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Ibérica por la libertad

Volumen 2, N.º 5, 15 de mayo de 1954

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IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA se consagra a la España del futuro, a la España liberal que será una amiga y una aliada de los Estados Unidos en el sentido espiritual y no sólo en sentido material.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones al pueblo americano y a los países de Hispano-América. Para aquellos que no son españoles, pero que simpatizan con estas aspiraciones, quedan abiertas así mismo las páginas de IBÉRICA.

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IBÉRICA se publica el día 15 de cada mes, en español y en inglés por Ibérica Publishing Co., Inc., 112 East 19 th St., New York 3, N. Y. Todo el material contenido en esta publicación es propiedad de Ibérica Publishing Co., Inc. y no puede ser reproducido en su integridad. Copyright 1954 Ibérica Publising Co., Inc.

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ArribaAbajoAyer, hoy y pasado mañana

por Ramón Sender1


España es tan diversa y rica en su historia que los españoles tenemos que reducir de vez en cuando el laberinto del pasado a algunas síntesis generales para entendernos. La síntesis más evidente e indiscutible para todos es la de las dos Españas: la castrense y la colonial. Las dos son tan viejas como la memoria humana y tan modernas como este minuto en el que respiramos los dos: tú y yo, lector.

La España castrense nació hace más de veinticinco siglos. La otra, la natural, se pierde en las nebulosas de la prehistoria.

Como todos saben, la península ha sido siempre palenque de guerra. Durante la invasión romana se fueron creando campamentos castrenses en todas partes. Sobre todo en Castilla: castrum, castro, castillo, Castilla. Dos siglos de peleas -antes de Cristo- fueron dando a esos castros una apariencia semi civil y un estado de permanencia contra todas las razones naturales. Aquellos castros tenían interés y valor estratégico, pero no estaban asentados en lugares de riqueza natural. No se fundaron pensando en crear riqueza española sino en destruir riqueza y vidas españolas.

La permanencia de los soldados romanos en aquellos recintos cercados, durante dos o tres o más generaciones iba haciendo que los pelaires, guarnicioneros, panaderos, herreros, sastres acudieran al reclamo del oro y la plata romanos y se quedaran también al socaire de las murallas. Más tarde algunos de esos castros desaparecieron. Otros, no. Las guerras visigóticas de sucesión y luego las de reconquista contra los árabes mantuvieron muchos castros en ejercicio. Durante siglos, también.

Cuando la guerra de reconquista terminó esos castros seguían viviendo por inercia. El castillo en el centro y en lo alto; los artesanos y los pastores alrededor con algunos labradores de magros secarrales. Riqueza natural no la había. Pero el hábito seguía manteniendo la gente pegada a las viejas murallas. Sobre ellas se construyeron capillas, colegiatas, catedrales. En ellas ya no había generales romanos que ordenaban y pagaban los servicios sino un cura que hablaba de resignación y recogía los diezmos y primicias.

No pocas ciudades de esas siguen malviviendo hoy en España, sobre todo en Castilla gracias a la asistencia del Estado que envía regimientos, instala cárceles y oficinas de Hacienda y Gobernación y justicia. La gente pegada a las piedras, como los lagartos, toma el sol y reza. Pero casi siempre reza mecánicamente a un dios cuya significación moral y no digamos filosófica ignora.

La permanencia hoy de esa España es tal vez el mayor problema y el que los abarca todos. Es una España artificial y sin raíces económicas como no sea en el trabajo de la otra, de la España colonial (del latín colonia, cultivo de la tierra). Un español colonial de Málaga o de Barcelona no se entiende fácilmente con el «hidalgo» de Ávila o de Sigüenza. El «colonial» vive de su trabajo. El otro quiere vivir del cuento, del «gesto» o del aire. Y tal vez de la aventura falangista.

Los castros de Castilla siguen hoy a la sombra de los castillos en los que no hay oro ni plata de Roma sino curas que hacen rogativas para que llueva sobre las espigas sedientas o sobre las retorcidas encinas. Como los diezmos no bastan, reciben su sueldo del Estado.

Todos saben que la república fue la declaración de presencia de la España que trabaja, de la España «colonial.» En realidad era esa España la que había hecho todo lo importante en la historia, incluido el descubrimiento y la colonización de América. La España castrense no hacía sino «mantener el tipo», como dicen los actores. En 1936 lo mantuvieron con las armas de Roma y Berlín. Desde entonces todo es hablar de un imperio que no existe y del «gesto», del «desplante» y de la «petulancia» ibérica. De lo que no hablan es de la ruina económica ni de la esterilidad en el campo cultural. Ni del hambre ni del crimen secreto o abierto. Ni tampoco del descrédito exterior. Ni de los monopolios explotados por algunas órdenes religiosas.

Los grandes soldados de nuestra historia fueron sin excepción gente del pueblo. Los escritores que han dado a España leyenda y realidad, también. Y han sido siempre malquistos por la sociedad castrense. Sus esfuerzos para adaptarse a esa España de los castros anacrónicos resultaron inútiles y por una razón u otra casi todos conocieron la persecución y la cárcel. Desde el arcipreste de Hita y San Juan de la Cruz, desde Fray Luis de León y Cervantes a Lope de Vega y Quevedo, sin hablar de los favoritos de la inquisición como los hermanos Valdés, Vives, Miguel Servet y tantos otros.

Más tarde, entre los románticos, si no se suicidaron como Larra y (en la generación siguiente) Ganivet tuvieron que pasar por la emigración o la cárcel. Entre ellos muchos aristócratas liberales como el duque de Rivas y Martínez de la Rosa.

La República representa la victoria de nuestra España natural. Todos los hombres de creación de nuestro tiempo fueron al principio republicanos. Entre ellos naturalmente los escritores. ¿Podía ser de otra manera? Y los que algo representan hoy han conocido igual que sus colegas del siglo XIX o del siglo XVII o del XVI la persecución y la cárcel. En la cárcel o en el exilio o en ambos han estado Unamuno, Baroja, Valle Inclán, Machado, García Lorca (asesinado por sus castrenses carceleros), Miguel Hernández (muerto en la cárcel). Docenas de sacerdotes vascos que ejercían su sacerdocio lejos de los castros, en los valles y las vegas habitados por los trabajadores, fueron fusilados. Algunas altas jerarquías incluido un cardenal de las riberas coloniales de Cataluña, conocieron el exilio y en él murieron. Su delito fue ver la realidad en su verdadera esencia y substancia: una España hecha por el trabajo de los brazos españoles y por su reflexión en los espíritus bajo patrones culturales de territorialidad -y no de imperio- que son los únicos que puede n en definitiva crear una verdadera nación y hasta una nación imperial. (Sin gestos ni desplantes, claro).

No es ninguna casualidad que la república tuvo su capital en Valencia y Barcelona (ciudades coloniales) y la Antiespaña en Burgos y Salamanca, ciudades castrenses. Pero no vale la pena insistir. Cualquier español discrimina a su compatriota como colonial o castrense por su manera de andar, de decir buenos días y hasta de mirar. Nada más fácil.

Actualmente España no existe sino geográficamente. Es un territorio ocupado por diferentes ejércitos bajo el mando de los burgos castrenses. En los viejos castillos medio en ruinas hay alguna que otra ojiva con vidrieras de colores emplomados como en el siglo XV. La España castrense las emplea como reclamo para obtener monedas acuñadas bajo el signo de la libertad. Es decir para atraer turistas extranjeros a los que tiende la mano, pedigüeña.

Pero esa España castrense que estaba inerme y silenciada en 1931 consiguió en 1936 con la ayuda de Hitler y de Mussolini matar un millón de españoles y enviar medio millón más al exilio. Una gran proeza. Ahora goza de su victoria, a falta de otras cosas, con el gesto y las «hechuras» como dicen los gitanos. El resultado de todo esto es que España no es nada en el conjunto de la cultura moderna.

