Parte primera
|
|
La embocadura de la escena está formada por una obra
de ladrillos sobre la que se divisan fragmentos de viejos carteles
y avisos, y suscita la sospecha de que no nos encontramos en la
sala de un teatro, sino en las vastas dependencias posteriores de
su escenario. Algo más allá de la embocadura, un par
de escalones corre a todo lo largo de la escena. En el primer
término de la derecha y delante de estos escalones, un
amplio escotillón rectangular del piso, con peldaños
de bajada que arrancan de su frente, permite descender al foso; la
barandilla de tubos metálicos que lo cerca por su bordes
laterales se transforma, en el borde posterior, en una plancha
opaca de la que cuelga, hacia el hueco, una bombilla roja con
pantalla que ahora está apagada. Las paredes de ladrillo que
forman la extraña embocadura se doblan en ambos laterales
hacia el escenario y terminan algo más atrás, dejando
abiertos y perdidos en la penumbra los hombros del mismo. En cada
una de las dos fajas laterales de pared hay una puerta: son dos
camerinos. Un enorme trasto con quebraduras en biombo descansa
sobre los escalones que cruzan la escena y la ocultan casi
totalmente. Visto por su revés, solo muestra su artesana
superficie de envarillados y listones sobre la gruesa tela; pero se
colige, por el irregular contorno de su cresta, que debe de
representar un fondo urbano de palacetes, torrecillas y chapiteles
castellanos. Iluminaciones laterales y focos cenitales entrevistos
más lejos, por encima del trasto, confirman la
impresión de que el escenario se divisa desde su fondo. En
los dos extremos de la embocadura, sendas escalerillas lo comunican
con la sala.
|
|
Las personas que, por azar, entren en ella,
advertirán que, tras el enorme trasto, se está
representando una ópera. La orquesta lejana ejecutaba ya,
cuando entraron, una ampulosa y triste música inspirada en
la meseta ibérica, a cuyos sones no tardan en unirse
melancólicas notas de guitarras. De pronto, estallan sobre
la música espaciadas voces de cantores de ambos sexos,
progresivamente lejanas.
|
|
|
VOZ 3.ª |
¡Triste es nuestro
vivir! |
|
|
|
|
(Una voz femenina entona una vieja copla
castellana.)
|
VOZ 5.ª |
Deja tu espada y tu pena |
|
a mi orilla reposar. |
|
Yo soy el agua serena |
5 |
que tu sed quiere aplacar. |
|
|
|
|
(Vuelven las espaciadas voces, desde una remota
lejanía hasta muy cerca.)
|
|
|
VOZ 2.ª |
¡Cuerdo se halla al
morir! |
|
|
|
|
(Dado el telar o sumido en los laterales, el gran trasto
desaparece. Entonces se advierten, sesgados, otros trastos menores.
El de la izquierda parece representar un trozo de pared con una
puerta; el de la derecha, más bajo, la cabecera de un
dormitorio, y ambos se divisan, como el trasto desaparecido, por su
revés. Adosado al trasto derecho y de perfil, pero
ligeramente torcido hacia el fondo, hay un lecho antiguo. De uno de
los relieves de su cabecera penden la espada de DON QUIJOTE y la bacía de
azófar que el caballero tomara por el yelmo de Mambrino. A
ambos lados del fondo se columbran los pilares de ladrillo y metal
que forman la parte interior de la embocadura del escenario y, en
su altura, los deslumbrantes focos de las diablas. En el gran hueco
surcado por la luz de los focos exteriores vibra el denso gris de
la sala oscura. Don Quijote (RODOLFO), en camisón y de
rodillas sobre el lecho, recibe la absolución del Cura
(APOLINAR). El Ama
(BÁRBARA), la
Sobrina (TERESINA), el
Barbero (ARÍSTIDES)
y el Bachiller (PEDRO)
aguardan, por el orden en que han de entrar en escena, junto a la
puerta del trasto izquierdo. Por delante de los escalones avanzan
de derecha a izquierda una criadita (MICKY), una criado cincuentón
(ELOY) y otra criadita
(VICKY),
deteniéndose, en bellas posturas expectantes, a distancias
regulares.)
|
LA SOBRINA |
¡Mi tío y señor
se muere! ¡Se nos muere! |
|
|
|
EL AMA |
¡Mi señor Don Alonso
morir quiere! |
10 |
|
|
CRIADO |
(Fuerte.)
|
¡Don Quijote agoniza!
¡Dios lo ordena! |
|
|
|
|
(Los que aguardan junto a la puerta se miran consternados y
el BARBERO adelanta un
paso para indicar al criado (ELOY) que no cante tan fuerte.
DON QUIJOTE reja
inmóvil y de rodillas. EL
CURA se volvió y se encamina hacia la
puerta.)
|
CRIADA l.ª |
¡Nuestro Señor acoja
su alma buena! |
|
|
|
|
|
|
BACHILLER |
Que no os oiga él llorar,
por caridad. |
|
|
|
EL CURA |
(En la puerta.)
|
Muy cierto es que está
cuerdo y que se muere |
15 |
Quijano el Bueno, porque Dios lo
quiere. |
|
|
|
|
(Se aparta y entran todos. EL AMA y LA SOBRINA se acercan presurosas al
lecho.)
|
|
|
LA SOBRINA |
¡Vuelva a arropar sus carnes,
señor tío! |
|
|
|
|
(Entre las dos meten a DON QUIJOTE en el lecho y le acomodan
las almohadas. Los tres criados llegaron a su vez a la puerta y
entran, respetuosos. Sancho Panza (SIMÓN) aparece por la
izquierda, se aposta junto a la puerta y bosteza en
silencio.)
|
BARBERO |
Don Alonso, aún
podría yo sangrarle |
|
y de aquesta flaqueza
rescatarle. |
20 |
|
|
DON QUIJOTE |
No, buen barbero, no. Ya no estoy
loco, |
|
y sé que me voy yendo poco a
poco. |
|
|
|
|
(La voy femenina entona, lejos, otra estrofa de la
copla.)
|
VOZ 5.ª |
El Caballero llegaba |
|
a la fontecica fría |
|
para aliviar su agonía |
25 |
y el agua no le saciaba. |
|
|
|
|
(DON QUIJOTE se
incorporó para escuchar.)
|
EL CURA |
Alguna moza es, que no
repara... |
|
|
|
DON QUIJOTE |
¡Si alguien en el Toboso
así cantara...! |
|
(Un tiempo.)
|
Llamad a Sancho. |
|
|
|
(SANCHO se
precipita llorando en escena y se arrodilla junto al
lecho.)
|
|
DON QUIJOTE |
Sancho, perdóname tu
desvarío. |
30 |
|
|
SANCHO |
Vuesa merced un buen consejo
tome. |
|
Vuesa merced no muera y se
levante |
|
dejando esa tristeza que le
come. |
|
Al campo nos iremos de
pastores |
|
y a Doña Dulcinea
cantaremos |
35 |
con el zurrón repleto de
primores. |
|
|
|
DON QUIJOTE |
¡Ah, Sancho bueno, tu alma
simple y pura |
|
aún quisiera soñar
junto a la mía |
|
en una España llena de
ventura! |
|
Despierta ya. Que en los nidos de
antaño, |
40 |
Sancho infeliz..., no hay
pájaros hogaño... |
|
|
|
|
(Muere. Sollozando, todos se arrodillan y se santiguan. La
voz femenina termina la copla.)
|
VOZ 5.ª |
El Caballero partió. |
|
La fontecica lloraba |
|
y de sollozar no acaba |
|
porque él ya nunca
volvió... |
45 |
|
|
|
(El telón del fondo comenzó a bajar
lentamente. La orquesta del fondo lanza su brillante final. Los
aplausos se adelantan, atronadores. El telón baja y vuelve a
subir. Los cantantes permanecen en cuadro. A los aplausos se suman
los usuales «bravos» histéricos. El resto de la
Compañía aparece por los laterales y aguarda. El
telón baja. Todos se mueven como rayos y se sitúan en
filas ante el telón del fondo. El telón sube. La sala
del fondo se ha iluminado. El director ARCADIO PALMA, de frac y con una
condecoración al cuello, aparece y se aposta junto a la
puerta del trasto izquierdo. La Compañía saluda,
entre aclamaciones, al público. Luego se vuelve hacia un
invisible palco de la izquierda y le dedica una exagerada y
solemnísima reverencia. El telón baja. El
SEÑOR PALMA sisea:
TERESINA (La Sobrina)
corre a buscarlo y lo conduce al proscenio mientras el telón
vuelve a subir. Los aplausos y «bravos» arrecian. El
SEÑOR PALMA y la
Compañía saludan al público y de nuevo al
palco, repitiendo la fantochesca zalema. Las filas de cantantes se
descomponen y dejan en el centro al SEÑOR PALMA y a RODOLFO KOZAS (Don Quijote), que
saludan y, ante las aclamaciones, se abrazan. Luego vuelven a
doblarse ante el palco invisible. La orquesta inicia un breve himno
nacional que es muy, muy alegre. El público rompe a
aplaudir. El SEÑOR
PALMA y los cantantes aplauden también, vueltos hacia
el palco invisible. El himno termina y se oye en la sala del fondo
una aflautada voz que canturrea.)
|
VOZ 6.ª |
¡Viva el señor
presidente! |
|
|
|
|
(Y gran parte del PÚBLICO responde con esta
curiosa cantinela.)
|
PÚBLICO |
¡Viva, viva, viva! ¡Va,
va! |
|
|
|
|
(El telón baja definitivamente. El SEÑOR PALMA desaparece por la
izquierda, cantando.)
|
SEÑOR PALMA |
¡Aguárdenme, que corro
a despedirlo! |
|
|
|
|
(Con su voz la música inicia un nuevo motivo. Los
cantantes van formando grupos hacia la izquierda, con las caras
llenas de satisfacción. Espiándolos disimuladamente,
ELOY se aparta de ellos,
se acerca al lecho, atrapa con un rápido ademán la
bacía y la oprime contra su pecho. Al volverse, RODOLFO KOZAS muestra sobre su
camisón de escena una condecoración idéntica a
la que ostentaba el SEÑOR
PALMA. Su mano y la de TERESINA se enlazan.)
|
|
|
RODOLFO |
(Con intención, a
TERESINA.)
|
No ha hecho más que
empezar... |
|
|
TERESINA |
(Se desenlaza,
púdica.)
|
¡Oh, qué
indiscreto!
|
50 |
|
|
|
|
(Todos miran a ELOY, reprimiendo la risa. Él
lo nota y permanece inmóvil, sin mirar a
nadie.)
|
RODOLFO |
Es lo de siempre.
|
|
Dejadle desgranar viejos
recuerdos. |
|
|
|
|
RODOLFO |
Una noche, hace diez
años
|
|
él cantó mi
papel. |
|
|
|
RODOLFO |
Fue su oportunidad y la ha
perdido. |
55 |
|
|
|
(ELOY se decide a
avanzar bruscamente, sentándose a la derecha sobre los
escalones. Luego se encasqueta la bacía y mira al frente con
los puños en las mejillas, entre las sonrisas de todos.
