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Ibérica por la libertad

Volumen 3, N.º 6, 15 de junio 1955

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IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA se consagra a la España del futuro, a la España liberal que será una amiga y una aliada de los Estados Unidos en el sentido espiritual y no sólo en sentido material.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones al pueblo americano y a los países de Hispano-América. Para aquellos que no son españoles, pero que simpatizan con estas aspiraciones, quedan abiertas así mismo las páginas de IBÉRICA.

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IBÉRICA se publica el día 15 de cada mes, en español y en inglés por Ibérica Publishing Co., Inc., 112 East 19 th St., New York 3, N. Y. Todo el material contenido en esta publicación es propiedad de Ibérica Publishing Co., Inc. y no puede ser reproducido en su integridad. Copyright 1955, Ibérica Publishing Co., Inc.

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ArribaAbajo¿Pueblos incapaces para la civilización democrática?

Víctor Raúl Haya de la Torre


El gobernante militar de Venezuela Coronel Jiménez declaró hace poco a la revista Time de Nueva York que el pueblo venezolano era aún incapaz de vivir, con plenitud de deberes y derechos, la civilizada vida democrática. Y que tal incapacidad justifica la existencia de un gobierno castrense o, con otras palabras, la dictadura.

Este aserto no es original. Ha sido repetido en América cada vez que un general se ha apoderado del gobierno. Y en España forma parte de las tres o cuatro respuestas que el general Franco se tiene elaboradas para responder a los periodistas del mundo libre cuando éstos le hacen alguna indiscreta pregunta acerca de su despotismo. Los pobres pueblos resultan por su retraso o barbarie -así oficialmente declarados-, merecedores de un gobierno de cuartel. Y a fin de prepararles para la vida digna de la libertad democrática, pues se les administra, como óptima pedagogía, la de la mordaza y el garrote.

Nuestra incapacidad indoamericana para la democracia es el socorrido argumento que con no poco desparpajo se esgrime aquí y allá para cohonestar el endémico mal de nuestro militarismo proclive a la conspiración, al asalto del poder por cuartelazo y al usufructo ilímite de los beneficios del gobierno por medio de la tiranía. Se dice que para nuestra vida democrática nos faltan clima y raza. Y se han troquelado lugares comunes de fácil repetición como aquel que asevera que la democracia es incompatible con los altos índices de analfabetismo que, sin duda, son deshonra de nuestras repúblicas.

Lo cierto es que donde el militarismo ha sido controlado, o liquidado, la democracia se ha posibilitado en América, a despecho de variantes raciales y climáticas: Costa Rica es un país de zona tropical y su sistema y espíritu democrático son ejemplares. Y en el mismo Caribe, donde se dan los militarismos más feroces, en las repúblicas llamadas «independientes», van apareciendo estables democracias de pueblos mestizos «coloniales» que pronto resultarán paradigmas a seguir en el resto de nuestra América: Las «West-Indies», o Indias Occidentales -destinadas para tarde o temprano a formar parte de nuestra comunidad- van señalando el camino: Jamaica es un caso; Puerto Rico es otro, y las Indias Holandesas que las emulan muy de cerca...

Uruguay y México son los dos polos de nuestra Democracia. Uruguay, país templado, de predominancia racial latino-europea, es, sin duda de las repúblicas que se hallan en la línea de los grandes sistemas sociales de Suiza y Escandinavia. Y con éstos, en proporción avanzada sobre la democracia norteamericana. México con sus 30 millones de íncolas mayoritariamente mestizos, depara otros problemas; mas, sin duda, avanza a paso seguro hacia una democracia íntegra. E importa señalar que la primera etapa cumplida en el desenvolvimiento democrático mexicano ha sido la eliminación del militarismo -aún del militarismo revolucionario- y el afianzamiento de la civilidad como signo inequívoco del progreso institucional del país.

Pese a sus agitaciones partidistas -un poco de mímesis francesa- Chile es una democracia estable, de las más estables de América. No es dato para dudar de la civilidad democrática chilena el hecho de verla ahora presidida por un veterano general. El mandato de éste proviene de una elección limpia y es él el único general chileno que en un periodo de hace ya varios decenios fue tentado por la mala política -dizque una tentación o contagio de origen centroamericano- y el único que hace unos treinta años, derrocó un gobierno civil e implantó una ominosa dictadura. El fin de ella fue una bella victoria de la opinión ciudadana chilena que arrojó por consenso público al militarismo del poder. Y ahora el general, ya sin arreos ni arrestos, ha vuelto al mando respaldado por la legitimidad electoral, a enmendar antiguos y descarriados pasos y a comportarse como presidente respetuoso de los derechos del pueblo.

Bueno es recordar que Chile tiene dadas a América lecciones relevantes que nos llevan a creer en la decencia civil de la democracia: El general Baquedano fue el vencedor de la guerra de 1879-84 entre Chile de un lado y el Perú y Bolivia del otro. El triunfo de las armas chilenas las hizo dueñas de toda la costa boliviana, y de la ingente zona salitrera del Perú, y Baquedano volvió a su país después de haber ocupado Lima sobre cuyo palacio virreinal flameó durante dos largos años la bandera vencedora. Ello no obstante, cuando el nombre de Baquedano fue propuesto para candidato a la presidencia de Chile -y las elecciones se realizaron durante la última parte de la guerra y al calor de las resonantes victorias chilenas- el general no fue elegido. Lo fue un civil honesto y pobre; don Domingo Santa María, el presidente de la victoria, quien al término de su mandato no tuvo casa en que vivir y sus amigos le obsequiaron una. Baquedano no fue nunca presidente de su país.

Además del casi legendario auto-sacrificio del presidente Balmaceda -que Getulio Vargas imitó acaso con iguales consecuencias en beneficio de la civilidad brasileña- para salvar a Chile de la lucha interna y seguramente de una dictadura militar, hay que recordar otros dos hechos ejemplares más propincuos y elocuentes: La elección de Alessandri en 1920, en la cual el partido Conservador por la decisiva intervención del arzobispo Crescente Errázuriz cedió voluntariamente el paso al candidato del Partido Liberal que enarbolaba un programa de separación de la Iglesia del Estado y acarreaba una fama de temible revolucionario; y el triunfo del Frente Popular en 1938. Aguirre Cerda llegó al poder por las elecciones de aquel año, mas sólo con una mayoría cercana a los 4 mil votos. Era la caída de las derechas y las Casandras de los cuartelazos daban por seguro uno en Chile. El jefe del ejército chileno -un general conservador- se adelantó a desmentir públicamente los rumores subversivos y a aconsejar al candidato vencido Ross a aceptar el exiguo fallo electoral.

He visitado Venezuela -y no solamente Caracas-, durante su lapso democrático en 1946 y en vísperas electorales. He estado en la región andina, tradicionalmente conservadora y criadero de tiranos. Puedo asegurar que yo no hallé que el pueblo venezolano fuera bárbaro, vale decir incapaz de la democracia. Contrariamente, asistí a demostraciones ciudadanas en nada diferentes a las de los países democráticamente civilizados. Y supe después de mi partida que las elecciones para miembros de la Constituyente se realizaron tan ordenada y honestamente como en cualquier país culto.

Pienso que Bolivia demuestra a las claras cómo la eliminación del militarismo abre paso al advenimiento de un orden democrático de profunda proyección social. Y el caso de Bolivia es singularmente estimulante para toda la zona andina del Perú, el Ecuador y el Nor-oeste argentino poblada por millones de descendientes de súbditos del Imperio de los Incas cuya raza, cuyo idioma y cuyas reivindicaciones son los mismos. Bolivia está enseñando a nuestros estados con poblaciones nativas que éstas -lo cual México y Guatemala confirman- son idóneas para la democracia. Más todavía, que en sus organizaciones y hábitos nativos la democracia se practica -los sistemas de elecciones son un ejemplo, en las comunidades de tradición incaica- pero siempre tiene un alto sentido social. Esta incidencia es la que el experimento boliviano está descubriendo. Y, descartado al factor negativo, antidemocrático, que representa el militarismo, la vida institucional indígena encuentra su tradicional confluencia de libertad y disciplina, caracterismo espontáneo de su idiosincrasia.

