Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.



ArribaAbajo

Jornada tercera



Sale DON FÉLIX.



FÉLIX Ahora que solo he llegado,      
y Jerónima y Damián
discurro que a misa están
porque yo los he atisbado,
puede ser que halle ocasión 5
de hablar a Doña María,
y decir la pena mía
con respeto y sumisión.
Martinilla puede ser
que dijese alguna cosa, 10
que es una parlera, curiosa
otra, una y otra, mujer.
 
(Sale DOÑA MARÍA.)
 
MARÍA Don Félix, seáis bien venido.
FÉLIX Seáis, señora, bien hallada.
MARÍA Sea feliz vuestra llegada. 15
FÉLIX A los cielos eso pido.
MARÍA Qué, ¿no habéis acompañado
a mi prima?
FÉLIX                    No, señora.
MARÍA ¿Por qué?
FÉLIX                 Porque estoy ahora
más altamente empleado. 20
MARÍA Pues, ¿no estuvierais mejor
con mi prima?
FÉLIX                       No estuviera,
que, a estarlo, lo dispusiera
de otra manera el amor.
MARÍA ¿Qué amor?
FÉLIX                    El mucho que os tengo. 25
MARÍA Ahora es buena ocasión,
que de vuestra adulación
a hacer burla me prevengo.
FÉLIX ¿De mis afectos hacéis
burla?
MARÍA            Sí, Don Félix, sí, 30
porque lisonjero os vi,
y vos bien lo conocéis.
FÉLIX ¿Es lisonja la verdad?
MARÍA ¿Qué verdad?
FÉLIX                      El que yo os quiero.
MARÍA Dudo el que sea verdadero. 35
FÉLIX ¿En qué halláis dificultad?
MARÍA El corto mérito mío
me hace dudar.
FÉLIX                         Pues, señora,
rompa de una vez los grillos
a mi silencio y, aunque 40
el atrevimiento indigno
de proferir que os adoro,
pague con un ceño esquivo,
más que morir de cobarde
vale morir de atrevido. 45
Don Félix soy de Contreras,
tengo un mayorazgo rico,
y esperando por instantes
estoy, señora, el aviso
de un pleito que a mi favor 50
se habrá sentenciado y visto;
y, por si acaso saliese
en contrario, yo he venido
a hacer estas diligencias;
y, porque sepáis que os digo 55
la verdad, esta mañana,
cuando a una posada arribo,
hallé a este Damián, que un tiempo
sólo fue mi conocido,
aunque él, por lo que le importa, 60
dice que somos amigos.
Trájome al instante aquí,
ponderándome el hechizo
de vuestra prima, a quien ama
él con afecto excesivo. 65
Yo confieso (ahora veréis
que es verdad lo que yo os digo)
que a la primer vista todo
me arrebaté suspendido
de sus aparentes gracias. 70
No me avuergüenzo al decirlo;
pero ya desengañado,
y habiendo bien advertido
cuán diferentes las dos
sois (y agradeced que omito 75
contar vuestras perfecciones),
ya de veras me he rendido
a vos, vuestro esclavo soy,
no queráis que amor tan fino
se malogre, que yo os juro 80
por los cielos cristalinos
que no dejaré de amaros
mientras me miraren vivo.
Yo vengo recomendado
por cartas a vuestro tío, 85
y al instante que me vea,
como yo le he conocido
en Valladolid, me hará
cuanto agasajo imagino
pueda hacerme, y vos, señora, 90
no olvidéis lo que os he dicho.
Ved qué respondéis, que ahora,
sin salir de aqueste sitio,
espero de vuestra boca
la libertad o el suplicio. 95
MARÍA Para responder, Don Félix,
muchas cosas necesito.
FÉLIX Decidme.
MARÍA                Satisfacerme
primeramente es preciso
de vuestro amor, porque quien 100
sin consideración quiso
a mi prima y la aborrece
cuasi en el instante mismo,
es claro que no podrá
mostrar constancia conmigo. 105
FÉLIX El querer a vuestra prima
fue impensado e improviso,
mas el quereros a vos
lance es ya muy prevenido.
Y si no, ¿no os acordáis 110
del que en Valladolid fino
aquella dichosa tarde
os libró de aquel peligro?
MARÍA Es verdad, bien os conozco.
FÉLIX Ved si mi amor es antiguo. 115
MARÍA Pues ¿cómo amaste a mi prima?
FÉLIX No os había conocido.
MARÍA Ni ahora conocéis tampoco
el corto mérito mío.
FÉLIX Pues yo os respondo también, 120
y con toda el alma os digo
que el Artífice Supremo
mostrar su habilidad quiso
cuando os formó tan hermosa,
y, aunque no queráis oírlo, 125
decir que es por despreciarme
y no busquéis coloridos
a vuestro rigor, y ahora,
que ya el desengaño he visto,
quedaros con Dios.
MARÍA                                Don Félix, 130
¿que sois tan ejecutivo?
FÉLIX Para decirme sí o no,
que hay bastante tiempo he visto.
MARÍA Pero decid, si a mi prima
no queréis y habéis querido 135
en tan pequeño espacio,
¿es recelo vano el mío?
FÉLIX Que la quise a vuestra prima
no dije, que, a haberlo dicho,
vive Dios que la quisiera, 140
aunque estorbos infinitos
se opusieran a mi intento;
y, pues a vos os lo digo,
imaginad que es verdad,
o me doy por ofendido 145
de que a un hombre como yo
le tratéis de fementido,
pues quien engaña a una dama
hace tan grande delito.
Quedad con Dios.
MARÍA                              Mira, Félix. 150
FÉLIX ¿Qué decís?
MARÍA                    Que no me animo
a decir nada.
FÉLIX                    ¿Por qué?
MARÍA Porque es grande empacho el mío.
FÉLIX Yo para engañar le tengo,
mas cuando la verdad digo, 155
ella mesma me da alientos
a hablar lo que solicito.
MARÍA Pues démele a mí también.
No extrañes, Don Félix mío,
que este recato en mí propio 160
me tenga el labio encogido.
Ni extrañes que, ya que suelto
la voz, parezca al decirlo
que estoy acostumbrada
a semejantes estilos, 165
porque el que una mujer mire
al santo fin que yo la miro,
ni es de su calidad mengua,
ni es de su fama delito.
Te vi y bien me pareciste, 170
perdona, si no te digo
que te quiero, que me abrasa
la verguenza al proferirlo.
Diez y siete mil ducados,
y aún más, es el dote mío, 175
yo soy tuya, así los cielos
lo han dispuesto y lo han querido,
y siento no tener cuanto
engendra el Potosí rico
para ofrecerte por muestras, 180
Félix, de lo que te estimo.
FÉLIX No al oro y plata, señora,
a ti solamente aspiro.
MARÍA ¿Me faltarás?
FÉLIX                      ¿Qué es faltar?
Primero que lo que digo 185
falte verás desplomarse
los círculos de zafiros.
MARÍA ¿Y mi prima?
FÉLIX                      Que tal cosa
no me nombres te suplico.
MARÍA Es que temo.
FÉLIX                    Pues ¿qué temes? 190
MARÍA Si serás para cumplirlo.
FÉLIX Mas temo yo tus mudanzas.
MARÍA Que no las temas te digo.
FÉLIX Con que ¿no temo?
MARÍA                                No temas.
FÉLIX ¿Serás mía?
MARÍA                    ¿Serás mío? 195
FÉLIX Sí.
MARÍA       Sí.
FÉLIX           Pues adiós, señora.
MARÍA Adiós, pero aquí mi tío
viene.
FÉLIX            No importa, que yo
saldré bien de este peligro.
 
