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La carta de Oriana (amada de Amadís de Gaula), comienza con la paráfrasis de unos versos del Romance del conde Claros: «Si los grandes yerros que con enemistad se fazen, vueltos en humildad son dinos de ser perdonados». (Nota de Rosa Navarro Durán. Universidad de Barcelona).

 

72

Don Diego Clemencín, comentó sobre este héroe del que se duda su existencia, aunque dice que Agustín de Toledo, en el año 1585, cuenta que Bernardo fue hijo de Sancho Díaz, conde de Saldaña y doña Jimena, hermana del rey don Alonso de Castro.

 

73

Antonio Gracia, Miguel Hernández: del «amor cortés» a la mística del erotismo, Poética 3, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 1998.

 

74

Macías, Célebre trovador gallego del siglo XIV, más conocido por el Enamorado, murió trágicamente y sus aventuras inspiraron a varios escritores: Lope de Vega en (Porfiar hasta morir), Bances Candamo (El español más amante), Larra (El doncel de don Enrique el Doliente).

 

75

Nació Garcilaso en la imperial ciudad de Toledo, en 1503, este eminente poeta, gran señor por su familia como por su ingenio, correspondiéndole por la elevada alcurnia de su casa el hábito de la orden de Alcántara. Desde muy joven siguió las banderas del Emperador Carlos Quinto, mostrando tales bríos y arrestos, que pronto se distinguió entre todos sus compañeros. Estuvo en casi todos los grandes hechos de armas de aquel glorioso reinado, habiéndose particularmente lucido en la defensa de Viena y en el sitio de Túnez, donde fue herido. En la toma de una torre que se hallaba en un lugar cerca de Frejus, donde desesperadamente se defendían unos cincuenta franceses, Garcilaso fue de los primeros en subir, mas fue herido de una pedrada en la cabeza; herido lo llevaron a Niza, pero no sobrevivió sino veinte días a sus heridas, pues murió en dicho lugar a los treinta y tres años de edad. Era en 1536. La edición de Antonio Gallego Morell, editó en Clásicos Universales sus obras completas.

 

76

Página 20 del libro de José María Balcells, Miguel Hernández. El rayo que no cesa, Sial/Contrapunto, Madrid, 2002.

 

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Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597), llamado en su tiempo El Divino. (Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de..., Sevilla, 1580). El comentario de Herrera resulta ser muy distinto del realizado por su predecesor. Mientras El Brocense, convencido de que la excelencia poética radicaba en la imitación (entendida a la manera renacentista, claro), procuró, sobre todo, mostrar las fuentes clásicas e italianas de Garcilaso. (Comentarios de Juan Delgado Moreno).

 

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D. Juan de Tassis y Peralta (Lisboa, 1582-Madrid, 1622), conde de Villamediana y Correo Mayor del Reino, fue muerto en la calle Mayor por un hombre que con «arma terrible de cuchilla, según la herida, le pasó del costado izquierdo al molledo del brazo derecho, dejando tal batería que aun en un toro diera horror». Ni sus contemporáneos ni la posteridad han podido averiguar si el asesino, nunca hallado, obraba por cuenta del Rey, celoso de sus galanteos a la Reina; o de sus compañeros de sodomía, temerosos de su cercana declaración ante el Tribunal que los juzgaba; o de cualquiera de los muchos a quienes injurió en prosa y en verso.

 

79

Antonio Gracia (1999,16).

 

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Nota 10, de Carlos Mata, Neoplatonismo en dos sonetos del Conde de Villamediana.