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ArribaAbajoEstados Unidos

Sr. don Valentin-Alsina.

Noviembre 12 de 1847.

Salgo de los Estados Unidos, mi estimado amigo, en aquel estado de excitacion que causa el espectáculo de un drama nuevo, lleno de peripecias, sin plan sin unidad, erizado de crímenes que alumbran con su luz siniestra actos de heroismo i abnegacion, en medio de los esplendores fabulosos de decoraciones que remedan bosques seculares, praderas floridas, montañas sañudas, o habitaciones humanas en cuyo pacífico recinto reinan la virtud i la inocencia. Quiero decirle que salgo triste, pensativo, complacido i abismado; la mitad e mis ilusiones rotas o ajadas, miéntras que otras luchan con el raciocinio para decorar de nuevo aquel panorama imajinario en quo encerramos siempre las ideas cuando se refieren a objetos que no hemos visto, como damos una fisonomía i un metal de voz al amigo que solo por cartas conocemos. Los Estados Unidos son una cosa sin modelo anterior, una especie de disparate que choca a la primera vista, i frustra la espectacion pugnando contra las ideas recibidas, i no obstante este disparate inconcebible es grande i noble, sublime a veces, regular siempre; i con tales muestras de permanencia i de fuerza orgánica se presenta, que el ridículo se deslizarla sobre su superficie como la impotente bala sobre las duras escamas del caiman. No es aquel cuerpo social un ser deforme, monstruo de las especies conocidas, sino como un animal nuevo producido por la creacion política, estraño como aquellos   —334→   megaterios cuyos huesos se presentan aun sobre la superficie de la tierra. De manera que para aprender a contemplarlo, es preciso ántes educar el juicio propio, disimulando sus aparentes faltas orgánicas, a fin de apreciarlo en su propia índole, no sin riesgo de, vencida la primera estrañeza, apasionarse por él, hallarlo bello, i proclamar un nuevo criterio de las cosas humanas, como lo hizo el romanticismo para hacerse perdonar sus monstruosidades al derrocar al viejo ídolo de la poética romano-francesa.

Educados Ud. I yo, mi buen amigo, bajo la vara de hierro del mas sublime de los tiranos, combatiéndolo sin cesar en nombre del derecho, de la justicia, en nombre de la república, en fin, como realizacion de las conclusiones a que la conciencia i la intelijencia humana han llegado, Ud. i yo, como tantos otros nos hemos envanecido i alentado al divisar en medio de la noche de plomo que pesa sobre la América del sur, la aureola de luz con que se alumbra el norte. Por fin, nos hemos dicho para endurecernos contra los males presentes: la república existe, fuerte, invencible; la luz se hace; un dia llegará para la justicia, la igualdad, el derecho; la luz se irradiará hasta nosotros cuando el sud refleje al norte. ¡I cierto, la república es! Solo que al contemplarla de cerca, se halla que bajo muchos respectos no corresponde a la idea abstracta que de ella teníamos. Al mismo tiempo que en Norteamérica han desaparecido las mas feas úlceras de la especie humana, se presentan algunas cicatrizadas ya aun entre los pueblos europeos, i que aquí se convierten en cáncer, al paso que se orijinan. dolencias nuevas para las que aun no se busca ni conoce remedio. Así, pues, nuestra república, libertad i fuerza, intelijencia i belleza; aquella república de nuestros sueños para cuando el malaconsejado tirano cayera, i sobre cuya organizacion discutíamos candorosamente entre nosotros en el destierro, i bajo el duro aguijon de las necesidades del momento; aquella república, mi querido amigo, es un desideratum todavía, posible en la tierra si hai un Dios que para bien dirije lo los lentos destinos humanos, si la justicia es un sentimiento inherente a nuestra naturaleza, su lei orgánica i el fin de su larga preparacion.

Si no temiera, pues, que la citacion diese lugar a un concepto equivocado, diria al darle cuenta de mis impresiones en los Estados Unidos, lo que Voltaire hace decir a Bruto:

Et je cherche ici Rome, et ne la trouve plus!



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Como en Roma o en Venecia existió el patriciado, aquí existe la democracia; la República, la cosa pública vendrá mas tarde. Consuélenos, empero, la idea de que estos demócratas son hoi en la tierra los que mas en camino van de hallar la incógnita que dará la solucion política que buscan a oscuras los pueblos cristianos, tropezando en la monarquía como en Europa, o atajados por el despotismo brutal como en nuestra pobre patria.