(Sale DON RODRIGO.)
 
RODRIGO ¿Con quién estabas hablando? 200
Mas, cielos, ¡qué es lo que miro,
Don Félix!
FÉLIX                  A vuestras plantas
estoy, señor Don Rodrigo.
RODRIGO Enhorabuena a mi casa
vos seáis muy bien venido; 205
y ¿cuándo fue la llegada?
FÉLIX Poco tiempo ha; de mi tío
el catedrático traigo
esta carta que a vos mismo
dijo que se la entregara. 210
RODRIGO Somos muy grandes amigos;
y ¿cómo está?
FÉLIX                       Le dejé
con salud para serviros.
RODRIGO ¿Y toda la demás gente?
FÉLIX Buenos.
RODRIGO               Todos los antiguos 215
concurrentes a la mesa
de naipes de vuestro tío
¿cómo están?
FÉLIX                      Con salud todos.
RODRIGO ¡Qué bien que nos divertimos
las noches de los inviernos! 220
FÉLIX Y ahora hacen todos lo mismo.
RODRIGO Me alegro, y vos ya sabéis,
aunque es ocioso el decirlo,
que tengo casa en Madrid;
y, aunque deba haber sentido 225
que sin atender a aquesto
a una posada hayáis ido,
con todo aún tiene remedio.
FÉLIX Es fineza que yo estimo;
mas no quiero molestaros. 230
RODRIGO Ninguna disculpa admito;
en mi casa habéis de estar.
Dile al escribiente mío,
Mariquita, que se llegue
por los trastos más precisos 235
a la posada, que así
sé yo honrar a mis amigos.
FÉLIX Obligado me confieso.
RODRIGO Y en el cuarto junto al mío
poned la cama a Don Félix. 240
MARÍA Voy señor.
 

(Vase.)

