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Casa solariega de la familia de Reinaldos. (N. del A.).

 

152

Véase la nota de Clemencín en la frase celada de encajeen el capítulo 45 de la parte Iª del Quijote. (N. del A.).

 

153

En las otras ediciones, a partir de aquí hasta el verso 4856, el orden de las octavas se halla trastrocado. Rectificamos de acuerdo con el manuscrito, que por otra parte sigue el original italiano. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

 

154

Extenso poema que Bello empezó por los años de 1844 o 1845, según testimonio de M. L. Amunátegui (Vida Bello, p. 612). A la muerte de Bello, el poema había quedado inconcluso e inédito. Antes de ser publicado todo el texto (en O. C. III), don Emilio Bello Dunn, hijo de Bello, publicó cincuenta y una octavas del primer Canto (La Familia) en la Revista Americana, nº 1, Santiago, 29 de agosto de 1869; y, además, proporcionó las once primeras octavas del Canto tercero (La Chacra) a Rojas Hermanos para la edición de 1870, donde fueron Publicadas con el título de El Campo. Del mismo modo en Rojas Hermanos,1881 y en Caro,1882. Amunátegui, Vida Bello, p. 613 y ss. da largos fragmentos del poema. Al carecer de fuentes manuscritas para esta edición, hemos tenido que recurrir a las anteriores publicaciones, algunas con muchas erratas. Consignamos en nota las variantes de texto. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

 

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Arístides Rojas publicó parte de este canto con el título El campo. (N. del E.)

 

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En la Introducción a las Poesías (O. C. III p. lxix-lxxii), Miguel Luis Amunátegui publicó el Prólogo de la traducción del Rudens de Plauto, hecha por Bello. Los 119 versos, que constituyen dicho Prólogo, leídos, como dice Amunátegui, de entre «un manojo de papeles de todos tamaños, y escrito con borrones en vez de letras, en los cuales está consignada esta traducción», es todo lo que hasta ahora había visto la luz. Menéndez Pelayo se dolía de no verlo impreso todo: «¡Lástima que no consiga descifrar el manuscrito del Rudens.!». (Caro. Epistolario Bogotá, 1941, pág. 255).

Damos en esta edición el Prólogo, y los tres primeros actos de la obra de Plauto, de la traducción de Bello, en un total de 1342 versos, añadiéndole al pie las variantes de redacción, con los intentos de versión del texto latino. Ignoramos si los actos IV y V fueron traducidos por Bello. Por la forma como termina la última hoja del manuscrito del traductor, parece que la versión no fue continuada, pero no puede   —631→   asegurarse si alguna parte del trabajo de Bello habrá sufrido extravío «a causa de las peregrinaciones a que estos borradores han estado sujetos», como dice Miguel Luis Amunátegui.

El manuscrito de la obra puede fecharse con bastante seguridad en 1849. En primer lugar, por el tipo de letra del manuscrito correspondiente a los textos de este tiempo, y, además, porque algunos fragmentos del manuscrito de Bello figuran en papeles con fecha; por ejemplo, un pasaje de la traducción está en el dorso de una carta dirigida a Bello por José M. Núñez el 19 de abril de 1849; otro trozo de la traducción está escrito en el dorso y en los espacios en blanco de una invitación al reparto de premios del Colegio Minvielle de Santiago, invitación impresa pero rubricada por Rafael Minvielle el 18 de abril de 1849. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

 

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Bello tradujo solamente este fragmento de los Nibelungos, que corresponde a las dos primeras «Aventuras», denominadas El sueño de Crimilde (versos 1-96); y Sigfrido (versos 97-142). De la traducción hay dos manuscritos, que por la letra son de fechas bastante distanciadas: uno es de los tiempos de Londres, antes de 1829; y otro, de hacia 1840, o sea bastante después de haber llegado a Santiago de Chile. Damos la lectura de ambos manuscritos con las variantes correspondientes. Amunátegui (O. C. VI, «Introducción», p. cxxix-cxxxiii) utilizó sin distinguir el texto de ambos manuscritos, aun cuando correspondan a dos intentos de traducción distintos.

Bello no terminó su obra, ni pulió el fragmento traducido. Así se explica, por ejemplo, que haya indecisión hasta en los nombres propios: Jilesar, al lado de Gilisar (el Geiselher del poema); Segismundo al lado de Sigismundo. También algún verso quedó inconcluso, con lo que se deshace la rima. Hemos respetado la forma del manuscrito, sin modificar nada por nuestra cuenta. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).