Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

GIL
Aquí está fuerte majada,
quiero repastar aquí;
mi ganado véislo allí,
soncas, naquella abrigada.
Aquí me estoy abrigado 5
del tempero de fortuna
añublada está la luna,
¡mal pecado!
Lloverá, soncas, priado.
    Quiero aquí poner mi hato 10
que cumpre estar añazcando,
y andarme aquí holgando
canticando de rato en rato.
Hucia en Dios vendrá el verano
con sus flores y rosetas: 15
cantaré mil chanzonetas
muy ufano,
si allá llego vivo y sano.
Riedro, riedro vaya el ceño,
aburrir quiero el pesar: 20
comenzaré de cantar,
mientras me debroca el sueño.

 (Canta.)  

Menga Gil me quita el sueño
que no duermo.
BRAS
¿Di, Gil Terrón, tú qué has, 25
que siempre andas apartado?
GIL
Miefé, cuido, mal pecado,
que no se te entiende más.
Tú, que andas siempre en bodas
corriendo toros y vacas, 30
¿Qué ganas tú o qué sacas
dellas todas?
Asmo, asmo, que te enlodas.
    Sólo quiero canticar
repastando mis cabritas: 35
por estas sierras benditas
no me acuerdo del lugar.
Cuando cara el cielo oteo
y veo tan buena cosa,
no me parece hermosa 40
ni de aseo
zagala de cuantas veo.
    Andando solo magino,
que la soldada que gano
se me pierde de la mano, 45
soncas, en cualquier camino.
Nesta soledad me enseño
que el ganado, con que ando,
no sabré como ni cuando
según sueño 50
quizá será de otro dueño.
    Vete tú, Bras, al respingo;
que yo desclucio del terruño.
BRAS
El crego de Vico Nuño
te enseñó eso el domingo. 55
Anda, anda acompañado,
canta y huelga en las majadas,
que este mundo, Gil, aosadas
¡mal pecado!
Se debroca muy priado. 60
GIL
Aunque huyo la compañía,
no quiero mal a pastor,
mas yo aprisco mejor
apartado en la montaña.
De contino siempre oteo 65
ingrillando los oídos,
si darán, soncas, gemidos
de deseo
los corderos que careo.
LUCAS
¡Hao! Carillos!
GIL
¿A quién hablas?
70
LUCAS
A vosotros digo yo,
¿Si alguno de vos me vio
perdidas unas dos cabras?
GIL
¡Yo no!
BRAS
¡Ni yo!
LUCAS
¡A Dios pliega!
GIL
¿Cómo las perdiste? Di. 75
LUCAS
Perdiéronse por ahí
por la vega.
O algún me las soniega.
Nel hato de Bras Picado
andaba Marta bailando: 80
yo estúvela oteando
bocabierto, transportado,
y al son batiendo el pie
estuve dos horas valientes:
el ganado en tan amientes 85
alabé
no sé para donde fue.
GIL
Aun por eso que sospecho
me aparto de saltijones,
que vanas conversaciones 90
no traen ningún provecho.
Siempre pienso en cosas buenas,
yo me hablo, yo me digo:
tengo paz siempre comigo,
sin las penas 95
que don las cosas ajenas.
LUCAS
No me quiero estar tras tras,
ya perdido es lo perdido:
¿Qué gano en tomar sentido?
¿Qué dices, Gil, y tú, Bras? 100
GIL
Tú muy perezoso estás,
busca, busca las cabritas:
tras que tienes muy poquitas
no te das
de perder cada vez más. 105
Enconmiéndalas a Dios!
LUCAS
¿Qué podrá eso prestar?
GIL
Él te las irá buscar,
que siempre mira por nos.
LUCAS
Si los lobos las comieron 110
¿Hámelas Dios de traer?
Harto terná que hacer:
y si murieron
mucho más que yo perdieron.
Quiero llamar los zagales, 115
tengamos todos majada.
BRAS
Sube naquella asomada
y dales gritos mortales.
LUCAS
Hace escuro, ¡quién verá!
Caeré nun barrancón. 120
GIL
Toma, lleva este tizón.
LUCAS
Dalo acá,
este bien me ayudará.
¡Ha Silvestre, ha Vicente,
ha Pedruelo, ha Bastian, 125
ha Jarrete, ha Bras Juan,
ha Pasival, ha Clemente!
SILVESTRE
¿Lucas, qué nos quieres? Di.
LUCAS
Que vengáis acá priado
tomaremos gasajado, 130
que Gil Terrón está aquí
en abrigado,
alegre y bien asombrado.
SILVESTRE
Ora terrible placer
tenéis vosotros acá. 135
BRAS
¡Si tenemos, soncas ha!
¿Pues qué habemos de hacer?
Quien al cordolo se dio,
mas cordojo se le pega.
SILVESTRE
Bailemos una borrega. 140
BRAS
Miefé no,
que tú bailas más que yo.
GIL
¡Juri a nos que estás chapado!
¿Qué es esto, Silvestre hermano?
SILVESTRE
¿No ves que viene el verano? 145
Y soy recién desposado.
GIL
¡Jesús, qué galán que vienes!
¿Quién te trajo al matrimuño?
SILVESTRE
Mi tío Valasco Nuño.
GIL
Chapados parientes tienes. 150
¿Quién es la esposa que hubiste?
SILVESTRE
Teresuela mi damada.
BRAS
Sé que es moza bien chapada
y aun es de buen natio,
más honrada del lugar. 155
GIL
Neso no hay que dudar,
porque el herrero es su tío
y el jurado es ahijado
del abuelo de su madre
y de parte de su padre, 160
es prima de Bras Pelado.
Saquituerto, Rodelludo,
papiharto y Bodonales
son sus primos coronales
de parte de Brisco Mudo. 165
Es nieta de Gil Llorente,
sobrina del Crespellón;
Cascaollas Mamilón
pienso que es también pariente.
LUCAS
Cierto es casta bien honrada 170
ésta que habes rellatado.
BRAS
Pero más del bien honrado
¿no te dan con ella nada?
SILVESTRE
Danme una burra preñada,
un vasar, una espetera, 175
una cama de madera;
la ropa no está ahilada.
Danme la moza vestida
de hatillos dominguejos,
con sus manguitos bermejos 180
y alfarda muy lucida.
Danme una puerca parida,
más anda muy triste y flaca.
BRAS
¿No te quieren dar la vaca?
SILVESTRE
Ha tres años que es vendida. 185
LUCAS
Sus, alto, toste priado,
respinguemos la majada:
viénese la madrugada,
dejemos el desposado.
BRAS
Démonos a gasajado, 190
tomemos todos placer,
que ya no quiero llover.
GIL
¡Ya no, Dios sea loado!
LUCAS
Tengamos algún remedio
¿Qué jugamos, Gil Terrón? 195
GIL
Juguemos al abejón;
mas tengo de estar en medio.
 

