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Poemas a la temprana muerte de Don Baltasar Carlos, Príncipe de las Españas
En las honras que la Compañía de Jesús (siempre anticipada, siempre atenta al reconocimiento de sus católicos príncipes) hizo a la temprana muerte del heredero desta dilatada Monarquía, por declarar más lo cuidadoso de su afecto en lo particular del asunto: estudió su atención por fúnebre Pira, por honoraria aguja una hermosísima flor de lis, que nacía del tercer cuerpo, en que crecía en compasada altura lo capaz, y vistoso del túmulo, que se levantó en su iglesia: si guarnecido, y acompañado, y acompañado de variedad de hachas, y luces; si adornado de ingeniosos poemas; orladas también las hojas de su lis en proporción maravillosa, de multitud de bujías, y tan imitada al natural esta flor, que se podía atribuir a prodigio, cómo entre tantas llamas conservaba lozana su hermosura; cómo entre tantos incendios no se ajaba su florido candor. Cuyo vistoso aparato, cuya ingeniosa armonía se procuró descifrar en aqueste. [21]
Soneto estrambotado | |||||
(10) | |||||
Esa Pira, que asciende misteriosa | |||||
De tanta ardiente llama coronada, | |||||
Esa Esfera de Estrellas ilustrada, | |||||
Que a un sol hoy sostituye dolorosa: | |||||
Enigma es sacro, cifra es luminosa | 5 | ||||
De nuestra Compañía, que ajustada | |||||
A la pena común, tiene llorada | |||||
La pena que le toca más ganosa, | |||||
Cuando haciendo sus lágrimas corriente, | |||||
Fecunda así de Carlos la Ceniza, | 10 | ||||
Que a su riesgo, su Lis brota fragrante; | |||||
Siendo el amor abeja diligente, | |||||
Que de sus hojas bellas que eterniza, | |||||
Néctar llora, y la cera vigilante; | |||||
Pues tanto verlo adquiere en lo elegante, | 15 | ||||
La dulzura que goza, si esa Pira | |||||
La cera, que en su humor tanta luz gira. | [22] |
A la flor de la temprana muerte del Príncipe Don Baltasar Carlos | |||||
Admirad flores en mí | |||||
Lo que va de ayer a hoy, | |||||
Que ayer Lis de España fuí, | |||||
Hoy flor de ese Cielo soy. | |||||
En el jardín Español | |||||
tan agraciada me hallaron, | |||||
que las flores me juraron | |||||
(Astros del prado) por Sol: | |||||
pero al primer arrebol | 5 | ||||
toda esta pompa perdí, | |||||
y así en aquello que fuí | |||||
no admitiréis la Majestad, | |||||
antes bien la brevedad | |||||
Admirad flores de mí. | 10 | ||||
Ayer en botón vistosa | |||||
fuí de todos aplaudida, | |||||
que aún m apuntaba la vida, | |||||
y ya me aclamaban rosa: | |||||
mas �ay que acción tan ociosa! | 15 | ||||
pues la muerte en que hoy estoy, | |||||
me acuerda cuan breve soy, | |||||
en mí dejando enseñanza, | |||||
en que advierta la esperanza, | |||||
Lo que va de ayer a hoy. | 20 | ||||
Que breve vida, diréis, | |||||
tiene el Príncipe de España, | |||||
pues del hado a la guadaña | |||||
morir tan en flor le veis: | |||||
pero ya no os admiréis, | 25 | ||||
responde Carlos, que así | |||||
mi vida toda adquirí, | |||||
que si hoy muerto he como flor, | |||||
se declara así mejor. | |||||
Que ayer Lis de España fuí. | 30 | ||||
Sólo mi muerte temprana | |||||
ha sido para este suelo; | |||||
pero mejorando vuelo, | |||||
flor vivo, eterna, y lozana: | |||||
y si a mi primer mañana, | 35 | ||||
tan otra me vi, y estoy, | |||||
no siendo ayer lo que hoy, | |||||
fue porque ayer deste prado | |||||
fuí flor, y en luz mejorado, | |||||
Hoy flor de ese Cielo soy. | 40 | ||||
Lamento general en la temprana muerte de Don Baltasar Carlos, Príncipe de España | |||||
�En qué tristeza, en qué silencio el prado, | |||||
admira la armonía | |||||
de esta su vegetable Monarquía! | |||||
�todo en un punto a asombro se ha pasado! | [23] | ||||
el rápido cristal de aquella fuente, | 5 | ||||
que veloz se atropella en su corriente, | |||||
un éxtasi de hielo | |||||
detuvo el curso, y enfrenó su vuelo: | |||||
con qué susto en su espejo, y las flores | |||||
contemplan sus horrores, | 10 | ||||
sin duda (dicen) que a su margen falta | |||||
hoy la corona, que mejor la esmalta, | |||||
que sólo a su raudal pudo esta pena | |||||
prender el curso, aprisionar su vena, | |||||
Con qué quebranto allí una casta rosa | 15 | ||||
desaliña su púrpura vistosa, | |||||
y sin tiento a pedazos por el suelo | |||||
siembra las galas que afeó el desvelo: | |||||
la azucena, que al prado ilustra bella | |||||
la luz apaga a su fragrante estrella, | 20 | ||||
y deshojando aqueste, y aquel rayo, | |||||
padece eclipse el campo a su desmayo: | |||||
La flor Indiana, que se pule en oro, | |||||
su pompa descompone sin decoro, | |||||
y el pálido color, que antes la afea, | 25 | ||||
con nuevo pasmo agora más la afea; | |||||
y si hoy ajan a su aliño aquellas flores, | |||||
la flor les falta, que les dio colores. | |||||
�Oh qué pena, dolor, qué sentimiento! | |||||
faltó al mundo sin duda el lucimiento, | 30 | ||||
faltó Carlos, faltó la flor lozana | |||||
al primer esplendor de su mañana: | |||||
que asustarse la fuente con el prado; | |||||
ceder breve las flores a su hado, | |||||
fue, que todas murieron a su herida, | 35 | ||||
pues todas dependían de su vida: | |||||
y si Monarca tierno las festeja, | |||||
si Infante Sol con rayos las bosqueja, | |||||
a su alentar peligren ya primero, | |||||
sea su infancia el término postrero; | 40 | ||||
pues hoy su Sol fenece con la Aurora, | |||||
muere su flor cuando el botón colora, | |||||
Endéchenle jardines, y vergeles, | |||||
pues el carmín faltó de sus claveles; | [24] (11) | ||||
y Flora toda en lágrimas bañada, | 45 | ||||
la mente en él su gloria profanada. | |||||
El bello Abril, el Mayo más florido | |||||
enlute la esmeralda del vestido; | |||||
pues si el verdor de Carlos se marchita, | |||||
su hermosa gala en vano solicita: | 50 | ||||
No pula ya la Primavera flores, | |||||
pues que faltó la flor de sus primores; | |||||
y en las aguas que vierte en llanto tierno | |||||
no sea Primavera, sea Invierno; | |||||
que del Abril, jardín, y Primavera, | 55 | ||||
Carlos la gala fue, pero primera. | |||||
Este orbe todo se provoque a llanto, | |||||
elemento no falte a dolor tanto; | |||||
en la tierra el León ruja valiente, | |||||
finja el valor, que alguna vez lo siente; | 60 | ||||
pues de España el cachorro generoso | |||||
al fatal golpe se rindió forzoso: | |||||
Gima ese mar, pues en su propio puerto, | |||||
al volar sus espumas, quedó yerto; | |||||
el aire sienta, que a estrenar el vuelo | 65 | ||||
tira del Austria esta Águila a su Cielo, | |||||
piélago del olvido, sulco breve, | |||||
ya un hasta el fuego aquel dolor se atreve, | |||||
