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Ibérica por la libertad

Volumen 2, N.º 9, 15 de septiembre de 1954

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IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA se consagra a la España del futuro, a la España liberal que será una amiga y una aliada de los Estados Unidos en el sentido espiritual y no sólo en sentido material.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones al pueblo americano y a los países de Hispano-América. Para aquellos que no son españoles, pero que simpatizan con estas aspiraciones, quedan abiertas así mismo las páginas de IBÉRICA.

Presidentes de Honor:

  • SALVADOR DE MADARIAGA
  • NORMAN THOMAS

Directora:

  • VICTORIA KENT

Consejeros:

  • ROBERT J. ALEXANDER
  • ROGER BALDWIN
  • FRANCES R. GRANT
  • JOHN A. MACKAY
  • VICTOR REUTHER

IBÉRICA se publica el día 15 de cada mes, en español y en inglés por Ibérica Publishing Co., Inc., 112 East 19 th St., New York 3, N. Y. Todo el material contenido en esta publicación es propiedad de Ibérica Publishing Co., Inc. y no puede ser reproducido en su integridad. Copyright 1954, Ibérica Publishing Co., Inc.

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ArribaAbajoDeclaración para Ibérica

Víctor Raúl Haya de la Torre


Víctor Raúl Haya de la Torre

Deseo expresar en estas breves líneas mi adhesión más sincera a la campaña democrática que realiza Ibérica, portavoz del pensamiento de los españoles proscriptos en lucha contra el militarismo totalitario de Franco en su país.

El más vigoroso vínculo ideológico -que lo es de cultura- existente hoy entre los pueblos de la Europa Occidental y los de las Américas, es el de encarar y resolver el problema común de defender y salvar la libertad del hombre y de hacer posible la íntegra justicia económica robusteciendo simultáneamente a la democracia y a sus normas de derechos humanos. Y ese es, a mi ver, el imperativo insoslayable del pueblo español. Que en cuanto a la lucha contra el Comunismo, no se debe olvidar cómo los hombres libres del Viejo y del Nuevo Mundo estamos enfrentados a aquél, no porque aspire a la justicia, sino porque pretenda que ella se consiga inmolando la libertad; lo cual hace que tal aspiración sea ilusoria y refluya en un totalitarismo despótico que comporta la negación del valor esencial de la conciencia humana: precisamente del que la diferencia del resto de los animales.

La democracia no podrá salvarse sin una filosofía afirmativa que dinamice y convierta en militancia vital el concepto de la libertad. No podrá tampoco defenderse eficaz y positivamente mientras busque como aliados a los enemigos de la libertad. Un frente anti-totalitario y anti-comunista que tenga por colaboradores a liberticidas como Franco, será un contrasentido, un torpe intento frustrado. Si se tratara de sumar a los falangistas de España al frente democrático por el hecho de que ellos fueron anti-comunistas, mas valiera santificar a Hitler y Mussolini como espíritus tutelares de esa lucha; si se tiene, además, en mientes que Franco fue un gauleiter y es un epígono de los difuntos cabecillas del Nacional-socialismo y del Fascismo germano-italiano cuyas armas estrangularon a la democracia española.

Aquí en las Américas -y especialmente en el sector de ella, que castellanos y portugueses, ingleses, franceses y holandeses llamaron Indias, y que nosotros llamamos Indoamérica, desde el río Bravo y las Antillas Mayores y Menores hasta la Tierra del Fuego- confrontamos una contradicción similar: también se pretende organizar un frente de lucha contra el expansivo totalitarismo dictatorial ruso, formando alianzas con déspotas tan totalitarios y genocidas como los peores de los despotismos euro-asiáticos. Y todos los buenos indoamericanos, que aspiramos a ver realizada la justicia social con democracia- a cumplir el enunciado aprista de «pan, paz y libertad»- no podemos aceptar este contubernio con los militarismos tiránicos que hoy, alardeando inverecundo oportunismo, se declaran anti-comunistas y son oficialmente reconocidos como tales.

Para los europeos extraños a nuestras peculiares realidades y problemas no ha de ser fácil entender cómo demócratas sinceros en Indoamérica no nos solidarizamos con la política oficialista interamericana concerniente al comunismo y a sus avances en este lado del Hemisferio. Pero creo que es posible explicar brevemente la razón de nuestra actitud desde un órgano como Ibérica, representativo de un poderoso grupo de opinión europea: la única razón que impide a los auténticos demócratas de Indoamérica adoptar una postura de decidida solidaridad con la defensa de la libertad frente a la amenaza totalitaria euro-asiática, radica, a mi ver, en que los dirigentes internacionales de esa defensa se han propuesto que los más sanguinarios generales sátrapas de los estados indoamericanos, hoy militarmente sojuzgados por tales usurpadores, aparezcan lado a lado de los pueblos y de los gobiernos libres de nuestra gran nación continental.

De aquí que sea indispensable a los demócratas de Europa y de ambas Américas persistir en una tarea: la que demuestre a los líderes de la Democracia, especialmente a los de los Estados Unidos, que su alianza con los militarismos autoritarios, como el de Franco en Europa, -o con las bárbaras tiranías castrenses de Indoamérica,- sólo antagoniza y desacredita a la causa de la democracia. Los tiranos militares podrán entregar «bases» o convertirse en procónsules, pero suscitarán siempre el repudio de los pueblos. Y éstos, desengañados de una farisaica política de claudicaciones, se negarán a coadyuvar a la causa de la libertad puesto que se les pretende imponer la proditora complicidad con los enemigos de la libertad.

V. R. HAYA DE LA TORRE1




ArribaAbajoUna España: dos tendencias

Salvador de Madariaga


Leo en Ibérica2 el agudo artículo de Ramón Sender, uno de los pocos novelistas españoles contemporáneos que han logrado universalidad. En este artículo, Sender simboliza la lucha histórica interna de España en un duelo entre la España castrense y la España colonial, referidos ambos vocablos a la época romana: la España castrense, que va creciendo en torno a los campamentos o castres romanos, formando ciudades parásitas como tumores de núcleo militar; y la España colonial, que crean las colonias productoras que Roma forma con agricultores, industriales y comerciantes. El contraste entre el parasitismo imperioso de la España castrense y la fecundidad de la España colonial resulta así en el artículo de Sender de lo más claro e instructivo.

