorancia, y de ésta no tuvo nada el gran poeta español: él dio en aquel Arte nuevo, y Calderón le siguió como vio la aceptación de las comedias de Lope, que no porque ignoraba el modo de hacer bien una comedia; y lo mismo digo de los demás autores de aquel tiempo, en el cual, aunque no se practicaba, se sabía el Arte en España, pues Cascales le enseña bien. Suelen también decir muchos que si a un poeta le dan por asunto de una comedia la vida de éste, o el otro, que fue larga y de varios lances sucedidos en muy distintos parajes, que es preciso que abandone el Arte para referirlos todos y mude la escena muchas veces; pero a esto responderá el Padre Homero en la Ulisea, y Camoens en la Lusiada, y por todos el gran Virgilio, el cual pone a Eneas en Cartago contando a la reina Dido, por vía de conversación, el incendio de Troya y la causa de sus peregrinaciones, lo que también, como el épico, puede hacer el poeta cómico, y así lo hizo Moreto en El desdén con el desdén, cuando Carlos cuenta a Polilla en aquella relación todas las circunstancias de su amor y la esquivez de Diana, lo que otro poeta no hubiera contado si no lo hubiera hecho ver representado, cansando al auditorio con un año de ingratitudes. Y para que mejor se vea, hagamos un paralelo de dos comedias escritas a un mismo asunto, que es la fidelidad de Temístocles: la una es española, cuyo autor, sin perder de vista la historia (no por seguir la verdad, pues algunas veces que no importa la abandona), considerando que la injuria que le hicieron fue en Atenas, empieza allí la acción, y luego se viene a Persia, en cuyo viaje y sucesos con Jerjes gasta muchísimo tiempo y mil impropiedades y bufonadas del gracioso, violentas en tan serio espectáculo: él hace dos comedias en una, faltando notablemente a la unidad de lugar y a otros primores del Arte; pero el grande Metastasio que los sabe todos, imitando al escultor, que de un tronco de diez varas hace una estatua de dos, arrojando lo inútil, echó por el atajo, y puso a Temístocles en Susa, corte de los reyes de Persia, y en aquel día mismo acaba toda su acción con admirable artificio, informando al auditorio de todo cuanto conduce a aquel intento. Vistas las circunstancias de la historia, y la comedia primera, parece que no se podía componer de otro modo. Pues miren como le halló el Arte para hacerlo más hermoso, más natural y verisímil. Otra perfección encuentro en este drama, y es que Temístocles halla a su hija Aspasia en aquel mismo día en Persia, y admirado la pregunta cómo fue allí su venida, a lo que ella responde en pocas palabras que fue arrojada de una tempestad. Cuya respuesta, si hubiera quedado a cargo de otro poeta, olvidado del lance lastimoso y de la prisa en que se hallaban, hubiera hecho a la muchacha pintar una borrasca tan furiosa, con tales coloridos, que no la compitiera Ovidio, Lucano, Virgilio, Estacio, Séneca, Homero, ni Camoes. No hubiera dejado nombre náutico que no la hiciese decir por ostentarse erudito; pero Metastasio conoció que la mayor erudición era pintar aquel lance como pudiera haber sido, y así le sacó muy natural. Ahora vuelve la pregunta a que ofrecí responder, y es que ¿cómo aunque están sin Arte agradan tanto nuestras comedias? A esto digo sin lisonja: que ¿a quién no ha de agradar y embelesar por extremo aquella prodigiosa afluencia, tan natural y abundante, del profundo Calderón, por cuya dulce boca hablaron suavidades las Musas? ¿Quién no admira la discreción de Solís, de Don Francisco de Rojas, de Don Agustín Moreto, de Candamo, de Montalbán, y otros muchos? Y qué hombre habrá tan idiota, que no admire absorto la facilidad natural, y la elegancia sonora del fecundísimo Lope, el cual fue tan excelente en lo lírico que no cede ventajas al Petrarca. En lo heroico fue sublime. Hable su Jerusalén y callará la de Tasso, pues (exceptuando el orden y disposición) tiene cosas tan altas y divinas que al haberlas escrito un forastero, las trajeran los españoles continuamente en la boca. Allí se ve aquel furor arrebatado y encumbrada fantasía que constituye el numen de los verdaderos poetas y los distingue de los versificantes y coplistas. No es de mi asunto hacer cotejos, pero tiene muchos pasos iguales a la Eneida, y algunos que la exceden; y si le oyera cantar sus divinos versos, le hiciera reverencia el gran Virgilio. Esto que digo ingenuamente es para que se vea el justo aprecio que yo hago del mérito y la virtud, y que yo no he concebido ningún odio ni envidia contra tan insignes hombres, los cuales abandonaron el Arte, que no ignoraban, solamente por capricho y novedad, y esto ha sido lo que les ha quitado la estimación entre los doctos, porque, aunque en las mismas comedias desarregladas se encuentran cosas altísimas, sucede lo que en una ciudad mal dispuesta, que, aunque tenga edificios suntuosísimos, todos se lastiman de verlos mal empleados en semejante paraje; y no son todas las comedias totalmente imperfectas, pues hay muchas que, si no son buenas, lo quedarán con poquísimo reparo; v. gr. Los empeños de un acaso; Antes que todo es mi dama; El amor al uso; También hay duelo en las damas; Mejor está que estaba; No siempre lo peor es cierto; El esclavo en grillos de oro; El tramposo con las damas; y otras, de las cuales hay alguna que, con sólo quitarla o añadirla una palabra, quedaba perfecta. Sólo resta dar un ejemplar y ver si se pueden poner en práctica las reglas de esta teórica. Muchos célebres en ésta no han acertado en aquella: yo no pienso haberlo conseguido en una ni en otra; pero mi intento no es el de enseñar que no me juzgo capaz de eso, sino el de excitar para que algún docto español perfeccione con más juicio lo que yo empiezo. Por ahora presento La Petimetra, de la cual quisiera hacer una desinteresada crítica, pero el miedo de que juzguen apasionado me detiene, sólo advertiré de paso algunas cosas, y así digo que el sujeto me parece propio y el asunto natural para lo cómico. Heme apartado de los comunísimos que tenemos, donde todos son enamorados, duelistas y guapetones; pero tampoco lo he olvidado del todo, por ser del gusto y carácter de la nación. El de la petimetra Doña Jerónima, si no está más exprimido, fue por no alargar la comedia. La instrucción moral está patente, sin que haya multitud de sentencias, por no incurrir en el delito de Séneca. La acción se representa en Madrid; y, aunque algunos autores, y entre ellos Pedro Cornelio, permiten que una comedia se represente en una ciudad y en sus contornos, yo no he querido usar de tanta licencia. Nuestro Luzán dice que en distintos parajes de una ciudad se puede hacer la comedia, porque le parece inverosímil que en uno sucedan todos los lances; pero sin que, a mi parecer, se note inverosimilitud ni violencia, he logrado colocarla no en el ancho circuito de Madrid, ni en una casa, sino en una pieza particular, donde tiene el tocador Doña Jerónima, y de allí no se sale un paso, ni aun al cuarto de más afuera, y esto es lo que con propiedad debe llamarse unidad de lugar. La de tiempo está guardada tan fielmente que no se tarda en la acción más de lo que pueda tardar en representarse, de suerte que su duración no pasará de tres horas; y, aunque pudiera alargarla por todo el giro o período del sol que da Aristóteles, he querido sujetarme a lo que es más natural: y, aunque está ya recibido, si se mira con rigor, no dejará de ser violento que lo que pasa en ocho o diez horas pueda reducirse a tres, pero yo no intento quitar esta libertad. No imagine nadie hallar en mi comedia tantos enredos como en otras, pues el tiempo ni el paraje inmutable no lo permiten, ni fueran verosímiles tampoco. Menos se encontrará aquel estilo sublime y elegante, pues yo nunca le tuve, ni aunque le tuviera le usara en la humildad de una comedia. Todo su contexto me parece verosímil y creíble. Que tenga algunas faltas, ni lo niego ni lo dudo, porque no soy ángel; pero se la pueden suplir por las demás circunstancias que tiene, pues, sin que sea vanagloria, juzgo que pocas comedias observarán los preceptos tan religiosamente. Esto no es decir que yo sea más que Lope, ni Calderón, ni Solís, a quienes venero mucho, y también lo hacen, aunque con disimulo, los de afuera, pues algunos conceptos suyos he notado yo traducidos, con particular gusto mío, en las comedias extranjeras. Para corregirme mis defectos no es menester sátiras ni apodos. Yo le agredeceré infinito a cualquiera que, mejor informado, me advierta mis descuidos, y públicamente le confesaré por mi maestro, pues yo no tengo vergüenza de aprender, y agradézcame la patria mi intención, pues yo por defenderla me expongo: si no lo he conseguido, fue al menos noble el intento, y será feliz, si algún docto compatriota, estimulado, corona con perfección lo que yo empecé toscamente, que lo conseguirá sin duda.
