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Prólogo a «Índole» (Novela peruana)

Mary G. Berg


Resident Scholar, Women's Studies Research Center,
Brandeis University


ArribaAbajoPrólogo

Miles de páginas de ensayos, cuentos y novelas de la escritora peruana Clorinda Matto de Turner reflejan su preocupación por su patria y por los ciudadanos de la nación peruana en los años problemáticos de las últimas décadas del siglo diecinueve. Índole1 (Novela peruana), publicada en Lima en 1891, describe y analiza el ficticio pueblo andino de «Rosalina» donde conviven terratenientes de ascendencia española, mestizos, e indígenas. Con ojo observador de buen periodista y costumbrista, Matto retrata a diversos personajes y su comportamiento, presentando con gran riqueza de detalle sus formas de hablar y vestir, sus casas y sus formas de relacionamiento. Como señaló Matto en el Proemio de su novela anterior, Aves sin nido (1889), para ella

si la historia es el espejo donde las generaciones por venir han de contemplar la imagen de las generaciones que fueron, la novela tiene que ser la fotografía que estereotipe los vicios y las virtudes de un pueblo, con la consiguiente moraleja correctiva para aquéllos y el homenaje de admiración para éstas.

Es tal, por esto, la importancia de la novela de costumbres, que en sus hojas contiene muchas veces el secreto de la reforma de algunos tipos, cuando no su extinción.2



El éxito de esta primera novela debe haber alentado a Matto, y en Índole otra vez describe y estudia el paisaje andino rural de los villorrios, sus habitantes, y los abusos del poder. Explora el estado de la nación enfocándose sobre los elementos que la unifican y los que le impiden reformarse moralmente. Aunque fue escrito después del desastre de la Guerra del Pacífico (1879-1883), donde triunfaron los chilenos sobre los bolivianos y peruanos, lo cual hizo que los peruanos emprendieran una reevaluación de todo lo referente a la vida nacional, la acción de Índole transcurre en medio de los alborotos civiles a principios de 1858; al final se celebra la ocupación de Arequipa ese año por el ejército del Mariscal Ramón Castilla, cuyas tropas aparecen en su tránsito por el pueblito andino donde transcurre la novela. Una ironía no explicitada en el texto y sin embargo obvia para el lector peruano es la yuxtaposición de Arequipa, conocida como la ciudad más religiosa y conservadora del país con un tema importante de la novela: el anticlericalismo3. La segunda mitad del siglo XIX fue una época de grandes debates sobre el poder de la iglesia católica, y del rol que le correspondía en la vida nacional después del horror de la guerra con Chile, ya que los intelectuales peruanos se daban cuenta de que el país tenía que modernizarse. Matto participa activamente en los intercambios críticos librados en torno a ese tema, presentando en esta novela como personaje central a un cura corrupto, y a raíz de ello, explorando tanto las causas y los efectos de su comportamiento inmoral, como la problemática de fondo (tradición vs. modernización)4. Además del escrutinio detallado del acontecer diario del pueblo y las clases sociales que viven allí, también hay mucha descripción de las mujeres, sus capacidades, sus creencias y su relación con la iglesia. Todo ello forma parte de la «imagen fotográfica» mediante la cual Matto anhela captar las realidades peruanas, a fin de discernir con mayor certeza cómo se debe avanzar hacia un futuro mejor.