Pero siento tener que presentar graves objeciones a un aspecto importante de la tesis de Sender, que me parece equivocado, estéril, y hasta peligroso. Me refiero a una fuerte tendencia a localizar en el espacio español estas dos Españas. Origen quizá de la tendencia es un mero juego de palabras: «Castrum, castro, castillo, Castilla». Y ya tenemos el sambenito de lo castrense colgado sobre la pobre Castilla, con lo cual, claro está, la periferia, como hoy se dice, resulta ser la España colonial. Ya estamos otra vez divididos los españoles en buenos los de aquí y malos los de allá.

Y eso que el mismo Sender reconoce que estos castros o campamentos «se fueron creando en todas partes», pero añade, «sobre todo en Castilla». Y más adelante, bordando sobre el tema añade: «No es ninguna casualidad que la República tuvo su capital en Valencia y en Barcelona (ciudades coloniales) y la Antiespaña en Burgos y Salamanca, ciudades castrenses».

Con la mayor deferencia para con Sender estimo honradamente que este aspecto de su agudísimo artículo es mala Historia, antigua y moderna; psicología demasiado sencilla; y política deplorable. Veamos.

Cuando entran a reinar los Reyes Católicos Castilla es el reino más rico y productor de España. De los ocho millones de habitantes que se calculan entonces a la Península (sin Portugal) siete están en Castilla. Las únicas grandes ciudades son castellanas. Cuenca, Segovia y tres o cuatro ciudades más de Castilla dominan entonces la industria textil. La de Segovia, por cierto, sigue tan pujante todavía en el siglo XVIII qué bajo Carlos III considera necesario el gobierno británico abonar fuertes subsidios a las fábricas inglesas a fin de arruinar a las segovianas. Las sedas de Granada y de Toledo no le ceden en nada en el siglo XV a las de Valencia, y triunfan en toda Europa. De las armas de Toledo no hace falta más que apuntar el dato para que no se olvide. Presentar a Salamanca como una ciudad «castrense» cuando de ella salieron en los siglos XVI y XVII los gérmenes más potentes del liberalismo moderno de Europa me parece una simplificación excesiva. Y en cuanto a Burgos, fue la gran ciudad creadora del comercio y de la marina mercante de Castilla; mientras Medina del Campo era uno de los grandes centros bancarios de Europa.

Ni es tampoco seguro que todo lo «castrense» sea malo y todo lo «colonial» sea bueno. La ruina de Castilla se debe a muchas causas. Se me ocurren ahora seis; la expulsión de los judíos; la de los moriscos; la incapacidad financiera y naval de Felipe II; las guerras de la Casa de Austria; la despoblación forestal debida a las guerras civiles; la emigración al Nuevo Mundo. Ahora bien, de estas causas, las dos primeras, se deben al pueblo, en contra de la España castrense que era entonces la nobleza, y que hizo lo posible por oponerse a tamaño disparate. La incapacidad naval de Felipe II triunfó de los esfuerzos que hizo buena parte de la misma España castrense (Don Álvaro de Bazán, por ejemplo) para desarrollar la marina española. El descubrimiento de América fue obra de la España castrense, y la emigración debilitó a la España colonial. Las guerras civiles españoles bien populares han sido siempre y no precisamente en Castilla. No es lícito atribuir estas guerras al espíritu castrense a no ser que se reconozca que este espíritu se manifiesta en todas las Españas por igual.

Hasta aquí la Historia antigua. En cuanto a la moderna, todo intento de echarle la culpa de la reacción a Castilla para darle la palma de las libertades republicanas a Barcelona y a Valencia me parece de una injusticia palmaria. Cualquiera que fuera el lugar teórico de la capital de la República durante la guerra civil, la capital efectiva fue Madrid. ¿No eran Azaña y Largo Caballero castellanos frente a un Franco gallego, un Aunós y un Carceller catalanes, un Bilbao y un Lequerica vascos?

Mala historia, esta tesis me parece peor psicología; porque sí que es verdad que nuestra lucha se puede simbolizar como un duelo entre lo castrense y lo colonial; pero a condición de ver en estos vocablos símbolos de dos tendencias del espíritu español que conviven en todas las regiones y en todos los individuos de España. Largo Caballero, que fue toda su vida espejo y norte del espíritu «colonial», se transfigura súbitamente en vocero del espíritu «castrense» cuando a fines del 35 y principios de 36 tira por la calle de en medio imaginándose el Lenin español como Quijano el Bueno se imaginó Don Quijote de la Mancha. De la «colonial» Barcelona, sale huyendo por las alcantarillas el desmantelado Dencás, héroe nada heroico del espíritu castrense catalán. ¡Y qué son las guerras carlistas sino accesos de fiebre castrense que sufren de cuando en cuando los vascos y los catalanes? Larra, el castellano, describe a los frailes cerriles que ponen frontera de inquisición a los viajeros que vienen de Francia -pero los frailes son vascos. Y el obispo vasco Pildain excomulga a Don Miguel de Unamuno, vasco castellanizado por el espíritu de Salamanca, obligando al arzobispo catalán Plá y Daniel a prohibir que se mencione su nombre.

Lejos de mí el querer denigrar a la periferia. Yo nací en una casa de la calle del Orzán, de La Coruña, desde donde se oían las olas de la playa de Riazor; y no denigro a nadie. Antes bien, sostengo como el que más lo mucho que España debe a vascos y catalanes. Pero me alzo contra todo intento de situar en el espacio los dos espíritus españoles que Sender llama el castrense y el secular, para arrearle otro palo a la muy sufrida Castilla.

Porque estimo que esta actitud, aparte de ser falsa, es decir contraria a la realidad, encierra dos graves peligros para el porvenir de España: uno es el de permitir a los costeros o periféricos evadirse de nuestra responsabilidad común de españoles; y otro es el de preparar otra guerra civil entre los culpables y los inocentes, las víctimas y los causantes de las desdichas de España: No y mil veces no. Lo que hay en España es de los españoles y todos somos a la vez víctimas y causantes. Seamos pues todos a la vez colaboradores para sacar a España del mal que todos le hemos causado.

SALVADOR de MADARIAGA


NOTICIAS:

ARMAS ESPAÑOLAS

Por el puerto de Barcelona han salido, en el pasado mes de agosto, armas hechas en España con destino a la Feria Internacional de Damasco, que ha comenzado el 2 del presente mes de septiembre. Entre las armas que componen el envío figuran revólveres y rifles de caza. En España se dice que significan parte del esfuerzo del país para incrementar su comercio con los países árabes. Recordemos que España sostiene un activo comercio de armas con Egipto.


