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ArribaAbajoLuz

Año II. Barcelona, 31 de Enero de 1898. Núm. 6


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ArribaAbajoAviso a los señores corresponsales

Los señores corresponsales que no hayan liquidado antes del 15 de Febrero, no recibirán más nuestro periódico. Si no liquidan porque la cantidad es pequeña y no pueden, por lo tanto, hacer el pago en libranzas del giro mutuo, suplicamos manden el importe en sello de correo.

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ArribaAbajo¿Amor?...

I

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-¡Pero si yo la quiero!

-¿Cómo, la quieres? ¿Qué significación le dos aquí á la palabra querer?

-La misma significación que le das tú: la de querer, la que tiene... Quiero á María como tú quieres á Conchita.

-Mira: hazme el obsequio de no mezclar estos dos nombres, ¿sabes? Conchita es mi novia.

-Por esto: Conchita es tu novia, como María es la mía.

-Oye, oye: lo menos hace dos meses que hablamos de esto y no nos hemos llegado á entender. Oyeme bien: ¿tú sabes quién es Palmira o Maria, como tú dices?

-Sí: ya sé quién era y quién es. ¿Tienes algo que decir de ella?

-Hombre, si te dijese todo lo que sé y tú sabes, no haría más que repetirte lo que...

-Sí: que es una mujer cualquiera. Pues, mientes; y si no fueses tu mi mejor amigo, ya...

-Chico, ¡por Dios! Me extraña mucho este tono cuando hablo de ella, como me ha extrañado que le llamases novia.

-Porque la quiero y quiero que sea mi esposa.

-¡Esposa! ¿Te has vuelto loco? Por fuerza te has de haber vuelto   —3→   loco. ¿Sabes lo que dices? ¡Esposa Palmira la florista!... Vaya, no puede ser: tú te burlas.

-No, no me burlo: María, la pobre María que conocí en el café, aquella María será mi esposa.

-Pero no seas bestia, no seas loco.

-Llámame bestia, llámame loco: María será...

-¡Pero tú te burlas!

-Hombre, ¿cómo te lo tendré que decir para que lo creas?

-Yo comprendo que te haya encaprichado y que la tengas afición, porque se lo merece, es guapa, es desenvuelta. Hasta comprendo que le dedicases algún tiempo, como todos hemos hecho, y yo mismo; pero que la llegues a querer, ¡hombre! esto es demasiado.

-Pues mira: la quiero y ella me quiere.

-¿Y tú crees que ella te quiere? ¡Vaya, hombre, vaya! Ella te habrá dicho que le eres simpático, que le gustas mucho... Hasta creo que lo siente en realidad... Tú, joven, salido de colegio, te habrás ilusionado y te forjarás imágenes y sus ilusiones... ¡Ah! ¡Pobre Carlos! ¡Qué niño eres aún!

-Mira: hazme el favor de callarte, que me haces daño. Ya tengo mi plan formado.

-Sí: vale más que no hablemos, porque comprendo que te enfadarías... Adiós. Piensa bien y no cometas una tontería.

-Adiós, Pepe.

-¡Dame la mano, hombre, que mañana ya no pensarás en esto y hasta te reirás!

-Adiós.

II

-¡Qué feliz soy, María! ¡Si tú supieses la alegría que me das cuando te veo con esta vida tan diferente de la de antes! ¡Cuán mal te juzgan los hombres! Creen que no tienes alma, te creen sin sentimiento, cuando tú tienes una alma más pura si cabe que la de los demás, porque no la has usado... ¡Oh, María! Tú me has de amar, no lo dudo: porque, ó, si no, ¿á qué vendría engañarme? ¡Si tú supieras lo que sufro cuando pienso que quizá me olvidarás! ¡Qué dulce es sonar en tu amor!...

-¡Qué anillo más hermoso que traes!, ¿Quién te lo dió?

-Mi madre. ¿Te gusta? Pues te lo regalo, Pero oye, oye: deja que te explique lo que siento, deja que te cuente lo que sufro, deja que te diga cómo te amo...

-Mira: ¡traigo un traje más viejo, más gastado! ¡Si tú supieras! La modista me ha enseñado unas telas...

