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ArribaAbajo Jornada II

 

Salen SIRENA y MANRIQUE.

 
MANRIQUE
Sirena de mis entrañas,
que para aumentar mi pena
eres la misma Sirena,
pues enamoras y engañas.
Duélate ver el rigor 5
con que tratas mis cuidados,
que también a los crïados
hiere de barato amor.
Dame un favor de tu mano.
SIRENA
Pues, ¿qué puedo darte yo? 10
MANRIQUE
Mucho puedes, pero no
quiero bien más soberano
que aquese verde listón
con que yaces declarada
por dama de la lazada 15
o fregona del tusón.
SIRENA
¿Una cinta quieres?
MANRIQUE
Sí.
SIRENA
Ya aquese tiempo pasó
que un galán se contentó
con una cinta.
MANRIQUE
Es así;
20
pero si yo la tuviera
desparramando conceptos,
mil y ciento y un sonetos
hoy en tu alabanza hiciera.
SIRENA
Por verme tan soneteado 25
te la doy; y vete agora,
porque viene mi señora.
 

(Vase MANRIQUE y sale LEONOR.)

 
LEONOR
Ya vuelvo determinada.
Esto, Sirena, es forzoso
declárese mi rigor, 30
porque mi vida y mi honor
ya no es mía, es de mi esposo.
Dile a don Luis que, pues es
principal, noble y honrado,
por español y soldado 35
obligado a ser cortés,
que una mujer, (no Leonor,
porque le basta saber
a un noble que una mujer)
le suplica que su amor 40
olvide; que maravilla
cuidado en la calle tal,
y no sufre Portugal
galanteos de Castilla;
que con lágrimas bañada 45
vuelvo a pedirle se vuelva
—187→
a Castilla, y se resuelva
a no hacerme mal casada;
porque fiera y ofendida,
si no lo hace, ¡vive Dios!, 50
que podrá ser que a los dos
nos venga a costar la vida.
SIRENA
Desa suerte lo diré
si puedo velle o hablalle.
LEONOR
Cuando falte de la calle, 55
mas no hables en ella, ve
a buscarle a la posada.
SIRENA
Mucho, señora, te atreves.

 (Vase.) 

 

(Sale DON LOPE, DON JUAN y MANRIQUE.)

 
DON LOPE
¡Ay honor, mucho me debes!
DON JUAN
Ya se acerca la jornada. 60
DON LOPE
No queda en toda Lisboa
fidalgo ni caballero
que ser no piense el primero
que merezca eterna loa
con su muerte.
MANRIQUE
Justo es,
65
mas no pienso desa suerte
tener yo loa en mi muerte,
ni comedias ni entremés.
DON LOPE
¿Luego tú no piensas ir
al África?
MANRIQUE
Podrá ser
70
que vaya, mas será a ver
por tener más que decir;
no a matar, quebrando en vano
la ley en que vivo y creo;
pues allí explicar no veo 75
que sea moro ni cristiano.
«No matar», dice. Y los dos
este me veréis guardar,
que yo no he de interpretar
los mandamientos de Dios. 80
DON LOPE
¿Mi Leonor?
LEONOR
¿Esposo mío?
¿Vós tanto tiempo sin verme?
Quejoso vive el amor
de los instantes que pierde.
DON LOPE
¡Qué castellana que estáis! 85
Cesen las lisonjas, cesen
las repetidas finezas.
Mirad que los portugueses
al sentimiento dejamos
la razón, porque el que quiero 90
todo lo que dice quita
del valor a lo que siente.
Si en vós es ciego el amor,
en mí, mudo.
MANRIQUE
Y de esa suerte
en mí endemoniado18 así. 95
DON LOPE
Siempre, Manrique, parece
que al paso que yo estoy triste
tú estás contento y alegre.
MANRIQUE
Y dime, ¿cuál es mejor,
en pasiones diferentes, 100
la alegría o la tristeza?
DON LOPE
La alegría.
MANRIQUE
Pues ¿qué quieres,
que deje yo lo mejor
por lo peor? Tú, que tienes
la tristeza, que es la mala, 105
eres quien mudarte debes,
y pasarte a la alegría;
pues será más conveniente
que el ir yo de alegre a triste,
venir tú de triste a alegre.110

 (Vase.)  