DON DAMIÁN | ||
DON RODRIGO, su tío | ||
DON FÉLIX | ||
ANA, criada | ||
DOÑA JERÓNIMA | ||
MARTINA, criada | ||
DOÑA MARÍA | ||
ROQUE |
Jornada primera
DAMIÁN | Que esperemos aquí un poco | ||
la criada respondió. | |||
FÉLIX | Bien digo, Don Damián, yo | ||
que vos debéis de estar loco. | |||
Cuando acabo de llegar | 5 | ||
hoy desde Valladolid, | |||
apenas entro en Madrid, | |||
¿y ya me hacéis visitar? | |||
DAMIÁN | Presto, Don Félix, veréis | ||
que tenéis que agradecerme. | 10 | ||
FÉLIX | Pues si queréis complacerme, | ||
y si obligarme queréis, | |||
dadme cuenta, Don Damián, | |||
de lo que queréis de mí, | |||
y a qué venimos aquí, | 15 | ||
¿qué casa es esta, qué afán | |||
es el que tenéis con vos? | |||
DAMIÁN | Don Félix, yo os lo diré; | ||
pero primero veré | |||
si estamos solos los dos. | 20 | ||
FÉLIX | Solos parece que estamos. | ||
DAMIÁN | Pues atended. | ||
FÉLIX | Ya os escucho. | ||
DAMIÁN | Bien sabéis que habrá tres años | ||
que a Valladolid partisteis, | |||
con harto pesar de entrambos, | 25 | ||
a estudiar, y bien sabéis | |||
cuan libre yo de los lazos | |||
viví con que amor enreda | |||
los jóvenes descuidados. | |||
Pues no ha, Don Félix, tres meses | 30 | ||
que una mañana en el Prado, | |||
al pie de un árbol sentada, | |||
del fresco ambiente gozando, | |||
hallé una dama tan bella | |||
que no cabiendo en el labio | 35 | ||
su perfección no la pinto, | |||
pues, siendo hermoso milagro, | |||
la apoco si la exagero, | |||
la ofendo si la retrato. | |||
Valido de la ocasión, | 40 | ||
con el sombrero en la mano, | |||
disimulando lo amante | |||
con muestras de cortesano, | |||
la hablé. Respondió discreta | |||
y afable, mas no es extraño, | 45 | ||
siendo discreta, que huyese | |||
del vulgar grosero trato | |||
de aquellas que encubrir quieren | |||
la necedad con lo ingrato. | |||
Acompañéla a su casa, | 50 | ||
y inquiriendo y preguntando, | |||
llegué a saber finalmente, | |||
por los vecinos del barrio, | |||
que es la dama por quien muero, | |||
y en cuyos ojos me abraso, | 55 | ||
Doña Jerónima Pérez, | |||
en cuya casa hoy estamos. | |||
Es tanta su bizarría, | |||
su perfección y su garbo, | |||
que es lo menos su hermosura, | 60 | ||
con tenerla en sumo grado. | |||
Aquel andar tan airoso, | |||
aquel chiste y desenfado, | |||
aquel primor con que juega | |||
de la basquiña y el manto. | 65 | ||
Su discreción, su gracejo, | |||
la invención de su tocado, | |||
el buen gusto en el vestir, | |||
y del vestido lo extraño, | |||
admiración de la Corte | 70 | ||
es, y aun de la España; y tanto, | |||
que ya por antonomasia | |||
(sin hacer cuenta ni caso | |||
de tan bellas damas como | |||
tiene el recinto mantuano). | 75 | ||
La Petimetra la llaman, | |||
título con que se ha alzado, | |||
y en Madrid es conocida. | |||
Discurre tú por un rato | |||
cuál será la que hace raya | 80 | ||
en pueblo tan dilatado. | |||
Y aun te aseguro, quisiera | |||
no fuese su primor tanto, | |||
por el peligro que tiene | |||
lo culto con lo afectado. | 85 | ||
Es su dote, cuando menos, | |||
diez y siete mil ducados, | |||
según ella me lo ha dicho. | |||
Doña María Fajardo | |||
es su prima, y ambas juntas | 90 | ||
viven en un mismo cuarto; | |||
pero es de Doña María | |||
tan circunspecto el recato, | |||
que ni aunque la hablen permite; | |||
y es su genio tan cerrado, | 95 | ||
cuanto abierto el de su prima; | |||
y en mí su modestia ha obrado | |||
ocultamente, de suerte, | |||
que, aunque estoy enamorado | |||
de Jerónima, si el dote | 100 | ||
fortuna hubiera trocado, | |||
me trocara yo también, | |||
que la hermosura echó el fallo | |||
en su rostro, y a gastar | |||
el adorno y aparato | 105 | ||
de estotra no fuera menos, | |||
pero, pues así los hados | |||
lo quieren, perdone el mundo, | |||
que a Jerónima idolatro. | |||
A las dos las cela un tío, | 110 | ||
tan ridículo abogado | |||
que, si por algún descuido | |||
nos hallara en este cuarto, | |||
con ambas primas por fuerza | |||
nos casáramos entrambos; | 115 | ||
y por saber que a estas horas | |||
Don Rodrigo está estudiando, | |||
vengo, porque por de noche | |||
ni a la tarde es excusado, | |||
según la gran vigilancia | 120 | ||
con que las está guardando, | |||
pues no hay Mercurio que baste | |||
para adormecer tal Argos. | |||
FÉLIX | Cierto, Don Damián amigo, | ||
que admiración me ha causado. | 125 | ||
DAMIÁN | Pues aún es más lo callado, | ||
Don Félix, que lo que digo. | |||
FÉLIX | Me hace admirar el saber | ||
que es Don Rodrigo su tío. | |||
MARTINA | Usted y este señor mío | 130 | |
irse pueden y volver | |||
como de aquí a media hora. | |||
DAMIÁN | Pues ¿qué hay de nuevo, Martina? | ||
MARTINA | Que mi ama está en la cocina, | ||
y en la cama mi señora. | 135 | ||
DAMIÁN | ¿Tu ama y tu señora?, di, | ||
¿cuál es tu señora y tu ama? | |||
MARTINA | Con la cocina y la cama | ||
juzgo que lo distinguí, | |||
pues ¿quién hay que en buena cuenta | 140 | ||
no saque por conclusión | |||
que todas las amas son | |||
cual la puerca cenicienta? | |||
Y, siendo esto último en casa, | |||
Doña María, a fe, a fe | 145 | ||
que no hay duda alguna en que | |||
del grado de ama no pasa; | |||
mas a estotra es disparate | |||
el no llamarla señora, | |||
su prima la llevó ahora | 150 | ||
a la cama el chocolate, | |||
y va a empezarse a vestir. | |||
DAMIÁN | Pues adiós, Martina. | ||
FÉLIX | Adiós... | ||
(Vase.) |
|||
|
|||
MARTINA | Tengo para entre los dos | ||
una cosa que decir. | 155 | ||
DAMIÁN | Y ¿qué es? | ||
MARTINA | Una friolera, | ||
si usted no lo tiene a mal. | |||
DAMIÁN | ¿Yo? No, por cierto; di, ¿cuál | ||
cosa quieres? | |||
MARTINA | Yo quisiera | ||
