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El libro español en América

Leopoldo Calvo Sotelo



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Memoria presentada al concurso celebrado para proveer la plaza de Secretario general de la Cámara Oficial del Libro. El Jurado designado al efecto la calificó en primer lugar. El Pleno de la Cámara acordó su publicación.





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Ha sido harto breve el tiempo concedido para la presentación de Memorias -apenas si hemos terminado de recoger datos y de documentarnos someramente-. En las páginas que siguen no hay otra cosa que un simple esbozo de los mil problemas interesantes que plantea el libro español. Frecuentemente, lo que debió ser comentario detenido y estudio a fondo ha quedado reducido a una leve alusión.

Ya el aspecto meramente industrial -precio, propaganda, presentación, forma de pago- constituye tema complejo. Pero el libro, que no es una mercancía ordinaria, sino instrumento de cultura, ha de desenvolverse en una atmósfera cultural, y sin conocerla sería inútil buscar soluciones. He ahí un horizonte ilimitado. Factores históricos y políticos, espirituales y económicos, de raza y de idioma, determinan modalidades colectivas «sui generis», matices abigarrados de nacionalidad. A lo largo de la memoria ha sido ese el tema que más nos ha preocupado, y, para examinarlo, nos han servido grandemente los informes consulares.

  —4→  

¿Cuáles son los países que influyen en las jóvenes Repúblicas americanas? ¿Qué proporción guarda nuestra importación de libros con la de los demás países? ¿En qué sentido se orienta la producción editorial española? ¿Por qué hemos perdido antiguos mercados, o no hemos sabido conquistar otros? ¿Hacia qué nuevos derroteros puede encaminarse la librería española? ¿Dónde hallar el instrumento adecuado a la empresa?

Esos interrogantes hemos encontrado en nuestro camino y hemos procurado buscarles una respuesta.

Que el buen deseo que nos ha animado supla las deficiencias impuestas por la premura de tiempo y la parquedad de medios de información.



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ArribaAbajoI. En España se lee poco

En el ciclo de conferencias organizado en 1922 por la Cámara Oficial del Libro, de Barcelona, uno de los oradores, el Sr. Calleja, se dolía amargamente de la situación del libro en España. El libro en España, decía1, «es el artículo de lujo por excelencia... es artículo de lujo para dejar de comprarlo en cuanto hay sombra de motivo, y no es artículo de lujo para que su venta reciba el apoyo de la vanidad y de la ostentación, que son tan eficaces protectores de los joyeros, de los peleteros, de los modistos...»

En España se lee poco, triste verdad indudable. Las cifras que sintetizan nuestro estado de cultura no pueden ser más expresivas. La mitad de los españoles vive en pleno analfabetismo. Con veinte millones largos de habitantes, nuestras escuelas, públicas y privadas, no pasan de 34.000; Francia, que no llega a doblar nuestra población, tiene triple número de establecimientos de enseñanza primaria.

La Prensa periódica sufre inmediatamente el efecto de este pauperismo intelectual. Según datos oficiales2, en 1887 se publicaban   —6→   en España 1.128 periódicos; en 1892, 1.136; en 1900, 1.347; en 1913, 1.980, y en 1920, 2.289. En 1887 correspondían 15.000 habitantes a cada periódico; en 1913, 10.000; en 1920, 9.080. La proporción es: en Madrid, de 1.599 habitantes por periódico; en Barcelona, de 2.666; en Sevilla, de 10.504; en Orense, de 43.230.

Los periódicos de Madrid representan una tirada, en conjunto3, de 500.000 ejemplares; los de Barcelona, 200.000, y los de provincias, 500.000. Total, en números redondos: 1.200.000 ejemplares diarios... ¡para más de veinte millones de españoles! Y esas cifras valen bien poco comparadas con las que ofrece el extranjero.

Dos diarios franceses, Le Petit Parisién (1.800.000 ejemplares) y Le Petit Journal (1.250.000), tienen, cualquiera de ellos, más lectores que toda la Prensa española. El número de ejemplares diarios de la Prensa francesa excede de doce millones.

En España se lee poco porque hay pocos que sepan leer, y porque los que saben no sienten grandes estímulos intelectuales. Y si no se leen periódicos, difícil será que el libro salga mejor parado.

Pérez de Ayala, en el ciclo de conferencias de Barcelona4, reflejó gráficamente la ley del mercado del libro en España. Copiemos   —7→   sus palabras: «Un agudo amigo decía a primera vista, parece que un bazar de ropas hechas en el Congo sería un negocio incalculable, ya que todos los congoleses van desnudos: sólo que los congoleses van desnudos porque el calor les obliga al sucinto taparrabos, y las únicas prendas europeas que han adoptado son los puños postizos y el sombrero de copa.»

»Nuestro mercado de libros guarda, en lo intelectual, notoria semejanza con el mercado del Congo, en lo indumentario. A primera vista parece que en España habrá tantos que ambicionen poder leer como analfabetos hay, y son en proporción abrumadora; y tantos que ambicionen cultivarse cuantos se echan de ver incultos, y son casi todo el resto de los habitantes. ¡Qué buen negocio la industria de libros!... Pero, ¡ay!, los desnudos de espíritu no se ruborizan de su desnudez, porque nadie les ha sugerido el pudor; y los que alardean de ir vestidos no adquieren, del vestuario intelectual, otras prendas que el somero taparrabos, los puños postizos y el sombrero de copa.»




ArribaAbajoII. Libros que se producen en España

«España es un país donde apenas se escribe y donde apenas se lee. ¡Eldorado de los editores!... Hay, sólo en Madrid, cerca de 70 editores matriculados. ¿Me diríais siquiera la mitad de escritores indiscutiblemente de primera fila? Creo que no; mas aunque fuera,   —8→   y aunque sólo en Madrid hubiese editores, ¿pensáis que con medio escritor puede cada editor tener bastante?»5.