 
RODRIGO                  Debo advertiros
que al cuarto de mis sobrinas
no entréis con ningún motivo,
porque no parece bien,
y tal llaneza no admito 245
ni aun de sus mesmos parientes;
esto acá es cierto capricho,
no de viejo, sino de
hombre de maduro juicio
que sabe lo que es el mundo; 250
y, cuando a casa rendido
vengáis de pasear la Corte,
podéis muy bien divertiros
en mi estudio con mis cuadros,
con mis mapas y mis libros. 255
Ved que lo dicho, Don Félix,
no lo pongáis en olvido.
FÉLIX A todo cuanto mandáis
obediente me resigno.
 
(Sale DOÑA MARÍA.)
 
MARÍA Ya todo dispuesto queda. 260
RODRIGO Pues ahora yo me retiro
con vuestra licencia a leer
la carta.
FÉLIX              En ella mi tío
os informa por extenso,
señor, a lo que he venido. 265
RODRIGO Ved, que lo dicho, Don Félix,
no lo pongáis en olvido.
 

(Vase.)

 
MARÍA Dichosa ha sido mi suerte.
FÉLIX Más feliz la mía ha sido
porque así habré conseguido 270
a menudo hablarte y verte,
y aunque con tanto rigor
quiere impedirlo tu tío,
es un loco desvarío
poner riendas al amor. 275
Ahora voy a la posada
a decirle al escribiente
que traiga lo conveniente,
porque no se olvide nada.
MARÍA Adiós.
FÉLIX            Adiós.
 

(Vase.)

 
MARÍA                       Santo cielo, 280
hoy vuestro poder me valga,
permitidme que bien salga
mi cuidado y mi desvelo.
Mi casto intento premiad,
pues que lo sabéis bien claro, 285
y halle en vosotros amparo
la encogida honestidad.
 
(Salen DOÑA JERÓNIMA y DON DAMIÁN.)
 
JERÓNIMA ¡Jesús! ¡Jesús! ¡qué cansada,
prima, vengo, y qué molida!,
una silla por tu vida 290
arrima y ponla una almohada.
MARÍA Pues vendréis cansado vos,
sentaos un poco, por Dios,
que ya os iréis, Don Damián.
DAMIÁN Poco estaré.
JERÓNIMA                     Vaya, vaya, 295
que está la calle Mayor
con tanta gala y primor
que casi pasa de raya.
Un aderezo que vi
mejor no se puede hallar, 300
con su peto y su collar,
con lazos y excusalí.
Por no buscarle no estreno,
porque estará ya olvidado
otro que tengo guardado, 305
que es, si no mejor, tan bueno.
No me puedo levantar,
cierto que esto es penitencia,
pero con vuestra licencia
voy a entrarme a desnudar. 310
 

(Vase.)

 
MARÍA Yo también me voy.
DAMIÁN                                 Señora,
¿solo me queréis dejar?
MARÍA                                     Sí.
DAMIÁN Es que os tengo yo que hablar.
MARÍA ¿Qué queréis hablarme ahora?
DAMIÁN Suspended un poco el paso, 315
y escuchadme.
MARÍA                      Ya os escucho.
DAMIÁN (Aparte.)   (Con amor y miedo lucho,
todo me hielo y me abraso.)
MARÍA Decid, pues.
DAMIÁN                    Digo, señora,
que, antes de todo, postrado 320
a vuestras plantas os pido
perdón de lo temerario
que he de andar en lo que diga;
mas yo, sólo confiado
en vuestra piedad, espero 325
que no formaréis agravio.
Yo, señora, conociendo
los quilates y los grados
de vuestra hermosura, digo
que humilde los idolatro, 330
digo que os quiero de veras,
y mas que a mi vida os amo;
y en fin...
MARÍA                 No me digáis más.
DAMIÁN Con que ¿os habéis enojado?
MARÍA ¿No me he de enojar si veo 335
claramente un desengaño
de vuestra inconstancia ingrata?
DAMIÁN Pues sabed que porfiando
se vence un muro y un monte
suele venir desplomado, 340
se labra un diamante, y todo
se le rinde al tiempo cano.
MARÍA Menos mi pecho, que está
de vos muy desengañado.
DAMIÁN Pues por más que os retiréis, 345
yo no he de dejar de amaros,
y, en oyendo mi razón,
os reduciréis acaso.
MARÍA Primero que me reduzca
domesticaréis un mármol. 350
 

(Vase.)

 
DAMIÁN No hay mujer que a la lisonja
resista por grande espacio.
 
(Sale DON FÉLIX.)
 