COLEGIO HISPANO-ÁRABE

En uno de los Consejos de Ministros celebrado en España durante la segunda quincena del pasado agosto, se aprobó la construcción de un nuevo colegio Hispanoárabe en la Ciudad Universitaria de Madrid. El edificio constará de cinco pisos y tendrá cabida para 104 estudiantes.


CIERRE DE IGLESIA EN MADRID

Se nos comunica que otra capilla protestante ha sido cerrada en Madrid. El sábado 17 de julio, se presentó en la puerta de la iglesia un agente de policía diciendo que tenía órdenes de cerrarla, que la medida se tomaba por «varias infracciones cometidas», sin especificarlas.

El pastor de la iglesia, Señor Beltrán, y el Señor Rodrigo, pastor de otra iglesia también cerrada en Madrid, se dirigieron a la oficina del Director General de Seguridad, el 19 del mismo mes de julio, pero el Director General se negó a recibirlos.

El 23 del mismo mes dos representantes de la Foreign Mission Board de la Southern Baptist Convention (E.U.) fueron a la Embajada Norte Americana en Madrid, y presentaron el problema, señalando los siguientes puntos:

1) Que la Iglesia tiene permiso escrito del gobierno para actuar.

2) Que el edificio de la iglesia es una propiedad norteamericana.

3) Que muchos ciudadanos norteamericanos que trabajan en los Bases Aéreas de Madrid, son miembros de esa Iglesia y activos en sus servicios.

La embajada americana prometió realizar gestiones a este respecto en el Ministerio de Asuntos Extranjeros, pero las puertas de la iglesia continúan cerradas.




ArribaAbajoGalería de escritores libres: Pedro Salinas

Francisco Ferrándiz Alborz3


En este contar muertos de nuestro exilio, habíamos de llegar a aquél cuya muerte fue una lección de cátedra. Se enseña arte o ciencia en la misma medida que se enseña vida o muerte. Vida y muerte cabales después de un aprendizaje de años, sorprendiéndonos la intrusa -no tan intrusa, pues desde que nacemos la conllevamos como huéspeda- en el momento mismo en que empezamos a vislumbrar el desenlace del misterio.

Y un día, el 4 de diciembre de 1951, nos tocó contar el morir -el desnacer de nuestro Unamuno- de quien cantara «Amor en Vilo». Fue en Boston donde el profesor de español -idioma y vida- Pedro Salinas, nos dijo adiós con serenidad poética. Su profesorado alcanzó nuevo rango espiritual porque lo fue también de poesía. Asoma una aparente discordancia en estos dos términos, profesor y poeta. Pero no hay discordancia en la doble función de Pedro Salinas. En él lo fundamental es lo inteligente. Entre el sentimiento evocador de Antonio Machado, la esencia de las cosas de Juan Ramón Jiménez y la pasión sensual de García Lorca, la poesía de Salinas es de claridad estilizada y aliento meditativo.

Dijo él de su poesía, «Mi poesía está explicada por mis poesías. Nunca he sabido explicármela de otra manera, ni lo he intentado. Si me agrada el pensar que aún escribiré más poesías, es justamente por ese gusto de seguir explicándome mi poesía. Pero siempre seguro de no escribir jamás la poesía que lo explicará todo, la poesía total y final de todo. Es decir, con la esperanza certísima de ir operando siempre sobre lo inexplicable. Esa es mi modestia».

Pedro Salinas

Pedro Salinas
Dibujo de Carlos Orozco
Cortesía de la Universidad de Puerto Rico

En esta empresa espiritual de actuar poéticamente sobre lo inexplicable se halla el misterio de su meditación y monólogo, de tan fina sensibilidad española. Refiriéndose a Góngora, dijo en una de sus clases, las de su exilio: «Góngora está enamorado de lo real. Pero él lo exalta, lo ennoblece de tal modo que se convierte en una fiesta maravillosa para la imaginación y los sentidos. Esa es su actitud. Él no analiza, reproduce, dobla la realidad, ni siquiera la acepta humildemente. Su poesía es poesía de orgullo; poesía de exaltación y de aventura. Góngora, como buen español, es un apasionado. Tiene la pasión de la substancia de la realidad material. Mira al mundo con ojos de amor sensual. Ya hablamos antes de los poetas místicos y dijimos que el místico exalta los poderes del espíritu, su capacidad de penetrar el misterio. Y Góngora exalta los poderes de la materia. Y en este sentido, él es también un místico de la realidad material, sin igual en la poesía española de hoy».

¿No hay en Salinas una mística de la luz corporal, criaturas y cosas, más allá de su realidad tangible? Luz de meditación para después de leídos los versos, sentida antes y después de analizado el verbo, meditación y sentimiento brotando como relámpago en el momento mismo de la lectura. En la poesía de Pedro Salinas no vale el «no entiendo» para el lector que busca en los versos el encuentro de lo incierto con lo seguro:


Ya no puedo encontrarte
allí en esa distancia, precisa con su nombre,
donde estabas ausente.
Por venir a buscarme
la abandonaste ya. Saliste de tu ausencia,
y aun no te veo y no sé donde estás.
En vano iría en busca tuya allí
adonde tanto fue mi pensamiento
a sorprender tu sueño, o tu risa, o tu juego



Esta aproximación de lo íntimo con el lejano y sorpresivo misterio, tan acabado en La Voz a ti debida, se anunciaba ya desde Presagios y Seguro Azar, sus dos primeros volúmenes (1923 y 1929 respectivamente). La poesía de Pedro Salinas es una persistencia lírica en la que lo personal se hace selección comunicativa en la busca de los recursos expresivos. Es el menos popular de los poetas pero el más hondo de transformaciones humanas en las imágenes, todas ellas saturadas de intimidad.

Este fino poeta fue un gran crítico, ¿Cómo entendía la crítica literaria, especialmente la poética? Leamos sus palabras: «Para mí, la misión mejor de la crítica es revelar o enriquecer las potencialidades poéticas que existen en una obra [...] Se olvida muy fácilmente desde los zancos de la pedantería profesoril que el poema ha sido escrito para ser leído y vivido por un lector [...] La función del crítico es aproximar el poeta al lector y no encaramarse sobre ellos y que le sirvan de escabel para su vanagloria [...]» «El mayor peligro de la literatura está en las huestes de gentes que, por ganarse la vida, sin sensibilidad ni amor por la poesía, se ven en la obligación tristísima, sobre todo para el público, de escribir, horros de todo espíritu, sobre las grandes creaciones del espíritu».

