afecto a Darío, cuyo prólogo me gusta, no por literario, o mejor dicho, aparte literatura, sino porque él también pone el dedo en las llagas. Veo con gusto que nuestro gran poeta toma el buen camino. No se olvide Ud., amigo Ugarte, de decirle todo esto de parte mía.
¿Ve Ud. a [ilegible]? ¿Ve a Carrillo? ¿Le ha escrito Leopoldo Díaz?
Escríbame, hábleme de Ud. y hábleme de París.
Un abrazo. Rufino Blanco Fombona |