Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoIV. Les Manuscrits arabes de l´Escurial décrits par Hartwig Derenbourg

Francisco Codera


Cuando á nombre de M. Hartwig Derenbourg, nuestro Correspondiente extranjero, tuve el honor de presentar á la Academia el primer tomo de la obra que acaba de publicar con el título Les Manuscrits arabes de l´Escurial, nuestro Presidente se sirvió encargarme que informara á la Academia acerca de dicha obra.

Casi me había propuesto no cumplir con este honroso encargo hasta tanto que M. Hartwig Derenbourg publicara el segundo y último tomo de tan interesante obra, no porque acerca del primero no tuviera mucho bueno que decir, ni porque como en otras ocasiones, tuviera cierta pereza por haber de leer dicha obra con este exclusivo objeto, pues la leí toda en pocos días, anotando mi ejemplar: la razón de mi tardanza era porque yo quería estudiar detenidamente toda la obra, en especial los índices, y con ella á la   —25→   vista y por guía, dedicar algunos días al estudio de los manuscritos árabes del Escorial; pero puesto que M. Hartwig Dereubourg, ocupado con la publicación de trabajos no menos interesantes, no podrá concluir en más de un año la obra de que se me había encargado que informase, no debo demorarlo por más tiempo.

M. Hartwig Dereubourg no vino á España con objeto de hacer un estudio especial de los manuscritos árabes del Escorial: dedicado con singular ahinco á la publicación del libro gramatical de Sibawaihi, proponíase examinar algunos de los códices escurialenses que, según Casiri, contenían trabajos sobre este célebre gramático; pero al ver defraudadas sus esperanzas respecto á alguno de los códices por contener cosa muy diferente de la que suponía en virtud de la descripción dada por Casiri, la autoridad de éste con esta otras decepciones quedó muy quebrantada y asaltó á M. Hartwig Derenbourg la idea de que su viaje podía ser más útil para la ciencia arábiga, si dejando á un lado sus trabajos personales6, hacía una refundición general de la obra de Casiri, dando el catálogo con la descripción, conforme á las exigencias del estado actual de los conocimientos arábigos.

Pudiendo disponer de poco tiempo, al dar este rumbo á sus estudios en el Escorial, M. Hartwig Derenbourg hubo de renunciar al examen de aquellos manuscritos que por tratar materias científicas salen en cierto modo de la jurisdicción del mero arabista, como son las obras de Medicina y Matemáticas, ó las de Jurisprudencia y Teología, de escaso interés éstas para los no musulmanes, con tanto más motivo cuanto que de los manuscritos de Medicina se propone tratar M. Leclere, en su doble carácter de arabista y médico.

Descartadas así estas cuatro secciones, M. Hartwig Derenbourg emprendió el estudio de todos los restantes manuscritos árabes   —26→   del Escorial, y provisto de copiosísimas notas y fructuosas observaciones tomadas sobre los originales, regresó á su país, dispuesto á publicar sus impresiones acerca de los manuscritos árabes que había examinado durante su estancia en España, comenzando su obra con la descripción de los manuscritos del Escorial: nuestro autor, siguiendo el mismo orden que el maronita Casiri, describe en el primer tomo lo referente á las secciones de Gramática, Retórica, Filología y Bellas Letras, Lexicografía y Filosofía, ó sea los manuscritos números 1 á 708 de los 1955, que contiene, la Biblioteca del Escorial, de los cuales, 823 corresponden á las cuatro secciones de Medicina, Matemáticas, Jurisprudencia y Teología, de las secciones de Casiri, de cuyos manuscritos se propuso no tratar, sino de alguno por excepción especial, quedando por tanto para el tomo II los correspondientes á las secciones Moralistas y Políticos, Naturalistas, Geógrafos, Históricos, Varios y los que Casiri no describió.

