Escena
III
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REY,
DOÑA TERESA.
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REY | ¿Cuál es la ocasión,
señora, | | que cuando mi afecto piensa | | cumplir con Fernán González | | de la amistad la gran deuda | | saliendo hoy a recibirle...? | 15 |
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TERESA | ¿Fuera salís de las puertas | | de León a festejarle? | |
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REY | ¿Y cuál otra mejor muestra | | darle puede mi amistad? | |
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TERESA | ¿Y sabéis quién con
él venga, | 20 | la ocasión de su venida...? | |
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REY | ¿Cuál otra tener pudiera | | que haberle enviado a llamar | | porque en mi Corte asistiera | | a mi Consejo? |
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TERESA | Os engañan. | 25 | ¡Ay, don Sancho! ¡Cuánto yerta | | aquel que en Fernán González | | hallar un amigo piensa! | | El conde es traidor. |
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REY | ¡Señora! | | ¿Quién lo dice? ¿Quién lo
prueba? | 30 | ¿Quién osa inculpar al conde | | una acusación tan fea? | | Quien eso miente le infama, | | que si el conde mal quisiera | | por ventura a mis Estados, | 35 | con alto son de trompetas | | al mundo lo publicara. | | Él sacara sus banderas, | | y en campaña sus razones | | con su espada hiciera buenas. | 40 | Empero, ¿traidor el conde? | | Traidor es quien le sospecha, | | ¡Vive Dios!, que los soberbios | | nunca anidaron vilezas. | |
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TERESA | Tomad, don Sancho, ese pliego. | 45 |
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REY | (Lee.) | «Rey don Sancho: El conde Fernán González
después de haber levantado a Castilla, se aprovecha de vuestro
llamamiento a las Cortes, e intenta con capa de amistad quitaros el trono, sea
para él, sea para restituirle a don Ordoño el Malo, a ruegos de
su hija doña Urraca, que con él tiene casada, y que está
en Burgos. Guardaos y el Señor Dios os guarde. Garci-Sánchez de
Navarra.» | ¿Queréis que a García crea, | | cuando sé que él en Pamplona | | ya otra vez en sus cadenas | | le tuvo vilmente preso? | | Vos odiáis al conde... |
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TERESA | Sea. | 50 | Yo, don Sancho, no lo niego. | | ¿Qué es negarlo? Si pudiera | | ver a mis plantas rodando | | la aborrecida cabeza | | del conde Fernán González, | 55 | yo, no lo dudes, yo mesma | | de sus hombros la arrancara. | | ¿Pensáis que no me valiera, | | si su traición inventara, | | de otro que os la descubriera | 60 | ¿o pensáis vos por ventura, | | don Sancho, que soy tan necia | | que si a engañaros me pongo | | yo misma antes os lo advierta? | | Si yo misma aquí os la digo | 65 | es porque sé que es tan cierta | | que no es preciso fingirla, | | que a serlo yo la fingiera, | | mas buscara para vos | | quien salvase la apariencia. | 70 | Verdad es que le aborrezco... | | Mas ¿conocéis esa letra? | |
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REY | Es de mi hijo, Garci-Sánchez. | | ¿Acaso? |
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REY
(Lee.) «Padre y
señor: Don -Gonzalo Díaz, privado del conde de Castilla, levanta
los pueblos y presidios de su estado, y cuando os lleguen estas letras, plegue
al Señor Santiago que estéis a tiempo de evitar los daños,
que acaso os prepara: toma con su gente la vuelta de León: el conde con
sus ricos-hombres y principales nobles acude a las Cortes, más en guisa
de hombre de guerra que de quien con pacíficos intentos se guía.
Nájara, 26 de junio: era 965.-Vuestro hijo:
Garci-Sánchez.»
