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ArribaAbajoActo II

 

Decoración: la misma del primero.

 

Escena I

 

REY, CONDE DE MONZÓN.

 
REY
    Mucho, Monzón, tarda Nuño;
harto para mi impaciencia,
que si llega el de Castilla
Dios sabe que no quisiera
que culpase a mi amistad5
de desaire o de tibieza.
MONZÓN
    Voy, señor, con tu permiso,
a dar a don Nuño priesa.

 (Vase.) 



Escena II

 

REY, CRIADO de palacio.

 
CRIADO
    Señor, hablarte pretende
tu madre doña Teresa.10


Escena III

 

REY, DOÑA TERESA.

 
REY
    ¿Cuál es la ocasión, señora,
que cuando mi afecto piensa
cumplir con Fernán González
de la amistad la gran deuda
saliendo hoy a recibirle...?15
TERESA
    ¿Fuera salís de las puertas
de León a festejarle?
REY
    ¿Y cuál otra mejor muestra
darle puede mi amistad?
TERESA
    ¿Y sabéis quién con él venga,20
la ocasión de su venida...?
REY
    ¿Cuál otra tener pudiera
que haberle enviado a llamar
porque en mi Corte asistiera
a mi Consejo?
TERESA
Os engañan.
25
¡Ay, don Sancho! ¡Cuánto yerta
aquel que en Fernán González
hallar un amigo piensa!
El conde es traidor.
REY
¡Señora!
¿Quién lo dice? ¿Quién lo prueba?30
¿Quién osa inculpar al conde
una acusación tan fea?
Quien eso miente le infama,
que si el conde mal quisiera
por ventura a mis Estados,35
con alto son de trompetas
al mundo lo publicara.
Él sacara sus banderas,
y en campaña sus razones
con su espada hiciera buenas.40
Empero, ¿traidor el conde?
Traidor es quien le sospecha,
¡Vive Dios!, que los soberbios
nunca anidaron vilezas.
TERESA
Tomad, don Sancho, ese pliego.45
REY

 (Lee.) 

«Rey don Sancho: El conde Fernán González después de haber levantado a Castilla, se aprovecha de vuestro llamamiento a las Cortes, e intenta con capa de amistad quitaros el trono, sea para él, sea para restituirle a don Ordoño el Malo, a ruegos de su hija doña Urraca, que con él tiene casada, y que está en Burgos. Guardaos y el Señor Dios os guarde. Garci-Sánchez de Navarra.»

¿Queréis que a García crea,
cuando sé que él en Pamplona
ya otra vez en sus cadenas
le tuvo vilmente preso?
Vos odiáis al conde...
TERESA
Sea.
50
Yo, don Sancho, no lo niego.
¿Qué es negarlo? Si pudiera
ver a mis plantas rodando
la aborrecida cabeza
del conde Fernán González,55
yo, no lo dudes, yo mesma
de sus hombros la arrancara.
¿Pensáis que no me valiera,
si su traición inventara,
de otro que os la descubriera60
¿o pensáis vos por ventura,
don Sancho, que soy tan necia
que si a engañaros me pongo
yo misma antes os lo advierta?
Si yo misma aquí os la digo65
es porque sé que es tan cierta
que no es preciso fingirla,
que a serlo yo la fingiera,
mas buscara para vos
quien salvase la apariencia.70
Verdad es que le aborrezco...
Mas ¿conocéis esa letra?
REY
    Es de mi hijo, Garci-Sánchez.
¿Acaso?
TERESA
Sancho, leedla.

REY   (Lee.)  «Padre y señor: Don -Gonzalo Díaz, privado del conde de Castilla, levanta los pueblos y presidios de su estado, y cuando os lleguen estas letras, plegue al Señor Santiago que estéis a tiempo de evitar los daños, que acaso os prepara: toma con su gente la vuelta de León: el conde con sus ricos-hombres y principales nobles acude a las Cortes, más en guisa de hombre de guerra que de quien con pacíficos intentos se guía. Nájara, 26 de junio: era 965.-Vuestro hijo: Garci-Sánchez.»