Una de las cosas que más hubo de preocupar á M. Hartwig Derenbourg, fué el averiguar si efectivamente habían desaparecido de la Biblioteca del Escorial los manuscritos que en el catálogo revisado en 1859 figuran como desaparecidos, llegando á convencerse de que son muy pocos los que han sufrido esta suerte, y de escaso interés: 52 son los códices que figuraban como desaparecidos, cuando en realidad sólo son 24 aquellos cuyo paradero no ha podido rastrear, entre los cuales se encuentran los números 1836 y 1838, manuscritos de poca importancia, que fueron vendidos en Londres entre los libros procedentes de la Biblioteca del Sr. D. Antonio Conde, en cuyo catálogo publicado en Londres va 1824, figuran con los números 1276 y 1278.

M. Hartwig Derenbourg, en el núm. IV de su introducción, indica claramente el sistema seguido en la descripción de los manuscritos: no ha tenido la pretensión de escribir mucho y manifestar su gran erudición: ha querido ser útil, dando á conocer lo que hay en la Biblioteca Escurialense, limitándose á lo más preciso ó sea a la enunciación del título, autor y factor cuando las obras son conocidas, bien por estar publicadas, cuya circunstancia indica en general, bien por constar en el gran Diccionario Bibl. de Hachi Jalifa, y aparecer claro el título y autor en el manuscrito:   —27→   así que la extensión de los artículos no corresponde á la importancia de las obras: se propuso que su obra fuese un justo, medio entre un catálogo razonado y un inventario sumario: le hubiera sido relativamente fácil, y muy útil para nosotros que tenemos menos medios, el poner la concordancia de las obras conservadas en el Escorial y las que se guardan en las Bibliotecas de Europa y África, que han publicado el catálogo de sus manuscritos; pero se ha abstenido de ello, salvo en aquellos casos en que la comparación podía aclarar algún punto oscuro.

El objetivo en sus artículos ha sido fijar la identidad y el objeto de las obras, el nombre del autor y la fecha en que vivió, no olvidando nunca la fecha de la copia, si por ventura puede averiguarse: esto le ha llevado á marcar de un modo muy concreto las fechas á que pertenecen nuestros manuscritos, resultando que hay muy pocos, solo dos, del siglo V de la hegira, siendo la mayor parte de los siglos VI, VII y VIII: también se ha fijado de un modo especial en la circunstancia de si los manuscritos eran ó no autógrafos, circunstancia que concurre en unos 30, ó si están cotejados con el original ó algún otro de singular autoridad, cuya circunstancia es de tener en cuenta para apreciar la importancia que puedan tener, pues en muchos casos puede tenerse seguridad de que las variantes respecto á lo que escribió el autor, son insignificantes.

El indicar las cosas más interesantes que ha puesto de manifiesto M. Hartwig Derenbourg con su excelente trabajo, sería obra de nunca acabar: los manuscritos preciosos para el estudio de la literatura árabe, no tanto por estar escritos con lujo, como con esmero en cuanto á la corrección y vocalización son muchos: buena prueba es el manuscrito núm. 1, que motivó el viaje de M. Hartwig Derenbourg y que hizo fotografiar en gran parte para fijar el texto de su obra Le livre de Sibawaihi, como los hay de inapreciable valor para fijar el texto de varios de los poetas anteislámicos y clásicos o de poetas españoles: los aficionados á estudios especiales acerca de una población determinada de España encontrarán todos ellos la noticia de algún manuscrito que contiene obras poéticas de autores pertenecientes á su patria, obras que debieran publicarse por los amantes de las glorias, de cada población, para   —28→   cuya historia tienen interés especial, sin que lo tengan suficiente para que sean publicadas como de interés general; bien que algunos los hayan sido ya fuera de España en estos últimos años, como sucede con las obras de Aben Jacan, núm. 357; Aben Jafacha, núm. 578 y algún otro.

Como de singular interés y curiosos por más de un concepto, citaremos sin entrar en detalles y sólo para llamar la atención de los que puedan hojear el libro Manuscrits arabes de l´Escorial, los números 483, 488, 534 y 538.