Y sin embargo España podría tener como otras veces en lugar de inspiradora y mentora. Lo tiene con Picasso, Lorca, Falla (víctimas o fugitivos del castro) a pesar de todo. Podría tenerlo en la medida que lo merece, pero para eso sería necesario una síntesis natural después de la tremenda hecatombe de 1936-39 que continúa y continuará mientras uno de los bandos -el castrense- siga con la espada levantada sobre el otro, sobre el de los creadores de riqueza, de bienestar, de arte y de pensamiento. España se estanca y como en la historia nada está en su ser y lo que no avanza retrocede, España retrocede. Su atraso provoca indiferencia desdeñosa o risa. Y eso nos duele igual a todos.

Los generales y obispos que impiden que esa síntesis natural se haga y que España goce del fruto de su dolorosa experiencia son los grandes responsables. Que no se quejen si en un mañana tal vez próximo en lugar de esa síntesis conciliadora lo que viene es otra convulsión más feroz que la de ayer. Esa solución sangrienta será una vez más la obra lamentable de los castrenses. Y la víctima seguirá siendo España.

RAMÓN SENDER


ESPAÑA ACUSADA EN LAS NACIONES UNIDAS

El 26 del pasado mes de abril.

La representante de la Confederación Internacional de Trabajadores Libres, Miss Toni Sender, acusó a España ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas de haber abolido las asociaciones libres de trabajadores reemplazándolas por «la clack del partido de Falange.» Describió los encarcelamientos en masa de trabajadores y las torturas a que son sometidos los jefes obreros y declaró que las Naciones Unidas no pueden permanecer pasivas ante ese régimen de terror y violencias.

A esta protesta se han unido otras dos asociaciones que pertenecen a las Naciones Unidas como organizaciones consultativas: la Federación de Trabajadores Christianos y la Federación Mundial de Trabajadores.


ESPAÑA NO RECONOCERÁ A ISRAEL

El Secretario de la Liga Árabe, Hassouna, ha tenido en Madrid largas conferencias con el general Franco y el Ministro de Asuntos Extranjeros Sr. Martín Artajo. Se dice que en estas conversaciones se ha tratado de un proyecto de autonomía para Marruecos español y que por parte del gobierno español se ha afirmado la decisión de no reconocer a Israel. El Gobierno español -se dice- da la mayor importancia a las relaciones, cada día más estrechas, entre España y el mundo árabe y el reconocimiento de Israel no sería bien recibido por la Liga Árabe. Las conversaciones de Hassouna han continuado en Sevilla con el general García Valiño, Alto Comisario español en Marruecos.




ArribaAbajoSin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


Los tanques americanos no han despertado el entusiasmo entre los madrileños

Se celebró el acostumbrado desfile el 1 de abril, desfile que el régimen franquista brinda todos los años a la población de Madrid en honor a «su victoria de 1939». Algunas semanas antes habían llegado las dos docenas de tanques Patton que los Estados Unidos han regalado al ejército español en cumplimiento del acuerdo militar.

Para muchos de nosotros no ha sido una sorpresa el poco entusiasmo que el desfile ha despertado, pero para los observadores extranjeros ha sido una gran sorpresa. Sólo unos aplausos «muy discretos» recibieron ese homenaje de América a Franco. El paso de Franco mismo, de pie en un coche blindado, aunque descubierto, recogió unos «bravos» de los jóvenes falangistas colocados en la primera fila de espectadores, pero todos y cada uno han observado las miradas llenas de preocupación que Franco dirigía a uno y otro lado, a la manera del viejo actor que no goza ya del favor de su público. El desfile lo cerraban fuerzas de la policía a pie y a caballo y en camiones. Esa policía armada fue silbada durante todo el trayecto hasta su llegada a la tribuna en la que se encontraba Franco; no olvidemos que los estudiantes se batieron contra ella.

La inquietud del caudillo

Personas del círculo del general Franco comentaban después del desfile que la inquietud que reflejaba Franco durante él, se puede observar, desde hace algún tiempo, todos los días. Él, que hasta aquí parecía tan confiado «en su barraca», teme un atentado. Ha redoblado las medidas de seguridad en el Palacio de El Pardo y acaba de cambiar el jefe de su casa militar a quien acusaba de imprudencia e imprevisión con ocasión de sus últimos desplazamientos: ningún general le ha parecido bastante seguro y ha hecho venir de su guarnición de Andalucía a su primo el general Franco Salgado.

El Capitán General de Cataluña, ¿dónde está?

Uno de los síntomas de descomposición de la situación actual, se ha producido en Barcelona el 28 de febrero último. Me pareció tan importante el asunto que no quise dar cuenta en mi información anterior hasta estar debida y ampliamente informado de ello en todos sus detalles.

La mayoría de los grandes movimientos de la política interior española han empezado en Cataluña: fue en Barcelona donde el general Miguel Primo de Rivera, siendo Capitán General de Cataluña, proclamó la dictadura en 1923; fue en Barcelona donde se organizó más firmemente la resistencia al levantamiento militar en 1936 que dio origen a nuestra guerra civil; en Barcelona también, en 1951, se organizó la huelga de trabajadores prohibida por la legislación franquista y que -juntamente con Bilbao- obligó a Franco a modificar su ministerio tres meses más tarde. En la actualidad el Capitán General de Cataluña es el general Bautista Sánchez.

El 27 de febrero llegó a Barcelona el representante del infante D. Juan en España, Conde de los Andes. Es un señor de edad avanzada, alto, buen semblante, buena presentación, que siente por Franco odio y desprecio. Públicamente, sin recatarse, la trata de «usurpador» y lo curioso es que Franco no puede nada contra él, lo que nos parece natural, porque siendo España, como ha quedado establecido en El Fuero de los Españoles, «una monarquía» él tiene que representar quien la personifica y D. Juan ha nombrado al Conde de los Andes «su representante general» cerca de Franco.

El Conde de los Andes había ido a Barcelona para asistir a la misa que había de celebrarse en el aniversario de la muerte de Alfonso XIII. Momentos después de su llegada al Hotel preparó la lista de las personas que deseaba ver y encargó a uno de sus amigos enviara una tarjeta al Capitán General de la región. Fue un gesto de cortesía que había tenido otras veces a su llegada a Barcelona, gesto que no había tenido otras consecuencias que unas «gracias» de la parte del General Bautista Sánchez. Algunas horas más tarde un ayudante del general llamaba por teléfono al Conde de los Andes para rogarle «de parte del Capitán General» pasara a verle cuando quisiera, donde quisiera y el tiempo que quisiera. La entrevista se celebró esa misma tarde.

En la Capitanía General, en ese edificio color de pan tostado que está situado a lo largo del puerto, un ayudante esperaba en el patio «al embajador del rey», le acompañó al primer piso hasta el despacho del general Bautista. Los dos hombres se saludaron con un abrazo cordial -es de advertir que son amigos desde hace más de veinte años.

El general Bautista Sánchez rogó a su visitante que se sentara, éste respondió:

-Mi querido amigo, no quiero que haya entre nosotros ningún equívoco. Si es al amigo a quién Vd. recibe no puedo sentarme mucho tiempo, pues está aquí como representante del rey de España. Si es al representante del rey a quién Vd. recibe le será sin duda difícil de hacerlo, puesto que Vd. es aquí el principal representante del caudillo.

Sin el menor titubeo el general Bautista Sánchez respondió:

-Señor conde, siéntese. Tengo muchas cosas que decirle. En éste momento yo no recibo al amigo, sino al representante del rey de España.

Era imposible el equívoco, el general Bautista Sánchez, Capitán General de Cataluña al servicio de Franco, habló durante más de dos horas del porvenir de España, de su situación internacional, del peligro de la política americana y de las condiciones de la restauración de la monarquía, con el representante del pretendiente al trono de España.

Al día siguiente de la entrevista en Barcelona no había otro tema de conversación, pues el Capitán General, lejos de hacer un secreto de ella, la había hecho publicar en la prensa local con la indicación de que «la inserción era obligatoria...» esto, estimamos nosotros, que fue una medida para el caso que Falange o el Gobernador Civil se hubiesen opuesto.