Al déficit de lectores se une el de escritores. En la llanura desolada de nuestra miseria cultural no abundan las cumbres. ¿Qué libros salen anualmente de la pluma de nuestros autores?

Dos datos tenemos para apreciarlo: el de los que ingresan en el Registro de la Propiedad intelectual y el de los que se llevan a la Biblioteca Nacional. Uno y otro acusan un considerable descenso en la producción librera española, ya no muy copiosa. Las cifras vienen de fuente autorizada: el «Anuario Estadístico de 1923-24».

En 1912 se remitieron a la Biblioteca Nacional 4.810 libros, 4.007 folletos, 36 estampas y nueve mapas; en 1923, el número de libros baja a 2.920, el de folletos a 3.612, el de estampas a 22; sólo el de mapas sube a 15.

En 1912 se inscribieron en el Registro de la Propiedad intelectual 3.026 libros, 1.209 folletos, 32 estampas y 22 mapas; en 1923, los libros fueron 1.816, los folletos 540, las estampas 20 y los mapas 5. La curva descendente de publicaciones alcanza un 50 por 100.

Pero la Cámara del Libro, de Barcelona, no acepta esas cifras6. Su mero examen, dice,   —9→   basta para convencerse de su inexactitud, «sobre todo si se contrastan con lo que por vista de ojos se viene observando en España constantemente»; esto es, el aumento de la producción literaria y científica en todos los órdenes. La Cámara cree que la producción anual española no baja de unas 4.000 obras, sin contar los folletos de menos de 64 páginas, ni las piezas de música. Son muchas las obras que dejan de inscribirse en el Registro de la Propiedad intelectual, por el descuido o los formulismos burocráticos, que exigen a los editores cesiones notariales u otros documentos no siempre asequibles7.




ArribaAbajoIII. Las preferencias del público lector

No poseemos datos de la producción concreta y sistematizada de cada una de nuestras Casas editoriales; pero para apreciar las predilecciones del público en general no deja de ofrecer interés la estadística de los libros servidos en la Biblioteca Nacional durante el año 19238. Las demás Bibliotecas públicas, de ordinario consagradas a especialidades determinadas (Facultades, Ministerios, Institutos y Escuelas especiales, Academias), no podrían orientarnos acerca del particular con tantas garantías de acierto como la Nacional, donde coincide todo el volumen de las publicaciones españolas.

  —10→  

La estadística es interesante por muchos conceptos; en primer lugar, por el número de lectores, que ascendió, en 1923, a 440.794, con un promedio diario de 1.500. Después, porque prueba que a la gente la atraen, no sólo los libros de literatura, los más solicitados, desde luego (61.956 obras servidas), sino también los de ciencias y artes (56.241). Queda así reivindicado el nivel medio del público lector: obsérvese que la diferencia entre el servicio de obras literarias y el de obras científicas no puede ser más exigua. Siguen las Enciclopedias, Geografías, Manuscritos, Revistas y Periódicos (53.086); la Jurisprudencia (7.241), la Historia (7.002), la Teología (967) y la Música (665).




ArribaAbajoIV. El comercio exterior del libro

El libro español posee un singularísimo privilegio. Glosó este punto, con particular acierto, Blanco Fombona, en la conferencia que pronunció en el ciclo organizado por la Cámara Oficial del Libro, de Barcelona9.

El libro español, decía, «tiene un público de naciones. Una comarca árida, seca, pobre, de genio bronco y áspero, perdida en alta meseta lejos del mar civilizador e itinerante, ha producido la maravilla de difundir por mares y continentes su obscura lengua, hoy claro vehículo espiritual de razas y sub-razas diferentes. Cien millones de lectores corresponden   —11→   hoy al libro español en lengua de Castilla. Dentro de medio siglo, de un siglo, dentro de mayor tiempo, ¿que ocurrirá?»

El libro no es sólo un artículo de comercio: es «el embajador de la cultura nacional en el extranjero»10; «la mercancía más noble que un país puede producir, porque en él se encierra el alma de una raza, la inteligencia de un pueblo, toda la vida espiritual de una nación»11; «instrumento singularmente expansivo de todo ascendiente moral, hasta el extremo de que la protección que se le concede revierte siempre al protector un beneficio que supera, incomparablemente al importe del sacrificio momentáneo»12.

¡Lástima que todo eso haya sido reconocido tan tarde! Acaso ya no estemos en trance de recuperar lo perdido. Pero puede hacerse mucho todavía. Entre las iniciativas del Estado en orden a la expansión del libro merece particular mención el cuestionario que el Ministerio de Estado remitió a nuestros representantes consulares en países de habla española. Hemos podido consultar las Memorias consulares. Llevan todas la fecha de 1922. Sin embargo, la suma de observaciones que recogen, y las enseñanzas que de ellas se desprenden, conservan un valor de actualidad.   —12→   Es la información más completa y minuciosa que existe en España acerca del problema del libro en América. De desear sería que se continuase periódicamente, para tener al día un resumen expresivo de las posibilidades del mercado americano.

El porvenir del libro español está en América. Por eso hemos consagrado la mayor parte de este trabajo al estudio de las modalidades que ofrecen las Repúblicas de origen español en orden al desenvolvimiento de nuestra industria editorial. La difusión del libro hecho en España depende de la organización de la librería española en América.


