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11

«Decálogo» n.º 5 de Horacio Quiroga, «Decálogo del perfecto cuentista», «La retórica del cuento» en Cuentos, Caracas, Ayacucho, 1981, pp. 307-310; cf. el mismo, «Los trucos del perfecto cuentista», en Obras inéditas y desconocidas, vol. VII, Sobre literatura, Montevideo, Arca, 1970, pp. 65-69.

 

12

Cf. la ironía contra la imposición cultural porteña en El trino del diablo: «Según el decreto, La Rioja debía aportar solamente folclore a la música, reservando para Buenos Aires, en su carácter de cosmópoli, el usufructo de otras variedades musicales» (1974ª, p. 29); lógicamente a Triclinio le quieren obligar a tocar el charango; véase la entrevista con Gil Amate al respecto: «Triclinio sólo puede tocar folklore. Si nosotros no escribíamos folklóricamente, no nos tenían en cuenta. Pero los escritores del 60 no miramos estos condicionantes, comenzamos a hablar de nuestra realidad sin folklorismos» («Lleno de ardor, con las manos tendidas: entrevista con Daniel Moyano», Quimera, n.º 86, 1989, p. 34).

 

13

Encuesta 1982ª, pp. 115-117.

 

14

Para los cuentos orales, véase la entrevista con R. Gnutzmann, 1987, p. 115 y la entrevista con M. Giardinelli, 1988, p. 4, en la que incluye el cuento «Los mil días» entre los reescritos.

 

15

«Como decía Horacio Quiroga: "contar como si uno fuera un personaje más"» (Giardinelli, 1988, p. 2); en la misma entrevista, Moyano pone el ejemplo de «Tía Lila»: «Y cuando escribí "pobre tía Lila" ya me puse en plan de sobrino de ella. Yo era uno de los chicos del texto que iba saliendo» (p. 3).

 

16

Cf. Rita Gnutzmann, «Daniel Moyano en busca de la identidad», Ínsula, n.º 549-550, 1992, pp. 8-9.