ArribaAbajoLa autora

Grimanesa Martina Mato Usandivaras, quien después se llamara Clorinda Matto, nació en Cusco, Perú, el 11 de noviembre de 1852. Fue hija de Grimanesa Usandivaras y de Ramón Mato, dueños de una pequeña hacienda llamada Paullo Chico, donde la autora y sus dos hermanos, David y Daniel, pasaron la mayor parte de su infancia. Años después, en sus escritos, Matto describiría muchas veces la belleza de la vida del campo allí, recurriendo a recuerdos concretos de hechos y personas. Su permanente interés por el bienestar de la población indígena así como su dominio de la lengua quechua también se arraigan en aquellas experiencias tempranas. Obtuvo su educación formal en Cusco, en el Colegio Nacional de Educandas, escuela que se haría a ser famosa por su laicidad y su excelencia académica. A los catorce años ya editaba un periódico estudiantil y también escribía escenas sueltas de teatro que se representaron entre amigos. En 1862 murió su madre, y en 1868 ella abandonó la escuela para ayudar con el manejo de la casa y para cuidar a su padre y a sus dos hermanos. El 27 de julio de 1871 Matto se casó con Joseph Turner, médico y empresario inglés, y se fue a vivir a Tinta, no lejos de Cusco, pueblo que describe en Índole, donde también figura la hacienda de «Palomares», parecida al Paullo Chico de su niñez. Para ese entonces y bajo diversos seudónimos -«Lucrecia», «Betsabé», «Rosario» y «Carlota Dimont» (este último lo siguió usando durante toda su vida)- Matto ya publicaba poesía y prosa en periódicos cusqueños como El Heraldo, El Mercurio, El Ferrocarril y El Eco de los Andes. Al principio, su interés se centraba en la emancipación y educación de las mujeres, y el trato a los ciudadanos indígenas, pero pronto empezó a escribir leyendas y bocetos históricos, y tradiciones cusqueñas en el estilo de los artículos de costumbre, ya bien conocidos, de sátira risueña, de Ricardo Palma, entre otros autores de la época. En 1876, empezó a publicar El Recreo de Cuzco, revista semanal de literatura, ciencia, artes y educación, en la cual aparecen muchos artículos suyos.

En 1877, cuando Matto fue de visita a Lima, recibió una cordial acogida y fue invitada a una serie de reuniones y festejos literarios, entre ellos al prestigiado salón de Juana Manuela Gorriti, escritora argentina muy conocida que en aquella época residía en el Perú5. Gorriti organizó una reunión literaria en honor de Matto, y entre los que participaron estaban la propia Gorriti, Mercedes Cabello de Carbonera, y Ricardo Palma; con el tiempo, todos estos escritores serían buenos amigos. En 1879, durante los primeros años de la guerra con Chile, Matto apoyó activamente la causa del patriota mestizo Andrés Avelino Cáceres6 quien, con soldados montoneros indígenas, defendió la región peruana de los Andes. La casa de Clorinda Matto y Joseph Turner en Tinta sirvió como hospital de guerra y, además de recolectar fondos para la guerra, Matto organizó un sistema de ambulancias. En 1880 salieron sus dos primeros libros, una biografía y una colección de textos cortos (Hojas de un libro: Leyendas, tradiciones y biografías por Clorinda Mato de Turner, este último título antes que agregara otra t a su apellido, como homenaje al idioma quechua, donde hay consonantes dobles).

Joseph Turner murió en marzo de 1881, momento en que la guerra transitaba por su etapa más caótica, dejando a su viuda en una situación económica francamente difícil; ello se refleja en la amenaza de bancarrota que pesa sobre Antonio López en Índole, donde constituye uno de los elementos principales. Matto trató de solventar deudas por medio de diversas empresas comerciales, pero en 1883 se mudó a Arequipa, como jefa de redacción del diario importante, La Bolsa. Gran número de sus primeros artículos y editoriales en La Bolsa son exhortaciones patrióticas dirigidas a la nación peruana, pidiendo unidad y una pronta resolución de sus problemas. Matto escribió también sobre comercio y agricultura, inmigración, problemas indígenas y educación, esto último con una preocupación especial por las mujeres. En 1884, publicó como libro de texto una antología literaria para mujeres, a fin de alentar a las jóvenes a seguir el ejemplo proactivo de Santa Teresa y otras.

Un tomo de ensayos y bosquejos históricos de Matto, Perú-Tradiciones cuzqueñas, publicado en Arequipa en 1884, con prólogo de Ricardo Palma, la consagró como autora nacional de importancia. Hima-Sumac (1892), su única obra teatral, fue estrenada en Arequipa el 16 de octubre de 1884 y después en Lima en 1888: se trata de un melodrama de amor y traición, que celebra la heroica rebelión en 1780 de Túpac Amaru (quien fue derrotado), y lamenta en forma extremadamente conmovedora la opresión, por parte de los españoles, de los indígenas. Un aspecto bien interesante de esta obra es que omite toda mención de Micaela Bástidas, la dinámica esposa de Túpac Amaru, quien organizó gran parte de su campaña, y murió junto a él, ultimada por los españoles: hay que prestar atención a las omisiones y los silencios de Clorinda Matto.