A mi ver, nada es más forzado y violento que la implantación de regímenes de dictadura militar en la Argentina y en el Perú. Psicológicamente, ambos pueblos son pacíficos -tal vez demasiado-, pero inadaptables a la regimentación y al régimen cuartelario. Claro está que en el militarismo peronista la demagogia y el terror son ingredientes mucho mejor combinados que en el Perú donde la experiencia de intimidación colectiva es mucho más larga y cruel. Pero a ambos pueblos se les achaca excesiva mansedumbre a causa de su aparente sumisión ante la brutalidad. En lo profundo de ambos hay, sin embargo, un tipo de resistencia pasiva, y a veces muy activa, indeclinables. No creo equivocarme al augurar que, en cualquier momento -tal aconteció en el Perú en 1945-, que en el Perú o en la Argentina se restauren las libertades civiles y caiga el militarismo, los pueblos entrarán inmediatamente por los cauces democráticos como quien toma un camino que conoce.

En el Brasil comprendí bien que es, de nuestros pueblos, el menos apto para tolerar un dictador, especialmente del tipo militar y sombrío que conocemos en los demás estados del Continente. Getulio fue un mandón civil. Y en agosto último, a pocas semanas de tantos trágicos sucesos, se lanzaban contra el presidente muchas cuchufletas desde tablados y corrillos tan divertidos y picantes como los de los teatros de barrio mexicanos... o los de París.

A poco de todo ello vino la hora del drama. Y cuando en la mente del pueblo brasileño estaba ya muy adentrada la convicción de que Getulio, pronto o después, pagaría con un cuartelazo su grito desafiante «O petroleo e nosso», vino el improviso suicidio. Cerro así el paso a un posible golpe militar y se mostró impertérrito pero sincero.

Todo lo cual respalda argumentalmente mi premisa: al caso de España quizá haya que aplicarle otra medida. La historia de España es la historia de la lucha del pueblo por la libertad; podríamos señalar múltiples fases en su desenvolvimiento que han sido evidentes pruebas de su indómita voluntad de libertad, de ahí los calificativos que se aplican a ese pueblo de indómito y fiero, independiente e individualista.

Anotemos al paso el levantamiento de las comunidades contra Carlos V, la guerra de independencia contra Napoleón, la implantación de la primera República en 1873, como reacción contra la situación caótica del país y los levantamientos militares. La fase más reciente y ejemplar hay que señalarla en aquellas elecciones del 12 de abril de 1931 que trajo la segunda República. Primera vez que los españoles pudieron manifestar su civismo, su decidido empuje para derribar una institución inservible y tomar pacíficamente el camino de la libertad. Pero esta conquista cerraba el camino a los dictadores militares. Así los generales de espíritu totalitario que hubieron de someterse a ese impulso pacífico y arrollador, trabajaron arteramente hasta aplastarlo sirviéndose de armas extranjeras, y el desarrollo cívico y cultural de España quedó detenido. Pero España no duerme y saldrá de esta pesadilla de horror totalitario dispuesta a emprender el camino llano, natural y propio de los pueblos: el camino de la libertad.

Respecto a nuestra América, el militarismo político, el general conspirador y profesional que convierte a su ejército en un partido político armado, y a las fuerzas armadas en fuerzas de ocupación de su propio país, representa en América la barbarie totalitaria y la anti-democracia. Todos nuestros pueblos podrían vivir sin ejércitos pero no aceptan vivir sin libertad.

Y ¿el remedio? Pues la unión de todas nuestras fuerzas armadas en un solo ejército continental -desde el momento en que después del Pacto de Río de 1947 ya no puede haber guerra entre nosotros- para la defensa de cualquier agresión extra-americana. Un comando y un arsenal interamericanos; menos generales pre-atómicos y más soldados-ciudadanos de una América unida para la libertad.

VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE




ArribaAbajoEspaña en 1955: Valencia

George Dennis


A decir verdad no esperaba encontrar ninguna cosa digna de anotar en Valencia. Salvo en el periodo de la Guerra Civil española en el que fue capital de la República durante un tiempo, Valencia no ha figurado nunca en la vanguardia de la política española. Los valencianos tienen bien ganada la reputación de gente alegre que toma la vida fácilmente, cualidades expresadas en la canción del maestro Padilla que hizo célebre en todo el mundo el nombre de Valencia. (Aun hoy, he oído decir, que «Valencia» es una de las piezas favoritas del repertorio de la orquesta de música del hotel más importante de Moscú.)

Valencia sigue siendo considerada, como lo expresa la Guide Bleu, «la tercera ciudad de España en población y la primera en prosperidad, a causa de la riqueza de la huerta que la rodea». Es una ciudad con una fuerte y profunda tradición democrática: aun hoy, igual que en los tiempos de Jaime el Conquistador y los Árabes, se sigue reuniendo el «Tribunal de las Aguas», tribunal que se reúne cada jueves en frente de la catedral para resolver conflictos sobre el derecho de las aguas de riego, compuesto de jueces campesinos, sin la intervención de ninguna otra autoridad.

Ilustración

En el pasado Valencia ha tenido siempre una tendencia izquierdista en política; pero aun cuando fue empujada a los extremos nacionalistas en la década de 1870, siempre fue un reflejo de la política del resto de España. Hoy no es este el caso.

Nuestra impresión es que en Valencia se agudiza el sentimiento regional y esta impresión nuestra se funda en varias razones. Observamos que este movimiento es tanto más notable si nos damos cuenta que Valencia habla un dialecto catalán, y que en la región no se ha producido ningún movimiento apreciable de regionalismo cultural, ni aun cuando esos movimientos florecían en Cataluña, en la región vasca y en Galicia. La conclusión es que la política del actual régimen español y los cambios que ha introducido han empujado a Valencia por esos caminos.

El movimiento regionalista de Valencia lo han engendrado varios factores: la dureza con que ha sido tratada Valencia después de la guerra, la política que sigue el régimen y la situación creada por la afluencia de masas considerables de españoles procedentes de otras regiones. Este último hecho ha producido una dislocación en la economía valenciana. En Valencia, como en todas las regiones adonde afluye un número considerable de individuos en demanda de trabajo, se hacen contra ellos dos acusaciones principales: «que no trabajan» y «que trabajan por nada». Al parecer la primera frase va dirigida contra los andaluces y la segunda contra los aragoneses.

Estas emigraciones no son nada nuevo, Valencia ha sido siempre la Meca tradicional de los aragoneses (los padres de Blasco Ibáñez, por ejemplo, eran aragoneses). Ahora el número de aragoneses que entran en Valencia es considerable y a estos se unen los murcianos en una escala a la que Barcelona puede estar acostumbrada, pero es nueva en la región valenciana. Esta dislocación no se ha producido solamente en la capital sino que se extiende a la huerta. En la región de Sueca -región eminentemente arrocera- los asalariados agrícolas sólo tienen labor dos o tres meses al año. Antes esos mismos trabajadores podían trabajar el resto del año cogiendo naranjas o legumbres, pero hoy la gran afluencia de los nuevos trabajadores ha roto el equilibrio económico.

La reacción de Valencia es típicamente española: estar resentidos y echar la culpa al gobierno. Un Valenciano, que se quejaba de que Valencia estuviera «infectada» por los «castellanos», se expresó así: «Imagine que un volcán ha surgido en los alrededores de la ciudad. Uno no puede culpar al gobierno por la apuración del volcán, pero hay que culparle si no hace nada por contrarrestar los daños que causa». Los chistes contra el gobierno tienen un fondo de agrio regionalismo. A la Delegación local del Ministerio de Información y Turismo la llaman «Delegación de la Inquisición y Turismo» y la Capitanía General es conocida con el nombre de «Oficina del Alto Comisario de España en Valencia».

El resentimiento contra los burócratas centralistas lo han expresado en las fiestas de las Fallas valencianas, fiesta tradicional que se celebra en Valencia el 19 de marzo. Una de estas grandes figuras confeccionada en papel y madera, como todas ellas, representaba un burro con pico de cigüeña y alas, volando sobre el Miguelete (la torre de la catedral que es el emblema de Valencia) dejando caer una cantidad de pequeños burros. Los censores, que eran «castellanos» no comprendieron la alusión; pero los censores locales explicaron que los burros representaban los burócratas, o mejor dicho, los «burro-cratas». Los censores con su superior juicio decidieron que la falla podía autorizarse, pero que al Miguelete debía ponérsele un sombrero cordobés para que la broma no tuviera sentido local.