LEONOR
¿Vós estáis triste, señor?
Muy poco mi pecho os debe
o yo le debo muy poco,
pues vuestro dolor no siente.
DON LOPE
Forzosas obligaciones, 115
heredadas dignamente
con la sangre, a quien obligan
divinas y humanas leyes,
me dan voces y recuerdan
desta blanda paz y deste 120
olvido en que yacen hoy
mis heredados laureles.
—187v→
El famoso Sebastián,
nuestro Rey, que viva siempre,
heredero de los siglos 125
a la imitación del Fénix,
hoy al África hace guerra.
No hay caballero que quede
en Portugal, que a las voces
de la fama nadie duerme. 130
Quisiérale acompañar
a la jornada, y por verme
casado, no me he ofrecido
hasta que licencia lleve
de tu boca, Leonor mía. 135
Esta merced has de hacerme,
en esta ocasión de honrarme
y este gusto he de deberte.
LEONOR
Bien ha sido menester
con prevenciones hacerme 140
oraciones que me animen
y discursos que me alienten.
Vós ausente, señor mío,
y por mi consejo ausente
fuera pronunciar yo misma 145
la sentencia de mi muerte.
Idos vós sin que lo diga
mi lengua, pues que no puede
negaros la voluntad
lo que la vida os concede. 150
Mas porque veáis que estimo
vuestra inclinación valiente,
ya no quiero que el amor,
sino el valor me aconseje.
Servid hoy a Sebastián, 155
cuya vida el cielo aumente;
que es la sangre de los nobles
patrimonio de los reyes;
que no quiero que se diga
que las cobardes mujeres 160
quitan el valor a un hombre
cuando es razón que le aumenten.
Eso el alma os aconseja,
aunque como el alma os quiere,
más como ajena lo dice 165
si como propria lo siente.

 (Vase.) 

DON LOPE
¿Habéis visto en vuestra vida
igual valor?
DON JUAN
Dignamente
es bien que lenguas y plumas
de la fama la celebren. 170
DON LOPE
Y vós, ¿qué me aconsejáis?
DON JUAN
Yo, don Lope, de otra suerte
os respondiera.
DON LOPE
Decid.
DON JUAN
Quien ya colgó los laureles
de Marte y en blanda paz 175
ciñe de palma las sienes,
¿para qué otra vez, decidme,
ha de limpiar los paveses
tomados de orín y polvo
en que ahora yacen y duermen? 180
Yo fuera justo que fuera,
a no estar19 por esta muerte
retirado y escondido;
y no es razón ofrecerme,
porque a los ojos del Rey 185
llega mal un delincuente.
Si esto me disculpa a mí,
bastante disculpa tiene
quien soldado fue soldado.
No os vais, amigo, y creedme, 190
aunque un hombre os acobarde
y una mujer os aliente.

 (Vase.) 