En 1886 Matto se mudó a Lima, donde se residía su hermano David, quien había obtenido título de médico cirujano en 1885 y ejercía la presidencia de la Unión Fernandina. Matto se incorporó a las reuniones literarias del Ateneo y del Círculo Literario, salón al que asistía Manuel González Prada, orador y escritor cuyas ideas sobre el progreso, el espíritu nacional, la educación de los indios y el anticlericalismo influirían profundamente en ella, aunque los dos no siempre estuvieron de acuerdo. Matto siguió escribiendo artículos y narraciones, y en 1889 asumió la dirección de El Perú Ilustrado, la revista literaria más importante de Lima en su época. En 1889 publicó dos libros, uno de ellos una serie de descripciones histórico biográficas, Bocetos al lápiz de americanos célebres, y la otra, Aves sin nido, una ambiciosa novela de fuerte crítica a la corrupción existente en un pueblecito andino. Casi en seguida esta novela, donde la familia simbólicamente ideal de la nación se compone de padres blancos, una hija mestiza, y una hija indígena, le trajo grandes aplausos y gran notoriedad.

En El Perú Ilustrado, Matto publicó la obra de muchos escritores importantes, entre éstos, Rubén Darío, Manuel González Prada, y varios de los integrantes del grupo literario que se reunía permanentemente en su casa. El 23 de agosto de 1890, en El Perú Ilustrado se publicó (sin autorización de Matto, según ella aclaró posteriormente, pues ese día había estado enferma) un cuento basado en la vida de Cristo, escrito por el brasileño Henrique Maximiano Coelho Netto, que enfureció a muchos lectores; éstos opinaron que se había difamado a Cristo pues en el cuento se aludía a su atracción sexual por María Magdalena. El arzobispo de Lima prohibió que se leyera, vendiera o hablara de la revista, alegando que hacerlo era pecado mortal. Se acusó a la revista y luego también a Aves sin nido de haber difamado a la Iglesia7. La controversia fue acrecentándose. El arzobispo excomulgó a Matto, hubo manifestaciones públicas a favor de ella y en contra, en Cusco y Arequipa fue quemada su efigie, y Aves sin nido quedó incluido en la lista de libros prohibidos por la Iglesia católica. Pero Matto y El Perú Ilustrado tenían muchos defensores, y el 7 de julio de 1891, la prohibición episcopal del periódico fue levantada en función de las múltiples promesas de Pedro Bacigalupi, dueño de la revista, quien se comprometió personalmente a censurar su contenido. Cuatro días después, Matto renunció a su cargo de editora y directora.

El año siguiente, Matto publicó Índole, su segunda novela, donde de nuevo describe a un sacerdote corrupto y lujurioso y coloca en tela de juicio la moralidad y la ética de diversos sectores de la sociedad: las autoridades militares, civiles, y eclesiastícas, pero también cada individuo, que tiene como deber el ser buen ciudadano. La autora critica dura y abiertamente el comportamiento del cura, y asimismo a la Iglesia por sus exigencias de castidad (cosa que, según Matto, es anti-natural e insostenible no tratándose de santos), y por seleccionalar, entrenar y vigilar a los curas en forma defectuosa8. A diferencia de Aves sin nido, donde la comunidad es totalmente disfuncional y casi todos explotan o son explotados, y donde la vida del pueblo, lleno de «notables» corruptos, se halla constantemente trastornada por la llegada de «forasteros», en Índole la vida del pueblo es más estable, la gente generalmente se quiere y se lleva bien, y los problemas que surgen parecen posibles de solución (o por lo menos, llevaderos). No obstante, la crítica acerba de la inmoralidad clerical en las dos novelas ofendió a muchos defensores de la Iglesia católica.

