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Un análisis de la modernidad en «Aves sin nido», de Clorinda Matto de Turner


Michelle Farfán



Según el Oxford English Dictionary el término «modernidad» se describe como «An Intellectual tendency or social perspective characterized by departure from or repudiation of traditional ideas, doctrines, and cultural values in favour of contemporary or radical values and beliefs (chiefly those of scientific rationalism and liberalism)» (Oxford English Dictionary). Kathleen Morner también describe la modernidad en términos de romper las reglas y los valores tradicionales y enfocar en la conciencia del individuo. Se puede ver estos dos rasgos de la modernidad en Aves sin nido por Clorinda Matto de Turner. En esta primera novela de Matto, ella muestra un choque constante entre la modernidad y lo tradicional. En este trabajo, voy a investigar como aparece lo moderno a través de los dos rasgos de Morner.

Lo primero y lo más obvio de la modernidad en Aves sin nido es el rompimiento de las reglas y de los valores tradicionales. Se pueden ver a través del tratamiento de los indios y las mujeres, las ideas de los políticos y los religiosos, la idea de la ciudad versus el campo y la inclusión de la ciencia. Muchos críticos literarios han comparado Aves sin nido con Uncle Tom’s Cabin por Harriet Beecher Stowe, lo que retrata tan animado los malos de la esclavitud de los negros, y se puede haber dicho que esta novela fue una razón que condujo a la Guerra Civil (Swain 217). Matto, como Stowe, enfoca en el maltratamiento de los de una raza más baja (los indios) y aunque su obra sí fue muy importante en su país, nunca llegó a ser tan influyente como la de Stowe. En América Latina, los indios y los de razas mixtas fueron considerados como obstáculos del modelo del progreso de Europa. Según Ana Peluffo, en el siglo diecinueve, había muy pocos letrados (con la excepción de Simón Rodríguez, Gertrudis Gómez de Avellaneda y José Martí) quienes tenían una perspectiva sentimental en la diferencia racial (Peluffo 5). Por eso Serna dice que Aves sin nido «desires the integration of the Indian into the nation in conditions of civil equality...» (Serna 486). Un ejemplo de esta igualdad civil es el hecho de que Juan, Marcela y sus hijas hablan español, aunque todos son indígenas. Este rasgo los lleva del bárbaro hasta la civilización. Otro ejemplo que usa Matto para mostrar la igualdad civil entre los indígenas y los criollos es probar que los dos tienen sentimientos. «Fueron suficientes algunos halagos de ésta y un puñado de mote para calmar a esta inocente predestinada que, nacida entre los harapos de la choza, lloraba, no obstante, las mismas lágrimas saladas y cristalinas que vierten los hijos de los reyes» (Matto 15).

González Prada, uno de los intelectuales más famosos de Perú pensaba que había que modernizar a las mujeres a través de la educación secular (Peluffo 4). Al inicio de su obra, Matto nos presenta una mujer estereotipada, nos la presenta como el «ángel del hogar», lo que es una mujer quien no se rebele y sea sumisa y abnegada. Sin embargo, Matto, influida por Prada, cambia su representación y ella «makes and urgent call to women to 'take possession of their rights', to reject the chains of their past oppression, and to assume the position of the 'true heroine' in the struggle for freedom and wholeness. She proposes this to be done through education» (Bryan 114). Vemos muchos ejemplos en que la educación de la mujer sí es positiva. En la segunda mitad de la novela vemos la importancia que tiene la educación de las huérfanas Margarita y Rosalía. Susana Reisz dice que Matto «prescribes for women a central role in the educational process, in her character of mother-teacher motivated by a 'natural' generosity» (Reisz 87). Se ve un ejemplo de esto en capítulo dos de parte dos cuando Manuel llega a la casa de doña Lucía. Aquí aprendemos que Margarita ya ha estado estudiando bajo la instrucción de Lucía, «Bien, Manuel; ya conozco todas las letras del tablero» (Matto 84). Esto invoca un orgullo por la parte de doña Lucía, «Parece broma, pero cada día me siento más satisfecha de mi ahijada» (Matto 84). Poco después, en capítulo cuatro sigue la importancia de la educación de las niñas cuando don Fernando dice, «Por esto, Manuel, hemos resuelto mandar a las chicas a educarlas a otra parte» (Matto 88). La importancia de la educación no para con Margarita. También vemos el mismo rasgo en Lucía, «Lucía no era una mujer vulgar. Había recibido bastante buena educación, y la perspicacia de su inteligencia alcanzaba la luz de la verdad estableciendo comparaciones» (Matto 9).