DON LOPE
¡Válgame Dios! ¡Quién pudiera
aconsejarme prudente,
si en la ocasión hay alguno 195
que a sí mismo se aconseje!
¿Quién hiciera de sí otra
mitad, con quien él pudiese
descansar? Pero mal digo.
¿Quién hiciera cuerdamente 200
de sí mismo otra mitad,
—188→
porque en partes diferentes
pudiera la voz quejarse
sin que el pecho lo supiese?
Pudiera sentir el pecho 205
sin que la voz lo dijese.
Pudiera yo, sin que yo
llegara a oírme ni a verme,
conmigo mismo culparme
y conmigo defenderme, 210
porque unas veces cobarde,
como atrevido otras veces,
tengo vergüenza de mí.
¡Que tal diga! ¡Que tal piense!
¡Que tenga el honor mil ojos 215
para ver lo que le pese,
mil oídos para oíllo
y una lengua solamente
para quejarse de todo!
Fuera todo lenguas, fuese 220
nada oídos, nada ojos,
porque oprimido de verse
guardado, no rompa el pecho
y como mina reviente.
Ahora bien, fuerza es quejarme, 225
mas no sé por dónde empiece,
que, como en guerra y en paz
viví tan honrado siempre,
para quejarme ofendido
no es mucho que no aprendiese 230
razones; porque ninguno
previno lo que no teme.
¿Osará decir la lengua
qué tengo...? Lengua, detente,
no pronuncies, no articules 235
mi afrenta, que si me ofendes,
podrá ser que castigada
con mi vida o con mi muerte,
siendo ofensor y ofendido
yo me agravie y yo me vengue. 240
No digas que tengo celos...
Yo lo dije, ya no puede
volverse al pecho la voz.
¿Posible es que tal dijese
sin que, desde el corazón 245
al labio, consuma y queme
el pecho este aliento, esta
respiración fácil, este
veneno infame, de todos
tan distinto y diferente, 250
que otros desde el labio al pecho
hacer sus efectos suelen,
y este desde el pecho al labio?
¿A qué áspid, qué serpiente
mató su propio veneno? 255
A mí, ¡cielos!, solamente,
porque quiere mi dolor
que él me mate y yo le engendre.
Celos tengo, ya lo dije.
¡Válgame Dios! ¿Quién es este 260
caballero castellano
que a mis puertas y a mis redes
y a mis umbrales clavado
estatua viva parece?
En la calle, en la visita, 265
en la iglesia atentamente
es girasol de mi honor,
bebiendo sus rayos siempre.
¡Válgame Dios! ¿Qué será
darme Leonor fácilmente 270
licencia para ausentarme,
y con un semblante alegre
no solo darme licencia,
sino decirme y hacerme
discursos tales, que aun ellos 275
me obligaran a que fuese,
cuando yo no lo intentara?
¿Y qué sea, finalmente,
decirme don Juan de Silva,
que ni me vaya ni ausente? 280
¿En más razón no estuviera20
que aquí mudados viniesen
de mi amigo y de mi esposa
—188v→
consejos y pareceres?
¿No fuera mejor, sí fuera, 285
que se mudaran las suertes
y que don Juan me animase
y Leonor me detuviese?
Sí, mejor fuera, mejor.
Pero ya que el cargo es este, 290
hablemos en el descargo.
Vaya, que el honor no quiere
por tan sutiles discursos
condenar injustamente.
¿No puede ser que Leonor 295
tales consejos me diese
por ser noble, como es,
varonil, sagaz y prudente,
porque quedándome yo
mi opinión no padeciese? 300
Bien puede ser, pues que dice
que da el consejo, y le siente.
¿No puede ser que don Juan
que me quedase dijese
por parecerle que estaba 305
excusado, y parecerle
que es dar disgusto a Leonor?
Sí, puede ser. ¿Y no puede
ser también que este galán
mire a parte diferente? 310
Y apretando más el caso,
cuando sirva, cuando espere,
cuando mire, cuando quiera,
¿en qué me agravia ni ofende?
Leonor es quien es, y yo 315
soy quien soy, nadie puede
borrar fama tan segura
ni opinión tan excelente.
Pero sí puede (¡ay de mí!),
que al sol claro y limpio, siempre 320
si una nube no le eclipsa,
por lo menos se le atreve;
si no le mancha, le turbia,
y al fin, al fin le obscurece.
¿Hay, honor, más sutilezas 325
que decirme y proponerme?
¿Más tormentos que me aflijan,
más penas que me atormenten,
más sospechas que me maten,
más temores que me cerquen, 330
más agravios que me ahoguen
y más celos que me afrenten?
No. Pues no podrás matarme,
si mayor poder no tienes,
que yo sabré proceder 335
callado, cuerdo y prudente,
advertido, cuidadoso,
solícito y asistente,
hasta tocar la ocasión
de mi vida y de mi muerte, 340
y en tanto que esta se llega,
¡valedme, cielos, valedme!
 

(Vase, y sale SIRENA con manto, y MANRIQUE tras ella.)