FÉLIX Don Damián.
DAMIÁN                       Don Félix.
FÉLIX                                          Tengo
un grande gusto que daros.
DAMIÁN Yo a vos una enhorabuena. 355
FÉLIX Las albricias que yo aguardo,
por la noticia que os dé,
son muy grandes.
DAMIÁN                             He pensado,
que aún me las daréis mayores
por las nuevas que yo os traigo. 360
FÉLIX Yo quiero hablar el primero.
DAMIÁN Antes yo pretendo hablaros.
FÉLIX He de ser yo.
DAMIÁN                     No has de ser.
FÉLIX Pues hablaremos entrambos
de una vez.
DAMIÁN                   Es imposible. 365
FÉLIX Mas ¿qué os estáis recelando
de lo que voy a decir?
DAMIÁN Mas que vos habéis pensado...
FÉLIX Nada pensé, oíd.
DAMIÁN                          No escucho.
FÉLIX Pues lo diré al aire vano. 370
DAMIÁN Fuerza es oír, oigo pues.
FÉLIX Pues ya veis que ha poco rato
que, porque os dije que amaba
a Jerónima, enojado
con razón de que os quitase 375
lo que ha tanto estáis amando,
con dolor de la amistad
salimos desafiados.
DAMIÁN Es verdad...
FÉLIX                   Pues porque no haya
entre amigos más agravios, 380
la olvidé...
DAMIÁN (Aparte.)   (No lo sabrá,
que yo también la he dejado.)
Oíd...
FÉLIX         Aguardad que acabe,
y os escucharé despacio.
DAMIÁN Ahora me toca a mí. 385
FÉLIX Mientras no he finalizado
mi razonamiento, ¿es justo
que vos queráis estorbarlo?,
escuchad, o vive Dios...
DAMIÁN Mas valiera no escucharlo. 390
FÉLIX Digo, pues, que porque no haya
entre amigos más agravios
a Jerónima dejé,
y el corazón me ha robado
su prima Doña María. 395
DAMIÁN (Aparte.)   (¡Que esto escucho, y no le mato!)
FÉLIX ¿Qué decís?
DAMIÁN                    Hombre, a quien juzgo
que trajo a Madrid el diablo
sólo por mortificarme
y para ser mi contrario, 400
¿posible es que a cuantas cosas
dispongo, imagino y trato
te has de oponer?
FÉLIX                             Pues ahora
que alegre estaba esperando
de vos agradecimientos 405
por la fineza que os hago,
¿sin cuidar del beneficio
con ingratitud os hallo?
DAMIÁN ¿Qué beneficio me has hecho,
hombre, que el infierno trajo 410
para estorbar mi quietud?
Sabe que yo imaginando
que un grande favor te hacía,
venciéndome todo cuanto
fue posible, te he cedido 415
a Jerónima; milagro
es este de mi amistad,
y, como nunca inclinado
te vi a su prima, escogíla;
y, ya que una me has quitado, 420
otra pretendes quitarme,
para que, si yo la alargo,
ver en quien pongo los ojos
y obligarla de contado.
FÉLIX ¿Con qué a la bella María 425
amáis?
DAMIÁN            Esto es, Félix, claro.
FÉLIX No sé como con la espada
la respuesta no os he dado.
¿Con que tal atrevimiento
tenéis al ver que yo honrado, 430
por ser gusto antiguo vuestro,
Jerónima os la he dejado?
DAMIÁN Pues ya de parecer mudo.
FÉLIX No sé si podréis lograrlo.
DAMIÁN Lograrélo con la espada. 435
FÉLIX Pues, aunque viole el sagrado
y aunque el honor aventure
de ambas primas, porque osado
más no seáis, no habéis de
salir vivo de este cuarto. 440
DAMIÁN Sacad la espada... Aunque cierto
es que el sacarla es extraño
contra un amigo, allá voy.
FÉLIX Siempre andáis muy remirado
cuando llegáis a reñir. 445
DAMIÁN Y ahora más que nunca ando.
Lo primero, y principal,
por el paraje en que estamos;
lo otro, porque si de antes
que eligiese ella dejamos, 450
será bien hecho que ahora
lo que allí hicimos hagamos.
FÉLIX ¿Con qué a su elección queréis
que este duelo remitamos?
DAMIÁN Sí.
FÉLIX       Pues, aunque sé muy bien 455
que afrenta a un enamorado
consentir competidor
que se muestre apasionado,
como sé que contra mí
sois tan pequeño contrario 460
que aun me afrentara el venceros,
para ver si os desengaño
he de consentir en ello;
y así obliguémosla entrambos,
y esté en su elección el ser 465
o dichoso o desdichado.
DAMIÁN Pues porque a mí me es preciso
ir a hacer cierto recado,
iré y volveré, Don Félix,
de aquí a brevísimo rato. 470
FÉLIX Id con Dios.
 
(Sale DOÑA JERÓNIMA.)
 