ArribaAbajo1) Lo que dicen las estadísticas españolas

Hemos tomado los datos que a continuación consignamos de la «Estadística del comercio exterior de España», publicada por el Consejo de la Economía Nacional, en 1925. Nuestra exportación total de libros arroja las cifras siguientes, en las que se incluyen todos los países del mundo con los que mantenemos relaciones comerciales:

Pesetas. Q. M.
1923 .................... 1.116.400 2.971
1924 .................... 1.151.600 2.879
1925 .................... 2.529.800 3.892

He aquí ahora la estadística individualizada   —13→   de nuestra exportación a los países hispano-americanos:

Pesetas.
Argentina ........................................ 882.050
Cuba ........................................ 480.350
Panamá ........................................ 372.450
Méjico ........................................ 174.200
Venezuela ........................................ 45.500
Chile ........................................ 35.750
Paraguay ........................................ 20.800
Uruguay ........................................ 20.150
Filipinas ........................................ 16.600
Colombia ........................................ 9.750
Guatemala ........................................ 4.550
Ecuador ........................................ 2.600
Perú ........................................ 1.950
Bolivia ........................................ 1.300

Exportación total, 2.068.000 pesetas.

No figuran en la estadística Costa Rica, Honduras, Nicaragua ni Salvador. Para fijar las cifras expuestas se ha tomado como unidad el quintal métrico, a razón de 650 pesetas uno.

Exportación de libros a otras naciones:

Pesetas.
Francia ........................................ 141.700
Estados Unidos ........................................ 74.000
Bélgica ........................................ 50.700
Alemania ........................................ 46.800
Portugal ........................................ 36.000
Gran Bretaña y Gibraltar ........................................ 35.100
  —14→  

Los demás países aparecen con cifras de escasísima importancia: Argelia, 650 pesetas; Holanda, 4.450; Noruega, 650; Suecia, 650, etc.

¿Qué recibimos nosotros en libros, folletos, periódicos y otros impresos en lenguas extranjeras?

Franceses ........................................ 155.520
Alemanes ........................................ 40.176
Ingleses ........................................ 21.060
Norteamericanos ........................................ 12.960
Italianos ........................................ 9.396
Belgas ........................................ 8.424

Pero estos datos no reflejan la realidad. Con razón los impugna la Cámara Oficial del Libro, de Barcelona13. En primer lugar, porque sólo dan el total de libros exportados mediante conocimiento de embarque, y prescinden de los envíos por paquete postal de cuatro kilogramos y por correo, tan importantes, o más, que las expediciones en cajas , y después porque la tasa aduanera se basa en una errónea valoración de las exportaciones. La Cámara calcula que el promedio anual de cuatro millones de pesetas durante el quinquenio 1916-1920 no representa más que una tercera parte del verdadero valor de los libros exportados, que, en los últimos años, ha alcanzado casi los 20 millones de pesetas. A juicio de la Cámara14, España   —15→   exporta; cuando menos, el 50 por 100 de su producción editorial; hay Casas editoras, de las más importantes, que han llegado a exportar hasta el 64 por 100. Si se tienen en cuenta las obras que publican las Academias y Corporaciones oficiales, y las editadas por los mismos autores, que no pueden ser exportadas o lo son en número reducidísimo debido a deficiencias de organización, el cálculo del 50 por 100 resulta muy moderado. Fundada en esas consideraciones, la Cámara creé que la producción y exportación editorial de España es la siguiente:

Pesetas.
Número anual de obras nuevas que se publican en España .................... 4.000
Promedio de ejemplares de cada una .................... 3.000
Promedio total de ejemplares .................... 12.000.000
Valor de 12.000.000 de libros, a 5 ptas. .................... 60.000.000
Valor de las ediciones nuevas o reimpresiones .................... 20.000.000 ______________
.................... ______________ 80.000.000
Descuento medio de librería (30 por 100) .................... 24.000.000
Valor neto .................... 56.000.000
Exportación .................... 28.000.000

Indudablemente, se acercan más a la realidad los datos de la Cámara de Barcelona que los del Consejo de la Economía Nacional.   —16→   El mayor volumen de exportación corresponde a los envíos postales, y eso no lo recoge la estadística de Aduanas. De ahí que una de las primeras iniciativas de las Cámaras haya sido la de pedir la organización de una estadística de exportación por vía postal. Sin embargo, los datos que suministra el Consejo de Economía, aunque parciales e incompletos, permiten deducir el orden de importancia que para la producción española ofrecen los mercados americanos.

Ocupa el lugar primero la República Argentina, que importa libros nuestros en cantidad casi doble que Cuba, la que la sigue en la escala, y aproximadamente igual a la de todos los demás países de habla española juntos. Debe observarse que las librerías argentinas, a su vez, reexportan a otras Repúblicas, singularmente Chile, Paraguay y Uruguay, parte de los envíos que reciben de España; de modo que cabe firmar que no se venden en los comercios argentinos todos los libros españoles que llegan a la Argentina, sino que muchos van a parar a librerías chilenas o uruguayas, derivación de la corriente importadora que no tiene posible reflejo en nuestras estadísticas. A pesar de ello, la Argentina constituye nuestro mejor mercado, y debe consagrársele preferente estudio. Luego veremos los factores culturales que predominan en aquella República, y al examinar sus estadísticas comparadas de importación de libros extranjeros, como las de Cuba, advertiremos cuáles son nuestros más formidables competidores: uno, apoyado en su poderío económico y político, exaltados   —17→   después de la gran guerra; otro, en una ininterrumpida tradición cultural y en una inteligentísima organización de su política comercial.