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TERESA | Es traición que yo inventé: | 75 | dejad al conde que venga, | | que él presto, por Dios, dirá | | si es infundada sospecha. | | Salid, hijo, a recibille. | | ¿A qué aguarda vuestra Alteza? | 80 |
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REY | ¡Por San Salvador de Leyre! | | ¡Vive Dios!, que donde quiera | | que halle al conde, que le quite | | la gana de turbulencias. | | ¡Así mi amistad se paga...! | 85 | ¿Y quién me trajo estas letras? | |
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TERESA | El conde Mosalo Díaz, | | que reventó con la priesa | | el más generoso bruto | | que parieron vuestras yeguas. | 90 | Vedle, si queréis; afirma | | que él a los rebeldes viera: | | diz que es gente recogida | | de las orillas amenas | | del Arlanza, y de Vivar, | 95 | de Burgos, de Santisteban | | de Gormaz... |
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REY | Basta, señora. | | Pagará con la cabeza. | |
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TERESA | Y ya ha tiempo que vos mesmo, | | y sin que él se revolviera, | 100 | debierais haber tomado | | tan segura providencia. | | ¿Paréceos que estáis seguro | | teniendo al lado esa fiera | | que sólo por conquistar, | 105 | sólo por vencer alienta? | | Si tener brazos dispuestos | | a su devoción no piensa, | | ¿por qué funda pueblos nuevos | | y otros arruinados puebla? | 110 | Ávila lo diga, y Osma, | | y otros ciento que la guerra | | despobló, y de castellanos | | como soberano llena. | | Si a Sepúlveda fundó, | 115 | fundáralo enhorabuena; | | mas no tantos privilegios | | a aquesa población nueva. | | ¿Quién le dio tales derechos? | | ¿Y qué arrogancia es aquesa, | 120 | si el soberbio su poder | | con males fines no aumenta? | | ¿O pensáis que a su corona | | el conde añadir no intenta | | los dominios de León, | 125 | y cuando mover no pueda | | contra los moros sus armas, | | y las huestes agarenas | | tenga todas derrotadas, | | Fernán González no vuelva | 130 | contra los reyes cristianos | | entonce esas armas mesmas? | | ¿Os parece que no llegue | | tiempo en que la España entera | | rinda parias a Castilla, | 135 | si muchos condes tuviera | | que al conde Fernán González | | por su mal se parecieran? | | Pues yo, Don Sancho, ese tiempo | | ved que lo contemplo cerca. | 140 | Sí: los reyes de Castilla, | | merced a vuestra flaqueza, | | asentarán su corona | | mandando a la España entera: | | el feudo y el homenaje | 145 | alzará que hoy a tu alteza | | tan mal grado reconoce; | | y abarcará su grandeza | | León, Vizcaya, Navarra, | | Galicia y Cerdania mesma, | 150 | y Aragón y Barcelona, | | y todas aquellas tierras | | que el Tajo, Guadiana y Duero | | hasta Lusitania riegan. | | Y arrojados los alarbes | 155 | de Córdoba y de Valencia, | | rincón sólo que el esfuerzo | | hoy de Castilla les deja, | | olvidarán nuestros hijos, | | cuanto más su infamia crezca, | 160 | que de restaurar a España | | la gloria toda fue nuestra, | | y que el invicto Pelayo | | se levantó en esas sierras. | | Sólo aseguras, Don Sancho, | 165 | el cetro de esta manera, | | fuera de que, ¡por Santiago! | | Es para vos grande afrenta | | que el que mató a vuestro abuelo | | insulte a vuestra paciencia, | 170 | dentro de los mismos muros | | en donde su nieto reina. | |
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REY | Mucho creer en el conde | | tamaña traición me cuesta, | | que a dejar de ser honrado | 175 | nunca tan tarde se empieza. | |
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TERESA | ¿Vos a mi propio enemigo | | alabáis en mi presencia? | | ¿Y la sangre de Ramiro | | corre, Sancho, por tus venas? | 180 | Cede al conde, cede el cetro, | | cede el reino enhorabuena, | | que no merece corona | | quien no sabe defenderla. | | Pero, escucha: si hoy que miras | 185 | ahí de la traición las muestras, | | no castigas, como es justo, | | del rebelde la insolencia, | | no importa: tu madre misma... | | En balde salvarle esperas; | 190 | castigar sus demasías | | bien sabrá doña Teresa. | | (Vase.) |
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Escena
VII
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El
CONDE FERNÁN GONZÁLEZ,
DON GONZALO DÍAZ.