Pero el regionalismo valenciano es más que una broma, ha llegado a ser una plataforma política. Se dice que busca una cooperación con Cataluña y las Baleares para defender así sus intereses comunes. Esta decisión parece que no ha sido fácil, los sentimientos de los valencianos respecto a los catalanes son ambivalentes: admiración por sus realizaciones mezclada con una cierta envidia.

Es imposible pasar algunos días en Valencia sin darse cuenta de los signos exteriores del regionalismo. Se ven libros escritos en la lengua local, la mayoría son libros de poesía y las librerías destacan también dos historias del «Reino de Valencia», en castellano y en valenciano. Con ocasión de alguna festividad, como por ejemplo durante la semana de las Fallas, se pueden ver tantas banderas valencianas como españolas, aunque debemos añadir que a los valencianos se les permite colocar su bandera regional, lo que no es permitido a los catalanes y lo que muestra también que a ese movimiento no le da importancia el Gobierno.

Las doctrinas regionalistas se difunden suavemente bajo la capa de clases de idiomas y clubs esportivos. El Centro Excursionista juega un papel semejante al de los Minyons de Muntanya en Cataluña. Después de todo no hay mejor sitio que las montañas para discusiones serias donde, como un español me decía, «uno puede ver siempre a algunos kilómetros de distancia al que llega». Pero el espíritu noconformista de Valencia es amplio. En las librerías podemos comprar Les Grands Cimetiéres sous la lune de Bernanos y L'Espoir de Malraux. Un poeta que vive en una pequeña aldea de la huerta, rechaza someter a la censura sus versos y ha publicado algunos como el siguiente:


«Reza, mi niño, reza
y cuando reces
no olvides pedir a Dios
nos libre del Diablo Español»



Los falangistas mismos no son inmunes al espíritu juguetón de Valencia. El pasado marzo se dieron instrucciones especiales desde Madrid a todos los periódicos españoles para que publicaran algo agradable sobre la llegada de la primavera. Levante, el periódico falangista de Valencia, publicó un artículo diciendo: «Que extraño país es España. Cada año publicamos artículos dando la bienvenida a la primavera, como si ella no apareciera cada año y fuera una cosa única». Continuaba recordando que la primavera trae catarros, gripes, ataques de asma y cosas parecidas. El artículo se titulaba «Quejas Primaverales». También tomó la orden en broma la revista La Codorniz, y en su número del 10 de abril publicó en su cubierta un dibujo de una mariposa clavada a un gran alfiler y llevaba por título «Cuando llegue la primavera...».

Otras fuerzas políticas de Valencia no aparecen a la superficie por razones fáciles de comprender. Valencia es hoy en su corazón republicana. Se señala que mientras que Alicante es considerada como un dominio comunista, Valencia continúa siendo un rescoldo anarquista. La política del ministro del Trabajo, Girón, que va dirigida a ganar la voluntad de los anarquistas, es muy visible en Valencia donde muchos de los nombramientos de los altos puestos en los sindicatos verticales recaen en anarquistas. Durante la celebración de una reunión del comité municipal de la C. N. T., fue sorprendida por la policía y los allí reunidos dijeron a la policía: «No se molesten en detenernos, porque tendrán que ponernos en libertad mañana». Y en efecto, fueron detenidos y liberados al día siguiente después de una llamada telefónica de Girón.

Una cosa está fuera de dudas: que el regionalismo no es un producto de la miseria. Durante un corto tiempo después de la Guerra Mundial la situación en Valencia era muy mala. El mismo ministro de Comercio tuvo que hacer frente a una fuerte protesta de los naranjeros cuando fue a visitar Valencia. Le dijeron que la falta de mercados para su producto era enteramente culpa del gobierno, porque la política que seguía les había puesto en malas relaciones con los países que eran sus principales clientes. Los huertanos amenazaron con cortar los naranjos si el gobierno no hacía algo para mejorar la situación y esta amenaza no fue una broma, los naranjeros empezaron a cortar los árboles. Pero hoy todo eso pertenece al pasado. La exportación de naranjas florece. El arroz valenciano se exporta hasta el Japón, y nuevas industrias, incluso industrias pesadas, se desarrollan en el Grao. Valencia, en comparación con el resto de España, es próspera.

Pero a pesar de esta prosperidad está insatisfecha. Una de las razones es el fracaso del régimen respeto a la preparación de las mentes y de los corazones españoles. Un doctor valenciano me decía: «Al fin de la guerra yo era un hombre joven preparado para aceptar cualquier credo, pero la juventud falangista y los sindicatos de estudiantes no me han dado nada. Lo único verdadero del falangismo ha sido las camisas y las marchas militares». El regionalismo llena este vacío político.

En resumen, el régimen, con sus inhabilidades y sus violencias, ha puesto en peligro en Valencia lo que pretende defender: la unidad de España. Ha seguido la política de Fernando el Católico, del Duque de Olivares, Felipe V y Fernando VII.

Llegamos a la conclusión de que si el régimen no cambia de táctica -lo que parece difícil- se irán gestando, acá y allá, fermentos políticos capaces de producir resultados contrarios a los que se ha propuesto.




ArribaAbajoEl tercer colonialismo

Manuel de Irujo1


La conferencia de Bandoeng definió dos clases de colonialismo. La primera es la que ejercen los pueblos de Europa occidental sobre extensos territorios poblados por hombres de color. La segunda la que Rusia ha impuesto a las naciones enclavadas en el centro y oriente de Europa. Pero, existe un tercer sistema colonialista. Es el implantado por el ejército de un país, ocupando militarmente su propio territorio e imponiendo a la ciudadanía un régimen autoritario. De este sistema tenemos abundantes ejemplos en los países de habla española, comenzando por Europa.

Los dos primeros sistemas se caracterizan por la claridad, o si se quiere por el cinismo del régimen aplicado. El tercero se mueve en la hipocresía, cubriendo una odiosa tiranía colonial con literatura patriótica. Es más fácil defenderse contra los dos primeros, no tan sólo por la claridad de su enunciamiento, sino porque, en ellos, la metrópoli y la colonia constituyen dos entidades perfectamente distintas y las más de las veces opuestas, cuando no enemigas. En el tercer sistema, por el contrario, la metrópoli y la colonia se confunden dentro de las fronteras del mismo territorio, y a esa confusión material acompaña la de los espíritus. La atonía acusada como gran crisis moral en los países que sufren este colonialismo, es el producto lógico y fatal de la asfixia intelectual impuesta por el diabólico sistema. En los dos primeros tipos coloniales, el patriotismo y el nacionalismo irredentistas son fuerzas que surgen por generación espontánea en el país oprimido, para luchar contra el opresor. En el tercero, el patriotismo y el nacionalismo son acaparados con exclusiva por el régimen que oprime al país. En el franquista, modelo perfecto de este tercer colonialismo, el slogan del tirano clama por la «España una, grande y libre».

Este tercer tipo de colonialismo produce, entre otros efectos, el de destruir las corrientes naturales de encauzamiento de la opinión pública. En la India, Pakistán, Birmania, Ceilán e Indonesia -por tomar ejemplo en las naciones surgidas últimamente de los imperios coloniales británico y holandés- los frentes eran claros, sin confusión posible. En la España franquista le sucede al pensamiento liberador como al avión que, en frase consagrada, no encuentra terreno en el que aterrizar.

Si algo se libra dentro del Estado Español de aquel régimen de sombras, es la parte del mismo en la cual, el tercer colonialismo participa de los dos primeros, como sucede de manera singular en Cataluña y Euzkadi. Catalanes y vascos padecen la ocupación militar como los demás. Pero en éstos, tanto el tirano que ejerce el poder como los ciudadanos que lo soportan, deleitan su espíritu nacional de la misma guisa en Cervantes y Tirso, Lope y Calderón, Teresa de Ávila y Juan de la Cruz. Mientras que para catalanes y vascos la tiranía colonial es un régimen asimilista -que dijo Don Manuel Azaña aplicado a sus características peculiares y distintivas, idioma, cultura, genio civil, instituciones, espíritu nacional y autonomía. Ésa es la causa de que las corrientes y manifestaciones antifranquistas más definidas -como fueron las huelgas- surjan en Barcelona, Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Pamplona. Un demócrata catalán o vasco tiene para enfrentarse contra la tiranía colonial todos los motivos que gravitan sobre otra cualquiera de Madrid o de Burgos, pero además de ellos, el específico de ser catalán o vasco.