que si este ansioso anhela la alta esfera, | |||||
a lo sublime Carlos se acelera. | 70 | ||||
Con más razón la Aurora a esta mañana | |||||
el llanto vierta, que llorar el día, | |||||
en la pena parece que se ufana, | |||||
pues entonces se viste de alegría: | |||||
llore el ocaso, si de un Astro Infante, | 75 | ||||
y ese Cielo no sólo vigilante | |||||
argos la mente en esa noche obscura, | |||||
mas cuando Polifemo se apresura | |||||
con ese Sol a su lucido Oriente, | |||||
el Sol de Carlos llore tan reciente; | 80 | ||||
pues los Astros, y el Sol de luz son flores | |||||
Alude a la Flor de Lis, de que se hizo la Pira. | al morir, y vivir sus resplandores: | ||||
y aún por florida tierna aquesa Pira | |||||
por llanto vierta llamas que respira. | [25] | ||||
Pasó Carlos en postas de un instante, | 85 | ||||
su juventud graciosa, y elegante; | |||||
y de jazmín exhalación corriendo, | |||||
apenas de su vista dejó estruendo; | |||||
voló cometa fin dejar la huella, | |||||
de que antes fuese aún aparente Estrella: | 90 | ||||
y si el cándido copo de su infancia, | |||||
Cloto en ampos trató con elegancia | |||||
en usos de marfil, en ruecas de oro, | |||||
todo eso fue debido a su decoro; | |||||
mas qué importa, si toda esa eminencia | 95 | ||||
de Atropos no resiste a la violencia; | |||||
y al morir en tu flor, en fin seguiste | |||||
de tu Isabela querida ocaso triste. | |||||
Mas �qué digo? Isabela fue el Aurora, | |||||
que porque ilustres mejorado Cielo | 100 | ||||
guía tu Sol a rayos que atesora; | |||||
y en una vista al trasponerse el vuelo, | |||||
las luces todas (joven peregrino) | |||||
al resplandor registras ya divino: | |||||
no vistas más la púrpura sangrienta, | 105 | ||||
del eterno candor la gala ostenta, | |||||
entronice tu planta generosa, | |||||
peaña de los Astros luminosa; | |||||
y tu madeja honore preeminente, | |||||
ya del Iris lo vario, y lo luciente, | 110 | ||||
beneficiando con eterno giro, | |||||
todos tus Reinos hoy deste Zafiro. | |||||
Basta Canción; por qué tan alta subes, | |||||
que parece que atrás dejas las nubes; | |||||
humilla el vuelo, y a este monumento | 115 | ||||
de nuestro Carlos mirarás atento; | |||||
que si rosas en él hoy esparciste | |||||
(profana ceremonia sea, o triste) | |||||
las rosas bellas Carlos se ha llevado, | |||||
y solo del dolor nos ha dejado | 120 | ||||
las espinas, que a impulso repetido, | |||||
el pecho entre ellas se hallará oprimido. | [26] | ||||
Emblema | |||||
Pintose un levantado cedro, que figuraba a nuestro Monarca Felipe Cuarto, la copa, aunque mostraba estar coronada de sus flores; pero tan marchitas, que apenas declaraban lo que habían sido, y un águila, que expresaba a la Reina, que despedazando el tronco, le sacaba el corazón, y volaba hacia el cielo, con este lema por una parte: Date sunt mulieri alæ duæ Aquillæ magnæ. Apocal. 12. Por otra este Ezequiel 17: Aquilla grandis magnarum allarum tullit medullam cedri, y esta versión de Santo Pagnino: Aquilla graudis tullit summitatem cedri, con estas | |||||
�Cómo el pimpollo florido | |||||
deste cedro levantado | |||||
de Felipo, se ve ajado | |||||
sin que le valga lo erguido? | |||||
Mas qué me admiro, si ha habido | 5 | ||||
quien le robe el corazón | |||||
de Carlos, y no es razón | |||||
esté su pompa lucida, | |||||
pues aquesta vive unida | |||||
del corazón a la acción. | 10 | ||||
No es robo, si atiendo al hecho, | |||||
pues Isabela le emprende, | |||||
y así sólo unir pretende | |||||
el corazón a su pecho: | |||||
Carlos lo fue en lazo estrecho; | 15 | ||||
pero si al suelo murió, | |||||
Isabel hoy consiguió | |||||
cual Águila generosa | |||||
su corazón, que amorosa | |||||
en Carlos antes dejó. | 20 | ||||
Águila fue, que en su vuelo, | |||||
sin que peligro presuma | |||||
en tanta vistosa pluma, | |||||
escaló el más alto Cielo: | |||||
y hoy pretende su desvelo, | 25 | ||||
si Carlos muere reciente, | |||||
(pues pollo se ve en su oriente | |||||
de aquella Águila Imperial) | |||||
que aquilate lo Real | |||||
al rayo de Dios ardiente. | 30 | ||||
A su anticipada muerte, aludiendo también al felice tránsito de su dichosa madre | |||||
Marchitose al fin de Isabela, | |||||
aquella pompa dichosa, | |||||
siendo su vara gloriosa | |||||
cetro, que al gobierno vela: | |||||
Carlos, que a su centro anhela, | 5 | ||||
viendo que su propia vida | |||||
está densa desunida, | |||||
(pues es de su vara flor) | |||||
siega este humano verdor, | |||||
por verla otra vez unida. | 10 | [27] | |||
Ya, pues, en rayos mayores, | |||||
puedes, Isbela lucir | |||||
pues gozas en el zafir | |||||
de Carlos los resplandores: | |||||
que si aquí a tus bellas flores | 15 | ||||
gala añadió, y hermosura, | |||||
pompa fue de cortadura | |||||
a tu verdor permanente, | |||||
y lámina más luciente | |||||
en esta mayor altura. | 20 | ||||
A la mesma muerte de nuestro Príncipe | |||||
Carlos, lució tu esplendor | |||||
tanto en tu Aurora primera, | |||||
que todo este Orbe era esfera | |||||
ya de aquel tu infante ardor: | |||||
y si te vieras mayor | 5 | ||||
muchas luces te sobraran, | |||||
con que ociosas hoy se hallaran, | |||||
y así te subiste al Cielo, | |||||
que jamás en nuestro suelo | |||||
tantas luces se lograran. | 10 | ||||
Alúdese a su nombre de Carlos, y Lises de las Armas de España | |||||
Si el renombre de Carlos vitorioso, | |||||
Oh Ilustre joven, te alentó al Oriente, | |||||
Y aún al rayo primero, aún floreciente | |||||
Enigma fuiste en todo misterioso: | |||||
Del Carlos Quinto al número glorioso, | 5 | ||||
Si número añadiste preeminente; | |||||
Otro también creciste en tu occidente | |||||
Al cuartel de tus Armas generoso. | |||||
Cinco Lises te adornan el escudo, | |||||
Mas advertido, Carlos, ya no dudo, | 10 | ||||
Que de Lis tanta, de que se corona, | |||||
Otra más bella en ti se perfecciona; | |||||
pues al cortarte en flor el impío hado | |||||
Con la sexta tu Escudo has mejorado. | [28] (12) | ||||
Funebre elogium, in mortem D. Balthasaris Caroli, Hispaniarum Principus, metamorfosimque, etiam eius in florem stematum splanans | |||||
Mors ubi Adonis dira venustos occupat artus, | |||||
It cruor in florem, pullulat absque mora, | |||||
Inte Carole Adonis forma refugit am�na, | |||||
Dumque etate viges, robore bella moves: | |||||
Heu! iam teneras vires fera colligit vitro | |||||
Mors, tamen in florem Carolus iste viret, | |||||
Pungantur Balthasar flores stemmate sacro, | |||||
Pro cunctis ergo pullulet iste tuus. | |||||