Sujetemos la frase: «horros de todo espíritu». La crítica necesita erudición, cultura general, disciplina de cada especialidad, pero lo fundamental es el espíritu. Y así comprendemos la crítica de Salinas, reconstruyendo para el léxico de hoy el Poema del Mío Cid; en sus ediciones críticas de algunos clásicos, las Poesías de Juan Meléndez Valdés, las Poesías Completas de San Juan de La Cruz, y una antología de Fray Luis de Granada, saltando luego a sus contemporáneos desde la revista Índice Literario. En todo momento fue un espíritu en función poética. El dato lo transforma en nota, pero su erudición no es de fría arqueología sino de verbo transubstanciado en ritmo.

Su crítica abarca cuatro aspectos fundamentales, cuatro valoraciones de la cultura hispánica, por las cuales apreciamos la rica vena de su espíritu. El ya mencionado Poema del Mío Cid, gesta popular y aventura de héroe. Lo castellano rotundo, macizo, y el horizonte luminoso que brota de la conquista de levante para suavizar las asperezas de la meseta. Las Coplas de Jorge Manrique, por las que el genio de España dialoga con la divinidad y se convierte en deseo de superación de vida en brazos de la muerte. Góngora, deleite del concepto, metáfora y giro, y soledad en el afán afirmativo del ser. De los clásicos del Hierro y el Oro, Salinas salta a un clásico contemporáneo, Rubén Darío, testimonio de que la cultura hispánica había alcanzado irradiación creadora, con nuevos valores universales, más allá de la cuna materna, como la griega con Plotino, en Egipto, como la latina con Séneca, en España, y siguiendo inicial paridad de estos dos ejemplos, el brote del resurgir literario hispanoamericano se anuncia cuando en España aparecían rebrotes de decadencia, pero con una diferencia total, que Plotino es fruto de decadencia helénica, como Séneca lo es de decadencia latina, sin que ninguna influencia ejercieran sobre sus culturas de origen. No así en el caso de Rubén Darío, que tan hondamente la ejerció en el resurgimiento de las letras y sensibilidad españolas. José Ortega y Gasset señalaba ya, en uno de sus primeros comentarios críticos, dicha influencia cuando, en su ensayo sobre Los versos de Antonio Machado, hablando de la «rehabilitación del material poético», nos dice que «una estrofa es una isla encantada, donde no puede penetrar ninguna palabra del prosaico continente sin dar una voltereta en la fantasía y trasfigurarse». Y refiriéndose a Rubén Darío: «Esto vino a enseñarnos Rubén Darío, el indio divino, domesticador de palabras, conductor de los corceles rítmicos. Sus versos han sido una escuela de forja poética. Ha llenado diez años de nuestra historia literaria».

El módulo espiritual para la crítica, de raíz poética, lo aplica también Salinas en sus traducciones. Difícil problema el de las traducciones. ¿Cómo traducir la poesía, que a la postre se hace con palabras que nunca podrán expresar el verbo del autor, sencillamente porque no fueron esas sus palabras? Pero tan difícil o más que traducir poesía lo es traducir obras que son una visión de ensueño de la vida íntima, sobre el lienzo luminoso del mundo, una de esas obras síntesis de poesía y autobiografía, de novela y de drama, de meditación discursiva y contemplativa del sentir y del ser. Pedro Salinas nos dio la exacta significación de una de esas traducciones con los primeros volúmenes de Marcel Proust, Por el Camino de Swann y A la sombra de las muchachas en flor, y el primero de El Mundo de Guermantes.

Este poder de asimilación de elementos culturales propios y ajenos, de su pueblo y otros pueblos, en parte es producto de su espíritu viajero, siempre en función de cultura. Lector de Español en La Sorbona de París, en Cambridge, Profesor del Wellesley College y después en la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

Perteneció a una generación puente entre los últimos valores del 98 y los de la postguerra mundial de 1914. Con Juan Ramón Jiménez y Gabriel Miró, con quienes vivió trabado en amistad, forma la trilogía de los poetas puros, pero no de esa pureza de alambique y filtro, sino de la generadora de estilo en la impresión y la imagen por amor de poesía (y para quienes digan que Gabriel Miró no escribió versos, será ocioso explicarles que toda la prosa del autor de Sigüenza es, por su impresión, metáfora y ritmo, poesía quintaesenciada). Y como espíritu intermedio del fluir de renovaciones literarias, las sintió igualmente políticas, si no militantes, sí en ese sentido transcendente por el que la política es menester histórico.

Hizo sus primeros ensayos poéticos en las revistas España y Europa, pasando luego a la Revista de Occidente. Trabajó en el Ateneo de Madrid, centro del resurgimiento intelectual de España, ganó por oposición la cátedra de Literatura Española de la Universidad de Sevilla. Colaboró en el Centro de Estudios Históricos, fundó la revista Cuatro Vientos, ventanal de la nueva inquietud poética española. Y en los meses vacacionales, viajar, viajar siempre en busca de renovación por el contacto con nuevos horizontes físicos y espirituales.

Su sensibilidad renovadora de valores literarios, poéticos, era consonante con su deseo de renovación política. A la hora de las definiciones, Pedro Salinas demostró no ser uno de los tantos intelectuales mostrencos, que tanto abundan, infieles al llamado vital de su pueblo. En él sabiduría y poesía rimaban perfectamente con democracia y libertad. Fuera de este clima la cultura pierde su ley de gravitación humana. Porque la poesía asciende por sí misma a esferas de recreación suprema, pero con naturalidad de pulso e impulso. Un poeta es ciudadano de máxima categoría responsable del destino de su pueblo. Continúa siendo un juglar, recogiendo la flor de la leyenda para transmitirla como mensaje a las futuras generaciones.

Por eso se definió. No estaba abstractamente contra esto o aquello, sino con la democracia, que es ley de pueblo, y con la libertad, que es flor de la cultura. No podía estar con los otros, ni necesitaba avales liberáticos para adquirir beligerancia combativa, la tenía desde siempre por derecho natural de poesía. Y prefirió el exilio, porque lo contrario significaba el sometimiento, funeral del Verbo.

Calculemos, pues, el drama de este hombre, uno de los más finos intérpretes de la tradición española, tradición auténtica de palabra hecha tierra y alma. Pensemos lo que significaba para él vivir ausente de España. Cuando se le preguntó a ese respecto, dijo:

He supuesto, en primer lugar, la falta de España, su habla viva, excepto el período que pasé en América Hispánica, los amigos, los compañeros de generación y el público. Es decir, España como realidad, que no puede compensarse con nada.