SIMÓN, que
representó a Sancho, empieza a desvestirse.)
|
|
BÁRBARA |
(Por ELOY.)
|
No le hagáis caso.
|
|
¡Hoy cantó como un
ángel, señor Kozas! |
|
|
|
|
(No sin mirar con recatada curiosidad a ELOY, SIMÓN se dirige al camerino de
la izquierda, cuya puerta abre y cuya luz enciende al
entrar.)
|
RODOLFO |
Había que honrar a nuestro
presidente. |
|
|
|
|
(MARTA, una chica
no fea pero de apariencia anodina, entra, con blusa de trabajo, por
la derecha. Recoge la espada de Don Quijote colgada en el testero
y, al no ver la bacía, mira a ELOY, suspira y se dedica a recoger
otras cosas que le dan los cantantes: la espada del «DUQUE», una gruesa cadena
y el tocado de la «DUQUESA», etc. Ajenos al
parecer a cuanto sucede, aunque nunca dejan de observar, seis
TRAMOYISTAS entran por
ambos laterales. Dos de ellos sujetan y vigilan la subida al telar
del trasto izquierdo; los otros cuatro deslizan el lecho y su
testero hacia la derecha mientras los cantantes siguen departiendo.
Luego se retiran.)
|
VICKY |
(A RODOLFO.)
|
¿Me deja ver la cruz de muy
cerquita? |
|
|
|
RODOLFO |
Claro que sí. |
(Se arranca los bigotes y la
perilla.)
|
|
|
VICKY |
¡Qué lindo es el
esmalte!
|
60 |
|
|
RODOLFO |
(Se alisa los
cabellos.)
|
No tanto como tú. |
(TERESINA lo pellizca con
saña.)
|
¡Quieta, muchacha!
|
|
|
|
VICKY |
Señorita, son bromas sin
malicia. |
|
|
|
TERESINA |
(Por RODOLFO.)
|
¡No hable usted por su boca,
señorita! |
|
|
|
|
(Los focos de escena se van apagando. El escenario queda
iluminado por una luz fría y difusa.)
|
|
|
TERESINA |
Que la noche
|
|
no ha hecho más que empezar,
como tú dices. |
65 |
(Se aparta
contrariada.)
|
|
|
PEDRO |
¡Y muy bien que
empezó! Cincuenta fueron |
|
las condecoraciones otorgadas |
|
hoy en todo el país. |
|
|
|
(RODOLFO le da a
MARTA, que le
tendía la mano para recogerlos, sus postizos.)
|
|
|
(Y le toma, galante, la barbilla. TERESINA los contempla, inquieta.
MARTA se gafa, con un
mohín un tanto ridículo.)
|
|
APOLINAR |
(Toma a RODOLFO del brazo y lo
aparta.)
|
¡Pero pocas tan bien
dadas
|
|
como las que esta noche
festejamos! |
70 |
|
|
|
(Los cantantes se van apiñando en torno a los
dos.)
|
ARÍSTIDES |
¡Muy merecida la tenía
Rodolfo! |
|
|
|
|
SALUSTIO |
(Palmea, adulador, el cogote de
RODOLFO.)
|
¡Grandes servidores
|
|
de un gran país y de una
gran cultura! |
|
|
|
|
«DUQUESA» |
¡Es justicia, caro
amigo!
|
|
|
|
TERESINA |
(Que se quedó sola a la
derecha, decide cambiar de actitud.)
|
Sí, amigo mío, gran
justicia ha sido. |
75 |
(Avanza hacia él, conmovida.)
|
Y yo he... llorado, viendo al
presidente, |
|
cuando en el entreacto y
aquí mismo |
|
la cruz te puso al cuello. |
|
|
|
TERESINA |
¡Es el mejor barítono
del mundo! |
|
|
|
|
|
|
(Mimosa, se acerca a RODOLFO.)
|
RODOLFO |
(La enlaza.)
|
¡Jamás olvidaremos
estas horas! |
|
¡Una alegre velada nos
aguarda! |
|
¡La nación y la
ópera prosperan! |
|
|
|
TERESINA |
¡Y el amor nos concede su
ventura! |
|
|
|
RODOLFO |
(Canta, exultante, los
gritos.)
|
¡Viva, viva, viva! |
|
|
|
|
(TERESINA se
echó en los brazos de RODOLFO. Tras su recorrido, en el que
recogió diversas cosas, MARTA se acerca tímidamente a
ELOY. Él nota su
llegada y la mira de soslayo, inquieto.)
|
|
|
TERESINA |
Qué extrañamente mira
a esa muchacha... |
|
|
|
|
|
RODOLFO |
(Se encoge de
hombros.)
|
Será que está
pensando en musarañas. |
|
|
|
|
(Con mucha timidez, MARTA señala a la bacía.
ELOY se levanta despacio,
muy turbado, con una leve negativa que es un ruego. Ella pregunta
con un gesto: «¿No?» Él junta suavemente
las manos suplicantes. Ella baja los ojos y cruza hacia la derecha:
antes de salir se vuelve a mirarlo, desasosegada. Él, que la
siguió con la vista, desvía la cabeza al mirarlo
ella, emocionado. MARTA
sale. ELOY se sienta y
vuelve a apoyar la cara sobre los puños.)
|
APOLINAR |
En lo que piensa es en los
visitantes. |
90 |
|
|
|
MUCHOS |
(Con sorna.)
|
¡Ah! Los visitantes.
|
|
|
|
|
(ELOY los mira de
reojo y decide ignorarlos. SIMÓN ha oído y sale a
medio vestir de su camerino. Entre él y ELOY se cruza una
mirada.)
|
|
|
|
PEDRO |
(Sonríe, con un dedo en los
labios.)
|
¡No lo preguntes!
|
|
|
|
RODOLFO |
(Acercándose a ELOY, brinda sus palabras a los
demás.)
|
El hombre solo piensa en su
secreto... |
|
Por eso aún no me ha
felicitado. |
95 |
|
|
|
RODOLFO |
Claro que es posible.
|
|
Siempre afirmó que soy un
mal barítono. |
|
|
|
|
|
BÁRBARA |
(Con sorna.)
|
Quizá, pensando siempre en
visitantes, |
|
no reparó... |
|
|
RODOLFO |
Se lo preguntaremos.
|
100 |
¿Es eso, Eloy?
¿Quizá no reparaste |
|
en las dos cruces que hoy el
presidente |
|
concedió a dos personas que
conoces? |
|
(Columpia, irónico, su
cruz.)
|
¿O quizá ni siquiera
has reparado |
|
en que esta noche vino el
presidente? |
105 |
|
|
MUCHOS |
¡Ja, ja! ¡Ja, ja!
¡Ja, ja! |
|
|
|
RODOLFO |
¡Pues nadie lo diría,
viejo amigo! |
|
|
|
ELOY |
Ayer, muchas tarimas
levantaron |
|
buscando alguna bomba, y esta
noche |
|
la casa se llenó de
policías. |
110 |
|
|
|
|
|
|
|
RODOLFO |
¡En la policía
|
|
hay que ser criminal para
fijarse! |
|
|
|
ELOY |
Yo no soy criminal y me he
fijado. |
115 |
|
|
RODOLFO |
(Se toquetea otra vez la cruz.)
|
Y en dos deslumbradoras
crucecitas, |
|
¿reparaste
quizás? |
|
|
|
RODOLFO |
(Con enorme
inocencia.)
|
¿De veras? |
|
|
MUCHOS |
¡Ja, ja, ja! ¡Genial,
Rodolfo!
|
|
|
|
ELOY |
(Se levanta.)
|
También he reparado en que
ha lucido |
|
la cruz sobre el disfraz de Don
Quijote. |
120 |
Tal vez en el libreto así se
indica. |
|
|
|
RODOLFO |
(Molesto.)
|
Era una deferencia al
presidente. |
|
No puede comprender esas
finezas |
|
un cantante sin nombre y
fracasado. |
|
¡Qué le vamos a hacer!
Solo muy pocos |
125 |
a ser buenos barítonos
llegaron. |
|
|
|
|
RODOLFO |
¿Qué es lo que has
dicho? |
|
|
|
ELOY |
Dando el «la» natural.
¿Sabe qué es eso? |
|
|
|
|
ELOY |
Por si lo ha olvidado,
|
130 |
déjeme recordarlo. Es esta
nota. |
|
(Lanza un limpio «la»
natural.)
|
|
|
RODOLFO |
¡Eres un solemnísimo
payaso! |
|
|
|
ELOY |
(Imperturbable.)
|
¿Lo puede usted cantar? |
|
|
RODOLFO |
(Exaltado.)
|
¡Sí, mas no
ahora!
|
|
No debo destrozarme la
garganta. |
|
|
|
ELOY |
Lo comprendo muy bien. Por eso
manda |
135 |
transportar tesituras en sus
arias. |
|
|
|
RODOLFO |
(Después de un momento de
muda cólera.)
|
¡No te escucharé
más, pobre insolente! |
|
|
|
|
(Y le da la espalda para reunirse, despreciativo, con los
otros. TERESINA se
enfrenta con ELOY.)
|
TERESINA |
¿Cómo se atreve a
hablarle así a Rodolfo? |
|
|
|
ELOY |
(Seco.)
|
No intervengas en esto,
chiquilina. |
|
|
|
TERESINA |
¿Chiquilina? ¡Yo soy
la prima
donna! |
140 |
|
|
ELOY |
Y él el «divo».
Creced. Multiplicaos. |
|
(Vuelve a
sentarse.)
|
|
|
TERESINA |
¿No será que las uvas
están verdes? |
|
|
|
|
(ELOY
sonríe y se encoge de hombros.)
|
MUCHOS |
¡Ja, ja, ja! ¡Muy bien
dicho, señorita! |
|
|
|
TERESINA |
¿A qué, si no, se
pone usted el yelmo? |
|
(ELOY la
mira.)
|
Todos sabemos que hizo el Don
Quijote |
145 |
aquí mismo, hace
años, una noche... |
|
|
|
ELOY |
(Se levanta
desconcertado.)
|
Ni me acuerdo de aquello. |
|
|
TERESINA |
(Modela con las manos una
imaginaria bacía sobre su propia cabeza.)
|
¡Ni se acuerda!
|
|
|
|
|
(Y le vuelve la espalda para reunirse con RODOLFO, que le sonríe
aprobatorio.)
|
MUCHOS |
¡Ja, ja, ja! ¡Son el
diablo las mujeres! |
|
|
|
ELOY |
(Da unos pasos hacia
ellos.)
|
¡Os digo que no es eso! |
|
|
|
ELOY |
(Después de un
momento.)
|
No echaré margaritas a los
puercos. |
150 |
|
|
MUCHOS |
¡Se insulta cuando faltan
argumentos! |
|
|
|
ELOY |
Chillad como ratones. Yo me
callo. |
|
(Se sienta y aguanta,
estoico.)
|
|
|
«DUQUESA» |
Dejadle devanar sus
chifladuras. |
|
Ninguna falta hace en nuestra
fiesta. |
|
|
|
ELOY |
Quisiera yo saber qué se
festeja. |
155 |
|
|
APOLINAR |
El honor que nos ha hecho el
presidente, |
|
nuestra amistad, dos cruces bien
ganadas, |
|
el auge y la riqueza de la
patria. |
|
|
|
ELOY |
Dulce pintura. Sabe a
caramelo. |
|
La voy a completar, con su
licencia. |
160 |
Hay que pasar la noche en el
teatro; |
|
la consigna se dio hace cuatro
fechas. |
|
Desde las doce, la ciudad
entera |
|
se esconderá en las cuevas y
refugios |
|
y aprenderá a vivir como los
topos |
165 |
hasta que la consigna se
levante. |
|
|
|
MUCHOS |
¡Es natural y ya paso otras
veces! |
|
Es otro ensayo de defensa
atómica |
|
contra un fingido ataque
nuclear. |
|
|
|
ELOY |
Los músicos corrieron a sus
casas. |
170 |
El presidente regresó a
palacio. |
|
El supuesto civil puede
iniciarse: |
|
mejor se aceptará con fiesta
y risas. |
|
|
|
MUCHOS |
¡Es cosa natural y
necesaria! |
|
|
|
ELOY |
¡Sabio gobierno, que mantiene
la opera |
175 |
y concede oportunos galardones |
|
para endulzar consignas
necesarias! |
|
Todo es claro y sencillo:
precauciones, |
|
pero ningún peligro.