Ajustados tenía estos poemas, para darlos a la estampa, cuando en pluma de fidelidad, y del dolor, volaron a estos remotos climas las tristes, y lastimosas nuevas de la muerte de nuestro invicto monarca don Felipo el Piadoso, cuyo espíritu, confiados esperamos todos sus vasallos goza mejor trono, y más permanente corona en el empíreo. Y advirtiendo, que te ofrecía las Flores Fúnebres, que esparció mi maestro en las reales urnas de la Reina nuestra Señora Doña Isabel de Borbón, y del Príncipe don Baltasar Carlos; me pareció, que no que quedaba con el aliño, que yo deseaba, sino las acompañaba con las de nuestro Rey, esposo, y padre suyo; y que juntaste también la muerte, a quienes con lazo tan estrecho había unido la vida. Y ya que no pueden ser del mesmo espíritu, y numen; porque no puedo persuadirme, haya compuesto mi maestro a este asunto; no sólo por embargado de otros estudios más serios; pero por observador de un dicho ordinario suyo, en que solía repetir, que los versos eran las flores del ingenio, y que estas habían de permanecer cuanto durase la primavera de la juventud, y no más. Digo, pues, que ya que no pueda ser esto, ni tampoco me concede tiempo para averiguarlo; te las ofrezco de otro florido ingenio de la mesma [29] compañía, que como flores de un mesmo jardín, y aseo, no extrañarás se acompañen con las que aliñan este ramillete, y esmaltan su hermosura. Pasa los ojos por ellas, que aseguro has de quedar aficionado al numen, y al ingenio. | |||||
Pintose la Fe con los ojos vendados. Llanto de la Fe | |||||
Dos luces, parca fatal, | |||||
eclipsas con tu guadaña, | |||||
en Filipo un Sol de España, | |||||
en mí su Corona Real: | |||||
Todo mi ser, y caudal | 5 | ||||
si llevas muerte en despojos, | |||||
no es mucho, que con enojos | |||||
clame al Cielo contra ti; | |||||
pues cuando ciega nací, | |||||
fuí la niña de sus ojos. | 10 | ||||
Siendo yo como verdad, | |||||
hija del entendimiento, | |||||
parezco en el sentimiento | |||||
afecto de voluntad: | |||||
Obligome tu beldad, | 15 | ||||
Felipo, a tal conversión, | |||||
moriste, y yo con razón | |||||
me pasé como entendida, | |||||
para eternizar tu vida, | |||||
al bando del corazón. | 20 | ||||
Retrato de mi hermosura | |||||
fue Filipo en su semblante, | |||||
y la fortuna inconstante | |||||
quiso borrar la pintura: | |||||
Si bien en la sepultura | 25 | ||||
es tanto más viva, que | |||||
equivocada no sé, | |||||
(pues cierra los ojos hoy) | |||||
si acaso Filipo soy, | |||||
o si acaso soy la Fe, | 30 | [30] | |||
Ciega no puedo alcanzar, | |||||
si más pena he de tener, | |||||
en no poderte yo ver, | |||||
o en no poderte llorar, | |||||
En los ojos ha de hallar | 35 | ||||
mi pena alivio algún tanto, | |||||
si lloro el pesar, espanto, | |||||
si veo, alivio el tormento, | |||||
pues para más sentimiento, | |||||
ni quiero vista, ni llanto. | 40 | ||||
Pintose un León muerto, aunque con los ojos abiertos, y un Panal de miel en la boca | |||||
Generoso León, cadáver vivo, | |||||
de tus vasallos Argos vigilante, | |||||
aunque difunto, vida en ti percibo, | |||||
y en la mortal pavesa más amante. | |||||
Ya el dolor se retira más esquivo | 5 | ||||
a vista de tu vista, y tu semblante, | |||||
que por quitar del llanto la amargura, | |||||
nos dejas en tu boca la dulzura. | |||||
Si es el sueño retrato de la muerte, | |||||
es tu muerte retrato de la vida, | 10 | ||||
tan lejos está España de perderte, | |||||
que ni dueño, ni muerte es tu homicida. | |||||
Muerto, no ya mis ojos piensan verte, | |||||
pues miran a tu muerte tan dormida, | |||||
dormido no te mira mi cuidado, | 15 | ||||
pues muerto te contemplo desvelado. | |||||
Miel tus labios destilan olorosa | |||||
por sutiles abejas fabricada, | |||||
del clavel de tu boca, o de la rosa | |||||
de tus mejillas bellas arrancada: | 20 | ||||
Recoge, pues, si mano recelosa | |||||
de aguijón, que amenace en la estacada, | |||||
que abejas que en un Rey tienen su nido, | |||||
para Reyes de abejas han nacido. | |||||
Volantes escuadrones, como sabios | 25 | ||||
entonan en su boca dulce canto, | |||||
que de los pechos fúnebre resabios, | |||||
de gemidos retiran, y de llanto: | [31] | ||||
En la miel que destila de sus labios, | |||||
no me lloréis (nos dice) porque tanto | 30 | ||||
me precio de León en lo robusto, | |||||
que equivoco la muerte con el gusto. | |||||
A la Concepción de María, más acreditada en la muerte de Felipo IV | |||||
Cual otro Jacob valiente, | |||||
viendo a la Aurora María, | |||||
al punto que amanecía, | |||||
la acredité de valiente. | |||||
Mi palma de ella pendiente | 5 | ||||
queda en eterna memoria, | |||||
y después de la vitoria, | |||||
Israel es mi apellido; | |||||
pues siendo el Ángel vencido, | |||||
me llamaron de la gloria. | 10 | ||||
Virgen, tu primer instante | |||||
halló en Felipe guarida, | |||||
y el último de su vida | |||||
al tuyo fue consonante. | |||||
Letor fue, que vigilante | 15 | ||||
en el libro general | |||||
de tu pureza cabal | |||||
por levantar el asunto, | |||||
en llegando al primer punto, | |||||
hizo luego su final. | 20 | ||||
No quiere Filipo, no; | |||||
pues en vez de ir adelante, | |||||
se vuelve al primer instante | |||||
de María que buscó. | |||||
Por su último fin lo halló, | 25 | ||||
y con tan feliz agüero, | |||||
que llegó a dudar certero | |||||
en dos puntos deste día, | |||||
si el primero de María, | |||||
es de Filipo el postrero. | 30 | ||||
De su muerte divertido | |||||
muere con tanto contento, | |||||
que si muere al sentimiento, | |||||
mas no al piadoso sentido. | |||||
Todo en él embebecido, | 35 | ||||
hecho al dolor una roca, | |||||
seguro al instante invoca, | |||||
y gustoso en la partida. | |||||
a causa con punto en vida, | |||||
porque empieza el punto en boca. | 40 | ||||
Siente su amor como sabio, | |||||
(Sin permitir los enojos) | |||||
mirando abiertos los ojos, | |||||
cerrar solamente el labio. | |||||
Por desterrar el resabio | 45 | ||||
del más dudoso cuidado, | |||||
de la muerte se ha ayudado | |||||
para el misterio, pues que | |||||
para que pase a ser Fe, | |||||
los ojos hoy ha cerrado. | 50 | [32] | |||
Al eclipse del Sol, que precedió dos meses antes de la muerte de Felipo Cuarto | |||||
Como las demás Estrellas | |||||
del Sol mendigan las luces, | |||||
cuando él se pone capuces | |||||
se escurecen todas ellas: | |||||
No sin llanto, y sin querellas | 5 | ||||
entre tinieblas se vio, | |||||
que estrella el Sol pareció | |||||
deste Planeta a los rayos; | |||||
pues al padecer desmayos | |||||
Felipe, el Sol espiró. | 10 | ||||
Vulgar Astro el Sol parece | |||||
viendo a Felipe subir, | |||||
que no pudiendo lucir | |||||
a su lado, se escurece: | |||||