Este hecho constituye pues una causa rica en consecuencias y que no debe olvidar ningún demócrata. Pero, la confusión producida por la dictadura totalitaria colonialista del tercer sistema es tal, que llega hasta producir el extraño fenómeno de que mentes demócratas -que creen serlo al menos- reaccionen en línea con las mismas consignas de la tiranía imperante. Así las hallamos en las columnas de Ibérica2 quebrando lanzas contra las autonomías, contra el federalismo, aun el más moderado y suave, contra los regionalismos calificados de egoístas y en pro de la unidad, siquiera fuese ficticia y forzada, de los nacionalistas, que construyan la «España verdaderamente Una, Grande y Libre».

Sucede a los demócratas españoles, oprimidos y encanijados por el ambiente mefítico de la dictadura franquista, algo que pudiera tener cierto parecido al fenómeno político-electoral británico. Una tercera parte de los trabajadores ingleses votan por los conservadores acuciados por el deseo de mantener con el Imperio el género de vida británico. En el último Parlamento disuelto, ni uno sólo de los diputados conservadores pertenecía a la clase obrera. En el Gabinete que ha convocado las elecciones una docena de sus Ministros son alumnos de Eton, el colegio de la aristocracia. La influencia tradicional y nacionalista triunfa en aquellos obreros sobre las ventajas emanadas del Estado-providencia. Mas la influencia proyectada por el nacionalismo franquista sobre los medios demócratas españoles se quiebra allí donde tropieza con otra corriente nacionalista, como es la que ha amamantado los movimientos irredentistas creadores de los renacimientos catalán y vasco, surgidos en el siglo pasado al aliento fecundo de la democracia, como dijo con justeza Don Manuel Azaña desde la jefatura del Gobierno de la República al discutirse los Estatutos de autonomía.

Lo lamentable en nuestro caso es que aquellas nefastas influencias, contrarias a la causa de la democracia, se vuelven también de espaldas al interés del país, a su naturaleza y a su historia, desconociendo la más auténtica y castiza de las tradiciones peninsulares, que nutre en los siglos el afán de libertad. Tito Livio (XLI, 4) refiriéndose al pretor Sempronio Gracco y a los vascones escribe: «Impuso a todos los pueblos de la comarca leyes terminantes y claras que les unían al pueblo romano con lazos de alianza y amistad cimentados en recíprocos juramentos. En las guerras que más adelante se originaron, la generación siguiente invocó con frecuencia la vigencia de estos tratados». Ahí tenemos en su esbozo siquiera sea rudimentario, lo que más adelante había de ser denominado régimen foral. Esos pactos de alianza y amistad contribuyeron, tal vez decisivamente, a que el pueblo vasco subsista hoy como grupo humano, con propia y peculiar personalidad, y a que el euskera siga oyéndose en los Pirineos Occidentales, pese al franquismo y a otras más fuertes tiranías que se han sucedido en el curso de la historia.

Cuando el pueblo vasco, unido en la Corona de Navarra, hubo de ofrecer a su rey un lema, éste fue el de «Honorem Dei Libertate Patria», fundido en las campanas de Santa María la Real de Nájera, que dieron al viento sus sonidos metálicos al 12 de Diciembre de 1052. En los albores del siglo XIII, por los mismos días en que era gestada la Carta Magna, las Ligas de los Infanzones de Abarca dejaban sentados sus afanes en el de «Pro Libertate Patria gens libera state», que hoy cubre el dintel y protege el acceso del Palacio de la Diputación en Pamplona. Son las Cortes de 1237 las que imponen el Fuero General a Teobaldo I, el rey trovador, porque nacido en extraño país y educado en extraño lenguaje, desconocía las leyes del Estado, siendo por ello necesario reducirlas a cuerpo escrito para que el rey las guarde y las haga guardar, a decir de su propio texto. Unido el Reino de Navarra al de Castilla en la persona del rey, éste, por acuerdo de las Cortes de 22 de Febrero de 1516, jura respetar al país su «Naturaleza Antigua» (Lagi-Zarra) en todas las funciones del Poder, «leyes, territorio, jurisdicción y gobierno», y de tal guisa lo vinieron haciendo, por sí o por medio de sus virreyes, todos los soberanos hasta Isabel II inclusive, proclamada como Isabel I de Navarra el I de Mayo de 1834. La Guerra de la Independencia, que une y hace vibrar en aquellos afanes de libertad a todas las tierras peninsulares, podrá ser proclamada patriótica, justa, necesaria y santa en todas ellas, pero solamente fue «legítima» allí donde la libertad se había reservado un régimen para buscar contenido y hacerse ley. Así fue como la Diputación Permanente de las Cortes de Navarra pudo declarar la guerra a Napoleón a nombre del Reino, el 29 de Agosto de 1808. Y cuando la aviación nazi, al servicio del franco-falangismo totalitario y nacionalista quiso infligir un castigo bárbaro y simbólico a la encarnación de la libertad y de la democracia por cuyo triunfo luchaba la República, destrozó el 25 de Abril de 1937 Guernica, la ciudad santa de los vascos, donde se venera el Árbol de la Libertad al que el himno de Iparraguirre pide que esparza sus frutos para todas las tierras del mundo.

Ésa es nuestra democracia. La defendimos contra los ejércitos fascistas ayer. La seguimos proclamando contra el régimen colonialista y totalitario de hoy. Por eso y para eso mantenemos nuestro exilio en cordial relación de solidaridad con todos los restantes refugiados y con los resistentes de todas las tierras de España. Tenemos mucho que aprender de todos los países, y muy en especial de la gran república del Norte de América. Pero, ni estamos dispuestos a renunciar a lo que somos para «imitar al gran país norteamericano y construir la España futura», ni mucho menos «comprendemos y hasta disculpamos la actual política norteamericana con España», como reza la carta publicada en Ibérica que motiva estos comentarios. La causa de la Libertad nos encontrará a su lado siempre, sean quienes fueren los que la defiendan y los que la combatan. Pero nosotros no podemos concebir que se afirme la causa de la libertad manteniendo una tiranía totalitaria, colonialista y ruinosa para el país, como es el régimen que encabeza el General Franco.

MANUEL DE IRUJO




ArribaAbajo Cartas de España

El intervencionismo en la siderurgia


Los estados totalitarios suelen tener por una de sus bases políticas el principio de la autonomía económica nacional. El principio de especialización económica en su industria y en su agricultura es algo que lesiona directamente la ortodoxia de esos países. La vida más o menos al margen de la comunidad política a que les obliga su constitución nacionalista e intransigente, les constriñe a esta autosuficiencia económica.

El gobierno de Franco, fruto de la unión en un solo hombre, ya que no en un solo partido, de un conjunto de tendencias absolutistas y totalitarias, no las ha podido coordinar en el campo de la economía; de forma que sus actos políticos y su legislación se contradicen a menudo con la teoría de Falange, tendencia ésta que ha dotado al régimen de una doctrina oficial.

Este problema se refleja en forma singular en la industria siderúrgica española, de considerable importancia para la economía de nuestra patria.

El Estado de Franco ha creado un Instituto Nacional de Industria (I. N. I.) para que, dotado con los fondos de la Hacienda Nacional, cubriese en primer lugar el profundo bache económico en que quedó sumida España tras la guerra 1936-39, y, en segundo lugar para que industrializase todo el país salvándolo así de la dependencia de economías extranjeras. El INI tiene como sistema la creación, en diversos puntos del país de enormes industrias en abierta competencia con las empresas privadas, las cuales, por otra parte, son gravadas con impuestos que van a reforzar la competencia estatal. Así el mineral de hierro que por obvias consideraciones estaba exento de ciertas tributaciones, ha sido gravado, entre otros motivos, para que se pueda construir la primera factoría estatal de Altos Hornos.

