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(València:Consell Valencià de Cultura, 1998. Prólogo de Josep Lluís Sirera. Fotografías de Vicent Segura)
Los cambios sociales, económicos, culturales que la sociedad valenciana ha sufrido desde la última guerra civil, han provocado la casi desaparición de toda una manera de entender las relaciones humanas que se había mantenido con pocos cambios desde la segunda mitad del siglo XIX. Las rápidas transformaciones que hemos vivido en este breve periodo de tiempo han provocado que un trozo de la memoria colectiva de los valencianos haya sido prácticamente desconocida para gran parte de las generaciones nacidas después de aquel conflicto armado.
Si esta visión genérica puede ser válida en términos descriptivos, resulta bastante fiel si nos ceñimos al mundo de los teatros de las diferentes ciudades valencianas, la mayor parte de los cuales han desaparecido: primero, por su transformación en cines, y después, o al mismo tiempo, ante el empuje de la especulación urbanística, poco o nada respetuosa con la historia de los ciudadanos. Si primero asistimos a la desaparición de la memoria documental y gráfica de los viejos teatros, —482→ después hemos visto transformarse en humo o en basura la referida a los cines, hasta casi no conservar más que un vago recuerdo de una y de otra.
Es en este contexto de transformaciones sociales y en el marco valenciano -un pueblo tan dado a hacer hogueras y fallas, a «reciclar» papeles viejos a través del fuego-, que la publicación de la obra de Jaume Lloret, El teatre a Alacant 1833-1936, tiene un valor y un interés notables por lo que implica de investigación, de reflexión y de recuperación de la memoria de la ciudad de Alicante. De hecho, cabe recordar que la edición se enmarca en la voluntad del Consell Valencià de Cultura de contribuir a celebrar el ciento cincuenta aniversario del Teatro Principal de Alicante, el segundo coliseo construido en la historia del teatro valenciano moderno.
Jaume Lloret, conocido por su dedicación docente y su capacidad didáctica, desplegada a lo largo de muchos años entre las ciudades de Elche y Alicante, ha desarrollado en los últimos años una línea de investigación centrada en la historia teatral valenciana, que toma como núcleo de su interés la ciudad de Alicante. Resultado de esta indagación, y al margen de otras monografías presentadas en diversos congresos o publicadas en revistas especializadas, cabe recordar su «Breu història del titella a Alacant», publicado en el volumen colectivo El titella a Alacant (1996), trabajo en el cual estudia la historia de los títeres en esta ciudad. Este mismo año también defendió su tesis doctoral en la Universitat de València-Estudi General, El teatre a la ciutat d’Alacant (1691-1962), con la cual obtuvo el grado de doctor. Un primer fruto de esta voluminosa tesis es la obra que ahora nos ocupa.
El teatre a Alacant 1833-1936 es una obra que supera con mucho las aproximaciones que hasta ahora se habían realizado, incluyendo la obra de Vicente Ramos, El Teatro Principal en la historia de Alicante (1847-1947), y no tan sólo las supera por la minuciosidad de trabajo realizado, sino, y sobretodo, por las fuentes documentales utilizadas y por las reflexiones tan sugerentes y ricas de su autor. En este sentido, hay que subrayar que Jaume Lloret, entre otras fuentes, ha utilizado como base una colección documental excepcional y no estudiada con profundidad hasta ahora: el Archivo teatral de la familia Portes -familia ligada laboralmente al Teatro Principal de Alicante desde su inauguración en 1847-, y hoy día conservado en la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante. A pesar de ello, Lloret no se ocupa únicamente del principal coliseo de la ciudad, sino que se interesa por el conjunto de la actividad dramática en Alicante a lo largo del —483→ periodo acotado: antecedentes, espacios teatrales, empresas, autores y actrices, público, llegada del cinematógrafo, etc.
El libro se abre con un prólogo del profesor Josep Lluís Sirera, catedrático de Filología Española de la Universitat de València y el mejor conocedor del conjunto del teatro valenciano; unas páginas sitúan al lector en el contexto de los estudios teatrales y en las virtudes del libro que tiene en las manos. La obra de Jaume Lloret se divide en siete apartados: primeramente, una introducción, que da cuenta del estado de los estudios sobre el teatro alicantino, de la metodología y de las diferentes fuentes documentales que ha hecho servir.