¿Qué ha de haberlo, |
|
si el mismo presidente nos
sonríe |
180 |
y aplaude complacido desde un
palco? |
|
|
|
MUCHOS |
¡Naturalmente! ¿No se
había enterado? |
|
|
|
ELOY |
La ciudad cierra tiendas y
oficinas, |
|
ahorra gasolina, aprende
calma. |
|
Para que la enseñanza sea
completa |
185 |
y nuestros nervios sepan
relajarse |
|
se oye constante ruido de
explosiones |
|
durante los ensayos de
defensa. |
|
|
|
MUCHOS |
¡Muy natural! ¡Es la
pedagogía! |
|
|
|
ELOY |
Si la guerra estalló sin
avisarnos |
190 |
y cayeron las bombas esta
noche, |
|
continuaremos tan
despreocupados |
|
como en el popular cuento del
lobo. |
|
(Todos callan y se miran perplejos. El ELECTRICISTA sube del foso, enciende
la luz roja de la barandilla y se queda mirando a ELOY. Es un hombre maduro, con ropa de
faena y gafas.)
|
Calmaos. Pues tal vez estos
ensayos |
|
a otra causa obedecen, que nos
callan. |
195 |
|
|
|
|
|
RODOLFO |
(Sardónico.)
|
¡No se lo preguntéis!
¡Los visitantes! |
|
|
|
|
MUCHOS |
(Con sorna.)
|
¡Ah! Misterio...
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Mira su reloj y levanta un dedo
señalando al aire.)
|
Silencio, por favor. Escuchen
todos. |
|
|
|
|
(Suenan las doce en una torre lejana. Los seis TRAMOYISTAS aparecen por ambos
laterales y dejan doce sillas a los dos lados de la escena. Luego
escuchan, inmóviles, al ELECTRICISTA. La música inicia
un nuevo motivo.)
|
SALUSTIO |
El supuesto ha comenzado. |
200 |
|
|
VICKY |
¿Descendemos a los
fosos? |
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Habla siempre con leve tono
sentencioso.)
|
Tal vez el supuesto tenga |
|
otra causa que nos callan. |
|
Mas no la que Eloy supone. |
|
El pobre sueña en
fantasmas; |
205 |
yo solo creo en la ciencia. |
|
La razón es tan segura |
|
como la electricidad. |
|
Quizá otra causa nos
callan. |
|
|
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
Que el supuesto
|
|
nos oculta limpiamente, |
|
metiéndonos en
refugios. |
|
(MARTA reaparece
por la derecha y escucha. ELOY se inmuta al verla.)
|
Hábil gobierno, y
astuto; |
|
nos vuelve a todos huelguistas |
215 |
y así la huelga no
existe. |
|
No es mal gobierno. Discurre. |
|
Mas si a fondo conociera |
|
la electricidad social |
|
dominaría sus leyes |
220 |
y no estallarían
huelgas. |
|
No es mal gobierno. Prospera |
|
el país y los rebeldes |
|
van perdiendo las razones |
|
que tienen para agitarse. |
225 |
Pero, si fuera perfecto, |
|
el gobierno llamaría |
|
a otros hombres que le
faltan... |
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
Está claro...
|
|
No hablo porque yo lo sea... |
230 |
|
|
MUCHOS |
¿A quiénes llamar
debiera? |
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Modesto.)
|
A algunos electricistas. |
|
|
|
SEÑOR PALMA |
(Voz de, por la izquierda. Nuevo
tema musical.)
|
¡Dadme albricias, amigos,
dadme albricias! |
|
(Entra en escena.)
|
La compañía
pasará el supuesto |
|
en camerinos y en el
saloncillo. |
235 |
Merced especial es; no
digáis nunca |
|
que el propio presidente la
concede. |
|
Y otra feliz noticia,
reservada: |
|
me ha dejado entender, sin
afirmarlo, |
|
que la consigna se alzará
algo antes |
240 |
de que comience la función
mañana. |
|
|
|
TODOS |
¡Viva, viva, viva! ¡Va,
va! |
|
|
|
SEÑOR PALMA |
Id a cambiaros, que en el
saloncillo, |
|
como especial obsequio del
gobierno |
|
para festejar nuestras dos
cruces, |
245 |
una sabrosa cena nos espera. |
|
|
|
MUCHOS |
¡Viva, viva, viva! ¡Va,
va! |
|
|
|
|
|
SEÑOR PALMA |
¿Está todo dispuesto
ya en el foso? |
|
¿Abundante comida? |
|
|
ELECTRICISTA |
Por supuesto.
|
250 |
Y todas las demás
comodidades |
|
por nuestro grupo
autoelectrificadas. |
|
|
|
SEÑOR PALMA |
Pues que baje el servicio del
teatro. |
|
|
|
ELECTRICISTA |
Por la otra escalerilla casi
todos |
|
bajaron ya. Solo unos pocos
faltan. |
255 |
|
|
SEÑOR PALMA |
Pues que bajen y cumplan la
consigna. |
|
Usted puede venirse con
nosotros. |
|
|
|
ELECTRICISTA |
Muchas gracias, señor. |
(A los TRAMOYISTAS.)
|
Ya habéis
oído.
|
|
|
|
|
(En medio de un silencio que la música subraya
sordamente, los seis TRAMOYISTAS desfilan hacia el
escotillón. Música de explosiones. Los TRAMOYISTAS se detienen. Los cantantes
se miran entre sí y miran a ELOY. Crepitar de disparos. La
música cambia de tema.)
|
ELOY |
(Para
sí.)
|
¿Bomba, huelga o
visitantes? |
|
Adivina, adivinanza. |
260 |
|
|
SEÑOR PALMA |
¿Qué les pasa, amigos
míos? |
|
La brigada de los ruidos |
|
ha empezado su tarea |
|
y educa nuestros reflejos. |
|
|
|
MUCHOS |
(Tras un sonoro suspiro
general.)
|
¡Solo es la
pedagogía! |
265 |
|
|
ELECTRICISTA |
(Caviloso.)
|
También se oyeron
disparos... |
|
Como hay huelga... |
|
|
SEÑOR PALMA |
(Sonriente.)
|
¡Son disparos
|
|
asimismo pedagógicos! |
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
Tal vez. |
(A los TRAMOYISTAS.)
|
Descended al foso.
|
270 |
|
|
|
(Los TRAMOYISTAS
bajan al foso. MARTA
titubea y mira a ELOY, de
quien espera acaso rescatar la bacía. ELOY rehúye su mirada y ella
opta por bajar también al foso. Cambia el ritmo
musical.)
|
SEÑOR PALMA |
¡Espero a todos en el
saloncillo! |
|
|
|
|
(Saluda con un ademán y sale por la
izquierda.)
|
|
BÁRBARA |
(Pese a sus
años.)
|
¡A cambiarse y a gozar!
|
|
|
|
RODOLFO |
¡Vamos, amigos! ¡Viva
el señor Palma! |
|
|
|
|
|
|
(APOLINAR inicia
la marcha. Todos van saliendo por la izquierda.)
|
|
|
RODOLFO |
¡La nación y la
ópera prosperan, |
|
y el amor nos concede su
ventura! |
|
|
|
TODOS |
¡Viva, viva, viva! ¡Va,
va! |
|
|
|
|
(Se pierden sus voces. Una nueva explosión se oye,
más lejana. SIMÓN, que no ha salido, da un
respingo. ELOY atiende. La
música se amansa y ahora es casi un susurro. ELOY se sienta y vuelve a apoyar su
cabeza en los puños. SIMÓN se acerca y se sienta a
su lado.)
|
ELOY |
Hallan lo absurdo natural y
sueñan |
|
que es bella y fuerte su ciudad
podrida. |
280 |
|
|
SIMÓN |
¿Por qué les canta
usted tantas verdades? |
|
Le perjudica... |
|
|
|
|
|
SIMÓN |
(Con leve
escepticismo.)
|
Verlos quisiera.
|
|
|
|
ELOY |
Simón, las bombas que esta
noche explotan |
|
podrían ser muy
ciertas. |
|
|
|
ELOY |
Su fragor es más fuerte que
otras veces. |
|
Tal vez los visitantes han
llegado. |
|
|
|
SIMÓN |
¿Lo sabe usted de fijo, o lo
supone? |
|
|
|
ELOY |
(Después de un
momento.)
|
Es pronto para hablar. |
|
|
SIMÓN |
¡Qué va a ser
pronto!
|
|
Señor Eloy, soy pobre. Yo
quisiera |
290 |
recordarle esta noche su
promesa. |
|
Tengo hijos y mujer y apenas
gano |
|
para darles vestidos y comida. |
|
Sé que no canto bien; fue
por mis carnes |
|
por lo que me eligieron para
Sancho. |
295 |
Poco importa, lo sé. Cuando
ellos lleguen, |
|
sepa que mi ambición no es
desmedida. |
|
De esta ciudad podrida y
despreciable |
|
me conformo con ser
burgomaestre. |
|
(Da un imaginario golpe en el
suelo con un bastón imaginario.)
|
|
|
ELOY |
A cuantos creen en ellos
necesitan. |
300 |
Serás burgomaestre y
cantaremos |
|
al fin nuevas palabras. |
|
|
|
ELOY |
Son músicos, y cantan cuando
hablan. |
|
¡Ah, Simón, si
pudieras comprenderlo! |
|
Las más tremendas cosas se
avecinan. |
305 |
Ellos nos visitaban ya hace
siglos |
|
con sus raudos platillos
voladores |
|
y ahora aterrizarán para
salvarnos |
|
de nuestra propia insania.