TERESA
    Es traición que yo inventé:75
dejad al conde que venga,
que él presto, por Dios, dirá
si es infundada sospecha.
Salid, hijo, a recibille.
¿A qué aguarda vuestra Alteza?80
REY
    ¡Por San Salvador de Leyre!
¡Vive Dios!, que donde quiera
que halle al conde, que le quite
la gana de turbulencias.
¡Así mi amistad se paga...!85
¿Y quién me trajo estas letras?
TERESA
    El conde Mosalo Díaz,
que reventó con la priesa
el más generoso bruto
que parieron vuestras yeguas.90
Vedle, si queréis; afirma
que él a los rebeldes viera:
diz que es gente recogida
de las orillas amenas
del Arlanza, y de Vivar,95
de Burgos, de Santisteban
de Gormaz...
REY
Basta, señora.
Pagará con la cabeza.
TERESA
    Y ya ha tiempo que vos mesmo,
y sin que él se revolviera,100
debierais haber tomado
tan segura providencia.
¿Paréceos que estáis seguro
teniendo al lado esa fiera
que sólo por conquistar,105
sólo por vencer alienta?
Si tener brazos dispuestos
a su devoción no piensa,
¿por qué funda pueblos nuevos
y otros arruinados puebla?110
Ávila lo diga, y Osma,
y otros ciento que la guerra
despobló, y de castellanos
como soberano llena.
Si a Sepúlveda fundó,115
fundáralo enhorabuena;
mas no tantos privilegios
a aquesa población nueva.
¿Quién le dio tales derechos?
¿Y qué arrogancia es aquesa,120
si el soberbio su poder
con males fines no aumenta?
¿O pensáis que a su corona
el conde añadir no intenta
los dominios de León,125
y cuando mover no pueda
contra los moros sus armas,
y las huestes agarenas
tenga todas derrotadas,
Fernán González no vuelva130
contra los reyes cristianos
entonce esas armas mesmas?
¿Os parece que no llegue
tiempo en que la España entera
rinda parias a Castilla,135
si muchos condes tuviera
que al conde Fernán González
por su mal se parecieran?
Pues yo, Don Sancho, ese tiempo
ved que lo contemplo cerca.140
Sí: los reyes de Castilla,
merced a vuestra flaqueza,
asentarán su corona
mandando a la España entera:
el feudo y el homenaje145
alzará que hoy a tu alteza
tan mal grado reconoce;
y abarcará su grandeza
León, Vizcaya, Navarra,
Galicia y Cerdania mesma,150
y Aragón y Barcelona,
y todas aquellas tierras
que el Tajo, Guadiana y Duero
hasta Lusitania riegan.
Y arrojados los alarbes155
de Córdoba y de Valencia,
rincón sólo que el esfuerzo
hoy de Castilla les deja,
olvidarán nuestros hijos,
cuanto más su infamia crezca,160
que de restaurar a España
la gloria toda fue nuestra,
y que el invicto Pelayo
se levantó en esas sierras.
Sólo aseguras, Don Sancho,165
el cetro de esta manera,
fuera de que, ¡por Santiago!
Es para vos grande afrenta
que el que mató a vuestro abuelo
insulte a vuestra paciencia,170
dentro de los mismos muros
en donde su nieto reina.
REY
    Mucho creer en el conde
tamaña traición me cuesta,
que a dejar de ser honrado175
nunca tan tarde se empieza.
TERESA
    ¿Vos a mi propio enemigo
alabáis en mi presencia?
¿Y la sangre de Ramiro
corre, Sancho, por tus venas?180
Cede al conde, cede el cetro,
cede el reino enhorabuena,
que no merece corona
quien no sabe defenderla.
Pero, escucha: si hoy que miras185
ahí de la traición las muestras,
no castigas, como es justo,
del rebelde la insolencia,
no importa: tu madre misma...
En balde salvarle esperas;190
castigar sus demasías
bien sabrá doña Teresa.