ArribaAbajo2) Factores culturales que predominan en los países hispano-americanos

El libro es un instrumento de cultura y ha de desenvolverse en una atmósfera cultural. Sin conocer esta atmósfera, sin saber cuáles son las corrientes que predominan en ella, no cabe trazar una orientación conveniente a la industria editorial. La comunidad de idioma hace mucho, pero sería equivocación lamentable la de suponer que, porque hablamos la misma lengua, las Repúblicas hispano-americanas piensan y sienten como nosotros. La independencia, lograda casi siempre por la fuerza; la exaltación nacionalista, que siguió fatalmente al movimiento de liberación; el sentimiento de la propia personalidad, que en los pueblos nacientes, orgullosos de su juventud, ofrece matices de indiferencia, de desvío, cuando no de enemiga hacia la vieja raza progenitora; la vecindad de robustas organizaciones políticas, árbitras del mundo, impregnadas de esencias imperialistas; el lejano resplandor de otros países, cumbre envidiada de una civilización de veinte siglos; nuestro imperdonable descuido -¿altivez de hidalgo empobrecido?- hábilmente aprovechado para luchar con nuestras propias armas contra nosotros... todo eso, y cien estímulos más, han contribuido   —18→   a formar un ambiente en el que cerebro y corazón marcan ritmo distinto del nuestro, aunque nos una la Gramática. Un esquema breve de las corrientes culturales que se reparten el mercado hispano-americano nos dirá lo que hemos perdido, lo que todavía conservamos y lo que podemos y debemos recuperar.

El profesor Altamira, que ha consagrado preferentemente su actividad al problema de América española, en su obra La política de España en América15 sintetiza así su parecer respecto a las naciones que han procurado, y seguirán procurando, influir en América y sus mercados de todo género: Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. «Ninguna de ellas, dice, tiene en los países hispano-americanos lazo histórico ni de idioma que contrapese al nuestro. Francia e Inglaterra carecen también de emigración apreciable. Alemania cuenta con ella sólo en el Brasil. En cambio... Italia posee una numerosísima, poderosa y organizada emigración en gran parte de la América del Sur. Constituye allí, por esto y por la igualdad o analogía de sus productos agrícolas con los de España, una competidora formidable. Lo es por naturaleza y procura serlo reflexivamente».

Francia no tiene emigración, pero sí un gran prestigio intelectual y político. «Políticamente, Francia es, para aquellas democracias jóvenes, la autora de la Revolución   —19→   de 1870, que aún representa... un valor histórico, y también la ilación europea más progresiva en este orden. La guerra última ha exaltado este prestigio con toda razón...»

Alemania, enemigo formidable, lo es menos para nosotros que Italia y Francia: primero, porque sus productos mercantiles no tienen ninguna analogía con los nuestros; después, porque su influencia intelectual no puede ser intensa, sino a través de traducciones, y, finalmente, porque, aun así, «el genio espiritual de sus escritores, tan diferente del que llamamos “latino”, no es temible en relación de competencia». Y en cuanto a Inglaterra, orientada en una dirección capitalista e industrial, no hemos de encontrarla en frente, por desgracia para nosotros.

Pero queda otro factor: el norteamericano, «El problema de América16 es saber si el grupo anglosajón continuará su marcha hacia el Sur, o si el grupo hispano podrá defender sus posiciones y con ellas la continuación espiritual de España (en lo más profundo, original y bueno de su psicología y de su civilización) en el Nuevo Mundo». Ya no se trata sólo de los países que, por razones geográficas, sufren inmediatamente la influencia yankee: México, Guatemala, Honduras, Panamá. Se trata de toda la América del Sur, a donde llega el dollar bajo la forma de empréstitos, grandes negocios, líneas de comunicación, verdadero protectorado   —20→   económico, y de las islas que hasta el 98 fueron nuestras, incorporadas hoy a los Estados de la Unión. Nuestros valores espirituales corren gravísimo peligro ante la avalancha dominadora del pueblo más poderoso del mundo. Francia, Norteamérica e Italia constituyen nuestros competidores: pronto hemos de comprobarlo.

Argentina.- La República Argentina, escribe D. Emilio Boix17, es el mercado más importante de la América española: la influencia de Buenos Aires trasciende, más allá de las fronteras, a Chile, Paraguay y Uruguay.

Las clases altas argentinas, añade el autor citado, tiene una formación esencialmente francesa. La cultura francesa y el libro francés dominan en las Universidades y ejercen, en los núcleos selectos y, por consiguiente, en la masa de la población, «una tutela irresistible». En toda la obra intelectual de la Argentina «lo francés es el pan de cada día». Nuestros principales rivales son el idioma y la literatura francesa, la más leída de todas las literaturas entre la gente distinguida. El francés se habla corrientemente; algunos, hasta encuentran para dominarlo mayores facilidades que con el castellano. Ningún libro se ha solicitado ni vendido nunca como el francés. Y Francia influye,   —21→   no sólo con su lengua y sus obras, sino también con sus traducciones al español, bien editadas y económicas. El primer puesto en la Argentina lo ocupa Francia.

¿Y España? «España ha sido postergada en el concepto de las clases intelectuales, sin que se haya sentido su ciencia y sus valores culturales nada más que ocasionalmente». La producción intelectual española no circula, o circula por excepción. Libros españoles sí se ven muchos en los estantes de las librerías, pero los que forman magisterio para la juventud no son españoles...

El Sr. Boix reconoce que algo han cambiado las cosas, afortunadamente: nuestras ediciones se presentan mejor cuidadas; nuestro teatro va siendo más conocido; la lectura en castellano, que era antes poco común en las clases altas y en los centros universitarios, aumenta de día en día. Las visitas de nuestras primeras figuras en todos los órdenes de la vida han contribuido también a elevar nuestro nivel; pero el monopolio cultural continúa ejerciéndolo Francia.

Los Estados Unidos (Appleton) editan gran cantidad de libros: resaltan los de cuentos y premios para niños, Geografías y Atlas.

Italia, que también tiene puesto preferente, cultiva con especialidad las obras de ciencias y las traducciones alemanas. Inglaterra, literatura y traducciones (Nelson). Alemania enviaba, antes de la guerra, la copiosa producción librera de Leipzig.

