Lección de literatura
Ángel González
La España de charanga y pandereta,
devota de Frascuelo y de María,
ha de tener su mármol y su día.Antonio Machado
Los olmos sobreviven.
Las colinas
continúan dorándose
cuando el trigo madura, en primavera.
Los vencejos
regresan cada año, y las cigüeñas
reconquistan sus nidos
en febrero y en torres eclesiásticas
o álamos ribereños.
La tierra
se obstina en ser hermosa:
fina, adusta, guerrera.
Pese a tu muerte
-y a la de otros muchos-
también los hombres son como eran antes.
Devociones no idénticas
-Frascuelo es solo un nombre-,
pero muy parecidas,
están vigentes hoy igual que antaño:
Di Stéfano y la Misma
acaparan plegarias y ovaciones.
Todo ocurrió tal como nos dijiste:
del vano vientre del ayer surgieron
estos días vacíos
y, orando y embistiendo,
calvas y calaveras venerables
nos predican traición y tradiciones.
Tú sigues siendo don Antonio, siempre,
poeta vivo entre nosotros -muertos-
y te leemos cada día porque
nunca nos engañaste
y desenmarañaste el negro ovillo
de nuestra amarga historia
con dedos claros, delicados, duros.
Predijiste los tiempos que cruzamos
y los que cualquier día alcanzaremos.
La España de la rabia y de la idea
avanza, pese a todo. Te escuchamos:
Mas otra España nace...
Y te creemos.