Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —1→  

ArribaAbajoLuz

Año II. Barcelona, 15 de Enero de 1898. Núm. 5


imagen

  —2→  

A LOS SEÑORES CORRESPONSALES

Suplicamos á los señores corresponsales que están en descubierto con esta Administración, liquiden cuanto antes para facilitar la liquidación general.


ArribaAbajoAlfonso Daudet

Muchos escritores ilustres cuenta nuestro siglo; novelistas distinguidos han logrado conquistar un nombre en el mundo de las letras, y seguramente la nación que los ha tenido en mayor abundancia ha sido la república vecina. Sin embargo, al decir que Francia se ha distinguido por el gran número de escritores y poetas, no queremos indicar que haya marchado á la vanguardia del mundo literario; muy al contrario, pues la mayoría de sus literatos han conservado la popularidad mientras ha durado su vida, ya que la crítica imparcial y severa, no dejándose llevar de apasionamientos de momento, ha demostrado lo infecundo de muchas obras y el escaso valor de muchos escritores.

imagen

Pero entre esta serie de literatos de momento encontramos algunos que, bien sea por su imaginación brillantísima, bien por las tendencias nuevas que reflejan sus escritos, han logrado imponerse, quedando marcado su paso por el mundo literario con caracteres tan grandes que ni la crítica, que nada respeta, ni los años, que todo lo borran, lograron nunca hacer desaparecer.

Y sus escritos serán leídos mañana con el mismo interés que los leemos hoy, porque nosotros vemos en ellos reflejadas nuestras costumbres, nuestros vicios y nuestras virtudes; son obras, en fin, que pueden servirnos de espejo en nuestra vida y que leerán seguramente las generaciones futuras con el mismo entusiasmo, porque en ellos verán el modo de ser de una edad pasada, y al leerlas tributarán á su autor un recuerdo que lo hará inmortal.

A estos pocos privilegiados pertenece Alfonso Daudet, que hace pocos días murió en el apogeo de su gloria.

Daudet pertenece al número de estos escritores que todo se lo deben á sí mismos, nada al favor ni á la amistad.

De modesta cuna y en precaria situación se trasladó, siendo muy joven, á París, sin más porvenir que su pluma y dejándose llevar de su imaginación exaltada.

Sus primeros pasos en el mundo de las letras fueron dificultosos. Las eminencias literarias no se dignaban parar la atención en sus escritos: así es que Alfonso Daudet perteneció durante mucho tiempo al montón de escritores de oficio, de aquellos que no buscan la gloria, sino que buscan la vida.

Cuando publicó su preciosa novela Fromond et Risler, fué cuando aquellos que al principio le desdeñaron y no supieron encontrar mérito en sus escritos, le colmaron de elogios, pregonando su talento y sacando á luz sus primeras composiciones.

No vamos á seguir paso á paso los triunfos literarios de tan notable maestro. Safo, La Arlesienne, Tartarin de Tarascon y la citada novela Fromond et Risler, son bastantes para demostrar lo mucho que valía y lo mucho que la literatura podía aún esperar de él.

Alfonso Daudet era realista, pero no seguía el realismo brutal de Emilio Zola. Encontraba realismo en la belleza y en la virtud, y así nos lo demuestra cuando nos presenta aquellos cuadros sublimes llenos de pasión y de ternura. Para el autor de Lourdes no existe lo bello: todos sus escritos respiran corrupción é inmoralidad. En cambio los escritos de Daudet son escenas de la vida real, sin tratar de embrutecerlas, sin tratar de presentarlas en forma grosera y repugnante.   —3→  

Sus ideas, algo librepensadoras, se debían á que Daudet era de naturaleza débil y propicia á dejarse arrastrar por cualquiera, y así es que al empezar á labrarse un nombre en la literatura, creóse amistades de ideas algo avanzadas, transigiendo él, por no ser menos, con lo que su conciencia repugnaba.