Y se alejó de esa realidad porque la consideró desvitalizada, embrutecida por la bestia totalitaria. Tan fervientemente sentía la emoción de libertad como vínculo de patria terrígena y espiritual, que ni en la muerte quiso su retorno. Su vida no fue actitud o ademán sino realidad entrañable; su palabra no fue retórica sino realidad activa. En su estudio sobre Jorge Manrique se refiere al «Arte de Morir» y dice: «Esto es lo esencialmente asombroso de las Coplas, como de todo gran poema: que hace lo que dice, que sus palabras, por serlo en función poética, son actos». La muerte como complemento de nuestras palabras, ordenadoras de nuestra vida, he ahí el principio y fin de la poesía.

Conviene recordar su libro La Poesía de Rubén Darío, donde, hablando de las patrias del vate nicaragüense, dice: «Así Rubén vivió en todas partes, como Erasmo y Vives. Él llegó por vía de lo poético, intuitivamente; a ese mismo concepto de patria de los grandes humanistas. En ella caben la tierra del nacer, las tierras de crecer, los dones de la carne, los logros del espíritu. No pluripatria, vocablo aún tocado con una sombra de idea de cantidad y simple número, no, magna patria llamaría yo a la de Rubén, la patria creada, conforme a la sed espiritual del hombre [...]»

Con este mismo aliento de universalidad -contextura del alma española-, vivió y creó Pedro Salinas, y hasta en la muerte acrecentó el horizonte de su patria espiritual, cuando en su testamento desea que se le entierre en el cementerio viejo de San Juan de Puerto Rico. Magnífica lección histórica de hispanidad. Que sea tierra hispánica la que le cubra el reposo de sus huesos. No la española peninsular mientras la pezuña falangista la enlode con fango de traiciones. Cualquier rincón de Hispanoamérica es grato para el reposo de la España exilada, pero muy especialmente la de Puerto Rico, donde nuestra sangre sigue resistiendo la batalla de la supervivencia en la lucha internacional de las culturas.

Lustre de Castilla, ensoñación dormida del mar Mediterráneo, mar de sus contemplaciones, gracia formal de los clásicos humanistas, contradicción crítica del mundo contemporáneo, el estilo de Pedro Salinas se hace amargo humor por imperativo de la consecuencia, que obliga a renunciar a la mejor prenda de nuestra alma, al lar de nuestros mayores, a la comunidad de nuestra voz interior en su nativo templo de ecos. Los espíritus más selectos de Hispanoamérica, cuando quieren hallar uno de esos ecos de resonancia eterna, buscando a la vez la raíz de su espíritu, viajan a España para ponerse en contacto con las cosas y los hombres. En el rotarismo de nuestras desdichas, los españoles, cuando queremos reconstruir nuestra propia patria, venimos a Hispanoamérica en busca del eco perdido de nuestra voz ancestral. Y aquí hallamos la resonancia, y tan profundamente vibra en nosotros, que preferimos la muerte bajo esta tierra revalidadora de nuestra historia, antes que permanecer vivos en la España vendida por los sicarios.

Así lo prefirió Pedro Salinas, con agonía de supervivencia más allá de unas fronteras de mar y tierra, a conciencia de que el hilo sutil de su poesía le amarraba para siempre a la fábula, aventura y desventura de su estirpe, en el mundo polifónico que se extiende desde el Poema del Mío Cid a los Cantos de Vida y Esperanza.

F. FERRÁNDIZ ALBORZ


LA AUTONOMÍA DE MARRUECOS

El general García Valiño, alto Comisario de Marruecos español, en el discurso pronunciado con motivo de la Pascua y dirigido al Jalifa, anunció el propósito de conceder autonomía a la zona del protectorado español. La promesa está contenida en estos términos: «España, que tiene pruebas irrefutables de la fina sensibilidad y del deseo de colaboración de los marroquíes en asunto de tanta trascendencia, continuará, con absoluta buena fe, la tarea emprendida de lograr, con el esfuerzo conjunto de protectores y protegidos, substituir, con marroquíes preparados, los cuadros de la Administración de la zona jalifiana. Mientras esa labor se desarrolla España continuará sin vacilaciones el camino que se ha trazado: defender los derechos y libertades del pueblo marroquí, e ir facilitando, con paso firme y en la medida más amplia, el gobierno y autonomía de los territorios a ella confiados».

De otro lado el secretario general de la Liga Árabe, Abdul K. Hassuna, ha declarado en Beyruth que «España cederá la responsabilidad del gobierno de su zona a los marroquíes y, al efecto, firmará un tratado con Marruecos en el que reconocerá su independencia». Según la misma información, una autoridad del gobierno español comentando la declaración de Hassuna, ha expresado: «España no ha tenido nunca la intención de permanecer eternamente en Marruecos, pero en lo que se refiere a conceder en un plazo más o menos breve su independencia, eso vendrá en tiempo oportuno, ni antes ni después».


CEUTA Y GIBRALTAR

El corresponsal del «Daily Telegraph» de Londres en Tanger, Allan Boy, viene publicando crónicas de gran interés. En la última llegada a nuestro conocimiento, entre otras cosas, dice: «El gobierno español tiene proyectos conducentes a hacer de Ceuta una ciudad que pueda competir con Gibraltar. Esos proyectos están aprobados ya y solo falta la ratificación de las Cortes. La idea base es la de hacer de Ceuta como de Melilla, un puerto libre, como lo es Gibraltar, es decir, un puerto en el que no se paguen derechos de importación ni de exportación. Existen también otros factores que se pondrán en juego a este fin, como el desarrollo de las industrias locales, creación de nuevas industrias. Se apunta otra medida importante, hacer de Ceuta un mercado libre de divisas. No olvidemos que Ceuta es un puerto de mayor calado que Tanger y su aprovisionamiento de agua mejor que el de esa ciudad y que el de Gibraltar».




ArribaAbajoEl problema de Coa, Damao y Diu

Información de nuestro corresponsal en Portugal


El problema de la colonia portuguesa enclavada en la India no es sencillo. Los portugueses mismos, así como los hindúes entre sí, difieren sobre la solución acertada del problema. Sin embargo, en un punto están de acuerdo los portugueses; tanto los totalitarios del régimen de Salazar como la opinión democrática coinciden en que Pandit Nehru está en un error respecto a la manera de solucionar el problema.

Los violentos incidentes coloniales ocurridos en otras partes del mundo han tenido como causa principal presiones políticas y económicas. Pero los acontecimientos en la India Portuguesa son en gran parte de origen sentimental y moral. Sentimental porque los portugueses ven estos territorios como los restos del en un tiempo gran imperio y los residentes se sienten más portugueses que indios; y moral, porque la madre patria siente que debe ofrecer resistencia a cualquier gobierno de India que pretenda redondear los límites del continente por medio de anexión de territorios extranjeros.