Cuando el 28 de febrero el Conde de los Andes asistió a la misa que en la iglesia de Sabadell -Sabadell es un barrio de Barcelona- había de celebrarse en memoria de Alfonso XIII, encontró una compañía, enviada por el Capitán General, que le rindió honores reglamentarios que en otros tiempos se rendían sólo al rey de España.

¿Había sido informado Franco del asunto? ¿Le habían pedido la autorización para una manifestación semejante? Franco ignoraba todo. Ninguna autorización había sido pedida ni por el Conde de los Andes ni por el Capitán General Bautista Sánchez. Uno y otro se sentían lo bastante fuertes para obrar sin tener en cuenta el parecer del caudillo.

El viaje de Arburúa

En los medios bancarios de Madrid hemos descubierto algunas razones del viaje del Ministro de Comercio, razones que no tienen nada que ver con las que el ministro ha dado en Washington. Sus dificultades con Mr. Williams, jefe de la Misión Económica. Americana, habían llegado a ser tan serias que ya Arburúa colocaba las trampas bajo los pies de Williams con el caritativo objeto de que fuera llamado a Washington. Mr. Williams tomó la delantera y empezó a halagar al Ministro y a presentarle el gran poder americano, atrayéndole desde el punto de vista de sus negocios como director de Banco -el Sr. Arburúa es director del Banco de Comercio Exterior de España. Una visita a los Estados Unidos podía traerle al Sr. Arburúa buenos negocios. El hecho es que se hizo la paz, que Arburúa ha tenido su invitación oficial y que Williams ha salvado a su vez su situación en Madrid, donde es recibido -por los medios que tienen sed de dólares- como un príncipe de las Mil y una Noches. La España fabulosa tiene aún realidad.

Madrid, mayo 1954.


REPRESALIAS CONTRAPRODUCENTES

Las autoridades españolas han adoptado el acuerdo de prohibir la entrada de los trabajadores a Gibraltar los días festivos. La medida empezó a regir el día 20 de marzo, sábado. Los sábados son días festivos en Gibraltar porque el Arsenal y las dependencias oficiales no trabajan los sábados, pero no son días festivos en España.

Ese día 20, los trabajadores españoles fueron a pasar a Gibraltar, como de costumbre, pero las autoridades españolas de la frontera española se lo impidieron. Al día siguiente, domingo, más de dos mil trabajadores se dirigieron a las 7 de la mañana al domicilio del Sr. Villalta, secretario del Sindicato, obligándole a ir con ellos a la Delegación de Fronteras y pedir que anularan la orden de prohibición de entrar a Gibraltar en días festivos. La gestión no dio resultado y Villalta dijo a los obreros que eran «órdenes que había que cumplir». Los obreros prorrumpieron en gritos: «¡Ladrones!, ¡Ladrones! ¡Estáis destrozando a España! ¡Estáis matando de hambre a los obreros! ¿Esta es la España que queríais hacer...?»

Ante esta actitud de los obreros, el presidente del Sindicato N. Sindicalista, Sr. Galán, se dirigió airado a los trabajadores, pero estos respondieron abofeteándole y golpeándole hasta que llegaron los guardias que hicieron siete detenciones.

La indignación de los trabajadores viene de más lejos. Todos los obreros que trabajan en Gibraltar entregan una cotización semanal a la Mutualidad. La semana anterior a estas manifestaciones, al ir entregando sus cotizaciones, al mismo tiempo, les arrancaban las hojas de las libretas que sirven de justificante a cada trabajador de las cantidades que entrega. Los trabajadores, del pueblo de la Línea (frontera de Gibraltar) deducen de este hecho que los responsables de la Mutualidad tratan de ocultar el desfalco de setecientas mil pesetas cometido en la caja de la Mutualidad, a la que pertenecen Villalta y Moreno Vilches.

Esta información la recogemos de «El Socialista» de Toulouse (Francia).


RELACIONES SECRETAS ENTRE ESPAÑA Y ALEMANIA

A mediados de abril han dado comienzo unas conversaciones entre el Canciller Adenauer y el Sr. Gonzalo, embajador de Franco en Alemania del Oeste. La prensa alemana dio cuenta, el 13 de abril, de haberse celebrado «una larga entrevista» entre ambas personalidades. Nada se ha revelado sobre los temas tratados, pero de fuente fidedigna se sabe que están en trámite el estudio de las bases de relaciones secretas entre los dos países.




ArribaAbajoEl liberalismo español

por D. Miguel de Unamuno


COMENTARIO. Este lo es a unas palabras de Benedetto Croce, nuestro amigo, amigo de España pues que la conoce bien -basta, entre otras cosas, leer La Espagna nella vita italiana durante la Rinascenza-, en su obra, Storia di Europa nel secolo decimo nono. Le ha precedido su Storia d'Italia del 1871 al 1915, en que el más grande pensador de Historia con que hoy cuenta Italia, y no inferior a cualquier otro del mundo civilizado actual, afirmaba su fe en el liberalismo y lo afirmaba en esa perturbada Italia del fajismo donde se trata de ahogar toda libre espontaneidad del espíritu, y ello a nombre de la acción.

El primer capítulo de esta Historia de Europa en el siglo décimo nono se titula: «La religión de la libertad», y la religión de la libertad es lo que llamamos el liberalismo, aquel que, según nuestro Sardá y Salvany y los jesuitas que le jalearon, es pecado, es el gran pecado moderno, la síntesis de todas las herejías surgidas del libre examen del Renacimiento, el erasmiano, y de la Reforma, el luterano. El Renacimiento primero, la Reforma después, la Revolución más tarde dieron fomento y vivacidad a la religión de la libertad, al liberalismo. Y religión porque comporta no ya una mera concepción, sino un sentimiento y una intuición de la realidad de la vida universal de la historia.

El segundo capítulo se titula: «Las fes religiosas opuestas», y en él se encuentra el breve pasaje que voy a comentar, muy brevemente, aquí, y es aquel en que Croce dice: «... y no es sin ironía el hecho de que la nueva postura espiritual recibiese su bautismo donde menos se habría esperado: del país que más que cualquier otro europeo se había quedado cerrado a la filosofía y a la cultura modernas, del país por eminencia medieval y escolástico, clerical y absolutístico, de España, que acuñó entonces el adjetivo liberal con su contrapuesto de servil». Y es esta ironía del hecho histórico y del hecho lingüístico -que son uno mismo- el que vamos a comentar.

Fue, en efecto, España la que acuñó ese término hoy casi universal, de «liberal» -y consiguientemente de «liberalismo»-, y en el sentido que tiene, fue España que hacia 1812, cuando las Cortes de Cádiz, cuando su lucha contra el imperialismo napoleónico, antecedente de la Santa Alianza, imperialismo democrático acaso, pero no liberal, España saludada entonces por los nuevos pueblos europeos como el hogar del liberalismo civil, acuñó ese término liberal, como ha acuñado otros que han pasado a lenguas europeas, tales como pronunciamiento, guerrilla, siesta, junta, desperado (desesperado) y otros muy significativos. Y entre ellos el término «liberal» tiene raíces soterrañas que se entretejen con las de los términos pronunciamiento y guerrilla. Las guerrillas de nuestros populares guerrilleros de la guerra de la Independencia asentaron nuestro castizo liberalismo que late -¡enorme paradoja de la dialéctica histórica!- en el alma de los guerrilleros carlistas, y nuestros pronunciamientos, aun los que parecían tener un sentido más opuesto al sentido liberal, eran liberales. Tan liberales como lo fue aquel gran pronunciamiento de los comuneros de Castilla contra el Habsburgo.