 
SIRENA
Escaparme no he podido
de Manrique, para entrar
en casa, todo el lugar 345
hoy siguiéndome ha venido.
¿Qué haré?
MANRIQUE
Tapada de azar,
que mira, camina y calla,
con el arte de batalla
y el tallazo de picar; 350
la de entrecano picote,
que con viento en popa vuelas,
con el manto de tres suelas
y chinelas de anascote,
habla o descúbrete, y sea 355
desengaño tu fachada,
porque callando y tapada,
dice boba sobre fea.
Aunque en tu brío confieso
que indicio de todo das. 360
SIRENA
¿No dice más?
MANRIQUE
No sé más.
SIRENA
¿Y a cuántas ha dicho eso?
  —189→  
MANRIQUE
Antes soy muy recatado.
No he hablado, a fe de quien soy,
sino cinco todo hoy, 365
que ya estoy muy reformado.
SIRENA
¡Gracias al cielo que veo
un hombre firme y constante!
Yo tampoco soy amante
de más de nueve.
MANRIQUE
Sí creo;
370
y porque me creas a mí,
de todas mostrarte quiero
un favor. Sea el primero
el moño que sale aquí.
Este moño pecador 375
su papel un tiempo hizo,
y de rizado y postizo
fue mártir y confesor.
No es de aljófar lo ensartado;
liendres son con que me alegro, 380
que desde lejos mirado
parece un penacho negro
de blancas moscas nevado.
Aquella sutil varilla
es barba de la ballena, 385
sacada de una cotilla,
que fue entregar a mi pena
lo mismo que una costilla.
Vara es de virtudes llena,
que hace bueno el pecho y buena 390
la espalda más eminente;
que ya todo talle miente
por la barba de ballena.
La zapatilla que estás
mirando agora en mis manos, 395
casa fue donde sabrás
que vivieron dos enanos
sin encontrarse jamás.
Este es un guante, y no hay duda
de que como ruiseñor, 400
mucho tiempo estuvo en muda;
pregúntaselo al olor:
sebo de cabrito suda.
Esta cinta es de una dama
de gran porte, pero yo 405
no la quiero.
SIRENA
¿Por qué no?
MANRIQUE
Porque sé que ella me ama.
¿No es causa bastante?
SIRENA
Sí.
MANRIQUE
La que yo tengo de amar
me ha de mentir, engañar 410
y se ha de burlar de mí.
Dar celos cada momento,
maltratarme, despedirme,
y en efeto ha de pedirme,
que es la cosa que más siento; 415
porque si al fin es costumbre
en ellas, tengo por justo
hacer desde luego gusto
lo que ha de ser pesadumbre.
SIRENA
¿Y es hermosa esa señora? 420
MANRIQUE
No, pero es puerca.
SIRENA
En verdad,
que es muy buena calidad.
MANRIQUE
Arrope un ojo la llora
y otro aceite.
SIRENA
¿Es entendida?
MANRIQUE
Cuanto dice entiendo yo, 425
mas cuanto la dicen, no,
que es entendida, entendida.
SIRENA
Por muestra de que es verdad,
que amarle a su gusto espero,
este listón solo quiero. 430
MANRIQUE
De muy buena voluntad.
SIRENA
¡Ay triste de mí!
MANRIQUE
¿Qué ha sido?
SIRENA
Mi marido viene allí,
váyase presto de aquí,
que es un diablo mi marido. 435
Dé vuelta a la calle presto,
que en tanto, señor, que él pasa,
le esperaré en esta casa.
MANRIQUE
En buen sagrado te has puesto,
que aquí vivo yo, y vendré 440
en estando asegurada.
—189v→

 (Vase.) 

SIRENA
A un bellaco, una taimada.
Bien, dentro de casa entré
sin que fuese conocida.
Lindamente le he engañado, 445
aunque él más, pues me ha dejado
tan afrentada y corrida.
Que dijera que era fea
no importaba, aunque lo fuese,
ni importaba que dijese 450
que necia y que sucia sea;
pero, ¡aceite un ojo a mí
y otro arrope! No, por Dios.
Y aun si lloraran los dos
una cosa, entonces sí 455
que callara; mas ¿que tope
un picarón, un taimado,
que mis ojos han llorado
uno aceite y otro arrope?
 

(Sale LEONOR.)

 
LEONOR
¿Sirena?
SIRENA
Señora mía.
460
LEONOR
¡Cuánto tu ausencia me cuesta!
¿Hablástele?
SIRENA
Y la repuesta
en este papel te envía,21
y de palabra me dijo
que si él una vez te hablara, 465
él se fuera y te dejara.
LEONOR
Con mayor causa me aflijo.
¿Para qué el papel tomaste?
SIRENA
Para traerte el papel.
LEONOR
¡Ay pensamiento crüel, 470
qué fácil entrada hallaste
en mi pecho!
SIRENA
Pues ¿qué importa
que le tomes y le leas?
LEONOR
¿Eso es bien que de mí creas?
La voz, Sirena, reporta. 475
Con abrasalle y rompelle...
Entiéndeme necia, y sea
rogándome que le vea,
que estoy muerta por leelle.
SIRENA
¿Qué culpa tiene el papel 480
que viene mandado aquí,
señora, para que así
vengues tu cólera en él?
LEONOR
Pues si le tomo, verás
que es solo para rompelle. 485
SIRENA
Rómpele después de leelle.
LEONOR
Eso sí, ruégame más.
Pesada estás, y por ti
rompo la nema y le leo,
por ti sola.
SIRENA
Ya lo veo,
490
ábrele pues.
LEONOR
Dice así:

 (Leyendo.) 