 (Vase.) 



Escena IV

 

REY.

 
REY
    ¿Que no pueda rehusar
de la traición tantas pruebas?
¡Ah, conde Fernán González!195
¿Tu amor... tu lealtad es ésta?


Escena V

 

REY, DON NUÑO, CONDE DE MONZÓN.

 
NUÑO
    Ya, señor, enjaezado
el mejor bridón espera;
el mismo que os vendió el conde.
¿No responde vuestra alteza?200
REY
    Don Nuño, daréis luego orden
que doblen las guardias nuestras,
que un alférez con su escuadra
salga de los muros fuera;
que las cuadras se registren...205
NUÑO
    Pues, señor, ¿cuál turbulencia...?
REY
    Don Nuño, Gonzalo Díaz
alza en Castilla bandera:
si piensa Fernán González
que es fácil que nos sorprenda210
se engaña, pues que esperarle
desarmados fuera mengua.
NUÑO
    (¡Cielos! Tu odio reconozco
Contra él, implacable reina.)
Señor, permitid que dude...215
REY
    Dude o no dude, obedezca
el buen vasallo, don Nuño;
Que eso importa a la defensa
de mis reinos.
NUÑO
Gran señor,
está bien. (Por tu cabeza,220
infelice conde, tiemblo.)

 (Vase.) 



Escena VI

 

REY, CONDE DE MONZÓN, CRIADO.

 
CRIADO
    Gran señor, vuestra licencia
pide el conde de Castilla
para ver a vuestra alteza.
REY
    ¿El conde ya? ¡Grande dicha!225
A mi enemigo me entrega
la fortuna en mi palacio.
Que entre presto. Mas no... espera.
Fuerza será mi semblante
componer, porque no advierta230
cuánto a mi pecho el rigor,
cuánto el castigo le cuesta.
Quiero también humillarle,
y antes que llegue a mi alteza,
he de hacer que aquí me espere235
como quien viene a mi audiencia.
Al de Castilla decidle
que entre y que espere mi vuelta.
Vos, Monzón, entrad conmigo,
que quiero vuestra prudencia240
consultar en este caso,
y oír lo que me aconseja.
 

(Vanse.)

 


Escena VII

 

El CONDE FERNÁN GONZÁLEZ, DON GONZALO DÍAZ.