Si analizamos sus obras, vemos en ellas un fondo muy distinto de las de sus compañeros literatos franceses, pues todas ellas respiran un fondo de moralidad que hace comprender al menos perspicaz la educación cristiana que en su juventud había recibido.

Emilio Zola, junto á la tumba del que fué su amigo, pronunció un discurso. Seguramente Daudet le hubiera agradecido mucho más una oración.

FRANCISCO DE A. SOLER




ArribaAbajoEl Velo

(TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS)


¿Has hecho esta tarde oración, Desdémona?


Shakespeare                


LA HERMANA
¿Qué tenéis, hermanos míos?...
¡Los ojos traéis sombríos
como cirios funerales!
¡De la faja á los dobleces 5
han asomado tres veces
las hojas de los puñales!
EL HERMANO MAYOR
   
¿Has alzado tus velos virginales?
LA HERMANA
   10
Acaso... Era al mediodía...
Tal vez... Del baño volvía
en mi palanquín cubierto,
el calor me sofocaba,
y la brisa que pasaba 15
tal vez me habrá descubierto.
EL SEGUNDO
   
Pasaba un hombre con caftán:¿es cierto?
LA HERMANA
   
¡Oh! Tal vez... Un solo instante. 20
Yo cubrí al punto el semblante...
¿Qué decís? ¿Qué pude hacer?
¡Habláis en secreto... hermanos!
¡Oh! ¿Pondríais vuestras manos
en una débil mujer? 25
EL TERCERO
   
¡Sangriento estaba el sol hoy al caer!
LA HERMANA
¡Perdón! ¡Perdón! ¡Oh! ¿Qué he hecho?
¡Ah! Me desgarráis el pecho. 30
¿En qué, hermanos, hice mal?
¡Sostenedme, hermanos míos!
Siento ya en los ojos fríos...
¡Siento... un velo funeral!
EL CUARTO
    35
¡Al menos no alzarás ese cendal!

VÍCTOR HUGO


  —4→  

ArribaAbajo«La Mala»

Aquello era irresistible. Los golpes habían lastimado de modo tal sus carnes que su cuerpo parecía una llaga. Comprendía perfectamente que en su corazón no hubiese vestigio alguno de un amor al cual no era acreedora; pero no que llegase hasta el extremo de gozarse en su tortura. Por eso su imaginación forjaba á cual más disparatado proyecto que pusiese fin á aquella situación tan aflictiva. Su hermano otro tal, su aspiración se cumplía en su sufrimiento y no perdonaba ocasión en que pudiese atormentarla.

Sí, sí, había de ser, y aquella noche parecía á propósito para consumar su pensamiento: saldría de puntillas, se dirigiría á la puerta y con suma cautela saldría al campo, y una vez allí Dios no la abandonaría.

A su infantil imaginación se aferraba de tal modo esta idea, que se había hecho insensible á sus sufrimientos y esperaba con ansiedad el dichoso momento que permitiera poner fin á su martirio.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

imagen

Abre con sigilo la puerta: no se percibe más que el chisporroteo de los húmedos leños que con sus manecitas arrancó, venciendo la resistencia que le oponía naturaleza, como si se aunase á los crueles designios de su cruel madrastra.

Una vez fuera, no sabe qué partido adoptar, se queda atónita; pero al recuerdo de que tal vez se despierten sus verdugos y una vez más claven sus aceradas uñas en sus harto dañadas carnes, hace que se reanime y eche á andar por la primera vereda que á su paso encuentra.

¡Qué temblor convulsivo agita sus miembros! Por doquier sombras y más sombras que, confundiéndose y enlazándose, se presentan á su alucinada imaginación bajo las formas más terribles, produciéndole cruel vértigo.

Corre para desecharlas; pero sus pies tropiezan en invisibles guijarros que los laceran; no por eso desalienta, antes bien el miedo parece prestarle alas, hasta que el cansancio se manifiesta y, vencida por tantas contrariedades, se desploma.