«Leonor, si yo pudiera obedecerte
y pudiera olvidar, vivir pudiera,
fuera contigo liberal, si fuera
bastante yo conmigo a no quererte. 495
Mi muerte injusta tu rigor me advierte,
si mi vida en amarte persevera.
¡Pluguiera a Dios!, y de una vez muriera
quien de tantas no acierta con su muerte.
Que te olvide pretendes, ¿cómo puedo 500
despreciando olvidar y aborrecido?
¿No ha de quejarse del dolor el labio?
Quiéreme tú, que si obligado quedo,
yo olvidaré después favorecido,
que el bien puede olvidarse, no el agravio». 505
  —190→  
22
SIRENA
¿Lloras leyendo el papel?
Son, en fin, pasadas23 glorias.
DON LOPE
Lloro unas muertas memorias
que vienen vivas en él.
SIRENA
Quien bien quiere, tarde olvida. 510
LEONOR
Como el que muerte me dio
está presente, brotó
reciente sangre la herida.
Este hombre ha de obligarme,
con seguirme y defenderme, 515
a matarme y a perderme,
(que aun fuera menos matarme),
si no se ausenta de aquí.
SIRENA
Pues tú lo puedes hacer.
LEONOR
¿Cómo?
SIRENA
Oyéndole, que él dice
520
que en oyéndole una vez
se ausentará de Lisboa.
LEONOR
¿Cómo, Sirena, podré?
Que a trueco de que se vaya,
imposibles sabré hacer. 525
¿Cómo vendrá?
SIRENA
Escucha atenta.
Ahora es el anochecer,24
que es la hora más segura,
porque ni temprano es
para que a un hombre conozcan, 530
ni tarde para temer
que la vecindad lo note.
De mi señor, ya tú ves
que nunca viene a esta hora.
Don Luis, no dudo que esté 535
en la calle y podrá entrar
a esta sala, donde habléis
los dos, y entonces podrás
decirle tu parecer.
Óyele lo que dijere 540
y obre fortuna después.
LEONOR
Tan fácilmente lo dices
que no le dejas qué hacer
al temor, ni aun al honor
qué dudar ni qué temer. 545
Ve ya por don Luis. Amor,
 

(Vase SIRENA.)

 
aunque en la ocasión esté,
soy quien soy, vencerme puedo,
no es liviandad, honra es
la que esta ocasión me puso, 550
ella me ha de defender,
que cuando ella me faltara,
quedara yo, que también
supiera darme la muerte
si no supiera vencer. 555
Temblando estoy, cada paso
que siento pienso que es
don Lope, y el viento mismo
se me figura que es él.
¿Si me escucha? ¿Si me oye? 560
¡Qué propio del miedo fue!
¡Que a tales riesgos se ponga
una principal mujer!
 

(Salen SIRENA y DON LUIS como a escuras.)