En Historia, Arte, Diccionarios, Derecho Internacional, Administrativo y Penal, Ingeniería   —22→   y Tecnología, Francia. Su absorción cultural llega hasta las Revistas: L'Illustration circula enormemente: «Nuestras revistas técnicas no tienen mercado: las gráficas (Blanco y Negro, La Esfera), van adquiriendo mayor venta.»

Enviamos mucha literatura a la Argentina, pero faltan ediciones económicas de nuestros clásicos, que tendrían gran aceptación. En Arte, en el que nuestra Península ofrece tesoros de incalculable valor, hemos hecho muy poco: «están muy en boga en la Argentina los estilos españoles antiguos, en arquitectura y decorado, y las gentes buscan dónde encontrar datos que les ilustren de nuestras obras de arte decorativo. Una Revista que tratase este tema, particularmente, tendría, sin duda alguna, un número grande de suscriptores».

En Medicina, «el concepto que Alemania y Francia tienen... desde el punto de vista del renombre de sus sabios y de sus Universidades, es enorme, y repercute en la venta de sus obras. Nuestros autores no son muy conocidos...»18.

Brasil.- Francia domina casi por completo el mercado. Italia acrecienta de día en día su influencia, por la gran propaganda oficial y particular que hace. Las clases media y alta hablan correctamente francés: por eso se vende tanto el libro francés, que ocupa el tercer lugar; le preceden sólo los autores brasileños y los grandes clásicos portugueses.   —23→   En cambio, nuestros clásicos permanecen casi ignorados: los brasileños, al hablar de literatura española, citan con preferencia a Blanco Ibáñez y Vargas Vila; lo primero que se ve en toda librería medianamente surtida es la colección completa de las obras de esos dos autores19.

Chile.- También se acusa en Chile la influencia francesa. España se ha dado poco a conocer. Algo saben de nuestro teatro y de algunos novelistas españoles, pero nuestros hombres de ciencia están completamente ignorados. Inglaterra y Alemania luchan por imponerse culturalmente20.

Colombia.- Las obras de Ingeniería son norteamericanas, inglesas e italianas; las de Penal, de Italia también; las de Economía y Hacienda, de Inglaterra y Estados Unidos; las de Derecho civil, Administrativo e Internacional, francesas principalmente; las de Industria en general, Artes y Oficios y Electricidad, norteamericanas; las Revistas técnicas; yankees e inglesas; las literarias, francesas. El 60 por 100 de los libros importados de Literatura, Historia y Derecho, es español; y norteamericano en un 20 por 10021.

Costa Rica.- Se observa que las Casas españolas no ponen diligencia en traducir al español las obras científicas y literarias de renombre mundial, como las francesas. Y   —24→   cuando lo hacen ya es tarde, y todos han adquirido las ediciones en francés22.

Cuba.- El orden de países importadores es el siguiente: Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Alemania. Razones políticas fácilmente comprensibles, las comunicaciones frecuentes y metódicas, la proximidad, explican el predominio yankee. El 24 por 100 de los libros importados en Cuba de 1919-20, que corresponde a España, está constituido, en su casi totalidad, por obras literarias. Francia ocupa el tercer lugar, pero con un peligro mayor, pues así como la mayor parte de la importación norteamericana se hace en idioma inglés, en la francesa, en cambio, predominan las ediciones en español, salvo las Revistas de Modas. En Literatura, Arte, Medicina, Filosofía, Derecho, Economía, Diccionarios y Novelas, está España en primer término, pero en Ciencias Matemáticas, Químicas y Naturales, Ingeniería, Mecánica, Electricidad, Tecnología, Artes y Oficios e Industrias en general, se advierte la predilección por las ediciones norteamericanas en castellano, traducidas de textos ingleses. La influencia norteamericana se acentúa en la juventud actual: las clases acomodadas suelen enviar sus hijos a practicar estudios o a terminarlos a Universidades yankees. Las generaciones nuevas hablan ya bastante el inglés.

En las Universidades es casi absoluta la ausencia de textos españoles; los ingenieros   —25→   se lamentan de carecer de libros nuestros de carácter a la vez científico y práctico: por eso tienen que recurrir a los norteamericanos23.

Ecuador.- Los países importadores siguen este orden: España, Francia, Estados Unidos y Alemania. Antes de la guerra, Francia ocupaba el primer lugar, y lo recobrará en cuanto mejore su situación económica. España envía literatura; Francia, libros de texto para escuelas y colegios, y obras científicas; Estados Unidos, literatura anglosajona; Alemania, libros de devoción y literatura religiosa24.

Filipinas.- España precede a todos los demás países importadores. El libro español tiene ahora más demanda que antes: de seis diarios de la capital, sólo se publica una hoja en inglés; el resto se imprime exclusivamente en Español25.

México.- Los países que influyen en México siguen este orden: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, Alemania e Italia. Las estadísticas demuestran la preponderancia norteamericana26.

Nicaragua.- Las personas cultas se educan en Francia, Bélgica y Estados Unidos. El latino-americanismo (propaganda francesa)   —26→   y el capital norteamericano se reparten la influencia moral27.

Paraguay.- La situación del libro español en el Paraguay es poco floreciente. Entre otras causas, ello ha de atribuirse a lo elevado del cambio y al dialecto «guaraní» que habla el pueblo y nos quita enorme masa de lectores28.

Perú.- Francia ha perdido el monopolio que venía ejerciendo en el elemento intelectual, y hoy comparte la influencia con Alemania, Italia, Norteamérica, Inglaterra y España. El inglés lo habla la mujer de educación esmerada y el peruano orientado hacia el comercio, la ingeniería y el tecnicismo industrial, que en los Estados Unidos, con sus soberbias Revistas profesionales, encuentra poderosos medios de estudio. El alemán lo cultivan especialmente los médicos. El italiano ha alcanzado escaso desarrollo. La mejor librería del Perú es francesa29.

