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21

Cf. Esbozo, pp. 175 y 177-179; Alsina-Blecua, Gramática..., pp. 522-525.

 

22

Arraigada hasta provocar, en estadios vulgares, por falso corte, ms. en -o de fs. «abreviados»: «el amoto, el arradio» por «la moto(cicleta), la radio(telefonía)», cf. F. Marcos Marín, Gramática..., p. 185.

 

23

Recuérdese la n. 16.

 

24

Cf. Esbozo, p. 179. La distinción que sigue inmediatamente, referida a colores y vinos, ibíd., p. 178, sin propuesta de explicación.

 

25

Añado hoy, en corroboración, lo que para varios de estos términos se puede ver en el Diccionario... de doña M. ª Moliner, s. v. se alguien, algo, y, sobre todo, nadie y nada. Hace ella nota que cabe en castellano hablar de «alguien de América o nadie de América», en cambio, es chocante «nadie de los americanos», frente al normal «ninguno de los americanos» (o «ningún americano»). Cosa parecida con los cosificadores respectivos; p. ej., se dice «nada de eso», pero menos «nada de esas cosas» que «ninguna de esas cosas». Viene esto como anillo al dedo, porque como alguno... y ninguno... son los individualizadores, en cuanto personas o cosas se individualizan, «salen de su globalidad», lo procedente es usar el individualizador: «nada de esto», sí, porque «esto» es, a su vez, también conceptual, pero «ninguna de estas cosas».

 

26

Me consta que se oponen dificultades a que sea la persona el determinante del empleo de a, y he de agradecer al amigo doctor F. Villar noticia de una tesis doctoral salmantina -creo que todavía inédita- del profesor Takabashi como uno de los objetantes más recientes. Desde luego, el empleo está bastante lexicalizado: p. ej., es poco menos que preceptiva la preposición con verbos como «preceder», aun con complemento de cosa: «la m precede e la n»; otros pueden fácilmente vacilar: «el diámetro divide (a) la circunferencia», etc. Por otro lado, en el socorrido ejemplo «busco al criado/busco criado», parte de la «personalización» puede estar a cargo del artículo en el primer término. Pero, aun con artículo en ambos («busco a un amigo/busco um amigo), parece innegable que el primero aparece como más personalizado, como si se contestara a un «¿a quién buscas?» más que a un «¿qué buscas?», que, en cambio, podría muy bien haber provocado la segunda respuesta.

 

27

Se lo oí en una entrevista televisada (11-XII-1979) a la nieta del inculpado en El crimen de Cuenca: «Mi abuelo estaba allí de guardés». Con posterioridad he podido registrarlo en empleo literario: R. G. Serrano, Diario personal, 12-IX-1983: «un joven matrimonio que desea colocarse de guardases»; ya en El okapi, película de Enrique Álvarez Diosdado, uno de las asilados afirma que él y su mujer eran guardases.

 

28

Como la sugerida en «Latencia...», citado en la nota 16. «La liebre macho quedó muerta; el puma hembra quedó muerto.»

 

29

Para la aplicación de este concepto de M. S. Ruipérez, cf. «Triple noción...» -citado en la nota preliminar-, III, 2.

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