-Puedes mandarte hacer uno, dos, los que quieras, porque te amo, María, porque tú has sido mi primer amor: ¡estaba tan solo sin amar!... Pero te vi, te vi, y...

-Oye: ¿es, verdad que eres muy rico?

-Pero, ¡por Dios, María, por Dios! ¿Crees que te amo hasta el extremo de que tu amor me embrutezca? Te explicaba mi amor, y cuando debías arrojarte a mis brazos, me pides una sortija: te la doy, y volviendo a mis ilusiones me haces descender de ellas para hablarme de la modista; y, por fin, cuando forjaba planes, cuando recordaba el pasado, entonces me preguntas si soy rico. ¡María! ¿Pero tú crees que yo te amo hasta el extremo de que...?

-Oye, nene, oye: ¿con que amor me vienes? Tú te has creído quizá que yo no sé lo que es el amor. ¿Es que tú sueñas que yo te he de amar como una colegiala, como una señorita? ¡No, hombre, no! Mi amor es más grande, mi amor vuela más lejos: yo te amo, sí, pero...

-Bien: déjalo, María. Perdóname: ¡te amo tanto! ¿Cómo quieres que te ame? ¿Quieres...?

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III

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..... oí en su cuarto como un rumor sordo, apagado. Entré, y, medio desnuda al pie de la cama, la encontré al suelo, la recogí y la metí en la cama. El médico dijo que era un ataque al corazón, que estaba grave, que desconfiaba... ¡Si tú supieses lo que sufrí! Porque la amaba, porque la amaba mucho. Cuatro días estuvo delirando, y en sus desvaríos no dejaba de repetir el nombre de Manuel, aquel estudiante de la barba rubia, ¿sabes? su primer amante. En vano yo procuraba apartar este nombre de su boca. ¡Me hacía daño! Su vida se apagaba; aquella cara retrataba ahora su sufrir, porque sufría; su respiración parecía el murmurar del que reza, pero sus ojos brillaban, brillaban entre aquellos músculos, sin expresión. Por fin, al cuarto día, por la noche, mientras yo la velaba, tuvo un momento de lucidez y me llamó. Yo estaba recordando mi niñez, mi pueblo, mi madre, y al oír su nombre me   —4→   estremecí. Arrodillada sobre la cama, con un crucifijo en la mano, los cabellos en desorden y sus ojos brillando siempre, me infundieron miedo. «Oye, Carlos, -me dijo;- hoy debo confesarme. Voy á hacerlo contigo: transmite mi confesión á Dios, si es que tus voces llegan tan alto, pues yo no puedo, me siento morir. Yo no te he amado nunca: te he necesitado para vivir; quería lujo, y tú me lo dabas; quería dinero, y tú me lo dabas también; amor, yo nunca lo he encontrado: primero, cuando era niña, hubiera amado, y amé, amé mucho á Manuel: tú ya le conoces; pero mi amor no halló eco, mis caricias las pagaron con escarnio: decían que mi amor era codicia, y, sin embargo, yo amaba; se burlaron de mis ternezas, y á costa de tiempo mi corazón se ha atrofiado, lo ha sustituido un pedazo de carne fofa, mis sentimientos se han trocado en necesidades; y cuando tú viniste, cuando tú me amabas, yo tenía necesidad de burlarme de alguien, de hacer sufrir á alguno, ya que tanto me habían hecho sufrir á mí, y te escogí á ti por víctima: encontraba un gusto grande en deshojar tus ilusiones, en burlarme de tu amor. Dispénsame. Sentía la tristeza de la cercana muerte y quería ahogarla en placer, y para hallar este placer necesitaba dinero. Tú me lo diste. Conque por favor te pido que, ya que me has amado mucho, pues no dudo que me has amado, hagas un último sacrificio: vayas á buscar á Manuel y me lo traigas: dile que muero, que sólo quiero verle... Él fué el único que amé, que hubiera amado: ¡él no lo quiso!»

Y yo, yo mismo fui á buscar á Manuel, le entregué la llave del piso y no volví á acercarme por allí: sufría horriblemente.

-¿Y murió?

