La palabra diversa
La palabra que ama
-I-
-II-
-III-
-IV-
-VI-
-VII-
-VIII-
A mi hermana
-IX-
-X-
-XI-
A Karina Fuks
-XII-
Tres sonetos para mi hija Florencia
-XIII-
-XIV-
-XV-
-XVI-
-XVII-
-XVIII-
-XIX-
-XX-
Tres sonetos para escribir el nombre de mi hija Sofía
-XXI-
A mi madre
-XXII-
A mi padre
-XXIII-
-XXIV-
Soneto
A Facundo Luengo, i.m.
-XXV-
-XXVI-
-XXVII-
La palabra que duda
-V-
-XXVIII-
-XXIX-
-XXX-
-XXXI-
-XXXII-
-XXXIII-
-XXXIV-
-XXXV-
La palabra que clama
A Pumamarca
La palabra que reza
Los Sacramentos
A Lindsay Kemps
Las Bienaventuranzas
A mi casa volveré a beber
A todo individuo
Afuera está la vida
Alguna vez será mi muerte.
Casi nunca estamos
Con sólo imaginar
Contra mi pecho golpea tu mirada
Creí que el universo, espiralado e infinito ,
Cuando de noche, Dios, pienso en mi día
Cuando emprendió el camino de regreso
Cuando naciste vos, yo no sabía,
Cuando supe del mar quise beberlo
Cuando vos y yo mi amor nos abrazamos
De mí desprendí yo todos los rasgos
Descubro la poesía
Dice el poeta a su confesor
Dios debería ser una madre
El amor que sentimos
El cansancio es un miedo del cuerpo
El espejo
El silencio de Dios se expresa.
El vientre. Plácido mundo de silencio y calor.
Era el trazo azul
Es azul la montaña que veo
Está mi corazón lleno de luces
Este dolor no hace sufrir
Explicar nuestro tiempo sería un desatino
Felices los que tienen espíritu de pobres
Harto de mí
Hay montañas en esta ciudad.
Hay una planta cerca mío
Hay una tarea que me inhibe. Juro
Hoy no tengo la carga de la muerte sobre mí
Hoy recupero el instinto original
Hoy vi a un Santo sangrar por su boca
Hube entendido que el todo y que la nada
Igual a la tristeza de mis tripas
Intentar contar lo indefinible
La ceremonia
La cordura está ahí
La lluvia lava el alma
La luna es madre que abriga
La medida de mi imaginario
La memoria
La palabra es mi modo.
La terrible costumbre de morir
Los niños del mundo
Me he arrancado los ojos.
Me separan el cuerpo en dos
Mi hija no me sabrá.
Mi poema descifra mi tristeza
Mis ojos miran, y ven
Nacen de mí
Nada está aquí sucediendo ahora.
Nada fue azaroso.
No aceptar la muerte
No dejo de arriesgarme al poema
No entra
No es dado a mí ordenar
Noche.
Nocturno refugio de heridas
Nombro al asombro
Nosotros somos
Otro más
Pensé, mientras pensaba el último de los tres deseos,
Pleno de yo
Por momentos
Presencia que no cede
¡Qué ganas de ser yo mi propio hijo!
¿Quién se atreve a mí?
¡Quién se atreve a reclamar su deuda!
Respira mi hija
Rosa mustia quieta rota.
¿Sabrá mi flor
Se pierde la memoria
Se secarán todas las cosas de la tierra
Solemne pasajero
Somos tantos
Soy de la tribu
Soy Groucho Marx
Soy yo el que está incendiando el vuelo de la muerte.
Su garganta canta
Tengo
Todas las noches
Triste escribir poemas es
¿Vendrás, papá, cuando mi infancia te reclame?
Veo la otra orilla desde mi ventana.
¡Y harás tu Hamlet! ¡Será en un escenario!
Y mis pestañas recortan el sol
Ya sabe Florencia
Ya sabían los antiguos griegos
Yo no puedo dejar de inquietarme
Yo, que no sé demasiado
One fine body…