Tanto en luz, y rayos crece, | 15 | ||||
que el más agudo, y dispierto, | |||||
al subir Felipo, incierto | |||||
duda, viendo su arrebol, | |||||
si Felipo es vivo Sol, | |||||
o el Sol es Felipo muerto. | 20 | ||||
Hito a hito se miraron | |||||
Águila, y Sol tan lucientes, | |||||
que de los rayos ardientes | |||||
entrambos hados cegaron: | |||||
Al Águila coronaron | 25 | ||||
los rayos por mejor vista, | |||||
y pues vence en la conquista | |||||
al Sol, truequen hoy las galas; | |||||
el Sol se calce las alas, | |||||
y el Águila rayos vista. | 30 | ||||
Muere Felipo, y al punto | |||||
para eco del sentimiento | |||||
En ese azul firmamento | |||||
se parece el Sol difunto: | |||||
Cortó campo a tanto asunto | 35 | ||||
un sepulcro se propone, | |||||
con que su grandeza abone, | |||||
el Cielo como entendido | |||||
todo un Sol escurecido | |||||
por epitafio pone. | 40 | ||||
A la urna de cristal, que puso la Compañía en el túmulo de Felipo Cuarto | |||||
Tú cual Moisés caminante | |||||
de las lágrimas al mar, | |||||
no te dejaba pasar | |||||
a la promisión triunfante: | |||||
Hoy la Compañía amante | 5 | ||||
viéndote en conflicto tal, | |||||
Impedido del raudal | |||||
de lágrimas, peregrino, | |||||
porque pases tu camino, | |||||
las ha cuajado en cristal. | 10 | ||||
Ya es bajel tu fatal hado, | |||||
pues tiene por urna un mar; | |||||
ya te llego a contemplar | |||||
Narciso en llanto anegado: | |||||
Ya el amor de ti encantado | 15 | ||||
te juzga hermosa Sirena, | |||||
siendo cenizas la arena; | |||||
y en fin eres con primor, | [33] | ||||
al hado, al llanto, al amor, | |||||
bajel, Narciso, y sirena. | 20 | ||||
De lágrimas que vertía | |||||
con justa amorosa ley, | |||||
al cerrar la vista el Rey, | |||||
se cegó la Compañía: | |||||
ya explica la simpatía | 25 | ||||
con efectos muy cabales, | |||||
pues dicen finezas tales, | |||||
que Filipo era sus ojos; | |||||
pues por ponerse ella antojos, | |||||
pone a Filipo cristales. | 30 | ||||
Al espejo de la muerte | |||||
tanto el Rey se componía, | |||||
que de la ceniza fría | |||||
sacaba llama más fuerte: | |||||
hoy lleva la mejor fuerte, | 35 | ||||
siendo justicia cabal, | |||||
que si al Rey por ser igual | |||||
en el ejemplo, y consejo, | |||||
sirvió un sepulcro de espejo, | |||||
hoy le sirva de cristal. | 40 | ||||
A la Pirámide de luces de la Compañía | |||||
Sobre un Oriente de Estrellas | |||||
yace Felipo eminente, | |||||
que a no ser Sol Occidente, | |||||
no pudieran lucir ellas: | |||||
aprended antorchas bellas | 5 | ||||
en ese cuerpo fatal, | |||||
privado de un alma Real; | |||||
porque es constante la ley. | |||||
que el que es privado de Rey, | |||||
no puede lucir igual. | 10 | ||||
A la Águila Real; puesta sobre la Pirámide de luces | |||||
Tanto el vuelo has remontado, | |||||
cuando en ese León estribas, | |||||
que con la Corona arribas | |||||
al Firmamento Estrellado: | |||||
cuanto más yace postrado, | 5 | ||||
su grandeza es de admirar, | |||||
sin que se pueda dudar, | |||||
cuando remontas el vuelo, | |||||
que entre Felipo, y el Cielo | |||||
no puede caber lugar. | 10 | [34] | |||
Jeroglíficos | |||||
Lema: Æquo pondere librat. | |||||
Aunque le pese a la muerte, | |||||
Siempre esta Corona hermana | |||||
Con el fiel de la Romana. | |||||
Un pergamino a modo de Breve Pontificio, con la firma del Pontífice, y en medio dél una Concepción, con esta letra. A instancia de Felipe IV. | |||||
Al punto más delicado, | |||||
Tanta prisa el Rey le dio, | |||||
Que en Breve lo concluyo. | |||||
Un nombre de JESÚS al lado del de MARÍA. Lema: In nomine Iesu omne genuflectatur. Murió el Rey día del Nombre de MARÍA. | |||||
Si al Nombre JESÚS se reza, | |||||
Doblándole la rodilla, | |||||
Al de MARÍA en Castilla | |||||
Se levanta la cabeza. | |||||
Presto al Cielo llegará | |||||
Esta Águila; pues hoy día | |||||
Se va en una AVE MARÍA. | [35] | ||||
Mauseolo Panegírico a las venerables cenizas, y gloriosas manes de Doña Francisca de Santa Clara y de la Cueva | |||||
Fundadora del Ilustre Convento de Santa Clara de la Ciudad de Quito, erigido por mi maestro. | |||||
Doña Francisca de la Cueva, glorioso asunto de estos poemas, en todos estados fue heroína ilustre; porque si la consideramos en el siglo, se aplaudieron por muy nobles venas, por donde se le comunicó lo generoso de su sangre. Pues el fator Juan López de Galarza, alguacil mayor de la ciudad de Quito, y vecino feudatario suyo; cuyos inmediatos ascendientes fueron, Martín Sáenz Mondragón, y Galarza, de los primeros conquistadores del Pirú; y en particular de la abundosa, y dilatada provincia de Quito; su madre doña Isabel de Andagoya. No fueron estériles tan eminentes árboles, pues se vieron coronados de los hermosos renuevos de cinco hijos, y dos hijas. Los tres se alistaron en las banderas del Serafín Francisco, llamados, Fray Diego de Otalora y Galarza, Fray Juan de Otalora y Galarza, y Fray Francisco de Galarza. A la conducta de Predicadores dio no poco honor Fray Domingo de Galarza: sobre el oro de sus virtudes, les adornó a los tres el lustroso esmalte de las letras pues fueron Predicadores, y maestros en sus Sagradas Familias; pero Fray Juan de Otalora y Galarza, fue compañero de aquel Apóstol deste nuevo mundo, el Beato Fray Francisco Solano; rindiendo en la flor de su edad su espíritu en sus brazos, para que a esfuerzos de su intercesión, más presto llegaste a la Gloria. Don Juan de Galarza, hijo mayor, sucediendo en los honores a su padre, sujeto el cuello a las Sagradas coyundas de Himeneo, como también doña María de [36] Galarza, y arraigados ya en el siglo, desabrocharon fecundos en vistosas flores, y sazonados frutos de hijos, y hijas, que ilustran su noble República, con dilatado progenie. Porque la segunda hija, llamada doña Francisca de Galarza, imitó a su madre en el estado, que después eligió de religiosa. | |||||
Pues viéndose doña Francisca de la Cueva libre de las coyundas, o vendas de el matrimonio, sobrada de riquezas, después de haber puesto sus hijos en el estado, trató de dedicarse a Dios. Y así, a expensas suyas fue la primera fundadora de el ilustre, y numeroso convento de Santa Clara, llevándose consigo a doña Francisca de Galarza, su segunda hija, queriendo su amor, que fuesen dos holocaustos, que se sacrificasen en las aras de la Religión: y dejando en esta el apellido de la Cueva, se llamó Francisca de Santa Clara; tomando el nombre de su primera fundadora, como quien también la había de imitar en lo Santo, y acertado de su gobierno. La hija también consagró el renombre de Galarza en el de Francisca de San Buenaventura, por la dicha que tuvieron las religiosas por muchos años, en que las gobernó prelada, así en vida de su Santa Madre, como después de su felice muerte. | |||||