-Allí, no: se alivió algo, y su familia, que eran labradores, la enviaron á buscar. Se fué allí, y no supe más de ella, hasta que, preguntando á un amigo, me escribió que, efectivamente, allí estuvo una señorita... ¿sabes?... pero estuvo... Allí murió, murió regenerada, perdonada, y entre los árboles que la vieron nacer, con el traje de campesina que debía llevar... Murió y fué llorada. Yo, yo mismo que la maldije, lloré...

-¡Pobre María!

-¿Por qué lo dices?

-Porque nadie en el mundo la comprendió; porque con lo que ella sufrió había para formar la reputación de santa en otra mujer.

J. M. R. ALEMANY




ArribaAbajoEn una fotografía


Un verso me pides, niña,
y yo complacerte quisiera;
pero bien: ¿de qué manera,
si no sé cómo empezar,
si no he nacido poeta,
si la musa no me inspira,
ni tampoco tengo lira
con que poderlos cantar?
Pero ya que tanto quieres
escriba algo en tu retrato,
pasaré con gusto un rato
por complacerte no más.
. . . . . . . . . . . . . . . . .
Si pongo que estás hermosa
quizás dirás que me río;
que te amo no te lo digo,
puesto que lo sabes ya.

J. SELLAPÉS

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INDUSTRIAS ARTÍSTICAS

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Transparencias de la casa de Jaime Boada




ArribaAbajoJuan Gay y José Lapeyra

Directores de la «Institució Catalana de Música»


La música, en su actual desenvolvimiento, tiene en Barcelona varioscentros que unen sus aspiraciones para la educación del gusto artístico del público. Uno de los más modernos de estos centros es la Institució Catalana deMúsica, creada en 1896, contando ya con valiosos elementos cuyo concursopermite á sus directores emprender trabajos para el mejor desarrollo de lamúsica, y en particular de la catalana, cuya interpretación resulta inmejorable.

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L'art per l'art es el lema de la Institució; l'art per l'art es el lema de sus directores, y el mismo lema ostentan orgullosos sus socios, y con este lema y con el espíritu artístico que les anima no dudamos sabrán colocar muy alta la bandera de la música catalana. Cuenta actualmente la Institució con un buen número de cantores de ambos sexos, y además con una agrupación instrumental numerosa, compuesta de aficionados como lo son los cantores.

Del seno de la Institució ha salido el propósito de fundar la Festa de la música catalana, digna hermana de los Jocs Florals. Grandes elogios merece esta idea: quizá con esta fiesta se consiga sacar de la apatía en que vive la música regional. Nosotros no dudamos que la idea se llevará á cabo, y la realización de este propósito llevará consigo la regeneración, hoy ya iniciada, de la música catalana.

La Institució lleva el sello artístico que le imprimen sus directores los maestres Juan Gay y José Lapeyra, cuyos retratos honran hoy nuestras columnas. Digamos algo de los citados maestros.

Juan Gay

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Dedicado exclusivamente á la música catalana, la domina, la posee, la siente y la hace sentir al que oye. Conocido es del público y conocidas son todas sus obras. Últimamente le hemos aplaudido en la música que compuso para el poema de José M.ª Jordá Nadala, que, con los dibujos de Ramón Pichot, vimos aparecer en la tela de las sombras de Els Quatre Gats7.

Actualmente, además de los esfuerzos que dedica á la Institució, está trabajando en un drama lírico, del cual es autor de la letra y música, titulado El cavaller del Mont-Negre, así como en el poema El comte Arnau, inspirado en la leyenda del mismo nombre. Ha dirigido últimamente el concierto dedicado á Bach, que celebró la Institució Catalana de Música en el Palacio de Bellas Artes.

José Lapeyra

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Al leer el nombre de este maestro nos recuerda la música de la tragedia catalana de Ernesto Soler de las Casas, titulada Hidro-mel, que tuvimos el gusto de oír aplaudiendo las muchas cualidades que reune. La música catalana le debe además lo que compuso dicho maestro para el drama lírico La Hidra encantada y otra infinidad de obras sinfónicas catalanas. Reproducimos hoy de dicho compositor el canto popular catalán Els segadors con una nueva armonización para piano solo.

J. M.ª R.



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ArribaAbajo¡Día de lluvia!