un peso gordo, señor, | 160 | ||
que tengo de menester. | |||
DAMIÁN | Pues ¿qué te quieres hacer? | ||
MARTINA | Un delantal de labor, | ||
y aún no se ha cumplido el mes, | |||
y no le quiero pedir. | 165 | ||
DAMIÁN | Pues que tengo que venir, | ||
yo te le daré después. | |||
MARTINA | Pues ¿qué mejor ocasión, | ||
si es que tenéis voluntad? | |||
DAMIÁN | Estoy de prisa. | ||
MARTINA | En verdad, | 170 | |
que aquellas disculpas son. | |||
DAMIÁN | ¿Qué son? | ||
MARTINA | Ganas de no darle. | ||
DAMIÁN | ¿No te he dicho ya que sí? | ||
MARTINA | El equívoco entendí. | ||
DAMIÁN | No tienes que interpretarle. | 175 | |
Adiós, hasta luego. | |||
MARTINA | En humo | ||
verle quisiera volver. | |||
Y ¡que haya simple mujer | |||
que a galán que no da zumo, | |||
por más que le aprietan, quiera, | 180 | ||
y por él esté muriendo, | |||
siendo un Don Juan Pereciendo, | |||
sin blanca en la faltriquera! | |||
Y ¡que esta mujer se muera | |||
por aqueste mentecato, | 185 | ||
paseante y almirantero, | |||
viga derecha y pelmazo! | |||
Sí, señor, mucho galón, | |||
que ayer lo desechó el amo, | |||
mucha vuelta con festón, | 190 | ||
buena media y buen zapato, | |||
sombrero fino, y la capa | |||
con tanto terciopelazo, | |||
espadín preso al ojal, | |||
cual venera o relicario; | 195 | ||
y todo esto ¿en qué se funda?, | |||
en que soy Don Damián Pablos, | |||
escribiente de un señor, | |||
con ración de nueve cuartos, | |||
acribillado de trampas | 200 | ||
a puro pedir prestado | |||
y andar engañando bobas | |||
con fingidos mayorazgos. | |||
Pero, a fe, que de los dos | |||
no sé cuál más engañado | 205 | ||
será, porque la tal dama, | |||
sin ser juicio temerario, | |||
entre veinte compañeros | |||
valdrá cuatro o cinco ochavos | |||
ella, su dote y su ropa. | 210 | ||
MARÍA | ¿Qué estás ahí, Martina, hablando? | ||
¿Quién era aquel forastero | |||
que con Don Damián ha estado? | |||
MARTINA | Yo no se lo he preguntado. | ||
MARÍA | Pues yo de su traza infiero | 215 | |
que es hombre de calidad. | |||
MARTINA | ¿En qué lo conoce usted? | ||
MARÍA | En su porte. | ||
MARTINA | Conoced | ||
quién es él por su amistad. | |||
MARÍA | Pues, ¿qué amistad es la suya? | 220 | |
MARTINA | La del que le trajo aquí. | ||
MARÍA | Yo nunca en mi vida vi | ||
libertad como la tuya. | |||
MARTINA | ¿Qué es libertad? No, señora, | ||
bien la pura verdad ves, | 225 | ||
porque cual la amistad es, | |||
tal es el amigo ahora. | |||
Y él será, aunque es tan galán, | |||
siendo de su mesmo estambre, | |||
un Don Rabiando de hambre, | 230 | ||
como el señor Don Damián. | |||
MARÍA | Calla, no lo oiga mi prima, | ||
que sale. | |||
MARTINA | ¡Y con qué alborozo! | ||
MARÍA | No me parece mal mozo. | ||
MARTINA | Dale. | ||
JERÓNIMA | Tengo en mucha estima, | 235 | |
Anita, ese pitibú; | |||
anda y búscamele tú. | |||
(Vase ANA.) |
|||
MARTINA | ¿No era mejor la cofieta | ||
con cinta del cigarrito? | |||
JERÓNIMA | No, que me la puse ayer, | 240 | |
y hoy ponérmela es delito. | |||
MARTINA | Pues ¿qué importa? | ||
JERÓNIMA | Mentecata, | ||
¿te has criado en las Batuecas? | |||
Dime, ¿dónde has visto tú | |||
que una mujer de mis prendas | 245 | ||
use dos veces seguidas | |||
una cosa mesma?, que eso | |||
se estilará en tu lugar, | |||
donde todo el año entero | |||
la propia saya y jubón | 250 | ||
trae la mujer del Alcalde, | |||
y, si no lo halla de balde, | |||
no se muda ni un cordón. | |||
Mas yo que tal cual me veo, | |||
a Dios gracias, poderosa, | 255 | ||
¿por qué he de usar una cosa, | |||
como tú dices, arreo? | |||
MARTINA | Es que el buen gusto pudiera | ||
ese defecto suplir. | |||
JERÓNIMA | No hay gusto en el repetir. | 260 | |
ANA | Juzgué que con él no diera, | ||
según estaba escondido, | |||
pero en fin ha parecido. | |||
JERÓNIMA | ¿Y el espejo? | ||
ANA | Ya está aquí. | ||
JERÓNIMA | Oyes, me parece a mí | 265 | |
que más limpio puede estar. | |||
ANA | Pues ¿cómo le he de limpiar? | ||
JERÓNIMA | ¿Cómo has de limpiarle?, así. (Límpiale.) | ||
¿No ves esas listas anchas?, | |||
¡qué curiosidad tan pura!; | 270 | ||
así a mí se me figura | |||
que tengo el rostro con manchas. | |||
ANA | Yo bien le limpié. | ||
JERÓNIMA | ¿Qué Altercas? | ||
¡No es cierto, para rabiar, | |||
no poderse bien peinar | 275 | ||
por el tesón de estas puertas! | |||
¡Que tal necesidad reine, | |||
en un siglo tan contrario, | |||
que he de pagarla un salario | |||
no más de porque me peine! | 280 | ||
Y está con su habilidad | |||
tan vana la tal criada | |||
que hace esto y no hace más nada; | |||
pues por cierto, y por verdad, | |||
que veinte reales al mes, | 285 | ||
dos cuartos que almuerzo llama | |||
y los desechos del ama | |||
moco de pavo no es. | |||
Y esto de que es menester | |||
estar por fuera decente | 290 | ||
es lo que te hace insolente | |||
y te hace ensobebecer. | |||
Ahora digo, y con razón, | |||
habiendo en vestir tal norma, | |||
que las mujeres de forma | 295 | ||
tenemos gran sujeción. | |||
¿Vamos a peinar? | |||
ANA | Señora... | ||
Si usted sabe que en peinar | |||
no la pudo contentar | |||
otra criada hasta ahora, | 300 | ||
y que luego que yo entré, | |||
sin ser esto vanidad, | |||
con mi grande habilidad | |||
toda la Corte admiré, | |||
¿para qué es tanto rigor, | 305 | ||
por un descuido no más? | |||
JERÓNIMA | ¿Cuándo tú refrenarás | ||
el pico tan hablador? | |||
ANA | ¿Pues no me has de permitir, | ||
ni hablar con modo debido, | 310 | ||
habiéndote merecido | |||
(déjamelo ahora decir) | |||
la confianza tan grande | |||
que no a todas se la dan | |||
del amor de Don Damián? | 315 | ||
JERÓNIMA | Ya recelo yo que ande | ||