(Juegan.)

 
BRAS
Bien será de se acostar,
que ya me debroca el sueño:
santiguaos del dimuño. 200
SILVESTRE
Yo no me sé santiguar.
BRAS
Decid todos como yo
en el mes del padre,
en el mes del fijo;
ellotro mes se me olvidó. 205
 

(Duermen y se oyen los ángeles cantando.)

 
¡Ha, pastor!
Que es nacido el Redentor.
GIL
Zagales, levantar de ahí;
que grande nueva es venida,
que es la Virgen parida 210
a los ángeles lo oí.
¡Oh, qué tónica acordada
de tan fuertes caramillos!
BRAS
Cata que serían grillos.
GIL
Juri a nos, 215
que eran ángeles de Dios.
LUCAS
Henos aquí levantados;
¿qué le habemos de hacer?
GIL
Miefé, vámoslo a ver.
BRAS
¿Ver ansí despelluzados? 220
GIL
Pardiez que es para notar,
pues el Rey de los señores
se sirve de los pastores:
nueva cosa
es esta y tan espantosa. 225
    Id vosotros al lugar
muy presto, carillos míos,
y no vamos tan vacíos,
traed algo que le dar:
el rabel de Juan Javato 230
y la gaita de Pablillos,
y todos los caramillos
que hay en el hato,
y para el niño un silbato.
 

(Cantan todos.)

 
    Aburremos la majada 235
y todos con devoción
vamos ver aquel garzón.
    Veremos aquel niñito
de agora recién nacido:
asmo que es el prometido 240
nuestro Mejía bendito.
Cantemos a voz en grito
con hemencia y devoción
veremos aquel garzón.
GIL
¡Dios mantenga a vuestra gloria! 245
Ya veis que estamos acá
muy alegres, soncas, ha
de vuestra noble victoria.
LUCAS
¡Qué casa tan pobrecita
escogió para nacer! 250
BRAS
Ya comienza a padecer
dende su niñez chiquita.
SILVESTRE
De paja es su camacita.
BRAS
Un establo su posada.
Loada sea y adorada 255
y bendita
la su clemencia infinita.
GIL
Señora, con estos hielos
el niño se está temblando,
do frío veo llorando 260
el criador de los cielos
por falta de pañizuelos.
Juri a san si tal pensara,
o por dicha tal supiera,
un zamarrote le trujera 265
de una vara
que ahotas que él callara.
    ¿Ora vosotros qué hacéis?
Con muy chapada hemencia
y con mucha reverencia, 270
dalde deso que traéis.
 

(Cantando y bailando ofrecen los pastores sus dones.)

