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11

Éxodo. Cap. VII, v. 11: «Entonces llamó también Faraón a sabios y encantadores; e hicieron también lo mismo los encantadores de Egipto con sus encantamientos». (Ibid., VII, 22.)

Génesis. Cap. XLI, v. 8: «... y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios, y contoles Faraón sus sueños».

Las proezas de estos magos pueden leerse en Éxodo. VIII, v. 7: (plaga de ranas); Ibid., 18 (de piojos); Ibid., IX, 11 (de sarna, etc.)

 

12

Ver nota anterior sobre el mizmor (salmo salmodiado) y el sir, (salmo cantado propiamente).

 

13

El canto de Israel (Núm. Cap. XXI, v. 17-18). Brota, ¡oh manantial!, que algunos autores consideran como neta canción popular tiene un origen invocativo innegable, ya extendido líricamente.

 

14

Según el folklorista y etnólogo Lumholz (Unknown Mexico, Nueva York, 1903), los indígenas de la zona lacustre del Estado Federal de México y más hacia el sur, en el istmo de Tehuantepec, rendían homenaje a los dioses meteorológicos denominados Tlaloques, cuyo jefe es Tlaloc. En el litoral oriental, el dios de la lluvia entre las tribus Nonoalcas se denomina Nonoalcatl. Una imagen suya que se conservaba en el antiguo Museo del Trocadero, en París, lo muestra con muchos dientes agudos, como imitando la lluvia. En Teotihuacán se conserva todavía según Combarieu (de quien procede la mención anterior) la cruz de la lluvia, y este autor describe el proceso ritual de los indígenas para invocarlo, así como entre los indios Zuñis, de los Estados Unidos o bien entre los chinos, indúes, egipcios y en varios países europeos.

 

15

Cit. por A. Gastoué: L'Eglise et la Musique. París, 1936.

 

16

Vid., reproducciones en Kinsky y Sachs. Op. cit., así como fotografías de instrumentos existentes en diferentes museos arqueológicos.

 

17

Véase en Kinsky, Op. cit., p. 6, un beduino sirio con su lira (semejante a la cítara griega) que tañe mientras va en pos de un asnillo. (Año 1900 a. C.)

 

18

Idem.

 

19

Advertencia relativa a la cronología anterior a la Era Cristiana.

siglo IAños999897......4321 a. C.
Siglo IIAños199198197......104103102101100
Siglo IIIAños249298297......204203202201200
Siglo IVAños399398397......304303302301300 etc.

Algunos autores estiman como comienzo de un siglo anterior a la Era Cristiana el andar natural del tiempo, o sea, de lo más antiguo a lo más moderno. Según ellos, el principio del siglo IV, por ejemplo, serían los años 399-398. Esto se presta a confusiones. Nuestra manera de indicar momentos no precisos de un siglo se hace en el orden de la progresión numérica: de menos a más. Así por ejemplo: Comienzos del siglo IV se entiende: años 301-302. Fines del siglo IV: años 398-399.

De la misma manera:

Primer milenio a. C.: Comienza en el año 1 a. C. Termina en el año 999.

Segundo milenio: Comienza en el año 1000. Termina en el año 1999.

Tercer milenio: Comienza en el año 2000. Termina en el año 2999. etcétera.

Primer siglo del primer milenio a. C. Se entiende: del año 1 a. C. al 99.

Último siglo del primer milenio a. C. Se entiende: del año 900 al 999, etc.

 

20

Sobre la antigüedad de la cultura babilónica, su influencia sobre la egipcia y en general para las culturas mesopotámicas, véase el sustancioso librito de Fritz Hommel: Historia del Antiguo Oriente (Barcelona, 1928).