bien en tu boca mi honor, | |||
mas ¡desdichada de ti! | |||
ANA | No receles tal y di, | ||
sin lisonja ni favor, | 320 | ||
en acertarse a peinar, | |||
y en ponerse el pitibú, | |||
¿hay alguna como tú? | |||
JERÓNIMA | No te lo puedo negar. | ||
ANA | Ni negarás que tu porte | 325 | |
es ya por mi aplicación | |||
envidia y admiración | |||
de las damas de la Corte. | |||
JERÓNIMA | Cierto. | ||
ANA | Y si más se penetra, | ||
según todo el mundo vio, | 330 | ||
desde que te peino yo, | |||
te llaman la Petimetra. | |||
JERÓNIMA | Es verdad. | ||
ANA | Pues si es ¿por qué | ||
al punto te has de enojar, | |||
en oyéndome parlar | 335 | ||
cualquier cosa? | |||
JERÓNIMA | Me enojé | ||
no tanto por lo que hablaste | |||
como que, por tu descuido, | |||
lleno de polvo y torcido | |||
el espejo me sacaste, | 340 | ||
y no es modo de servir | |||
este. | |||
ANA | No me riñas más | ||
y aplaude otras prendas mías. | |||
JERÓNIMA | Y tantas habladurías, | ||
¿a qué asunto las dirás? | 345 | ||
ANA | Dígolo, porque pudiera | ||
darme alguna estimación | |||
el tener con perfección | |||
mi habilidad peluquera. | |||
Y no es eso solamente | 350 | ||
lo que en mí se encontrará, | |||
porque otra ninguna habrá | |||
que pueda poner decente | |||
con menos costa a su ama, | |||
pues de cualquier trapo viejo | 355 | ||
formado un vestido dejo, | |||
digno de la mejor dama, | |||
que los vestidos de hoy día | |||
no son de coste, señora, | |||
porque sólo se usa ahora | 360 | ||
hojarasca y policía; | |||
y los pocos que tú tienes | |||
(ahora que solas estamos) | |||
bien sabes que siempre andamos | |||
mudándolos. | |||
JERÓNIMA | Te entretienes | 365 | |
más de lo que es menester. | |||
ANA | Porque parezcan distintas | ||
ya guarniciones, ya cintas. | |||
JERÓNIMA | ¡Qué habladora estás, mujer! | ||
ANA | En la bata. | ||
JERÓNIMA | Déjalo. | 370 | |
ANA | En la basquiña y la falla. | ||
JERÓNIMA | Vamos a peinarme y calla. | ||
ANA | Pero todo lo hago yo. | ||
JERÓNIMA | Sí, mas tráeme el peinador. | ||
ANA | Ya le tengo aquí, señora. | 375 | |
JERÓNIMA | Anita, digo que ahora | ||
quitarme el bello es mejor, | |||
antes que venga más gente. | |||
ANA | Pues qué, ¿no se quitó ayer? | ||
JERÓNIMA | No importa, que da en crecer, | 380 | |
y apenas tengo los veinte; | |||
trae el vidrio, si te place, | |||
si no con pez o con cera. | |||
ANA | Tengo mi madre vellera, | ||
¿y no sabré cómo se hace? | 385 | ||
JERÓNIMA | Mas calla, que Mariquita | ||
ya con sus ridiculeces | |||
viene aquí. | |||
MARÍA | ¡Jesús mil veces! | ||
¿Es posible, Jeromita, | |||
que a estas horas sin vestir | 390 | ||
estés en el tocador, | |||
sin ponerte a hacer labor | |||
ni quererte persuadir | |||
a que tanto señorío | |||
como el tuyo no está bien, | 395 | ||
ni le corresponde a quien | |||
a expensas vive de un tío? | |||
Ya sabes que la fortuna | |||
hoy me tiene reservados | |||
diez y siete mil ducados, | 400 | ||
y que a ti más importuna | |||
te miró; no te alborote, | |||
pues no es vileza infamada | |||
el que una doncella honrada | |||
lleve en honor todo el dote; | 405 | ||
y tú no contenta, prima, | |||
con andar vociferando | |||
que es tuyo, me estás tratando | |||
con desprecio y sin estima. | |||
Ya ves que tú no haces nada, | 410 | ||
y yo siempre cocinera | |||
te sirvo, como si fuera | |||
la más indigna criada. | |||
Pues no, prima, no es razón, | |||
que la que ha de ser mujer | 415 | ||
de todo debe saber, | |||
del estrado y del fogón. | |||
Bien sabes que nuestro tío | |||
muy agrio contigo está, | |||
y por eso te habla ya | 420 | ||
con despego y con desvío. | |||
Todos se burlan de ti, | |||
y tú lo juzgas favor, | |||
que el celebrarte el humor | |||
es chanza que se usa aquí. | 425 | ||
JERÓNIMA | Bueno es eso; tú quisieras | ||
que una puerca fuera yo, | |||
y que me arrastren o no | |||
calandrajos y arpilleras, | |||
arpillera y calandrajos | 430 | ||
fuesen mi adorno y mi tren, | |||
y que llevara también | |||
por defuera los zancajos. | |||
Quisieras que yo anduviese | |||
con tanto moco colgando | 435 | ||
y que con los pies andando | |||
hiciera una y otra ese. | |||
Que llevara el delantal | |||
arrastrando por un lado, | |||
y del otro levantado | 440 | ||
con las rodillas igual. | |||
Quisieras que me peinara | |||
en bolsa, moño o rodete, | |||
o que anduviera el copete | |||
ofuscándome la cara. | 445 | ||
Que el manto sin punta fuese, | |||
como viuda o alcahueta, | |||
y una cola de bayeta | |||
con que las calles barriese. | |||
Quisieras... | |||
MARÍA | No quiero nada; | 450 | |
entendámonos, mujer, | |||
que un medio se ha de escoger, | |||
y está la riña acabada. | |||
Pues ni tanto ni tan poco | |||
es lo que te pido yo; | 455 | ||
lo sucio no me gustó, | |||
ni mirar colgando el moco. | |||
JERÓNIMA | Una parte la limpieza | ||
es de la buena crianza. | |||
MARÍA | Cierto, y merece alabanza | 460 | |
de alma y cuerpo la pureza. | |||
JERÓNIMA | Pues ¿qué tienes que notar? | ||
MARÍA | El exceso. | ||
JERÓNIMA | No hay exceso | ||
en mí, porque para eso | |||
Dios me quiso destinar | 465 | ||
buenos padres. | |||
MARÍA | Pues a mí | ||
¿tan malos me los ha dado? | |||
JERÓNIMA | No, pero tú has declinado | ||
al paso que yo subí. | |||
MARÍA | ¿Declinar yo?, ¿qué motivo | 470 | |
para una razón como ésta | |||
he dado yo?, ¿por ventura | |||
conservarás tu nobleza | |||
con pompa y con vanidad, | |||
sin tener de dónde venga? | 475 | ||
¿Afrento yo a mi linaje | |||
porque vivo con modestia, | |||
decente, no escandalosa, | |||
bien limpia, y no deshonesta? | |||
¿Tan grande es mi desaseo | 480 | ||
que, si el tiempo que tú empleas | |||
en tocarte, le gastara | |||