El frío pasaje que voy á describir llega á la altura de los tiempos invernales de París o de Alemania.

El cielo nuboso presta al espacio un tono gris perla y despide menuda lluvia que inunda el suelo.

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Desde mi gabinete de trabajo, ya que la crudeza del tiempo no me permite salir en busca del aire que apetecen mis pulmones, contemplo los efectos diversos que á mi vista ofrece el chaparrón constante.

El piso que habito es bajo, y por la calle de Valencia, junto al Paseo de Gracia, veo otras veces el continuo movimiento de transeuntes, carruajes y tranvías; pero hoy no veo nada. El frío empaña los cristales de tal manera, que resultan intransparentes.

Las caricias del viento hacen tiritar á los desnudos árboles, que van perdiendo las pocas hojas pajizas que les quedaron al terminar el año.

Un chicuelo que corre, un vendedor de paraguas, y una doméstica que va á la tienda inmediata, refugiándose bajo el amparo de los balcones salientes, Sin cubrir sus curtidos brazos que arremangó al fregar, son los únicos personajes que salen á escena.

La lluvia arrecia y adquiere proporciones torrenciales. Produce un chasquido monótono, que sólo turba el crujir de los tranvías sobre sus rieles, las voces gritonas de algún cochero animando las caballerías del tiro, y el campanillazo agudo del conductor que avisa la parada del coche.

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Esto aparte, parecería haber llegado de improviso el jueves de semana santa.

De vez en cuando oigo también el trote bizarro de un caballo que arrastra un carruaje. Tiendo la vista, y creo verle desafiando al temporal. Al fustazo del auriga, corre veloz, gallardo y majestuoso. Los cascos del bruto, chocando con el fondo lodoso del charco, salpican la brillante caja de la berlina, que se mece sobre sus acerados muelles. Las ruedas, al pasar por la corriente espesa, que arrastra millares de objetos pequeños que el agua ha recogido, se asemejan á hélices de vapor cortando encrespadas ondas del mar inmenso...

Por el lado opuesto, de espaldas á la calle, la parte interior; galerías y jardines; mucho follaje, pero sin flores. ¡El frío acabó con ellas, sañudo y cruel!

Las diversas plantas han adquirido un brillo encantador. Lavadas hoy por la fuerte lluvia que las moja, y envueltas por la luz de plato que las rodea, ostentan sus galas, agradeciendo al cielo el obsequio que las envía para expansión y desarrollo de su vida.

Si las nubes se esparcen, hasta que el sol enjugue las verdes hojas, ¡qué reflejos prestarán!

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Yo querré contemplarlas: quizá entonces, apartando este frío glacial que martiriza y ataja, me sentiré mejor. Los días nublados dañan mi espíritu y abaten mis ánimos: me hacen sufrir.

Acaso en la vecina terraza veré asomar, en busca de los rayos de Febo, á la encantadora mujer que embarga mi pensamiento.

¡Jamás hablé con ella y la adoro con pasión!

Blanda como las espigas; con ojos pardos, fogosos y expresivos; boca pequeña, encantadora, que deseo besar; y mejillas rosadas, llenas de vida... forman digno remate al conjunto hermoso de su cuerpo esbelto.

¡Ilusiones! Llueve como nunca, sin compasión... Las nubes retienen la luz y la vuelven color ceniza.

Este fenómeno ataca mis nervios, y, fijándose en la retina de mi vista el gris claro que me rodea, pierdo la calma y no veo lo que escribo.

Me parece que las cuartillas se centuplican, que las letras oscilan, y acabaré por marcarme y dormirme.

Sí, sí, dormiré. ¡Dormiré, y dormido, soñaré con mi día de lluvia!

¡Soñaré... que llueve!

J. B. BALUÉ.

15 Enero 1898.

CARTELES ARTÍSTICOS

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Cartel de la ópera Lohengrin




ArribaAbajo«Silenci»

Drama en dos actos, de Adrián Gual


Conociendo el Nocturn, íbamos, en verdad, muy bien impresionados y esperando mucho del joven y notable escritor D. Adrián Gual, pero creíamos que el público, acostumbrado á ciertos convencionalismos, quizás no quedaría del todo satisfecho al querer apartarle de la rutina que hasta hoy ha seguido el teatro. En pocas palabras, estábamos convencidos de que la obra de Gual sería muy buena leída, pero que no resultaría puesta en escena.