¡Pobre Magdalena!

*

* *

-Buenos días, madre.

-Buenos los tengas, hijo. ¿Qué de nuevo cuentas?

-Lo que es hoy es importante lo que traigo en el buche.

-Acaso encontraste empleo.

-¡Quiá! Otra cosa mejor. Figúrese que pasaba por la calle X... cuando, al percibir rumor de sedosas faldas, me encuentro de manos a boca con Magdalena, ricamente vestida. Mi estupor no ha reconocido límites; pero no por eso he perdido la serenidad y he creído conveniente seguirla, prefiriendo esto á ocuparme de mi odiosa colocación, pues espero ha de darme más sabrosos frutos.

imagen

Los ojos de la viuda brillaron de codicia, sus manos se elevaron, como si con ellas quisiera abarcar el tesoro que su imaginación le presentía, y dirigiéndose á su hijo le abrumó á preguntas sobre aquella aventura que tal trascendencia alcanzaba.

Tras de repugnantes y pecaminosos proyectos se decidieron por escribirle una carta pidiéndola cita para entrar en negocio, como decía su madre, amenazándola con reclamarla en el caso de que á ello se negara.

  —5→  

La cita fué otorgada, avistándose los dos hermanastros y accediendo ella á sus pretensiones por temor al ridículo en que la colocarían.

A esta cita se sucedieron otras; pero las pretensiones llegaron á ser tan impertinentes que á Magdalena le fué imposible satisfacerlas, viéndose obligada á rehuir las entrevistas con su hermano. No por eso cejó éste, antes bien sus amenazas tomaron tal incremento que la joven no sabía qué partido adoptar, hasta que, haciendo un esfuerzo sobrehumano, calmó una vez más su ambición.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

imagen

La noche presenta lúgubre aspecto.

Un hombre se destaca de la sombra dirigiéndose á la quinta y escalando la verja: hállase en espaciosa galería que da á las habitaciones de Magdalena.

Penetra en la estancia de ésta y percibe el débil murmullo de apacible respiración que apenas turba el silencio de aquella noche.

Con paso vacilante se dirige al lecho para cerciorarse de que su víctima duerme, y, una vez logrado esto, apresúrase á penetrar en la habitación contigua, donde espera encontrar lo necesario para saciar su codicia.

En aquel momento, un rayo de luna viene á interrumpir la soledad de aquel acto como queriendo participar de él. A su reflejo vuélvese sorprendido y queda petrificado al observar los ojos desmesuradamente abiertos de su hermana, por el terror sin duda.

Rápido como el pensamiento avanza hacia ella y cogiéndola entre sus brazos, trata de ahogarla, sucediéndose una lucha silenciosa que deja percibir tan sólo la angustiosa respiración de Magdalena y el repugnante resollido de su hermanastro.

Pero éste no deja de advertir que sus manos estrechan delicadas carnes, que su aliento se confunde con otro de muy suave que trastorna sus sentidos, y, vencido por aquella criatura, cae en sus brazos imprimiendo en sus labios ardiente beso.

E. M.




ArribaAbajoFantasía y amor ideal

En lindo jardín donde las flores más hermosas brotan de entre los follajes verdes, para lucir su frescura y pureza, comenzaban á llegar con sus luces rubias los primeros rayos de sol, saludando al nuevo día de la Primavera. Esta, representada por los dones preciosos de la Naturaleza y acompañada por los trinos suaves de ruiseñores y diversos pájaros que se refugiaban por los ramajes, entonaba celeste himno de gloria dirigido por misteriosa batuta, dando gracias al Creador.

Las flores todas, frescas cual aquel amanecer que pasa, visten sus galas mejores y saturan la atmósfera con sus perfumes.

El clavel y la azucena pronuncian frases que no puedo comprender, pero que se refieren á cosas que por allí están... como si les guardasen envidia ó rencor.