yo en la mesma diligencia, | |||
no hiciera bien mi papel | |||
por cualquier parte que fuera? | 485 | ||
¿No te corres, prima mía, | |||
de que te traigan en lenguas, | |||
llamándote todo el mundo | |||
a una voz la Petimetra? | |||
Y es lo peor que tú juzgas | 490 | ||
que es honra para ti inmensa | |||
lo que tuvieran por nada | |||
las loca maravilleras. | |||
¡Qué título tan famoso! | |||
Por cierto, que, si tuvieras | 495 | ||
juicio y discurso, la cara | |||
de empacho te se cayera; | |||
pues a mí aun el ir contigo | |||
me da temor y vergüenza, | |||
porque todos son fantasmas, | 500 | ||
poses, visajes y muecas. | |||
Y yo no sé qué interés | |||
tan vano es el que te lleva | |||
por ese hombre vagabundo, | |||
pues si quien es consideras, | 505 | ||
verás que lo menos malo | |||
que tiene es suma pobreza, | |||
poco dinero, mucha hambre, | |||
y más aire en la cabeza. | |||
El de ti se está burlando, | 510 | ||
y, como te lisonjea, | |||
entiendes que es discreción | |||
lo que es solapa y cautela. | |||
Y esta criada, que el diablo | |||
trajo porque tú te pierdas, | 515 | ||
es la que tiene la culpa | |||
de las más de tus simplezas. | |||
Ella con sus embelecos | |||
te embrolla, y... | |||
ANA | Señora, buenas | ||
noticias, por vida mía, | 520 | ||
pues no, yo no aguanto de esas | |||
si imagina que en Madrid | |||
me faltará conveniencia; | |||
pues tasadamente en casa | |||
de cuatro o cinco duquesas | 525 | ||
me están rogando que vaya | |||
con mucho empeño, y, si fuera, | |||
allí me celebrarían | |||
lo que aquí me vituperan | |||
MARTINA | Señora, Don Damián viene | 530 | |
JERÓNIMA | Pues lo que mi amor te ruega, | ||
Mariquita, es que te acuerdes | |||
que naciste con prudencia. | |||
MARÍA | ¿Viene aquel otro también? | ||
MARTINA | Sí, señora. | ||
MARÍA | No, no temas, | 535 | |
que una cosa es estar solas | |||
y otra haber gente de fuera. | |||
MARTINA | Aprisa, que está esperando. | ||
MARÍA | Dile que entre. | ||
JERÓNIMA | Di que venga. | ||
MARTINA | Voy. | ||
(Vase.) |
|||
JERÓNIMA | Al instante, al instante, | 540 | |
Anita, limpia esa mesa, | |||
arrima esos taburetes, | |||
corre esa cortina apriesa, | |||
quita de allí aquella jarra | |||
y eso que emporcó la perra, | 545 | ||
llévate ese candelero | |||
y las despabiladeras, | |||
y venga quien venga ahora. | |||
MARTINA | ¿Y aquello? | ||
DAMIÁN | No has de ser necia. | ||
MARTINA | Pues ¿no dijo usted que luego? | 550 | |
DAMIÁN | Es verdad. | ||
MARTINA | Pues vaya. | ||
JERÓNIMA | ¿No entra | ||
el señor Don Damián? | |||
DAMIÁN | Sólo. | ||
(Salen.) |
|||
esperaba esa licencia. | |||
JERÓNIMA | Dichosos, señor, los ojos | ||
que os ven. | |||
DAMIÁN | Muy en hora buena, | 555 | |
pues, siendo los vuestros, pido | |||
para ellos dichas eternas. | |||
JERÓNIMA | Discreto venís. | ||
DAMIÁN | Señora, | ||
ya todo el mundo confiesa | |||
que lo soy, no porque en nada | 560 | ||
mis estudios lo comprueban, | |||
mas por ver cuán acertada | |||
es mi elección, pues venera | |||
vuestras órdenes. | |||
JERÓNIMA | Mil gracias. | ||
Tomad sillas. | |||
FÉLIX | La obediencia | 565 | |
disculpe la confianza. | |||
JERÓNIMA | Y, aunque curiosidad sea, | ||
propia en nosotras, sepamos, | |||
si no hay cosa que lo veda, | |||
quien es este caballero. | 570 | ||
MARÍA | Eso mi atención espera. | ||
FÉLIX | Vuestro esclavo. | ||
JERÓNIMA | Señor mío. | ||
DAMIÁN | Es Don Félix de Contreras, | ||
que de Valladolid vino | |||
hoy, y amistad muy estrecha | 575 | ||
profesamos, y, fiado | |||
yo en la benignidad vuestra, | |||
me tomé el atrevimiento | |||
de traerle. | |||
JERÓNIMA | Y desde hoy sepa | ||
que es muy suya aquesta casa. | 580 | ||
FÉLIX | Para acudir siempre a ella | ||
a ofrecer mis rendimientos | |||
como debo. | |||
MARÍA | A poseerla. | ||
JERÓNIMA | Y ¿qué os parece la Corte? | ||
FÉLIX | No es para mí cosa nueva. | 585 | |
JERÓNIMA | ¿Habéis otra vez estado? | ||
FÉLIX | Señora, si nací en ella. | ||
JERÓNIMA | Pues no extrañaréis tampoco | ||
de hallarme a una hora como esta | |||
tan indecente; y es cierto, | 590 | ||
que así estar yo no debiera, | |||
viniendo a favorecerme | |||
vos. | |||
FÉLIX | De cualquiera manera | ||
estáis digna del aplauso, | |||
del obsequio y reverencia | 595 | ||
del mundo. | |||
JERÓNIMA | Es favor que os debo. | ||
FÉLIX | No es en mi favor, que es deuda. | ||
MARÍA | (Aparte.) (¡Válgame Dios, qué razones | ||
tan sentadas y discretas!) | |||
JERÓNIMA | ¿Os habéis desayunado? | 600 | |
DAMIÁN | Ya está hecha esa diligencia. | ||
JERÓNIMA | Trae, Martina, el chocolate. | ||
DAMIÁN | Hablemos de otra materia. | ||
JERÓNIMA | De la que gustareis vos. | ||
ROQUE | Buenos días; la lavandera, | 605 | |
señor, pide aquellos cuartos. | |||
DAMIÁN | ¡Que ahora con eso te vengas! | ||
ROQUE | Pues ¿no he de venir si dice | ||
que tiene el marido en pena, | |||
con dos potras y una hernia, | 610 | ||
y no puede trabajar? | |||
DAMIÁN | Anda, ve y dila que vuelva | ||
otro día, y no me enfades. | |||
MARTINA | Roque, cuidado si cuentas | ||
a alguien que tu señor viene | 615 | ||
a ver a mi ama. | |||
ROQUE | Necia, | ||
tú serás la que lo diga. | |||
MARTINA | No, por cierto, no lo creas; | ||
sé yo callar de mis amas | |||
cosas mayores que no éstas. | 620 | ||
ROQUE | Y yo también de mis amos. | ||
MARTINA | Secreto eres. | ||
ROQUE | Tú secreta. | ||
DAMIÁN | Si al instante no te vas, | ||
te he de romper la cabeza. | |||
ROQUE | Si así dieses los almuerzos, | 625 | |
y por las noches las cenas, | |||
no ayunara yo al traspaso | |||
eternamente. | |||
DAMIÁN | ¿Qué rezas? | ||
ROQUE | El pan nuestro dánosle hoy, | ||