El proyecto de Avilés

El gobierno de Franco planeó en Asturias la creación de todo un combinado carbón-hierro. Para ello, ya que allí se encontraban las minas de hulla y antracita mejores del país y también suficientes yacimientos de pirita de hierro, hacía falta la construcción de un sistema de altos hornos, fundiciones, etc., junto a las mismas. Se eligió como enclave el pueblo de Avilés que se halla al final de una ría y se dotó al plan de un presupuesto inicial de 18 mil millones de pesetas. Se calcula que en el mejor de los casos, la futura factoría comenzará a producir dentro de 10 años. Los altos hornos están íntegramente comprados a firmas inglesas. El material de construcción, a diversos países. Como detalle podemos decir que en una draga que ha sido preciso alquilar a Holanda para dar profundidad a la ría de Avilés, que debe hacer las veces de puerto, se gastaban diariamente 200000 pesetas. Es evidente para cualquiera que haya visto la situación de pobreza en que se encuentra en general el pueblo español que España no puede subvenir, sin detrimento para su economía, planes que solo acaban en mentalidades colosalistas y en absoluto carentes del sentido de la medida.

No se trata de juzgar aquí las ventajas de una planificación de la economía o las que pudiera tener la libre concurrencia de las empresas, sino de ver como en la práctica la coexistencia de ambas posiciones, cuando se mantienen sobre un mismo objeto, no lleva sino a una desgraciada contradicción. Si el gobierno de Franco pretende planificar la producción de hierro, la solución lógica sería que nacionalizara las industrias existentes modernizándolas y aprovechando la experiencia del personal técnico, quién ha hecho posible la existencia hasta ahora de dicha producción. No se puede en ningún caso hacer competir en condiciones tan desiguales la producción del Estado con la de los particulares. El régimen actual permite que la industria española se vaya hundiendo en la estrechez mientras emprende por su cuenta obras que ignoramos si llegarán a cubrir su objetivo. En efecto, la producción española de mineral de hierro llegó a su máximo hace ya bastante tiempo, en 1929, con 6500000 toneladas, para bajar a medio millón en 1940, a consecuencia de la guerra civil. De entonces acá, tras quince años sólo se ha logrado remontar a 4 millones aproximadamente en 1954; cifra que quizá sea menor, pues la hemos calculado teniendo por base que de enero a octubre de 1954 se tenían obtenidas, según datos oficiales, 3292271 toneladas. Se produce pues algo más de la mitad que se producía antes de la guerra civil.

El señor Suanzes, Director del INI, reunió a los directivos de la industria siderúrgica en Madrid para comunicarles la decisión del gobierno. Alegó como explicación que la industria particular era insuficiente para el abasto nacional. En la entrevista, el señor Balvezar, eminente técnico de la metalurgia española, expresó gráficamente su desacuerdo y abandonó la sala. La reunión se disolvió en términos pocos cordiales.

Las grandes compañías de la metalurgia, Altos Hornos de Vizcaya, Duro Falguera, Fábrica de Mieres, estudiaron sus posibilidades y comunicaron al gobierno que con menos de la centésima parte del presupuesto del combinado de Avilés como ayuda económica, es decir con 180 millones de pesetas, podían producir y en un espacio de tiempo mucho más reducido, cuanto pudiera producir Avilés una vez terminado. La propuesta de las empresas privadas fue denegada.

Cómo se hace la distribución

La distribución del acero se realiza: del productor de hierro al almacenista y de éste al fabricante a través del Estado, el cual concede a los fabricantes unos cupos de tres tipos, según sea considerada la demanda de «preferentísima», «preferente» o «normal»; mediante lo cual el Estado tiene en sus manos la seguridad de la adhesión de unos cuantos negociantes que saben que solo mediante un mecanismo de favoritismos es posible lograr cupos de mayor preferencia.

Fácilmente se comprende la situación cada vez más precaria en que se encuentra la siderurgia de España en manos de un gobierno absolutamente falto del sentido de la realidad.

Como quiera que la acción del gobierno se extiende a casi todos los aspectos de la economía, su gestión viene a aumentar la miseria y el desequilibrio. Acaso al final todo ello redunde en su propio desmembramiento pero, de momento, constituye un agobiante peso sobre el pueblo español.

Bilbao, Mayo de 1955.

(Firmado) Un ingeniero español

Ilustración




ArribaAbajoNotas de Washington

Bart Allan


Los acuerdos sobre las bases americanas en España, firmados el 23 de septiembre de 1953, han llegado a donde se pretendía que llegasen: a formular la petición de entrada de España en la OTAN. La propuesta que persigue esa finalidad ha sido apadrinada por 14 senadores y presentada al Senado el 14 de mayo.

Cuando se negociaban los convenios se negó firmemente que tuvieran la intención de hacer entrar a España en la OTAN. Al tratarse la cuestión en la Casa de los Comunes en Inglaterra, Anthony Nutting, entonces sub-secretario de Asuntos Exteriores, y ahora secretario, dijo: «No hay cuestión sobre la entrada de la España de Franco en la OTAN».

Sin embargo desde la firma de estos tratados Franco, y sus partidarios en los Estados Unidos, han aumentado la presión para que esa aspiración llegue a ser una realidad. Se han publicado en España artículos reclamando que los E. U. «rectifiquen la injusticia cometida con España» y se le hiciera entrar en la OTAN y en las Naciones Unidas. La prensa hablaba de ese asunto como si formara parte del trato con los E. U.

Dos influencias igualmente poderosas respaldan la petición hecha al Senado. Una la del Pentágono, que pide una alianza militar permanente con España frente a toda oposición. Otra la del brazo político de la Iglesia Católica Romana en los E. U.

Debemos hacer notar que solamente 14 senadores han querido poner sus firmas en el escrito presentado al Senado pidiendo al Departamento de Estado que realice los trámites necesarios para que España sea invitada a formar parte de la OTAN como miembro de dicha organización. Para que llegue a ser efectiva esta petición ha de pasar por las dos casas, por el Congreso y por el Senado. Al parecer no hay muchas posibilidades para que pueda examinarse el asunto este año, especialmente si surge alguna oposición en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado o de la Cámara de Diputados. Los comités tienen que estudiar el asunto antes de votarlo. Pero podría ser presentado en la apertura de trabajo de la próxima sesión del Congreso en el otoño.

La necesidad de las bases disminuye

Los dirigentes de la política extranjera en Washington consideran que las futuras conferencias internacionales pueden disminuir la necesidad de las bases en las distintas partes del mundo, incluso en España. Seguramente esta cuestión irá en el orden del día de las próximas conferencias.

Esta situación se ha reflejado en la declaración hecha por Mr. Anthony Nutting, Ministro Británico de Asuntos Exteriores, a propósito del último plan de desarme: «Respeto a las bases militares en el extranjero», dijo Mr. Nutting, «el Reino Unido ha propuesto en su memorándum de 21 de mayo de 1954, que los acuerdos sobre las facilidades militares de toda clase deben ser incluidos en el tratado de desarme. Si se acuerda una mayor reducción en las fuerzas armadas y en los armamentos, la importancia de tales bases será reducida inmediata y naturalmente».

¿Predice eso una parada en la construcción de las bases navales y militares en España?

Debemos recordar que tanto Inglaterra como Francia tienen una preocupación especial sobre el hecho de que los E. U. ayudan a Franco a realizar sus ambiciones de llegar a ser un poder militar en el mediterráneo. Eso destruiría el tradicional equilibrio mediterráneo que, establecido desde las guerras de Napoleón, constituye la llave de la paz europea. Ambos países, Inglaterra y Francia, tienen fuertes razones para darse cuenta de que esa paz está ya perturbada por las actividades franquistas en el Norte de África y en el Estrecho de Gibraltar.

Solo $28 millones para asistencia económica

Es de esperar nuevas perturbaciones en la «imperturbable serenidad» del régimen franquista cuando el Congreso dé los últimos toques al mutual security bill, proyecto de seguridad mutua que incluye la asistencia económica y técnica para España según los acuerdos de las bases.

Debemos señalar también que el año pasado, cuando el proyecto señaló $55 millones y no los $85 millones que esperaban, la «imperturbable serenidad» de los hombres cerca de Franco fue grandemente perturbada y eso mismo se reflejó en artículos insultantes publicados en los periódicos Arriba y La Vanguardia, acusando a los E. U. de no hacer honor a su palabra al no cumplir sus promesas y proclamando que España no era un mendigo que pedía limosnas.