En 1891, Matto aumentó sus actividades políticas, defendiendo a Andrés Avelino Cáceres9, su amigo de toda la vida, y atacando a Nicolás de Piérola en las páginas de Los Andes, una nueva publicación quincenal que Matto fundó y dirigía. Con el respaldo de su hermano David, ella abrió una imprenta feminista y repartió una muestra que decía: Muestrario de la imprenta «La Equitativa», servida por señoras, fundada en febrero de 1892 por Clorinda Matto de Turner. En esas instalaciones Matto imprimió su periódico, su próximo libro, Leyendas y recortes (1893), y también la obra de otras escritoras. La novela Herencia, una crítica acerba sobre la fragmentación y desintegración moral de la sociedad limeña, apareció a principios de 1895. En marzo de ese año, las fuerzas de Piérola entraron en Lima y tras días de lucha, tomaron el poder. Más adelante, Matto describiría los horrores vividos en aquellos días. Su casa fue destruida, su imprenta saqueada y sus manuscritos extraviados. El 25 de abril de 1895, Matto huyó a Chile, donde fue recibida con gran cariño. Después se dirigió a la Argentina, radicándose en Buenos Aires. Ahí dio clases en la Escuela Comercial de Mujeres, la Escuela Normal de Profesoras y otras escuelas, tradujo libros del Nuevo Testamento al quechua (esto, por encargo de la American Bible Society, que tuvo un rol protagónico en el caso Penzotti de 1890-91), y siguió escribiendo artículos para diversas publicaciones. Colaboró en los diarios La Nación, La Prensa, La Razón y El Tiempo y en varias revistas de importancia. Fundó y editó el Búcaro Americano, una revista general que dedicó mucho espacio a temas sociales y literarios y salió entre 1896 y 1909. En 1904 Aves sin nido salió en inglés traducida y algo modificada por J. G. H. Hudson; en la traducción, el pesimismo del final frente a la posibilidad de reforma social da paso a una visión más optimista, con el objetivo de atraer inversiones y misionarios al Perú10.

En 1908 Matto recorrió gran parte de Europa y escribió un diario, con las impresiones de su viaje por Italia (donde tuvo audiencia con el Papa), Suiza, Alemania, Inglaterra, Francia y España (donde dictó conferencias sobre Argentina y Perú). A finales de ese mismo año regresó a Buenos Aires y aunque estaba bastante enferma, terminó el libro de comentarios sobre sus impresiones de Europa, Viaje de recreo (1909); poco después, el 25 de octubre de 1909, murió de pulmonía, en una clínica de Buenos Aires. Legó parte de sus bienes al Hospital de Mujeres de Cusco, y donó su biblioteca al Concejo de Educación de Buenos Aires.

A pedido del entonces presidente y del Congreso del Perú, los restos de Clorinda Matto de Turner fueron repatriados en 1924 y están enterrados en Lima. Hay decenas de escuelas peruanas y argentinas que llevan su nombre.




ArribaAbajoÍndole

Las preocupaciones principales de Clorinda Matto de Turner fueron siempre la moralidad, la igualdad, y la justicia para todos. Ella pensaba que los novelistas, al igual que los periodistas, debían señalar las injusticias de la sociedad y reclamar reformas. Fue profundamente patriótica y alentó la creación literaria en torno a temas específicamente peruanos; abogó por una literatura que describiera la vida, las costumbres y el patrimonio de su tierra natal. Sus Tradiciones cuzqueñas arraigaban en el folklore del país y en la historia colonial de Cusco. La mayoría de sus ensayos hablaban de realidades, personas, y situaciones típicas del Perú. Hasta los subtítulos de sus novelas («Novela Peruana» en los tres casos) indican que se esforzaba por captar aspectos de la realidad inmediata de su patria. A lo largo de su vida, Matto apoyó activamente muchas causas políticas y sociales. Desde el inicio de su carrera hasta su muerte, manifestó especial interés en reformar la educación de las mujeres, mejorar la situación de la población indígena de los Andes, y poner fin a la corrupción de la Iglesia católica -eso es, en causas que la vinculaban con los liberales reformadores de la época.

Como novelista peruana, Matto no fue la primera ni la única en denunciar a los curas corruptos o venales. Entre las Tradiciones peruanas de su amigo Ricardo Palma hay varias que tratan la lujuria de los curas en forma satírica. Y hay varios textos basados en un hecho notorio, el asesinato, en Cusco en 1836, de una tal Angela Barreda por su ex-confesor, el padre Eugenio Oros. Dicho crimen fue ficcionalizado por Ricardo Palma (en «El padre Oros» de 1837), luego en forma más extensa por Narciso Aréstigui en El padre Horán (1848), novela muy elogiada por Clorinda Matto11. Hay otros muchos textos de la época en los que se denuncian escándalos clericales y se critica a las beatas, o mujeres excesivamente religiosas, entre éstos varios de Manuel González Prada, otro amigo de Matto.