No espere que dé a Ud. una descripcion ordenada de los Estados Unidos, no obstante que he visitado todas sus grandes ciudades, i atravesado o seguido los límites de veinte i uno de sus mas ricos Estados. Quiero seguir otro camino. A la altura de civilizacion a que ha llegado la parte mas noble de la especie humana, para que una nacion sea eminentemente poderosa o susceptible de serlo, se requieren condiciones territoriales que nada puede suplir permanentemente. Si Dios me encargara de formar una gran república, nuestra república a nous por ejemplo, no admitiria tan serio encargo, sino a condicion o que me diese estas bases por lo ménos: espacio sin límites conocidos para que se huelguen un dia en él doscientos millones de habitantes; ancha esposicion a los mares, costas acribilladas de golfos i bahías; superficie variada sin que oponga dificultades a los caminos de hierro i canales que habrán de cruzar el estado en todas direcciones; i como no consentiré jamas en suprimir lo de los ferrocarriles, ha de haber tanto carbon de piedra i tanto hierro, que el año de gracia cuatro mil setecientos cincuenta i uno se estén aun esplotando las minas como el primer dia. La estrema abundancia de madera de construccion seria el único obstáculo que soportaria para el fácil descuajo de la tierra; encargándome yo personalmente de dar direccion oportuna a los rios navegabes que habrian de atravesar el pais en todas direcciones, convertirse en lagos donde la perspectiva lo requiriese, desembocar en todos los mares, ligar entre sí todos los climas, a fin de que las producciones de los polos viniesen en via recta a los paises tropicales i viceversa. Luego para mis miras futuras pediria abundancia por doquier de mármoles, granitos, porfiros i otras piedras de cantería, sin las cuales las naciones no pueden imprimir a la tierra olvidadiza el rastro eterno de sus plantas.

¡Pais de Cucaña! diria un frances. ¡La ínsula Barataria! apuntaria un español. ¡Imbéciles! Son los Estados Unidos, tal cual los ha formado Dios, i jurara que al crear este pedazo   —336→   de mundo, se sabia mui bien él, que allá por el siglo XIX, los desechos de su pobre humanidad pisoteada en otras partes, esclavizada, o muriéndose de hambre a fin de que huelguen los pocos, vendrian a reunirse aquí, desenvolverse sin obstáculo, engrandecerse, i vengar con su ejemplo a la especie humana de tantos siglos de tutela leonina i de sufrimientos. ¿Por qué no descubrieron los romanos aquella tierra eminentemente adaptada para la industria que ellos no ejercitaron, para la invasion pacífica del colono, i tan pródiga de bienestar para el individuo? ¿Por qué la raza sajona tropezó con este pedazo de mundo que tan bien cuadraba con sus instintos industriales, i por qué a la raza española lo cupo en suerte la América del sur donde habia minas de plata i de oro, e indios mansos i abyectos, que venian de perlas a su pereza de amo, a su atraso e ineptitud industrial? ¿No hai órden i premeditacion en todos estos acasos? ¿No hai providencia? ¡Oh! amigo, Dios es la mas fácil solucion de todas estas dificultades.

Olvidé pedir pan mi república, i lo hago aquí para que conste, que se me dé por vecinos pueblos de la estirpe española, Méjico por ejemplo, i allá en el horizonte, Cuba, un istmo, etc.

No soi yo el primero que ha sido sorprendido por éste a propósito de la naturaleza en los Estados Unidos. Un compañero de viaje escribia a uno de sus amigos de Europa:

«No tengo noticia de lugar alguno donde Dios se haya sobrepasado a sí mismo como aquí. Estaba mui de bien humor sin duda, cuando bosquejaba estos grados 0º i 6º de lonjitud, este i oeste de Washington. ¡Esto es bello i trazado con soltura! Cada rico tiene seis millas de ancho, cada lago cuatrocientas por lo ménos de circunferencia; por todas partes bosques inmensos de árboles en perfecta armonía con el paisaje. Ni una sola colina, ni una sola isla árida; vejetacion por todas partes como allá en sus montañas de los Pirineos».