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FERNÁN | ¡Por Dios que me maravilla | | que así reciba la Corte | | a persona de mi porte! | 245 | ¡Así al conde de Castilla! | | Hoy, Don Sancho, en el salir | | a recibirme se tarda, | | y eso que ya el rey me aguarda... | | No sé de esto qué decir. | 250 | Mas en tanto que el rey viene, | | decid, ¿cuándo en San Millán | | de la Cogolla, verán | | los pliegos, do se contiene | | la carta, en que le confiero | 255 | privilegios, ¿los enviasteis? | |
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GONZALO | Sólo uno, como mandasteis, | | llevó a Fortunio don Pero | | Gustios de Lara, señor. | |
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FERNÁN | Sí, el que a San Millán le
hago, | 260 | aun mayor que el de Santiago, | | por el insigne favor | | que en Simancas me hizo el santo | | de aparecer combatiendo | | contra el moro: agradeciendo | 265 | tal gracia, por eso tanto | | desde hoy su culto venero, | | y que unos pueblos den pan, | | y otros vino a San Millán, | | y carne y legumbres quiero; | 270 | y hacer merced de la villa | | de Pazuengos al abad, | | porque más pingüe heredad | | no tenga nadie en Castilla. | | A la venida, en Arlanza | 275 | el monasterio también | | debisteis ver; si van bien | | las obras: con confianza, | | este santuario edifico | | a San Pedro, y quiero sea, | 280 | porque quién yo soy se vea, | | de los de España el más rico. | | En él quiero que se entierren | | mi cuerpo y el de mi esposa, | | y bajo una misma losa | 285 | nuestras cenizas se encierren, | | cuando ordene el Señor Dios | | que pasemos de esta vida. | |
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GONZALO | Esa esperanza cumplida | | vendrá a ser que tenéis vos. | 290 | Y quiera el cielo piadoso | | que harto pronto eso no sea, | | y víctima yo no os vea | | hoy de un engaño alevoso. | |
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FERNÁN | ¡Que de esa extraña
manía | 295 | no desistáis, don Gonzalo! | | ¿Qué veis en esto de malo | | para tan rara porfía? | |
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GONZALO | Mucho, señor, me equivoco | | si no hay traición encubierta, | 300 | y ved que en estar alerta | | no siempre se gana poco. | |
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FERNÁN | Blasonas de muy prudente. | |
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GONZALO | Luego, señor, será tarde. | |
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FERNÁN | Mejor el hacer alarde | 305 | estuviéraos de valiente. | |
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GONZALO | Si esto no os sirve de enojo | | ved que hay grande diferencia | | de cobardía a prudencia, | | y no es valor el arrojo. | 310 |
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FERNÁN | Eso mismo me dijisteis | | cuando, en Muñón, de Almanzor | | os puso miedo el valor, | | y al trance vos opusisteis. | | Y la batalla se dio | 315 | junto a la villa de Lara, | | y Almanzor volvió la cara, | | que él no fue quien la ganó. | |
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GONZALO | En los trances arriesgados | | no se juzga lo que fueron, | 320 | ni a los que los emprendieron, | | sino por los resultados. | | Si se pierden fue locura | | intentarlos, fue baldón; | | y fue grande previsión | 325 | si se ganan, y cordura. | | No por cobarde aconsejo, | | si por vuestro amor, gran conde: | | y aquí mi espada os responde | | si no hice alarde, aunque viejo, | 330 | de castellano, en el trance | | que yo mismo no aprobé, | | si ante el Alhagib temblé, | | si no le seguí el alcance; | | y entonces os defendieron | 335 | otros ciento como yo, | | y en la Corte, señor, no. | |
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FERNÁN | Nunca miedo me impusieron | | los traidores; quien ignora | | la traición, no la sospecha. | 340 |
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GONZALO | Y quien la duda desecha | | tarde su confianza llora. | |