Atrevida violeta, escondida en lo más profundo de un rinconcito que ha formado la unión de dos plantas, parece atisbar insistente algo que se aguarda... algo que viene y yo no veo.

En lo más alto, entre las copas de los apiñados árboles floridos, que se estremecen de júbilo, movidos por tenue brisa, bandadas de alados músicos ejecutan grandiosa sinfonía que dirige divino maestro.

¡Todo rebosa alegría y placer!

Hasta los árboles, perdiendo su gravedad, juntan las ramas, formando arcos triunfales.

¿Qué fiesta se celebra? ¿Qué acontecimiento se prepara?

De pronto, cuanto por allí existe parece como si dirigiera su vista á un mismo lado.

¿Quién llega? ¿Qué es lo que viene?

¡Las mariposas!

Todas van en colorida agrupación animada, desplegando sus cortinajes de púrpura.   —6→  

La que les precede, gallarda y majestuosa, se dirige á los rosales.

Allí está la reina de la fiesta.

Es una rosa encarnada, cuya fragancia seductora fascina.

La mariposa aquella, como imperando en las otras, les indica que deben preparar sus evoluciones de honor; y, posándose en las flores algunas y revoloteando las demás, tejen vistosas zambras.

Como si regio carácter revistiera á la precedente mariposa, no se cuida de más que volar junto á su novia para conseguir agradar á la rosa que sonríe... Vuela sin cesar un momento, mientras las restantes se relevan visiblemente. Ella continúa sin parar, prefiriendo caer rendida á los pies de la rosa, por quien siente ardorosa pasión.

Esta, cual tímida enamorada y como escondiendo un rubor mal entendido, dice con voz tan dulce y suave que sólo la mariposa apercibe:

-Acércate. ¡Eres constante! ¡Pobrecilla! ¡Debes estar rendida! ¿Quieres descansar un rato sobre mis pétalos? ¡Ven! ¡Llega hasta mí... te lo permito!

Y la colorida mariposa, loca de felicidad, dirigiendo una mirada de triunfo á sus compañeras y refrenando su vuelo, se posa cuidadosamente sobre la rosa, mientras el sol, luciendo ya su mayor esplendor, hermosea aquel cuadro amoroso.

NEDBER




ArribaAbajoEn un abanico

CARTELES ARTÍSTICOS

imagen

Cartel de la Lidia, por CHERET




I

Un beso di al viento, niña,
que solo y perdido vaga
mientras tú no lo recojas
con tu abanico de nácar.
Mas si acaso lo has sentido 5  5
rozar por tu linda cara,
guárdalo como recuerdo
de un amigo que lo manda.


II

Mis suspiros aquí escribo,
ya que tan ingrata eres, 10  10
puesto que escuchar no quieres
los que el corazón te da.
Tú dices que las palabras
siempre el viento se las lleva,
y cuando las aquí impresas 15  15
te hagan viento, ¿qué dirás?

S. SELLARÉS




ArribaAbajoEl Propagandista

I

-Extrañará V. que sin conocerle haya mandado llamarle, pero un asunto de la mayor importancia y que ha de resultar productivo para los dos, me ha obligado á ello.

-Usted dirá.

-En primer lugar debo advertirle que podía haberme valido de algún otro compañero de V. para llevar á la práctica mi proyecto; pero dada la influencia que ejerce V. sobre las masas obreras, he decidido hablarle, seguro de que llegaremos á entendernos.

-No comprendo...

-Se trata de que yo tengo en mi fábrica abundancia de géneros y de que es muy difícil venderlos. La competencia que hacen á mi artículo los señores Hernández, me es tan perjudicial que es de absoluta necesidad encontrar un medio que obligue a dichos señores á cerrar sus fábricas. Para eso he mandado llamar á V.

- ¡Caballero!

-Decía que he mandado llamar á V., segurísimo de conseguir mi objeto. Usted puede hacer que antes de ocho días se cierren las fábricas de los señores Hernández.