El proyecto de presupuesto de seguridad mutua de este año incluye solamente $28 millones para España, bajo el capítulo de Asistencia Técnica y Económica. Queda por ver qué influencia se van a poner en juego para aumentar esa cantidad. El programa de Seguridad Mutua para todos los países que disfrutan de él, llega a $3.5 billones, incluido los $100 millones de los fondos de emergencia de que dispone el Presidente. Es probable que Franco trate de obtener algo de esa cantidad promoviendo nuevas dificultades.

Críticas a la «Voz de América»

Dos comités, uno del Congreso y otro del Senado, están examinando la petición del USIA (United States Information Agency) que solicita un aumento del presupuesto para sus emisiones y centros de información en España.

Las declaraciones hechas por el director del USIA, Mr. Theodore G. Streibert, antiguo director de compañías de radio y cine y también de una empresa de panadería, se han presentado muy confusas. Sus contestaciones han sido evasivas y bastante escurridizas. Cuando se le presionó sobre la cuestión en España, tuvo el descaro de hablar de Turquía y Korea. Esa declaración dejó al Comité más confuso que antes sobre los asuntos de España.

Una cuestión formulada el año pasado por un miembro del Comité del Senado, quedó en el aire; ni la contestó el año pasado ni este año cuando se le ha vuelto a formular. La senadora Mrs. Margaret Chase Smith, de Maine, le interrogó también el año pasado sobre España, preguntándole cuándo había hecho la última evaluación de su trabajo en España y Streibert contestó: «Estamos constantemente tratando de comprobarlo. Hay una diferencia de opinión entre el personal de las emisiones aquí y el personal en España. Sobre las emisiones a Korea del Sur tengo en mi escritorio una diferencia total de opiniones». Y así, hábilmente, cambió el sujeto de conversación hacia Korea del Sur. Este año y frente al mismo Comité del Senado, cuando se le interrogó sobre la efectividad de los comunicados a la prensa española, empezó hablar de los servicios en Turquía...

«La Voz» no habla de democracia

Mr. Streibert y su ayudante, Mr. William L. Clark, han hecho declaraciones muy extrañas ante uno de los sub-comités del Comité de Asignaciones de la Cámara de Diputados. El presidente, Mr. John J. Rooney, preguntó a Streibert: ¿«Por qué es necesario tener 87 empleados en un país tan anti-comunista como España»?

Streibert contestó que las actividades anticomunistas eran sólo uno de los objetivos del USIA y dio la palabra a Clark, que dijo: «Nuestros objetivos en España, para los cuales pedimos un pequeño aumento en nuestro presupuesto, son explicar al pueblo español la asistencia económica y militar que recibe, como resultado de los acuerdos entre España y los E. U. Este acuerdo especifica que el gobierno español debe permitir que el pueblo se entere del desarrollo de esa ayuda que viene de nuestro país. Ésta es la razón principal por la que estamos allí».

No dijeron una sola palabra sobre la difusión de informaciones sobre la vida americana. La difusión de las ideas democráticas y la forma republicana de gobierno son, naturalmente, un crimen en España. Seguramente Streibert conocía la experiencia que habían tenido los españoles que visitaban los centros de información de los E. U. antes de la firma de los acuerdos. Muchos individuos fueron encarcelados por «comunistas» por el solo hecho de tratar de informarse sobre la democracia americana.

Esto no obstante Mr. Clark dijo: «Por la primera vez el pueblo español tiene la oportunidad de aprender algo sobre nuestro país, y por la primera vez tiene la suerte de salir de muchos cientos de años de aislamiento...».

El Presidente del Comité asustado preguntó a Clark: «¿Habla Vd. seriamente al hacer tales declaraciones aquí?».

«La prensa española es libre...»

Los miembros del Comité del Senado oyeron a Streibert hacer esta declaración tan sorprendente como falsa: Que la prensa española era libre, excepto para los asuntos militares. Quizá lo que Streibert quería decir es que en una dictadura militar todo es asunto militar.

El Senador Ellender que le interrogaba comentaba: «Vd. no puede hacer que publique la prensa española lo que Vd. quiere. Vd. sabe que está fuertemente censurada».

Streibert contestó: «La censura se extiende principalmente a la censura militar. La prensa no está censurada en lo que respecta a las noticias internacionales y en España, como en todos los países extranjeros, tenemos noticias de la política extranjera de los E. U., de las actividades del Congreso y de las declaraciones de la Administración».

Al preguntársele a Streibert que porcentaje de noticias suministradas por el USIA aparecía en la prensa española, contestó que no podía decirlo porque el USIA no hace resumen de eso y añadió que él no podía leer la prensa española.

BART ALLAN
Washington, junio 1955




ArribaAbajoSin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


¿Quién gobierna en España?

No es fácil enterarse de los entresijos de la política en la España actual. Creíamos que el Gobierno, el llamado Gobierno, gobernaba en España; es decir, creíamos que Franco y sus ministros dirigían la política española. Esto, naturalmente, sin ignorar que los ministros de Franco no son sus consejeros, sino meros ejecutores de las órdenes del General.

Pero estábamos en un error. Hoy podemos afirmar que España está dirigida por otras fuerzas, o mejor dicho, que España no la gobierna Franco y su Consejo de Ministros, sino los Capitanes Generales y el Alto Comisario en Marruecos; conglomerado que se reúne cada mes bajo la presidencia de Franco. De otro lado para nadie es un secreto la influencia que ejerce en Franco el Opus Dei.

Relacionando estos hechos la consecuencia es clara: Franco no se apoya en Falange, un sector de Falange es notorio que evoluciona dejando a un lado esperanzas monárquicas y franquismo a ultranza, y marcha hacia una concepción de república presidencialista y, posiblemente, hacia una democracia sindicalista. Todo ello nos lleva a la conclusión de que Franco se apoya actualmente sólo en la Iglesia y el Ejército. La juventud de Falange y la otra, marchan por caminos distintos del franquismo.

Núcleos juveniles

Siguiendo atentamente la prensa española, aun con las restricciones que la censura impone, es imposible dejar de apreciar la nueva trayectoria de las jóvenes generaciones. El periódico Juventud de Madrid, en su número del 19 de mayo, en artículo firmado, dice:

«¿Qué ocurre con la producción del cemento? El ingeniero de caminos y economista D. José González Paz, señala como consumo mínimo de este material previsto para el año 1955, un total de 3 millones 700 mil toneladas de cemento. Otros cálculos anteriores señalaban la cifra de 5 millones 700 mil toneladas.



La Gaceta de la Construcción afirmaba que el país precisaba de 10 millones de toneladas del mismo material.

«Por si España no tuviera confusiones bastantes el director gerente de la Portland Asland, en una entrevista publicada por El Correo Catalán, aseguraba paladinamente: "Ha llegado el momento de pensar mucho antes de hacer nuevas instalaciones". El Economista en su número del 26 de febrero expresaba el temor de que el mantenimiento en constante progresión de la producción de cemento pudiera crear situaciones de almacenamiento que repercutirían en la industria. El mismo periódico, más tarde, difundía comentarios alarmistas sobre el intento de crear nuevas instalaciones de cemento.

»Todo esto ocurre en un país en que públicamente se conoce el mercado negro de cemento en el que la cotización excede de un 200 por 100 del precio oficial.

»Existen momentos en que nos parece estar viviendo dentro de una sociedad demencial. Nos empeñamos y ni aun así encontramos explicaciones naturales a las cosas. Pero otras veces hallamos intermedios de una lucidez escandalosa. Advertimos el espantoso cinismo de las gentes, la inmoralidad más insolente, la avaricia más cruenta, la más insoportable falta de colaboración en la estabilidad de España. Avaricia, inmoralidad, cinismo, falta de palpitaciones nacionales que traban en un cilicio la realidad española que estamos viviendo. Todo ello y mucho más está impreso en la actual situación de la industria del cemento cuya actitud no vacilamos en calificar de escandalosa».



Todo esto está dicho por un miembro de la juventud de Falange.

La situación médica en España

Seguimos examinando nuestra prensa controlada por la censura. El doctor Navarro Gutiérrez escribe en el ABC de Madrid, en el número del 21 de mayo, lo siguiente:

«Yo me acuerdo que cuando me inicié en los estudios médicos, mi padre, que era funcionario del Estado, entre otras muchas excelencias de esta profesión, me alababa su espíritu liberal, su independencia. No hay jefes, me decía; el médico depende de sí mismo; de su valía, de su tensión en el estudio, de su asiduidad. Cuando ya adentrado en años y en la profesión he recordado las frases de mi pobre padre, he comprendido cuán equivocado estaba con el espejuelo de los médicos que él conoció en su época.