 
CHANZONETA
    Norabuena quedes, Menga,
a la fe que Dios mantenga.
    Zagala santa bendita,
graciosa y morenita, 275
nuestro ganado visita
que nengún mal no lo venga.
    Norabuena quedes, Menga,
a la fe que Dios mantenga.
GIL
¿Qué decís de la doncella, 280
no es harto prellocida?
SILVESTRE
Nunca otra fue nacida
que fuese mujer y estrella
sino ella.
GIL
Pues no sabes que es aquella 285
la zagala tan hermosa,
que Salomón dice esposa
cuando canticaba de ella.
    Con su voz muy deseosa
en su canticar decía: 290
levántate, amiga mía,
Columba mea formosa:
amiga mía olorosa
tu voz suene en mis oídos,
que es muy dulce a mis sentidos 295
y tu cara muy graciosa.
    Como el lilio plantada
florecido entre espinos,
como los olores finos
my suave eres hallada: 300
tú eres huerta cerrada
en quien Dios venir desea:
tota pulchra amica mea,
flor de virginidad sagrada.
SILVESTRE
¡Ha, Dios plaga con el roín! 305
Mudando vas la pelleja,
sabes de achaque de igreja.
GIL
Agora lo deprendí.
SILVESTRE
Con esto hablas llatín
tan a punto que es placer 310
mas lo preciase saber
que me daren un florín.
LUCAS
De niñito tan bonito
hablaban, soncas, letrados.
GIL
Los profetas alumbrados 315
no tiraban a otro hito:
con muy ahincado espirto
y con gozoso placer
todos deseaban ver
su nacimiento bendito. 320
    Porque, éste es el cordero
Qui tollit peccata mundo,
el nuestro Adán segundo
y remedio del primero
éste es el hijo heredero 325
de nuestro eterno Dios,
el cual fue dado a nos
por Mejías verdadero.
    Este ansí descendió
quedando siempre en el padre, 330
y aunque vino a tomar madre,
del padre no se apartó.
BRAS
Gil Terrón, lletrudo estás,
muy hondo te encaramillas.
GIL
Dios hace estas maravillas. 335
BRAS
¡Ya lo veo, soneas ha!
Quien te viere no dirá
que naciste en serranía.
LUCAS
Cantemos con alegría,
que en eso después se hablará. 340






ArribaAbajoJuan de la Cueva


El saco de Roma

Comedia



Argumento de la obra

Borbón, de nación francés, capitán general de nuestro invicto emperador Carlos Quinto, movido de su libre determinación, movió el campo contra la ciudad de Roma para quererla saquear, y prosiguiendo en su horrible pensamiento, fue entrada la ciudad y puesta a saco, muriendo Borbón en el primer rencuentro, sin perdonar los luteranos (de que era el mayor número del ejército) cosa profana ni divina, en que no pusiesen sus violentas manos. Acabando de hartar su furia, dejando casi destruida a Roma, enderezaron su camino a Bolonia, a donde le fue, después de algunos días, dada a nuestro Cesar la corona Imperial.

Fue representada esta farsa la primera vez en Sevilla por Alonso Rodríguez, famoso representante, en la huerta de Doña Elvira, siendo asistente don Francisco Zapata de Cisneros, conde de Barajas, año 1579.



PERSONAJES
 

 
GENERAL BORBÓN.
DON FERNANDO GONZAGA.
CAPITÁN MORÓN.
AVENDAÑO,    soldado.
ESCALONA,   soldado.
GUARDA.
MENSAJERO DE ROMA.
CAMILA,    matrona romana.
CORNELIA,   matrona romana.
JULIA,   matrona romana.
FILIBERTO,   general, muerto Borbón.
FARIAS,    soldado.
ITALIANO.
ALEMÁN.
ATAMBOR.
CAPITÁN SARMIENTO.
SALVIATI,   el que corona al emperador.
EMPERADOR CARLOS QUINTO.



Jornada I

 

BORBÓN, DON FERNANDO GONZAGA, CAPITÁN MORÓN, AVENDAÑO, ESCALONA, GUARDA, MENSAJERO DE ROMA.

 
 

BORBÓN junta su consejo de guerra, sobre el saquear a Roma que ya tenía cercada. El CAPITÁN MORÓN contradice el saquealla, AVENDAÑO y ESCALONA, dos soldados españoles, entran pidiendo el saco que BORBÓN les ha prometido: llega de Roma un MENSAJERO demandando a BORBÓN en nombre de los romanos que alce el cerco, prometido gran suma de dinero para el ejército. Despide BORBÓN el mensajero romano negando su demanda, dando asiento de dar el día siguiente el asalto.