JERÓNIMA                      Señor Don Félix,
cuanto me alegro de hallaros
FÉLIX Pues ¿qué mandáis?
JERÓNIMA                               Seré breve.
FÉLIX Decid.
JERÓNIMA           Vos sois avisado
y sabéis muy bien lo que 475
una mujer de mi estado
se corre al decirle a un hombre
que de su amor se ha prendado;
y bien sabéis que cualquiera
debe estar muy obligado 480
a semejante favor.
Yo (aunque me afrento al hablarlo)
os quiero bien, ya lo he dicho,
ved que respuesta no aguardo,
Porque supongo que a vos 485
no os conviene el ser ingrato.
Ved que una mujer os ruega
de mi sangre y de mi estado.
 
(Vase.)
 
FÉLIX ¡Válgame Dios!, ¿qué he de hacer
en un lance tan extraño? 490
Si a lo que a mí me sucede
se fingiera en un teatro,
lance propio de comedia
lo juzgara el vulgo vano.
Apenas a Madrid llego 495
y aún mis cosas no he empezado
a disponer, y tan pronto
tantas confusiones hallo.
Despechada una mujer,
que me quiere me ha mostrado; 500
el otro quiere a la otra,
que es a quien de veras amo.
A ésta, cierto, no la quiero;
mas ¿cómo he de ser ingrato
a una mujer que me ruega? 505
Mas si a su prima idolatro,
¿cómo he de poner en otra
ni mi amor ni mi cuidado?
Y si el otro me ha cedido
cauteloso o cortesano 510
la que él primero adoraba
y ahora a mí me está adorando,
y él quiere la que yo quiero,
le hago grandísimo agravio
en no ceder, pues cedió, 515
y él su gusto ha sujetado.
Pero todas estas cosas
vinieran muy bien al caso
si no hubiera en medio amor;
pero, pues amor ha entrado, 520
ni Jerónima o Damián,
ni el mundo que esté en contrario,
ni uno con sofisterías,
ni la otra con halagos
me apartarán, oh María, 525
del amor que te he mostrado.
 
(Sale DON DAMIÁN.)
 
DAMIÁN ¿He tardado?
FÉLIX                     No por cierto,
Don Damián, no habéis tardado.
DAMIÁN Pues yo ya había juzgado
que el cuarto estuviese abierto, 530
o que hubiesen ya salido
las dos a conversación.
FÉLIX Aún no será la ocasión.
DAMIÁN Pues a buen tiempo he venido.
FÉLIX Pues mientras tanto que salen, 535
ya que no hemos de reñir,
mirad si queréis venir
fuera.
DAMIÁN          Tus palabras valen
mucho hoy conmigo; gustoso,
aunque yo qué hacer tengo, 540
a seguirte me prevengo,
por no hacerme sospechoso
con quedarme.
 
(Sale ANA.)
 
ANA                        Andad con Dios,
mas presto volver podéis,
si por ventura queréis 545
hablar despacio a las dos.
 
(Vanse.)
 
FÉLIX Ya volvemos.
 
(Sale DOÑA JERÓNIMA.)
 
JERÓNIMA                     Ya te dije,
Anita, cómo le hablé;
la respuesta no aguardé,
y el aguardarle me aflige. 550
No se debiera buscar
bien alguno, ni querer,
tan sólo por no tener
el trabajo de esperar.
Y es tan grande este dolor, 555
que, según llego a pensar,
si es malo el desesperar,
el esperar es peor; que se alcanza,
porque el bien, si es
no causa placer cumplido 560
como está el pecho rendido
al rigor de la esperanza.
Y a no haber sabido cierto
que por mí desafiado
sacó a Don Damián al Prado, 565
primero me hubiera muerto
que decirle mi pasión;
pero como su amor sé,
por eso, Anita, le hablé
con tanta resolución. 570
Don Damián ya he conocido,
y me lo dijo el criado,
que es un tramposo, preciado
de discreto y presumido.
Estotro es rico y galante, 575
y es sin duda que me quiere,
y, como se dispusiere
nuestra boda en un instante,
tú serás mi camarera,
y por de día y de noche 580
siempre hemos de andar en coche,
tú al vidrio y yo a la testera.
Si una bata entonces saco,
sacaré otra para ti,
un reloj y excusalí 585
con su caja de tabaco.
Estando así tan bonitas,
tendremos mil galanteos,
por lucir en los paseos
y campar en las visitas. 590
ANA ¿Y las cosas no excusadas,
que en casa sean menester?
JERÓNIMA Para lo que haya que hacer
recibiré otras criadas.
ANA Bien.
JERÓNIMA          Compraré manteletas 595
de unas que he visto a la moda,
bata hecha de aguja toda,
paletinas y cofietas.
ANA Cualquiera moda que salga,
por Dios, señora, que sean 600
las primeras que se vean
nosotras con ella.
JERÓNIMA                             Y valgan
las cosas lo que valieren,
yo mi nombre he de perder
si habrá en la corte mujer 605
que antes con ellas las vieren.
ANA No tengo que responder,
ni responderá el más ducho,
ahora me afirmo en que es mucho
lo que alcanza una mujer. 610
JERÓNIMA Pues ahora sólo me falta
componerme más y más,
¿van bien los pliegues de atrás?
¿la chinela azul resalta?
ANA Todo está bien.
JERÓNIMA                        La verdad, 615
di, ¿te parezco donosa?
ANA No vi mujer más hermosa
ni con tanta gravedad.
JERÓNIMA ¿Está este peinado igual?
ANA El está que ni pintado. 620
JERÓNIMA ¿Es porque tú me has peinado?
ANA Por Dios, que no digas tal.
JERÓNIMA Con que ¿puedo parecer?
ANA Y tan bien que el que te viera
es preciso que te quiera 625
sin poderse contener.
JERÓNIMA ¿A Félix le gustaré?
ANA Al instante que te vea
se ha de hacer una jalea.
JERÓNIMA Pues yo albricias te daré; 630
pero entrémonos ligeras,
verás con la astucia rara
que me compongo la cara;
éntrame aquí las salseras.
ANA Que queráis entrar me espanto, 635
¿pues no está aquí el tocador?
JERÓNIMA Sí, pero adentro es mejor,
por si vienen mientras tanto.
 
