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El peón, la peonza y el zumbel en Andalucía

Manuel Alvar


Universidade de Granada



Terminadas las encuestas del Atlas Lingüístico-etnográfico de Andalucía, he redactado diversos mapas léxicos con pretensión de llegar a conocer la estructura del vocabulario de la región. Durante el año 1957 di a conocer mis resultados en diversas Universidades extranjeras (Zurich, Heidelberg, Bonn). Ahora me permito presentar tres mapas inéditos que plantean cuestiones muy variadas: son los del peón, la peonza y el zumbel, cuya conexión folklórica exige también, para tener una visión conjunta del juego, un común planteamiento lingüístico, para los primeros, o el complemento, forzado, del tercero.




Localización de las formas

Gracias a estar muy adelantada la redacción de los mapas, la ordenación que sigue tiene carácter definitivo. Para la fácil lectura del inventario adjunto, señalo unas breves indicaciones:

  • 1) Las abreviaturas hacen referencia al nombre de las provincias: H (Huelva), Se (Sevilla), Ca (Cádiz), Co (Córdoba), Ma (Málaga), J (Jaén), Gr (Granada), Al (Almería).

    2) Un número junto a la abreviatura sirve para situar la localidad en el plano.

    3) Entre paréntesis doy el nombre de cada pueblo.

  • 4) Para evitar repeticiones, las palabras figuran siempre en este orden: 1 peón, 2 peonza; 3 bailar y 4 zumbel. Si hay sinónimos, en vez de emplear punto y coma (;), uso únicamente la coma (,). Caso de haber algún significado distinto, la definición de la palabra se incluye entre comillas de valor ('....').



El peón y la peonza

Desde el punto de la geografía lingüística, el mapa del peón no tiene gran interés. Hay una manifiesta unidad dominada por los derivados de la onomatopeya «tromp» -(trompo, trompa). Apenas si una pequeña área del mona1 y otras cuantas voces onomatopéyicas (zumbra, zompa, pompa, jompa, pijo), de origen desconocido (nipa) o emparentadas con «pe-done» (repionza), vienen a perturbar la uniformidad. Justamente voy a comentar el mapa siguiente, la perinola, a partir de estos últimos derivados. La complejidad de la carta en este segundo caso va a ser mucho mayor.

1) repión 'perinola', documentado en las comarcas extremeñas de Córdoba y Sevilla2, remonta «arepedare»3, mejor, al verbo romance repiar. El sustantivo postverbal sufrió, en su terminación, la influencia de peón 'trompo'4. No se me oculta que en otros sitios la i puede salir directamente de la pronunciación vulgar [pyón] de peón ( < pedone ). No aquí, sin embargo, donde el hiato -vocálico se mantiene5: repiar, repión. Estos repiar, repión tienen un gran arraigo en la región, puesto que se encuentran en la toponimia de Arromolinos (El Repión), aparece en el léxico infantil (repionza, repión, reptar 'bailar el trompo') y en el vocabulario de los aceituneros (repiar 'varear olivos') .

2) «pedone» subsiste en el lusismo piorra de Puebla de Guzmán6.

3) En relación con pirulo están pirata, pirulina y pilina forma regresiva de pi(ru)lina en la que la asociación de las dos i...i dan carácter onomatopéyico a la voz. La etimología de GARCÍA DE DIEGO (DEEH, 5057) presenta dificultades fonéticas: de «pirula» se hubieran obtenido formas sin u, como las hay, y no con ó tónica. Habrá que pensar en el carácter expresivo de la voz, emparentado con el it. brillare 'girar' o con el piamontés birlo 'peonza', comasco pirlo, birlo 'id' (DCELC).

4) En convivencia con las formas del apartado 3, están las perinola7, pirinola, perindola, pirindola8, de Granada y Almería, cuyo origen expresivo fué delatado por SCHUCHARDT. Las voces pinola, pinona, pueden ser regresiones de pi(ri)nota, en todo semejantes a las que he indicado en el apartado anterior.

5) La fonética expresiva tiene activa participación en todo este pequeño mundo. La sílaba pi, que etimológicamente está en repiar, en repión y en piorra, adquiere valor onomatopéyico, zumbido del juguete cuando baila, en pituta. Voz convertida en cituta por el mismo expresivismo fonético encerrado en la ci- inicial. Esta expresividad basada en el timbre de la i surge en tinca, chinga9, jinga10, donde la vocal se asocia a otros sonidos de clara significación onomatopéy (q, ch, h y n+g)11, y en guirrita, chirrita, que reiteran sus íes con el mismo propósito.

6) Algunos sonidos onomatopéycos aparecen sin asociar a la i, por ejemplo jompa y pompa que como zompa 'trompa', unen la expresividad del zumbido a uno de los nombres de la 'peonza'12.

7) En varias denominaciones encontramos el sufijo -iche (boliche, moniche, trompiche, viroliche); en todas ellas percibo una clara asociación entre el silbido de la perinola y las formas palatales que lo representan13. Téngase en cuenta que tal representación se refuerza con el carácter fricativo de la ch andaluza (que suele ser šš o š) . Pero independientemente, o junto, a este sentido representacional, el sufijo vale, también, como diminutivo: lo es trompiche con respecto a trompa, o moniche en relación de mona y lo debe ser boliche con respecto a bola. Queda aparte viroliche porque no hay sustantivo relacionado con vir-, sin embargo virar o virorta encierran la idea de giro, que conviene a la perinola.