y perdona nuestras deudas. | 630 | ||
DAMIÁN | Anda, infame. | ||
ROQUE | Usted, señor, | ||
quede con Dios. | |||
(Vase.) |
|||
JERÓNIMA | Gasta flema, | ||
que no hay diablos que le aguanten. | |||
DAMIÁN | Que me perdonéis es fuerza | ||
su ignorancia. | |||
FÉLIX | A vos, señora, | 635 | |
os servimos de molestia. | |||
JERÓNIMA | ¿Por qué? | ||
FÉLIX | Porque no os peináis. | ||
JERÓNIMA | Fuera ello mucha llaneza. | ||
FÉLIX | Pues estotro es despedirnos. | ||
JERÓNIMA | Pues, por no perder tan buena | 640 | |
conversación, peinaréme, | |||
puesto que me dais licencia. | |||
Anita, vamos. | |||
ANA | Las flores | ||
de la última moda estas | |||
que traigo son. | |||
JERÓNIMA | ¿Qué os parecen? | 645 | |
DAMIÁN | De buen gusto. | ||
FÉLIX | Son muy bellas. | ||
JERÓNIMA | ¿Lo hacéis por no disgustarme? | ||
DAMIÁN | No, señora, aunque no fueran | ||
buenas de por sí, es muy cierto | |||
que a ser célebres empiezan, | 650 | ||
cuando esperan verse ufanas, | |||
siendo airón de tu cabeza. | |||
JERÓNIMA | Si en otra acaso estuviesen, | ||
bien sé yo que os parecieran | |||
algo mejor. | |||
DAMIÁN | Si en el cielo, | 655 | |
transformadas en estrellas | |||
las viese resplandecer, | |||
como la Lira y la Flecha, | |||
no las estimara más. | |||
JERÓNIMA | Bien sé que otra cosa os queda. | 660 | |
DAMIÁN | Queda mucho que decir, | ||
que, si explicarlo pudiera, | |||
o hacer mi razón visible, | |||
ciertamente que no oyera | |||
de tu boca lo que escucho. | 665 | ||
JERÓNIMA | Que me picas. | ||
ANA | Si es que no entra | ||
ese alfiler, y es por eso. | |||
DAMIÁN | Porque en mi fe verdadera | ||
no se trasluce mentira | |||
ni ficciones. | |||
JERÓNIMA | ¡Que me aprietas! | 670 | |
ANA | Si es que no tienes oyendo | ||
muy segura la cabeza. | |||
JERÓNIMA | Pues ¿cómo la he de tener? | ||
ANA | Siquiera un instante quieta. | ||
JERÓNIMA | ¿Qué os parece a vos, Don Félix, | 675 | |
las disculpas, si son buenas, | |||
de vuestro amigo? | |||
FÉLIX | Señora, | ||
que ni la hay ni puede haberla | |||
juzgo para no estimaros | |||
únicamente en la tierra. | 680 | ||
JERÓNIMA | Pues él no es de esa opinión. | ||
FÉLIX | Dudo yo que cierto sea. | ||
JERÓNIMA | ¿Por qué? | ||
FÉLIX | Porque no imagino | ||
que haya en el mundo tan necia | |||
ingratitud que, logrando, | 685 | ||
no digo correspondencia, | |||
que esto es mucho, sino oídos | |||
de vos, atrevido tenga | |||
ánimo para mirar | |||
en el mundo otra belleza. | 690 | ||
Yo, a lo menos, si lograra | |||
tal favor, que no lo espera | |||
ni mi indignidad humilde | |||
ni mi encogida modestia, | |||
girasol eterno vuestro | 695 | ||
arrebatado viviera, | |||
y absorto en contemplación | |||
de cuanto Naturaleza | |||
apuró para formaros. | |||
JERÓNIMA | Pues aquí está quien desprecia | 700 | |
todo lo que alabáis vos. | |||
DAMIÁN | No me apuréis la paciencia, | ||
que eso es ya desesperarme, | |||
con vuestras palabras mesmas | |||
y las de Don Félix tengo | 705 | ||
de mostrar con evidencia | |||
lo que os amo: vos decís | |||
(bien lisonja o verdad sea) | |||
que soy discreto. | |||
JERÓNIMA | Y lo afirmo. | ||
DAMIÁN | Don Félix que sois perfecta | 710 | |
acaba de confesar. | |||
FÉLIX | Lo confesará y confiesa. | ||
DAMIÁN | Luego siendo yo discreto, | ||
como vos decís, es fuerza | |||
que ame lo que confesáis | 715 | ||
vos que es perfecto, pues fuera | |||
necia discreción la que | |||
la perfección no quisiera. | |||
JERÓNIMA | ¡Qué me tiras! | ||
ANA | Como estás | ||
embebecida y suspensa, | 720 | ||
no juzgué que te tiraba. | |||
JERÓNIMA | Me das tormento de cuerda, | ||
afloja, por Dios, un poco. | |||
DAMIÁN | ¿Es a mí? | ||
JERÓNIMA | No, sino a esta | ||
tonta, que me mortifica. | 725 | ||
DAMIÁN | ¿No me volvéis la respuesta? | ||
JERÓNIMA | ¡Ah!, sí; ya no me acordaba. | ||
DAMIÁN | ¡Válgame el cielo, qué pena! | ||
¡Que haya de haber siempre acasos, | |||
que mis fortunas alteran! | 730 | ||
JERÓNIMA | Hay argumentos, señor, | ||
que, si sólo a lo que suenan | |||
se atiende, parecen claros, | |||
pero, si se hace refleja, | |||
se experimenta que algunos | 735 | ||
en la práctica falsean; | |||
y así, señor Don Damián, | |||
aunque la discreción vuestra, | |||
con sofísticos engaños | |||
me persuada que me quiera, | 740 | ||
más que de favores, lleno | |||
de invenciones y agudezas, | |||
lo que prueba el silogismo | |||
falsifica la experiencia. | |||
FÉLIX | (Aparte.) (Esta mujer habla como | 745 | |
si cursase las escuelas.) | |||
MARÍA | (Aparte.) (Nunca vi, por mi desgracia, | ||
a mi prima tan discreta.) | |||
JERÓNIMA | ¿No respondéis? | ||
DAMIÁN | Sí, señora. | ||
Estaréis muy satisfecha | 750 | ||
de que me habéis convencido; | |||
pues, sólo porque se vea | |||
que no, reparad, señora, | |||
la artificiosa elocuencia | |||
con que me injuriáis, pues cierto | 755 | ||
es que en cualquiera materia | |||
donde luce el artificio | |||
se trasluce la cautela. | |||
Si el corazón vuestro herido, | |||
como tengo yo, tuvierais, | 760 | ||
si enajenados tuvieseis | |||
los sentidos y potencias, | |||
no estuvieran tan expertos | |||
para con tanta presteza | |||
persuadir lo que no es, | 765 | ||
haciéndome a mí que crea | |||
lo que tu boca me dicta, | |||
aunque el alma me lo niega; | |||
y así, de esto inferiremos, | |||
con tu permiso y licencia, | 770 | ||
que muy discreta anduvistes, | |||
pero no muy verdadera. | |||
MARÍA | Grandemente se disculpa. | ||
JERÓNIMA | Pues yo no estoy satisfecha. | ||
MARÍA | ¿Por qué? | ||
JERÓNIMA | Muchacha, despacio, | 775 | |
que me tiras y repelas. | |||
¡Ay, que mano tan pesada! | |||
Válgame Dios, quien pudiera | |||
ser cualquiera de vosotras, | |||
