Hay una adivinanza que dice: No vuela muy alto pero es presumido, calza espuelas, mira con ojos feroces, soberbio y distante, pésimo marido, se levanta pronto, grita a dos voces, qué es.
Aparecen las
metáforas con temas religiosos, «Arcángel tomasol, y de bonete / dentado
de amaranto»
. Los ángeles tienen alas con plumas
como las aves, aquí el gallo aparece con bonete o solideo
eclesiástico de color del amaranto, planta anual de flores
aterciopeladas en forma de cresta, el amaranto era símbolo
de la inmortalidad, porque no se marchita. Tomasol es un
neologismo de Miguel como tornaluna (octava XXVI, v. 4), que se entiende fácilmente como tomar
el sol. En la poesía de adolescencia de Miguel, en la octava
«Pavo-aprendiz de albóndiga», escribe «Barba de nudos y amaranto hindúes / poma
obispa»
. El gallo simboliza la pasión de Cristo,
puesto que anunció a Pedro que le negaría tres veces
antes de que el gallo cantase dos. También simboliza la
resurrección porque su canto renace cada día.
La segunda parte,
«la pura nata de la galanía / es
este Barba Roja a lo roquete»
. Debemos imaginar a un
gallo con el «moco de pavo», cresta inferior o barba
color rojo (necesitamos una palabra específica para la barba
del gallo, ¿qué tal bajacresta?), y con
plumas de color blanco con roquete (ya apareció
esta palabra en el verso 5 de la octava «VIII, Monja
Confitera»), y el significado es el mismo: un gallo vestido
de blanco semejando llevar una sobrepelliz o prenda blanca que usan
curas, monjas y sacristanes con objeto de proteger la sotana o
ropas de uso litúrgico, el «moco de pavo» que le
cuelga bajo el pico de color rojo. Ferris apunta la idea del
sultán con harén de gallinas y el turbante (cresta)
que a su vez la tomó de Sánchez Vidal quien lo
encontró en poesía de adolescencia en «sultán de los sultanes / de los patios,
harenes»
, y en turbante de un verso de Góngora en
Soledad Primera, II parte.
Los
términos taurinos: clarinete y picando son obvios, el gallo
como el picador pica en la cresta de la gallina, que se abre en
alas como un abanico y nos remite a la octava «XXIV.
(Huevo)», (vv. 7-8) «un rejoneador galán de pico /
iría sobre el potro en abanico»
.
El verso 8 entre
comillas «a batallas de amor, campos de
pluma»
, es sabido que lo toma prestado del último
verso de Góngora en Soledad Primera, donde como
dice Ferris (2001, 353) «está
incorporando a su poema, con toda la intención, un verso
hermoso que dignifique la vulgar imagen de un corral de
gallinas».
Porque como dice esta famosa silva el amor es
una deidad alada, un lecho que había preparado Venus con las
plumas de la que baten más suaves. La palabra
«alada» la incorporará Miguel a su vocabulario
poético, la usará en la «Elegía» a
Ramón Sijé «A las aladas almas de las
rosas». Y en el poema «El herido» de El
hombre acecha, con el «Retoñarán aladas de savia sin
otoño»
.
La ilustración nos quiere recordar a la silueta del gallo pintado por Paco de Díe para la portada de la revista oriolana fundada por Ramón Sijé El Gallo Crisis, subtitulada «libertad y Tiranía» y la lámina está dedicada precisamente a su fundador, por aportar su prólogo a Perito en lunas.