Más de una vez se ha suscitado la vana cuestión de si en España hubo o no Renacimiento, si hubo o no en ella Reforma, como si España hubiese vivido o hubiese podido vivir separada espiritualmente de Europa. De Renacimiento no hablemos por ahora, y en cuanto a Reforma lo que se ha llamado la Contra-Reforma, la de Felipe II, la de Iñigo de Loyola, la de Trento -donde los Españoles dieron el tono-, ¿qué fue sino la otra cara de la Reforma, su complemento dialéctico? Al libre examen reformatorio, al libre examen liberal, respondía aquel famoso tercer grado de la obediencia, la obediencia de juicio, que definía Loyola en su carta definitiva, pero esa obediencia, escuela de mando, ¿no se reduce acaso a ser el alma íntima de un sutil libre examen, padre de restricciones mentales? El jesuitismo español, escuela del libre arbitrismo molinista, opuesto al siervo arbitrio luterano y al predestinianismo calvinista, ¿qué era si no otra raíz del liberalismo? Era la gana española, nuestra enorme gana irracional, frente al racionalismo; era nuestro fuego contra la luz.

Sí que es enorme ironía -enorme, esto es: fuera de norma-, sí que es enormidad irónica que España haya acuñado el término liberal. Pero ello se debe a que el liberalismo, la religión de la libertad surgida del Renacimiento -Cervantes-, de la Reforma -Valdés-, de la Revolución -guerrilleros de la Independencia-, estuvo en España luchando con más ardor recogido que en parte alguna, se debe a que en las entrañas de esta nación, al parecer cerrada a la filosofía y la cultura modernas, por eminencia medieval y escolástica, clerical y absolutística, latía un pueblo profundamente liberal y nada servil, latía un pueblo con enormes ganas de libertades civiles y religiosas, un pueblo poco a nada escolástico. Y lo que ahora, en estos nuestros días macizos, se ha revelado no ha sido sino la revelación del alma eterna española. Y a ello, a esta trágica y a la vez cómica -en la tierra de Don Quijote la tragedia es cómica- ironía, que ha hecho que en dialéctica histórica haya sido España la acuñadora del liberalismo.




ArribaAbajoEl proceso de Vitoria y los Derechos Humanos

por Jesús de Galíndez


El 25 de marzo pasado, el Cónsul norteamericano en Bilbao llegó a la ciudad vasca de Vitoria; iba acompañado de los cónsules de Inglaterra y de Cuba, y allí se les unió el cónsul de Francia en San Sebastián. Su propósito era asistir como observadores a un juicio político-criminal que ese día comenzaba en la Audiencia Provincial. Pero la policía de Franco les impidió el acceso y les forzó a guardar turno en la cola de espectadores; una cola que nunca logró penetrar en el recinto, porque sus primeros lugares habían sido ocupados previamente por falangistas y policías vestidos de paisano.

¿Por qué esa curiosidad diplomática? ¿Por qué esas precauciones policíacas? El periódico The New York Times consiguió tener a su corresponsal en la sala del juicio desde las primeras horas, y ha cubierto bastante bien sus peripecias; como anteriormente cubrió los hechos causales, allá en la primavera de 1951.

Era la época en que el régimen franquista se debilitaba rápidamente; y la oposición clandestina decidió demostrar al Gobierno de Estados Unidos que estaba suficientemente organizada como para ofrecer la alternativa que pedía el Secretario de Estado Acheson en su famosa carta al senador Connally. Su demostración comenzó en la ciudad de Barcelona, con ocasión de un aumento en la tarifa de los tranvías; la población entera boicoteó los transportes oficiales, en una extraña huelga que días después se transformaba en general. El movimiento se repitió en el País Vasco, donde por 48 horas se mantuvo otra huelga general en perfecta disciplina y paz. Y poco después Madrid secundaba el movimiento en otro gesto simbólico.

Fue una huelga de repercusiones mundiales. Patronos y obreros habían colaborado en ella, ni un solo incidente perturbó el orden público. La oposición demostró que la alternativa al régimen franquista existía. Y fue la única huelga jamás ocurrida bajo una dictadura fascista.

Pero coincidió con el cambio en la política norteamericana. La estrategia global del Pentágono se impuso sobre las repugnancias políticas del Presidente Truman y su Departamento de Estado. Pocas semanas después de producirse la demostración, llegaba a Madrid el almirante Sherman y se iniciaban las negociaciones que han concluido en el Pacto militar-económico entre Washington y Madrid. El dictador Franco fue revitalizado; y el proceso de Vitoria ha pretendido ser el latigazo que dome la rebeldía de la oposición.

La policía franquista había sido incapaz de dominar un movimiento tan generalizado, y las detenciones masivas de manifestantes no sirvieron para identificar los dirigentes. Pero en Vitoria contaban con antecedentes que permitían individualizar la represión. Porque el año 1946 se había producido en aquella ciudad otra pequeña demostración pacífica, cuando varios profesores extranjeros acudieron a conmemorar el cuarto centenario de la muerte de Francisco de Vitoria, fundador del Derecho Internacional el año 1532 en su famosa «Relectio de Indis»; desde entonces yacía dormido en los archivos policiales un proceso contra 16 ciudadanos acusados de haber repartido hojas de protesta contra la dictadura franquista entre los delegados extranjeros.

1946 no era el año más a propósito para sancionar estas manifestaciones; pero desde 1951 ha cambiado el ambiente. Y esos 16 ciudadanos de Vitoria fueron detenidos y acusados como dirigentes de una huelga en la que intervinieron muchos millares. Confinamiento solitario, palizas y torturas se utilizaron para arrancar «confesiones». Y aún así y todo el proceso se dilató por tres años; tres años en que sucedieron muchas cosas.

Hace dos, el 4 de febrero de 1952, calificó los hechos el acusador fiscal. Voy a extractar párrafos tomados de sus propias palabras escritas. Los inculpados fueron acusados de tres delitos: 1) Asociación ilícita: «Existía en Vitoria, desde hace algún tiempo (que no puede ser precisado exactamente) una junta del Partido Nacionalista Vasco que tenía como fin la organización y la propaganda, en relación con las provincias de Vizcaya y de Guipúzcoa ... Desde mediados del año 1946, por otra parte, se notó la presencia en Vitoria de elementos de la organización "Solidaridad de Trabajadores Vascos" ... "El acusado N.M.V. figura igualmente como agente de enlace de los antiguos elementos de la U.G.T. y socialistas de Vitoria con la susodicha junta del Partido Nacionalista ..." 2) Propaganda ilegal: "... les fue remitida una máquina multicopista con la cual lanzaron numerosas hojas clandestinas de propaganda ... A más de los relativos a la huelga ... se les ocupó diversos documentos y manifiestos de tipo nacionalista ... un cliché cuyo texto correspondía exactamente a un artículo aparecido en el periódico "Paris-Presse-L'Intransigeant" ... un artículo titulado «El clero vasco protesta contra la miseria del pueblo y la injusticia" de "Egiz" (órgano clandestino de los sacerdotes vascos)... folletos clandestinos de "O.P.E." y "Euzkadi" ...2 -Y 3) Huelga sediciosa: "En el mes de abril de 1951 ...se convino fijar en principio la fecha de la huelga en Vitoria ... La huelga así preparada en Vitoria produjo sus primeros efectos el 2 de mayo ... día en que la huelga de brazos caídos fue declarada en la Manufactura Aranguiz, en la fábrica de Armentia y Correa, así como en los talleres de la Empresa de alambre de Teodoro de Aguirre, uno de los cuyos patronos es precisamente el acusado J.A.B.... el día 4, a las ocho de la mañana, varias otras empresas se declararon en huelgas, y la mayor parte de los obreros de nuestra ciudad dejaron de trabajar, incluso los de la construcción, y se puede decir que el paro del trabajo fue casi total ... Ese día, ante la gravedad de la huelga, las autoridades solicitaron la ayuda de la Policía Armada ... El día 7 la huelga proseguía, y los panaderos amenazaban con sumarse a ella, dejando la población sin pan ... El 60% de los 9.450 obreros de Vitoria estaban en huelga ..."»

La acusación fiscal, a más de presentar una descripción perfecta de la generalidad y orden de la demostración, ofrecía la mejor prueba de la monstruosidad jurídico-política de la persecución. El propio fiscal estaba declarando que los procesados eran culpables de tres hechos universalmente reconocidos como derechos humanos básicos: el derecho de libre asociación, el derecho de libre expresión del pensamiento, y el derecho de huelga pacífica. Al mismo tiempo estaba proclamando que todos los acusados eran anticomunistas, y salvo uno eran además católicos activos en organizaciones cristiano-demócratas (el Partido Nacionalista Vasco y la Solidaridad de Trabajadores Vascos).