que de mes a mes se peina | 780 | ||
y con todo está decente. | |||
Este trabajito lleva | |||
la que tiene obligaciones | |||
como yo. | |||
FÉLIX | Señora, es fuerza | ||
que las mujeres de modo | 785 | ||
se rindan a la tarea | |||
cotidiana de adornarse | |||
como conviene a su esfera. | |||
JERÓNIMA | Es verdad. | ||
DAMIÁN | Parece que | ||
de nuestra cuestión te alejas; | 790 | ||
sepamos en qué te ofendo, | |||
que hasta tanto que lo sepa | |||
no estaré yo sosegado. | |||
JERÓNIMA | Pues, por ver si te sosiegas, | ||
ya que eres tan importuno, | 795 | ||
anoche, ¿qué dependencias | |||
tuvisteis, que no os he visto? | |||
DAMIÁN | Como contingente sea, | ||
y aun imposible, el hablaros, | |||
según dijisteis vos mesma, | 800 | ||
no vine anoche. | |||
JERÓNIMA | Es verdad; | ||
mas bien sabéis que a las rejas | |||
o al balcón suelo estar siempre, | |||
y aquel que adora de veras, | |||
si hablar no puede, con ver | 805 | ||
lleva el alma satisfecha. | |||
DAMIÁN | Es así, pero... | ||
MARÍA | Mi tío; | ||
¡ay, Jesús!, vamos apriesa, | |||
y buscar dónde esconderse. | |||
JERÓNIMA | Meteros en esa pieza, | 810 | |
y tú, Martina, con ellos, | |||
para que con maña puedas | |||
impedir si quiere entrar. | |||
MARTINA | ¡Y que esto a mí me suceda! | ||
Yo encerrada con dos hombres; | 815 | ||
por Cristo, que nada sepa | |||
Roquillo. | |||
JERÓNIMA | Nada sabrá. | ||
MARÍA | Entrad y cerrad la puerta. | ||
RODRIGO | Este caso, por mi vida, | ||
me ha de perder la cabeza, | 820 | ||
no le ha habido semejante | |||
en consejos ni en escuelas, | |||
ni el Vinio me da razón, | |||
ni Cujacio, ni Valencia, | |||
ni toda la turbamulta | 825 | ||
de los autores que llenan | |||
los estantes de mi estudio, | |||
y quiero ver si en Ortega, | |||
que me le dejé olvidado, | |||
hallo algo de esta materia, | 830 | ||
¡válgame Dios! | |||
MARÍA | Tío mío, | ||
¿dónde vais con tan suspensa | |||
admiración? | |||
RODRIGO | Calla niña, | ||
porque no son cosas estas | |||
para vosotras. | |||
MARÍA | Si estáis | 835 | |
malo o la terciana os entra, | |||
id por Dios a recogeros, | |||
que yo, con la diligencia | |||
que acostumbro, os cuidaré. | |||
RODRIGO | No es terciana, ¡ojalá fuera!, | 840 | |
que esto es cosa del honor. | |||
MARÍA | (Aparte.) (¡Cielo santo!, ya estoy muerta, | ||
cosa del honor ha dicho.) | |||
RODRIGO | Y así, a entrar voy a esta pieza. | ||
JERÓNIMA | ¿A qué? | ||
RODRIGO | A que he de menester | 845 | |
informarme con certeza. | |||
JERÓNIMA | ¿De qué señor? | ||
RODRIGO | De una cosa. | ||
JERÓNIMA | ¡Ay!, ¿qué cosa será esta? | ||
MARÍA | No entréis, señor. | ||
RODRIGO | Pues ¿por qué? | ||
MARÍA | Está cerrada la puerta. | 850 | |
RODRIGO | Pues abridla, porque es | ||
preciso que un libro vea | |||
que me le dejé olvidado. | |||
MARÍA | (Aparte.) (Esto es ya de otra materia.) | ||
RODRIGO | Y va mi honor en sacar | 855 | |
con lucimiento y presteza | |||
a un litigante que fía | |||
de mi vida, honra y hacienda. | |||
JERÓNIMA | Martina, tu señor tiene | ||
que hacer dentro de esa pieza, | 860 | ||
y quiere entrar. | |||
MARTINA | ¡Ay, señora! (Dentro.) | ||
Por San Blas y Santa Elena, | |||
que no le dejéis. | |||
JERÓNIMA | ¿Por qué? | ||
MARTINA | Porque estoy muy deshonesta. | ||
RODRIGO | Pues ¿qué haces así, muchacha? | 865 | |
MARTINA | ¡Ay, señor!, me da vergüenza | ||
de decirlo. | |||
RODRIGO | Aprisa, acaba; | ||
¿cómo estás de esa manera? | |||
MARTINA | Me estoy mirando las pulgas. | ||
RODRIGO | Pues que me abras aquí es fuerza, | 870 | |
que no quiero verte nada. | |||
MARTINA | Si estoy en camisa puesta, | ||
¿cómo lo he de hacer sin que | |||
de empacho me caiga muerta? | |||
RODRIGO | ¡Qué bien que a mí me parece | 875 | |
el recato en las doncellas!, | |||
pues mira, dame ese libro | |||
por debajo de la puerta, | |||
que está ahí. | |||
MARTINA | ¿En dónde, señor? | ||
RODRIGO | Ahí sobre esa papelera. | 880 | |
MARTINA | Señor, aquí hay tres o cuatro. | ||
RODRIGO | Veremos cuál de ellos sea. | ||
(Bájase a mirar por debajo de la puerta.) | |||
MARTINA | ¿Será éste? | ||
RODRIGO | Dácale a ver. | ||
ROQUE | Deo Gracias, la lavandera | ||
dice que esperar no puede. | 885 | ||
JERÓNIMA | ¡Maldita sea tu lengua!, | ||
vete al instante. | |||
ROQUE | No puedo, | ||
que sube por la escalera | |||
el soplón del escribiente. | |||
JERÓNIMA | Todo lo perdimos de ésta: | 890 | |
si allí le abren, ve a los dos; | |||
si vuelve acá la cabeza, | |||
ve a estotro; aprisa enemigo, | |||
métete bajo esta mesa. | |||
ROQUE | Allá voy. | ||
(Métese.) |
|||
RODRIGO | ¡Válgame Dios | 895 | |
el pleito y lo que me cuesta!, | |||
pero el Barbosa ha de estar, | |||
juzgo, en esta cuadra mesma. | |||
¡Ah, Martina! ¿un libro grande | |||
no está ahí? | |||
MARTINA | Porque no le diera | 900 | |
el polvo, yo esta mañana | |||
al barrer las agujetas | |||
le até, y muy curiosamente | |||
le metí bajo la mesa | |||
del tocador de mi ama. | 905 | ||
RODRIGO | ¡Y que anden de esta manera | ||
mis libros! (Va a sacarle.) | |||
MARÍA | ¿Dónde vas, tío? | ||
RODRIGO | ¿Hay alguna otra doncella | ||
también en cueros aquí? | |||
MARÍA | No, sino que no es decencia | 910 | |
que os arrastréis vos, que yo | |||
puedo sacarle. | |||
RODRIGO | Pues ea, | ||
despacha. | |||
MARÍA | ¡Virgen del Carmen! (Búscale.) | ||
RODRIGO | ¿Qué sucede? ¿No lo encuentras? | ||
MARÍA | No, señor. | ||
RODRIGO | Quita, que yo | 915 | |
le hallaré. | |||
JERÓNIMA | Eso temo. | ||
RODRIGO | Necia, | ||
aparta, le buscaré. | |||
MARÍA | Nadie hará más diligencia | ||
por daros gusto que yo, | |||
ya le encontraré. | |||
RODRIGO | Si me llega | 920 | |
nadie a mis libros, aunque | |||