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FERNÁN | Los traidores solamente | | hacen al vil recelar, | | que se ponen a temblar | 345 | cuando los mira un valiente. | | Y decid, ¿tanto interesa | | al rey Don Sancho mi daño | | para urdir tan vil engaño? | |
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GONZALO | Quiéreos mal doña Teresa. | 350 |
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FERNÁN | ¿Y ha de temblar por ventura | | a una mujer... |
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FERNÁN | Quien de toda la morisma | | tiene su vida segura? | |
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GONZALO | Recordad que ya en Pamplona | 355 | cerca estuvisteis por ella | | de perder en la querella, | | con la vida, la corona; | | que otras Cortes hubo este año, | | y sin haber nueva guerra, | 360 | sacaros de vuestra tierra | | para Cortes, es engaño. | | Mirad, pues, si son o no | | mis sospechas bien fundadas, | | si en traer gentes armadas | 365 | anduve acertado yo. | | Es feroz doña Teresa | | y cruel en demasía, | | y hace ya tiempo, a fe mía, | | que el que vos viváis le pesa; | 370 | No os encarezco yo nada | | que estando solos los dos... | |
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FERNÁN | ¿Y estoy solo, vive Dios, | | cuando vengo con mi espada? | | No en Navarra la ceñía | 375 | cuando en Pamplona inhumanos | | hierros me ataron las manos | | por traición de Don García. | | Que entonces a bodas fui, | | y como que despreciaba | 380 | la traición, me la dejaba | | a cuatro pasos de mí, | | Don Gonzalo; y por más seña | | que tanto la desprecié | | que yo mismo al fin solté, | 385 | como hombre a quien se desdeña, | | a Don García el villano, | | cuando, cobrado el acero, | | en el encuentro primero | | le tuve preso en mi mano. | 390 |
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GONZALO | Y si entonces vos la vida | | debisteis a vuestra esposa, | | ¿por qué dejarla llorosa, | | por qué impedir su venida? | |
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FERNÁN | Mejor en Burgos se está, | 395 | que ella allá con su prudencia | | que no echen de ver mi ausencia | | en Castilla, cuidará. | | Volved vos a consolarla; | | decid que quedo en León | 400 | sin que ninguna traición | | pueda aún acongojarla. | |
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GONZALO | ¿Tan mal, señor, os
serví, | | con tan poca lealtad, | | que con esta crueldad | 405 | queréis libraros de mí? | | Antes yo muera; pues hallo | | que me está mejor morirme | | que de tu lado partirme. | | No a tu más firme vasallo | 410 | de ti apartes, mientras puedas, | | que yo me parto muriendo, | | y tú, el riesgo no temiendo, | | sin quien le prevenga, quedas. | |
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FERNÁN | Siempre, don Gonzalo, a vos | 415 | os tuve por buen amigo; | | pero no temo enemigo | | con mi espada y con mi Dios. | | Mucho os agradezco, sí, | | vuestra buena voluntad; | 420 | mas por el traidor temblad, | | no tembléis nunca por mí. | | No os mando yo que os partáis | | para siempre de mi lado, | | sino en haciendo el recado | 425 | que luego a León volváis. | | Que si por ventura fuese | | vuestro temor bien fundado, | | no sería aventajado | | que a entrambos el rey prendiese. | 430 | Guárdese de los dos uno, | | que Castilla vio valientes, | | pero como vos prudentes | | no vio Castilla ninguno. | |
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GONZALO | Vuestra alteza en ese caso | 435 | deme su mano a besar, | | que más que correr, volar | | será hasta Burgos mi paso. | |
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FERNÁN | Id con Dios y tornad luego, | | que hasta saber de mi esposa | 440 | el corazón no reposa, | | que arde en su amoroso fuego. | |
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GONZALO | (Yéndose.) | Conde bizarro y valiente, | | tal vez por tu buena estrella | | no esté doña Sancha bella | 445 | tan lejana con su gente. | |
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Escena IX
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REY,
FERNÁN GONZÁLEZ.