Esta educación de las mujeres es «una amenaza al ideal patriarcal del matrimonio, a la domesticidad de la mujer y a la supremacía del hombre» (Torres-Pou 6). Hay un ejemplo de esta amenaza en capítulo cuatro cuando Lucía tomó control y pensó en un plan para salvar a Marcela de su situación. Lucía decidió ir a hablar ella misma con la cura y el gobernador, lo que tradicionalmente era un trabajo del hombre y les dijo ella, «¡Triste realidad, señores! ¡Y bien!, vengo a persuadirme de que el vil interés ha desecado también las más hermosas flores del sentimiento de humanidad en estas comarcas, donde creí hallar familias patriarcales con clamor de hermano a hermano. Nada hemos dicho; y la familia del indio Juan no solicitará nunca ni vuestros favores ni vuestro amparo. –Al decir estas últimas palabras con calor, los hermosos ojos de Lucía se fijaron, con la mirada del que da una orden, en la mampara de la puerta» (Matto 13). La política era un asunto en que las mujeres no debían tomar parte, y aquí parece que Lucía tenía el poder.

Además de ver la modernidad en el tratamiento de los indígenas y las mujeres, Matto también desvía de las ideas tradicionales de los políticos y los religiosos. Joye Swain dice que, «El gobierno, la riqueza y la religión unen como poderes para esclavizar y explotar» (Swain 220). Lola Aponte Ramos escribe que uno de los proyectos de la novela es «motivar un cambio en las estructuras de gobernación del indígena» (Aponte 48). A través de su representación de estos sistemas, parece que Matto logró este cambio cuando poco después de la publicación de Aves sin nido, el presidente Cáceres le escribió una carta a Matto en la que él la felicitó por su representación de los indígenas en la sociedad Andina y le dio su palabra que él trabajará para combatir la corrupción (The Scribner Writers Series) En un tiempo cuando muchos veían a los políticos como personas admirables, Matto nos da otra representación. Los políticos son pintados como monstruos por su mal tratamiento a los indígenas. Edwin Williamson explica que las castas, personas de color libres, sufrían de restricciones legales y sociales en la educación y en el gobierno y tenían que pagar impuestos especiales. Los indígenas en especial pertenecían a una «república» separada y pagaban tributo al estado. Aunque se abolieron estos impuestos en la segunda mitad del siglo diecinueve, en lugares con poblaciones grandes de indios se revocaron las reformas porque «they depleted the revenues of an impoverished state or, where tribute was paid in kind, because shortages of certain agricultural products affected the creole economy. In countries like Bolivia, Peru and Colombia, the tribute was reimposed in the form of a 'contribution' from the Indian communities until late in the century, and labour services such as the mita were allowed to persist until the end of the centruy and beyond in certain Andean mining regions in order to maintain production» (Williamson 245).

En capítulo tres, Matto explica la costumbre del reparto antelado forzado en que el gobierno «fijan al quintal de lana un precio tan ínfimo, que el rendimiento que ha de producir el capital empleado excede del quinientos por ciento; usura que, agregada a las extorsiones de que va acompañada, casi de la necesidad de la existencia de un infierno para esos bárbaros» (Matto 7). Se puede ver claramente como siente Matto de los políticos cuando describe las reacciones de Lucía después de que Marcela le explica la situación, «[...] espantada por la gradación que iba tomando el relato de Marcela, cuyas últimas palabras alarmaron a la candorosa paloma, que en los seres civilizados no encontraba más que monstruos de codicia y aun de lujuria» (Matto 5). También nos damos cuenta de los pensamientos de los mismos políticos acerca de este asunto cuando la cura Pascual dice, «Se trata [...] de que la señora Lucía no ha llamado para abogar por unos indios taimados, tramposos, que no quieren pagar lo que deben; y para esto ha empleado palabras que, francamente, como dice don Sebastián, entendidas por los indios nos destruyen de hecho nuestras costumbres de reparto, mitas, pongos y demás...» (Matto 22). Don Sebastián nos dice lo que él piensa hacer para remediar la situación, «De una vez por todas debemos poner remedio a esas malas enseñanzas; es preciso botar de aquí a todo forastero que venga sin deseos de apoyar nuestras costumbres; porque nosotros, francamente, somos hijos del pueblo...» (Matto 23). Además de este ejemplo, también se da cuenta de las actitudes modernas de Matto cuando escribe, «¡Ah! Plegue a Dios que algún día, ejercitando su bondad, decrete la extinción de la raza indígena, que después de haber ostentado la grandeza imperial, bebe el lodo del oprobio. ¡Plegue a Dios la extinción, ya que no es posible que recupere su dignidad, ni ejercite sus derechos!» (Matto 8).