De fuentes fidedignas se sabe que los 600.000 indoportugueses no han dado abiertamente, ni de otro modo, muestras de descontento. Tampoco están dispuestos a ser absorbidos por India, especialmente porque tienen muy poco en común con el modo de vivir de los indios. Cincuenta por ciento de la población es cristiana, treinta por ciento son musulmanes y sólo un veinte por ciento de la población es indostánico. Sus costumbres e idioma han adquirido durante los cuatrocientos años de estrechas relaciones con Portugal un marcado sabor europeo. Los esfuerzos llevados a cabo por misioneros han estimulado la educación y asimilación de gran parte de la población nativa que, como resultado, ha adoptado una nueva y diferente actitud frente a la vida. Ningún gobierno portugués podría abandonar su responsabilidad frente a esta gente ni el ideal cristiano que se identifica tan fuertemente con los restos sagrados de San Francisco Xavier que se encuentran enterrados en esa región.

Estas circunstancias han creado una estrecha relación entre los indios y portugueses de estos territorios. ¿Cómo pueden explicarse entonces los razonamientos del Pandit Nehru y sus demandas para incorporar estos territorios a la Unión India?

En un cambio de notas entre los demócratas de la oposición y el régimen Salazar con ocasión del reciente asalto nocturno de los nacionalistas indios, en el cual murieron y fueron heridos varios guardas portugueses, se explican algunas de las razones de estos hechos. La oposición democrática cree que al suprimir la libertad y cometer tantos errores administrativos e injusticias, Salazar se ha colocado en una posición indefensa frente a India. Es un hecho que el régimen no ha ofrecido a los indo-portugueses suficientes oportunidades para optar a puestos públicos, sino que simplemente nombra el personal y -prácticamente- administra los territorios desde la Oficina Colonial en Lisboa.

Los demócratas sienten que deben darse a conocer al pueblo de Portugal la verdad sobre esta situación e instruirlo en forma inteligente para llegar a una solución constructiva y justa de sus problemas, a fin de presentar un frente unido portugués apoyado por los indo-portugueses como la principal fuente de oposición contra las intenciones de Nehru. En una extensa nota a Salazar el Ingeniero Cunha Leal, el Comandante Moreira Campos y el Doctor Rodrigues dos Santos, tres de los más distinguidos y responsables jefes demócratas expresan, que sólo se puede lograr la verdadera unidad del pueblo, si se deja escuchar las voces de la opinión responsable y solicitan, por lo menos durante el tenso periodo que dure la situación de emergencia con India, el derecho de libre reunión y expresión públicas, sin censura, a fin de estimular el interés y actividad de un sector de la población que hasta ahora ha rehusado tomar parte en el incidente.

Esta solicitud fue rechazada por la oficina del Primer Ministro Salazar alegando que «el caso de Goa ha sido aireado entre nosotros con entera libertad, dando a las declaraciones oficiales de las autoridades indias y a los comentarios de su prensa, una acogida que está muy lejos de ser la misma que se ofrece en la prensa india en casos de posiciones y política portuguesas». Otra razón para justificar la negativa fue que «los demócratas, al parecer, tienen la esperanza que las ideas que se sometan al gobierno emanen del estímulo emocional que se provoque en las reuniones públicas». El régimen parece dudar de los méritos de tales demostraciones públicas y estima de esencial importancia que «por el momento no se retire la cuestión del círculo de las cancillerías y del nivel de reflexión y de discusión responsable».

Esta actitud sin embargo, sólo se aplica a los demócratas, pues el régimen mismo ha estado alentando y organizando grandes demostraciones donde oradores seleccionados presentan únicamente el punto de vista oficial. Fotografías en las primeras páginas de los periódicos más importantes muestran multitudes reunidas en todas partes del país protestando contra la acción de los nacionalistas indios de «liberar» algunas aldeas en la región de Nagar-Aveli en Damao. A fin de estimular el interés por asistir a estas demostraciones, ellas se llevan a cabo en las playas y se invitaban a los familiares de los socios de gremios industriales y sindicatos de trabajadores, así como también a los de los socios de la Legión y Juventud portuguesa. Después de las consabidas expresiones de pesar y vivas por la gloria de Portugal, para la mayoría de los trabajadores que asisten a estas reuniones, refrescarse en el océano con un baño es suficiente recompensa al esfuerzo que les pedía el asistir a ellas.

En Portugal en ninguna parte se permite a los demócratas adherirse a las demostraciones de protesta y dar libre expresión a sus sentimientos. Como lo ha expresado el Ingeniero Cunha en el Diario de Lisboa, su mayor contribución a la causa son su voz y su pluma, pero «no podré utilizarlas si he de tener constantemente un censor que lea mis escritos sobre mi hombro y escuche mi voz con oídos de inquisidor, dispuesto a acallar mis palabras cuando él quiera.»

«Deseo ardientemente» continúa el Ingeniero Cunha Leal «que los territorios indo-portugueses sigan asociados a la madre patria. Deseo aydar a mis compatriotas a salir de su estupor, ofrezco al gobierno mis ideas y sugerencias. Pero debo por mi parte imponer una condición, sólo una: que se me permita actuar como hombre libre, por lo menos mientras dure esta contienda.»

Todos los portugueses desean tomar parte en la protesta contra los métodos quinta-columnistas y los incidentes provocados por los nacionalistas indios, con la bendición de Nehru, porque saben que básicamente no hay motivo alguno para que se produzcan estos incidentes en los territorios portugueses en India.

La fuente de todos los disturbios tiene sus raíces en la madre patria, y aunque la solución momentánea del problema sea un tanto compleja, el primer paso hacia una mejoría progresiva necesita nada más que una buena dosis de libertad: libertad de pensamiento, de culto, de palabra, de prensa y de reunión, las libertades tradicionales de todo ser humano.

Lisboa, agosto, 1954.