»No un jefe; uno, dos, cinco, cincuenta, innúmeros son los jefes que soporta el médico en el ejercicio de su profesión. Unos están situados en los diversos escalones de la Administración; otros en las diversas administraciones provinciales, municipales, de empresas particulares. Todos le ordenan, todos le mandan, todos le exigen, todos le amenazan, todos le castigan; y el pobre médico, que necesita varios empleos, dado la exigüidad de las soldadas para poder subsistir, acaba por caer en un tremendo complejo de angustia. Ignora el recóndito misterio que alienta en las altas instituciones que le gobiernan y si su actuación medrosa y vacilante podrá irritar, en cualquier momento a cualquiera de sus jerarcas.

»Pero con todo y con eso ese pobre médico entenebrecido, acongojado, goza de la inmensa felicidad de tener uno o varios de esos empleíllos que le permiten ir tirando. Mas hay una inmensa legión, que aumenta sus filas de año en año, que contempla a los colegas situados con el mirar iracundo del que tiene hambre insatisfecha. Son los cientos y cientos de médicos que vomitan las Facultades cada año; que se ven obligados a vivir de sustituciones, de interinidades, de pequeños trabajos profesionales de retribución casi etérea, o lo que es más triste, a prostituir su profesión con el desempeño de menesteres subalternos».



Por hoy van esas dos pruebas documentales del despertar de la nueva generación. La fuerza de ciertas realidades de la España actual es tal que la mordaza de la censura de prensa no puede llegar a ahogarla.

Madrid, junio 1955

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El general Franco advierte...

«Mucho cuidado y mucha cautela con esos países de los odios y de las envidias históricas. Siguen en acecho, esperando cualquier coyuntura que les permita volver a ponernos sus pezuñas encima... E incluso mucho cuidado con algún país de esos que nos boicotearon y aislaron y que, aun cuando ahora nos pasa la mano, nos prodiga su amistad y hasta, aunque con restricciones, nos ayuda y simula protegernos; no sería nada nuevo ni extraño que, por fenómenos y circunstancias movedizos a que siempre está sujeta la política internacional, las cosas y las amistades cambiasen...»3.








ArribaAbajoEditorial

Peligros del «Realismo»


Se querrá o no se querrá tener en cuenta, pero la realidad de la vida española se hace presente; en las universidades, en las fábricas y talleres, en los sindicatos «dirigidos», en los campos; corre por las calles disimulando y bromeando. Se la puede tener en cuenta o no, según se considere, en un momento determinado, perjudicial o beneficiosa para la política internacional que lleva su realismo a vivir al día, mejor dicho, al minuto. Pero la realidad española se hace visible a aquellos ojos que quieren ver.

La política al menudeo es tan onerosa para la moral y tan poco responsable que inclina a la prensa -a la prensa libre, nos referimos- a emitir apreciaciones contradictorias sobre hechos idénticos. Esta conducta es peligrosa porque es falsa, porque va contra la verdad esparciendo dudas y vacilaciones en el lector consciente, es decir, en el público que cuenta, en la masa capaz de imprimir en un momento dado una orientación distinta a la trayectoria de la política nacional e internacional.

Y hablamos citando ejemplos: la advertencia que hizo el general Franco a Falange sobre la suerte que les estaba reservada a «los traidores» y el discurso reciente del jefe del Frente de juventudes, Sr. Elola, en Ciudad Real -que no en Madrid- los recogió la prensa como signos elocuentes y acusadores de la división surgida en Falange, que se venía gestando desde hace tiempo. Esos mismos hechos, la advertencia de Franco y el discurso del jefe del Frente de juventudes, se han presentado recientemente como signos de la unidad de Falange...

La primera interpretación era la justa, y decimos que era la justa, no porque nos inclinemos más a ella, sino porque fue hecha bajo la dura impresión de la situación real, sin mixtificaciones ni influencias del momento. Hoy, al interpretar esos hechos de manera distinta, se dice que ellos han marcado la «calma» que existe dentro de Falange -afirmación hecha en un periódico europeo.

La honestidad periodística nos aconseja en este caso dejar a un lado nuestros propios razonamientos y presentar al lector párrafos del discurso a que nos venimos refiriendo y que copiamos del periódico español Ya: «Se ha creado un estado de confusión y de alarma que afecta peligrosamente a nuestros jóvenes militantes. No existe ninguna razón para la confusión y menos para la desesperación. Los que crean ese clima de subversión y algaradas, aun si van de buena fe, se equivocan queriendo justificar su lealtad a algunos principios revolucionarios». Estas frases son las esenciales del discurso.

Debemos aclarar que al iniciar su discurso el jefe del Frente de juventudes dijo que hablaba en nombre del general Franco, y advirtió que su discurso iba dirigido «a aquellos que se sublevan contra la política de Falange en el seno de Falange misma».

Por lo que respecta a la advertencia hecha por el general Franco, ella fue precedida de sustituciones en los puestos directivos de Falange, que fueron hechas en el mes de enero. A las medidas tomadas por Franco, a las advertencias formuladas y al discurso del jefe del Frente de juventudes, Sr. Elola, pronunciado cuatro meses después de aquella advertencia, no es posible darles otra significación que la que tienen: la división en el seno de Falange. Ésta fue la significación primera que se dio a esos acontecimientos. La situación del movimiento juvenil presenta esta realidad: Falange está sin vigor, vacía. El grupo más activo marcha hacia una estructura republicano-sindicalista, otro grupo -y no el menos importante- va entrando en la órbita comunista y una minoría, a la que el discurso del Sr. Elola iba dirigido, sigue ortodoxa, antimonárquica y anticlerical y de ella sale el pequeño grupo de los que se pliegan a una evolución monárquica.

*  *  *

La lucha entre monárquicos y falangistas continúa, es sólo un episodio del malestar general: el régimen no tiene contenido. Los financieros vienen formulando sus advertencias desde hace tiempo, los agricultores han mostrado su descontento, la clase campesina y obrera sufre sin resignarse.

Ésa es la realidad española.

Falsear la realidad con informaciones y comentarios dictados por un «realismo» de cortos alcances, es ayudar a ocultar la verdadera situación de aquel país, es prolongar el estado de inquietud en que viven los españoles, es retardar el cambio democrático que es necesario, es ayudar al desarrollo del comunismo y, en definitiva, es traicionar los intereses de los países auténticamente democráticos.




ArribaResumen de noticias

Delegados soviéticos visitan Madrid

La prensa española y la americana han guardado silencio sobre la presencia de dos delegados soviéticos en Madrid.

En calidad de técnicos soviéticos han asistido al Congreso de Estandarización Internacional de Rodamientos, celebrado en Madrid en la primera quincena del mes de mayo, los Srs. Constantin Gonchorov y Grordep Jaouri, ambos han circulado libremente por Madrid acompañados, según dice la prensa francesa, por dos inspectores españoles. Se han hospedado en un lujoso apartamento de uno de los mejores hoteles de Madrid, han visitado las Cortes y han disfrutado de las diversiones que ofrece Madrid en primavera a los turistas.

A los intercambios de productos entre ambos países -mercurio, plomo y textiles españoles, contra trigo, carbón y algodón ruso, y al tratado comercial, siguen estas visitas oficiales, lo que es índice de que se dan los primeros pasos para entablar otras negociaciones. Avances de Moscú a Madrid, a sentimiento del gobierno franquista; interferencia quizá en las relaciones de los Estados Unidos con España.


Energía Atómica para España

WASHINGTON - Representantes de los Estados Unidos y España han llegado a un acuerdo en virtud del cual los E. U. se comprometen a suministrar a España un reactor atómico para el desarrollo y uso pacífico de esa energía. El acuerdo ha sido firmado por el Presidente de la Comisión de Energía Atómica, Almirante Lewis S. Strauss, por el Subsecretario de Estado de Asuntos Europeos, Mr. Livingston T. Merchant y por el Embajador de Franco, José María de Areilza.