(Sale DOÑA MARÍA.)
 
ANA Aquí está Doña María.
JERÓNIMA Adiós, que tengo que hacer. 640
MARÍA Pues vuelve presto, mujer.
JERÓNIMA Al instante, prima mía.
 
(Vanse.)
 
MARTINA Contenta estás.
MARÍA                         Sí lo estoy,
Martina, y el caso fuera
que el caso se compusiera 645
y quedara acabado hoy.
MARTINA Puede ser.
MARÍA                  No es imposible.
MARTINA Con que ¿él de veras te quiere?
MARÍA Lo cierto es que por mí muere.
MARTINA Mas ya sabes lo terrible 650
que a las dos habló tu tío
sobre que no entrase aquí.
MARÍA Pero ¿qué se me da a mí,
si ha de ser esposo mío?
MARTINA Ya presto vendrá a comer. 655
MARÍA Mucho no puede tardar.
MARTINA Pisadas oigo sonar.
MARÍA Alárgate un poco a ver.
MARTINA No es él, que es el pisaverde.
MARÍA ¿Damián? Voyme como un trueno, 660
que este hombre en malo ni en bueno
quiero que de mí se acuerde.
 

(Vase.)

(Salen DON DAMIÁN y ROQUE.)
 
DAMIÁN Calla Roque.
ROQUE                    Si es verdad.
DAMIÁN Calla diablo.
ROQUE                     Lo que digo.
MARTINA Voyme, pues no hablan conmigo, 665
por no oír su necedad.
 

(Vase.)

 
DAMIÁN Calla y da gracias a Dios
que no te he roto allá fuera
esa cabeza altanera.
ROQUE Pues ya que estamos los dos 670
solos, y no me das blanca,
cobrar quiero en modo raro,
porque por hablarte claro
el corazón se me arranca.
Dime, infeliz mequetrefe, 675
pobre trompeta, holgazán,
que eres un pobre bausán,
y andas fingiéndote un jefe,
¿quién demonios te ha soplado,
por arte de Bercebú, 680
o de dónde sacas tú
que he de ser yo tu criado?
Bien sabes tú que sirviendo
estamos con cierto usía,
y en su casa todo el día 685
te llaman Juan Pereciendo.
El tal amo lamerón,
que el soltar cuartos le amarga,
bien ves que la paga alarga
y que acorta la ración. 690
Tú estos daños resarcidos
tienes en los bienes suyos,
pues, diciendo que son tuyos,
vas a lucir sus vestidos.
DAMIÁN Ya conozco tu malicia, 695
infame, y tu infiel capricho,
ya yo bien sé lo que has dicho,
mas no ha de faltar justicia.
ROQUE Mas que me ahorquen en hablando.
DAMIÁN Calla.
ROQUE          No quiero callar. 700
DAMIÁN Sufro por no alborotar.
ROQUE ¡Y que estés enamorado
de esa infeliz pobretona,
que no tiene ni ha tenido
nada, y tú tienes creído 705
que es una gran señorona!
El verle es cosa de risa,
pues con agujero tanto
parece punta de manto
el faldón de su camisa. 710
Y, aunque anda tan a lo majo
por encima, y pulidito,
no lo creas, pobrecito,
que está la maula debajo.
Además, voy a otra cosa, 715
si esta ha de ser tu mujer,
¿sabes tú qué sabe hacer?
¿si es humilde y hacendosa?
Ahora bien, yo la pregunto,
dígame esta niña, ¿cuál 720
se llama punto pascual,
cuál es de sábana el punto?
¿Cómo se pone un guisado?
¿Cómo se arrima una olla?
¿Cuántos cachos de cebolla 725
se echan en un estofado?
Vaya, que no sabe nada
de esto, ni ella lo ha estudiado,
sólo en hacer un guisado
juzgo que será extremada. 730
DAMIÁN ¿Cuál es?
ROQUE               El carnero verde;
sólo de esta cosa infiero
que por ser hacer carnero
la tal muchacha se acuerde.
DAMIÁN Calla, tonto.
ROQUE                     Yo, ¿por qué? 735
DAMIÁN Porque hablas equivocado.
ROQUE ¿La dejaste o te has casado?
DAMIÁN ¿Qué es casar?, ya la dejé.
ROQUE Me alegro, por vida mía.
¿No tienes dama?
DAMIÁN                              Sí.
ROQUE                                    Bien. 740
¿pero no sabremos quién?
DAMIÁN Su prima Doña María.
FÉLIX Aquel de Valladolid,
Don Damián, me ha detenido,
él no sabe que he venido 745
esta mañana a Madrid.
¿Han salido?
DAMIÁN                    Todavía,
mas ahora digo que sí,
Jerónima viene aquí,
y también Doña María. 750
 