 
BORBÓN
Contra el querer y potestad del mundo
la bélica, española y fiera gente
que sojuzgan la tierra, y al profundo
causa terror su brío, y saña ardiente,
sin valer la razón en que me fundo, 5
ni ser a su braveza en nada urgente,
por sólo su desiño han levantado
contra el pueblo de Marte el brazo airado.
    Testigos sois, o ilustres capitanes,
cuan diferente en este hecho he sido, 10
y con cuántos remedios los afanes;
de la cercada Roma he defendido;
mas la gente española, y alemanes,
sin haberse a mi ruego persuadido
ponen la escala al romúleo muro, 15
y me piden que de el asalto duro.
    No está en mi mano, ni su furia admite
en este caso parecer contrario,
todo a la ira y armas se remite,
un solo acuerdo sigue el vulgo vario. 20
La funeral Alectho no permite
descanso al crudo ejército adversario
de la opresada Roma, que ella incita
el daño que administra y solicita.
    Levántales los ánimos al hecho 25
junto con su feroz naturaleza
las recientes victorias, el estrecho
en que ha puesto a Toscana su fiereza.
Esto no deja sosegar su pecho,
esto aumenta más ruego a su braveza. 30
Y así viendo yo esto, y donde estamos,
pido que deis el orden que sigamos.
DON FERNANDO
Gran general Borbón, a quien ha sido
de nuestro invicto César dado el cargo
meritísimamente, aquí se ha oído 35
tu razón, y tu cargo, y tu descargo.
Y porque el parecer nos has pedido
doy el mío, que al punto sin embargo
asaltemos a Roma; éste es mi acuerdo,
y lo remito al parecer más cuerdo. 40
MORÓN
Usando del debido acatamiento
si fuere aquí mi parecer acepto
digo, gran don Fernando, que ese intento
se reponga, y no tenga en esto efecto,
que administrar de Marte el violento 45
furor, no lo aconsejo, ni decreto,
contra el pueblo que Dios tiene elegido
para el vicario suyo instituido.
    Si esto es de algún valor seréis comigo
en acetar mi parecer, piadoso, 50
o por amor, o miedo del castigo
reprimiréis el ánimo furioso.
Mirad que a Dios hacéis vuestro enemigo,
No os atreváis a él, que es poderoso
y vengará su injuria de tal suerte 55
que el menor mal que os dé, será la muerte.
DON FERNANDO
Gran capitán Morón, ¿dime qué pudo
así mover tu corazón tan fiero?
Cuando la gruesa lanza y fuerte escudo
La causa pide, ¿te haces estrellero? 60
Desto me da razón, porque yo dudo
Como puede ser tal, que el duro acero
que siempre amaste, agora lo aborrezcas,
y la dureza antigua así enternezcas.
    ¿No ves los alemanes quebrantados 65
morir por entregarse desta tierra?
¿Los fieros españoles alterados,
dar voces por el fin de aquesta guerra?
Si agora desto fuesen desviados
y del deseo que su pecho encierra, 70
verías a los unos y a los otros
volver las fieras armas a nosotros.
    Pues si han de hacer cruda matanza
en los que estamos de su mesma parte
cuánto mejor será darles venganza 75
de nuestros enemigos, y deste arte,
ensangrienten los bárbaros su lanza
en Roma, y los de España en crudo Marte,
pongan por tierra el muro de Quirino,
hagan el pueblo igual con el camino. 80
MORÓN
No vendré en tal acuerdo eternamente
ni tal sentencia firmará mi mano.
DON FERNANDO
¿Por qué razón, o capitán valiente?
MORÓN
Porque es respecto aqueste de cristiano.
DON FERNANDO
¿Soy del bando cristiano diferente? 85
MORÓN
No digo tal, mas eres inhumano,
pues quieres que el lugar que le fue dado
por Cristo a Pedro sea de ti asolado.
DON FERNANDO
¿Qué podemos hacer? Pon tú en sosiego
el ejército todo al arma puesto. 90
MORÓN
Amata tú hoy, Borbón, aqueste fuego.
BORBÓN
El modo me da tú, que siga en esto,
y será obedecido de mí luego.
MORÓN
Modo pides, estando ya dispuesto
el ejército fiero a la batalla, 95
que la espada se oye, y ve la malla.
DON FERNANDO
¿Es la gente española tan modesta
que así se aplaque de seguir su intento?
Estando resoluta, y toda puesta
al arma, que es su vida y su contento. 100
MORÓN
¿A nuestro invicto César no molesta
tal desiño?
BORBÓN
Qué importa si el violento
furor, se va esparciendo por las venas,
que están de ira y de coraje llenas.
MORÓN
Supliquemos a Dios que el dé el remedio 105
así como también dará el castigo.
BORBÓN
Oh capitán Morón, ése es el medio
que hallo, en esta confusión que sigo:
Él nos guíe, él esté contino en medio
siendo defensa nuestra, y dulce abrigo, 110
de suerte que el gran César nuestro sea
victorioso, y el fin que pide vea.
AVENDAÑO
Borbón, ¿que es tu pensamiento
que nos detienes aquí?
No hay mas que el descanso en ti, 115
los regalos y el contento.
Dejas morir los soldados
de hambre, sin más memoria
de conseguir la victoria
de los romanos cercados. 120
    ¿Y vas os entreteniendo
con promesas non cumplidas
porque acabemos las vidas
como mujeres durmiendo?
¿Para qué traemos armas 125
si no habemos de usar dellas,
y si en ti no hay más que vellas
por qué con ellas te armas?
    Toca alarma, asalta el muro;
no nos difieras más punto, 130
tu determinación junto
venga, y el asalto duro.
Y si más nos entretienes
hágote, Borbón, saber
que no te podrás valer 135
con todo el poder que tienes.
BORBÓN
Soldados fieros de España,
que sujetáis la arrogancia
del turco, y domáis a Francia
la una y otra Alemaña, 140
y desde el Danubio al Nilo
va, y a la desierta arena
de Libia y de allí resuena
vuestro nombre, y culto estilo,
    Que es la razón que tenéis 145
para culpar mi tardanza,