Quizá el cielo |
|
está lleno a estas horas de
platillos |
310 |
y el gobierno nos manda a los
refugios |
|
para que lo ignoremos. ¡Vano
empeño! |
|
No saben que va están entre
nosotros. |
|
|
|
|
ELOY |
Sin que lo advirtamos,
|
|
conviven con nosotros a
millares. |
315 |
Nos están estudiando. Y hay
objetos |
|
sencillos y en el fondo
misteriosos |
|
que aquí y allá nos
fueron arrojados... |
|
(Sus manos dibujan en el aire
extrañas caídas.)
|
|
|
|
|
|
ELOY |
Más o menos.
|
320 |
(Confidencial.)
|
Uno de ellos se encuentra en el
teatro. |
|
|
|
|
ELOY |
Porque el objeto...
|
|
lo tengo en la cabeza. |
|
|
|
|
SIMÓN |
¡Ja, ja! ¡Ja, ja!
¿El yelmo de Mambrino? |
|
|
|
|
(ELOY se descubre
y sostiene la bacía con ademán solemne.)
|
ELOY |
Desde él te están
viendo y escuchando. |
325 |
Repara en su dibujo, que es la
forma |
|
perfecta de un platillo, con el
cerco..., |
|
la torreta... |
(Por la
escotadura.)
|
Y aquí, la portezuela.
|
|
(Mueve la bacía como si
fuese un platillo que descendiese.)
|
|
|
|
|
SIMÓN |
¡Su forma es de bacía
de barbero! |
330 |
(Le arrebata la bacía, se
la adosa al cuello y finge enjabonarse.)
|
¡Un cacharro corriente, que
hace siglos |
|
tenía ya esta forma! |
|
|
ELOY |
Fue ideada
|
|
por un hábil y antiguo
visitante. |
|
|
|
|
ELOY |
¡Trae el yelmo!
|
|
No es para el cuello, es para la
cabeza. |
335 |
(Se lo quita, lo vuelve y se lo
pone.)
|
|
|
|
ELOY |
¡Escucha, simple!
|
|
Tú vas a oír la
música increíble; |
|
la música que oigo y que me
habla. |
|
(Se descubre de
nuevo.)
|
Si percutes en sitios
diferentes |
|
despertarás la
extraña melodía. |
340 |
(Percute en diferentes sitios de
la bacía, que despide un sonido de
latón.)
|
|
|
SIMÓN |
Muy extraña no es... A
latín suena... |
|
|
|
|
(ELOY lo mira
fríamente y sigue percutiendo. De pronto, uno de los golpes
despierta una nota claramente musical. La expresión de
SIMÓN cambia
bruscamente. Tres o cuatro percusiones más, y otras dos
notas saltan. ELOY se
interrumpe.)
|
ELOY |
Mas no sé si debiera
confiarte |
|
un secreto tan grande. |
|
|
SIMÓN |
(Con las manos
juntas.)
|
¡Siga, siga!
|
|
(ELOY percute.
Doce notas cristalinas componen una frase sonora. Sigue percutiendo
y una nueva frase se expande. Entonces separa lentamente la mano de
la bacía y esta, ante el asombro de SIMÓN, continúa
emitiendo notas _y notas en risueña catarata... ELOY levanta la bacía, que
sigue sonando. SIMÓN se pasa la mano por la
cara, dudando de lo que oye. ELOY se encaja, lento, la bacía
en la cabeza; los sonidos se apagan suavemente, pero su cara se
transfigura. Sigilosa, MARTA asoma la cabeza por la
barandilla del escotillón y los mira. A poco, sube algunos
peldaños más sin que ellos adviertan su presencia.
SIMÓN se oprime los
oídos, medroso.)
|
Ya nada oigo. |
|
|
|
SIMÓN |
(Vuelve a refregarse la cara con
las manos, se tira de las orejas.)
|
¡Benditos sois, soplillos
míos que oísteis! |
345 |
(Bailotea,
alegre.)
|
¡Dejen paso al señor
burgomaestre! |
|
|
|
|
(Deja de bailar al advertir que ELOY está mirando fijamente a
MARTA. De repente,
ELOY se quita la
bacía, que ahora está muda, y la oprime contra su
pecho. Con mucha timidez, MARTA extiende las
manos.)
|
|
|
(ELOY oprime
aún más la bacía contra su pecho. Ella repite,
en silencio, el ademán.)
|
ELOY |
¡Por favor, no me lo
quite...!
|
|
|
|
|
(Se miran unos segundos. MARTA suspira, desciende por el
escotillón y desaparece. ELOY se acerca a la barandilla y mira,
cauteloso, hacia abajo.)
|
|
ELOY |
La más dulce
|
|
criatura del mundo. |
|
|
|
|
|
ELOY |
(Colérico.)
|
¿Qué dices,
insensato?
|
350 |
¡Ciegos tus ojos son, pues
que no advierten |
|
la luz de una presencia
sobrehumana! |
|
|
|
|
|
SIMÓN |
¡Las barbas y la calva de mi
abuelo! |
|
¿Se enamoró usted de
ella? |
|
|
ELOY |
Calla, necio.
|
355 |
¿Cómo te haré
entender que en el teatro |
|
nos observa también un
visitante? |
|
(Se cala la
bacía.)
|
|
|
SIMÓN |
(Retrocede,
asustado.)
|
¡Señor Eloy, no lo
será usted mismo! |
|
(Cae de
rodillas.)
|
(Lo levanta,
misterioso.)
|
Es ella. |
|
|
|
|
SIMÓN |
(Riendo.)
|
¡Que no, señor
Eloy! |
|
|
|
SIMÓN |
La chica es servicial y no habla
mucho. |
|
Empezó en la limpieza con la
escoba |
|
y ahora trabaja en la
guardarropía. |
|
Todos dicen que es tonta y se
aprovechan; |
|
al pasar, ya le dan buenos
azotes. |
365 |
(Mima la
acción.)
|
Pruebe la aventurilla, si le
peta. |
|
Todavía no es viejo. |
|
|
ELOY |
No profanes
|
|
con sucia lengua a una mujer tan
grande. |
|
Ella finge humildad, tolera
ofensas, |
|
mas no es lo que parece. ¿No
recuerdas |
370 |
cuál es su nombre? |
|
|
|
|
SIMÓN |
(Se rasca la cabeza,
perplejo.)
|
Coincidencias...
|
|
|
|
ELOY |
Simón, tú has
escuchado el son del yelmo. |
|
(Señala a la bacía y
después al escotillón.)
|
Su música inefable me lo ha
dicho. |
|
|
|
|
|
SIMÓN |
(Después de un
momento.)
|
¡Señor, Señor,
qué cosa tan tremenda! |
|
|
|
ELOY |
Mayores las verás
después del alba. |
|
Y ahora, silencio. |
|
|
SIMÓN |
¡Tantas emociones
|
|
hambre me han dado, y en el
saloncillo |
|
nos espera una mesa suculenta! |
380 |
¿Nos vamos a cenar? |
|
|
|
SIMÓN |
¡Perdóneme, pero es
que muero de hambre! |
|
|
|
ELOY |
Pues come y sáciate. Pero
¡silencio! |
|
|
|
SIMÓN |
Callado me estaré. |
(Marchándose.)
|
¡Señor, qué
cosas!
|
|
|
|
|
(ELOY lo ve
partir. Luego se acerca al escotillón y mira hacia abajo.
Después se aleja y se sienta, fatigado, en el
escalón. La música se vuelve sigilosa y
extraña; entre sus acordes se reiteran, con otros metales,
las frescas melodías que la bacía emitió
momentos antes. Larga pausa. ELOY reclinó la cabeza sobre el
puño; se le cerraron los ojos. La luz baja. La bombilla roja
del escotillón se apaga lentamente. Frías tonalidades
ondulantes se inician en el telón del fondo, crecen hasta
invadirlo y continúan durante la escena siguiente; sutiles
iluminaciones caen sobre ELOY y sobre el escotillón. Por
él suben del foso seis figuras, que se detienen un instante
antes de aparecer del todo. Visten ceñida ropa de acerados
destellos, fantásticos cinturones, «verdugos»
rutilantes. Sobre las caras, sonrientes máscaras verdes de
inmensos ojos. Después de mirar a ELOY por unos segundos, terminan de
subir y se acercan.)
|
|
|
|
|
(ELOY alza la
cabeza estupefacto, los mira y se levanta.)
|
ELOY |
¿No me engaña mi
mente? ¿Sois vosotros? |
|
|
|
VISITANTE 1.º |
Ni tu mente ni el yelmo te
engañaron. |
|
Te anunciamos por él nuestra
visita |
|
y aquí nos tienes. |
|
|
ELOY |
¡Gracias sean dadas!
|
|
(Se
arrodilla.)
|
|
|
VISITANTE 4.º |
Eloy, levántate. No somos
dioses. |
390 |
|
|
|
VISITANTE 1.º |
Ven aquí, hermano.
|
|
(Lo levanta y lo
abraza.)
|
|
|
|
VISITANTE 1.º |
De una sola raza somos.
|
|
Los humanos descienden de
nosotros |
|
y el aire que respiran es el
mismo |
|
que en nuestros dos
satélites guardamos. |
395 |
|
|
ELOY |
¡Silencio! Se está
abriendo aquella puerta. |
|
(En efecto, la puerta del camerino de SIMÓN se abre despacio,
mostrando la luz de su interior.)
|
¡Aunque nadie la mueve! |
|
|
|
ELOY |
¿No está pasando
alguien por el hueco? |
|
Siento como si fuesen dos
personas. |
|
|
|
VISITANTE 6.º |
(Mientras la puerta se cierra
lentamente.)
|
Nuestro poder la mueve desde
lejos |
400 |
mediante radiaciones que
investigan |
|
los últimos rincones del
teatro. |
|
¿Es vuestra la ciudad? |
|
|
VISITANTE 1.º |
(Señala a la puerta que se
cerró.)
|
Sí, de ese modo.
|
|
|
|
ELOY |
¿Cuándo la
tomaréis militarmente? |
|
|
|
LOS SEIS |
Eloy, olvida esa palabra
horrible. |
405 |
Nosotros nada ansiamos por la
fuerza. |
|
|
|
ELOY |
¡Pero es grande el peligro,
hermanos míos! |
|
¡Una espantosa guerra se
prepara! |
|
¡Intervenid, o el mundo se
destruye! |
|
|
|
LOS SEIS |
Para que no suceda hemos
bajado. |
410 |
Tal vez sea preciso que
actuemos, |
|
mas aún no es seguro que lo
hagamos; |
|
por eso hemos querido hablar
contigo. |
|
Debes estar dispuesto a grandes
pruebas, |
|
pues acaso sigamos en la
sombra. |
415 |
Sufre con entereza y no
flaquees; |
|
el universo entero te
contempla. |
|
|
|
ELOY |
Dispuesto estoy a ello. Pero,
hermanos..., |
|
mi soledad es grande, y tan
amarga... |
|
|
|
LOS SEIS |
Tú no estás solo,
Eloy. Tú eres legión. |
420 |
|
|
ELOY |
Vosotros sois legión, mas yo
estoy solo. |
|
Ese pobre Simón, que os
aguarda, |
|
es deficiente y flojo
compañero |
|
que a mi alma no basta... Mas,
silencio. |
|
Prueba es también
callar. |
(Baja la cabeza,
avergonzado.)
|
|
|
VISITANTE 1.º |
Tus pensamientos
|
425 |
leemos sin trabajo. |
|
|
|
VISITANTE 1.º |
Son nobles pensamientos. No te
turbes. |
|
(LOS SEIS
VISITANTES se vuelven hacia el escotillón y esperan.