(Salen JERÓNIMA, DOÑA MARÍA, ANA y MARTINA.)
 
FÉLIX Señoras, a vuestros pies.
DAMIÁN Mi rendimiento se inclina.
ROQUE Y yo a los tuyos, Martina.
MARÍA Ya es bien tarde, ¿qué hora es?
JERÓNIMA Ved el reloj, Don Damián. 755
ROQUE Adiós, fueros guapetones,
cosidas a los calzones
las cadenillas están.
DAMIÁN Infame.
FÉLIX             No os inquietéis,
dejadle por donde estáis. 760
Señora, la que buscáis
en mi reloj la hallaréis.
(Da el reloj a DOÑA MARÍA.)
MARÍA Tarde es ya.
JERÓNIMA                   Sillas tomad.
LOS DOS Con vuestra licencia.
JERÓNIMA                                  Aquí
fijamente la hora vi, 765
tomad el reloj.
FÉLIX                        Dejad.
JERÓNIMA Oyes, necia, descuidada,
sosa, dime, ¿por qué no
me trajiste el dominó?
ANA Tiene una punta rasgada. 770
MARÍA Tened.
FÉLIX           Miradle despacio.
MARÍA Ya le he mirado bastante.
FÉLIX Ves qué firme este diamante,
y qué hermoso ese topacio.
ANA Mas ¿quién viene?
JERÓNIMA                              El tío es. 775
MARTINA Ahora aquí será la risa.
MARÍA Tomad el reloj aprisa.
FÉLIX Yo le tomaré después.
 
(Sale DON RODRIGO.)
 
RODRIGO ¡Válgame Dios!, honra mía,
¿qué a tan infeliz estado 780
posible es que hayas llegado
por la infamia y picardía
de dos sobrinas malvadas,
de un huésped que infiel ha sido,
de un picarón atrevido 785
y dos perversas criadas?
Mas no quiero alborotar,
con paz averiguar quiero
lo que responden primero
y después determinar. 790
No cuido de este bribón,
de Félix quiero saber,
que a estotro yo le haré hacer
lo que fuere de razón.
Don Félix, hablemos claros, 795
¿qué os he dicho cara a cara?
FÉLIX La verdad, que aquí no entrara,
por los motivos más raros
que se ofrezcan.
RODRIGO                         Y que a vellas,
sin a nadie exceptuar, 800
nadie a este cuarto ha de entrar
que no se case con ellas.
FÉLIX Cierto.
RODRIGO            Y no lo habéis cumplido.
FÉLIX ¿No cumplí?, ¿cómo que no?
Vuestro honor licencia dio, 805
que el que fuese su marido
entre sin repulsa alguna,
y, aunque hoy vine y entré hoy,
yo cumplo como quien soy
en casándome con una. 810
ROQUE Yo con otra.
RODRIGO                     ¿Tú, alcahuete,
también estabas aquí?
ROQUE Yo vengo a tratar por mí,
que no por ningún pobrete.
RODRIGO Y vos podéis de contado 815
a la otra prima elegir,
pues ninguno ha de salir
sino que salga casado.
ROQUE Esto va bueno por Dios.
DAMIÁN Yo lo acepto.
ROQUE                      Yo también 820
RODRIGO Sólo resta el ver a quién
los dos queréis de las dos.
DAMIÁN Yo, señor.
FÉLIX                  Tened un poco.
DAMIÁN A mí me toca escoger.
FÉLIX No sé cómo podrá ser, 825
porque yo ya me sofoco.
DAMIÁN Yo también.
RODRIGO                    No haya quimera.
Mientras lo hablamos los tres,
vosotras, niñas, bien es
que os retiréis allá fuera. 830
 
(Vanse las mujeres.)
 
