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171

El pensamiento europeo en el siglo XVIII, ed. cit., pág. 22. Por este conducto enlazamos con las Cartas marruecas de Cadalso. Nigel Glendinning se refiere a Clavijo y Fajardo diciendo que su «periódico, El Pensador, tiene el mismo fin de criticar las costumbres nacionales y las debilidades humanas, y se sirve del mismo método ora humorístico, ora patético, que Cadalso» (Obra citada, pág. 100).

 

172

Obras, II, 239 b.

 

173

Vid. M. Ucelay Da Cal, ob. cit., págs. 85-86.

 

174

Le diable ermite..., París, 1817, citado por E. B. Place: «But the title is significant, showing, the fusion of the Crippled Devil and Hermit designations as synonyms for satirical observers of manners and types», art. cit., pág. 236. Vid. también M. Ucelay Da Cal, ob. cit., pág. 86, especialmente nota 53.

 

175

Al empezar el primer volumen de su Ermite de la Chausée d’Antin, Jouy reconoce su dependencia con Addison: «Addison a peint les moeurs et les usages de Londres au commencement du dix-huitième siècle; j’essaie de donner une idée de celles de Paris au commencement du dix-neuvième: voilà d’abord un point de ressemblance». Desde su punto de mira, Jouy presenta a Addison como típico costumbrista; pintor de usos y costumbres. Pero al comenzar el segundo tomo le interesa señalar las distancias, con lo que nos ofrece una diferenciación significativa del modo como uno y otro conciben la observación de la sociedad. Jouy trata ahora de contestar a cierto crítico que «fait entrer dans la balance, en faveur de l’observateur anglais, la gravité des matiers quit sont quelquefois l’object de ses discours, et le vernis de frivolité que l’Ermite répand assez généralemente sur les siens». Jouy reconoce la diferencia y se excusa diciendo que Addison y Steele «vivaient à une époque et dans un pays où les questions de la plus sublime morale, de la plus haute littérature, de la plus profonde érudition, intéressaient assez vivement toutes les classes de la société...» (Oeuvres complètes, París, 1823, vol. I, pág. 34 y vol. II, pág. 5.)

 

176

Obras, II, 239 b-240 b.

 

177

Art. cit., pág. 237. M. Ucelay Da Cal añade a esto: «además, en el dibujo de Henry Monnier, que sirve de frontispicio, aparece ocupando el centro el “diablo Cojuelo”, sentado sobre el tonel de Diógenes, el cual está representado en la parte inferior del grabado. Detrás del “diablo”, al fondo se ve la figura de un “hermite”; y a la derecha hay un pergamino en el que figuran los nombres de Addison, Sterne, Fielding, Goldsmith, St. Foix, Dulaure y Mercier. Ha reunido, pues, Monnier los factores más importantes en el desarrollo del género: La picaresca fuente original, preside, en la figura de Asmodeo; la influencia inglesa está reconocida en esos cuatro nombres, con Addison a la cabeza; Mercier es aceptado como uno de los maestros precursores; y se rinde homenaje a Jouy en la efigie de su “hermite”» (ob. cit., pág. 87). Sobre esto véase también el art. cit. de W. S. Hendrix en HR, 1 (1933), pág. 210.

 

178

Tarr, «Larra’s Duende», págs. 37-38.

 

179

En la portada del primer cuaderno se lee: El Pobrecito Hablador. Revista satírica de costumbres, etc. etc. Por el bachiller D. Juan Pérez de Mungía, N.º 1. ¿Quién es el Público y dónde se encuentra? Artículo robado. Madrid. Imprenta de Repullés. Agosto de 1832. Para las cuestiones textuales concernientes a esta publicación, véase F. C. Tarr, «El Pobrecito Hablador; estudio preliminar», RHi, LXXXI (1933), págs. 419-39. Arturo del Hoyo, en su edición del Pobrecito Hablador (Madrid, 1968) reimprime los catorce números de la revista tal como aparecieron por primera vez.

 

180

Obras, I, pág. 106.