Con los ojos bajos, sube MARTA por él y se detiene.
ELOY
tiembla.)
|
|
|
LOS SEIS |
El planeta que el hombre dice
Marte |
|
a la vida venera, no a la
guerra. |
|
Para ti bajó de él su
flor más pura, |
430 |
pues, en esta ciudad, solo
tú eres |
|
digno de recogerla. |
|
|
|
|
(Los VISITANTES lo
sostienen.)
|
LOS SEIS |
Marta te acepta, Eloy. Ella te
ama. |
|
|
|
|
(El VISITANTE
1.º llega hasta MARTA, la toma de la mano y la conduce
junto a ELOY, cuya mano
toma y enlaza con la de ella. ELOY y MARTA no osan mirarse. Mientras el
VISITANTE 1.º canta,
inmóvil, los otros cinco tejen alrededor de la pareja los
conjuros de una danza nupcial.)
|
VISITANTE 1.º |
¡Que vuestros pies aromen los
caminos! |
|
¡Que un solo cristal formen
vuestras almas! |
435 |
¡Que la luz del futuro os
devore! |
|
Tú eres el escogido.
¡Canta! ¡Ríe! |
|
|
|
|
(LOS CINCO
VISITANTES se van deslizando, al terminar su danza, hacia el
escotillón. Al proferir el VISITANTE 1.º la última de
sus espaciadas invocaciones, se detienen
súbitamente.)
|
LOS CINCO |
Dirás que al fin hemos
aterrizado. |
|
Pero tal vez sigamos en la
sombra |
|
y deberás sufrir la amarga
prueba |
440 |
de las horas vacías de
esperanza. |
|
(Comienza su
descenso.)
|
|
|
VISITANTE 1.º |
(Se encamina al escotillón
con un dedo en los labios.)
|
No reveles a nadie quién es
ella. |
|
|
|
|
VISITANTE 1.º |
A ningún otro.
|
|
(Se dispone a
bajar.)
|
¡Hay mucha gente abajo!
¡Seréis vistos! |
|
|
|
VISITANTE 1.º |
¡No nos verán! Sabemos
ocultarnos. |
445 |
(Los seis VISITANTES levantan ambas manos en
rígido saludo y descienden. ELOY y MARTA siguen sin atreverse a cruzar la
mirada.)
|
Marta, perdona mis cincuenta
años. |
|
|
|
MARTA |
Eloy, ya nunca más te
sientas solo. |
|
|
|
ELOY |
Mírame: como un niño
estoy temblando |
|
y temo para ti ser solo un
viejo. |
|
|
|
MARTA |
Mírame, Eloy. También
mis manos tiemblan |
450 |
y anhelo para ti ser una
niña. |
|
|
|
|
(Se miran. ELOY la
besa de pronto apasionadamente, sobre un gran estadillo
orquestal.)
|
LOS DOS |
¡Que la luz del futuro nos
devore! |
|
|
|
|
(La música se amansa. ELOY le besa entonces las manos con
respeto y gratitud.)
|
MARTA |
Aún es temprano para nuestra
dicha. |
|
Recuerda que no debes
conocerme. |
|
Piensa que fue tan solo un bello
sueño |
455 |
nuestro encuentro. Mas ya no
necesitas |
|
la voz del yelmo. Con el
sueño basta. |
|
(Le quita la bacía con
suavidad.)
|
Dámelo ahora y
seguiré cumpliendo |
|
mis humildes deberes. |
|
|
|
(Se encamina al lateral derecho.)
|
|
MARTA |
(Se vuelve.)
|
Ten confianza. Pronto nuestra
música |
460 |
inundará de paz tu bello
mundo. |
|
|
|
|
(Sale. ELOY da
unos pasos, mirándola alejarse, y luego vuelve a sentarse
donde lo sorprendieron los VISITANTES. A poco, cierra los ojos y
reclina la frente sobre las manos. La bombilla roja del
escotillón se enciende lentamente; las ondas
cromáticas del fondo se apaciguan, reducen y desaparecen. La
música estalla en nuevos tiroteos y explosiones lejanas.
ELOY se sobresalta y
levanta su rostro. Recuerda y, de pronto, se toca la cabeza,
cerciorándose de que la bacía ha desaparecido. Una
sonrisa feliz ilumina sus rasgos. Con infinita devoción,
mira hacia el sitio por donde MARTA salió poco antes. Se
levanta y, apoyado en la barandilla, sigue mirando hacia el
lateral. Una voz le llama desde el fondo de la sala. La
música cambia su tema.)
|
ISMAEL |
¡Eloy! |
(ELOY se incorpora
y se vuelve, intrigado.)
|
¡Eloy!
|
(ELOY da, muy
emocionado, unos pasos hacia el proscenio.)
|
¡Eloy...!
|
|
|
|
ELOY |
¿Habéis vuelto,
hermanos míos? |
|
(Por el pasillo central avanza un hombre hacia el
proscenio. Tan flaco y alto como ELOY, cubre su descarnada
anatomía con un raído abrigo. Apenas se le ve la cara
bajo el viejo sombrero y la bufanda que la tapan; unas gafas de
ancha montura y gruesos cristales cabalgan sobre su nariz. A la
mitad del pasillo, se detiene.)
|
¿No sois vosotros?
¿Quién llama? |
|
|
|
|
(El hombre continúa su camino, mirando a todos lados
con recelo. Cerca del proscenio, vuelve a detenerse.)
|
ISMAEL |
Confío en que me
recuerdes. |
465 |
|
|
|
ISMAEL |
Quisiera hablarte.
|
|
(Sube por una de las escalerillas.)
|
|
|
ELOY |
¡Qué alegría me
da verte! |
|
(Se abrazan.)
|
¡Viejo amigo! |
|
|
ISMAEL |
No hables alto.
|
|
Importa que no nos oigan. |
|
(Señala a la sala por donde
vino.)
|
¿Es la sala del teatro? |
470 |
(Señala al
fondo.)
|
La recordaba ahí
enfrente. |
|
|
|
ELOY |
Esta es la sala más
vieja, |
|
convertida en dependencias. |
|
No temas, no hay nadie en
ella. |
|
Solo invisibles fantasmas |
475 |
o invisibles visitantes. |
|
¿Son ellos quienes te
mandan? |
|
Lo esperaba y lo mereces. |
|
|
|
ISMAEL |
No comprendo de quién
hablas. |
|
|
|
ELOY |
Ismael, no disimules. |
480 |
También a mí me han
hablado. |
|
Pero tú eres más
dichoso, |
|
porque habrás visto la
noche |
|
constelada de platillos... |
|
(ISMAEL lo mira y
se sienta, desolado, en una silla. ELOY va a su lado.)
|
¿Qué te ocurre? |
|
|
ISMAEL |
Pobre amigo.
|
485 |
Todavía crees en ellos. |
|
Ya me hablabas de marcianos |
|
cuando soñábamos
juntos |
|
hace años... Tú
querías |
|
cantar. Yo quise escribir. |
490 |
La juventud se ha pasado |
|
solo somos dos parias: |
|
un infeliz partiquino |
|
y un hombre del sindicato. |
|
Despierta, Eloy. No hay
platillos |
495 |
ni marcianos en la noche. |
|
Hay disparos en las calles |
|
y patrullas implacables. |
|
|
|
ELOY |
¡Te digo que los he
visto! |
|
|
|
ISMAEL |
Escucha, Eloy. Me persiguen, |
500 |
mas he logrado burlarlos. |
|
Si pudieras esconderme |
|
por unos días... |
|
|
|
ISMAEL |
Todo el cinturón fabril |
|
de la ciudad está en
huelga |
505 |
y soy uno de los jefes. |
|
|
|
ELOY |
La huelga no es un delito. |
|
|
|
ISMAEL |
(Con
ironía.)
|
Nuestro liberal gobierno |
|
reconoce ese derecho. |
|
Pero si una noche ordena |
510 |
que se baje a los refugios |
|
todo es fácil. |
|
|
|
ISMAEL |
Quemar el Palacio Viejo |
|
sin testigos en las calles, |
|
acusar al sindicato |
515 |
atraparnos sin esfuerzo. |
|
|
|
|
ISMAEL |
Si me prenden
|
|
me condenarán a muerte. |
|
|
|
ELOY |
Yo te esconderé, no
temas. |
|
Habrás de esperar muy
poco. |
520 |
Cuando luzca el nuevo
día |
|
cesará toda injusticia. |
|
|
|
ISMAEL |
Yo no debo aprovecharme |
|
de tus hermosas quimeras. |
|
Si decides esconderme |
525 |
debes saber que hay peligro. |
|
|
|
ELOY |
He hablado a los visitantes. |
|
Mas aunque ellos no vinieran |
|
también te
protegería. |
|
Si alguien padece injusticia |
530 |
deber nuestro es ayudarlo. |
|
|
|
|
ELOY |
¿Cómo, no
siempre?
|
|
Tú has entregado tu
vida |
|
a los que sufren y esperan. |
|
Por eso te admiro y quiero. |
535 |
Si de organizar la huelga |
|
a un inocente acusasen |
|
por no poder encontrarte, |
|
yo sé que te
entregarías. |
|
|
|
|
|
ISMAEL |
Va a suceder lo que dices |
|
y yo no he de presentarme. |
|
|
|
ELOY |
¿Dejarías que
pagase |
|
un inocente por ti? |
|
|
|
ISMAEL |
¡Hay millones de
inocentes |
545 |
y me debo a todos ellos! |
|
|
|
|
ISMAEL |
Solo cuando sea más
útil |
|
que yo mismo. |
|
|
ELOY |
¿Cómo sabes
|
|
que no lo será
mañana? |
550 |
¿Que no lo es ya? |
|
|
ISMAEL |
Si no tiene
|
|
mi responsabilidad, |
|
no es más útil. |
|
|
ELOY |
¿Y le dejas
|
|
ser torturado en tu nombre? |
|
(Una pausa.)
|
¿Ejecutado en tu
nombre? |
555 |
(Una pausa.)
|
|
|
|
|
ISMAEL |
Eloy, la acción es
impura. |
|
La injusticia es necesaria |
|
para alcanzar la justicia. |
|
Serás solo un
soñador |
560 |
si el escrúpulo no
ahogas |
|
y a actuar no te decides. |
|
|
|
ELOY |
Actuar es esconderte |
|
y no necesito ahogar |
|
escrúpulos para
hacerlo. |
565 |
|
|
ISMAEL |
Al esconderme, tú
amparas |
|
también todo cuanto
hago. |
|
|
|
ELOY |
Yo no amparo tus errores |
|
sino tus perplejidades. |
|
Protejo al hombre que duda |
570 |
y no cree en lo que ha dicho. |
|
|
|
ISMAEL |
Tampoco crees lo que dices. |
|
La verdad, entre tú y
yo |
|
se debate desgarrada. |
|
Me guardaré de
entregarme |
575 |
aunque sufra mi conciencia. |
|
|
|
ELOY |
Mi conciencia es la que ordena |
|
que te esconda y te proteja. |
|
|
|
ISMAEL |
(Irritado.)