En cuanto a la ordenacion jeneral de este pais, daré a Ud: algunas lijeras nociones. Supóngase un espacio cuadrado de tierra que mida dos millones i medio de millas cuadradas, bañado por mares diversos hácia el sur, oriente i occidente. Al norte un rio, salido de una cadena de lagos tan capaces como el mar Caspio, sirviéndole de límite, i proporcionándole una línea de navegación desde lo más recóndito del interior hasta las costas del Atlántico. Mas como la boca del San Lorenzo,   —337→   que es aquel rio término, cae fuera de los límites de los estados, a la altura de Montreal, se dirije hácia el sur no mas ancho que un rio, el lago Champlain, hasta tocar casi con las fuentes del Hudson, que por este medio ofrece al emporio de Nueva York, comunicacion acuática con los lagos i el alto i bajo Canadá.

Como el cuadrado que nos hemos trazado es poco ménos grande que la Europa, necesitaba en teoría una arteria interior, por donde hubiese de circular i penetrar la vida. Para llenar este requisito, desde las inmediaciones del lago Erie, se desprende hácia el sur el Mississipi, el mas caudaloso de los rios de la tierra, i corriendo en seguida navegable por mil quinientas millas, incorpora en su caudal las aguas del Ohio; el Arkansas, el Illinois, el Missouri, el Tenessee, el Awash i muchos otros que de oriente i occidente, vienen alternativamente arrastrando sobre sus turbias ondas los productos de las plantaciones mas remotas, hasta el Golfo de Méjico. Porque hai esto de notable en la distribucion de las aguas de Norteamérica, que las unas se reunen en un inmenso receptáculo i marchan al oriente reunidas en el San Lorenzo: las otras se dirijen hácia el sur i se aglomeran en el Mississipi, no quedando independientes de aquellos dos grandes sistemas de desagüe, sino el Hudson, el Potomack i el Susquehuanah.

Mui bisoños se habrían mostrado los yankees, si no hubiesen completado por canales el conocido plan de la providencia, de manera que las mercaderías del Canadá tengan camino acuático a New York o a Orleans indistintamente, recorriendo para ello una línea de navegacion interna, mayor que la que media entro América i Europa. Por otra parte, como un estado americano ha de vivir necesariamente de la esportacion de sus materias primeras, sus cereales i peleterías, su esposicion debe ser de preferencia al Atlántico; i su necesidad primera, que de todos los puntos converjan i concurran sus vias de comunicacion a las bocas i orificios de aquel inmenso pólipo, cuya simple estructura no ofrece sino tubo intestinal i bocas. Pero supóngase que el estado larva ha de pasar por diversas trasformaciones, hasta entrar en la familia de los animales mas perfectos, i dotados de diversos sistemas, sanguíneo, nervioso, dijestivo, etc.; entónces la vida se hace mas complicada, i el animal no existe ya para la boca, sino la boca para el animal. La vida interna haciéndose mas complicada exije vasos secretorios, donde se preparen mejor los   —338→   alimentos; lo que equivale a decir, porque ya la alegoría fastidia, que con el exceso de la poblacion i el desarrollo de la riqueza, nace una industria nacional, i el estado sin disminuir su movimiento de esportacion e importacion, adquiere al fin una vida interna que necesita satisfacer por sí mismo i para sí mismo. La China en Asia, la Alemania i la Francia en Europa, dan un ejemplo de esta vida interior, que da pábulo a industrias poderosas, i mayor acumulacion de riquezas. Cuando este caso llegue para los Estados Unidos, se concibe que las ciudades del litoral no serán los únicos focos de riqueza, pues para promediar las distancias habrá en el centro del estado nuevos focos industriales que derramen e irradien a los estremos los productos del trabajo nacional. Ahora, busque Ud. en el mapa de los Estados Unidos un punto a propósito para esta secrecion interna, reuniendo ademas las condiciones de viabilidad i abundancia de elementos de fabricacion, hierro, maderas, carbon, etc. Si Ud. no lo encuentra tan pronto, yo se lo indicaré. Hácia lo interior de la Pensilvania los rios Ohio, Alleghany i Monontgahella se reunen para dirijirse al Mississipi, la grande arteria que distribuye i concreta como hemos visto el movimiento interior.