de polvo no se les vea, | |||
a palos con el bastón | |||
le he de romper la cabeza. | |||
(Vase.) |
|||
ANA | Gracias a Dios que salimos | 925 | |
de tal confusión y pena. | |||
MARÍA | Yo no soy para estos sustos, | ||
Jeromita, yo estoy muerta; | |||
yo no sé qué gusto tienes | |||
en esto. | |||
JERÓNIMA | Vaya, eso deja; | 930 | |
en qué poca agua te ahogas. | |||
MARÍA | Voyme a esparcir allá fuera. | ||
(Vase.) |
|||
JERÓNIMA | Ya podéis salir, señores. | ||
(Salen.) |
|||
DAMIÁN | Ya impaciente lo desea | ||
mi afecto. | |||
JERÓNIMA | No hay que temer | 935 | |
de que ya mi tío vuelva, | |||
que aquello fue un accidente; | |||
a ver, ese espejo llega, | |||
¿si estaré yo bien peinada? | |||
DAMIÁN | Estás, Jerónima bella, | 940 | |
transformada en una Venus. | |||
JERÓNIMA | Las flores ¿qué tal me sientan? | ||
FÉLIX | Mejor que no en tu jardín. | ||
JERÓNIMA | ¿Y los polvos? | ||
DAMIÁN | Te hermosean. | ||
JERÓNIMA | ¿Cómo me dice el lunar? | 945 | |
FÉLIX | Como al cielo las estrellas. | ||
JERÓNIMA | Pues tráeme, Anita, abanicos. | ||
ANA | ¿Cuál queréis, el de la fiesta | ||
de los toros de Aranjuez? | |||
JERÓNIMA | ¡Jesús, qué cosa tan vieja! | 950 | |
ANA | ¿El del peneque? | ||
JERÓNIMA | Tampoco. | ||
ANA | ¿Del empedrado? | ||
JERÓNIMA | El que quieras, | ||
como no sea antiguallas. | |||
ANA | El de la moda postrera | ||
es este. | |||
JERÓNIMA | Muy bien; las cintas, | 955 | |
las sortijas, las pulseras, | |||
el collar, el ramillete, | |||
los guantes, caja y frasquera, | |||
el reloj, las arracadas, | |||
y lo que sabes que lleva | 960 | ||
una mujer de mi porte. | |||
ANA | Todas estas cosas puestas | ||
por su orden tengo en la alcoba. | |||
JERÓNIMA | Pues voy, con vuestra licencia, | ||
a acabarme de vestir. | 965 | ||
DAMIÁN | Si os faltase camarera, | ||
aquí tenéis quien os sirva. | |||
JERÓNIMA | Lo estimo. | ||
MARTINA | Una trampa buena | ||
le armamos al pobre viejo, | |||
mi astucia la paga espera. | 970 | ||
Voy a mirar mi comida. | |||
(Vase.) |
|||
DAMIÁN | Ahora bien, mi atención sepa | ||
qué habéis juzgado, Don Félix, | |||
del mérito de mi prenda. | |||
¿Hela exagerado mucho?, | 975 | ||
¿ponderé sus excelencias? | |||
¿No respondéis?, ¿que tenéis | |||
encogimiento o vergüenza | |||
de decir que no os parece | |||
tan hermosa y tan discreta | 980 | ||
como yo os he ponderado? | |||
FÉLIX | ¡Plugiera a Dios que eso fuera! | ||
DAMIÁN | Pues ¿qué es? | ||
FÉLIX | Nada. | ||
DAMIÁN | No os entiendo. | ||
FÉLIX | No es mucho que no me entiendas, | ||
pues yo tampoco me entiendo. | 985 | ||
DAMIÁN | Vamos claros. | ||
FÉLIX | ¿Y si os pesa | ||
de que os hable claro yo? | |||
DAMIÁN | No, de ninguna manera | ||
me pesará, os aseguro | |||
que en amistad verdadera | 990 | ||
más vale un sentir patente | |||
que un agrado con cautela. | |||
FÉLIX | Pues, Don Damián, vos dijisteis | ||
hoy que Jerónima bella | |||
hermosa es. | |||
DAMIÁN | Sí. | ||
FÉLIX | Y yo también; | 995 | |
luego siendo así, es ya fuerza | |||
que ame yo, aunque no discreto, | |||
toda cosa que es perfecta. | |||
DAMIÁN | Luego a Jerónima amáis. | ||
FÉLIX | Es clara la consecuencia. | 1000 | |
DAMIÁN | ¡Que esto escuche yo de quien | ||
traje advenedizo a verla! | |||
FÉLIX | Vos no dijisteis que amabais | ||
absolutamente a ella, | |||
sino que entre las dos primas | 1005 | ||
mostrabais indiferencia. | |||
DAMIÁN | Yo no dije cosa que | ||
atrevimiento pudiera | |||
daros de amar a ninguna. | |||
FÉLIX | Mucho apuráis la materia; | 1010 | |
entre dos, que vos no amáis | |||
puedo escoger la que quiera. | |||
DAMIÁN | Si a Jerónima no es, | ||
a Doña María sea. | |||
FÉLIX | No me elijáis la mujer, | 1015 | |
yo haré lo que me parezca, | |||
que no estáis vos encargado, | |||
Don Damián, de mi tutela. | |||
DAMIÁN | Ni tampoco de la mía | ||
tú, para que así pretendas | 1020 | ||
quitarme el gusto. | |||
FÉLIX | Yo nada | ||
quito a nadie. | |||
DAMIÁN | No tan recia | ||
alcéis la voz que nos oigan. | |||
FÉLIX | Digo que yo tengo hacienda | ||
y puedo casarme, y vos | 1025 | ||
es imposible, aunque queráis. | |||
DAMIÁN | Así mi afecto se paga, | ||
¿es razón ni amistad ésta? | |||
FÉLIX | Nadie más que yo el sagrado | ||
de la amistad fiel venera. | 1030 | ||
DAMIÁN | Pues sabed que he de vengarme | ||
de cualquier suerte que pueda. | |||
FÉLIX | No importa, que una traición | ||
no asusta a mi fortaleza. | |||
DAMIÁN | Pues de Jerónima huid. | 1035 | |
FÉLIX | Como me lo mande ella. | ||
DAMIÁN | No os ha de querer tampoco. | ||
FÉLIX | Bástame el que yo la quiera. | ||
DAMIÁN | Perderemos la amistad. | ||
FÉLIX | Pues la culpa será vuestra. | 1040 | |
DAMIÁN | A Jerónima dejad. | ||
FÉLIX | Ya eso es machaca y cansera. | ||
DAMIÁN | Yo por ella os traje aquí. | ||
FÉLIX | Pues yo os mataré por ella. | ||
DAMIÁN | ¿Vos a mí? | ||
FÉLIX | Sí, Don Damián. | 1045 | |
DAMIÁN | Pues, Don Félix, cuando quieras. | ||
FÉLIX | Tal arrogancia merece | ||
con la espada la respuesta; | |||
ahora es buena ocasión. | |||
DAMIÁN | No, salgamos allá fuera. | 1050 | |
FÉLIX | Decís bien, que no es razón | ||
armar aquí una pendencia, | |||
que el tocador de una dama | |||
no es bueno para palestra. | |||
ROQUE | Andad con dos mil demonios, | 1055 | |
canallas, malas cabezas, | |||
que he estado allí devanado, | |||
rotos brazos, pies y piernas. | |||
No hay que temer que se maten, | |||
pues la cobarde prudencia | 1060 | ||
de Damián ya hallará modo | |||
cómo evadir la quimera. | |||
Ya lo verá Martinilla | |||
que con los majos se encierra. | |||
Mas voy yo a ver lo que pasa, | 1065 | ||
hasta que otro rato vuelva | |||
a imitar a San Alejo | |||
debajo de la escalera. |