España recibirá información sobre dibujos, construcción y operación de reactores. La industria privada americana podrá suministrar equipos y servicios que interesen a España. La Comisión de Energía Atómica arrienda a España cerca de 6 kilos de uranio. El acuerdo tiene por base que estas investigaciones y actividades irán dirigidas al empleo pacífico de las mismas, tales como investigaciones médicas y biológicas y aplicaciones industriales y agrícolas.

El acuerdo no tendrá efectividad hasta que sea aprobado por el Congreso.


El paraíso de los turistas

Ángel Elardo, un veterano del ejército americano de 44 años de edad, que ha prestado sus servicios en la campaña de África del Norte durante la guerra mundial, y que trabajó como panadero en la Marina de los Estados Unidos después de la guerra, cogió sus ahorros y salió para «recorrer el mundo», como declaró al corresponsal de New York Times en Madrid. Pero hasta ahora no ha visto del mundo más que el interior de una cárcel española, donde pasó la primavera. Al menos esto ha sido una nueva experiencia para el Sr. Elardo, que no había sido detenido nunca.

En el New York Times del 26 de mayo, su corresponsal en Madrid decía: «Su crimen, según la policía, era que había expresado repetidamente que no le gustaba como gobernaba el país el General Franco», sin embargo ningunos cargos se hicieron contra él cuando fue detenido.

«A requerimientos de las autoridades de Madrid el Federal Bureau of Investigation norteamericano hizo una investigación que ha tomado alrededor de seis semanas. Durante este tiempo el Sr. Elardo pasó doce días en periodo de aislamiento.

»El doce de mayo se le dijo que iba ser juzgado por "el delito de haber insultado al jefe del estado". Sin embargo cuando el F. B. I. informó que el Sr. Elardo no era comunista, el Consulado pudo obtener su libertad, después de 2% meses de prisión, y bajo la condición de que tenía que abandonar el país».




Ofensiva franquista contra los refugiados

El semanario Paris-Match, en su edición del 28 de mayo da precisiones respecto al «trato» que pretende establecer el gobierno franquista con el gobierno francés. España promete suspender las emisiones de Radio-Tetuán, Francia en contrapartida ofrecería ventajas económicas, apoyaría la candidatura de España para su entrada en las U. N. y modificaría su política hacia los refugiados españoles en Francia.

El Sr. Pinay, requerido ante la Comisión de Asuntos Extranjeros de la Asamblea para aclarar la cuestión, precisó: que el gobierno franquista pedía la expulsión del gobierno republicano español, la disolución de las organizaciones antifranquistas, la supresión de sus publicaciones y que se prohíba a los refugiados españoles residir cerca de la frontera española.

El Sr. Pinay afirmó que «El gobierno francés no contravendría las leyes de la hospitalidad».

Si el gobierno francés estuviera dispuesto a pasar por encima de las leyes de la hospitalidad, contravendría también los acuerdos de la convención de Ginebra y la Carta de las Naciones Unidas...


Una cena para M. Pinay

Al Sr. Pinay, ministro de Asuntos Extranjeros de Francia, asistió a una cena dada en su honor en la Embajada española de París por el Conde de Casa Rojas. A esa cena asistieron también: El Cardenal Feltin, Mons. Marella (Nuncio Apostólico), Mons. Quiroga (Cardenal de Compostela), y Mons. Cantero (Obispo de Huelva).


ORIT contra Franco

En el III Congreso de la Organización Regional Interamericana del Trabajo (ORIT), celebrado en Costa Rica en el pasado mes de abril, la Confederación Sindical del Uruguay presentó una propuesta que fue aprobada por la Comisión de Proposiciones y por el plenario del Congreso, en virtud de la cual se acordó 1.º) enviar a la Unión General de Trabajadores de España en el exilio el fraterno saludo y reiterarle la solidaridad de los trabajadores de América en la lucha que ellos libran para recuperar la libertad conculcada en su patria. 2.º) que las organizaciones libres y democráticas del mundo se opongan a los intentos del dictador Francisco Franco de ser aceptado en las organizaciones internacionales de carácter consultivo o deliberativo y a toda ayuda que se brinde a la tiranía franquista.


El problema de la Siderurgia de Avilés

(OPE) Sigue la controversia entre el economista Paris Eguilaz y el ingeniero Aranguren sobre la cuestión siderúrgica.

En un número de la revista Minería y Metalurgia, que con este motivo se ha agotado, Paris Eguilaz ha replicado pronunciándose más abiertamente todavía contra toda nacionalización, camuflada o a plena luz. Opina que la construcción en Avilés de unas grandes acerías del Estado constituyen una nueva complicación y que las sugestiones de Aranguren son otra manera susceptible de moderar la marcha de la industria privada.

Aprovechando la clausura del Congreso de Ingeniería naval, el señor Planell, ministro de Industria, se ha referido a las críticas que se hacen a la Siderúrgica de Avilés, y dijo que los autores de estas críticas se olvidan de que todas las naciones de Europa han pasado por trances parecidos... No niego -prosiguió el ministro- que en los primeros años, cuando la normalidad se produzca, habrá exceso de acero, pero ello será un fenómeno pasajero, porque además de lo que absorberá la construcción naval, podrá dedicarse a la exportación, tanto en bruto como manufacturado.


Represiones en España

En Barcelona se hizo público el día 15 de mayo que ocho trabajadores, entre ellos dos mujeres, habían sido detenidos por haber impreso un periódico clandestino. La policía hizo un registro en un inmueble de la calle San Paulino de Noya y descubrió una imprenta clandestina en la que se imprimía el periódico Solidaridad Obrera, órgano de la Confederación Nacional del Trabajo, organización hoy considerada ilegal.

Se nos informa que esos hombres y mujeres han sido maltratados y torturados y que algunos de ellos están en estado crítico.


Agitación en Tetuán

En los círculos intelectuales de la zona española de Marruecos se observa actualmente cierta agitación. Aun cuando las noticias de tipo político consiguen pasar muy difícilmente el telón establecido por el Comisario General García Valiño, se sabe de fuente autorizada que se han registrado manifestaciones en Tetuán.

Un joven estudiante marroquí ha sido encarcelado por haber redactado un artículo pidiendo a las autoridades españolas que cumplieran sus promesas de dar a los marroquíes los empleos a los que creían tener derecho a aspirar. También fueron detenidos dos redactores de un periódico de lengua árabe por no haber denunciado al joven estudiante.

Una manifestación de alumnos de la Escuela Politécnica de Tetuán se dirigió a la residencia del Alto Comisario para protestar contra estas detenciones. Sin ser recibidos por el Alto Comisario se les rechazó enérgicamente. Los estudiantes se declararon en huelga y la Escuela tuvo que cerrar sus puertas.


Consejo Federal Español del movimiento Europeo

El Consejo Federal Español del Movimiento Europeo se ha reunido en París, en los salones de la Delegación Vasca, el sábado 14 de mayo, bajo la presidencia de D. Salvador de Madariaga.

El Consejo analizó y discutió varios informes y comunicaciones procedentes de diversos grupos del interior. Se acordó entre otras cosas, invitar a los grupos del interior que de una manera sincera y espontánea vienen trabajando en favor de una integración y de una federación europea, a perseverar en la actitud tradicional de pureza ideológica y de objetividad programática que les ha caracterizado en el pasado. Se acordó también reunir las líneas generales de lo que podría constituir la Carta mínima del Federalismo europeo en España.

El Consejo decidió celebrar las Jornadas Europeas 1955 en Toulouse los días 20 y 21 de agosto próximo. Estas jornadas de estudio, como las anteriores, serán destinadas a la juventud en el destierro de los diferentes sectores democráticos de la Península: socialistas, sindicalistas, liberales, catalanes y vascos. El tema de las Jornadas Europeas 1955 será la solidaridad económica y política de una Europa unida en favor de las regiones rezagadas de la cuenca mediterránea y en particular de España. El programa de las jornadas constará de un gran miting público y de varias sesiones de discusión y estudio.

En el transcurso de la reunión el Consejo recibió oficialmente la visita de las Sras. Victoria Kent y Louise Crane, Directora y Editora de Ibérica. Después de unas palabras de bienvenida, pronunciadas por el Sr. de Madariaga, un diálogo ameno y cordial se estableció entre las visitantes y los miembros del Consejo. Unos y otros hicieron votos en favor de ambas empresas y decidieron establecer lazos estrechos de colaboración y de amistad para el futuro.



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