En la confluencia de estos ríos está situada Pittsburg, que por canales artificiales i ferrocarriles comunica con Baltimore en la Bahia de Chesapeake, Filadelfia, New York, Boston al norte. Removiendo un poco la superficie de la tierra sobre que está fundada Pittsburg, se encuentra un manto de carbon de piedra, el cual se estiende unas catorce mil millas cuadradas, esto es, un espacio un poco menor que la Inglaterra entera. Por todo el pais circunvecino i a orillas de los ríos, los propietarios pueden bajo el hogar doméstico abrir una boca mina, para estraer esta sustancia, alimenticia de fábricas; i en Marieta hemos descendido del vapor, i atravesando dos calles de la ciudad, entrádonos sin mas rodeos en una mina de carbon bituminoso que del interior de una colina sacaban en carretillas de mano, para hacerlo derramarse en seguida hasta sobre la cubierta de los buques que atracan a la orilla del río a recibirlo. De allí en caravanas de angadas informes que sin velas ni remos se abandonan a merced de la corriente de los rios, va el carbon hasta Nueva Orleans, a hacer concurrencia ventajosa a la leña ne se corta en los inmediatos bosques, i cuyo precio se regla por el salario diario del leñador. Esto por lo que hace al carbon, que en cuanto al hierro se le encuentra en igual abundancia por todas partes, i gracias a estas   —339→   envidiables ventajas de posicion, Pittsburg se alza hoi en medio de las selvas americanas, envuelta en su denso manto de humo hediondo i espeso, que la hace llamar ya el Birminghan yankee, i será el Londres futuro, por la multitud de sus fábricas, sus algodones, que remontan desde Nueva Orleans, para ser allí pintados o tejidos, por mecanismos que avanzan en perfeccion casi siempre, a los inventos europeos. Como una muestra de lo que puede ser Pittsburg, recordaré que a fines del siglo pasado el territorio adyacente estaba aun en poder de los salvajes: en 1800 contenía ya 45000 habitantes, i en 1845 montaba la poblacion a dos millones.

Como la poblacion de los Estados Unidos avanza hácia el Pacífico setecientas millas de frente por año, mas tarde será necesario un foco industrial todavía mas adentro, a cuyo fin se ha dispuesto que donde el Misouri, que corro unas 1200 millas, se echa en el Mississipi, i no léjos del punto en que de la parte opuesta desemboca el Ohio, haya otro depósito de carbon de piedra que, a lo que ha podido averiguarse hasta ahora, ocupa una área de cosa ¡de 60000 millas cuadradas!

Yo no quiero hacer cómplice a la providencia de todas las usurpaciones norteamericanas, ni de su mal ejemplo que en un período mas o ménos remoto, puede atraerle, unirle políticamente o anexarle, como ellos llaman, el Canadá Méjico, etc. Entónces, la union de los hombres libres principiará en el Polo del norte, para venir a terminar por falta de tierra en el Istmo de Panamá.

Para entónces estarán los lagos en el centro de la union jigante, i para entónces tambien el estado de Michigan, envuelto como una península por el lago del mismo nombre, el Huron, el Saint Clair, i la base del Erie podrá dar fructuosa ocupación al enorme depósito de carbon que contiene en su centro. En espectacion de aquel suceso, i por aquel infalible instinto con que el yankee husmea los lugares que han de ser fecundos en riqueza, a orillas del último de aquellos mares de agua dulce, empieza ya a surjir del haz de la tierra, Buffalo, ciudad que sin haber sido aldea siquiera, contaba hace un año 30000