 
FERNÁN
    ¡Por Dios que me maravilla
que así reciba la Corte
a persona de mi porte!245
¡Así al conde de Castilla!
Hoy, Don Sancho, en el salir
a recibirme se tarda,
y eso que ya el rey me aguarda...
No sé de esto qué decir.250
Mas en tanto que el rey viene,
decid, ¿cuándo en San Millán
de la Cogolla, verán
los pliegos, do se contiene
la carta, en que le confiero255
privilegios, ¿los enviasteis?
GONZALO
    Sólo uno, como mandasteis,
llevó a Fortunio don Pero
Gustios de Lara, señor.
FERNÁN
    Sí, el que a San Millán le hago,260
aun mayor que el de Santiago,
por el insigne favor
que en Simancas me hizo el santo
de aparecer combatiendo
contra el moro: agradeciendo265
tal gracia, por eso tanto
desde hoy su culto venero,
y que unos pueblos den pan,
y otros vino a San Millán,
y carne y legumbres quiero;270
y hacer merced de la villa
de Pazuengos al abad,
porque más pingüe heredad
no tenga nadie en Castilla.
A la venida, en Arlanza275
el monasterio también
debisteis ver; si van bien
las obras: con confianza,
este santuario edifico
a San Pedro, y quiero sea,280
porque quién yo soy se vea,
de los de España el más rico.
En él quiero que se entierren
mi cuerpo y el de mi esposa,
y bajo una misma losa285
nuestras cenizas se encierren,
cuando ordene el Señor Dios
que pasemos de esta vida.
GONZALO
    Esa esperanza cumplida
vendrá a ser que tenéis vos.290
Y quiera el cielo piadoso
que harto pronto eso no sea,
y víctima yo no os vea
hoy de un engaño alevoso.
FERNÁN
    ¡Que de esa extraña manía295
no desistáis, don Gonzalo!
¿Qué veis en esto de malo
para tan rara porfía?
GONZALO
    Mucho, señor, me equivoco
si no hay traición encubierta,300
y ved que en estar alerta
no siempre se gana poco.
FERNÁN
    Blasonas de muy prudente.
GONZALO
    Luego, señor, será tarde.
FERNÁN
    Mejor el hacer alarde305
estuviéraos de valiente.
GONZALO
    Si esto no os sirve de enojo
ved que hay grande diferencia
de cobardía a prudencia,
y no es valor el arrojo.310
FERNÁN
    Eso mismo me dijisteis
cuando, en Muñón, de Almanzor
os puso miedo el valor,
y al trance vos opusisteis.
Y la batalla se dio315
junto a la villa de Lara,
y Almanzor volvió la cara,
que él no fue quien la ganó.
GONZALO
    En los trances arriesgados
no se juzga lo que fueron,320
ni a los que los emprendieron,
sino por los resultados.
Si se pierden fue locura
intentarlos, fue baldón;
y fue grande previsión325
si se ganan, y cordura.
No por cobarde aconsejo,
si por vuestro amor, gran conde:
y aquí mi espada os responde
si no hice alarde, aunque viejo,330
de castellano, en el trance
que yo mismo no aprobé,
si ante el Alhagib temblé,
si no le seguí el alcance;
y entonces os defendieron335
otros ciento como yo,
y en la Corte, señor, no.
FERNÁN
    Nunca miedo me impusieron
los traidores; quien ignora
la traición, no la sospecha.340
GONZALO
    Y quien la duda desecha