Esta era nuestra opinión antes de comenzar la representación del Silenci, pero á las primeras escenas comprendimos lo equivocados que andábamos. Aquel diálogo tan agradable y tan bien trazado, aquellas escenas tan naturales y conmovedoras, aquella atmósfera de tristeza que respira toda la obra, que interesa el corazón, haciendo sentir al espectador, nos convencieron bien pronto del éxito que obtendría este ensayo dramático y de los horizontes que con su obra abría Gual al teatro.

Silenci... Con este título quiere indicar Gual que el silencio es la expresión muchas veces de los sufrimientos que nos afligen y que callándolos encontramos consuelo. La obra tiene dos actos, y aunque su argumento es sencillísimo, interesa mucho.

El primer acto representa una casa en la que acaba de fallecer una persona querida, la esposa del maestro de escuela de un pequeño pueblo. Nada de exageración ni de vulgar hay en esta primera parte de la obra. El dolor del esposo al ver perdida para siempre la que fué su compañera; las palabras de consuelo que le dirige mossén Oriol, su amigo, exhortándole á la resignación; el tañido de la campana doblando á muerto; todo, todo está saturado de una tristeza tan simpática, tan natural, que los que asistimos á este estreno no pudimos menos, al terminar el primer acto, de premiar la labor literaria de Gual con un aplauso unánime.

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«FÍGARO ILLUSTRÉ»

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Whilda, por A. LYNCH

El segundo acto es más largo, radicando todo su interés en una escena: la escena entre Ramón, el esposo de la difunta, y mossén Oriol. Ramón sigue más triste y pensativo que antes, y su amigo trata de animarle creyendo que llora la muerte de su esposa; pero no lo consigue, pues llora porque ha sabido que la mujer por quien hubiera dado la vida no le amaba con el corazón, sino tan sólo por reconocimiento. Unas cartas que encontró le han revelado toda la verdad. Su esposa amaba á otro, y él, en el colmo de la desesperación, dice: «¿Quién será este otro? ¿Acaso reunía mejores cualidades que las mías? ¿Acaso la amaba más de lo que yo la amaba?»

Mossén Oriol procura tranquilizarle diciéndole que se entregue al silencio y hallará consuelo, en lugar de publicar su desventura, como intenta hacer, loco por el dolor. Le dice que él también ha sufrido y sufre, y que callando encuentra alivio. El espectador descubre, sin declararlo ningún personaje, que tanto mossén Oriol como otro personaje, Eliseta, tienen parte principalísima en aquel drama íntimo.

No hay que buscar en esta nueva producción efectos de relumbrón, ni situaciones fuertes. Toda ella está escrita con gran soltura de estilo y con mucho sentimiento, demostrando el Sr. Gual ser, un gran observador de la vida real.

El desempeño fué brillantísimo. Gual hizo un mossén. Oriol acabado, declamando como se ha de declamar, sin la perpetua cantinela á que nos tienen acostumbrados los actores del día. El Sr. Pujol muy bien, y los demás artistas, discretos.

Antes de comenzar el drama, leyó un prólogo, original del propio Sr. Gual, el conocido escritor D. Juan Maragall.

Después de la representación, el público, que, aunque poco numeroso, era escogidísimo, tributó una entusiasta ovación a su autor.

Esperamos que el éxito de este ensayo dramático animará al Sr. Gual y que pronto tendremos ocasión de aplaudirle en una nueva producción.

Eacute;l abre un nuevo camino al arte dramático. ¿Lo seguirá algún otro escritor?