habitantes, i contará hoi 50000, segun los términos de la progresion yankee. Un camino de hierro, que desde Albany atraviesa sin pretension alguna cinco grados de lonjitud, derrama, en sus calles todos los dias, una avenida de hombres, que desde Europa i remontando el Hudson, vienen a escojerse, entre los bosques intermediarios, algun pedazo de tierra   —340→   donde fijar una nueva familia, como aquellas razas de Sem i de Jafet, que partian desde la Babel antigua a repartirse entre sí la tierra despoblada. Igual confusion de lenguas entre los que llegan, si bien la tierra les imprime la suya a poco andar, i como el agua frotando las superficies angulosas de diversas piedras conforma los guijarros cual si fueran una familia de hermanos, así reuniéndose, mezclándose entre sí estas avenidas de fragmentos de sociedades antiguas, se forma la nueva, la mas jóven i osada república, del mundo. ¡Oh! Cuánta verdad tanjible hai en los misterios morales de nuestra raza; ¡cuántas relaciones íntimas, inevitables, muestran las cosas físicas! La libertad emigrada al norte da al hombre que llega alas para volar; ruedan torrentes humanos por entre las selvas primitivas, i la palabra pasa muda por sobre sus cabezas en hilos de hierro, para ir a activar a lo léjos aquella invasion del hombre sobre el suelo que le estaba reservado; del espíritu envejecido i esperto sobre la materia inculta aun, i esperando desde abinicio, que se la dé forma. Franklin, como Ud. sabe, fue el primero que tomó en sus manos el terrible rayo, i lo esplicó a mundo asombrado. Partiendo del descubrimiento de Franklin (hablo en el sentido práctico del pararayos, con que él dotó a la humanidad), Volta, Oersted, Alexander, Ampere, Arago, habian escrito i tentado mucho sobre la telegrafía eléctrica, cuando Morse, norteamericano hizo sus ensayos mediante los 30,000 pesos que el congreso de los Estados Unidos dió para costearlos. ¿No es singular que haya cabido a los Estados Unidos la gloria de haber inventado el pararayos i el eter sulfúrico para ahorrar dos grandes males a la humanidad, e impreso a los movimientos del hombre rapideces planetarias, con la aplicacion del vapor hecha por Fulton, i en la telegrafía eléctrica por Morse? En Francia dejé líneas de telégrafos de este jénero en via de ensayo, de Ruan a Paris, de Paris a Lille, i esto para el servicio del gobierno. En los Estados Unidos habia en los momentos de mi salida: de Nueva York un círculo que liga en Washington, Baltimore, Filadelfia, i vuelve a Nueva York, 455 millas; otro anillo que liga a Nueva York, New Haven, Hasford, Springfield, Boston, i vuelve a Nueva York, 452 millas. Una línea a Albany que parte desde el mismo centro, 150, i de allí estiende un brazo a Buffalo, 250 millas. Otra a Rochester, 252; otra a Monreal, 205. La dilijencia que lleva diariamente la correspondencia por toda la Union recorre 142,295 millas, i 853 millas describen los canales artificiales.   —341→   Rodean los estados 3600 millas de mar i 1200 de lagos. Nueva York sirve de puerto a una navegacion interna de rios, canales i lagos de 3000 millas; Nueva Orleans a otra de 20000, subdividida en rios navegables, i que uniéndose por el Mississipi, con los lagos i el San Lorenzo, puede producir la mas pasmosa línea de circunnavegacion interior i fluvial.

La naturaleza habia ejecutado las grandes facciones del territorio de la Union; pero sin la profunda ciencia de la riqueza pública que poseen los norteamericanos, la obra habia quedado incompleta. Desde Filadelfia a San Luis, como de Buenos Aires a Mendoza, atraviesa el estado una gran ruta nacional, porque en este sentido el pais no es viable por canales, pues los declives de las aguas se inclinan al sud o al este. Pero del lago Erie, desciende un canal navegable que uniéndose al Ohio entre Cancaneado i Pittsburg, trae con fletes ínfimos los productos del estremos norte del lago superior i del Canadá hasta la Nueva Orleans. Del estremos este del mismo lago Erie parte otro canal, que, después de haberse puesto en contacto por una ramificacion con el lago Ontario, a la altura de Troya desemboca en el Hudson, i liga por agua a Chicago, que está 14 grados de distancia al occidente, con Nueva York i Quebec. Desde Pittsburg parte un canal faldeando los montes Alleghanies, que pone en contacto acuático a Filadelfia en el Atlántico, con Nueva Orleans en el Golfo de Méjico, describiendo una ruta a traves del continente, de mas de mil leguas. Inútil seria detenerse en las líneas de caminos de hierro, que completan en parte las de lagos, o se cruzan con ellas, facilitando a cada estado, a cada ciudad i a cada aldea, las comunicaciones baratas, rápidas, diarias, fáciles, al alcance de todas las fortunas, apropiadas a todas las mercaderías. Tocqueville ha dicho que los caminos de hierro bajaron de un cuarto los costos de trasporte. Los canales han abolido casi el flete, pues apénas es sensible; i sin embargo, tal es la afluencia de productos, que estas obras producen al estado millones de renta anual.