-¿Yo?   —7→  

-Convoca V. un meeting y aconseja á los obreros de la localidad la conveniencia de la huelga si no se les aumenta el jornal. Resultado de esto, que nada conseguirán, porque los fabricantes nos mantendremos intransigentes, que los obreros seguirán los consejos de V., y como á consecuencia las fábricas se cerrarán. Entonces entra mi negocio. Los señores Hernández no podrán vender porque no tienen género de repuesto; en cambio yo venderé porque tengo en abundancia lo que á ellos les falta. ¿Me comprende V. ahora?

-Sí, señor; pero debo advertirle que no estoy dispuesto á obrar tan villanamente. Lo que predico á mis compañeros no es para hacerles traición: es para enseñarles la verdad, es...

-¡Ja, ja, ja!... No se sulfure V., amiguito. Si no quiere V. ganarse los cinco mil reales que pensaba ofrecerle, alguno de sus compañeros propagandistas aceptará el negocio.

imagen

Dibujo, por R. MUCHA

-¿Cinco mil reales?

-Sí, amigo mío. No sea V. tan escrupuloso... Sé quien es V., conozco su historia, y por eso le hablé tan claro, segurísimo de que acabaríamos por entendernos. Vaya: ¿con que, acepta V.?...

-Aceptado.

-Pues ahí van dos mil reales á cuenta. Los gastos que ocasione el meeting corren á parte.

-Pues, adiós y cuente V. que ha triunfado.

-De V. depende, amiguito.

Y el propagandista Nicolás Peralta y el fabricante D. Manuel Ruíz se despidieron como buenos amigos, dirigiéndose el primero á preparar el acordado meeting y el segundo á calcular los beneficios que le reportaría el negocio, caso de salir todo tal como presumía.

II

Acababa en aquel instante el meeting y los ánimos estaban excitadísimos. En él acordóse la huelga si los fabricantes no aumentaban el jornal. El compañero Nicolás Peralta, con su elocuencia persuasiva, había demostrado la explotación de que eran víctimas aquellos infelices obreros.

¡Doce horas de trabajo y doce reales de jornal!

Esto era irrisorio: valía más no trabajar que hacerlo para ganar un real por hora.

Los más exaltados aplaudían los acuerdos del meeting, decididos á llevarlos á la práctica á todo trance.

Otros más reflexivos, si bien estaban persuadidos de la explotación de que eran víctimas, no eran partidarios de llevar las cosas tan á pecho.

Finalmente, la mayoría, los que necesitaban de su jornal para alimentar á sus hijos ó á sus padres, los que sin los doce reales que ganaban no tenían esperanza de poder llevar un pedazo de pan á sus hogares, esos no eran partidarios de la huelga: esos querían trabajar, y á los argumentos que les oponían sus compañeros, replicaban: ¿no valen más doce reales que nada?

Pero arrastrados por los fogosos ánimos de los más exaltados, que aunque eran los menos lograron imponerse, decidieron adoptar la actitud de sus compañeros.

En grupos iban abandonando el local donde se había celebrado el meeting, dirigiéndose á la calle; pero junto á la puerta estaba el compañero Nicolás Peralta, suplicando á sus compañeros dieran algún dinero para poder sufragar los gastos que la celebración del meeting había ocasionado.

Una comisión nombrada al efecto, con el compañero Peralta á la cabeza, pasó á visitar á los fabricantes, empezando por D. Manuel Ruíz.

Los obreros se agrupaban junto el edificio donde habitaba el opulento fabricante, ansiosos por conocer el resultado de las gestiones que la comisión estaba haciendo.