La primera parte de Índole describe los tres grupos que habitan el pueblito de Rosalina: los notables, terratenientes de ascendencia española12, radicados allí por muchas generaciones; los mestizos, que cultivan propiedades pequeñas o trabajan en las casas o empresas de los notables; y los indígenas, quienes -si bien no se individualizan mucho- son una presencia permanente, ya sea como sirvientes, soldados, mensajeros o víctimas del abuso de poder, porque, como comenta Valentín en la novela «el indio envuelto en la noche de la ignorancia no sabe leer ni entiende el castellano.» [44] Los personajes que representan el poder eclesiástico (el cura Peñas) y judicial/policial (el Subprefecto Intendente, don Cayetano de Quezada) dictan las pautas de religión y derecho civil y son respetados por los demás habitantes de Rosalina, a pesar de sus debilidades personales. Al Subprefecto se le describe como «un sargento mayor retirado del servicio activo, por causa de una herida de sable que recibió en la pierna izquierda en la gloriosa jornada de Junín» [138] (batalla determinante en la lucha por la independencia), y resulta ser un caballero justo y severo, observador escrupuloso de la ley.

Si en la primera parte de la novela se retrata, persona por persona, a los habitantes del pueblo andino, en la segunda parte el panorama se hace más amplio, y abarca la política nacional del Perú en 1858 (si bien con mirada retrospectiva, ya que la autora se muestra conocedora de los sucesos de la Guerra del Pacífico [1879-83] y la reconstrucción posterior del país destrozado). El batallón Charansimi, que pasa por Rosalina antes de entrar en Arequipa bajo el mando del Gran Mariscal Ramón Castilla13, le permite al cura escaparse del pueblo donde se ha deshonrado e, irónicamente, le premia su breve servicio militar, aclamándolo como «patricio ejemplar y como varón santo» [137], aunque es todo lo contrario. Se trata de una de las contradicciones de la época, señala Clorinda Matto; en momentos de alboroto y de transición, se juzga demasiado por las apariencias, y hay quien se aprovecha de las circunstancias. De ahí la importancia de los ojos penetrantes de:

el novelista observador que, llevando el correctivo en los puntos de su pluma, penetra los misterios de la vida, y descorre ante la multitud ese denso velo que cubre los ojos de los moradores ciegos y fanatizados a un mismo tiempo.


El novelista de sana intención, llevado en alas de la moral social, en nombre de las mismas instituciones que deben depurarse a medida que el progreso se extiende.


En el Perú no existe, sin embargo, el temor del correctivo retocado por el romance, porque todavía la novela trascendental, la novela para el pueblo y para el hogar, no tiene ni prosélitos ni cultivadores. Y a juzgar por el grado de los adelantos morales ¡ay de aquella mano que, enristando la poderosa arma del siglo, la tajante pluma, osara tasajear velo y tradición!


Los pueblos se moverían para condenarla en nombre del cielo prometido a los pobres de espíritu.


(137)                


Clorinda Matto define aquí su misión de periodista/novelista. Quiere escribir «para el pueblo y para el hogar», retratando a los diversos tipos de peruanos que ve a su alrededor, y hablando de sus dilemas morales. Algo amargada porque en el momento de publicar Índole (1891) se encuentra condenada «en nombre del cielo» por su crítica de elementos corruptos, y su apoyo a los pensadores anti-clericales, liberales, y reformistas de la nación, Matto no se da por vencida: armada de su «tajante pluma», en esta novela nos brinda la radiografía y disección de un pueblo andino. Y aspira a ser leída por ese pueblo andino. La pareja mestiza que ocupa el centro ideológico de la novela, como imagen simbólica de los nuevos ciudadanos del país modernizado, está integrada por la joven Ziska, bella, inocente y moral, hija de padres casados, y por

un joven mestizo que se llama Ildefonso, nombre que los de intimidad han hecho breve dándole además diminutivo, y el tal se dice Foncito.