si está hincada mi lanza
en el muro, que queréis
y siguiendo vuestro gusto
hemos venido cercando 150
toda Italia demandando
lo que niega el cielo justo.
ESCALONA
General de Carlos Quinto,
mas sientes de lo que dices,
y si no es bien, no avises 155
si es que te falta el instinto.
Si a toda Italia cercamos,
Tú no nos dejaste usar
de la fuerza militar
que los soldados usamos. 160
    A Bolonia, y a Ferrara,
a Flaminia, y a Francia,
¿Quién nos hizo resistencia?
¿A qué no se saqueara?
El duque no, que ya estaba 165
temblando el asalto fiero,
mas tú como bandolero
haces lo que te agradaba.
    Tú nos has ido a la mano
apresanduro el viaje, 170
prometiendo gran pillaje
de aqueste saco romano.
Discurrimos tras tu mando,
llegamos do dirigimos,
y el fin para que venimos 175
vas con plazos alargando.
    Borbón, deja ya razones,
toca alarma, asalta luego,
que ofende tanto sosiego
los bélicos corazones. 180
Y entiende que se pretende
poner por tierra esta tierra
y si a ti te enfría la guerra
a nosotros nos enciende.
GUARDA
Ah romano, ¿qué buscáis? 185
¿Qué queréis? ¿O a qué venís?
MENSAJERO
Soldado, pues lo pedís,
diré lo que preguntáis.
Al gran general Borbón
le vengo a dar un recado 190
de Roma a él enviado
vista nuestra perdición.
GUARDA
Aguardad aquí un momento,
y daré razón de vos.
MENSAJERO
La lengua te mueva Dios 195
y a Borbón el pensamiento.
GUARDA
Concilio alto excelente,
un mensajero está aquí
de Roma, y pido por mí
ante vos verse presente. 200
BORBÓN
Dalde la puerta, entre luego,
veamos que es lo que quiero.
AVENDAÑO
Borbón, si paz te pidiere,
cierra a el oído a su ruego.
BORBÓN
Las armas le quitaréis 205
para entrar como es usanza.
AVENDAÑO
Dalde espada, escudo y lanza
y entre armado, ¿qué teméis?
    Cuando franceses tuvieras
y no españoles contigo, 210
temieras al enemigo,
mas si te guardan ¿qué esperas?
Segura está tu persona,
no puede venirte daño,
que está contigo Avendaño 215
y te acompaña Escalona.
GUARDA
Licencia a entrar se os concede,
mas que las armas dejéis.
MENSAJERO
¿Los españoles teméis?
¿Miedo con vosotros puede? 220
¿Así los hombres desarmas?
¿No eres tú de aquel crisol
de España? Que el español
no quiere al hombre sin armas.
    Generoso concilio, a quien el suelo 225
dignamente celebra, y tiene en tanto
que la gloriosa fama esparce al cielo
el nombre vuestro en su divino canto,
ya veis patente nuestro acerbo duelo,
no podéis ignorar nuestro quebranto, 230
con vuestros propios ojos estáis viendo
el mal que hacéis, que Roma está sufriendo.
    Pídevos humilmente que apartando
de vos tan fiero y pertinaz intento,
el cerco levantéis, ya perdonando 235
a quien nos ofendió, ni en pensamiento.
Que bien nuestra razón considerando
el más fiero dará consentimiento
al justo ruego, y templará la ira,
temiendo a Dios, que viendo tal se aira. 240
    Si alguna saña mueve el inhumano
deseo vuestro al cerco que está puesto;
si el pueblo que es de Dios, si el que es cristiano
ya contra Dios, y lo que manda en esto;
si a su vicario con violenta mano 245
asalta, el luterano viendo aquesto
¿Qué ha de hacer, sino seguir su furia,
y a nuestra iglesia hacer injusta injuria?
    Esto pueda con vos, aunque haya sido
Roma culpada, y dad lugar al ruego. 250
Que en ley humana, y divina, os pido
que permitáis dejalla en su sosiego;
y si para el ejército movido
falta dinero, yo lo daré luego,
no sea de cristianos saqueada 255
Roma, pues de cristianos es morada.
BORBÓN
Varón romano, el cielo es buen testigo
si la voluntad mía tal consiente,
mas que forzado en esto, el querer sigo
de la soberbia y española gente. 260
Con la cual, ni por ruego, ni castigo
se ha podido templar su furia ardiente,
Y así digo que en esto no soy parte
y no tengo respuesta otra que darte.
MENSAJERO
Otra piedad traía confianza 265
que había de hallar en tu presencia,
mas pues me falta, sigue tu pujanza
y contra Roma usa tu violencia.
A Dios ofendes, y él dará venganza
al pueblo que amenaza tu potencia, 270
y con esto, o concilio valeroso,
voy a dar mi recaudo congojoso.
BORBÓN
¿Qué resta para el fin de nuestro intento?
DON FERNANDO
Poner en obra lo que se desea.
MORÓN
No vengo en tal, ni doy consentimiento. 275
AVENDAÑO
Nosotros demandamos la pelea.
BORBÓN
Esto se acabe, y quede dado asiento,
Que luego que se muestre la febea
luz, en el lugar do agora estamos
para dar el asalto nos veamos. 280
    El parecer que en esto habemos dado
se firme luego, y todos lo firmemos.
DON FERNANDO
Yo firmo lo que está por mí acordado.
MORÓN
Yo no, que no vendré a tales extremos.
Que no me obliga a mí, aunque esté obligado 285
servir a César, lo que aquí hacemos,
que es ir contra la Iglesia, y su precepto.
BORBÓN
Sin ti vendrá nuestro deseo en efecto.
    También aquí ninguno va a ofendella
porque somos católicos cristianos. 290
MORÓN
Ese camino no es de defendella
del rigor de los fieros luteranos.
BORBÓN
No es aquesto dejar de obedecella,
pues vamos a ofender a los romanos
y a servir nuestro rey, y en este hecho 295
darle lo que demanda su derecho.
    Cargad piezas, tocad que se recoja
la desmandada y orgullosa gente.
Reparen con reposo la congoja
del día que huyendo va a occidente. 300
Y luego que su luz muestre la roja
Aurora, descubriéndose el oriente,
haremos lo acordado; poned velas,
encended fuegos, vayan centinelas.