|
¡No sabes qué es tu
conciencia! |
|
Faro la crees, y es solo |
580 |
una suma de prejuicios. |
|
|
|
ELOY |
(Irritado.)
|
Y tú, ¿sabes
qué es la tuya? |
|
¿A qué hablas de
ella, si es solo |
|
una suma de prejuicios? |
|
(Pausa.)
|
|
|
ISMAEL |
Está bien. No
discutamos. |
585 |
|
|
ELOY |
¿Me estás dando la
razón |
|
como a un loco? |
|
|
|
ELOY |
(Lo levanta.)
|
Ven conmigo al camerino. |
|
Allí estarás cuanto
quieras |
|
mientras ellos se presentan. |
590 |
|
|
|
ELOY |
(Mientras van hacia el camerino.)
|
¡Nuestros visitantes!
|
|
(Abre la puerta y enciende la luz
de su camerino.)
|
|
|
|
|
|
ELOY |
Yo te buscaré comida. |
|
Descansa. |
|
|
|
|
(Suenan las seis en la torre lejana.)
|
ELOY |
Ya está pasando la
noche... |
|
Todo llegará, Ismael. |
|
Una gran música siento |
|
que me lo canta al
oído. |
|
|
|
|
(ISMAEL lo mira,
perplejo. Entran los dos en el camerino, cuya puerta se cierra. Una
pausa. Vistiendo un elegante batín, pero conservando en el
cuello su condecoración, entra RODOLFO por la izquierda seguido de
APOLINAR, quien sigue
enfundado en su sotana. RODOLFO se acerca al camerino de
ELOY y escucha;
APOLINAR se detiene en el
centro del escenario.)
|
APOLINAR |
Después del gran
festín que hemos gozado |
600 |
me haría feliz el pecho
hospitalario |
|
de alguna linda chica. |
|
|
RODOLFO |
Tiempo tienes.
|
|
(Se reúne con él.)
|
La noche es larga. Vamos a
gastarle |
|
al idiota de Eloy un buen
bromazo. |
|
|
|
|
|
|
RODOLFO |
Pensaremos. ¿No has
oído
|
|
al tonto de Simón sus
necedades? |
|
|
|
APOLINAR |
Sandeces que le inspira el
aguardiente. |
|
Ha dicho que en el yelmo de
Mambrino |
|
se escucha un pianillo
celestial. |
610 |
|
|
RODOLFO |
Es Eloy quien le dicta esas
simplezas, |
|
no el aguardiente. Quizá el
yelmo sirva... |
|
|
|
APOLINAR |
Marta lo habrá llevado al
vestuario. |
|
|
|
RODOLFO |
Hay que buscar a Marta y
convencerla |
|
de que nos dé la llave. |
|
|
APOLINAR |
Yo la carne
|
615 |
prefiero... |
|
|
RODOLFO |
Yo la broma. Busca a Marta.
|
|
|
|
APOLINAR |
Veré si está en los
fosos, que es su sitio. |
|
|
|
|
(Desciende por el escotillón. Mirando al camerino de
ELOY, canta RODOLFO, en sigilosas melodías,
su rencor.)
|
RODOLFO |
Bien podrás darme las
gracias, |
|
insolente botarate. |
|
Hoy solo llorarás
burlas; |
620 |
quizá mañana te
aplaste. |
|
Yo te enseñaré a
vivir |
|
si morir no quieres de hambre. |
|
Y he de escuchar de tus labios |
|
que soy el mejor cantante. |
625 |
Envidioso, resentido, |
|
mamarracho, miserable. |
|
(Las explosiones de la «pedagogía»
parecen responderle y él se sobresalta al pronto; luego las
desdeña con un benévolo ademán, tras el que se
recuesta en la barandilla. MARTA entra por la derecha del fondo
y, al verle, baja la cabeza para pasar ante él en
dirección al escotillón. RODOLFO se incorpora sonriente y, al
pasar ella, le propina un azote en el trasero. MARTA da un respingo y se detiene en
el acto, ruborizada.)
|
No me respetes tanto,
palomita. |
|
Podrías sonreírme y
saludarme. |
|
(Se acerca,
pegajoso.)
|
¿O te has quedado muda? |
|
|
|
|
(Y se encamina al escotillón.)
|
RODOLFO |
(Le toma una mano y la
detiene.)
|
¿Nadie te habló de lo
bonita que eres? |
|
|
|
|
RODOLFO |
No me burlo, picaruela.
|
|
Esta noche podría ser muy
bella |
|
para nosotros dos, si tú
quisieras. |
|
|
|
|
(La atrae hacia la izquierda. Ella se
resiste.)
|
|
RODOLFO |
Déjame ser tu Rodolfo.
|
635 |
(Por el camerino de SIMÓN.)
|
Ahora no hay nadie en ese
camerino |
|
y nadie lo sabrá. Dulce
secreto |
|
entre nosotros dos. ¿No lo
esperabas? |
|
¿No te atrevías a
soñar conmigo? |
|
¡Rodolfo Kozas es
halcón amante |
640 |
que desciende hasta ti! |
|
|
|
APOLINAR |
(Que subía del foso, los
mira.)
|
¡Carne!
|
|
|
|
RODOLFO |
Si aprendieras a no ser
importuno... |
|
|
|
APOLINAR |
(Sube.)
|
En balde te buscaba yo,
pequeña. |
|
|
|
RODOLFO |
Si quisieras marcharte a los
infiernos... |
|
|
|
APOLINAR |
(Señala al
foso.)
|
Ya los he visitado. Muchas
gracias. |
645 |
(Se acerca.)
|
¿Le ha pedido la llave a la
chiquita? |
|
|
|
|
APOLINAR |
¡Qué malísima
memoria!
|
|
(A MARTA.)
|
Tenemos que buscarle al
señor Palma |
|
ciertos objetos en el
vestuario. |
|
Conque venga la llave. |
|
|
RODOLFO |
Nada temas.
|
650 |
Yo salgo responsable. |
|
|
APOLINAR |
Ya lo oyes.
|
|
(Tiende la
mano.)
|
Te la devolveremos sin
tardanza. |
|
|
|
|
(MARTA titubea,
pero saca la llave de su bolsillo. APOLINAR se la arrebata.)
|
RODOLFO |
Gracias. Puedes bajar de nuevo al
foso. |
|
|
|
APOLINAR |
No es necesario que nos
acompañes. |
|
|
|
|
(MARTA se encamina
al escotillón, no muy convencida. Al pasar junto a
APOLINAR, le da este un
cariñoso azote en el trasero.)
|
|
APOLINAR |
Por favor, déjanos
solos.
|
655 |
|
|
|
(MARTA empieza a
bajar y se vuelve con una muda súplica en los
ojos.)
|
RODOLFO |
Te buscaré más tarde,
linda niña. |
|
|
|
|
(Le envía un beso. MARTA desaparece.)
|
|
|
APOLINAR |
¡Es usted Juan Tenorio
redivivo! |
|
|
|
RODOLFO |
(Suspira.)
|
La carne es bella... |
|
|
|
RODOLFO |
¡Amigo Apolinar, viva la
broma! |
660 |
|
|
|
(Le indica la derecha. Caminan los dos hacia allá
con cautelosos pasos, y la música se vuelve repentinamente
ligera y juguetona. VICKY
aparece por la izquierda y los mira a hurtadillas. Viste un jersey
muy ceñido y un corto pantalón blanco que deja ver
sus deliciosas piernas.)
|
VICKY |
¡Qué larga es la
noche! |
|
¿Quién me
distraerá? |
|
|
|
|
(RODOLFO y
APOLINAR se detienen,
electrizados por el tono de la voz.)
|
|
|
|
|
(Se acercan a ella. VICKY sonríe y avanza,
fingiendo no verlos.)
|
VICKY |
¡Qué noche tan
larga! |
665 |
¡Cuánta soledad! |
|
|
|
RODOLFO |
(A APOLINAR.)
|
Vete al vestuario |
|
y espérame allá. |
|
|
|
APOLINAR |
Vaya usted, Rodolfo. |
|
Yo tengo que hablar |
670 |
con Vicky un momento... |
|
|
|
RODOLFO |
Ella quiere hablar |
|
conmigo. Está claro. |
|
|
|
|
RODOLFO |
(Se acerca a VICKY.)
|
Vicky encantadora... |
675 |
|
|
APOLINAR |
(Se acerca a VICKY.)
|
Muchacha sin par... |
|
|
|
LOS DOS |
¡Qué larga es la
noche! |
|
¡Cuánta soledad! |
|
|
|
VICKY |
Muy acompañada |
|
me voy a encontrar... |
680 |
|
|
APOLINAR |
No tengas cuidado. |
|
Rodolfo se va. |
|
|
|
RODOLFO |
(La atrae hacia
sí.)
|
No penes, hermosa. |
|
Se va Apolinar. |
|
|
|
APOLINAR |
Dilo tú, tesoro. |
685 |
Di tú quién se
irá. |
|
|
|
|
(TERESINA
apareció por la izquierda y mira, despechada, a RODOLFO. Viste ahora pantalones de
fantasía y una blusa rutilante.)
|
TERESINA |
¡También yo
pregunto |
|
quién se
marchará! |
|
|
|
|
(Contrariada, VICKY echa a correr, cruza a su lado y
sale por la izquierda.)
|
APOLINAR |
Lo siento, Rodolfo. |
|
Yo me voy detrás. |
690 |
(RODOLFO suspira,
resignado. TERESINA
avanza, fijos en él los ojos. APOLINAR da un rodeo hasta ponerse a
espaldas de los dos y desde allí los bendice
irónicamente.)
|
Creced, hijos míos, |
|
sin multiplicaros. |
|
|
|
|
(Se va por la izquierda. En el telón del fondo se
proyecta una vieja y suntuosa decoración palatina abundante
en columnas y escalinatas, pintada al estilo de las óperas
del siglo XIX. La música se vuelve tonal y
romántica.)
|
TERESINA |
¡Ingrato, me has partido el
corazón! |
|
|
|
RODOLFO |
¡Mi dueña, sufres una
confusión! |
|
|
|
TERESINA |
¡Déjame sola con mi
gran dolor! |
695 |
|
|
RODOLFO |
¡No dudes nunca de mi
ardiente amor! |
|
|
|
TERESINA |
Tu amor es inconstante y
embustero. |
|
¡Solo un juguete he sido para
ti! |
|
|
|
RODOLFO |
Te juro, amor, que solo a ti te
quiero |
|
y que sin ti preferiría
morir. |
700 |
|
|
TERESINA |
¡Por piedad, no más
torpes juramentos! |
|
¡Da descanso a este pecho que
besaste, |
|
con el áspid terrible de un
puñal! |
|
|
|
RODOLFO |
¡Amada niña de mis
pensamientos! |
|
¡Con tus duras palabras
tatuaste |
705 |
del dolor en mi pecho la
señal! |
|
|
|
TERESINA |
¡Ciega quisiera estar!