Salvador.- Influye predominantemente Norteamérica; la juventud salvadoreña se educa en los Estados Unidos y allí forma su espíritu; políticamente, la atracción yankee es irresistible. Va después Francia, aunque con mera eficacia sentimental, y en último lugar Inglaterra, Alemania, Italia y Suiza; entre los profesionales de la Medicina se tiene muy en cuenta la práctica en los Hospitales de París, y la educación más apreciada   —27→   es la que se recibe en los Colegios ingleses y suizos: «de España no se ocupa nadie. Se la desconoce del modo más absoluto. La ignorancia que aquí se tiene de nuestra Patria es aún más completa y más dañosa que la que tenemos los españoles de estas pequeñas Repúblicas... Nuestra influencia espiritual es nula»30.

Uruguay.- España y Francia ejercen influencia decisiva en la cultura nacional. Después de estos dos países, pero en grado muy inferior, la Argentina, Inglaterra, Norteamérica e Italia31.

Venezuela.- La venta del libro español se escalona así: máxima, literatura; media, cuentos y regalos para niños; mínima, ciencia32.

El cuadro, extractado a grandes rasgos de las Memorias consulares, es muy poco consolador. Enviamos literatura, mucha literatura, y no siempre escogida. Alguna vez se han elevado en aquellas Repúblicas protestas contra determinadas publicaciones nuestras marcadamente inmorales. El libro didáctico, el de ciencia, pertenece a otros países, particularmente a Francia. Pueblo que proyecta en el exterior esa sola luz, mal podrá ejercer verdadero influjo. Utilizamos el glorioso privilegio del idioma para llenar las horas de ocio con amenas producciones. A los hispanoamericanos les entretenemos,   —28→   pero no les enseñamos, ni les educamos. He ahí la realidad.




ArribaAbajo 3) Estadísticas comparadas de la importación en América de libros españoles y extranjeros

Argentina:

AÑOS LIBROS, FOLLETOS Y REVISTAS PROCEDENTES DE ESPAÑA IMPORTACIÓN TOTAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Kilos. Peso oro. Kilos. Peso oro.
_________ ____________ ____________ ____________ ____________
1911 928.705 371.482 2.369.456 947.790
1912 985.694 394.287 3.250.807 1.300.323
1913 1.530.708 492.068 3.079.347 1.212.209
1914 1.072.592 420.606 2.423.917 978.472
1915 751.688 300.664 1.526.076 612.731
1916 724.424 289.675 1.607.697 616.940
1917 606.877 229.814 1.325.934 511.992
1918 548.028 209.189 1.158.929 450.681
_________ ____________ ____________ ____________ ____________

La importación general en la República Argentina33 ha representado siempre grandes cantidades: en los años anteriores a la guerra llegó a más de tres millones de kilogramos, con un valor nominal superior a un millón de pesos oro. A partir de 1914, sufre considerable descenso, casi un 50 por 100 con relación a los dos anteriores; se debió esto, no sólo a una menor producción de los países proveedores de la Argentina, sino también a menor demanda de este mercado;   —29→   la crisis económica que estalló antes de la guerra repercutió en la venta de ciertos artículos; el libro entre ellos, y produjo una disminución en el número de lectores. Ahora parece iniciarse un incremento en el consumo, reflejo de un bienestar grande; las cifras expuestas en la estadística precedente así lo prueban.

Brasil.- En 1921, el Estado de San Pablo importó libros por valor de 140.000 pesetas, suma no muy elevada, teniendo en cuenta la población española del Estado y la facilidad de comprensión que ofrece a los brasileños el castellano34.

Chile.- ORDEN DE PAÍSES IMPORTADORES (1911-1920)

Pesos.
Estados Unidos .................... 2.463.099
España .................... 1.655.654
Alemania .................... 1.388.451
Inglaterra .................... 1.365.247
Francia .................... 1.027.119
Argentina .................... 532.458
Italia .................... 147.093
Bélgica .................... 77.223
Pesos.
Uruguay .................... 56.362
Holanda .................... 51.304
Dinamarca .................... 21.735
Perú .................... 16.502
  —30→  

Los demás países aparecen, en el decenio 1911-1920, con cifras muy escasas; así, Suiza, con 6.377 pesos; Bolivia, con 6.355; Ecuador, con 4.727.

En 1921, la importación de libros en Chile arroja los datos siguientes:

Pesos.
____________
Estados Unidos .................... 252.212
Francia .................... 190.146
Inglaterra .................... 126.830
España .................... 87.393
Alemania .................... 86.812

He aquí ahora el detalle de la importación española durante el decenio 1911-1921:

Ks. Valores
____________ ____________
1911 .................... 119.579 239.158
1912 .................... 92.715 140.168
1913 .................... 148.894 223.341
1914 .................... 122.368 183.552
1915 .................... 79.970 119.955
1916 .................... 136.053 173.668
1917 .................... 124.383 143.842
1918 .................... 76.321 101.011
1919 .................... 113.909 189.847
1920 .................... 59.544 116.383
1921 .................... 33.013 87.393

Aunque con alternativas, la curva descendente se acentúa. La cifra más baja de todo el decenio corresponde al año 1921. Justo es reconocer que no se trata de un fenómeno   —31→   aislado. También Inglaterra, que el año 1911 importó libros por valor de 519.369 pesos, en 1920 baja a 72.289. Entre nosotros, el año 1913 fue el mejor. Mientras duró la guerra sostuvimos bastante alto nuestro mercado; a partir de 1920 hemos sufrido una pérdida considerable.

Colombia.- Según un cálculo estadístico bastante aproximado a la realidad, el 60 por 100 de los libros importados de Literatura, Historia y Derecho es español; el 20 por 100, norteamericano. De los libros de texto de estudios superiores corresponde a España un 25 por 100 y a Francia un 35 por 10035.