Jornada II

 

GENERAL BORBÓN, DON FERNANDO GONZAGA. GUARDA. ROMANO. AVENDAÑO. ESCALONA. CORNELIA. JULIA. CAMILA. ALEMÁN.

 
 

Manda BORBÓN que asalten a Roma, prende un espía romana, traénsela, manda que la ahorquen, AVENDAÑO le pide que la mande soltar hácese así, comienza a batir a Roma, y el primer asalto muere BORBÓN subiendo el muro; hállanlo AVENDAÑO y ESCALONA, llevanlo a su tienda, encuentran tres romanas catívanlas, despojan y matan a un ALEMÁN; tocan a recoger, cesa el saco por aquel día.

 
BORBÓN
    Lleno de ira, y sobresalto horrible
ardiendo en fiera y rigurosa saña,
todo el discurso desta noche fría,
revuelto en bascas, y congoja extraña,
pasé con inquietud dura y terrible 5
deseando la luz del claro día.
Ya el alma revolvía
a la triste ruina que promete
España a la alta Roma.
Que agora opresa y doma 10
y la cerviz al yugo le somete
después que fue señora
del mundo, y tantas gentes domadora.
    Contemplo el alto Capitolio en tierra,
su opulencia en poder de los soldados, 15
el incendio, las muertes, las injurias,
sus templos y edificios derribados
las libertades de la libre guerra,
Los sacrilegios, robos y lujurias,
Las implacables furias 20
de los soberbios bárbaros, dispuestos
a la cruel matanza,
usando en su venganza
mil robos, mil estupros deshonestos,
triunfando de la gloria 25
de quien triunfó de tantos con victoria,
DON FERNANDO
Gran general de España, esta es la hora
que asignaste, y el punto en que conviene
dar el asalto, antes que el aurora
rompa la oscuridad que el mundo tiene. 30
BORBÓN
Ea, gente indomable vencedora
de todo cuanto el mundo en sí contiene,
dispongamos el campo, ea, asaltemos,
ea, el orden sigamos que tenemos.
    Vos, Don Fernando, por aquesta parte 35
con aquesta avanguardia de alemanes
romped el muro, y con soberbio Marte
dad a Roma los últimos afanes.
El orden mismo seguirán, y el arte
los demás españoles capitanes. 40
Vayan por esta banda arcabuceros,
por aquella, caballos y piqueros.
    La Infantería italiana vaya
cercando en torno el Tiber, un ala hecha,
guarde el bagaje y munición, no haya 45
desorden, que en la guerra esto aprovecha.
Esté el contrario en su lugar a raya,
y si huyere, viendo que lo estrecha
nuestra gente, dará en la infantería,
si se escapare, dé en la piquería. 50
    Soldados valerosos, ya es venida
la ocasión que tenéis tan deseada,
la diligencia sea apercibida
de vos, y la pereza desechada,
la victoria tenéis tan conocida 55
que esta noche me ha sido revelada
del piadoso y favorable hado,
que plácido en mi ayuda se ha mostrado.
DON FERNANDO
¿De qué sirven más arengas
dinos, general Borbón? 60
Que tengo a gran sinrazón
que así suspensos nos tengas.
Habían de estar ya en tierra
los muros, y los soldados
de los despojos cargados, 65
cuando das leyes de guerra.
    El orden que nos has dado
todo el campo seguiremos,
mas solamente queremos
que hagamos lo acordado, 70
BORBÓN
En ese mesmo deseo
estoy, mas para un momento,
que un gran alboroto siento
y el campo alterado veo.
GUARDA
Gran Borbón, haciendo vela 75
en este cuarto presente,
en medio de nuestra gente
prendí aquesta centinela.
    Dice a voces que es romano,
y pues es nuestro enemigo 80
el mismo pide el castigo,
no se lo niegue tu mano.
BORBÓN
Romano, di, ¿a qué veniste
de tu Roma, a mi real?
¿Que es tu desiño final 85
y la causa a que saliste?
Si no me lo dices luego
de modo que satisfagas,
yo te haré que lo hagas,
poniéndote en vivo fuego. 90
    No tienes razón que dar
si no decir quien te envía,
si vienes en compañía,
o si sólo, a este lugar.
Y asildo, porque si ordena 95
hacer lo que Mucio obró,
cuando la muerte le dio
al contador de Porsena.
ROMANO
Señor, ¿qué quieres que diga?
Yo soy espía, y salí 100
de Roma, yo vine aquí
a espiar quien nos fatiga,
y habiendo considerado
todo tu campo dispuesto,
volvía avisarlo presto, 105
y atájome el crudo hado.
BORBÓN
¡Eso no me satisface!
Con alguna maldad vienes.
ROMANO