 
SIRENA
Esta es Leonor.
DON LUIS
¡Ay de mí!
¡Cuántas veces esperé 565
esta ocasión! Ya quisiera
no haberla llegado a ver.
LEONOR
Ya, señor don Luis, estáis
en mi casa, ya tenéis
la ocasión que habéis deseado. 570
Hablad aprisa, porque
os volváis, que temerosa
de mí misma, tengo al pie
grillos de yelo, y el alma
de mi aliento puede hacer 575
al corazón un cuchillo
y la garganta un cordel.
DON LUIS
Ya sabéis Leonor hermosa,
si es que olvidado no habéis
pasados gustos, que ya 580
ignoráis lo que sabéis,
que en Toledo, nuestra patria,
—190v→
25perdonadme, os quise bien,
desde que en la vega os vi
un día al amanecer, 585
que aumentando nuevas flores
al campo hermoso, tal vez
lo que las manos robaron
restituyeron los pies.
Ya sabéis...
LEONOR
Esperad, yo
590
seré mas breve. Ya sé
que muchos días rondasteis
mi calle, y a mi desdén,
constante siempre, tuvisteis
amor firme y firme fe, 595
hasta que os favorecí.
¿Qué no ha llegado a vencer
lágrimas de amor que lloran
los hombres que quieren bien?
Y favorecido ya, 600
siendo tercera fïel
la noche (¿qué no consiguen
una reja y un papel?),
tratábamos de casarnos,
cuando os hicieron merced 605
de una gineta, y fue fuerza
iros a servir al Rey.
Fuiste a Flandes.
DON LUIS
Sí fui,
que aqueso yo lo diré,
donde dimos un asalto 610
y murió valiente en él
un don Juan de Benavides,
caballero aragonés.
La equivocación del nombre
dio causa para entender 615
que fuese yo el muerto, cuando
una mentira se cree.
Llegó la nueva a Toledo...
LEONOR
Eso diré yo más bien,
que sin vida la sentí 620
y con vida la lloré;
pero callo aquí, aunque aquí
os pudiera encarecer
los sentimientos que hice,
las tristezas que pasé. 625
En efeto, persuasiones
de muchos pudieron ser
bastantes a que en Toledo
me casase por poder.
DON LUIS
Yo lo supe en el camino, 630
y pensando deshacer
el casamiento, corrí
hasta que os vi y os hablé,
con equívocas razones,
en traje de mercader. 635
LEONOR
Estaba casada ya,
y pues os desengañé,
¿a qué habéis venido aquí?
DON LUIS
Solo he venido por ver
si hay ocasión de quejarme, 640
que si culpando tu fe,
deseando, iré luego a Flandes,
donde una bala me dé,
porque la pólvora cumpla
lo que me ofreció otra vez. 645
SIRENA
Gente sube la escalera.
LEONOR
¡Ay cielos! ¿Qué puedo hacer?
Escura está aquesta sala,
que aquí te quedes es bien,
porque a ti solo te hallen, 650
y habiendo entrado quien es,
podrás irte; no a Castilla,
que ocasión habrá otra vez
para acabar de quejarte.
SIRENA
Yo voy contigo también. 655
 

(Vanse las dos.)

 
DON LUIS
¿Qué confusión es esta
que a mi desdicha iguala?
Escura está la sala,
y la noche funesta,
ya de sombras cubierta, 660
baja. No sé la casa ni la puerta,
que otra vez no he llegado
—191→
26aquí. ¡Forzosa pena!
Temorosa Sirena
y Leonor, me han dejado 665
confuso y sin27 sentido.
 

(Sale DON JUAN como a escuras, y encuentra con DON LUIS y sacan las espadas.)

 
DON JUAN
¿A estas horas, no hubieran encendido
una luz? Mas ¿qué es esto?
¿Quién es? ¿No me responde?
DON LUIS
Hallé puerta por donde 670
salir.

 (Vase tentando por otra puerta.) 

DON JUAN
Responda presto,
o ya desenvainada
lengua de acero, lo dirá mi espada.
 

(Sale DON LOPE a escuras y MANRIQUE.)

 
DON LOPE
¡Ruido de cuchilladas
y obscuro el aposento! 675
DON JUAN
Aquí los pasos siento.
MANRIQUE
Voy por luz.
DON LOPE
¡Aquí espadas!
Ya es fuerza que me asombre.
DON JUAN
Ya le he dicho otra vez que diga el nombre.
DON LOPE
¿Quién mi nombre pregunta? 680
DON JUAN
Quien, porque habléis sospecho
que abrirá en vuestro pecho
mil bocas con la punta
deste acero.
LEONOR
¡Luz presto!
 

(Salen DOÑA LEONOR, SIRENA y MANRIQUE con luz.)

 
DON LOPE
¿Don Juan?
DON JUAN
¿Don Lope?
LEONOR
¡Ay cielos!
DON LOPE
¿Qué es esto?
685
DON JUAN
En esta cuadra entraba
cuando un hombre salía.
LEONOR
Algún hombre sería
que robarla intentara.
DON LOPE
¿Hombre?
DON JUAN
Y preguntando
690
quién era, la respuesta dio callando.
DON LOPE

 (Aparte.) 