Costa Rica.- Según una estadística particular, de los libros de literatura importados le corresponde a España el 88 por 100; de los de Premios y Cuentos, el 86; de Diccionarios, el 88; de Revistas, el 89. Los libros escolares son, en un 85 por 100, nacionales; en un 10 por 100, franceses, y el 5 por 100 restante, norteamericanos36.

  —32→  

Cuba.- PRINCIPALES PAÍSES IMPORTADORES

1918-1919 1919-1920
______________ ______________
España .................... 247.444 ks. 106.472 dólares 230.884 ks. 162.568 dólares
Estados Unidos .................... 225.053 ks. 106.472 dólares 264.990 ks. 119.440 dólares
Francia .................... 32.240 ks. 17.313 dólares 23.180 ks. 13.382 dólares
  —33→  

La cifra total en dólares de los libros importados en 1919-1920 es la siguiente:

Estados Unidos .................... 501.306
España .................... 171.157
Inglaterra .................... 5.013
Alemania .................... 1.935
Otros países de América .................... 13.852
Los demás países europeos y americanos .................... 12.651

Tantos por ciento que corresponden:

Estados Unidos .................... 67
España .................... 24
Resto .................... 9

Las cifras del quinquenio 1915-1920 arrojan este resultado: los Estados Unidos, 1.232.863 ks. (valor: 466.123 dólares); España, 1.102.430 ks. (valor: 588.670); importación total: 2.560.131 kilogramos (valor: 1.057.270).

España representa, por consiguiente, el 48 por 100 del total de kilogramos de libros importados y el 43 por 100 de su valor; los Estados Unidos, el 48 y el 44, respectivamente. Francia ocupa el tercer lugar; pero así como la mayor parte de la importación norteamericana se hace en obras impresas en inglés, la francesa llega, salvo las revistas de modas, en español37.

Ecuador.- Los países importadores siguen este orden: España, Francia, Estados   —34→   Unidos y Alemania. Antes de la guerra, el primer puesto pertenecía a Francia, y es de temer que vuelva a recuperarlo38.

Filipinas.- La estadística oficial de importación de libros de texto acusa la enorme preponderancia norteamericana:

Año Pesos. Pesos.
_______ __________ __________
Estados Unidos 1913. 286.692 España 217.692
Estados Unidos 1914. 413.296 España 15.618
Estados Unidos 1915. 333.819 España 27.911
Estados Unidos 1916. 492.427 España 17.792
Estados Unidos 1917. 447.170 España 12.598
Estados Unidos 1918. 526.069 España 14.944
Estados Unidos 1919. 595.200 España 25.991
Estados Unidos 1920. 1.094.381 España 13.612

Los demás países, incluso Francia, importan muy poco en esta materia. Se exceptúa el Japón, que ha pasado de 7.222 pesos en 1913 a 22.943 en 1920. La absorción norteamericana es demasiado elocuente39.

Guatemala.- La estadística hecha en 1920, la que ofrece mayores garantías de exactitud, arroja, en la importación en dólares, un total de 13.000 para los Estados Unidos y de 400 para España. Antes de la guerra era Alemania la que surtía el mercado de libros españoles, más baratos que los editados en España, pero clandestinos en su mayor parte40.

  —35→  

México.- He aquí los datos suministrados por la Oficina de Información Comercial y Propaganda Española, que comprenden la importación de libros y folletos desde 1911 a 1920:

1911-1914 1915-1918 1919-1920
______________ ______________ ______________
Alemania .................... 112.960 ks. 7.425 ks. 45.520 ks.
China .................... 3.530 ks. 2.114 ks. 2.765 ks.
Cuba .................... 21.635 ks. 36.410 ks. 15.340 ks.
ESPAÑA .................... 860.615 ks. 1.175.900 ks. 250.330 ks.
Estados Unidos .................... 1.186.100 ks. 1.450.820 ks. 750.840 ks.
Francia .................... 1.363.830 ks. 417.290 ks. 362.410 ks.
Inglaterra .................... 17.740 ks. 6.545 ks. 7.530 ks.
Italia .................... 316.125 ks. 90.730 ks. 122.615 ks.
Suiza .................... 11.850 ks. 4.165 ks. 5.325 ks.
____________ ____________ ____________
Totales ..... 2.276.645 1.165.860 912.320
  —36→  

Peso global, en el decenio: 8.553.525. Valor oro: 4.804.82541.

Durante el período 1911-1914, España ocupa el tercer lugar. Con la guerra cede la importación francesa y España pasa al segundo puesto. Terminada la guerra, Francia recobra lo perdido y nos adelanta. A partir de 1914 los Estados Unidos se colocan a la cabeza de los países importadores, y parece muy difícil alcanzarles. La estadística acusa un descenso general en la introducción de obras extranjeras.

Nicaragua.- La estadística oficial suministra los datos siguientes42:

1911: Francia..... 12.135 ks. 3.799,00 dólares.
1911: E. Unidos.. 5.451 ks. 2.788,00 dólares.
1911: Alemania... 4.719 ks. 2.812,00 dólares.
1911: ESPAÑA... 3.216 ks. 1.785,00 dólares.
1921: E. Unidos.. 15.502 ks. 24.818,00 dólares.
1921: Francia..... 4.721 ks. 6.045,00 dólares.
1921: ESPAÑA... 4.713 ks. 2.985,38 dólares.
1921: Alemania... 2.513 ks. 1.387,00 dólares.

Como en Méjico, los Estados Unidos, durante la guerra, arrebatan a Francia su puesto preferente, y lo sostienen.

Panamá.- Estadística de importación total:

1911: Valor en dólares, 18.777,58. Corresponden a España: 4.160,00.

1921: Total importación en dólares: 24.802,00. Corresponden a España: 179,00.