Como en el curso de esta historia hemos de ver a cada paso a Foncito y tal vez simpatizar con él, por su corazón de oro y su ternura de afectos, conviene presentarlo con unas cuantas pinceladas. Su madre fue una india lugareña que ganó el afecto de un caballero llegado a la villa con bastón de mando, de cuyo conocimiento nació Ildefonso, criado en esfera un si es no es decente. Recibió instrucción primaria, así es que sabía leer y rubricar; porque decir que tenía letra perfilada sería calumniarlo, lo que no se opone a dejar constancia de que las novelas publicadas en folletines eran gustadas por Ildefonso.


De estatura alta, espigado y de salud a toda prueba de epidemias, Ildefonso tiene un carácter comunicativo y afable, pero en el fondo es calculador como un banquero yankee, con un personal seductor.


[5-6]                


Con estas palabras, se nos indica que Foncito es querido, que los que lo conocen admiran sus cualidades positivas, que su nacimiento probablemente ilegítimo (que nunca se menciona en su detrimento en el libro) es aceptado. Su madre es oriunda de este pueblo, donde casi todas las familias han residido durante muchas generaciones. Foncito asistió a la escuela y sabe leer y escribir, aunque no es lector del Quijote sino de novelas folletinescas. Es físicamente sano, cosa importante en una época en la que se debatían cuestiones de salud y muchas debilidades físicas se achacaban a la herencia. Alto y atractivo, saca provecho de sus circunstancias con la habilidad de un banqueroyankee (afirmación interesante en la medida que el único personaje norteamericano que aparece en Índole es borracho y marginal) - Foncito dice de Ziska que «lava y plancha como una gringa» [45]. No es servil, es adaptable, justo en su comportamiento con las mujeres (en vez de intentar seducirla, se casa con su novia por la iglesia), inteligente en su trato con los notables y con el clero, respetuoso de la ley y de la iglesia. Parece simbolizar para Matto el ciudadano ideal de la nación en construcción. En Índole, aunque se describe con gran cariño a los protagonistas indígenas, éstos suelen ser sirvientes humildes de las casas ricas, soldados del ejército, o víctimas (por su pobreza y su falta de poder) de las maniobras del cura14. Y a los notables del pueblo, que nacen con todas las ventajas, se los describe como débiles, en general de «buena índole» pero incapaces de construir una nueva nación sana. En relación a esto, Matto señala su falta de hijos. Ziska y Foncito, en cambio, cuyo casamiento ocupa el centro del libro, esperan montones de hijos, nuevos ciudadanos mestizos y sanos.

El título de la novela, como la de la novela siguiente, Herencia, acusa interés de Matto por las nuevas ideas positivistas y científicas de la época, la esperanza de poder entender la realidad en términos científicos precisos, y no sólo con referencia a la fe religiosa y la tradición. En las últimas décadas del siglo XIX, se hablaba mucho de las bases científicas, cuantificables, del comportamiento humano15. Matto nunca es contundente al respecto: se pregunta, baraja posibilidades -las diversas noticias del día, o la página de ciencia de un periódico, donde se ofrecen múltiples observaciones y teorías, sin tener que optar definitivamente por una u otra- y en último término, los vínculos entre la sicología de sus personajes y su comportamiento no se resuelven definitivamente. Para ella, es posible juntar estadísticas sobre los seres humanos (por eso, le interesan la frenología, nuevas «ciencias» como la eugenesia, las polémicas sobre la evolución, etc.), pero es difícil calcular el peso relativo de la herencia y del ambiente (el debate entre nature y nurture en inglés). Matto presta mucha atención a lo visible; emplea lo que ella llama la «observación fisiológico-moral» (42) y la descripción minuciosa, esperando así, entender más plenamente el comportamiento de sus personajes y la dinámica de su contexto social.