En su virtud, y cumpliendo instrucciones del Gobierno Vasco en exilio con sede en París, yo mismo presenté un documento ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas; en él hacía notar que la acusación fiscal violaba abiertamente la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada en París el año 1948. Sabíamos que la Comisión no tiene poderes para hacer cumplir la Declaración, pero esperábamos que la publicidad dada a la acusación fiscal podría ayudar a los acusados.

En efecto, pocas semanas después y aprovechando un decreto de amnistía política parcial dictada por Franco con motivo del Congreso Eucarístico de Barcelona, el Presidente de la Audiencia de Vitoria ordenó la libertad provisional de los procesados.

Pero el actual Gobierno español no podía tolerarlo, necesitaba una represión que sirviera de escarmiento a las fuerzas de la oposición. Meses después llegaron a Vitoria órdenes tajantes de seguir adelante el proceso. Primero se resucitó el pendiente desde 1946, y el 25 de abril de 1953 se condenó a todos los acusados menos tres a varias sentencias de prisión. Además, y utilizando como pretexto que había concedido demasiada libertad de expresión a los abogados defensores, el Presidente de la Audiencia de Vitoria fue destituido. Y ahora, tres años después de la huelga, se ha visto el segundo proceso principal.

Naturalmente este juicio en sí mismo descubría muchas falacias del régimen franquista. Descubría que 15 años después de ganar la guerra civil y nueve años después de la derrota del fascismo, en España sigue existiendo una dictadura totalitaria que no permite el menor derecho de discrepancia política, que califica de crímenes gravísimos la asociación y la propaganda pacífica, y que considera como delito de sedición toda huelga; y al mismo tiempo estaba mostrando que existe una oposición tan generalizada y disciplinada que puede manifestarse tal como lo hizo en 1951.

No es extraño, pues, que la policía de Vitoria intentara impedir la presencia de los cónsules de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Cuba; aunque finalmente no pudo impedirlo. Franco hubiera preferido un juicio secreto, del que no hubiera transcendido ni la verdad de los hechos, ni la calidad personal de los acusados. Es cierto que todos ellos menos tres han sido condenados por segunda vez a penas que llegan hasta seis años de prisión; pero a nadie ha podido engañar la dictadura.

No es necesario entrar en detalles del juicio. Quizás lo más destacado fue la imprecación de uno de los abogados defensores, cuando se extrañó de que en el banquillo de los acusados no estuvieran los millares de obreros y patronos que según el propio fiscal habían participado en la huelga general. Lo importante es el mero hecho del proceso y de las condenas.

En la España actual, en 1954, son considerados como delitos y sancionados hechos que las Naciones Unidas han proclamado como derechos humanos básicos.

Es el régimen con quien los Estados Unidos han firmado un pacto militar para oponerse a la agresión comunista. ¿Qué diferencia hay entre una y otra dictadura? Los únicos aliados posibles del mundo libre estaban representados en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Vitoria. Hombres anticomunistas, y católicos; que en la II Guerra Mundial ayudaron a los aliados, que en 1945 tenían puesta toda su fe en los Estados Unidos, y que nunca han vacilado en oponerse a todo régimen totalitario de la derecha o de la izquierda.

Franco ha pretendido aplastar con la condena de esos hombres el espíritu de la resistencia. Pero su condena es precisamente una injusticia más que reclama por reparación. El dilema de España no es entre Franco y el comunismo; sino entre libertad y dictadura, entre democracia y totalitarismo.

Estados Unidos proclama luchar por un mundo libre. Los procesados de Vitoria, y los millares de hombres que fueron a la huelga general de 1951, aspiran justamente a la misma libertad de que gozan los ciudadanos de Estados Unidos. Esos son aliados a fiar; nunca Franco, Falange y su aparato represivo.

Porque todos luchamos por un mundo libre; pero un mundo que sea libre para todos, para todos.

JESÚS DE GALÍNDEZ




ArribaAbajoLas profecías de Bertrand Russell

por Antonio Espina2


En 1920 un escritor inglés visitó Rusia. Daba entonces sus primeros pasos el régimen soviético. Durante varios meses recorrió el escritor distintas regiones de Rusia; las industriales, donde comenzaba a ponerse en práctica el primer plan quinquenal y las puramente agrícolas, donde se ensayaba el sistema de las granjas colectivas. Vivió en Leningrado y en Moscú y trató a los principales personajes del estado soviético en aquellos días, sobre todo a Lenin, Trotsky y a Gorki.

Producto de su viaje y de su estancia en la Unión Soviética fue un libro La práctica y la teoría del bolchevismo. Bertrand Russell había de obtener andando el tiempo el premio Nobel de literatura más que por una obra literaria propiamente dicha, es decir de inventiva en el terreno de la fantasía creadora, por su labor filosófica. Ensayista a la moderna, Russell comenta en críticos aspectos y problemas vitales, además de cultivar su especialidad de filosofía matemática.

Rico en observaciones y en ideas La práctica y la teoría del bolchevismo ofrece gran interés para el lector de hoy por muchos motivos entre los cuales y no el menor figura el contenido profético del libro. La Rusia de aquellos años se debatía entre la eliminación de muchas formas persistentes del viejo estado, la liquidación de la guerra civil y la resistencia del pueblo ruso a la imposición de la camisa de fuerza que comenzaba a aplicarles el nuevo régimen.

Los dos grandes centros políticos de este eran, en 1920, Moscú y Leningrado. Pocos años más tarde no hubo más centro, más bulbo de aquel estado fuertemente centralista que Moscú la vieja capital del imperio de los zares hasta Pedro el Grande, quien en 1711 instaló la capital en Petersburgo. Con Stalin, Moscú volvió a ser cabeza nacional de todas las Rusias.

Stalin al revés que Lenin siempre tuvo antipatía por Petersburgo, tal vez por ser esta la ciudad más europea de Rusia. Después de la muerte de Lenin y ya bautizada Petersburgo con el nombre de Leningrado en homenaje a Vladimir Illich, creador del bolchevismo, José Stalin se apresuró a elegir a Moscú como sede de la nueva autocracia que él encarnaba.

Como símbolo del espíritu soviético no cabe duda de que la fortaleza medieval entre bizantina y tártara del Kremlin es más adecuada que el Palacio de Invierno de Petersburgo, cuya traza dieciochesca, afrancesada expresa bien -lo mismo que gran parte de las construcciones de la ciudad del Neva- el afán europeizante no sólo de Pedro el Grande y de Catalina II, sino de todos los Romanof que les sucedieron. (Autócratas fueron también estos pero no opusieron ningún telón de hierro a los estilos ni a los hombres de occidente).

Al contrario, procuraron atraerse ideas y figuras de la Europa latina y de la Europa anglosajona. El máximo ejemplo lo dan la emperatriz Catalina con su amistad por Voltaire y toda la alta sociedad rusa desviviéndose por conocer, manejar y asimilarse las fórmulas de la cultura francesa y por imitar las costumbres -voluptuosidad, tolerancia, escepticismo, sentido hedonista de la vida y propensión intelectual- de las clases elevadas no ya de Francia sino de París. Claro está que semejante infiltración exótica no caló a fondo ni podía ocurrir así. El alma rusa permaneció intacta. Tal vez porque sabían muy bien que esto había de suceder se permitían esas licencias, esas coqueterías con el mundo occidental los personajes de la Corte.

Bertrand Russell estudió a Rusia en un momento de tránsito. En un momento de estupor más bien. La revolución integralmente marxista había triunfado y en un país como Rusia, gran potencia tradicional en donde el experimento marxista suponía consecuencias enormes para el mundo entero. Hay que tener en cuenta por otra parte que Bertrand Russell no fue nunca un defensor incondicional del sistema capitalista. Creía entonces y sigue creyendo que ese régimen debe rectificarse en consonancia con las necesidades de la sociedad moderna e incluso admite la incorporación a las legislaciones de los países democráticos muchas modalidades económico-sociales del marxismo. No aquellas, distingue, que lesionen o destruyan la herencia de civilización y de tolerancia, valor el más precioso porque es la base de la libertad.