tarde su confianza llora.
FERNÁN
    Los traidores solamente
hacen al vil recelar,
que se ponen a temblar345
cuando los mira un valiente.
Y decid, ¿tanto interesa
al rey Don Sancho mi daño
para urdir tan vil engaño?
GONZALO
    Quiéreos mal doña Teresa.350
FERNÁN
    ¿Y ha de temblar por ventura
a una mujer...
GONZALO
Si esa misma...
FERNÁN
    Quien de toda la morisma
tiene su vida segura?
GONZALO
    Recordad que ya en Pamplona355
cerca estuvisteis por ella
de perder en la querella,
con la vida, la corona;
que otras Cortes hubo este año,
y sin haber nueva guerra,360
sacaros de vuestra tierra
para Cortes, es engaño.
Mirad, pues, si son o no
mis sospechas bien fundadas,
si en traer gentes armadas365
anduve acertado yo.
Es feroz doña Teresa
y cruel en demasía,
y hace ya tiempo, a fe mía,
que el que vos viváis le pesa;370
No os encarezco yo nada
que estando solos los dos...
FERNÁN
    ¿Y estoy solo, vive Dios,
cuando vengo con mi espada?
No en Navarra la ceñía375
cuando en Pamplona inhumanos
hierros me ataron las manos
por traición de Don García.
Que entonces a bodas fui,
y como que despreciaba380
la traición, me la dejaba
a cuatro pasos de mí,
Don Gonzalo; y por más seña
que tanto la desprecié
que yo mismo al fin solté,385
como hombre a quien se desdeña,
a Don García el villano,
cuando, cobrado el acero,
en el encuentro primero
le tuve preso en mi mano.390
GONZALO
    Y si entonces vos la vida
debisteis a vuestra esposa,
¿por qué dejarla llorosa,
por qué impedir su venida?
FERNÁN
    Mejor en Burgos se está,395
que ella allá con su prudencia
que no echen de ver mi ausencia
en Castilla, cuidará.
Volved vos a consolarla;
decid que quedo en León400
sin que ninguna traición
pueda aún acongojarla.
GONZALO
    ¿Tan mal, señor, os serví,
con tan poca lealtad,
que con esta crueldad405
queréis libraros de mí?
Antes yo muera; pues hallo
que me está mejor morirme
que de tu lado partirme.
No a tu más firme vasallo410
de ti apartes, mientras puedas,
que yo me parto muriendo,
y tú, el riesgo no temiendo,
sin quien le prevenga, quedas.
FERNÁN
    Siempre, don Gonzalo, a vos415
os tuve por buen amigo;
pero no temo enemigo
con mi espada y con mi Dios.
Mucho os agradezco, sí,
vuestra buena voluntad;420
mas por el traidor temblad,
no tembléis nunca por mí.
No os mando yo que os partáis
para siempre de mi lado,
sino en haciendo el recado425
que luego a León volváis.
Que si por ventura fuese
vuestro temor bien fundado,
no sería aventajado
que a entrambos el rey prendiese.430
Guárdese de los dos uno,
que Castilla vio valientes,
pero como vos prudentes
no vio Castilla ninguno.
GONZALO
    Vuestra alteza en ese caso435
deme su mano a besar,
que más que correr, volar
será hasta Burgos mi paso.
FERNÁN
    Id con Dios y tornad luego,
que hasta saber de mi esposa440
el corazón no reposa,
que arde en su amoroso fuego.
GONZALO