F. DE A. S.

LA PRENSA EN EL EXTRANJERO

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Gil Blas, París




ArribaAbajoCataluña y Andalucía

¿No habéis visto nunca, á la caída de la tarde, cuando Naturaleza, rendida por el cansancio de bullicioso día, se dispone á dormir, cómo el crepúsculo ilumina con tibia luz los campos? ¿No habéis gozado, los que no permitís que el sol os hiera dormidos, de la majestad é incomparable grandeza con que Apolo se reviste para anunciar el día? ¿Observasteis, por ventura, cómo del ancho mar se muda el espectáculo, y ora furioso levanta montañas de nevada espuma, muge y se irrita cual fiera herida por la flecha de astuto cazador; ora, sumiso y tranquilo, besa cariñoso las arenas de la esponjosa playa? Si me decís que sí, habéisme de afirmar igualmente que la regalada calma del lago, ese hijo desheredado del orgulloso océano, no os ha pasado inadvertida.

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Ilustración de E. GRASSET

Pues hay dos pueblos en la Península ibérica que, por sus caracteres,   —9→   sus costumbres y tradiciones, sobresalen entre todos como dos soles refulgentes en el cielo de nuestra madre patria; y aun más se distinguen por el tinte antitético que, en el decurso de los siglos, han dado respectivamente á sus conquistas, heroicas por todo extremo; á sus ideales, elevados, gigantescos; á sus sentimientos de independencia, á los de la antigua Esparta comparables; á sus tradiciones, espejo fiel donde se retratan todos los impulsos de su genio y todas las vibraciones de su espíritu y todos los latidos de su corazón; á sus costumbres, por fin, á sus leyes, en la democracia calcadas y á la democracia ceñidas. Antitéticos, sí, opuestos tanto como el cielo y la tierra; mas unidos por el lazo de la simpatía y encadenados en los altos designios de la Historia. Pueblos que, como dos macizos pilares, resisten impasibles todo el peso y las sacudidas convulsas que experimenta nuestra patria, hoy más digna de lástima que nunca; pueblos que, no tanto por su situación geográfica, cuanto por sus papeles respectivos en el concierto de las naciones cultas, son los polos en torno de los cuales gira, trémula y acongojada, España.

El uno es el crepúsculo de la tarde, tétrico, tibio; el otro, alegre siempre y sonriente, el crepúsculo de la mañana; tiene del lago el uno, la regalada calma; del mar, revuelto y agitado unas veces, otras sumiso y tranquilo, parece fiel trasunto el otro. Cataluña es el pueblo más reflexivo y prudente de España. Andalucía, el pueblo más sentimental y discreto. Cataluña representa el progreso, la fuerza conservadora de todo adelanto. Andalucía, la fuerza impulsiva de toda conquista. Aquélla es la cabeza, ésta el corazón de España. La una tiende al análisis, á la síntesis la otra: el pueblo andaluz es más poeta que filósofo, el catalán es, ante todo y sobre todo, muy pensador. Por eso el primero es más expansivo que el segundo, más cosmopolita, en otros términos. Tiende Cataluña á su independencia y la antepone a todo. Andalucía está rendidamente enamorada de la libertad; mas, como por naturaleza es poetisa, sueña á veces que es libre aunque más cadenas le liguen que á Prometheo, y esto es dique á los impulsos de sus ideas.

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Olympia, por MISTI

De carácter serio, aunque franco y formal, tiene el catalán voluntad de hierro y corazón generoso, prendas ambas superiores á todo encarecimiento, que son las que hacen de Calaluña uno de los pueblos más viriles de la Península Ibérica. Convertid los ojos al pasado, y veréis que su historia es brillante ora en hechos de armas, ora en punto á literatura, ora, en fin, á las demás manifestaciones del ingenio humano. Desde los Wifredos hasta los Roger, hay una sucesión de héroes, de hazañas dignas del mayor encomio; y, viniendo á tiempos más próximos, baste para demostrar la virilidad catalana el solo recuerdo del famoso sitio de Gerona, en donde el andaluz Alvarez se inmortalizó.

Situada en el extremo más meridional de España y unida á la región africana por el hercúleo Estrecho; hija predilecta de la Naturaleza, pon un ciclo azul, purísimo, que encanta; rodeada doquiera de perfumados vergeles cuyas flores parecen haber robado la dulzura de sus aromas á las rosas no corrompidas del Paraiso;.cuna de encanto y embelesos miles, Andalucía es la tierra española que más conserva la influencia de la raza árabe, tan vigorosa y genial há siglos, como degradada en la actualidad. Pues así como es distintivo del catalán la prudencia, el andaluz sobresale por su genialidad, ese chispazo dimanado directamente del Altísimo y que brilla en el cerebro de todo pueblo grande, como en los planetas se agita la luz del sol. Y por eso andaluces fueron los filósofos que más brillaron en la época de la dominación romana y andaluces los poetas del ascetismo: Fray Luis de Granada, y, según algunos creen, Fray Luis de León.