La mirada que el pensador inglés dirigió hace treinta y cuatro años a la Rusia soviética recién nacida y a sus hombres es tan objetiva y exenta de pasión que no oculta algunos aspectos favorables del cuadro que contempla. Es decir, comienza por conceder al nuevo régimen un crédito de confianza generoso y admitir incluso el punto de vista de los flamantes dirigentes de la URSS en muchas cuestiones. «Es posible, escribe, que en Rusia los métodos de fuerza sean en cierto modo inevitables, pues se trata de un país que requiere una disciplina férrea sin la cual nada funciona.»

Advierte que Lenin desea ante todo una rápida industrialización del país y que los medios que puede aplicar con eficacia se reducen a uno: la fuerza. Pero enseguida estudia el observador al nuevo régimen como experiencia política y dice: «el comunismo significa un peligroso retroceso y desde este ángulo histórico camina hacia un fracaso inevitable». Por lo pronto el sistema soviético trae consigo, e instala con descaro ante los ojos del mundo, la rehabilitación de procedimientos bárbaros, la deificación del autócratam -no a la manera de los antiguos zares, que venía a ser una deificación de precepto, sino la deificación terrenal que redunda puro fetichismo, estímulo de superstición en el alma del pueblo- la fanatización y la esclavitud de las masas, el aislamiento de todo un tipo de vida, de acción y de pensamiento y el impunismo en los crímenes de estado. Y este paso atrás lo es no sólo con respecto a la marcha general de los pueblos europeos sino con relación al avance de la propia Rusia.

En otro pasaje de La práctica y la teoría del bolchevismo se acentúan las dotes proféticas del autor. Russell prevé la influencia que el comunismo ejercería en Asia y la inevitable sovietización de China. He aquí sus palabras: «Toda Asia se halla abierta a las ambiciones bolcheviques. Toda ella es campo virgen para elevar su economía elemental en estructuras potentes. En China la absorción será fácil. La expansión bolchevique en Asia y en Europa es el movimiento natural de su desarrollo, es el ir colocando cada vez más allá sus murallas. Una política, la de revoluciones en los países del occidente europeo y la de invasiones más o menos disimuladas en los pueblos asiáticos; pueden ponerse en práctica para lograr el mismo fin.»

Como se ve las reflexiones anotadas por el filósofo inglés hace más de treinta años conservan todo su valor en nuestros días; la última ha quedado confirmada por los sucesos sobrevenidos en el mundo desde 1945. Claro es que Bertrand Russell no podía sospechar en 1920 la segunda guerra mundial ya que la Alemania hitleriana aún tardaría varios años en producirse y el hecho fascista de Italia se tenía entonces como un fenómeno local mediterráneo.

El peligro mayor quedó señalado. Fue tan valedero después para el fascismo como entonces y ahora -ahora más que nunca- respecto al comunismo; estriba ese peligro en la coexistencia de un estado totalitario con una técnica gigantescamente desarrollada; es decir, la asociación del espíritu bárbaro con la ciencia moderna.

Otra profecía de Bertrand Russell es la de la rivalidad -que allá por el año 20 nadie vislumbraba- de la Unión Soviética con los Estados Unidos: «Si la Rusia no encuentra freno en el exterior dentro de algunos años se constituirá no sólo en rival de la potencia norteamericana siempre creciente, sino en un peligro universal».

A la vista de los acontecimientos sucesivos tenemos derecho a pensar los hombres de hoy que ese freno que no encontraron el bolchevismo ni el fascismo cuando era fácil echarlo es el que ahora cuesta tanto trabajo y sacrificios y zozobras hacer funcionar. Pero entonces en aquellos años felices de 1920 a 1933, las grandes democracias dormitaban apaciblemente a la sombra de la Sociedad de Naciones. Menos mal que según parece la terrible lección no ha sido inútil.

ANTONIO ESPINA


EL FRACASO DE ALBURÚA

La propuesta de ayuda económica de los Estados Unidos a España para el año fiscal 1955, no ha satisfecho a aquel país. Según un telegrama publicado en el New York Times -6 de mayo- los Estados Unidos concederán a España en el año 1955, menos de la mitad de la cantidad concedida en el año actual 1954.

Después de la campaña de prensa española anterior a la visita del Sr. Alburúa a los Estados Unidos, pidiendo 400 millones de dólares anuales, la semana misma en que se realizaba la visita del Ministro de Economía a Washington, la misma prensa decía que «en su visita el Sr. Alburúa se había limitado a exponer la situación económica de España sin pedir nada específicamente.»

La actitud del gobierno español sobre la ayuda económica y militar de los Estados Unidos, ha sido definida por una personalidad oficial en estos términos: «La reducción de la ayuda de los Estados Unidos a España para el año fiscal 1955, está en contraste con la decisiva y enérgica actitud adoptada en la conferencia de Ginebra por aquel país. No se puede negar que hay un sentimiento de alarma ante el peligro de una ruptura de hostilidades. Por eso es muy difícil de comprender esa reducción de los créditos a España, cuya cooperación sería más importante en el caso de que se presentara cualquier eventualidad desagradable».


ESPAÑA NO IMPORTA FERTILIZANTES

Un telegrama de Frankfort, de 18 de abril, informa que la exportación de materias fertilizantes ha continuado en aumento, en más de un 50 %, para los Estados Unidos. En contraste con este aumento está el descenso de ventas para muchos países de Europa. España no ha importado nada, lo que es inexplicable habiendo hecho compras de esos nitratos el año 1952 y dado el estado precario de su agricultura.






ArribaAbajoEditorial

Apostillas a un editorial


Quienes siguen con interés los síntomas de alteraciones de la aparente vida pacífica de España, síntomas a veces confusos, contradictorios a veces, han anotado las manifestaciones contenidas en el editorial del órgano de Acción Católica «YA», del día 1 de abril, día que los franquistas marcan y celebran como día de «su victoria». El editorial a que hacemos referencia, entre alabanza y alabanza al jefe del Estado, insertaba estas frases: «Ahora que la victoria está claramente establecida se trata de unir los vencedores y los vencidos... Franco ha dictado leyes en plena guerra para el futuro de la patria se trata de preparar ahora los días de mañana... Quince años son largos en la vida de un hombre... Hay que preparar la juventud para un futuro fundado en los grandes ideales religiosos y patrióticos... etc. etc.»

El editorial ha corrido de mano en mano, ha sido comentado y se le ha dado interpretaciones diversas. Evidentemente conociendo algo más que las apariencias de la vida española, el editorial provoca y merece comentarios. Se ha visto en él una advertencia al general Franco sobre la necesidad de preparar su sucesor, se ha visto una respuesta a los ataques que Falange lanzó contra la Democracia Cristiana unas semanas antes, se ha visto en él un desacuerdo entre Acción Católica y algunas autoridades del régimen. En fin, han circulado especies muy diversas y no desprovistas de orientación realista. Cierto que el ministro Sr. Fernández Cuesta, Secretario general de Falange, unas semanas antes, en Valladolid, acusó de traición a la Democracia Cristiana, y a través de sus palabras se ha querido ver que, en realidad, el ataque iba dirigido contra dos ministros de Acción Católica, contra el Sr. Martín Artajo, ministro de Negocios Extranjeros y contra el Sr. Ruiz Jiménez, ministro de Educación. Cierto también que la iglesia Católica española trabaja por la instauración de la monarquía como sucesora de Franco. Sin embargo, la advertencia a Franco para que prepare su sucesión vendrá de otro lado, aunque pueda estar en conexión con Acción Católica; tampoco nos parece el editorial en cuestión respuesta adecuada a los ataques que se le han dirigido.