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ArribaAbajoSin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


El regreso de Lequerica

Ya habíamos anunciado este regreso a España del Señor Lequerica hace dos meses, se decidió por el general Franco con ocasión de su viaje a Madrid en el mes de diciembre último. Las circunstancias en que la decisión se tomó parecen confirmar la opinión de muchos de que el caudillo va camino de modificar sus métodos de gobierno.... Cuando Lequerica dejó de ser ministro de Asuntos Extranjeros en 1945 para ser sustituido por Artajo, no esperaba tal decisión, tanto es así que por la precipitación de la decisión no le fue posible asistir a una recepción que él mismo había organizado en el Ministerio. Esta vez las cosas han sucedido de otra manera: es el Señor Lequerica el que ha tomado la decisión de salir de Washington, aunque la fecha definitiva se convino entre Franco y él. Este procedimiento es el correcto en una democracia, pero es desacostumbrado en una dictadura como la que padecemos.

Se hacen muchas cábalas sobre la vuelta de Lequerica. Él dice que quiere descansar, pero pocas gentes lo creen; debemos señalar, con las salvedades necesarias, que muchos lo consideran opuesto a la política de poder personal del caudillo. La opinión en Madrid como en San Sebastián -donde se encuentra el Gobierno hasta fines de septiembre- es que el crédito de que goza por las negociaciones con los Estados Unidos le coloca en condiciones de presidir el nuevo gobierno, del que se viene hablando desde hace cuatro meses, aunque dadas las circunstancias actuales Franco puede desear su presencia cerca de él como temerla, pues entre sus amigos Lequerica goza de la fama de tener la lengua expedita y esto, unido a la autoridad de que goza, sería una fuerza quizá peligrosa en un régimen que se desagrega. Además está reputado como enemigo de los actuales ministros falangistas y de Acción Católica y se dice que el sector que espera algo de él es el antifalangista (en tierra de ciegos el tuerto es rey). Sin embargo debemos señalar las tres hipótesis sobre el destino de este hombre: una, que corra libre sin puesto alguno; otra, que sustituya a Martín Artajo y otra, que se le nombre presidente de las llamadas Cortes sustituyendo así al actual presidente Esteban Bilbao. Este puesto tiene una gran importancia puesto que las actuales leyes del Régimen señalan que el presidente de las Cortes pasará automáticamente, después de la muerte de Franco, a ser presidente del Consejo del Reino.

La llegada de Areilza

Madrid esperaba que los Estados Unidos concedieran a España la misma cantidad de dólares para «ayuda económica» en el año 1955 que la concedida este año, es decir, otros 85 millones. El crédito real acordado de 45 millones ha descorazonado al Régimen, tanto que no ha hecho pública la cantidad acordada. Por el contrario, la prensa multiplica sus esfuerzos para dar la impresión de que los representantes americanos ponen todo su empeño en hacer de España la cabeza de puente del anti-comunismo occidental, a lo que pueden ayudar las actuales circunstancias. A este respecto el senador McCarran, visto desde aquí, aparece, como el senador McCarthy, ser los dos hombres llaves de la política norteamericana, pero el alto personal del régimen está muy lejos de dejarse engañar por su propia propaganda y ven llegar con inquietud la hora de las próximas elecciones: esperan, al mismo tiempo que temen, un triunfo de los demócratas.

Personalidad actual de Areilza

El nombramiento del nuevo embajador de España en Washington refleja esa inquietud, a la par que representa una especie de garantía a los eventuales inconvenientes que el nombramiento pudiera tener. José María de Areilza, conde de Motrico, es ante todo un enviado de la gran industria española: sobre este terreno práctico de los negocios en el seno del régimen franquista se piensa que siempre serán posibles acuerdos entre el gobierno de Madrid y el de Washington, sea cual sea el partido que se encuentre en el poder en los Estados Unidos.

Areilza ha evolucionado mucho desde los tiempos en que era, con Castiella -actual embajador en Roma-, el portavoz de Falange y de las reivindicaciones sobre Gibraltar. Ciertamente, hoy como ayer, continúa siendo un ferviente partidario de ellas, pero cuando las manifestaciones estudiantiles del mes de enero se opuso a «las violencias del movimiento» hacia Inglaterra. Señalemos de pasada que el caudillo había propuesto primeramente el nombre de Castiella como embajador a los Estados Unidos, oferta que había hecho ya en 1951 a Inglaterra y que ésta rechazó, nombrándose en su lugar, para ocupar el puesto que dejaba vacante el duque de Alba, a Miguel Primo de Rivera, «el borracho», como el mismo Franco le llama. Naturalmente Washington no podía aceptar el hombre que Inglaterra había rechazado, pero entonces Franco pensó en Areilza, hombre ligado a Castiella en el pasado, circunstancia que le ha permitido dar una satisfacción aparente a Falange. Pero no hay que juzgar al nuevo embajador solamente por lo que hoy significa, su personalidad está también ligada al pasado.

La cuenta de divisas y las bases

España cuenta sólo y exclusivamente con las sumas que el Pentágono pueda invertir en la construcción de las bases aéreas en España para sacar a flote su cuenta de divisas. Una buena parte de las sumas previstas para el equipo de las dos primeras bases proyectadas, Torrejón y Zaragoza, ha sido invertida en el pago de la harina que hoy comemos. Desde hoy al mes de junio de 1955 la construcción de esas dos bases aportarán, poco más a menos, 40 millones de dólares al Tesoro español. Los contratos serán firmados en la primera quincena de este mes de septiembre entre el grupo americano Brown-Raymond-Walsh, escogido por el Pentágono para dirigir los trabajos, y las sociedades españolas. Los pliegos de ofertas serán abiertos el 8 del corriente y los representantes americanos escogerán su candidato. Entre esos candidatos ha sido una gran sorpresa ver que los americanos exigían el depósito de 30 millones de pesetas como garantía de que los trabajos serán ejecutados. Como, seguramente, los Bancos no darán esta garantía sino a empresas poderosas, las favorecidas serán o bien el trust del Estado Agroman o bien alguna poderosa empresa privada.

A nosotros nos parece, sin embargo, que un depósito de garantía, sea tan considerable como sea, nunca será capaz de procurar la energía eléctrica y las materias primas que amenazan faltar rápidamente a los constructores, a menos que el régimen acepte sacrificar una parte del sector privado.

Madrid, Septiembre 1954






ArribaAbajoEditorial

España en Europa


Después de la resolución de la Asamblea Nacional Francesa sobre el Ejército Europeo de Defensa, la prensa y comentadores de radio han tratado el problema creado apuntando, como solución para compensar la ausencia de Francia, el robustecimiento de la defensa estratégica del Oeste de Europa reforzando los objetivos en Alemania y España. Al parecer, el Gobierno mismo está sometido a una fuerte presión en este sentido, pero sus esfuerzos en busca de una solución van en otro sentido.