Lo repetimos: Cataluña es la cabeza y Andalucía el corazón de España. De aquélla dimanan los grandes pensamientos, escrutadores, minuciosos; los   —10→   grandes proyectos, las grandes síntesis nacen bajo el cielo de Andalucía. ¡Admirable compensación! Sólo así es posible la vida de un pueblo.

DIEGO RUIZ

Barcelona, 16 de Noviembre de 1897.




ArribaAbajoArte y Literatura

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Salón Parés.- XV EXPOSICIÓN EXTRAORDINARIA DE BELLAS ARTES.- Cuadros de las mejores firmas llenan las paredes del salón. Todos los artistas se puede decir que han contribuido á la exposición Parés: Rusiñol, Casas, Pichot, Boixeras y otros dejan sentado muy alto el pabellón de la escuela en que militan. Graner, Mas y Fondevila, Marqués, Masriera, Tamburini y otros constituyen el grupo contrario. Sin pretender estudiar los cuadros, las obras que constituyen la exposición, daremos algunos esbozos de nuestro humilde parecer. Rusiñol, exacto en todos sus cuadros, nos ha entusiasmado en el catalogado con el núm. 95, que representa una avenida de cipreses de Monaserrat, y en primer término aparece sentada en un banco y con un libro en la mano una mujer, la mujer de siempre, la enferma de Rusiñol; Casas, en sus tres tipos de chula, desarrolla su arte, arte propio y que pocos poseen; Pichot, bien en todo, sobresale en Somateni, en la Romántica y en Interior. Los Pasturatges del Pirineu, bien, como de Baixeras (Dionisio). Los efectos de luz de Graner llevan aquel sello especial de todo lo suyo. Ivern y Les primeres llums forman dos cuadros magníficos. Los dos cuadros de Tamburini resultan deliciosos: la tonalidad especial que imprime dicho artista en sus obras las hacen simpáticas, armoniosas á la vista. En fin, sería inútil ir citando: con decir que los maestros están á la altura está dicho todo. Y no hablamos de lo malo, porque también hay mucho malo; no citaremos, porque preferimos callarnos. Clapés tiene una tela inmensa en la que aparece sobre un fondo granate oscuro, y de entre una mancha negra, una cabeza terrible de matrona, con un mirar tan interesante que nos llegó al alma. Quizá no comprendemos el cuadro, pero al verlo buscamos una flor entre las manos de la matrona.

De escultura, un busto de gitana en mármol de Clarasó y algunos trabajos de Atché.

Hemos recibido los periódicos siguientes: La revista española, Madrid; La higiene para todos, Barcelona; Butlletí de la Institució Catalana de Música, Barcelona; y Lo jovent català, Barcelona.

Desde 5.º de Febrero dejan de formar parte de este periódico el director literario, D. Francisco de A. Soler; el director artístico, D. José M. Roviralta; el administrador, D. Santiago Rosal, y D. Antonio Robert, sufriendo, además, algunos cambios el personal de redacción.

En el taller de los Sres. Torres é hijo tienen expuestos dichos señores algunos de sus trabajos que, junto con los de sus aventajados discípulos, tuvimos el gusto de apreciar el otro día que asistimos, galantemente invitados, á un concierto íntimo, en que el Sr. D. Julio Pérez interpretó algunas composiciones escogidísimas.

De las obras de dichos artistas sobresalen unas magníficas acuarelas de tipos árabes, unos paisajes acabadísimos y un retrato, aun no acabado, del Dr. Giné y Partagás, decano de la facultad de Medicina. De los discípulos pudimos admirar un deliciosísimo paisaje lleno de luz y de vida, de la Srta. Lidia Gasset, algunas flores muy bien trabajadas de la profesora Srta. Enrich, que, junto con algunos cuadros y apuntes de los Sres. Julio Pérez, Jaime Serra, Lucién Saba Y Antonio Fábregas, formaban un hermoso marco que hacía resultar las mil bellezas del concierto. Felicitamos á los Sres. Torres por el entusiasmo con que se dedican no sólo al arte, sino á formar con su saber y experiencia nuevas generaciones de artistas que con más fe y entusiasmo reanimen al decaído arte histórico en España.