Y si tanto ennobleció a los suyos en el siglo; mucho más ilustró su retiro, y acreditó sus religiosas hijas con lo relevante de sus virtudes; pues fundada en el menosprecio del mundo, en lo profundo de su humildad, y extremada paciencia, con que sufrió las enfermedades, y trabajos, que le envió su divino esposo, aseguró, y levantó el templo de su alma, hasta perfeccionarse con la caridad, víctima clave, y corona de todas. Esto es darte noticia por mayor, del grande sujeto que celebra mi maestro: cuyos números erigen este Túmulo Panegírico, y sagrado cenotafio a las venerables cenizas de tan ilustre matrona. Si trabajos en breve, e expensas del ingenio, ajustados con más velocidad, a vuelos del afecto, y a impulsos de la obligación, que tiene a tan generosos caballeros, que todo es menester, por ser tan corto siempre el tiempo que concede lo apresurado de unas exequias. [37] | |||||
Discúrrese en su entrada a la Religión, y en el mando que tuvo en ella | |||||
Aprended flores de mí, | |||||
Lo que va de ayer a hoy, | |||||
Que ayer flor ajada fuí | |||||
Y hoy luciente Estrella soy. | |||||
Flores que esmaltáis el prado | |||||
con tan distintos colores, | |||||
vano es el mayor cuidado | |||||
para excusar los rigores, | |||||
que ya fulmina el arado: | 5 | ||||
Flor como vosotras fuí | |||||
pero este rigor huí | |||||
por transplantarme temprana; | |||||
y pues tal dicha se gana, | |||||
Aprenden flores de mí. | 10 | ||||
Era cuando florecía | |||||
del siglo el prado lascivo | |||||
menguada mi lozanía; | |||||
pero hoy el verdor más vivo | |||||
gozo en mayor valentía: | 15 | ||||
Y pues la que fuí, no soy, | |||||
de ayer al día en que estoy, | |||||
bien presume mi entereza (13), | |||||
que se expresa en mi belleza | |||||
Lo que va de ayer a hoy. | 20 | ||||
Las flores que Primavera | |||||
copian el jardín de Clara, | |||||
las preside por primera, | |||||
siendo su belleza rara, | |||||
lo que me aplaude, y venera: | 25 | ||||
Mas ya no lo cree de mí. | |||||
pompas que un tiempo aplaudí, | |||||
porque mi contraria fuerte | |||||
está enseñando en mi muerte, | |||||
Que ayer flor ajada fuí. | 30 | ||||
De la muerte el impío hielo | |||||
bien pudo ajar mi candor, | |||||
mas fue vano su desvelo, | |||||
que ya en mayor esplendor | |||||
soy pompa de aqueste Cielo: | 35 | ||||
Porque en mi luz, desde hoy | |||||
tan otra, y distinta estoy, | |||||
que con cambio no pensado, | |||||
ayer fuí flor deste prado, | |||||
Y hoy luciente Estrella soy. | 40 | ||||
Al mesmo intento, sobre aquel lugar de los Cantares | |||||
Columba mea in foraminibus petræ, in caverna maceriæ, ostende mihi faciem tuam. Cant. 2, v. 14. Aludiendo a su clausura. | |||||
Tu belleza apenas, Clara, | |||||
mira en retiro tu esposo, | |||||
cuando te pide amoroso, | |||||
no se la niegues avara: | [38] | ||||
Pero si bien se repara, | 5 | ||||
tu beldad fue siempre igual; | |||||
pues �qué tiene de especial, | |||||
que agora por verla aspira? | |||||
mas si se esconde, y retira, | |||||
�qué aliño más celestial? | 10 | ||||
En cárcel de reclusión | |||||
sobresales más vistosa, | |||||
cual la nacarada rosa | |||||
de espinas en la prisión: | |||||
Que en tanto la perfección | 15 | ||||
conserva de su beldad, | |||||
cuanto con menos piedad | |||||
a la mano se defiende, | |||||
que aquello vive que ofende | |||||
gallarda su Majestad. | 20 | ||||
Cuando tu cadáver yerto | |||||
ocupa la losa fría, | |||||
tu amante entonces porfía | |||||
por gozarte al descubierto: | |||||
�Oh qué soberano acierto! | 25 | ||||
pues he llegado a advertir, | |||||
que pudistes asistir | |||||
viva enterrada en tu cueva; | |||||
y así es bien, que hoy se te deba | |||||
della en tu muerte salir. | 30 | ||||
De tu consorte en la ausencia, | |||||
cual paloma generosa | |||||
la quiebra, vives gustosa | |||||
de tu cueva en la asistencia: | |||||
Mas luego que en la eminencia | 35 | ||||
de aqueste Empíreo sagrado | |||||
su reclamo has escuchado, | |||||
sigues su voz diligente; | |||||
porque ave tan eminente, | |||||
no pide menor sagrado. | 40 | ||||
Contienden las hijas que triunfantes viven en el Cielo, y las que militan en la tierra por su muerte, y vida, sobre aquel lugar de Salomón | |||||
Dixit Rex afferte mihi gladium, cumque attulissent glaudium dividite, inquit. Infantem vinum induas partes, et date dimidiam partem uni, et dimidiam partem alteri. 3 Reg. num. 24. | |||||
Apenas de la Parca, al cierzo impío | |||||
de una Clara la antorcha esclarecida | |||||
casi agoniza aquel apenas brío, | |||||
quiere rendirse a su mortal herida: | |||||
al mar fatal aqueste humano río, | 5 | ||||
apenas se recobra en su avenida, | |||||
cuando sus hijas con piadoso aliento | |||||
rompen del alma aqueste sentimiento. | |||||
�Cómo, Señor, aquel farol luciente | |||||
débil se eclipsa, yace ya extinguible? | 10 | ||||
�cómo de aqueste Alcázar eminente | |||||
la columna se rinde ya pasible? | |||||
�cómo cede el Atlante ya doliente | [39] | ||||
de aqueste Olimpo al rayo imperceptible? | |||||
sus hijas malogrando en un instante, | 15 | ||||
farol, columna, y invencible Atlante. | |||||
�Cómo de nuestra Cueva aquel sagrado | |||||
profana Impura la violenta muerte? | |||||
�cómo aquel firme monte organizado, | |||||
es ya inconstante con variable fuerte? | 20 | ||||
�dónde asilo el erizo del pecado | |||||
mi Dios, y el Ave lograrán ya fuerte? | |||||
no fe ultraje, Señor, aqueste templo, | |||||
sirva a la eternidad, sirva de ejemplo. | |||||
El labio enmudeció, porque el aliento | 25 | ||||
en el pesar expira naufragante; | |||||
mas �ay dolor! que el Cielo aqueste intento | |||||
tan piadoso resiste vigilante: | |||||
pues de sus hijas, las que aquel asiento | |||||
gozan de asiento en escuadrón ovante, | 30 | ||||
se oponen, y no sin armonía, | |||||
si une el afecto, el juicio las desvía. | |||||
No es bien (dicen) Monarca Soberano, | |||||
que el sujeto de Clara tan divino, | |||||
largo tiempo se ultraje por humano, | 35 | ||||
adquiérale su culto su destino: | |||||
porque entonces el pecho más profano | |||||
peregrine a sus aras peregrino; | |||||
�quién duda, sólo aquel humano vive, | |||||
que en este mundo su vivir concibe? | 40 | ||||
Ya de frutos el árbol coronado, | |||||
quiebra, y se inclina con el peto al suelo, | |||||
la espiga de oro en minas deste prado, | |||||
del codicioso aldeano es el desvelo: | |||||
ríndase a la hoz el grano el grano sazonado, | 45 | ||||