DAMIÁN Don Félix está prendado
de Jerónima la bella.
FÉLIX Vos me trajisteis por ella,
siendo de ella enamorado.
DAMIÁN Yo de ella ya no lo estoy. 835
FÉLIX Don Damián, si no lo estáis,
¿por ventura os acordáis
que de ella me hicisteis hoy
una arenga tan famosa
que pareció relación 840
de Don Pedro Calderón,
alabándola de hermosa?
Pues queredla vos, que a mí
me toca Doña María,
ella tiene prenda mía. 845
DAMIÁN ¿Cuál?
FÉLIX            El reloj que la di.
DAMIÁN Viste a Jerónima, al verla,
sin respetar mi amistad,
con ciega temeridad
te inclinaste a quererla. 850
FÉLIX Y la dejé, aunque la quise,
por sólo ver que era vuestra.
DAMIÁN Yo os la cedí.
FÉLIX                       Yo también,
y mi afición a las prendas
rendí de Doña María. 855
DAMIÁN Con tal que no sea a ella,
servid y amad a la otra.
FÉLIX No ha mucho que en esta pieza
me dijisteis, persuadiendo
que mi afecto la rindiera, 860
si a Jerónima no es,
a Doña María sea.
Doña María ha de ser,
aunque el mundo se opusiera.
DAMIÁN Pues os haré mil pedazos 865
antes que caséis con ella.
FÉLIX Ya, ni atención, ni cordura,
ni respeto, ni prudencia
bastan; la espada responda
a semejante insolencia. 870
DAMIÁN También la mía.
RODRIGO                          Teneos.
Ninguno a violar se atreva
el decoro de mi casa;
dejémoslo a elección de ellas
FÉLIX Soy contento.
DAMIÁN        (Aparte.)   (Muerto estoy, 875
mas el conceder es fuerza.)
RODRIGO Salid.
 

(Salen las mujeres.)

 
LAS DOS             ¿Qué mandas, señor?
RODRIGO Que cada cual al que quiera
elija para marido.
LAS DOS Don Félix, mi mano es ésta. 880
RODRIGO ¡Qué es esto!
DAMIÁN                     Perdido soy.
JERÓNIMA Que Don Félix me corteja
y es mi amor; hoy por mí al Prado
fue a reñir una pendencia.
MARÍA Don Félix me ha prometido 885
hoy ser mi esposo, y en esa
suposición habló así.
RODRIGO Nueva confusión es ésta.
JERÓNIMA Mi esposo es.
MARÍA                       Es mi marido.
RODRIGO Apuremos la materia, 890
Don Félix, ¿a cuál queréis?
FÉLIX Di palabra, y cumpliréla,
señor, a Doña María;
su prima se engaña ciega,
pues juro que no la debo 895
obra, palabra, ni oferta
más que su necia esperanza.
RODRIGO Pues sin acomodo queda,
dad la mano al punto vos.
DAMIÁN Yo no me caso con ella. 900
RODRIGO Pues ¿por qué?
DAMIÁN                        Por ser quien es.
JERÓNIMA Pues no quede yo en afrenta.
Cáseme y sea el que fuere,
sombra de marido tenga;
cumplid, don Damián, lo que 905
me ofrecéis por estas letras. (Saca un papel.)
RODRIGO No hay remedio.
DAMIÁN                           Si no le hay,
preciso es que me convenga,
aunque desde aqueste instante
mi infierno ya en vida empieza 910
con tal mujer.
ROQUE                       Chica.
MARTINA                                 ¿Qué?
ROQUE ¿Te cansas de ser soltera?
MARTINA Yo sí.
ROQUE          Pues daca esa mano.
MARTINA ¿Y comer?
ROQUE                 Aqueso deja.
¿Con qué ha de comer tu ama 915
y se casa?; pues pasa ella,
no hay que temer.
RODRIGO                             A esta infame,
porque obró como quien era,
los vestidos de su prima
quitadla.
MARÍA                No.
RODRIGO                     Vayan fuera. 920
(Quítanla la bata y queda muy ridícula.)
ROQUE Si a él quitaran lo prestado,
sin duda que pareciera,
por la desnudez de entrambos,
matrimonio de Adán y Eva.
TODOS Y a todas las que la imiten, 925
si para tías no quedan,
pararán en el estado
que paró la Petimetra.

Arriba