Falange no es católica, la ideología del falangismo, como la del nazismo, como la del fascismo, sus dos antecedentes generadores, no tiene un punto de tangencia con el catolicismo. Han sido las autoridades eclesiásticas de España las que han formulado protestas contra la miseria de los trabajadores de la España actual, no ha sido Falange, la que estaba obligada a hacerlo por tener en sus manos la dirección de los sindicatos; las mismas autoridades son las que se han sentido alarmadas por la disminución de las prácticas religiosas del pueblo español y por la disminución, creciente cada año, del número de los seminaristas que se preparan para sacerdotes, porque «la vida actual de España -dicen- no ofrece ningún porvenir social ni material a los que nos inclinamos a seguir la carrera eclesiástica».

El editorial señala síntomas graves. La iglesia está en pugna desde hace tiempo con el franquismo, pugna a la que se le puso sordina ante la perspectiva de la firma del Concordato, pero que podremos apreciar más pujante en un futuro próximo. El editorial del órgano de Acción Católica es una manifestación de la lucha entablada en España entre la iglesia y el franquismo, lucha secular entre dos poderes absolutistas y rivales que, bajo una u otra forma, y en las diversas circunstancias en que la historia los ha unido, siempre han comenzado apoyándose y han terminado siempre destruyéndose.


OTRO PERIODISTA FRANCÉS EXPULSADO

Pierre Bonardi, colaborador de «Maroc-Presse» de Casablanca y de la prensa española, ha sido expulsado de España el 1 de este mes. A su paso por la frontera ha manifestado que desconocía las causas de su expulsión. Es el segundo periodista francés expulsado de España en seis meses. Nuestros lectores recordarán que en el mes de noviembre último fue expulsado de España nuestro colaborador Jean Creach. El caso de Pierre Bonardi no tiene semejanza con el de nuestro colaborador. Pierre Bonardi era un refugiado francés en la España franquista. Allí se refugió antes de la liberación de Francia. Sus campañas en el semanario francés «Gringoire» contra los republicanos es pañoles le hicieron temer sanciones después de la liberación y en España ha vivido refugiado desde entonces. La embajada francesa en Madrid no ha hecho la menor gestión en este caso, es decir, no ha recibido instrucciones en este sentido, mientras que en el caso de Jean Creach intervino el Gobierno francés rápida y eficazmente y expulsó, como medida de represalia, al periodista español Pedro Rocamora, que venía haciendo una campaña antifrancesa en la prensa española desde hacía mucho tiempo.


PROTESTAS CONTRA GESTIONES DEL SR. ARBURÚA

El 14 del pasado mes de abril, iniciada por el Sr. Norman Thomas, en su calidad de Presidente de honor de IBÉRICA, fue formulada una protesta al Presidente Eisenhower, en solicitud de que no fuera concedida nueva ayuda económica al gobierno de España hasta que no se dieran las garantías mínimas de libertad al pueblo español.

Esta protesta se hizo con motivo de la visita a los Estados Unidos del Sr. Arburúa, ministro de Comercio de España. Visita, que según manifestaciones de la prensa española, tenía por objeto «solicitar 400 millones más para ayuda económica», demanda fundada en «un trato de igualdad con los otros países que luchan por un mundo libre». La protesta fue enviada por telegrama, cuyo texto traducido insertamos a continuación:

«Todos los americanos amantes de la libertad están indignados por los relatos que llegan hasta ellos de las continuas persecuciones en España contra trabajadores que luchan por la libertad de asociación y contra protestantes que desean la libertad religiosa. Es intolerable que a los contribuyentes americanos se les pida más ayuda para sostener un gobierno culpable de esas persecuciones. El gobierno le Franco hace patente su desprecio a las leyes universales humanas que amparan la libertad religiosa y a libertad de asociación afirmando su intolerancia y condenando en consejos de guerra a trabajadores -entre ellos católicos- que sólo desean esas libertades. Pedimos respetuosamente a V. E. le sea negada al Sr. Arburúa la petición de nueva ayuda económica hasta que sean dadas las garantías mínimas de libertad al pueblo español.»

ROBERT J. ALEXANDER, Professor of Economics, Rutgers University.

ROGER BALDWIN, Chairman, Board of Directors, International League for the Rights of Man.

MR. VAN WYCK BROOKS, Distinguished U.S. author.

DR. ZECHARIAH CHAFFEE, Harvard University.

DR. HENRY HITT CRANE, Central Methodist Church, Detroit, Michigan.

MR. HUGO ERNST, General President Hotel and Restaurant Employees and Bartenders International Union of the A.F. of L., Cincinnati, Ohio.

DR. HARRY EMERSON FOSDICK, Pastor Emeritus, Riverside Church, N. Y.

MISS FRANCES R. GRANT, Executive Secretary, Inter-American Association for Democracy and Freedom.

DR. DONALD HARRINGTON, The Community Church, New York, N. Y.

RABBI EDWARD E. KLEIN, Stephen Wise Free Synagogue, New York, N. Y.

DR. JOHN A. MACKAY, Princeton, N. J.

BILL MAULDIN, National Chairman, MICKEY LEVINE, Vice-Chairman, American Veterans' Committee.

DR. REINHOLD NIEBUHR, Dean, Union Theological Seminary.

BISHOP G. BROMLEY OXNAM, Methodist Church, Washington, D. C.

DEAN JAMES A. PIKE, Cathedral of St. John the Divine, New York, N. Y.

A. PHILIP RANDOLPH, National President, Brotherhood of Sleeping Car Porters.

DEAN FRANCIS B. SAYRE, JR., Washington Cathedral. ARTHUR M. SCHLESINGER, JR., Harvard University.

DR. STANLEY I. STUBER, New York, N. Y.

NORMAN THOMAS


PROTESTA DEL C.I.O.

La Confederación de Organizaciones Industriales, (C.I.O.) dirigió, el 9 del pasado abril al Secretario de F.O.A., Mr. Harold Stassen, el telegrama que insertamos a continuación traducido del inglés:

«El ministro español de comercio, Sr. Arburúa, se encuentra aquí y solicita una nueva y considerable ayuda económica para su gobierno. Antes de que pueda comprometer alguna promesa, C.I.O. solicita urgentemente rechace dicha petición hasta que el gobierno español dé garantías suficientes en el dominio sindical. A los trabajadores españoles se les niega los derechos elementales de organización, estamos indignados por las sentencias impuestas sólo por el simple hecho de intentar los trabajadores españoles organizar libremente sus asociaciones en este momento. Miembros de la "Federación De Trabajadores Católicos Vascos" han sido perseguidos y juzgados y muchos de ellos condenados a penas de larga duración por intentar organizarse y declararse en huelga. Protestamos de que se emplee el dinero de nuestras contribuciones, ganado por los obreros americanos, para sostener un gobierno extranjero que niega a sus trabajadores el derecho mínimo de organizarse libremente.»

Firmado
JAMES B. CAREY
Secretary-Treasurer
Congress of Industrial Organizations




ArribaResumen de noticias

de nuestro corresponsal en Madrid


Cuando Franco mendiga dólares...

Cuando Alburúa, nuestro ministro de Comercio, marchó a Washington, en las altas esferas falangistas se declaró: que «el ministro iba, en fin, a recoger los beneficios de la política anticomunista de España, y que los Estados Unidos estaban decididos a darle los dólares a que ella tenía derecho por su cruzada». En un discurso que hizo en esos momentos el Sr. Arburúa declaró que España tenía necesidad, no de 85 millones de dólares como se había convenido en el mes de septiembre de 1953, sino de unos 400 millones cada año.