Al poco rato aparecieron los comisionados, y el propagandista Nicolás Peralta, dirigiéndose á los obreros, dijo:

-Amigos míos: no quiere transigir este explotador fabricante. Es inútil que visitemos á los demás, pues nada conseguiremos. La huelga ha de decidir el conflicto. ¡Viva la huelga!-   —8→  

Entonces los grupos fueron disolviéndose después de vociferar un rato. Renació la tranquilidad y comenzó la miseria.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

III

-¿Está V. satisfecho? -dijo el propagandista al fabricante.

-Satisfechísimo, tanto que he decidido dar á V. seis mil reales en lugar de los cinco mil convenidos.

Y, abriendo un cajón, sacó de él la cantidad ofrecida.

-Y los gastos del meeting, -se atrevió á insinuar el compañero Peralta.

-Es verdad. No recordaba... Aquí van mil reales más.-

Despidióse nuestro hombre, y apenas había vuelto la espalda, el fabricante murmuraba frotándose las manos de puro gozo:

-¡Soberbio negocio! Decididamente soy un gran comerciante.

Entre tanto, el compañero Peralta decía:

-Seis mil y mil para el meeting son siete mil. Con lo que recaudé de mis compañeros pago los gastos. De esta manera puede uno ser propagandista.

Y por la noche, al presentarse en el casino socialista, fué ovacionado por los obreros y aclamado como apóstol de las nuevas ideas.

F. DE A. S.




ArribaAbajoDécima

imagen

Detalle de un parabán, por R. MUCHA
construido por la casa J. PODS (hijo)
A María La-Orden


En extremo eres graciosa,
de belleza estás dotada,
y con tu dulce mirada
demuestras ser candorosa,
te mereces por hermosa  5
una corona de flores,
aunque á tus lindos colores
no es posible adivinar
si las flores pueden dar
otros encantos mayores.  10

JOSÉ ANTONIO LUCAS

Albacete, Enero 1898.




ArribaAbajoA una coqueta



Cuando contemplo tu hermoso rostro,
tus lindos ojos, preciosa boca,
mi alma, niña, con ansia loca
   siente el amor.

Mas si apartando de allí mi vista  5
anhelante quiero con ilusión
fijarme sólo en tu corazón,
   siento el horror.

FERNANDO SÁNCHEZ PASO




ArribaAbajoArte y literatura

imagen

Casi todos los artistas de Barcelona estaban congregados la noche del 29 pasado en el salón de fiestas de Els quatre gats, pues tenía lugar el ensayo general   —9→   de las sombras que Miguel Utrillo ha compuesto, con la cooperación de Casas, Pichot, Maragall, Fuentes y los maestros Gay y Morera.

Después de una breve reseña por Miguel Utrillo, empezó la fiesta presentándose sombras verdaderamente notables, llamando muy especialmente la atención L'Elephant de Henri Som, el poema Montserrat y la chistosa En Pere Romeu pel món. La concurrencia salió en extremo complacida del espectáculo.

El Colegio de Médicos de Barcelona celebró el día 3 del corriente, á las 8 de la noche, sesión solemne y pública para honrar la memoria de los socios fallecidos, doctores D. Pedro Fábregas, D. José Petit, D. Miguel Francás, D. Agustín Feliu, D. Jaime Pi y Suñer, D. Joaquín M. Bernat, D. Federico Castells, D. José M. Truillet, D. Gaspar de Bragnem y D. José Viaplana, cuyas necrologías fueron leídas respectivamente por los doctores D. Carlos Ronquillo, D. José Roquer, D. Juan Vigas, D. Bartolomé Robert, D. Rafael Rodríguez Méndez, D. Arturo Galcerán, D. Federico Massó, D. Ignacio de Llorens, D. Juan Bassols y D. Raimundo Cornet.

Ocupaba el local distinguida concurrencia, figurando en ella los principales médicos de Barcelona. Los trabajos de dichos señores fueron muy aplaudidos.

Con el número próximo haremos el primer regalo á nuestros suscriptores, consistente en la portada á colores del magnífico album de reproducciones que regalaremos á los abonados por mensualidades.

