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ArribaAbajoActo tercero

 

(El mismo salón y los mismos actores.)

 
COMISIONADO
Ilustres compañeros,
hijos de Marte, impávidos guerreros
a quienes los Ulises, los Alcides,
los Pelayos, los Cides,
Pompeyos y Scipiones
reconocen cual leones
de valor tan profundo,
que a su rugido solo tiembla el mundo:
ya se acerca el instante
de llevar nuestros planes adelante,
para lo cual es justo
comisionaros; pero vuestro gusto,
vuestra elección, inclinación y ciencia
yo quiero consultar, pues la experiencia
a cada cual advierte
para qué es útil, para qué es inerte;
y así cada uno diga
qué es lo que puede hacer y a qué se obliga.
FRAILE
Todos obedecemos,
mas primero queremos
que hablen las damas.
COMISIONADO
Yo también lo quiero;
tal querer es deber de caballero.
Señora doña Intriga, dama hermosa,
¿vos qué podéis decir?
INTRIGA
Yo, poca cosa.
Introducirme en las secretarías
y hacer con disimulo de las mías.
Revolver los ministros y oficiales;
hacer que unos de otros sean rivales;
que crean son provechosas
providencias que dicten ominosas,
como la desmembranza,
de las tropas que hoy son de su confianza;
de México sacarlas con pretextos
que juzguen por muy justos, muy honestos,
para que así, dispersas
por mil partes diversas,
no puedan auxiliarse
y el enemigo pueda aprovecharse
de la tal división. También intento
no perder un momento
para que se asegure, y sin demora
el estado mayor...
COMISIONADO
Basta, señora;
sois útil, en efecto;
con sólo realizar ese proyecto
tenemos lo bastante
para llevar los planes adelante;
porque el choque inminente
del estado mayor y el presidente
que habrá..., ¡verdad notoria!,
pondrá en vuestras manos la victoria.
¿Vos qué podéis hacer?
TRAICIÓN
¿Yo? Que inhumanos
muchos americanos
que tienen de chaquetas mil resabios,
o recordando agravios,
o ya con ambición muy importuna,
creyendo hacer fortuna
en esta nueva guerra,
contra su misma tierra
con traición denonada
encaren el fusil, tiren la espada
y la sangre derramen inhumanos
de sus padres, amigos y paisanos.
COMISIONADO
Su fortuna se labra
la Traición si nos cumple su palabra.
Y vos, señora beata,
¿a qué os comprometéis?
HIPOCRESÍA
¿Yo?, ¡patarata!,
a andar con mi rosario y con mis novenas
en las casas ajenas
a todos inquietando,
y gruñendo y rezando
salmos y letanías
haré que aprendan bien las mañas mías.
En fin, soy muy humilde y no me agrada
alabarme a mí propia para nada.
Que llegue la hora, sí, no me rebajo,
y vuecencia verá que tal trabajo.
COMISIONADO
En la guerra, hija mía,
poco tendrá que hacer la Hipocresía.
¿Y vos qué haréis, amigo y compañero?
INTERÉS
¿Contamos con dinero?
COMISIONADO
Sí, señor Interés, con él contamos.
INTERÉS
Pues nuestros planes ya los realizamos.
Yo me introduciré con mucho tiento
con miles de onzas de oro al campamento
de nuestros enemigos,
y en un decir Jesús, nuestros amigos
volveré a muchos jefes y oficiales,
siquiera los viciosos más fatales
que al oro sacrifican sin violencia
su honor, su bienestar y su existencia;
que por lo que respecta a los soldados,
yo os daré reclutados
cincuenta o ciento diarios.
COMISIONADO
¿Cómo es eso?
INTERÉS
Ofreciéndole un peso
de prest a todo aquel que se deserte
y que venga a buscar...
COMISIONADO
Será su muerte
pues un traidor merece
morir a manos del que favorece;
y vos, fray Fanatismo reverendo,
¿qué de cosas haréis?
FANATISMO
Soy estupendo.
Haré mil maravillas auxiliado
de tanto fraile honrado,
que predicarán listos
con sables, con pistolas y con cristos
a la gente vulgar y a la canalla,
que está el cielo irritado
con ellos por haberse separado
de nuestra madre España,
seducidos con maña
por los independientes,
perjuros, revoltosos, disidentes,
herejes, desalmados,
francmasones, judíos, excomulgados
infames y traidores
dignos de los rigores
del español gobierno
y, después, de las penas del infierno.
Predicarán también con grito fuerte