En la novela, se puede ver tanto el disgusto por los religiosos como el disgusto por los políticos. La causa principal por esta vista es por la creación de la clase burguesa que dividió la sociedad. Hoy en día la clase burguesa, o la clase media, es la clase más corriente en nuestra sociedad. Sin embargo, en el siglo diecinueve fue una clase muy particular y poco común. Como dice Christopher Dawson, «His very existence was guaranteed by a charter of privileges which constituted the city-commune as a régime d'exception. Thus there was a sharp division of material interests and social culture between the bourgeios and the countryman [...] the distinct feature of the bourgeois culture is its urbanism. It involves the divorce of man from nature and from the life of the earth. It turns the peasant into a minder of machines and the yeoman into a shopkeeper, until ultimately rural life becomes impossible and the very face of nature is changed by the destruction of the countryside and the pollution of the earth and the air and the waters [...] The attitude of the bourgeios [...] is that of the merchant whose relation to his merchandise is external and impersonal. He sees in them only objects of exchange, the value of which is to be measured exclusively in terms of money [...] In other words, his attitude is not qualitative, but quantitative» (Dawson1, 201). La vista que tienen los burguesas está en oposición con la que tienen los cristianos. El genio de los cristianos es uno de amor, mucho como el genio de los evangelios, lo que está contra la vista de la vida y las virtudes económicas. Con esto, es fácil ver que los cristianos son antiburguesas.

Antes del movimiento de la modernidad, la representación tradicional de la religión era algo bello y puro.

«[...] yo he visto en la ciudad seres superiores, llevando la cabeza cubierta de canas, ir en silencio, en medio del misterio, a buscar la pobreza y la orfandad para socorrerla y consolarla; yo he contemplado al sacerdote católico abnegado en el lecho del moribundo; puro ante el altar del sacrificio; lloroso y humilde en la casa de la viuda y del huérfano; le he visto tomar el único pan de su mesa y alargarlo al pobre, privándose él del alimento y alabando a Dios por la merced que le diera...».


(Matto 14)                


Dawson explica el reemplazo de esta iglesia tradicional durante la revolución de la modernidad durante el siglo diecinueve, «[...] state churches and its hereditary aristrocratic hierarchy was swept away and its place was taken by the liberal bourgeois state of the 19th century, which aimed, above all, at industrial prosperity and commercial expansion. The progressive civilization... tended to fall back into social anarchy. The abandonment of the old religious traditions did not bring humanity together in a natural and moral unity, as the eighteenth century philosphers had hoped. On the contrary, it allowed the differences of race and nationality, class and private interest to appear... The progress in wealth and power did nothing to appease these rivalries; rather it added fuel to them... The new economic imperialism [...] was as grasping, as unmoral, and as full of dangers of war [...] hence the rise of a new type of social unrest» (Dawson1, 124).

Matto nota esta inquietud social y no es muy disimulada en atacar y culpar a los religiosos por la corrupción de la sociedad. El ejemplo más claro de esta repudiación de lo tradicional que se presenta en Aves sin nido es el abuso por la parte de los religiosos a las mujeres de la sociedad. John Crow describe que «morality in the Spanish and Portuguese colonies, particularly sexual morality, was generally rather lax even among the priests. Careful supervision of their daily lives was manifestly impossible, and many of them took advantage of this situation to indulge "the lusts of the flesh"» (Crow 213). En Aves sin nido el cura Pascual abusa sexualmente a Marcela y también a doña Petronila, lo que resulta en el amor imposible entre Margarita y Manuel, porque son hermanos.

Lucía nos muestra que despreciaba tanto al sistema religioso cuando dijo, «No, no, ese hombre insulta al sacerdocio católico... ¡Ah! ¡curas de los villorrios!» (Matto 14). De resulta de esto, ella tenía la necesidad de ser una solución al problema, algo que no era un papel tradicional para las mujeres. Lucía se convirtió en un cielo sentimental o un 'nido' donde los indios pueden refugiarse, «¡Tus hijas no son las aves sin nido; ésta es su casa; yo seré su madre...!» (Matto 66). Es posible que con esta idea, Matto quiere indicar indirectamente que las mujeres deben tener una voz política en la comunidad y tal vez un lugar en la iglesia, una idea moderna que totalmente va en contra de los papeles tradicionales. Según Peluffo, Manuel González Prada afirma, «the sentimental alliance between preists and women was one of the main obstacles to the advances of the secular project of modernity. Matto shows that women and priests compete for, rather than collaborate on, the moral safekeeping of the nation» (Peluffo 14). Matto nos muestra esta lucha entre mujeres y religiosos en capítulo dieciséis; «Dios puso a Lucía para que Juan volviese a confiar en la Providencia, arrancada de su corazón por el cura Pascual, el gobernador y el cobrador o cacique, trinidad aterradora que personificaba una sola injusticia» (Matto 47). Es difícil negar que hay una falta de harmonia entre los burguesa y la civilización cristiana. Según Dawson, «The vast progress of material civilization and of man's control over nature in the 19th century was not accompanied by corresponding advance in a spiritual unity. It seemed as though the new powers had outstripped all social control, and that man was becoming the slave of the machinery that he had created. [...] the men of the 19th century used their vast powers to build up the ugly, unhealthy, and disorderly cities of the industrial era, which seem devoid of form or of any common social purpose. [...] intellectual division and consequent failure to achieve spiritual unity... a universe of this kind seems to leave no room for moral values or spiritual forces...» (Dawson2, 218).