y a la segur el fruto en útil duelo, | |||||
porque en sus áreas sirva, y en su culto | |||||
ofrenda limpia del menor insulto. | |||||
Si es de tu ilustre ser blasón glorioso, | |||||
que del justo al afán la paz suceda, | 50 | ||||
de nuestra Madre, pues, triunfe el reposo, | |||||
y del quebranto la balanza ceda: | |||||
no más la noche oculte el Sol hermoso, | [40] | ||||
de sus tinieblas ya su luz proceda, | |||||
Clicies, firmes seremos de sus huellas, | 55 | ||||
huellas do logre el Cielo sus estrellas. | |||||
Este litigio, el Dios omnipotente, | |||||
de unas, y de otras escuchado había, | |||||
y árbitro recto, Salomón prudente | |||||
satisface, y concuerda su porfía: | 60 | ||||
él compuesto divide, pues viviente, | |||||
el alma al Cielo, al suelo el cuerpo fía, | |||||
y las hijas su parte han conseguido, | |||||
que aún no es el todo acá, ni allá debido. | |||||
Declárase aquel lugar de San Pablo | |||||
Ne magnitudo revelationum extollat me, datus est mihi simulus carnis meæ, qui me colaphizet. Corint. 12, v. 7. Y acomódase al gusano, que sensiblemente percibía, que le atormentaba el pecho, viviendo, no sin prodigio, muchos años con él. | |||||
Tanto tu vuelo al Cielo te avecina, | |||||
Clara ilustre, que el alma más profana | |||||
por alta te venera soberana, | |||||
si en tu virtud te aplaude por divina. | |||||
Cada mérito es luz que te ilumina, | 5 | ||||
línea cada obra, que te niega humana, | |||||
y cada heroica acción, que en ti se afana, | |||||
aras te erige, cultos se destina. | |||||
Pero pregunto, Clara, �tanta gloria | |||||
desvaneciote? Pudo, que aun viviente | 10 | ||||
no aseguraba en todo la vitoria; | |||||
Mas de un gusano estimulo valiente, | |||||
aunque en el pecho mora, en la memoria | |||||
fue de mi polvo acuerdo diligente. | [41] | ||||
Fanal de su Nave rica | |||||
Declara, ilustre Silca, el mar undoso, | |||||
nave gallarda en noche desta vida, | |||||
y porque ondas mejor, sombras divida, | |||||
Fanal su celo enciende luminoso: | |||||
El peligro registra cauteloso | 5 | ||||
de Francisca la luz esclarecida, | |||||
Y a cuya vigilancia al Leme asida, | |||||
debe el rumbo el gobierno religioso. | |||||
Mas la Parca a sus dichas vigilante, | |||||
su paz en tempestad cambia inconstante; | 10 | ||||
Y a su pesar, cuando al subir la estrella, | |||||
su luz engasta por luciente Estrella; | |||||
Con que norte a sus hijas se dedica, | |||||
si antes Fanal, acá a su Nave rica. | |||||
Epitafio | |||||
Huésped mortal, detén el paso, para, | |||||
no huelles sin respeto tierra pura, | |||||
advierte, que esa humilde sepultura | |||||
es urna heroica del honor de Clara. | |||||
Y si en tiempo a su rueda un clavo echara, | 5 | ||||
aquí de una Rebeca la cordura, | |||||
de la noble Semíramis la altura, | |||||
y las leyes de Débora admirara, | |||||
Aquí la gran fecundidad de Lía, | |||||
(bien el claustro lo dice, bien la espada) | 10 | ||||
de una Ana la piedad, si de María | |||||
La abalanza en sus Coros celebrada: | |||||
mas ya prosigue, y sírvate de guía | |||||
la luz de su virtud nunca eclipsada. | [42] | ||||
La propiedad de una planta de la India Oriental llamada Liptis | |||||
que desde la raíz, hasta la eminencia de su copa carga de fruto; se acomoda a su virtud, que desde la niñez, hasta la ancianidad prosiguió gloriosa. | |||||
Liptis Indiana, cuya raíz, y cima | |||||
de frutos colmas timbre a la nobleza, | |||||
de tu virtud, que aún al morir te anima; | |||||
pues hoy prosigue, si al nacer empieza. | |||||
Pintose aquel árbol de Daniel | |||||
tan capaz que ocupaba la tierra, debajo de cuya sombra todos los animales, y en cuyas hojas las aves del Cielo se solazaban; cortado, y derribado por el suelo, menos un ramo que quedó asido a la raíz, con esta letra: Succidite arborem, et præcidite ramos eius, verun tamen germen radicum eius in terra fine te. Dan. Cap. 14, num. 11. | |||||
Frondoso albergue, generosa mesa | |||||
en tus ramas, Francisca esclarecida, | |||||
el que en la tierra arrastra en ti interesa, | |||||
y el Ave ilustre, que en el Claustro anida: | |||||
más fatal una voz allí atraviesa, | 5 | ||||
que cruel intima ruinas a tu vida. | |||||
�Oh qué en vano! qué asida al tronco queda | |||||
rama en tus hijas, que tu vida hereda. | |||||
Discúrrese sobre el modo milagroso como perdió la vista, que fue mirando una Diadema de luz, con que se le mostró la Virgen | |||||
�Qué es esto! �quién arrebata | |||||
las luces bellas al Norte? | |||||
que ya naves de una Clara | |||||
temen peligro en su noche. | |||||
�Quién de una Francisca ilustre | 5 | ||||
el resplandor toba noble? | |||||
�con qué argos gobierna atenta | |||||
el rebaño más en orden? | [43] (14) | ||||
Estratagema, sin duda | |||||
fue, que la muerte dispone, | 10 | ||||
que tanta vida, no pudo | |||||
rendirla toda de un golpe | |||||
Pudo vencer con cautela | |||||
aquella murada torre, | |||||
porque ya sus atalayas | 15 | ||||
dormidas, no le socorren. | |||||
Y si atrevida la muerte | |||||
roba la joya más noble, | |||||
primero apaga las luces, | |||||
ardid propio de ladrones. | 20 | ||||
Mas �qué inadvertencia es esta? | |||||
�cómo atribuyo tan torpe, | |||||
a delito de la muerte | |||||
favor que el Cielo dispone? | |||||
�Quién duda, que de María, | 25 | ||||
al gozar los resplandores, | |||||
perdió en tan gallarda empresa | |||||
esplendor de sus dos Soles? | |||||
Pues inundada de luz | |||||
su celda; �oh qué esfera noble! | 30 | ||||
de todo un Sol, que diadema | |||||
a su cabeza dispone. | |||||
Al distinguirle los rayos, | |||||
que harta dicha conoce, | |||||
que presos los suyos deja | 35 | ||||
entre sus castos candores. | |||||
No pretende, no, María | |||||
su vista otro objeto logre; | |||||
porque quien gozó su luz, | |||||
otra cualquiera es disforme. | 40 | ||||
Sin duda, que como Febo | |||||
con su brillar otro esconde, | |||||
más lucido, que el María | |||||
sus dos estrellas recoge. | |||||
Miraba el Virginio espejo | 45 | ||||
para imitar perfecciones; | |||||
pero herida de su Sol | |||||
con su claridad se goce. | |||||
Y aunque a los ojos humanos | |||||
los dos vivientes blandones | 50 | ||||
apagaste, fue cautela | |||||
con que el alma te socorre. | |||||
Porque así como la Luna, | |||||
cuando a la vista en borrones | |||||
se muestra, es porque hacia el Cielo | 55 | ||||
descoge sus resplandores. | |||||
Así tu lucir gallardo | |||||
a nuestra vista interpone | |||||
vanas nieblas, y así el alma | |||||
el raudal de luces rompe. | 60 | ||||
Y dejado este Hemisferio | |||||
en horrores tus dos Soles, | |||||
de tu espíritu en aplausos | |||||