Las dos parejas de notables, Antonio y Eulalia, Valentín y Asunción, a cuyas peripecies la autora dedica el mayor número de páginas del libro, deberían ser -en función de sus ventajas económicas, su buena educación, y sus privilegios- los promotores de la modernización y la reforma nacional. Tienen «buena índole», es decir, tienden naturalmente hacia la virtud y la justicia. Y sin embargo, no están a la altura de lo que se les exige en lo social16. Tienen debilidades, resultan corruptos y vacilantes. La pareja principal, Antonio y Eulalia López, lucha por articular, luego por implementar, sus propios valores en un ámbito social que, a menudo, fomenta la hipocresía, prioriza las apariencias, y consiente hasta la conducta claramente delictiva. Cuando pierde su fortuna familial en empresas fracasadas, sin siquiera pensarlo, Antonio les oculta lo sucedido a Eulalia y a la comunidad. Se deprime y en lugar de asumir su desesperación, se refugia en la idea del suicidarse. Cuando su supuesto amigo, Valentín, intenta sacar provecho de la situación, involucrándolo en un plan para falsificar dinero, Antonio accede a aquello que le parece una solución en lo inmediato, sin pensar en las consecuencias a largo plazo. Eulalia, sabiendo que Antonio le oculta algo, busca refugio en la iglesia, pero en su ingenuidad obcecada17, no percibe que el cura (al que ha conocido toda la vida) la desea sexualmente. A su vez Asunción, sintiéndose dejada de lado por Valentín, se refugia en una religiosidad excesiva y ciega (la ceguera parcial aflige a todos). El veneno de los secretos y las mentiras, y la importancia excesiva que se da a las apariencias, se difunden, contaminando todo y paralizando a los cuatro personajes que deberían, pero no pueden, encargarse del bienestar de la comunidad que los rodea. Tras desencuentros melodramáticos, escenas de reconciliación, y finalmente, fingiendo su inocencia ante la ley, Antonio y Eulalia fugarán a una Lima idealizada, «reina escondida entre minaretes y celosías» [140] que se han inventado: «Viviré contento allá donde se rinde culto al trabajo,» declara Antonio, «donde uno puede confundirse entre cientos de personas, con garantías para el hogar, y sin que la vanidad y las exigencias sociales me empujen al camino de la estafa». [132] Obviamente, no sabe nada de la vida en la capital. Valentín y Asunción, que también sueñan en escaparse a Lima 18 tampoco han logrado vivir como deben; los rencores, las mentiras, y el culto a las apariencias los han destrozado, pero al igual que Antonio y Eulalia, y por mucho que se acusan mutuamente de iniquidades, se describen más bien como débiles que malos.

Clorinda Matto estructura su novela en torno a diversos contrastes y oposiciones que van desde la tensión entre buena «índole» y malas intenciones, hasta la que media entre dos hechos largamente descritos que se superponen en el tiempo de la narración: por una parte, la alegría de la fiesta de bodas de Ziska y Foncito y por otra, los peores momentos vividos por Antonio y Eulalia. Rosalina es a la vez un lugar idílico cuyas costumbres, tradiciones y personajes típicos están descritos, al decir de Antonio Cornejo Polar19, con «un despreocupado tono bucólico, ameno y sonriente» y el escenario de conflictos, debilidades y delitos. Así como en las páginas de un periódico, en esta novela coinciden noticias dispersas sobre eventos y personajes históricos, con detalles sobre modas y decoración de casas, recetas de cocina, con comentarios editoriales apasionados, descripciones costumbristas, con denuncias de inmoralidades notorias y lamentos por el triste estado de una sociedad que las consiente, fomenta y aún las glorifica. Si en Aves sin nido predominó la denuncia, en Índole Clorinda Matto templa sus denuncias dejando traslucir su gran amor por la sierra peruana, y su ternura hacia sus diversos habitantes: personas buenas y malas, admirables o no tanto, capaces o no de participar en el gran proyecto de modernización que obsesionaba a la autora y al país a fines del siglo diecinueve.