 (Yéndose.) 

    Conde bizarro y valiente,
tal vez por tu buena estrella
no esté doña Sancha bella445
tan lejana con su gente.


Escena VIII

 

FERNÁN GONZÁLEZ, REY, CONDE DE MONZÓN.

 
FERNÁN
    (El rey sale, al parecer,
con el semblante enojado;
¡si habrá Gonzalo acertado
en lo que llegó a entrever!)450
REY

 (A MONZÓN.) 

    Vos cuidad que prevenida
la guardia esté por si el conde
altanero me responde,
con su espada, harto atrevida.
 

(Vase MONZÓN.)

 


Escena IX

 

REY, FERNÁN GONZÁLEZ.

 
FERNÁN
    Gran señor, a vuestros pies455
Don Fernán González puesto...

 (Levantándose.) 

El rey no me oye, ¿qué es esto?
¡Vive Dios!, por San...
REY
¿Quién es?
FERNÁN
    Rey Don Sancho, a vuestras plantas
está el conde de Castilla,460
el que a ninguno se humilla...

 (Se levanta.) 

¡Cielos, conde! ¿Y esto aguantas?
¿Dónde, Don Sancho, aprendisteis
a tratar con tanta afrenta
al que mejor os asienta465
la corona que os pudisteis?
¿Conoceisme, rey Don Sancho?
¿Sabéis que en Burgos si os viera,
con sólo que os recibiera
os viniera a vos muy ancho?470
¿Que soy tan rey como vos,
y que aunque aquí vos mandéis,
en Burgos me obedecéis,
y que reinamos los dos?
¿Son estas las Cortes, son,475
con cuyo torpe pretexto
me sacasteis para esto
del centro de mi nación?
REY
    ¿Y quién es el sandio, el necio,
el atrevido, el osado,480
que así el grito ha levantado?
Sino porque le desprecio,
yo le enseñara a ese conde
a temblar en mí la ley,
y a respetar a su rey485
como a su rey corresponde.
Que si aun decís que reináis
porque levantar podéis
los Estados que tenéis,
no sois vos el que ignoráis490
que es más el rey en León
que no en Castilla su conde.
FERNÁN
    Y decidme vos, ¿de dónde
el derecho, la razón
os viene de gobernar495
en Castilla? Sancho, no;
pues decidme, ¿no fui yo
el que me quise obligar?
Cuando en Castilla mi abuelo
era juez, Nuño Rasura500
y Laín Calvo, ¿por ventura
les conquistasteis el suelo?
Y fueran intentos vanos,
que jamás entra un acero
leonés, Don Sancho fiero,505
donde hay pechos castellanos.
¿Ignoráis que Don Ordoño
a los condes de Castilla,
en Regular, una villa
junto a tierra de Logroño,510
siendo mi abuelo uno de ellos,
hizo prender a traición,
y que después en León
les mandó cortar los cuellos?
Y que entonces dio su silla,515
¿no lo oísteis cien mil veces,
en vez de Ordoño a dos jueces
independiente Castilla?
Y yo os tributé homenaje
porque pensé que otro fueras520
y que más agradecieras
mi amor y mi vasallaje;
que no porque necesite
de quien con su fuerte ayuda
para mi defensa acuda525
y mi valor acredite.
Yo tuve antes que nacierais
tanta morisma vencida
cuanta vos en vuestra vida,
si dos mil años vinierais.530
Y si mi espada desprecia
con insultantes estilos,
yo os haré apreciar sus filos
y conoceréis si es recia.
REY
    ¡Vive Dios, conde! ¿Sois vos535
el mismo que callar debe,
y en mi presencia se atreve
así a igualarnos los dos?
¡Vive Dios!, que si a mi alteza
otra vez os levantáis,540
que os mande, pues tanto habláis,
cortar luego la cabeza.
Que aunque en Castilla mandéis,
no así mandáis en León;
ni que os saque de prisión545
vuestra Castilla esperéis.
Y porque veáis vos luego
si injusto procedo, conde,
me responderéis, ¿de dónde
pudo salir este pliego?550
¿Esa es lealtad y es amor,
ese el celo y la amistad,
y la buena fe...? Mirad,
lo que sois es un traidor.
FERNÁN
    ¡Vive Dios! Don Sancho el Gordo,555
que si no enfrenáis la lengua,
que os haga con vuestra mengua
entender que no soy sordo.
¡Por San Millán! ¡Vive Dios!
Que nunca sufrió mi pecho560
la afrenta que le habéis hecho
en este momento vos.
Si el rey de León no fuera
quien me ha llamado traidor,
le hiciera ver mi valor565
que más callar le valiera.
REY
    ¡Hola! ¡Guardia!
FERNÁN
¡Ah, don Gonzalo!
¡Y que no os creyera yo!
Pero ¡ah!, Don Sancho, que no

 (Sacando la espada al ver la guardia.) 

llevaré yo lo más malo.570


Escena X

 

Dichos, DON NUÑO ANSÚREZ, guardia.

 
REY
    Prendedle.
FERNÁN
Eso no será
con el conde de Castilla,
que no tanto se le humilla;
antes muerto caerá.
REY
    ¿A un hombre tembláis, cobardes?575
¡Ah, villanos! ¡Qué osadía!
FERNÁN
    ¿Todos a mí? ¡Oh cobardía!

 (Saliendo del escenario con la guardia.) 

Pues no que me rinda aguardes;
no, en mi vida lo verás;
rindo al valor mis ardores,580
mas ceder a los traidores,
mas a los viles, jamás.


Escena XI

 

REY, DON NUÑO.

 
NUÑO
    ¡Cielos! El conde cayó
tropezando en la escalera.
REY
    Dicha fue, que sino, fuera585
el gran valor que mostró
difícil vencer.
FERNÁN

 (De adentro.) 

¡Oh, infame!
Sólo así fuera posible
rendir mi brazo invencible.
No prisiones, muerte dame.590
REY
    Id, y en el alcázar, Nuño,
mandad al conde poner,
y que nadie le entre a ver
sin una orden de mi puño.
Que la tropa se refuerce595
que contra Gonzalo enviaste,
antes que el campo nos gaste
y a mayor trance nos fuerce;
por si la gente del conde,
trasluciendo su prisión,600
viniese sobre León
como a su ley corresponde.
Yo castigaré al aleve
su intento de conspirar,
y al osado que a insultar605
a mi majestad se atreve.