El inicio del estudio propiamente dicho es el apartado dedicado a los antecedentes de la actividad dramática en la ciudad de Alicante, y que en unas breves páginas repasa el periodo que va desde finales del siglo XVII al primer tercio del XIX: la antigua Casa de comedias, los espacios teatrales alternativos, los espectáculos populares, etc.
La parte más extensa de El teatre a Alacant 1833-1936 está constituida por los tres capítulos centrales que dan cuenta del periodo apuntado en el título de la obra. Lloret se sirve de las periodizaciones habituales en la historiografía para estudiar estos cien años. Así, el primer capítulo va desde la muerte de Fernando VII, con la posterior relajación de la censura y el aumento de la actividad dramática, hasta el fin del Sexenio Democrático, el 1874. En este capítulo, sin dejar de lado la información sobre los primeros espacios teatrales, cabe llamar la atención sobre el interés particular que ofrecen las treinta páginas dedicadas al Teatro Principal: origen, construcción, sistema de explotación, programación y organización de los actores.
El segundo capítulo va desde la restauración borbónica hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII, el 1902. Aquí Lloret pasa revista a los nuevos locales que van surgiendo en la ciudad, resultado de la popularidad de la actividad dramática en la segunda mitad del ochocientos: el Teatro Español, el Teatro Circo Viejo, el Teatro Circo Nuevo, el Teatro Novedades o el Teatro Polo. Como consecuencia de esta proliferación y de la gestión efectuada, el tercer apartado de este capítulo da cuenta de la evolución, organización, compañías y dificultades del Teatro Principal. Concluye este bloque con un subcapítulo muy interesante dedicado a seguir la aparición y evolución de las compañías y autores alicantinos.
En el tercer capítulo ya nos encontramos con la difícil convivencia entre el teatro y el cine, la explotación de los diversos espacios teatrales —484→ y la evolución de los gustos dramáticos (desde la comedia o la zarzuela al vodevil o la revista). Con todo, hay dos subapartados que tienen un interés singular: el primero, dedicado a la presencia de los y las grandes intérpretes en los teatros de la ciudad (básicamente en el Principal); el segundo, dedicado al teatro de aficionados: sociedades, compañías, autores, etc.
Cierran la obra el capítulo dedicado a las conclusiones del estudio, una bibliografía y un apéndice muy interesante y muy útil: un listado del movimiento teatral en Alicante entre los años 1833 y 1936. Su minuciosidad da idea del trabajo realizado por Jaume Lloret. Sin lugar a dudas, se trata de una fuente de información muy importante para los especialistas en el teatro porque ésta nos permite perseguir autores, compañías, actores, etc. Esta utilidad de la obra queda subrayada por el índice alfabético que cierra el volumen, también muy importante para la fácil y rápida consulta de la obra que ahora nos ocupa.
Además, en el volumen se incluyen 175 ilustraciones (planos de la ciudad, proyectos de edificios, carteles teatrales y programas de mano, fotografías de actores y actrices, fotografías de la ciudad, documentación administrativa, y una gran cantidad de gráficas elaboradas por el propio autor, etc.) que hacen que el resultado sea una obra muy cuidada en su presentación y de lectura muy amena. En este punto, todo el mérito se ha de atribuir a la entidad editora, el Consell Valencià de Cultura, que no ha regateado ningún detalle que pudiera hacer de la obra una edición ejemplar.
Después de todo lo expuesto, creo que no exagero si afirmo que El teatre a Alacant 1833-1936, de Jaume Lloret, es una obra importante, y no únicamente para los alicantinos, sino para el conjunto de la sociedad valenciana y para los investigadores de la historia del teatro en particular. Para los primeros, porque les explica y les devuelve una parte importantísima de la memoria de la ciudad: la memoria social, humana, viva de estos más de cien años. Para los valencianos en general, porque nos muestra una bella manera de recuperar parte de la historia. Finalmente, para todos los que nos dedicamos a estudiar la historia del espectáculo teatral, porque la obra de Lloret es para todos nosotros un ejemplo de rigor metodológico, de trabajo y de reflexión crítica. Estoy convencido que la obra ha de constituir un hito en los estudios sobre la historia contemporánea del teatro valenciano.
Es por todo ello por lo que cabe felicitar al autor por el resultado final de la su obra, y a los editores, que ante la renuncia de otras instituciones —485→ alicantinas (Ayuntamiento, CAM) de publicar el volumen, aceptaron el reto de la edición de una obra que, como he dicho, honra a su autor, a los editores y a la ciudad de Alicante.
Gabriel Sansano
Universitat d’Alacant