La conversión de ideas tradicionales no es el único rasgo de la modernidad en Aves sin nido. También se ve la dicotomía entre el campo y la ciudad. A primera vista uno se ve la ciudad como una manera vieja de la vida, sombreada por el desarrollo del nuevo sistema industrial. Con esta vista, uno se puede ver el campo como una manera natural de la vida llena con la paz, la inocencia y la virtud sencilla. Al contrario, es posible ver la ciudad como una idea de un centro logrado, llena de la enseñanza, la comunicación y la luz. En la novela de Matto, ella presenta el constante choque de ciudad/campo. Primero, el cuento se trata de tres españoles de la ciudad quienes viven en el pueblo de Kíllac. El propósito de Lucía y Fernando Marín y Manuel es vivir vidas civilizadas y ayudar a los indios en el ambiente rural y bárbaro de Perú. Al final de la obra, después de que ponen en libertad a Isidro, Lucía y Fernando regresan a la ciudad, a la «civilización»:


¡Un abrazo, don Fernando!
¡Hasta la vuelta!
¡No se olviden de Kíllac!
¡Dichosos los que se van!
¡Quien se va olvida, y quien se queda llora!


(Matto 154)                


Digo que Manuel es español o de la ciudad, pero en realidad, él mismo es la clave de esta dicotomía porque es una mezcla de la corrupción del campo con su sangre del Padre corrupto y a la misma vez, la educación de la ciudad. Sin embargo, parece que Matto no es muy consistente con sus vistas negativas del campo y las positivas de la ciudad cuando describe a doña Petronila. «Con este conjunto, doña Petronila es el tipo de la serrana de provincia, con su corazón tan bueno como generoso, pues que obsequia a todo el mundo, y derrama lágrimas por todo el que se muere, conózcalo o no. Tipo desconocido en las costas peruanas, donde la elegancia en el vestir y el refinamiento de las costumbres no permiten dar una idea cabal de esta clase de mujeres, que poseen corazón de oro y alma de ángel dentro de un busto de barro mal modelado» (Matto 30). Con este cambio que toma Matto, regreso a la primera vista de lo que representan la ciudad y el campo. En vez de la representación de campo como una manera natural a la vida, también se puede representar un lugar de lentitud, ignorancia y limitación. Igual, en vez de la representación de la ciudad como una idea de un centro logrado, también se puede representar un lugar de ruido y caos. Por ejemplo, en capítulo diez describe el ambiente de los pueblos del campo; «Juzgamos que sólo es variante de aquel salvajismo lo que ocurre en Kíllac, como en todos los pequeños pueblos del interior del Perú, donde la carencia de escuelas, la falta de buena fe en los párrocos y la depravación manifiesta de los pocos que comercian con la ignorancia y la consiguiente sumisión de las masas alejan, cada día más, aquellos pueblos de la verdadera civilización, que, cimentada, agregaría al país secciones importantes con elementos tendentes a su mayor engrandecimiento» (Matto 27). En capítulo trece, se ve otro ejemplo de un rasgo del campo y de la raza indígena, «Rochino, niñay, es el brujo verde que dicen vive en la quebrada de los suspiros, con olor a azufre, y compra las almas para llevarlas a vender en mejor precio en el Manchay puito» (Matto 34).

Otra manera en que vemos el choque de la ciudad y el campo es a través de la ciencia. En muchas ocasiones Matto hace referencias a la tecnología e ideas científicas, las que nos da una vista de la modernidad. El primer rasgo científico que se presenta es la biología. La vemos en la descripción de la muerte de Juan, «Juan cayó traspasado por una bala que, entrándole por el pulmón derecho, salió rompiendo la segunda costilla y rozando el hígado... [...] y sucumbió instantáneamente [...] las gruesas arterias del mediastino» (Matto 52). También vemos la biología cuando Lucía y Fernando hablan de la situación de los indígenas y Fernando describe las causas biológicas que causaron el atraso de ellos.