No podernos seguir la línea de los que aconsejan el robustecimiento militar de Alemania y el refuerzo de esos mismos objetivos en España para sustituir la ausencia de Francia. Si es cierto que Europa no marcha sin Alemania no lo es menos que tampoco puede marchar sin Francia. Es el equilibrio entre estos dos países el que puede dar a Europa la establilidad para una acción común.

Reforzar los efectivos militares en Alemania occidental es hacer resurgir la amenaza de su tradicional política de guerra y esta vez la Alemania dividida iría primero a resolver un problema interno: su unidad. ¿Cómo la resolvería? Para nosotros eso es una incógnita. Aislada Francia ¿no intentaría Rusia establecer una alianza con ella?, y a su vez Francia ¿se encerraría en su aislamiento sin buscar otras alianzas?

Consideremos las perspectivas para España. Dos grandes hogueras la amenazarían con sus llamas: Francia hostil, apoyada por otras alianzas que los Estados Unidos, al norte; al sur Marruecos, el francés y el español. La tirantez que existe actualmente entre estos dos países llegaría a desembocar en una situación de violencia, por razones diversas. Las posesiones francesas de Marruecos servirían a Francia, o no la servirían y se servirían a ellas mismas desencadenando las amenazas de hoy. Marruecos español, pobre y menos disiplinado aún que el francés, no seguiría ciertamente otros mandatos que los de su propio desorden.

Nos encontraríamos, pues, en el Occidente, con una Alemania enemiga de Francia, una Francia enemiga de España, una España aislada bajo la amenaza de una doble lucha, la que ella entablara y la que le hicieran sufrir. España está en Europa. Los Estados Unidos tendrían el triste privilegio de presenciar el derrumbe de Europa, a la que han salvado dos veces.

Estamos frente a un problema grave, grave no quiere decir insoluble. No consideramos la actitud francesa como una tragedia, pueden estudiarse e intentarse soluciones y puede resolverse el problema creado si Alernania ayuda, si Alemania está dispuesta a cerrar ese abismo secular establecido entre ella y el resto de Europa, si es que está en condiciones de reincorporarse, moral y materialmente, a ella. Cierto, no es de Alemania de donde surge el problema actual. Alemania no tiene objección alguna que formular a la formación del Ejército Europeo, antes al contrario, la Alianza Militar Europea le soluciona problemas de diversa índole. Es a Francia a la que quita el sueño -deseándola y temiéndola- esta alianza, porque llegar a aceptar o a rechazar esa solución, dar el paso decisivo en uno u otro camino, es lo que ha deshecho sus gobiernos y sus hombres desde hace tres años: es el espectro de esa tragedia intermitente que viene sufriendo Francia desde hace un siglo.

La unidad de Europa es necesaria, pero no llegaremos a la unidad militar sin que se haya establecido su unidad moral y material. Esta unidad comprende también a España. España es Europa. Los ejércitos españoles no se unirán a las fuerzas combatientes de otros países democráticos mientras su sistema de gobierno sea impopular y antidemocrático. Si se llegara a aumentar el poder militar de España veríamos crecer sus conflictos con las potencias vecinas, ya tenemos bastantes pruebas de adónde quiere llegar cuando sus fuerzas se lo permitan. No se puede contar con España en una Europa desunida, no ayudaría mucho a resolver ninguna situación los conflictos que ella misma planteara.

Europa necesita solucionar otros problemas antes de llegar a la unidad militar, antes de poder marchar con paso decidido y actitud leal en un ejército que tiene que estar integrado por los respectivos pueblos. Ayudar a resolver estos problemas sin forzar el militar sería, a nuestro juicio, comenzar a ver claro en esta preparación estratégica, aleatoria siempre. La experiencia nos dice que los pactos de guerra en tiempos de paz son muy problemáticos, por el contrario, la unidad moral y material de los pueblos es la que permite hacer cálculos aproximados.




ArribaResumen de noticias

Jefe del nacionalismo árabe

El líder exilado de Istiglal (nacionalismo marroquí) Allal El Fassi, ha visitado España en los últimos días del mes de agosto.

Interrogado por los periodistas declaró que «se encontraba muy satisfecho de la actitud española en el pleito entre Francia y Marruecos».

La historia -continuó diciendo a un redactor del periódico El Alcázar- ha registrado ya la actitud noble de España en el conflicto franco-marroquí y este reconocimiento vive en el alma de todos mis compatriotas, en especial hacia el general García Valiño y a la capacidad del jefe del Estado, Generalísimo Franco.



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REVISTA DE LIBROS

Literatura:

Benito Durán; Ángel, Introducción al estudio del pensamiento de Unamuno, Granada, 1953.

El autor toma para su comentario La vida de don Quijote y Sancho y emite, según el mismo autor declara, juicios valorativos sobre Unamuno en las mentes jóvenes.

Casalduero, Joaquín, «Cántico» de Jorge Guillén, Madrid, Editorial Victoriano Suárez, 1953.

Clavería, Carlos, Temas de Unamuno, Madrid, 1953. Biblioteca Románica Hispánica.

Contiene cinco ensayos sobre Unamuno.

Cruz Rueda, Ángel, Mujeres de Azorín, Madrid, Biblioteca Nueva, 1953.

Glosa de tipos femeninos de las obras de Azorín, incluso su propia esposa.

García Lorca, Federico, Cinco farsas breves, Buenos Aires, Colección Contemporánea, Losada, 1954.

Cinco farsas deliciosas escritas en el periodo de juventud por el gran poeta desaparecido y publicadas gracias al entusiasmo y trabajo de su prologuista Guillermo de Torre.

Menéndez Pidal, Ramón, Romancero Hispánico, Madrid, Espasa Calpe, 1953, Tomos IX y X de las Obras Completas.

Oramí, Fray Miguel, Ortega y la filosofía, Madrid, Esplandián, 1953.

Obra en la que el autor arremete contra las teorías de Ortega y Gasset. Comprende seis estudios.

Novela y narración:

Cela, Camilo José, Mrs. Caldwell habla con su hijo, Barcelona, Destino, 1953.

La novela constituye una larga carta de una madre al hijo que se le murió del que estaba enamorada.

Gironella, José Maria, Los cipreses creen en Dios, Barcelona, Planeta, 1953.

Es la primera parte de una trilogía en la que el autor quiere reflejar la vida española, desde la República hasta el momento actual.

Fernández Almagro, Melchor, Vida y obra de Ganivet, Madrid, Revista de Occidente, 1953.

Nueva edición aumentada de la biografía que publicó el autor en 1925, y que fue Premio Charro-Hidalgo del Ateneo de Madrid.

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