¡Vivir no ansío! |
|
|
|
RODOLFO |
¡Yo no te he traicionado,
cielo mío! |
|
¡Por el Dios que nos oye te
lo juro! |
|
|
|
TERESINA |
(Arrobada.)
|
¡Miente, miénteme
así, pues lo prefiero! |
710 |
|
|
RODOLFO |
(Se acerca.)
|
¡Mi corazón es tuyo
por entero! |
|
¡Devóralo como a un
panal maduro! |
|
(Explosiones. La música se interrumpe al tiempo. La
expresión de ambos cambia: se torna reflexiva, desencantada.
Se miran perplejos, extraños. Pero la música tonal se
reanuda y sus caras vuelven a sonreír.)
|
Perdona a este contrito
pecador |
|
sus veleidades y su ligereza. |
|
Pero no desconfíes de su
amor. |
715 |
(La abraza.)
|
¿Me perdonas? |
|
|
TERESINA |
¡Rodolfo!
|
(Le acaricia, apasionada, la
condecoración.)
|
|
|
|
|
(Se encaminan hacia el camerino de SIMÓN. Mimosa, ella no suelta
la cruz.)
|
LOS DOS |
La noche nos reserva su
dulzor. |
|
He (has) de libar tus (mis) labios
de princesa |
|
y comulgar tu (mi) cuerpo con
fervor. |
|
|
|
|
(Tenía ya RODOLFO la mano en el pestillo durante
las últimas notas. La música tonal se extingue y el
fastuoso salón pintado de la vieja ópera se borra
lentamente. La puerta del camerino se abre de pronto. RODOLFO se tambalea por el impulso y
aparece PEDRO, algo
turbado, terminando de abrocharse. MICKY casi lo empuja para salir del
camerino, y emite tras él un musical gritito cuando ve a la
otra pareja.)
|
PEDRO |
Estábamos aquí
curioseando |
720 |
las fotos que Simón tiene
clavadas. |
|
|
|
RODOLFO |
Lo mismo, casualmente, le
propuse |
|
yo a Teresina... |
|
|
|
|
|
|
(Sonrisas.)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
(Explosiones. Sonrisitas en los cuatro.)
|
|
|
|
|
(Se oyen risas y el barullo de gente que se acerca. Vienen
diciendo lo mismo.)
|
|
|
|
|
|
(Las dos parejas atienden. El ELECTRICISTA entra el primero con cara
de enfado, aparta una silla de la derecha y, meneando la indignada
cabeza, se sienta de cara al proscenio y cerca del
escotillón.)
|
RODOLFO |
(Se le acerca.)
|
¿Le sucede a usted algo,
electricista? |
730 |
|
|
ELECTRICISTA |
¡Sucede que Simón
está borracho |
|
y que no me divierten estas
bromas! |
|
|
|
VOCES MASCULINAS |
¡Paso al gobernador de los
alcoholes! |
|
|
|
VOCES FEMENINAS |
¡Paso a las más
enormes tragaderas! |
|
|
|
|
(Rodeado por toda la Compañía, que se puso
vestidos ligeros y cómodos para la velada, entra
SIMÓN a hombros. De
beodo que está, ni ve. Botella en una mano; plato de
sabrosas gollerías en la otra. PEDRO se apresura a apagar la luz del
camerino de SIMÓN y
a cerrar su puerta. Explosiones.)
|
|
SIMÓN |
¡No, señores!
|
735 |
¡Son mis buenos amigos los
marcianos! |
|
Ellos me nombrarán
burgomaestre |
|
de esta ciudad, y mandaré en
vosotros. |
|
|
|
RODOLFO |
¿Quién te
metió ese infundio en la cabeza? |
|
|
|
SIMÓN |
Se me ha ocurrido a mí, que
soy muy listo, |
740 |
porque sé que el que a buen
árbol se arrima... |
|
|
|
|
(ELOY salió
de su camerino, cuya puerta ha cerrado. Recostado contra el muro y
cruzado de brazos, escucha a todos con frialdad.)
|
RODOLFO |
(Que advierte su presencia, a
SIMÓN.)
|
¡Pobre infeliz, tu
árbol está seco! |
|
|
|
SIMÓN |
Lo regaré con vino
generoso. |
|
|
|
|
|
|
(Lo sientan en los escalones.)
|
RODOLFO |
(A su lado.)
|
Regüelde y sáciese,
burgomaestre. |
745 |
|
|
SIMÓN |
(Mientras
come.)
|
¡Guarde silencio! |
|
|
|
SIMÓN |
Inútil que lo pida,
señor mío. |
|
A usted yo no le nombro
concejal. |
|
|
|
|
|
|
MICKY |
¡Todos le suplicamos sus
favores! |
750 |
|
|
TERESINA |
¡Beba un poquito más,
burgomaestre! |
|
|
|
SIMÓN |
Una excelente idea. Ya se
sabe: |
|
Donde no hay vino, corazón
mohíno. |
|
(Se dispone a
beber.)
|
|
|
EFRÉN, SALUSTIO,
ARÍSTIDES |
(Susurran.)
|
¡Es la cuarta botella! |
|
|
«DUQUESA»,
BÁRBARA,
1.ª MOZA
DEL PARTIDO |
(Susurran.)
|
¡Qué garganta!
|
|
|
|
VICKY |
(A la que APOLINAR importuna en vano desde que
entraron.)
|
Si en amor es igual, hay que
pensarlo. |
755 |
|
|
|
(ELOY se acerca
entre tanto a SIMÓN. Con duros ojos, le
arrebata el plato y le quita la botella de los labios. SIMÓN no sabe lo que le
pasa.)
|
|
RODOLFO |
¿Por qué?
También yo lo pregunto.
|
|
|
|
ELOY |
Porque puede morir de beber
tanto, |
|
mientras vosotros lo tomáis
a risa. |
|
|
|
|
(Regresa a su camerino y entra, cerrando.)
|
|
SIMÓN |
(Se mira las manos
vacías.)
|
Han sido los marcianos.
|
|
|
|
APOLINAR |
Ellos no pueden ser,
burgomaestre. |
760 |
Están en un planeta muy
distante. |
|
|
|
SIMÓN |
Cállate, cura. Tú no
sabes nada. |
|
(Risas. ELOY sale
de su camerino, echa la llave, se la guarda y vuelve a recostarse
contra el muro. Explosiones.)
|
¿No los oís? |
|
|
|
SIMÓN |
Si nos autorizaran a asomarnos |
|
veríamos platillos y
platillos |
765 |
semejantes al yelmo de
Mambrino. |
|
|
|
|
|
(Todos lo miran.)
|
RODOLFO |
¿Qué imbécil
te lo ha dicho?
|
|
|
|
|
(Lo empuja levemente, con desdén.)
|
SIMÓN |
Estos soplillos míos, que
escucharon |
|
tocar a la Sinfónica de
Marte. |
|
|
|
|
SIMÓN |
Nos han mandado un
pianillo...
|
770 |
|
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
Nos lo explicó mientras
cenaba.
|
|
|
|
|
(SIMÓN
recomienda silencio con un dedo en los labios.)
|
SIMÓN |
¡A nadie se lo digan!
¡Es secreto! |
|
|
|
|
RODOLFO |
(Riendo y sin
mirarlo.)
|
¡Seguro! ¿Quién
lo duda?
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Por ELOY.)
|
¿Por qué se burlan de
este pobre iluso? |
775 |
Lo que usted dice, Eloy, es
imposible. |
|
Complejos y potentes
receptores |
|
harían falta para captar
músicas |
|
marcianas, si es que hay
músicas marcianas; |
|
no una simple bacía de
barbero. |
780 |
|
|
ELOY |
Electricista, vuelva a su
cabina. |
|
No pontifique usted de lo que
ignora. |
|
Los libros que le inspiran,
titubean; |
|
no los recite igual que un
papagayo. |
|
|
|
|
ELOY |
Mejor dijera acólito
|
785 |
que lanza excomuniones a
beatas. |
|
El que ignora que ignora no es un
sabio: |
|
no es más que un
sacristán del magnetismo. |
|
(Risas
disimuladas.)
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Se encoge de
hombros.)
|
Me olvidaré de sus
impertinencias. |
|
|
|
RODOLFO |
(Con desprecio, sin mirar a
ELOY.)
|
Quizá Eloy piense que las
musiquillas |
790 |
que él cree escuchar, son
las que le convierten |
|
en un hombre tan puro y tan
sincero. |
|
|
|
ELOY |
No llego a tanto aunque ellos me lo
ordenan. |
|
|
|
RODOLFO |
A muchos pobres diablos
torturaron |
|
exquisitas personas con el
alma |
795 |
colmada de la música
más bella. |
|
|
|
ELOY |
Eran otras personas. Y otra
música. |
|
|
|
ELECTRICISTA |
(A RODOLFO.)
|
Inútil que le hable. De
remate. |
|
|
|
ELOY |
¡Apercibíos todos! Han
llegado |
|
y saben lo que encierran nuestras
mentes. |
800 |
|
|
SIMÓN |
(Borracho
perdido.)
|
Ellos lo saben todo en su
grandeza. |
|
Son como dioses. Cantan cuando
hablan. |
|
(Risas.)
|
|
|
RODOLFO |
(Lo empuja, conteniendo mal su
excitación.)
|
¿De veras?
¿Qué chiflado te lo ha dicho? |
|
|
|
ELOY |
¡Reíd, reíd!
¡También lo hacéis cantando! |
|
|
|
VARIOS |
¿Cómo?
¿Qué dice? ¿Que al reír cantamos? |
805 |
|
|
ELOY |
(Se incorpora y avanza unos
pasos.)
|
Nos están invadiendo los
efluvios |
|
de nuestros sigilosos
visitantes |
|
y al hablar entonamos raros
cantos. |
|
Quieren salvar a todos con su
música |
|
y somos ya organillos que ellos
pulsan. |
810 |
Pero no lo advertís. |
|
|
|
(Todos se miran, sorprendidos.)
|
TERESINA |
¡Si no cantamos!
|
|
(A todos.)
|
¿Lo ha dicho o no
cantando? |
|
|
|
ELOY |
Con otra sutil música que
ignoras. |
|
|
|
|
(Vuelven a mirarse todos con una punta de
inquietud.)
|
|
|
ELECTRICISTA |
¡No enloquezcan!
|
|
Es la deformación
profesional; |
815 |
las voces engoladas de la
ópera. |
|
|
|
ELOY |
Pero usted no es cantante y
también canta. |
|
|
|
ELECTRICISTA |
Igual que los demás, engolo
un tanto |
|
por llevar muchos años entre
ustedes. |
|
|
|
ELOY |
¡Abandonaos a la
extraña música |
820 |
que pugna por nacer de vuestras
bocas! |
|
Nos han mandado a quienes nos
vigilan |
|
y viven confundidos con
nosotros. |
|
Ignoráis que nos hablan cada
día |
|
bajo las más humildes
apariencias. |
825 |
La portera, el obrero, la
maestra |
|
de vuestros hijos, pueden ser
marcianos. |
|
¡Y en el mismo teatro puede
haberlos! |
|
(MARTA asoma por
el escotillón durante las palabras anteriores. ELOY no la ve, pero intuye su
presencia y se turba.)
|
Mas de esto no he de hablar. |
|
|
|
MICKY |
(Con nerviosa
risa.)
|
¡Jesús, qué
horror! |
|
|
BÁRBARA |
¡Nos va a poner
nerviosos!
|
830 |
|
|
|
(Pausa.)
|
2.ª MOZA DEL PARTIDO |
¡No nos diga que están
entre nosotros! |
|
|
|
|
(Pausa.)
|
|
|
SIMÓN |
(Risueño.)
|
No se puede creer, pero es muy
cierto. |
|
Si supieran quién es... |
|
|
ELOY |
(Fuerte.)
|
¡Guarda silencio!
|
|
|
|
|
(Se miran los dos. SIMÓN baja los ojos. Un
silencio.)
|
ELECTRICISTA |
(A MARTA.)
|
Y tú, ¿qué
haces aquí? Nadie te llama. |
835 |
|
|
MARTA |
(En un
susurro.)
|
Por favor... |
|
|
RODOLFO |
(A SIMÓN.)
|
Borrachón, suelta el
secreto.
|
|
Revélanos quién es el
visitante. |
|
(MARTA y
ELOY miran feamente a
SIMÓN, que los mira
y calla. RODOLFO se
enardece.)
|
¡Dínoslo, damajuana!