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FERNÁN | Gran señor, a vuestros pies | 455 | Don Fernán González puesto... | | (Levantándose.) | El rey no me oye, ¿qué es esto? | | ¡Vive Dios!, por San... |
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FERNÁN | Rey Don Sancho, a vuestras plantas | | está el conde de Castilla, | 460 | el que a ninguno se humilla... | | (Se levanta.) | ¡Cielos, conde! ¿Y esto aguantas? | | ¿Dónde, Don Sancho, aprendisteis | | a tratar con tanta afrenta | | al que mejor os asienta | 465 | la corona que os pudisteis? | | ¿Conoceisme, rey Don Sancho? | | ¿Sabéis que en Burgos si os viera, | | con sólo que os recibiera | | os viniera a vos muy ancho? | 470 | ¿Que soy tan rey como vos, | | y que aunque aquí vos mandéis, | | en Burgos me obedecéis, | | y que reinamos los dos? | | ¿Son estas las Cortes, son, | 475 | con cuyo torpe pretexto | | me sacasteis para esto | | del centro de mi nación? | |
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REY | ¿Y quién es el sandio, el
necio, | | el atrevido, el osado, | 480 | que así el grito ha levantado? | | Sino porque le desprecio, | | yo le enseñara a ese conde | | a temblar en mí la ley, | | y a respetar a su rey | 485 | como a su rey corresponde. | | Que si aun decís que reináis | | porque levantar podéis | | los Estados que tenéis, | | no sois vos el que ignoráis | 490 | que es más el rey en León | | que no en Castilla su conde. | |
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FERNÁN | Y decidme vos, ¿de dónde | | el derecho, la razón | | os viene de gobernar | 495 | en Castilla? Sancho, no; | | pues decidme, ¿no fui yo | | el que me quise obligar? | | Cuando en Castilla mi abuelo | | era juez, Nuño Rasura | 500 | y Laín Calvo, ¿por ventura | | les conquistasteis el suelo? | | Y fueran intentos vanos, | | que jamás entra un acero | | leonés, Don Sancho fiero, | 505 | donde hay pechos castellanos. | | ¿Ignoráis que Don Ordoño | | a los condes de Castilla, | | en Regular, una villa | | junto a tierra de Logroño, | 510 | siendo mi abuelo uno de ellos, | | hizo prender a traición, | | y que después en León | | les mandó cortar los cuellos? | | Y que entonces dio su silla, | 515 | ¿no lo oísteis cien mil veces, | | en vez de Ordoño a dos jueces | | independiente Castilla? | | Y yo os tributé homenaje | | porque pensé que otro fueras | 520 | y que más agradecieras | | mi amor y mi vasallaje; | | que no porque necesite | | de quien con su fuerte ayuda | | para mi defensa acuda | 525 | y mi valor acredite. | | Yo tuve antes que nacierais | | tanta morisma vencida | | cuanta vos en vuestra vida, | | si dos mil años vinierais. | 530 | Y si mi espada desprecia | | con insultantes estilos, | | yo os haré apreciar sus filos | | y conoceréis si es recia. | |
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REY | ¡Vive Dios, conde! ¿Sois vos | 535 | el mismo que callar debe, | | y en mi presencia se atreve | | así a igualarnos los dos? | | ¡Vive Dios!, que si a mi alteza | | otra vez os levantáis, | 540 | que os mande, pues tanto habláis, | | cortar luego la cabeza. | | Que aunque en Castilla mandéis, | | no así mandáis en León; | | ni que os saque de prisión | 545 | vuestra Castilla esperéis. | | Y porque veáis vos luego | | si injusto procedo, conde, | | me responderéis, ¿de dónde | | pudo salir este pliego? | 550 | ¿Esa es lealtad y es amor, | | ese el celo y la amistad, | | y la buena fe...? Mirad, | | lo que sois es un traidor. | |
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FERNÁN | ¡Vive Dios! Don Sancho el Gordo, | 555 | que si no enfrenáis la lengua, | | que os haga con vuestra mengua | | entender que no soy sordo. | | ¡Por San Millán! ¡Vive Dios! | | Que nunca sufrió mi pecho | 560 | la afrenta que le habéis hecho | | en este momento vos. | | Si el rey de León no fuera | | quien me ha llamado traidor, | | le hiciera ver mi valor | 565 | que más callar le valiera. | |
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FERNÁN | ¡Ah, don Gonzalo! | | ¡Y que no os creyera yo! | | Pero ¡ah!, Don Sancho, que no | | (Sacando la espada al ver la
guardia.) | llevaré yo lo más malo. | 570 |
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