«Hay algo más, hija -dijo don Fernando-; está probado que el sistema de la alimentación ha degenerado las funciones cerebrales de los indios. Como habrás notado ya, estos desheredados rarísima vez comen carne, y los adelantados de la ciencia moderna nos prueban que la actividad cerebral está en relación de su fuerza nutritiva. Condenado el indio a una alimentación vegetal de las más extravagantes, viviendo de hojas de nabo, habas hervidas y hojas de quinua, sin los albuminoides ni sales orgánicas, su cerebro no tiene dónde tomar los fosfatos y la lecitina sin ningún esfuerzo psíquico; sólo va al engorde cerebral, que lo sume en la noche del pensamiento, haciéndole vivir en idéntico nivel que sus animales de labranza».


(Matto 58)                


Matto también incorpora la ciencia al citar nombres de productos, aparato y doctores famosos, «estaban cosiendo en la máquina 'Davis' [...] un poco de tinte 'Barry' [...] los trabajos del dentista Christian Dam...» (Torres 14). También incluye la tecnología del tren en que viajan los Marín a la ciudad y los avances del equipo, «Y con la energía que distingue a la raza, se practicaron evoluciones de ruedas y chumaceras que, en constante trabajo de dos horas, sacaron el coche encallado, colocando sobre los rieles en disposición de continuar la marcha» (Matto 172).

Otro rasgo de la modernidad basado en la ciencia es la actitud positivista de Lucía y Fernando. Según E. D. Hirsh Jr. el positivismo es, «an approach to philosophy frequently found in the 20th century. Positivists usually hold that all meaningful statements must be either logical inferences or sense descriptions, and usually argue that the statements found in metaphysics, such as "human beings are free" or "human beings are not free" are meaningless because they cannot possibly be verified by the senses» (Hirsh 102). Se puede ver esto cuando Lucía presiente que van a intentar a asesinarla,

«El espíritu, que no duerme y se agita, luchó con la fuerza del presentimiento, ese aviso misterioso de las almas buenas; sacudiendo el organismo de Lucía, la despertó y le inspiró vacilación, temor, duda, todo ese engranaje complicado de sensaciones mixtas que acuden en las noches de insomnio. Lucía sentía aquellos estremecimientos nerviosos, que no alcanzaba a ver ni a explicarse, ante un peligro para ella desconocido, y su pensamiento voló al recuerdo de aquellos ruidos de medianoche...».


(Matto 45)                


La intuición de Lucía aquí es válida porque ella sintió los estremecimientos nerviosos lo que validó a sus pensamientos.

Según la definición, el segundo rasgo de la modernidad es enfocar en la conciencia del individuo. Matto nos muestra esto por los sentimientos de los indios. Ana Peluffo describe una meta de Matto. «One of the aims of Aves sin nido was to prove that Indians were capable of feeling, at a historical period when very few Latin American intellectuals were ready to grant them that humanizing attribute» (Peluffo 6). Peluffo dice que uno puede discutir que «the sugary portrayal of weeping Indians in distress function in the novel as a counter to the positivist depictions of racial otherness that were deeply embedded in the Latin American uncounscious» (Peluffo 5). Vemos ejemplos de estos sentimientos de los indios en capítulo 2 cuando Juan está triste y Marcela llora por causa de su situación. «[...] y siguió su camino, pero, volviendo la cabeza de trecho en trecho, mirando entristecido la choza de la cual se alejaba. [...] Las lágrimas fueron el final de aquella demanda, que dejó entre misterios a Lucía, pues residiendo pocos meses en el lugar, ignoraba las costumbres y no apreciaba en su verdadero punto la fuerza de las cuitas de la pobre mujer, que desde luego despertaba su curiosidad» (Matto 3). También vemos la conciencia de Marcela en capítulo 12 cuando ella va a hablar con el Padre y se enoja con él por sus acusaciones.

Clorinda Matto de Turner muestra una constante lucha de la modernidad y lo tradicional a través del tratamiento de los indios y las mujeres, el cambio de ideas y actitudes de los políticos y religiosos. Para Matto, su novela es una manera de romper la tradición y acabar laS viejas maneras de vida para poder crear lo que llevará la sociedad al futuro. En Aves sin nido, Matto desafía el sistema del gobierno y del político para abrir a la sociedad una oportunidad de mejorarse.






Obras citadas

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