rayan mejor Horizonte. | |||||
Y ya el bulto de María, | 65 | ||||
en generosos ardores | |||||
veneras, pues insculpido | |||||
tu pecho conserva dócil. | |||||
Con que sin recelo alguno | |||||
rayos le cuentas menores, | 70 | ||||
que como es Sol de otra esfera, | |||||
ojos requiere más nobles. | |||||
Y como humilde arroyuelo, | |||||
porque el ruido no le estorbe, | |||||
el manto viste de hielo, | 75 | ||||
con que mejor al mar corre. | |||||
No de otra fuerte a tus ojos | |||||
con un velo los socorres, | |||||
y sin estruendo volaste, | |||||
y al mar eterno te acoges. | 80 | ||||
Nave fuiste, que sulcando | |||||
las aguas de tus dolores, | |||||
del farol que te guiaba, | |||||
fatal la luz supurose. | |||||
Mas conseguistes el puerto, | 85 | ||||
sin que perdieses el Norte, | |||||
porque amor que es tu Piloto | |||||
sin vista el mar mejor rompe. | [44] | ||||
A la fama póstuma del Ilustrísimo señor Don Fray Juan de Ribera | |||||
Obispo electo de Santa Cruz de la Sierra, en que se acuerdan sus cargos, sus muchas letras, y Cátedras. | |||||
Recuerdo es tierno aquesta Pira ardiente, | |||||
de aquel que vive a cuenta de su fama, | |||||
del Ilustre Ribera, a quien aclama | |||||
su honor heroico todo este Occidente. | |||||
Y si ciño los siglos al presente, | 5 | ||||
de la ciencia más alta, que declama, | |||||
un Agustino en él todo se inflama, | |||||
logra todo un Tomás en él su Oriente. | |||||
Sutil un Aristóteles, no escuro, | |||||
en él admiro, como en lo sagrado, | 10 | ||||
un Ambrosio, un Jerónimo divino. | |||||
Pastor rigió también rebaño puro; | |||||
mas �ay! que al mejorar de su cayado, | |||||
acaba ausente, muere en el camino; | |||||
�que alto acuerdo! en todo es peregrino: | 15 | ||||
el Sol sirva por lámina a su Pira, | |||||
pues acaba, y renace como él gira. | |||||
Pintose un arroyo, cuyas riberas estaban muradas de flores, íbalas pisando la muerte, y las que este ajaba con sus huellas, un jardinero las levantaba con sus manos, y daba vida con sus lágrimas | |||||
Viven hoy más floridas las memorias del ilustrísimo señor don Fray Juan de Ribera, con el sentimiento que hace el M. R. P. M. Fray Basilio de Ribera, y la liberalidad con que acude a sus exequias. | |||||
Huella la muerte cruel (pero, �oh qué en vano!) | |||||
tanta belleza, y flor en la Ribera; | |||||
mas las mejoras hoy su Primavera | |||||
con llanto tierno, con tu culta mano. | [45] | ||||
Pintose una alta Sierra, y en una de sus eminencias se enarboló una Cruz, en otra descollaba un girasol, y sobre él volaba un Sol con alas, a quien atento seguía el mesmo girasol | |||||
Hácese misterio, en haber muerto el ilustrísimo señor don Fray Juan de Ribera, antes de haber llegado a su Obispado de Santa Cruz de la Sierra. | |||||
Sierra pasas de vuelo, | |||||
donde te espera tu esposa, | |||||
y con ala presurosa | |||||
lo arduo escalas de este Cielo: | |||||
poco te debe el desvelo | 5 | ||||
de tu esposa vigilante; | |||||
pero no, que si triunfante | |||||
eres Sol de ese Zafiro, | |||||
quieres, que en eterno giro | |||||
Clicie te siga constante. | 10 | ||||
Al ayer muerto el Ilustrísimo señor don Fray Juan de Ribera, fuera de Lima, donde tuvo dichoso nacimiento | |||||
De tu patria peregrino, | |||||
mueres, ilustre Ribera, | |||||
y en tu fogosa carrera | |||||
te sale al paso el destino: | |||||
más según lo que imagino, | 5 | ||||
acuerdo fue muy prudente, | |||||
que si la América ardiente | |||||
Sol te aclama en tu saber, | |||||
distinto es fuerza tener | |||||
el Ocaso, que el Oriente. | 10 | ||||
A la muerte de la Excelentísima señora Doña Hipólita de Córdoba, y Cardona, condesa de Villaflor | |||||
dignísima esposa de el Excelentísimo señor Don Luis Henríquez de Guzmán, Conde de Alva de Aliste, Virrey de la Nueva España, y después destos Reinos del Pirú. | |||||
Águila ilustre, Gloria de Cardona, | |||||
cuyo poder, cuya grandeza suma, | |||||
grata obedecen una, y otra espuma, | |||||
rendida aclaman una, y otra Zona. | [46] | ||||
No estrecha, no, el poder que así eslabona, | 5 | ||||
la Europa toda, a más voló tu pluma, | |||||
al Imperio voló de Montezuma, | |||||
que es corto, un mundo, y otro se eslabona. | |||||
El Neptuno Guzmán, Numa prudente, | |||||
consorte tuyo, a tanto honor te llama, | 10 | ||||
y por dejar eterno monumento, | |||||
La llama noble de su pecho ardiente, | |||||
dos mundos se buscó para la fama, | |||||
dos mares te previno al sentimiento. | |||||
Al mesmo asunto | |||||
Pondérase la usencia de su esposo, en la muerte de nuestra Virreina, con alusión a los nombres de sus Estados. | |||||
Blanco lilio nací, cuando a mi Oriente | |||||
rayó la Alva de Aliste generosa, | |||||
y por gozarla siempre luminosa, | |||||
de un excelso Guzmán ceñí la frente. | |||||
Mas �ay! �que puesto aquel candor luciente, | 5 | ||||
cambio en cárdeno lilio breve losa! | |||||
pero si estaba ausente la Alva hermosa, | |||||
que mucho me ocupase su occidente. | |||||
No fue Occidente, no, pues ya más bella | |||||
alientas flor al céfiro sagrado | 10 | ||||
de ese jardín celeste que se honora: | |||||
Y si de flor acá no dejas huella, | |||||
perenne vive, que a pesar del hado, | |||||
hoy flor te ilustra aquella eterna Aurora. | |||||
Hácese misterio en el campo de sangre, en que se ven estampados los Castillos del escudo de sus Armas, como también en las Vandas de púrpura, que se adornan | |||||
Si atento llego a mirar, | |||||
tu majestuoso Escudo, | |||||
Cardona Ilustre, no dudo, | |||||
que hay misterio, y no vulgar: | [47] | ||||
que llegar a naufragar | 5 | ||||
en tanta púrpura roja, | |||||
es, que tu postrer congoja, | |||||
si es más rojo, esté vencido, | |||||
espíritu tan lucido, | |||||
es fuerza al Cielo se acoja. | 10 | ||||
A Don Alonso de Mesa y Ayala, Oidor de la Real Audiencia de Quito, en sus honras | |||||
Si la mesa deleites le propina, | |||||
brindan también su muerte a un Soberano | |||||
Rey, los caracteres de una mano, | |||||
y en cada letra bebe su ruina. | |||||
Libró recta sus obras, mas le inclina | 5 | ||||
otro peso menor, quizás por vano, | |||||
no es prodigio que estudia el más ufano | |||||
(si sube altivo) presta su ruina. | |||||
Noble Ayala, tu mérito excelente | |||||
la balanza te exalta a lo eminente, | 10 | ||||
cuando de Baltasar se abate al suelo, | |||||
Balanza, que escalar pretende el Cielo; | |||||
Logrando ascensos en tu propia Mesa, | |||||
cuando aquel en la suya a caer empieza. | |||||
Pintose una mesa, que el Fluctuaba entre las ondas, a quien una más furiosa la subía hasta las Estrellas: alude a sus continuas Comuniones | |||||