ArribaBibliografía

    Libros principales de Clorinda Matto de Turner

  • Hojas de un libro: Leyendas, tradiciones y biografías. Huaraz: Imp. de «La Autonomía de Anchas», 1880.
  • Perú Tradiciones cuzqueñas. Arequipa: Imp. de «La Bolsa,» 1884.
  • Tradiciones cuzqueñas. Tomo II. Lima: Imp. de Torres Aguirre, 1886. Hay muchas ediciones subsiguientes que contienen selecciones diferentes. Dos recientes son: Tradiciones cuzqueñas completas. Lima: Peisa, 1976; y Tradiciones cuzqueñas: Leyendas, biografías y hojas sueltas. Cusco: Municipalidad del Cusco, 1997.
  • Aves sin nido (Novela peruana). Buenos Aires: Félix Lajouane, 1889 y Lima: Imprenta de Carlos Prince, 1889.
  • Bocetos al lápiz de americanos célebres. Lima: Peter Bacigalupi y Ca., 1889.
  • Elementos de Literatura según el Reglamento de Instrucción Pública para uso del bello sexo. Arequipa: Imp. «La Bolsa,» 1889.
  • Índole (Novela peruana). Lima: TipoLitografía Bacigalupi, 1891.
  • HimaSumac. Drama en tres actos y en prosa. Lima: Imp. «La Equitativa,» 1892.
  • Leyendas y recortes. Lima: Imp. «La Equitativa,» 1893.
  • Herencia (Novela peruana). Lima: Imp. Masías, 1895.
  • Analogía. Segundo año de gramática castellana en las escuelas normales, según el programa oficial. Buenos Aires: n.p., 1897.
  • Apostolcunae ruraskancuna pananchis Clorinda Matto de Turnerpa castellano-manta runa simiman tticrasccan. Traducción al quechua del Evangelio de San Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Buenos Aires y Lima: Sociedad Bíblica Americana, 1901. Tomos subsiguientes rindieron al quechua los evangelios de San Juan, San Pablo, San Marcos y San Mateo. Se publicaron en muchas ediciones en Buenos Aires, Nueva York y Lima.
  • Boreales, miniaturas y porcelanas. Buenos Aires: Imp. de Juan A. Alsina, 1902.
  • Cuatro conferencias sobre América del Sur. Buenos Aires: Imp. de Juan A. Alsina, 1909.
  • Viaje de Recreo. España, Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Alemania. Valencia: F. Sempere y Compañía, 1909.
    Fuentes secundarias útiles para la lectura de Índole

  • Armas Asín, Fernando. Liberales, protestantes y masones. Modernidad y tolerancia religiosa. Perú, siglo XIX. Cusco: Centro de estudios regionales «Bartolomé de las Casas», 1998.
  • Basadre, Jorge. Historia del Perú. Lima: Editorial Juan Mejía Baca, 1980.
  • Berg, Mary G. «Feminism and Representation of the Feminine in the Novels of Clorinda Matto de Turner (Peru, 1852 1909)». Phoebe: An Interdisciplinary Journal of Feminist Scholarship, Theory and Aesthetics I, 3 (1990): 10-17.
  • ——. «Role Models and Andean Udentities in Clorinda Matto de Turner's Hima-Sumac» en Studies in Honor of Denah Lida. Ed. Mary G. Berg y Lanin A. Gyurko. Potomac MD: Scripta Humanistica, 2005, 297-305.
  • ——. «Pasión y nación en Hima-Sumac de Clorinda Matto de Turner» (1999) www.fas.harvard.edu/~icop/maryberg.html
  • ——. «Presencia y ausencia de Clorinda Matto de Turner en el panorama literario y editorial peruano,» in Edición e interpretación de textos andinos. Ed. José Antonio Mazzotti. Navarra: Univ. de Navarra/Vervuert, 2000: 211-229. Una versión abreviada se encuentra en www.evergreen.loyola.edu/~tward/mujeres/critica/berg-matto-presencia.htm
  • ——. «Clorinda Matto de Turner» en Las Desobedientes: Mujeres de Nuestra América, ed. Betty Osorio and María Mercedes Jaramillo. Santafé de Bogotá: Editorial Panamericana, 1997, 131-159.
  • ——. «Writing for Her Life: The Essays of Clorinda Matto de Turner» en Reinterpreting the Spanish American Essay: Women Writers of the 19th and 20th Centuries ed. Doris Meyer. Austin: U of Texas P, 1995, 80-89.
  • ——. «Clorinda Matto de Turner» Spanish American Women Writers, ed. Diane Marting. Westport, CT.: Greenwood Press. 1990, 303-315. También en Escritoras de Hispanoamérica. Ed. Diane Marting y Montserrat Ordóñez. Bogotá, Colombia: Siglo XXI, 1991, 309-322.
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