¿Aquesto por maldad tienes?
¿Esto en guerra no se hace? 110
¿Cuando faltarán espías
del un bando al otro puestas?
BORBÓN
No te pido estas repuestas,
sino solo ¿á qué venías?
ROMANO
Ya te he respondido, y digo 115
que te venía a espiar,
y a si te pudiera dar
con esta mano el castigo.
Quieres saber más de mí,
no tengo más que decirte, 120
y así puedes persuadirte
que a poder lo hiciera así.
BORBÓN
Con tan extraña osadía
te has atrevido a hablarme.
ROMANO
Mas pensaba adelantarme 125
si fuera la suerte mía.
BORBÓN
Sus, colgado do aquel muro
pague sus intentos vanos.
ROMANO
No espantan a los romanos
muertes, ni castigo duro. 130
AVENDAÑO
Esa braveza de Roma,
ese despreciar la muerte,
ese hablar de esa suerte
tú verás cómo se doma.
No permitas, gran Borbón, 135
tratarlo de aqueste modo.
Que no es bien que un campo todo
dé muerte a un hombre en prisión.
    Deja ir libre ese romano,
diga su muerte vecina 140
que una sola golondrina
no suele hacer verano,
otra gloria, otro renombre
tu gran valor nos promete,
digan que un nuestro acomete 145
un capón, y no un capón a un hombre.
BORBÓN
Dalde libertad, y vaya
de nuevas de nuestra ida.
ROMANO
Roma aguarda apercibida,
que temor no la desmaya. 150
BORBÓN
Dad principio al crudo estrago,
toca al arma presto presto.
Guarde cada cual su puesto.
Santiago, Santiago.
    Este muro levantado 155
por esta escala entraré,
y luego que en él esté
el fuerte tengo ganado.
Poca defensa hay aquí,
arriba, arriba, Borbón, 160
No te falte el corazón.
¡Muerto soy, triste de mí!
AVENDAÑO
Anda, Escalona, llevemos
a la tienda ese pillaje.
No aguardes cargar bagaje, 165
porque luego nos tornemos.
ESCALONA
Echa por este camino,
atajaremos gran parte.
AVENDAÑO
Éste al gran furor de Marte
dio el espíritu mezquino. 170
ESCALONA
Paréceme que es Borbón
aquel que allí vemos muerto.
ÁVENDAÑO
Él es; no es otro por cierto,
que acabó con su intención.
Por ser nuestro capitán 175
llevémoslo a nuestra tienda,
y que es muerto no se entienda.
ESCALONA
Cárgate ese ganapán.
Echémoslo de aquí abajo,
dalo al diablo que pesa, 180
por cierto que es buena presa
para tan grande trabajo.
AVENDAÑO
No es razón que lo dejemos,
que en muerte no es bien vengarnos.
ESCALONA
Ni aún de un muerto es bien cargarnos 185
pues hay río en que lo echemos.
CORNELIA
¡Ay mísera caída,
ay dio postrimero
del valor alto de la sacra Roma,
ay gente enfurecida, 190
ay hombre de dinero,
que así os consume el alma su carcoma!
Hoy se sujeta y doma
la ciudad que ha rendido
cuanto mira el sol puro, 195
hoy sufre asalto duro,
y hoy será cuando puede destruido.
¡Ay dulce patria amada
de Dios, para su Iglesia diputada!
    Hijas de mis entrañas, 200
regalo y gloria mía,
¿En tan estrecho paso qué haremos?
Vamos a las montañas,
quizá hallaremos vio
como del fiero incendio nos libremos. 205
En las manos nos vemos
de la enemiga gente,
las haciendas quitadas,
las casas abrasadas,
sujetas al furor de su ira ardiente 210
a riesgo que perdamos
con la hacienda el nombre que estimamos.
JULIA
Señora, la crueza
del bárbaro enemigo
que con airada y rigurosa mano 215
usando su fiereza
nos quita el patrio abrigo,
asolando el valor y ser romano,
cuando con su inhumano
furor, haya igualado 220
el Capitolio al suelo,
su fuerza, ni mi duelo,
harán mover mi virginal cuidado,
ni con infamia oscura
podrán amancillar su hermosura. 225
CAMILA
Cuándo puesta en sus brazos
quisieron con violencia
sobrepujar mi femenil sujeto,
seré hecha pedazos
con firme resistencia, 230
primero que venir en tal decreto.
Mas si en tan duro aprieto
fuere más poderosa
su fuerza que la mía,
el cuerpo se rendía, 235
no el alma, que en aquesta trabajosa
lucha, estará constante,
teniendo siempre el casto honor delante.
CORNELIA
Ése sólo recelo
hijas, me congojaba. 240
Mas ahora que veo vuestra firmeza
no temo el triste duelo,
ni el fin que me llamaba,
con ver que no se pierde la nobleza.
JULIA
¡Ay tristes! ¿Qué fiereza 245
de hombres, es aquesta?