¡Dilo, asno! |
|
(SIMÓN lo
mira, amedrentado, pero no responde. RODOLFO lo empuja con
fuerza.)
|
¡Rebuzna entre tus dientes
amarillos! |
|
(Le da un puntapié. El terror desorbita los ojos de
SIMÓN.)
|
¡Dilo! |
(Puntapié más fuerte.)
|
¡Suéltalo ya!
|
(Puntapié brutal.)
|
¡Confiesa, bestia!
|
840 |
(SIMÓN
llora en silencio. RODOLFO
lo derriba de un feroz puntapié.)
|
¡Confiesa que un jumento te
ha embaucado! |
|
|
|
|
(ELECTRICISTA no
disimula su disgusto. Los demás se miran, incómodos.
ELOY se acerca a
RODOLFO, que está
rojo de excitación, y repite con duros ojos cierta estrofa
no ha mucho oída en los labios del
«divo».)
|
ELOY |
A muchos pobres diablos
torturaron |
|
exquisitas personas, con el
alma |
|
colmada de la música
más bella. |
|
|
|
|
(Y, sin pausa alguna, eleva su larga zanca y arrea a
RODOLFO tan descomunal
puntapié en el vientre, que lo derriba. El ELECTRICISTA se levanta.)
|
|
|
|
|
(APOLINAR y
PEDRO levantan a
RODOLFO. TERESINA lo abraza. Todos lo rodean,
solícitos. ELOY se
inclina e incorpora a SIMÓN.)
|
|
|
(SIMÓN
deniega.)
|
TERESINA |
(A ELOY.)
|
¡Bruto!
¡Pedante!
|
|
|
|
APOLINAR |
(A RODOLFO.)
|
¿Se encuentra bien? |
|
|
|
TERESINA |
(Mientras acaricia a RODOLFO.)
|
¡Mañana exigiremos que
lo echen! |
|
|
|
|
(RODOLFO se
desprende. ELOY se
incorpora y lo mira con frialdad. APOLINAR y PEDRO sujetan a RODOLFO.)
|
RODOLFO |
(Se los
sacude.)
|
¡Soltadme! Yo no voy a
rebajarme |
|
a estas brutalidades de
taberna. |
850 |
|
|
ELOY |
(Irónico.)
|
Los puntapiés, Simón,
los has soñado. |
|
|
|
RODOLFO |
Nada me hieren torpes
ironías. |
|
Has cometido un acto
subversivo |
|
contra este pecho que han
condecorado |
|
y pagarás por ello. |
|
|
ELOY |
Se equivoca
|
855 |
de región anatómica.
Fue el vientre. |
|
|
|
|
|
(Inicia la marcha, muy digno, hacia la
derecha.)
|
|
|
|
RODOLFO |
(Deniega.)
|
Divertíos sin mí,
fieles amigos. |
|
Disfrutad de la noche
todavía. |
860 |
|
|
|
|
|
(Al pasar RODOLFO
y sus acompañantes ante MARTA, termina esta de subir del
escotillón y los interpela a media voz.)
|
|
|
(Ellos se detienen y la miran, sorprendidos.)
|
APOLINAR |
(A media voz.)
|
Por favor, no más
favores.
|
|
|
|
|
(Salen los tres por la derecha. Una pausa. El ELECTRICISTA torna a sentarse.
MARTA inclina la cabeza y
desciende lentamente al foso. VICKY se sienta; otros la
imitan.)
|
|
|
(ELOY, que miraba
descender a MARTA, se
vuelve.)
|
ELOY |
Disponer el ánimo
|
|
para el Juicio Final. |
|
|
BÁRBARA |
¡Cállese,
hombre!
|
|
(Se sienta.)
|
|
|
ELOY |
Ya no puedo callar. Me han
ordenado |
865 |
que anuncie su llegada. Temblad
todos. |
|
Ningún daño reservan
a los cuerpos |
|
mas sí el espejo de una gran
vergüenza. |
|
Hemos creado un mundo
agusanado |
|
y en su bondad, acceden a
heredarlo |
870 |
para salvarnos de la helada
selva |
|
donde nos debatimos como
sierpes. |
|
Mas no todos podrán cantar
con ellos... |
|
¡Veo! ¡Veo, ay dolor!
Lívidos cuerpos |
|
se balancean, cuelgan de las
ramas |
875 |
en nudos que ellos mismos
habrán hecho |
|
después que los enfrenten al
espejo |
|
donde verán la imagen que
ocultaban. |
|
Preparaos, amigos. Aún es
tiempo. |
|
Muy breves son las horas que nos
restan |
880 |
para poner en los marchitos
rostros |
|
la claridad de una sonrisa
nueva. |
|
|
|
ELECTRICISTA |
Sus palabras son bellas, pero
falsas. |
|
Nadie nos mira, nadie nos
vigila |
|
y nunca hubo marcianos; solo el
campo |
885 |
de la electricidad inagotable |
|
que formó estrellas y
hombres. Electrones. |
|
Y nuestra mente, eléctrica
asimismo, |
|
conociendo mejor a cada hora |
|
la energía que mueve al
universo. |
890 |
No hay misterios, Eloy, y
está usted solo. |
|
Acompañado de
alucinaciones |
|
como buen solitario, pero
solo. |
|
|
|
ELOY |
¿Solo? ¡Yo no estoy
solo, electricista! |
|
Millones de presencias
siderales |
895 |
alimentan mi afán. ¡Yo
soy legión! |
|
¡Advierta cómo cantan
por mi boca! |
|
Humildemente pertenezco al
coro |
|
unánime que ha de cantar
mañana |
|
y que ya canta ahora: ¡Soy
legión! |
900 |
(Su voz, multiplicada crecientemente, parece cada vez
más la de un coro innumerable de gargantas idénticas
a la de ELOY.)
|
¡Legión! ¡Yo soy
legión! ¡Yo soy legión! |
|
|
|
|
(Todos se rebullen, inquietos, bajo la enorme voz
múltiple.)
|
ELECTRICISTA |
(Turbado por la inquietud
general, pero sin rendirse.)
|
¡Señores, no se
asusten! Canta fuerte |
|
(Sus manos
accionan.)
|
y la excelente acústica del
sitio |
|
le refuerza la voz... |
|
|
ELOY |
(Su voz
multiplicada.)
|
¡Es la voz de ellos!
|
|
|
|
VICKY |
(A MICKY.)
|
Fuerte también gritó
el electricista |
905 |
y no sonó lo mismo... |
|
|
ELOY |
(Su voz multiplicada hasta
volverse casi intolerable.)
|
¡Soy legión!
|
|
|
|
|
(Tras la resonancia, silencio absoluto.)
|
BÁRBARA |
No me encuentro muy bien.
Adiós, señores. |
|
|
|
|
(Nadie responde. Ella inicia la marcha, pero se detiene
ante la repentina zarabanda de las luces. La bombilla roja del
escotillón parpadea; los varales y focos se encienden y
apagan, pero la claridad es cada vez más intensa.
BÁRBARA se
santigua.)
|
|
|
|
|
(El ELECTRICISTA
se levanta y mira hacia la invisible y alta cabina de mandos que se
supone a la derecha.)
|
ELECTRICISTA |
¿Quién está en
la cabina? |
|
|
ELOY |
(Su voz
multiplicada.)
|
¡Nadie humano!
|
|
|
|
ELECTRICISTA |
(Se refriega los
ojos.)
|
¡Esto no puede ser! |
|
|
ELOY |
(Su voz
multiplicada.)
|
¡Pero es un hecho,
|
910 |
aunque tu pobre ciencia no lo
entiende! |
|
|
|
|
(Gran explosión en la calle, a la que siguen
vivísimas oscilaciones luminosas en el escenario, que
terminan en una deslumbradora iluminación general. Las
mujeres gritan. SIMÓN se levantó
también, bruscamente sereno. El ELECTRICISTA no sabe qué hacer.
La orquesta calla de repente. Se oyen cantos tras el telón
del fondo, emitidos por DOS
VOCES de raro timbre metálico.)
|
LAS DOS VOCES |
Es verdad. Hemos llegado. |
|
La ciudad nos pertenece. |
|
|
|
MUCHOS |
¡No! ¡No!
¡Piedad! ¡No es posible! |
|
|
|
|
(Súbito pánico acomete a todos mientras
profieren estos gritos; algunos bajan por las escalerillas
frontales y se detienen, empavorecidos; otros se atropellan para
bajar al foso; otros buscan los más alejados rincones. La
espantada es general. Incluso el ELECTRICISTA echó a correr y se
para, horrorizado, a la mitad de la escalerilla
derecha.)
|
LAS DOS VOCES |
¡Levantad ese
telón |
915 |
y que no se escape nadie! |
|
|
|
ELOY |
(Con su voz natural, a
SALUSTIO.)
|
Obedécelos, Salustio. |
|
Y vosotros, acercaos. |
|
¡Recibamos con modestia |
|
a tan altos visitantes! |
920 |
|
|
|
(Los fugitivos vuelven, de mala gana, al escenario.
SALUSTIO sale por la
derecha, tembloroso. La música lanza sobrecogedores acordes.
El telón empieza a levantarse. En el oscuro patio de butacas
del fondo destacan, a la luz del escenario, dos extrañas
figuras. Trajes que recuerdan vagamente a los de los astronautas;
altas escafandras opacas, con fina ranura a la altura de los ojos y
curiosa bocina más abajo. Los gritos de la
Compañía estallan sobre la música. Las dos
figuras avanzan y empiezan a subir por dos invisibles escalerillas
simétricas de las que hay delante. ELOY se arrodilla, conmovido.
SIMÓN titubea, se
acerca y se arrodilla detrás de él. El telón
del fondo está alzándose todavía cuando se
corren, delante, las
|
|
CORTINAS)
|