que si la temporal y eterna muerte
que tienen merecida
quisieran evitar, muden de vida,
por siempre abandonando
las ideas liberales, y a Fernando
reconociendo rey y sin segundo
señor de España y deste Nuevo Mundo.
Predíquenles también a grito herido:
que los han seducido,
que los han engañado,
que esos que llaman héroes, ahora y antes
han sido unos herejes, protestantes,
dignos de mil hogueras
o de morir a manos de las fieras.
Que la soberanía
es peculiar del rey; que es herejía,
condenada por mil Inquisiciones,
el decir que reside en las naciones.
Que si por el Señor reinan los reyes,
es claro que sus leyes
deben obedecerse ciegamente
por cualesquiera gente
que precie de cristiana
católica y romana,
y hacer quisiera vida meritoria
para agradar a Dios e irse a la gloria.
Y vos, ¡oh, confesores!,
de los predicadores
secundaréis al punto esa doctrina
tan segura, tan suave y tan divina,
haciendo ver a vuestros penitentes
que los independientes
son herejes, masones y demonios;
y esto con testimonios
de la santa escritura
lo probaréis por cosa muy segura,
y que están obligados en conciencia
a denunciar cualquier ocurrencia
en donde se hable contra gachupines;
lo que les probaréis con mil latines,
haciendo que denuncien conocidos,
hijos, hermanos, padres y maridos
al superior gobierno,
si quieren escaparse del infierno.
Todo esto se ha de hacer con modo y arte;
pero, por otra parte,
do no bastare persuasión y ruego,
entrad a sangre y fuego,
en el nombre de Dios crucificado,
esas malditas gentes;
entrad, digo otra vez, frailes valientes;
pillad, quemad, talad campiñas, casas;
dejadlo todo reducido a brasas,
después de asesinar como cristianos
hombres, mujeres, niños y aun ancianos,
y de este modo, al fin de la victoria
os haréis acreedores a la gloria.
COMISIONADO
Con placer he escuchado
vuestro sermón, mi padre, y me ha agradado,
pues con él considero
logrados nuestros planes por entero;
mas es preciso que circulen pronto.
Un sujeto no tonto,
valiente, de carácter, animoso,
resuelto y malicioso,
para empresa tan alta
es solamente aquí lo que me falta.
FRAILE
Pues quien puede reunir prendas tan buenas
es nuestro hermano fray Joaquín Arenas.
ARENAS
Servidor de vuecencia.
COMISIONADO
Déme los brazos vuestra reverencia.
Yo de usted me prometo
que con juicio y secreto,
arte, sagacidad, industria y maña
hará el negocio de la madre España,
con disimulo la opinión sembrando
y prosélitos buenos resultando.
ARENAS
Descanse vuecencia sin cuidado,
que pues del padre Arenas se ha confiado,
todo estará concluido
y muy pronto, señor.
COMISIONADO
Id entendido
que en casos semejantes
es menester ser cautos, vigilantes
y estudiar de los hombres las miradas.
ARENAS
Son para mí lecciones olvidadas
las que vuecencia se ha servido darme.
Yo sé bien conducirme y sé portarme.
A los americanos
los conozco, señor, como a mis manos.
Son débiles, cobardes, ignorantes;
con dos o tres gigantes
que les sepan pintar, vuelven casaca
y dejan sus promesas en la estaca.
Verá vuecencia, sí, qué de oficiales,
comerciantes, empleados, generales
no le presento...
COMISIONADO
¿Y cuándo?
ARENAS
Eso según los fuere resultando.
COMISIONADO
Pero es mucho ofrecer.
ARENAS
Antes es poco;
aún más me atrevo a hacer, no soy motroco,
pues si se pica más mi vanagloria,
he de traer a Guerrero y a Victoria.
COMISIONADO
No, no se empeñe tanto, camarada,
y vayamos a hacer una frailada.
ARENAS
A ver, señor, los planes, que ya es tarde
y quiero hacer de mi valor alarde.
COMISIONADO
Aquí los tiene vuestra reverencia;
con ellos vaya Dios.
ARENAS
Y con vuecencia
quede también, y duerma sin cuidado,
que el tiempo le dirá de quién se ha fiado.

 (Se va.) 

COMISIONADO
Todo está ya concluido, caballeros;
id, pues, a trabajar.
FRAILE
Nuestros esmeros
pondremos en campaña,
y antes también.
COMISIONADO
Digamos viva España,
viva la religión, viva Fernando
y muera esta república rabiando.
 

(Palmoteos y se da fin al acto.)