Los grandes banqueros e industriales de Madrid, de Barcelona y de Bilbao sostuvieron a Alburúa en esa posición para que obtuviera dólares, no solamente para España, sino para los negocios de cada uno de ellos. Uno de los hombres más activos en esta gestión fue D. Miguel Mateu: personalidad de gran posición, antiguo alcalde de Barcelona, antiguo embajador de España en París bajo el régimen de Franco, propietario de todo el comercio de hierro en Cataluña y el propietario de un viejo periódico de Barcelona, «El Diario de Barcelona». El Sr. Mateu es, probablemente hoy, el catalán que goza de más crédito en Barcelona en todos los medios políticos, hubiera podido tener una acción determinante en la evolución del franquismo: amigo de Franco y -dice él- amigo de D. Juan. Estaba considerado hasta estos últimos meses como uno de los hombres que hubiese podido formar parte de un ministerio de transición. Pero la preocupación de sus intereses materiales le ha hecho entregarse atado de pies y manos al franquismo: Franco le ha nombrado consejero del Banco de España. A partir de ese día D. Miguel considera que todo está bien abajo el Régimen y evita todo contacto con aquel los que, a su juicio, puedan comprometerle ante los ojos de Franco: los catalanistas como los monárquicos auténticos consideran que ha traicionado los objetivos de ambos.

Pero volvamos al viaje del Sr. Arburúa. A su vuelta a Madrid ha declarado que «se darán facilidades a los industriales americanos que deseen montar negocios en el territorio español». En los medios próximos al Sr. Arburúa se dice que esta aceptación de industrias americanas en España es lo contrario de la política seguida hasta aquí por el régimen franquista en materia de importación de capitales, pero que no había otro medio para llegar a conseguir que la banca privada americana aceptara sostener la economía española. Se añade que la acogida dispensada por el Sr. Stassen a Arburúa ha sido «personalmente cordial, pero administrativamente fría». Desde este punto de vista el viaje del ministro ha sido considerado «un fracaso». Ciertos negocios privados se beneficiarán, pero no el Régimen, que se encontrará privado de dólares como medio de presión política.

Un espía nazi está colocado en la dirección de ABC

Desde últimos de abril el director del ABC -el periódico que trataba de aparecer como opuesta al franquismo- es Luis Calvo, su crítico dramático. Había sido nombrado director al final del año 1953 reemplazando a Luca de Tena, el hijo del marqués de Luca de Tena, uno y otro auténticamente adversarios del franquismo. La independencia de D. Torcuato le había valido ser destruido.

La persona designada para reemplazarle no se había atrevido hasta ahora a ocupar su sitio, y decía a quien quería oírlo, que «nunca cometería esa acción a la familia Luca de Tena que le pagaba desde hacía veinticinco años». La «acción» la ha cometido y Falange se ha apuntado un tanto importante a su favor, por las razones siguientes: Juan Aparicio había jurado obtener la destitución del joven Luca de Tena, a quien odia sinceramente y sobre todo a quien desprecia, y que lo dice. Así, con ocasión de la llegada de la División Azul, Torcuato se hizo enviar a Stamboul como enviado especial del ABC, el placer del viaje le arrastró por encima del ridículo de firmar artículos como «enviado especial» en un periódico del que había sido director. Este viaje, decidido sin el acuerdo de Aparicio, le puso furioso: hizo suprimir ciertos artículos de Torcuato, rechazó otros que debían ser publicados como editorial, al final del periódico y, en fin, exigió a Luis Calvo que tomara efectivamente la dirección del periódico. Lo que hizo Calvo. No podía rehusar, pues Falange posee documentos comprometedores para Calvo. No solamente existen fichas policíacas de él, donde aparece comprometido con personas muy ligeras, sino que Falange posee pruebas de que ha sido un espía nazi en Londres durante la última guerra. Pero no es solo Falange la única en poseer esta prueba: el gobierno británico la tiene entre sus manos. Es una carta que Luis Calvo firmó en Londres, reconociendo haber tomado dinero de los alemanes durante la guerra, al mismo tiempo que se encontraba allí por cuenta del ABC; enviaba entonces por la valija diplomática española y sin conocimiento del embajador, informaciones sobre los resultados de los bombardeos alemanes sobre Londres. El Servicio de Inteligencia (Intelligence Service) le detuvo al descubrir que poseía billetes fabricados por los nazis. Escapó de que lo fusilaran gracias a la confesión que hizo y a la intervención del duque de Alba, embajador de España entonces. Desde entonces Calvo no puede entrar en Inglaterra.

A esto se debe añadir, como aureola del «señor Calvo», que durante la República fue agregado de prensa en la embajada española en Londres, en el tiempo en que Ramón Pérez de Ayala era embajador. Sobran los comentarios. El ABC está en buenas manos.

El Régimen corrompe los corresponsales de prensa

Una ceremonia de tipo familiar, tirando a chabacano, reunió el 8 de abril -el mismo día que el Presidente Eisenhower recibió al Sr. Arburúa- al Ministro del Interior, Arias Salgado, al Director de la Prensa, Juan Aparicio, al Director de los «Servicios de Falange» -Juan José Pradera, que quizá será ministro un día próximo, y que por el momento afecta presentarse en medio de una corte de mujeres bonitas para desviar la atención de cosas más graves- y ... Mr. Ralph Forte, corresponsal, o mejor dicho, «director» de United Press en España, como él se hace llamar.

El objeto de esta reunión íntima era la entrega a Mr. Forte de la Cruz de Comendador de la Orden de Isabel la Católica, por los buenos y leales servicios que presta al régimen franquista desde hace diez años. Esta ceremonia ha dado ocasión al Ministro de Información de pronunciar unas palabras muy sabrosas: «La absoluta libertad de que disponen en España los corresponsales de prensa, Ralph Forte le ha empleado con plena responsabilidad y autonomía...» Arias Salgado ha olvidado ciertos detalles. Mr. Forte ha obtenido, en nombre de U.P., contratos muy fructuosos: la agencia española de información E.F.E., compra a U.P. todos sus servicios de información y artículos firmados, y ella le concede para ciertos países de Europa como Francia, Inglaterra y también para los Estados Unidos, la exclusividad de información. En aplicación de este principio la mayor parte de las informaciones firmadas «EFE» en la prensa española tienen por origen «UP». Este éxito comercial de Forte, que le ha permitido vencer a Reuter, así como a las otras agencias americanas, lo ha obtenido gracias a una política de corrupción muy hábil cerca de los dirigentes españoles. Su política de regalos, comidas, halagos, a veces apoyo a visados de falangistas a los que la ley americana prohíbe la entrada en los Estados Unidos, etc., la sigue con todos esos «personajes» que dejo señalado.

Mayo, 1954


Algunos de nuestros colaboradores

VÍCTOR ALBA

Pertenece a esa generación de jóvenes periodistas que no quisieron aceptar la vida en España sin libertad. Emprendió el camino del exilio y exilado en la noble tierra de México vive. Tiene publicadas varias obras en francés, castellano y catalán, entre ellas: Histoires des Républiques Espagnoles, Insomnios españoles, La vida provisional.

ALBERT CAMUS

Una de las más cualificadas figuras de las letras francesas. Máxima autoridad en el periodismo francés, novelista y dramaturgo. Une a su recio estilo la profundidad y la inquietud de la hora presente. Hay que señalar la admirable serie de artículos en Combat, «Ni víctimas ni verdugos». Entre sus obras debemos señalar: La peste, L'étranger; entre sus producciones teatrales: Le Malentendu y Les Justes. Le ha sido designado el puesto de director literario de la Nouvelle Revue Française, puesto que ocupó hasta su muerte André Gide.

JEAN CASSOU

Director de Museo de Arte Moderno de París. Gran hispanista, ilustre novelista y ensayista francés cuyos valiosos estudios sobre los grandes maestros de la pintura son universalmente conocidos. Entre otras obras tiene publicadas: Panorama de la Literatura Española Contemporánea.

JESÚS DE GALÍNDEZ

Profesor de Columbia University y autor de varias obras y ensayos. Representante del gobierno autónomo vasco, es uno de sus más valiosos elementos.

SALVADOR DE MADARIAGA

Escritor, historiador, biógrafo y político. Ex delegado de España en La Sociedad de Naciones, ex embajador de la República en Washington y en París, presidente del Consejo Federal de Movimiento Europeo, presidente del Congreso para la Libertad de la Cultura y presidente del Consejo de IBÉRICA. Es uno de los más fervientes internacionalistas.

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