Del suelo al Cielo, una ola enfurecida, | |||||
hizo en un punto consiguiese el puerto | |||||
un Alfonso, encontrando en tal subida | |||||
en la injuria la dicha, y el acierto: | |||||
De un Sacro Pan fue mesa esclarecida, | |||||
Viático Soberano a rumbo incierto; | |||||
que si acá a Cristo recibió su Mesa, | |||||
Luc. 12. | allá a Cristo ejecuta en su promesa. | [48] | |||
A Don Juan de Lizarazu, Presidente de la Real Audiencia de las Charcas, y después de la de Quito | |||||
A la inopinada muerte, y brevedad de su gobierno. Pintose un Águila, que se perdía de vista, y entraba por los Cielos, con este Lema. | |||||
Si niega rastro el Águila en su vuelo, | |||||
cuando veloz anhela al Cielo ardiente; | |||||
Juan en tu vista, y Águila en tu celo, | |||||
volaste en tu piedad tan eminente, | |||||
que camino, ni huella no has dejado, | 5 | ||||
porque a tu dicha compitió tu hado. | |||||
A Doña Luisa de Chaves, Monja profesa en el Convento de Santa Catarina | |||||
Guardó en continua clausura | |||||
la lengua a prisión del labio, | |||||
ciencia oculta, a quien en el Sabio | |||||
llama, y aplaude cordura: | |||||
mas si tan grande estrechura | 5 | ||||
toda su vida guardó, | |||||
�cómo en voces prorrumpió | |||||
a la muerte? fue, que el Cielo | |||||
es su casa, no este suelo, | |||||
y porque la abran las dio. | 10 | ||||
Ilústrase el prodigio de la luz que se le descubrió en las manos antes de expirar | |||||
Cumplió tan perfectamente | |||||
de la limosna el consejo | |||||
nuestra Lucía, que espejo | |||||
ser pudo a todos luciente: | |||||
pues nunca por diligente | 5 | ||||
la noticia le alcanzó, | |||||
y Dios la remuneró | |||||
de su mano en resplandores, | |||||
sacando a la luz favores, | |||||
que tan humilde ocultó. | 10 | [49] | |||
A lo crecido del amor, y a lo vivo del sentimiento de una mujer, que miraba atenta el túmulo de su esposo | |||||
Aquí reposa, �ay Cielo ejecutivo! | |||||
mustio el verdor, �ay sombra obscura, y fría! | |||||
de mi querido esposo, �ay muerte impía! | |||||
que el pecho adora, �ay rigor esquino! | |||||
Si su cadáver miro, �cómo vivo? | |||||
y si el llanto me tiene en agonía, | |||||
y el dolor a mi muerte así porfía, | |||||
�cómo alientos con ella hoy avivo? | |||||
Mas �ay! que Fénix es mi amor ardiente, | |||||
que a un tiempo muere en su fogosa llama, | |||||
y aquese mesmo adquiere lo viviente. | |||||
Non est vivere, sed valere vita. | Que si amor con la vida más se inflama, | ||||
y el corazón con ella siempre siente, | |||||
viva, pues, siempre, sienta al paso que ama. |
A darle las nuevas de la desgraciada muerte de su esposo, le dio a su amada consorte un desmayo, que le quitó el sentido | |||||
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Si sólo corta el Laurel | |||||
de Álvaro la parca impía, | |||||
�cómo en marchitar porfía | |||||
la vid de su esposa fiel? | |||||
advertida, que cruel | 5 | ||||
juzgó que anduvo la muerte, | |||||
que si su dichosa suerte | |||||
hizo de dos una vida, | |||||
este en él quitó la herida, | |||||
cuando en ella el dolor fuerte. | 10 | [50] | |||
A Doña Tomasa Vera, esposa que fue de Don Juan de Borja, Gobernador de Popayán | |||||
y a su temprana muerte, que la expresa este Anagrama de su nombre; nace y, muere Rosa: y publican las primeras letras deste | |||||
No rompe aún el botón, cuando desvela | |||||
a la atención la Rosa, y la aprisiona | |||||
con nieve, que aún oculta no blasona, | |||||
en la grana, que aún virgen encarcela: | |||||
Y quien aún tierna triunfa, en vano anhela | 5 | ||||
mayor trofeo, en púrpura, y corona, | |||||
vano si del vergel bella Amazona, | |||||
en flechas de oro al vencimiento vela. | |||||
Rinde, en fin, más al punto que avasalla, | |||||
en su Oriente, �ay dolor! su muerte halla, | 10 | ||||
ruina del Sol, envidia de su lumbre; | |||||
Hoy, pues, Doña Tomasa, de su cumbre | |||||
se ufana flor; mas �ay! qué lastimosa | |||||
al vivir nace, y muere como Rosa. | |||||
Emblema al mismo intento | |||||
Pintose el Cielo, y el Mar alborotado, y a la orilla muchos nácares, que abortaban sus perlas | |||||
Inquieto el mar, alborotado el Cielo, | |||||
escalas nubes, la honda en que tropieza, | |||||
y en esta lid, y pavoroso duelo | |||||
rinde el nácar la perla que interesa: | |||||
del ser apenas al primer desvelo, | 5 | ||||
tierna perla Tomasa, en llanto empieza | |||||
a congelarse en nácar la vida, | |||||
cuando su fin le aborta en su ausencia. | [51] | ||||
Otro al mismo | |||||
Pintose al poner del Sol un Arco Iris, que se iba convirtiendo en lluvia, al tierno sentimiento, que hicieron todos en su temprana muerte | |||||
Vístese Primavera de colores | |||||
el Iris matizado en ese Cielo, | |||||
y cuando el Sol ausenta sus ardores, | |||||
en rocío su muerte llora al suelo: | |||||
Iris, pues esmaltado en tus verdores, | 5 | ||||
ilustre vera te gozó el desvelo; | |||||
y pues hoy del vivir el Sol te falta, | |||||
todos se esfuerzan a llorar tu falta. | |||||
A Don Jerónimo de Valencia | |||||
Quien hoy viere mi blasón | |||||
de una torre en la grandeza, | |||||
dirá que es van proeza, | |||||
que fomenta el corazón: | |||||
mas no es esa la ocasión, | 5 | ||||
otra el alma ha meditado; | |||||
que aquel pecho esforzado | |||||
de una mujer generosa, | |||||
que pechos tuvo oficiosa, | |||||
ya a los hijos, ya al cuidado. | 10 | ||||
A la mesma, aludiendo a su temprana muerte | |||||
Quien de tanta Lis, y Flor | |||||
cercada ve a tu belleza, | |||||
dirá, que sin duda empieza | |||||
hoy a lucirse mejor: | [52] | ||||
mas si el humano verdor | 5 | ||||
se reduce a un sólo instante, | |||||
diré en mi fe más constante, | |||||
que ya tu vida es muy breve, | |||||
que el áspid mortal se atreve | |||||
oculto en beldad fragrante. | 10 | ||||
A la mesa, aludiendo al León de sus Armas, y a las Flores de Lises | |||||
Preg. | �Cómo este valiente León, | ||||
que adornar miro tu escudo, | |||||
aun vigilante no pudo | |||||
defenderse en la ocasión? | |||||
Resp. | Fuera eso, si el corazón | 5 | |||
anhelara a aquesta vida, | |||||
la razón, pues, advertida | |||||
lograr queriendo su hado, | |||||
de flores busca vallado, | |||||
por ser más presto vencida. | 10 | [53] |
Hoc carmine Poeta nos ad voluptatem invitare videtur; sed prudentes magis deterret ab eius ebris; nam (ut Iob dicit): Homo quasi flos egreditur, et conteritur, et fugit, velut umbra. Stultus quisquis in hac, tam fragili vita, qui beatitudinem suam constituerit, et voluptatem inniaverit, Poeta concludens opus, his verbis: Collige virgo Rosas, etc. Sic Ascensiud circa hæc ultima Carmina.