Hemos recibido, y establecemos gustosos el cambio, los periódicos siguientes: España Artística, Madrid; El Independiente, Vigo; La Almudaina, Palma de Mallorca; el Felanigense, Felanitx; Boletín del Fomento del Trabajo Nacional, Barcelona; L'Olla, Barcelona; El Eco de Sitjes y La voz de Sitjes, Sitjes; y La Revista Gallega, de la Coruña.

El 2 del corriente, en el teatro «Prado Suburense» de la villa de Sitjes, se estrenó un vaudeville de nuestro amigo D. Rafael Font, titulado Un bon amic, resultando una comedia agradable que aplaudió la concurrencia que presenció el estreno. Felicitamos al novel autor que con tan buen pie empieza su carrera artística.

En el salón de La Vanguardia tienen expuestos los Sres. Coll (Ricardo) y Florit algunos apuntes. Los trabajos del Sr. Coll denotan en el autor muy buenas condiciones como dibujante. Sin querer hacer un análisis de los apuntes del Sr. Florit, diremos que, aparte algunos apuntes de paisaje, los bustos que tiene expuestos dejan algo que desear en su colorido y dibujo.

En el mismo salón hay expuesto el cartel anunciador de El Gato Negro, debido al lápiz del conocido dibujante Joaquín Torres.

Hemos recibido el número-almanaque de la notable revista Tortosa Ilustrada.

Recomendamos á nuestros lectores dicho almanaque, pues además de estar muy bien escrito, contiene magníficos grabados debidos á nuestros más célebres dibujantes. Agradecemos el obsequio y establecemos el cambio con nuestro querido compañero.



  —10→  

ArribaAbajoNuestros grabados

imagen

Dibujo y parabás, por R. Mucha.- Poco tiempo hace que en París se ha revelado Mucha como pintor de inapreciables condiciones, como dibujante de irreprochable estilo; como cartelista, inimitable; como decorador, concienzudo. Como pintor, Mucha abrió una exposición en le Baudinière, exposición que justamente obtuvo los aplausos de todo París, porque todo París paró delante los trabajos de Mucha. Como cartelista, Mucha debutó con los ya conocidos carteles de Gismonde, Amants y La Dame aux Camélias. Estos fueron sus primeros carteles y ellos bastaron para hacer de su firma una de las mejores en tan difícil arte. Aquí, en Barcelona, actualmente la casa Job tiene expuestos bastantes carteles debidos á la pluma de Mucha. Como dibujante acaba de salir una obra, La plume, totalmente dedicada al eximio artista. Como decorador, hoy reproducimos nosotros un fragmento de parabán: representa el verano, y en el número próximo pensamos reproducirlo totalmente.

Este parabán, montado por la casa J. Pons, de Barcelona, demuestra que esta ciudad no anda atrasada en el adelanto del arte decorativo.

El que visite los salones de tan conocida casa, podrá admirar las mil obras que el arte moderno entrega al decorador.

Mucha no es francés, como podría suponerse, sino hijo de Ivancica, pequeña villa de Moravia, en donde nació en 1866: apenas cuenta treinta y siete años.

Cartel de la Lidia, por Cheret.- Este notable dibujante es el autor del precioso cartel que tenemos hoy el gusto de reproducir.

Cartel de «La Fada», por Miguel Utrillo.- Aunque no de actualidad, no dejarán por esto nuestros lectores de reconocer el mérito que encierra este cartel, que fué pintado cuando se estrenó la ópera de Morera en Sitjes.

La Mala, ilustraciones de Ricardo Opisso Sala.




ArribaAbajoTeatros

Ninguna novedad han ofrecido los teatros de esta capital durante la pasada quincena. Estrenos podemos decir que no ha habido ninguno, pues si exceptuamos el de Fotografías animadas en Eldorado, que más que estreno es una refundición, nada nuevo encontramos.