CAMILA
Cielo justo, tu ayuda
en este paso acuda.
CORNELIA
Hijas, ánimo aquí, la hora es esta,
ya enemigos vemos 250
donde del valor nuestro ejemplo demos.
AVENDAÑO
Anda, Escalona, apresuro
el paso, ¿vienes durmiendo?
Voto a tal que no te entiendo,
¿Tal vas en tal coyuntura? 255
Ponte alas a los pies,
y a las manos dos escarpias,
anda, hagámonos harpías,
pues tan buena ocasión es.
ESCALONA
Por el dador de la vida 260
que es buen pillaje el que veo.
AVENDAÑO
Bueno Escalona, no creo
que es mala nuestra venida.
Arremete presto a asillas,
no vengan otros soldados, 265
y a la parte acodiciados
hayamos de repartillas.
    Hermosas damas romanas,
pues fortuna os ha traído
a tal estado y partido, 270
pareciendo más que humanas,
permitid ir con nosotros,
adonde seréis guardadas
servidas y regaladas,
antes que os asalten otros. 275
    Y tened seguro aquí
que lo que toca a guardaros
podéis, señoras, flores
deste soldado, y de mí.
No usaremos del furor 280
y libertad de la guerra,
que en nuestros pechos se encierra
la piedad, y no el rigor.
CORNELIA
Soldados, yo he creído
que el cielo oyó nuestro llanto, 285
pues en tan fiero quebranto
nos ha a vosotros traído.
Y habiendo de ir tres matronas
en las cadenas esquivas,
libertad es ir captivas 290
sirviendo tales personas.
    Sola una cosa os demando
con lágrimas destos ojos,
que estas de que hacéis despojos
miréis, su honor conservando, 295
porque su rescate dellas
será tal cual lo veréis,
y sin esto subiréis
vuestro nombre a las estrellas.
ESCALONA
Señora, yo doy seguro, 300
por la ley de buen soldado,
que sea su honor guardado,
y a Dios lo prometo y juro.
CORNELIA
Eso alivio el mal que siento,
y es parte de consolarme 305
del yugo a que veo llevarme.
AVENDAÑO
No lo será más contento.
    Aguarda, Escalona, tente,
ten la espada apercebida
que por ésta vía seguida 310
oigo gran tropel de gente.
Dos alemanes cargados
vienen, o fieros violentos,
con casullas, y ornamentos
de los templos consagrados. 315
ESCALONA
Ponte en aqueste paraje.
Pese a tal con los ladrones,
dennos en pocas razones
los pellejos y el pillaje.
Estate quedo, Avendaño, 320
déjalos, lleguen do estás;
pondrémoslos que jamás
en iglesias hagan daño.
ALEMÁN
Cárgate bien, compañero,
no te detengas, ni tardes, 325
porque los despojos guardes
que llevas del saco lloro.
Los españoles no vengan
que si vienen, ten por cierto
que tú sin ropa, y yo muerto 330
quedamos, que así se vengan.
AVENDAÑO
A ellos, ea, Escalona,
mueran entrambos a dos.
ESCALONA
Éste ya es mío, por Dios.
AVENDAÑO
Pues estotro no blasona 335
huertos están, ¿qué haremos?
ESCALONA
Qué, no detenernos punto,
y ese lío todo junto
con lo demás nos llevemos.
AVENDAÑO
¿Qué haces, a qué aguardamos? 340
¿No oyes a don Fernando
que su gente retirando
viene hacia donde estamos?
Sígueme por esta parte,
que si llega, es camarada, 345
y pedirá le sea dada
desta nuestra presa parte.
ESCALONA
Enviarelo yo a la horca
de donde lleve despojos,
questos al ver de los ojos 350
los llevará sí se ahorca.
AVENDAÑO
Estorbemos pesadumbre.
ESCALONA
Calla, que es ese un figón,
Bergamasco, gran poltrón
que lo baja su costumbre. 355
AVENDAÑO
Este camino tornemos
que es más cerca, y más seguido,
y el robo que hemos habido
entre los dos lo carguemos.
Y, señoras, caminando 360
poco a poco por aquí
podremos llegar allí,
do no llegue don Fernando.
DON FERNANDO
Extraño ha sido el riguroso estrago
que en Roma habemos hecho con victoria, 365
dándole el justo y merecido pago
a su loca y altiva vanagloria.
Lástima daba ver el rojo lago
que por las calles iba, cuya historia
Roma celebrará en eterno llanto, 370
y a España ensalzará en divino canto.
    Atambor, toca a recoger la gente,
que va del día faltando la luz pura,
cose ya la crueldad, y saña ardiente,
y de Roma la extrema desventura. 375
A Borbón demos, general valiente,
con tierno sentimiento sepultura;
yo lo voy a buscar; tú echa bando
que en orden vengan al real marchando.