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ArribaAbajoNuestros grabados

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A. Lynch.- Witlida.- Ilustración del Figaro Illustré. No necesitamos recordar á nuestros lectores que Lynch es uno de los primeros acuarelistas franceses, pues con la reproducción que hoy tenemos el gusto de publicar se demuestra dicho artista.

Gil Blas.- Continuamos la serie de reproducciones de periódicos extranjeros con la primera página de Gil Blas, que bajo la dirección de René Mazeroy, y con la cooperación de artistas como Steinlen, de quien es el dibujo de esta primera página, se publica en París.

E. Grasset.- Ilustración de un cuento de Jean Richepin.

Carteles artísticos.- Cartel de la ópera Lohengrin.

Programas Ilustrados.- Programa de Olympie, por Misti.

Industrias artísticas.- Trasparente.- La antigua casa Jaime Boada, que tiene establecida en la Rambla de los Estudios desde mucho tiempo una tienda cuyo decorado coloca á Barcelona á la altura de las ciudades más adelantadas en esta industria del extranjero, nos ha facifitado el trasparente que hoy reproducimos, para demostrar una de las aplicaciones del arte llamado moderno á la industria.




ArribaAbajoTeatros

En el Principal se ha estrenado, durante la anterior quincena, un drama en tres actos, original de los Sres. Roure y Urgell, titulado Passions funestas. Si bien no es una producción de primer orden, pues peca de lánguida y el público adivina el desenlace, obtuvo un éxito satisfactorio, siendo llamados los autores al palco escénico al terminar la representación.

En el mismo coliseo se estrenó una pieza en un acto, Las espardenyas de can Titus, que fué muy aplaudida, logrando hacer pasar un rato muy agradable á la concurrencia.

Nerón, ópera en cuatro actos del maestro Rubistein, se estrenó, hace algunos días, en nuestro gran teatro. No pretendemos rebajar el mérito de la nuevo obra, pero no resultó mucho, debido, sin duda, á que Rubistein es mejor pianista que compositor. El desempeño, regular, distinguiéndose el tenor Sr. Ettore Marchi. Las decoraciones de Soler y Rovirosa, muy bonitas y de mucho efecto.

En Eldorado se ha estrenado el juguete lírico en un acto Los Rancheros, que nada de particular ofrece, si exceptuamos el desempeño brillante que dan á los mismos los Sres. Cerbón y León. En cambio, El primer reserva, de Sánchez Pastor, Valverde y Torregrosa, es una obra muy entretenida, salpicada de chistes y adornada con bonitos números de música.

En el Granvía debutó Rafael de Arcos, perfecto imitador de Frégoli (según rezaban los carteles), pero no resultó mucho, sin duda por no faltar al adagio de que «nunca segundas partes fueron buenas».

Nada nuevo en los demás teatros, á excepción del Tívoli, en donde se estrenó La cova dels orbs, ópera catalana en un acto, de Sánchez Cavagnach. Esta producción está muy bien instrumentada, siendo aplaudidísimo su autor al terminar la representación.

En Novedades siguen Los dos pilletes, habiéndose estrenado dos decoraciones nuevas. En honor de la verdad, debemos decir que las decoraciones es lo mejor de la obra.

En el Ateneo del Ensanche se verificó el sábado 22 del corriente el beneficio del director de escena D. Enrique Martí, representándose Los martes de las de Gómez, y la opereta La Mascota, siendo desempeñadas ambas producciones discretamente, y distinguiéndose en especial, además del beneficiado, las Srtas. Circens y Martínez y los señores Mercader, Bonet, Caralt, Codina y Palumé.

El primer baile de máscaras se vió en extremo concurrido, asistiendo al mismo caprichosas mascaritas que lucían elegantes disfraces.

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