Disimular conviene,
no crea que yo puedo
tener tan bajo miedo
que mi valor condene. 695
¡Bueno fuera, a fe mía
mataros! Yo era el mismo que salía,
—191v→
28que (tan desconocida
la voz), viendo que un hombre
me preguntaba el nombre 700
en mi casa, ofendida
la paciencia y turbada,
callando doy respuesta con la espada.
SIRENA
¡Por cuánto aquí se viera
un infeliz suceso! 705
DON JUAN
¿Cómo puede ser eso,
si el que yo digo que era
dentro está, cosa es cierta,
pues no pudo salir por esta puerta
que vós entrasteis?
DON LOPE
Digo
710
que era yo.
DON JUAN
Es cosa extraña.
DON LOPE

  (Aparte.29 

¡Oh, cuánto a un hombre daña
un ignorante amigo!
¡Que no puedan los cuerdos, los más sabios,
celar de un necio amigo los agravios!) 715
Pues si por cosa cierta
tenéis que dentro ha entrado,
fuerte y determinado
guárdame aquella puerta,
en tanto, si eso pasa, 720
que yo examino toda aquesta casa.
DON JUAN
Pues no saldrá por ella.
Mirar seguro puedes.

 (Vase.) 

DON LOPE
Mira que en ella quedes,
y no te apartes de ella. 725
Hoy seré cuerdamente,
si es que ofendido soy, el más prudente,
y a la venganza mía
tendrá ejemplos el mundo,
porque en callarla fundo. 730
Ea, Manrique, guía
con esa luz.
MANRIQUE
No oso,
que yo de duendes soy poco goloso.
LEONOR
No entréis, señor, aquí; yo soy testigo
que aseguraros este cuarto puedo. 735
DON LOPE
Pues ¿de qué tienes miedo?
MANRIQUE
De todo.
DON LOPE
Suelta, digo.
Y tú vete de aquí, que antes es dicha
—192→
30que falte otro testigo a mi desdicha.
 

(Toma la luz y éntrase, y por otra parte se va MANRIQUE.)

 
LEONOR
¡Ay, Sirena! ¿Qué suerte 740
es esa tan airada?
Estoy desesperada,
por darme aquí la muerte;
pues ya es fuerza que tope
a don Luis escondido, ¡ay Dios!, don Lope. 745
Él pensó que salía
por la puerta que entraba
a mi cuarto, allí estaba.
Mas ¿por qué mi porfía
duda lo que ha pasado? 750
Ya le ha visto don Lope, ya le ha hablado.
¿Qué haré? Irme no puedo;
porque en desdichas tantas,
oprimidas las plantas,
cadenas pone el miedo 755
de cobardes prisiones.
Toda soy confusión de confusiones.
 

(Sale DON LUIS con la espada desnuda y arrebozado, y DON LOPE tras él con la luz y la espada desnuda.)