Habrá que partir de -iche para explicar las formas en -icha (la -a del feminino semejante a la de peonzar, perincola, trompa), como poniche y ononicha. La primera de estas voces es fácil de explicar: cada uno de los lados de la perinola, cuando tiene caras y no es achatada, tiene un valor: según la posición en que el juguete queda, se gana o se pierde en la cuantías que expresa la cara superior; poniche hace referencia a ese poner que comento. Los alfilerillos que ponen en el juego los niños explican, amén de la ponicha, la trompa de alfileres con que se denomina la 'perinola' en J 309.

El sufijo -icha, asociado a palabras infantiles de carácter fuertemente expresivo o a sonidos ya considerados como onomatopéyicos, da lugar a chincha y, combinada con mona, a chichimona.

Creo que a estas onomatopeyas comenzadas por chi- habría que referir chirivica, chivorra, aunque sobre la primera haya podido inferir la asociación de chirivía 'hortaleza parecida al nabo', cuya forma no es extraña a algunas de la perinola. Chivorra estaría entonces basada en una forma regresiva chivo, -a, acompañada del sufijo expresivo -orra. En Zaragoza, el juego de las bolas es, entre los chiquillos, de los pitos y como denominación afectiva se emplea la de la chiva, nombre salido del segundo tiempo, chivadica, en que se divide el juego de las bolas, y justamente el primero en que se ha hecho pegar la bola propia contra la del adversario; chivica es 'la bola pequeña que suele ser de piedra y no de barro y tiene por tanto más fuerza'. No sería extraño que en Andalucía hubiera denominaciones paralelas a las que se documentan en otros dominios; sobre todo, conviene no olvidar el carácter asocionista y expresivo que tiene siempre el lenguaje infantil.

8) Dejando el mundo de la onomatopeya, podemos pasar al de la metáfora. El fruto de la encina da las siguientes imágenes: billota, cascabullo (literalmente 'cáliz de la bellota'), garibolo ('id.') .

9) La denominación diablillo está dentro del mundo metafórico infantil (cf. diablo, diábolo, juguete que se lanza dando vueltas hacia arriba) .

10) Bailarina es otra denominación metafórica que no ofrece mayor interés.

11) No creo que coqueta tenga nada que ver con el conocido galicismo. En dos puntos muy distantes documento coqueta y coquina, lo que impide que este último sea, simplemente, una variante del anterior; por lo demás -volubilidad de la perinola- la metáfora no es tan fácil como para pensar en dos motivaciones iguales y aisladas. Hay, por tanto, que buscar una fuente común para ambos términos. Podría ser el andaluz coco 'moño alto' que por su forma y situación recordaría la del palito con que se hace girar a la perinola: téngase en cuenta que coquera, según PAGÉS, significa 'cabeza de trompo' (cit. en el DCEL), con lo que la etimología se haría evidencia14.

12) La morena de Berja (Almería) es una formación humorística nacida sobre mora o moruna. El peón se llama trompa moruna en algún sitio y la peonza es trompa merina (J 300, J 402 y J 404) o trompa marina (J 303) formas todas ellas que habrá que referir «amauru», pues ni mero, ni merino ni, por supuesto, mar se pueden relacionar con el juguetillo.

13) La etimología de rilé es rehilar 'temblar', voz de abundante proliferación semántica en andaluz: 'aguijón de la avispa', 'púa del trompo'.

14) Por último, dos denominaciones, tabarita y cananilla, presentan adaptación significativa de tipos léxicos bastante alejados. La primera acaso se haya producido por la voz homónima que significa 'cítola del molino'; en cuanto a la segunda, no acierto con la razón de acercar los significados de canana y peonza15.

En cuanto a la distribución geográfica de tan variadas denominaciones, distingo varias áreas: 1.ª repión, etc., al norte de Huelva; 2.ª mona y sus derivados, en Cádiz y costa malagueña del oeste; 3.ª trompa y formas afines, en una gran zona central (Córdoba, Jaén y parcialmente Sevilla y Granada) ; y 4.ª perinola, en el este (Granada, Almería), y sus derivados, en el centro de Andalucía, si ésta no es un área subsidiaria de la anterior.




Bailar el trompo

El 'bailar el trompo' ofrece una nomenclatura estrechamente vinculada con la anterior; pero el interés de las designaciones se reduce a señalar la coincidencia de rilar 'bailar' con rilé 'perinola', igual que repiar con repión; la existencia de rebailar con un prefijo acaso adquirido y la persistencia del arcaísmo aturar aplicado a este nuevo valor.




El zumbel

En función de este vocabulario, todavía quisiera considerar un último elemento, el zumbel. En sus denominaciones entra con mucho el valor ocasional que se dé al bramante. Surgirán así apelativos como cordel, cuerda, cordón, hilo, guita, tomiza, que indican las áreas de estas voces en Andalucía. Zumbel16 y formas afines son detenidos en Córdoba y Jaén por las denominaciones que llamo ocasionales. Otras formas como reata o traílla, que designan especies de cuerda, o volantín que hace mención al movimiento que imprime al peón, están totalmente reducidas.

Las áreas que atestigua el mapa son: 1.ª zumbel en gran parte de Córdoba y, desde allí, penetra en Jaén; 2.ª cordel ocupa toda Andalucía, salvo la región 1 y la costa17; si añadimos a esta forma cuerda y cordón, su predominio será abrumador; 3.ª guita es propia de Granada, Málaga, y abunda en Cádiz (con brotes en Sevilla) ; desde su foco originario, Granada-Málaga, ha penetrado en Jaén y tímidamente en Córdoba.





 
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