En el Liceo, sin embargo, la Sra. Darclée ha hecho una campaña que, aunque corta, no deja de ser brillantísima. El público de Barcelona conservaba un grato recuerdo de dicha artista, pues que logró reanimar nuestro gran teatro después del criminal atentado de Salvador.

Pero de entonces ahora ha ganado mucho la genial Darclée, y los aplausos que el público le ha tributado buena prueba son de las simpatías que cuenta en esta capital.

La Traviata y Manon han sido sus obras favoritas y no nos detenemos haciendo un juicio crítico de las mismas, pues que son sobrado conocidas y además la prensa diaria ya lo ha hecho.

Y, pasando al género chico, debemos decir respecto á la refundición de la antigua Arca de Noé, que, si bien nada notable encierra, no por eso deja de hacer pasar un rato agradabilísimo á la concurrencia. El maestro Chueca ha añadido unos números muy airosos y muy bonitos. Se distingue en particular la Sra. López, quien hace una verdadera creación en sus papeles de vendedor de periódicos y de Blanco y Negro.

Con una compañía de zarzuela grande abrió sus puertas el teatro Nuevo Retiro.

La compañía, si no superior, es notable, y dado lo económico de los precios no es posible exigir más.

El Tívoli cerró sus puertas para abrirlas próximamente con una compañía de zarzuela.

En Novedades continuan los llenos con Los dos pilletes. Respecto a esta obra, tenemos que hacer una observación al director de la compañía Sr. Cepillo. Los actores, sin duda cansados de repetir cada día lo mismo, exajeran de un modo tal que no parecen los mismos que la estrenaron.

Algunas veces se permiten ciertas familiaridades que resultan de muy mal gusto. ¿Opina lo mismo el Sr. Cepillo?

Nada notable en los demás teatros. En el Granvía debuta un día de estos una notable compañía de ópera española dirigida por los Sres. José Brotat y Leopoldo Gil. Veremos si nos ofrecen alguna novedad.

  —11→  

De un admirador de la Srta. López hemos recibido la siguiente poesía, que á título de curiosidad publicamos.

A ISABEL LÓPEZ



Eres hermosa y divina,
eres emporio del arte,
eres el faro do parte la luz
que el alma ilumina,
eres el ave que trina  5
al despuntar de la aurora,
eres la fuente que llora
saltando de peña en peña,
eres la imagen que sueña
aquel que lo inmenso adora.  10

Tu voz tiene la dulzura
del jugo de la palmera,
es filtro que se apodera
del alma, con su ternura
cuando en la escena fulgura  15
tu gracia particular.
Quien no te sabe admirar
y no te sabe aplaudir,
no sabe lo que es sentir
ni sabe lo que es amar.  20

Hoy tienes en Eldorado
un templo, mágica Diosa.
Hoy el público se goza
en tu ingenio delicado.
¡Viva tu mare! te grita,  25
¡Viva la López! repita
a mi voz el mundo entero,
¡Viva el donaire y salero
que tienes, perla bendita!

L. Leporace

imagen

Cartel de La fada, por M. Utrillo




ArribaAbajoCorrespondencia

A. G. Diciembre.- No podemos complacer á V, porque su composición (¡y no se ofenda!) es muy mala. Además, me atrevo á aconsejarle estudie V. un poquito de ortografía, pues por la muestra no está V. muy firme en ella, que digamos.

A. SS. Consulta.- Entra en turno la composición de V.

Un Luz. Protesta.- Es V. muy guasón, amiguito, pero guasón con poca sombra y menos gusto. No ha nacido V. para ser poeta. ¡Quizás sería V. un buen zapatero! Hay mucha gente que no sabe lo que lo conviene.

Abeve.- Suplicamos á V. pase por esta redacción si desea ver publicada su historia geroglífica. Es necesario arreglar algo en el texto.

J. A. L. Albacete.- Su décima es publicable, pero su declaración... ¡vamos que no estaría V. inspirado cuando la escribió!

imagen

  —12→  

imagen