Como muestra del singular golpe de vista que M. Hartwig Derenbourg tiene para el estudio de los manuscritos árabes, citaremos un hecho especial á que da lugar el estado lamentable de muchos de los manuscritos árabes del Escorial: habiendo sido preciso arrojar los manuscritos árabes á uno de los patios del edificio para librarlos de uno de los incendios, resultó que las hojas de muchos ejemplares que no estaban cosidos, se desparramaron, y después no habiendo persona inteligente, que pudiera averiguar á qué volumen pertenecía lo que andaba suelto, o se metió á bulto donde se creyó oportuno, ó se reunió en legajos, resultando á veces que hojas de un libro están en otro, ó en los legajos de hojas sueltas, que después se hicieron: pues bien, M. Hartwig Derenbourg, sin haber tenido tiempo para estudiar todo detenidamente, en muchos casos indica que en tal libro hay incluídas hojas de tal otro, ó que hojas que faltan en uno, están en tal legajo: las consecuencias de este descuido son tan generales, según parece, en los manuscritos del Escorial, que no podrán ser utilizados por completo, en tanto que no se subsane este defecto, para lo cual sería preciso que persona entendida y con verdadero amor á los libros árabes los revisase uno por uno, autorizado para desencuadernarlos y colocar en cada uno lo que á él correspondiese; pues aunque apercibidos como estarán los posteriores arabistas de esta circunstancia, no es fácil que dé lugar á los lamentables errores de que han sido víctimas inocentes Casiri y los que para España ó Francia copiaron manuscritos del Escorial, de seguro que hará perder mucho tiempo á cuantos hayan de trabajar sobre dichos manuscritos, con la particularidad de que en muchos casos no podrán fijar el orden de los folios, ó habrán de   —29→   suponer perdidos otros, que quizá estén en el volumen inmediato.

La Escuela de lenguas orientales vivas, al acordar la publicación del libro de M. Hartwig Derenbourg en la II Serie, Volume X de sus publicaciones, cuya colección ha regalado recientemente a nuestra Real Academia, ha prestado un señalado servicio á nuestra patria, dando á conocer al mundo sabio nuestros manuscritos árabes, pues el Catálogo de Casiri, como los demás publicados en el extranjero en el siglo pasado, buenos para entonces, hoy no satisfacen y se están rehaciendo: con la publicación del trabajo de M. Hartwig Derenbourg, mejor conocidos nuestros manuscritos darán lugar á estudios especiales, adelantando con esto los conocimientos arábigos: alpino de los códices más antiguos que contiene las poesías anteislámicas de imagen Al-Axa (núm. 303), ha excitado ya la curiosidad de persona muy competente, del Dr. Heinrich Thorbecke, distinguido profesor de la Universidad de Heidelberg, quien después de los detalles que pude proporcionarle en el año anterior, convencido de su excelencia, á pesar de estar muy deteriorado por el fuego, se propone publicarlo, haciéndolo fotografiar para proporcionarse copia: lástima que nuestras costumbres no consientan el préstamo de tales manuscritos, como se hace en otras partes, y buena prueba tenemos en las dos importantes obras árabes, que en estos últimos años nos han sido prestadas por la Universidad de Oxford y el Museo Municipal de San Petersburgo: fuera de desear que el Excmo. Sr. Intendente de la Real Casa y Patrimonio, y en especial el ilustrado Bibliotecario de Palacio, aconsejasen á S. M. el Rey la modificación del Reglamento de la Biblioteca, en el sentido de que pudieran prestarse los manuscritos por término de seis meses, siempre que se pudiesen por medio del Sr. Embajador de la respectiva nación y bajo su responsabilidad, pues con esto se haría á la ciencia un señalado servicio: de seguro que nuestro ilustrado Monarca accedería gustoso á esta modificación, que podría aconsejarse con tanto más motivo, cuanto que los manuscritos á que generalmente se referirían las peticiones, no han de ser publicados por españoles en mucho tiempo, á no ser que se multipliquen mucho los aficionados á estos estudios.

  —30→  

Dispense la Academia si he molestado su atención y no he acertado á darle cuenta exacta del importante libro de M. Hartwig Derenbourg, Les manuscrits arabes de l´Escorial.

FRANCISCO CODERA

Madrid, 12 de Junio de 1883.