 
DON LOPE
No os encubráis, caballero.
DON LUIS
Detened, señor, la espada,
que en la sangre de un rendido 760
más que le ilustra le mancha.
Yo soy de Castilla, donde
por los celos de una dama,
di a un caballero la muerte
cuerpo a cuerpo en la campaña. 765
Vine a ampararme a Lisboa,
donde estoy por esta causa
de Castilla desterrado.
He sabido esta mañana
que aquí un hermano del muerto 770
cautelosamente anda
encubierto por vengarse
con traición y con ventaja.
Con este cuidado, pues,
por esta calle pasaba, 775
cuando tres hombres me embisten31
a las puertas desta casa.
Viendo que, aunque el corazón
algunas veces se engaña,
era imposible defensa 780
contra tres de mano armada,
subime por la escalera,
y ellos, por ver que estaba
en sagrado, o por no hacer
tan dudosa la venganza, 785
no me siguieron, y estuve
en esa primera sala
esperando a que se fuesen,
y sintiendo sosegada
la calle, bajarme quise, 790
pero al salir de la cuadra
—192v→
32topé un hombre que me dijo:
«¿quién va?» Yo, que imaginaba
que eran mis propios contrarios,
no les respondo palabra. 795
De una sala en otra entré
hasta aquí. Esta es la causa
de haberme hallado, señor,
escondido en vuestra casa.
Agora, dadme la muerte, 800
que como yo dicho haya
la verdad, y no padezca
alguna virtud sin causa,
moriré alegre, rindiendo
el ser, la vida y el alma 805
a un honrado sentimiento
y no a una infame venganza.
DON LOPE
¿Pueden juntarse en un hombre
confusiones más extrañas?
¡Tantos asombros y miedos, 810
penas y desdichas tantas!
Si en la calle este hombre, ¡cielos!,
tantos pesares me daba,
¿qué vendrá a darme escondido
dentro de mi misma casa? 815
Basta, basta, pensamiento,
sufrimiento, basta, basta,
que verdad puede ser todo;
y cuando no, aquí no hay causa
para mayores extremos: 820
sufre, disimula y calla.
Caballero castellano,
yo me huelgo de que haya
sido contra una traición
sagrado vuestro mi casa. 825
En ella, a ser hoy soltero,
os sirviera y hospedara,
porque un caballero debe
amparar nobles desgracias.
Lo que podré hacer por vós 830
será acudiros en cuantas
ocasiones hoy se ofrezcan,
porque a ese lado mi espada,
contra tres mil, no os suceda
otra vez volver la espalda. 835
Y agora, porque salgáis
más secreto de mi casa,
podréis salir del jardín
por aquella puerta falsa...
Yo la abriré... y también hago 840
prevención tan recatada,
porque crïados, que al fin
son enemigos de casa,
no cuenten que os hallé en ella,
y sea fuerza que vaya 845
a todos satisfaciendo
de cuál ha sido la causa.
Porque aunque es cierto que nadie
dude una verdad tan clara,
y yo de mí mismo tengo 850
la satisfación que basta,
¿quién de una malicia huye?,
¿quién de una sospecha escapa?,
¿quién de una lengua se libra?,
¿quién de una intención se guarda? 855
Y si llegara a creer...
¿Qué es a creer? Si llegara
a imaginar, a pensar
que alguien pudo poner mancha
en mi honor... ¿Qué es en mi honor? 860
En mi opinión y en mi fama,
y en la voz tan solamente
de una crïada, una esclava,
no tuviera, ¡vive Dios!,
vidas que no le quitara, 865
sangre que no le vertiera,
almas que no le sacara,
y estas rompiera después
a ser visibles las almas.
Venid, ireos alumbrando 870
hasta que salgáis.
DON LUIS

 [Aparte.] 

Helada
tengo la voz en el pecho.
—193→
¡Qué portuguesa arrogancia!
 

(Vanse los dos.)

 
LEONOR
Aun mejor ha sucedido,
Sirena, que yo pensaba. 875
Solo una vez vino el mal
menor del que se esperaba.
Ya puedo hablar, y ya puedo
mover las heladas plantas.
¡Ay, Sirena, en qué me vi, 880
vuelva a respirar el alma!
 

(Sale DON LOPE con luz.)

 
DON LOPE
¿Leonor?
LEONOR
Señor, pues ¿qué intentas?
¿Ya no supiste la causa
con que él entró? Y ya supiste
que yo no he sido culpada. 885
DON LOPE
¿Tal pudiera imaginar
quien te estima y quien te ama?
No, Leonor, solo te digo
que ya que aquí se declara
con nosotros...
LEONOR
¿Ya él no dijo
890
que aquí de Castilla estaba
ausente por una muerte?
Pues, yo, señor, no sé nada.
DON LOPE
No te disculpes, Leonor.
Mira, mira que me matas. 895
Tú, Leonor, pues ¿de qué habías
de saberlo? Pero basta
que él se fíe de nosotros,
para que de aquí no salga.
Y tú, Sirena, no digas 900
lo que entre los tres nos pasa
a ninguno, ni a don Juan.
 

(Sale DON JUAN.)

 
DON JUAN
Tanto don Lope se tarda,
que me ha dado algún cuidado.
DON LOPE
¡Por Dios, don Juan, linda gracia 905
es hacerme andar así
buscando toda la casa,
siendo cierto que fui yo!
Tomad otro poco el hacha,
andadla vós.
DON JUAN
¿Para qué,
910
si ya aquí me desengaña
el saber que fuisteis vós?
Ya conozco mi ignorancia.
DON LOPE
Con todo, habemos los dos
segunda vez de miralla. 915
LEONOR
¡Qué prudencia tan notable!
DON JUAN
¡Qué valor y qué arrogancia!
SIRENA
¡Qué temor!
DON LOPE

 [Aparte.] 

Desta manera,
el que de vengarse trata,
hasta mejor ocasión 920
sufre, disimula y calla.