Cuadro V
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Salen DON LOPE,
CRESPO y JUAN.
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DON LOPE |
A muchas cosas os soy |
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en extremo agradecido; |
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pero sobre todas, ésta |
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de darme hoy a vuestro hijo |
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para soldado, en el alma |
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os la agradezco y estimo. |
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CRESPO |
Yo os le doy para criado. |
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DON LOPE |
Yo os le llevo para amigo; |
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que me ha inclinado en extremo |
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su desenfado y su brío, |
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y la afición a las armas. |
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JUAN |
Siempre a vuestros pies rendido |
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me tendréis, y vos veréis |
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de la manera que os sirvo, |
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procurando obedeceros |
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en todo. |
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CRESPO |
Lo que os suplico
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es que perdonéis, señor, |
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si no acertare a serviros, |
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porque en el rústico estudio, |
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adonde rejas y trillos, |
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palas, azadas y bielgos |
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son nuestros mejores libros, |
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no habrá podido aprender |
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lo que en los palacios ricos |
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enseña la urbanidad |
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política de los siglos. |
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DON LOPE |
Ya que va perdiendo el sol |
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la fuerza, irme determino. |
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JUAN |
Veré si viene, señor, |
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la litera. |
(Vase.)
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(Salen INÉS
e ISABEL.)
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ISABEL |
¿Y es bien iros,
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sin despediros de quien |
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tanto desea serviros? |
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DON LOPE |
No me fuera sin besaros |
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las manos y sin pediros |
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que liberal perdonéis |
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un atrevimiento digno |
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de perdón, porque no el precio |
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hace el don, sino el servicio. |
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Esta venera, que aunque |
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está de diamantes ricos |
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guarnecida, llega pobre |
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a vuestras manos, suplico |
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que la toméis y traigáis |
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por patena, en nombre mío. |
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ISABEL |
Mucho siento que penséis |
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con tan generoso indicio, |
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que pagáis el hospedaje, |
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pues de honra que recibimos, |
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somos los deudores. |
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DON LOPE |
Esto
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no es paga, sino cariño. |
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ISABEL |
Por cariño, y no por paga, |
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solamente la recibo. |
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A mi hermano os encomiendo, |
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ya que tan dichoso ha sido |
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que merece ir por crïado |
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vuestro. |
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DON LOPE |
Otra vez os afirmo
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que podéis descuidar dél; |
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que va, señora, conmigo. |
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(Sale JUAN.)
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JUAN |
Ya está la litera puesta. |
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CRESPO |
¡Oh, señor don Lope invicto! |
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DON LOPE |
¿Quién os dijera aquel
día |
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primero que aquí nos vimos, |
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que habíamos de quedar |
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para siempre tan amigos? |
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CRESPO |
Yo lo dijera, señor, |
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si allí supiera, al oíros, |
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que erais... |
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CRESPO |
...loco de tan buen capricho. |
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(Vase DON
LOPE.)
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CRESPO |
En tanto que se acomoda |
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el señor don Lope, hijo, |
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ante tu prima y tu hermana |
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escucha lo que te digo. |
685 |
Por la gracia de Dios, Juan, |
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eres de linaje limpio |
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más que el sol, pero villano; |
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lo uno y lo otro te digo, |
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aquello, porque no humilles |
690 |
tanto tu orgullo y tu brío, |
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que dejes, desconfiado, |
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de aspirar con cuerdo arbitrio |
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a ser más; lo otro, porque |
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no vengas, desvanecido, |
695 |
a ser menos; igualmente |
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usa de entrambos disinios |
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con humildad, porque siendo |
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humilde, con recto juicio |
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acordarás lo mejor; |
700 |
y como tal, en olvido |
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pondrás cosas que suceden |
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al revés en los altivos. |
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¡Cuántos, teniendo en el mundo |
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algún defeto consigo, |