  —37→  

Paraguay.- La estadística de importación de libros e impresos durante los años 1920 y 1921 ofrece este resultado:

1920. Argentina. 15.372 ks. 9.050 pesos. 1921 ..... 16.600 ks. 8.952 pesos.
1920. E. Unidos. 1.725 ks. 980 pesos. 1921 ..... 1.155 ks. 485 pesos.
1920. Alemania... 343 ks. 220 pesos. 1921 ..... 00 ks. 00 pesos.
1920. Inglaterra.. 471 ks. 260 pesos. 1921 ..... 132 ks. 84 pesos.
1920. Italia......... 985 ks. 2.200 pesos. 1921 ..... 00 ks. 00 pesos.
1920. ESPAÑA.. 34 ks. 22 pesos. 1921 ..... 85 ks. 54 pesos.
  —38→  

Para apreciar en su verdadero valor las cifras de importación argentina en Paraguay, como en los demás países hispanoamericanos, no debe olvidarse que Buenos Aires constituye un centro comercial de primer orden, desde donde se expiden libros a casi todas las Repúblicas de habla española. Seguramente, parte de la importación española en Paraguay se hace por medio de libreros argentinos.

Perú.- He aquí el valor total de las importaciones de libros durante los años 1914-191943.

  —39→  

1914 1915 1916 1917 1918 1919
_______ _______ _______ _______ _______ _______
España .................... 36.046 30.007 48.645 59.161 18.850 50.309
Francia .................... 44.864 16.288 28.058 24.171 19.354 14.692
E. Unidos .................... 8.152 8.140 10.673 15.793 13.251 21.035
Inglaterra .................... 9.753 3.021 10.071 12.961 26.709 11.449
Italia .................... 1.144 1.925 2.234 895 1.591 753
  —40→  

Estas cifras, como todas las demás consignadas, son muy incompletas; en primer lugar, la estadística aduanera sólo recoge una tercera parte de la importación total; los envíos postales representan dos terceras partes, cuando menos, y esos no los registran las Aduanas. Además, los Estados Unidos remiten mucho material escolar, que está sujeto a la misma partida que los libros. En las cifras correspondientes a Inglaterra se comprenden también bibliotecas particulares, que inmigraron, con sus dueños, al Perú, y donativos de instituciones culturales extranjeras a bibliotecas peruanas.

La cantidad total de libros importados en el Perú, según datos de la Estadística del Comercio Especial, es la siguiente:

  —41→  

1914 .................... 111.810 ks. Avalúo: 1,00 soles k. Libras oro: 11.181,0,00
1915 .................... 75.939 ks. Avalúo: 1,00 soles k. Libras oro: 7.593,9,00
1916 .................... 117.613 ks. Avalúo: 2,25 soles k. Libras oro: 26.463,0,19
1917 .................... 119.515 ks. Avalúo: 2,70 soles k. Libras oro: 32.269,0,50
1918 .................... 86.991 ks. Avalúo: 2,70 soles k. Libras oro: 23.487,5,70
1919 .................... 102.203 ks. Avalúo: 2,70 soles k. Libras oro: 27.594,8,70
  —42→  

Una estadística acredita que sólo de enero a agosto de 1920 llegaron de España 6.936 paquetes postales, que, a un promedio de cuatro kilogramos por paquete, arroja una suma de 35.744 kilogramos, importados en Lima. Sirva el dato para apreciar en su verdadero valor la estadística aduanera. Sin embargo, Francia nos lleva considerable ventaja. Antes de la guerra importaba más que nosotros, De 1915 a 1918 sus envíos disminuyeron notablemente; ya en 1918 volvió a tomarnos la delantera, para perderla en 1919. Merece observarse, con todo, que así como la mayor parte del comercio de libros francés se hace por la Aduana, nuestros editores prefieren el paquete postal. Se cita un ejemplo interesante: una librería peruana, propiedad de españoles, pagó, en 1920, a todas las casas editoriales españolas donde hizo pedidos, 35.000 soles, y 18.000 solo a cuatro casas francesas: Garnier, Bouret, Ollendorf y Franco-Ibero-Americana.

El aumento de la importación norteamericana se atribuye a la inclusión, como libros, del material de escuela, a los regalos de obras que hacen instituciones como la de Carnegie y Rockefeller a Universidades y Colegios, a los pedidos de las Sociedades de lectura inglesas y norteamericanas y al gran número de lectores con que cuentan las revistas y «magazines» yankees. Además, la enseñanza primaria y secundaria está controlada por la Misión Pedagógica Americana44.

  —43→  

Salvador.- Las estadísticas permiten asegurar que la importación de libros españoles alcanza a un 70 u 80 por 100 de la importación total45.

Uruguay.- Son países proveedores, casi exclusivamente, España y Francia. Después van la Argentina, Inglaterra, Estados Unidos e Italia46.

Estados Unidos.- Aparte los países de habla española, merece estudiarse Norteamérica, nuevo mercado que se abre a nuestra producción librera. Las cifras que constan en la estadística del Departamento Comercial de Washington ponen de relieve la importancia de la venta de nuestros libros en los Estados Unidos. He aquí un extracto de la estadística:

Valor en dólares de los libros exentos de derechos y de los sujetos al impuesto de Aduanas que se importaron en Norteamérica durante los años 1911-1921.

1911 ........................................ 28.057
1912 ........................................ 39.156
1913 ........................................ 24.536
1914 ........................................ 29.575
1915 ........................................ 30.742
1916 ........................................ 28.530
1917 ........................................ 41.724
1918 ........................................ 28.920
1919 ........................................ 40.584
1920 ........................................ 35.607
1921 ........................................ 54.120
  —44→  

El promedio anual es de 83.595 dólares. Nuestra importación ha ido en aumento. La cifra más alta corresponde al año 1921; la más baja, al año 1913.





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