705 |
le han borrado por humildes! |
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Y ¡cuántos, que no han tenido |
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defeto, se le han hallado, |
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por estar ellos mal vistos! |
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Sé cortés sobremanera, |
710 |
sé liberal y partido; |
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que el sombrero y el dinero |
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son los que hacen los amigos; |
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y no vale tanto el oro |
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que el sol engendra en el indio |
715 |
suelo y que consume el mar, |
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como ser uno bienquisto. |
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No hables mal de las mujeres; |
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la más humilde, te digo |
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que es digna de estimación, |
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porque, al fin, dellas nacimos. |
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No riñas por cualquier cosa; |
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que cuando en los pueblos miro |
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muchos que a reñir se enseñan, |
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mil veces entre mí digo: |
725 |
«Aquesta escuela no es |
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la que ha de ser», pues colijo |
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que no ha de enseñarse a un hombre |
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con destreza, gala y brío |
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a reñir, sino a por qué |
730 |
ha de reñir, que yo afirmo |
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que si hubiera un maestro solo |
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que enseñara prevenido, |
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no el cómo, el por qué se
riña, |
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todos le dieran sus hijos. |
735 |
Con esto, y con el dinero |
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que llevas para el camino, |
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y para hacer, en llegando, |
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de asiento, un par de vestidos, |
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al amparo de don Lope |
740 |
y mi bendición, yo fío |
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en Dios que tengo de verte |
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en otro puesto. Adiós, hijo: |
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que me enternezco en hablarte. |
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JUAN |
Hoy tus razones imprimo |
745 |
en el corazón, adonde |
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vivirán, mientras yo vivo. |
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Dame tu mano, y tú, hermana, |
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los brazos; que ya ha partido |
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don Lope, mi señor, y es |
750 |
fuerza alcanzarlo. |
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ISABEL |
Los míos
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bien quisieran detenerte. |
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INÉS |
Nada te digo
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con la voz, porque los ojos |
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hurtan a la voz su oficio. |
755 |
Adiós. |
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CRESPO |
Ea, vete presto;
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que cada vez que te miro, |
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siento más el que te vayas; |
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y ha de ser, porque lo he dicho. |
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JUAN |
El cielo con todos quede. |
760 |
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(Vase JUAN.)
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ISABEL |
¡Notable crueldad has hecho! |
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CRESPO |
(Aparte.)
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(Agora que no le miro, |
|
hablaré más consolado.) |
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¿Qué había de hacer
conmigo |
765 |
sino ser toda su vida |
|
un holgazán, un perdido? |
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Váyase a servir al Rey. |
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ISABEL |
Que de noche haya salido, |
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me pesa a mí. |
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CRESPO |
Caminar
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770 |
de noche por el estío |
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antes es comodidad |
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que fatiga, y es preciso |
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que a don Lope alcance luego |
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al instante. |
(Aparte.)
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(Enternecido
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775 |
me deja, cierto, el muchacho, |
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aunque en público me animo.) |
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INÉS |
Pues sin soldados vivimos, |
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estémonos otro poco |
780 |
gozando a la puerta el frío |
|
viento que corre; que luego |
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saldrán por ahí los vecinos. |
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CRESPO |
(Aparte.)
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(A la verdad no entro dentro, |
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porque desde aquí imagino, |
785 |
como el camino blanquea, |
|
que veo a Juan en el camino.) |
|
Inés, sácame a esta puerta |
|
asiento. |
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ISABEL |
Esta tarde diz que ha hecho |
790 |
la villa elección de oficios. |
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CRESPO |
Siempre aquí por el agosto |
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se hace. |
(Siéntanse.)
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(Salen el CAPITÁN, REBOLLEDO, la CHISPA y SOLDADOS.)
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CAPITÁN |
(Aparte a los
suyos.)
|
Pisad sin rüido.
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Llega, Rebolledo, tú, |
|
y da a la crïada aviso |
795 |
de que ya estoy en la calle. |
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REBOLLEDO |
Yo voy. Mas ¡qué es lo que miro! |
|
A su puerta hay gente. |
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SARGENTO |
Y yo
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en los reflejos y visos |
|
que la luna hace en el rostro, |
800 |
que es Isabel, imagino, |
|
ésta. |
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CAPITÁN |
Ella es; más que la
luna,
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el corazón me lo ha dicho. |
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A buena ocasión llegamos. |
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Si, ya que una vez venimos, |
805 |
nos atrevemos a todo, |
|
buena venida habrá sido. |
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SARGENTO |
¿Estás para oír un
consejo? |
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SARGENTO |
Pues ya no te le digo.
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Intenta lo que quisieres. |
810 |
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CAPITÁN |
Yo he de llegar, y atrevido |
|
quitar a Isabel de allí. |
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Vosotros a un tiempo mismo |
|
impedid a cuchilladas |
|
el que me sigan. |
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SARGENTO |
Contigo
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815 |
venimos y a tu orden hemos |
|
de estar. |
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CAPITÁN |
Advertid que el sitio
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en que habemos de juntarnos |
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es ese monte vecino, |
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que está a la mano derecha, |
820 |
como salen del camino. |
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REBOLLEDO |
Ten esas capas.
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Que es del reñir, imagino, |
|
la gala el guardar la ropa, |
|
aunque del nadar se dijo. |
825 |
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CAPITÁN |
Yo he de llegar el primero. |
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CRESPO |
Harto hemos gozado el sitio. |
|
Entrémonos allá dentro. |
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CAPITÁN |
(Aparte a los
suyos.)
|
Ya es tiempo; llegad, amigos. |
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(Lléganse a los tres; detienen a CRESPO y a INÉS y se apoderan de
ISABEL.)
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ISABEL |
¡Ah, traidor! -Señor,
¿qué es esto? |
830 |
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|
CAPITÁN |
Es una furia, un delirio |
|
de amor. |
(Llévala.)
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|
ISABEL |
(Dentro.)
|
¡Ah, traidor!
¡Señor!
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INÉS |
(Aparte.)
|
Yo quiero aquí retirarme. |
|
(Vase.)
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CRESPO |
¡Cómo echáis de ver, ah,
impíos, |
835 |
que estoy sin espada, aleves, |
|
falsos y traidores! |
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REBOLLEDO |
Idos,
|
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si no queréis que la muerte |
|
sea el último castigo. |
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CRESPO |
¡Qué importará, si está
muerto |
840 |
mi honor, el quedar yo vivo! |
|
¡Ah, quién tuviera una espada! |
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Cuando sin armas te sigo, |
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es imposible; y si, airado, |
|
a ir por ella me animo, |
845 |
los he de perder de vista. |
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¿Qué he de hacer, hados
esquivos? |
|
Que de cualquiera manera |
|
es uno solo el peligro. |
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(Sale INÉS
con una espada.)
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INÉS |
Ésta, señor, es tu espada. |
850 |
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CRESPO |
A buen tiempo la has traído. |
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Ya tengo honra, pues ya tengo |
|
espada con que seguirlos. |
|
Soltad la presa, traidores, |
|
cobardes, que habéis cogido; |
855 |
que he de cobrarla, o la vida |
|
he de perder. |
(Riñen.)
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SARGENTO |
Vano ha sido
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tu intento, que somos muchos. |
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CRESPO |
Mis males son infinitos, |
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y riñen todos por mí. |
860 |
(Cae.)
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Pero la tierra que piso |
|
me ha faltado. |
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SARGENTO |
Mirad que es rigor impío |
|
quitar vida y honor. |
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Mejor es en lo escondido |
865 |
del monte dejarle atado, |
|
porque no lleve el aviso. |
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ISABEL |
(Dentro.)
|
¡Padre y señor! |
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CRESPO |
Hija, solamente puedo |
870 |
seguirte con mis suspiros. |
|
(Llévanle.)
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|
(Sale JUAN.)
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JUAN |
¡Mortal gemido!
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A la entrada de ese monte |
|
cayó mi rocín conmigo, |
875 |
veloz corriendo, y yo ciego |
|
por la maleza le sigo. |
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Tristes voces a una parte, |
|
y a otra míseros gemidos |
|
escucho que no conozco, |
880 |
porque llegan mal distintos. |
|
Dos necesidades son |
|
las que apellidan a gritos |
|
mi valor; y pues iguales |
|
a mi parecer han sido, |
885 |
y uno es hombre, otro mujer, |
|
a seguir ésta me animo; |
|
que así obedezco a mi padre |
|
en dos cosas que me dijo: |
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«Reñir con buena ocasión, |
890 |
y honrar la mujer», pues miro |
|
que así honro a la mujer |
|
y con buena ocasión riño. |
|
(Vase.)
|
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