Del aspecto jeneral del pais, o de su arquitectura como distribucion de los medios de accion puestos por Dios i utilizados i completados por el hombre, pasaré sin transicion a la aldea, centro de la vida política, como la familia lo es de la vida doméstica. Los Estados Unidos están en ella con todos sus accidentes, cosa que no puedo decirse de nacion alguna. La aldea francesa o chilena es la negacion de la Francia o de Chile, i nadie quisiera aceptar ni sus costumbres,   —342→   ni sus vestidos, ni sus ideas, como manifestacion de la civilizacion nacional. La aldea norteamericana es ya todo el estado, en su gobierno civil, su prensa, sus escuelas, sus bancos, su municipalidad, su censo, su espíritu i su apariencia. Del seno de un bosque primitivo, la dilijencia o los wagones salen a un pequeño espacio desmontado en cuyo centro se alzan diez o doce casas. Estas son de ladrillo, construido con el auxilio de máquinas, lo que da a sus costados la tersura de figuras matemáticas, uniéndolos entre sí argamaza en filetes finísimos y restos. Levántanse aquellas en dos pisos cubiertos de techumbres de madera pintada. Puertas i ventanas pintadas de blanco, sujetan i cierran cerraduras de patente; i stores verdes animan i varian la regularidad de la distribucion. Fíjome en estos detalles porque ellos solos bastan a caracterizar a un pueblo i suscitan un cúmulo de reflexiones. La primera que me ha embargado al presenciar esta ostentacion de riqueza i de bienestar, es la que suministra la comparacion de las fuerzas productivas de las naciones. Chile, por ejemplo, i lo que es aplicable a Chile lo es a toda la América española, Chile tiene millon i medio de habitantes. ¿En qué proporcion están las casas, que de tales merezcan el nombre, con las familias que lo habitan? Pues en los Estados Unidos todos los hombres viven en casas, tales como las que he delineado al principio, rodeados de todos los instrumentos mas adelantados de la civilizacion, salvo los pioneers que habitan aun los bosques, salvo los transeuntes que se albergan en inmensos hoteles. De aquí resulta un fenómeno económico que apuntaré lijeramente. Supongo que veinte millones de norteamericanos habiten un millon de casas. ¿Cuánto capital invertido en satisfacer esta sola necesidad? Fabricantes de ladrillos a la mecánica han hecho con sus productos fortunas colosales; fábricas de cerrajerías de patente venden sus obras por cantidades cien veces mayores que en cualquiera otra parte del mundo, para servir a menor número de hombres. Las estufas de hierro colado que se aplican al uso doméstico en todas las aldeas, bastarian a dar movimiento i ocupacion a las fábricas de Lóndres; i el avalúo de las casas que habitan los norteamericanos en las aldeas, no diré mas pobres, porque el término es impropio, equivaldria a la riqueza territorial e inmueble de cualquiera de nuestros estados.

La cocina mas o ménos espaciosa, segun el número de individuos de la familia, consta de un aparato económico de hierro fundido, formando parte de él un servicio completo   —343→   de cacerolas i de utensilios culinarios, todo obra de alguna fábrica que se ocupa de este ramo. En algun departamento interior se guardan arados del autor frances que los inventó, i el instrumento de agricultura mas poderoso que se conoce: su reja abre un surco de media vara de ancho; una cuchilla movible va rozando las yerbas, i el menor esfuerzo del labrador lo aparta del encuentro del tronco de un árbol. Su lijera obra de madera está constantemente pintada de colorado, i los arneses de los caballos que lo tiran son de obra de talabartería, lustrosa siempre i con hebillas amarillas i adornos en bronce para ajustarlos. Las hachas de la casa son tambien de patente i de la construccion mas aventajada que se conoce; pues el hacha es la trompa de elefante del yankee, su mondadientes i su dedo, como entre nosotros es el cuchillo, o la navaja entre los españoles. Una carretela de cuatro ruedas, lijeras como las patas de un escarabajo, siempre barnizada i lustrosa como recien sacada de la fábrica, con arneses brillantes, completos i tales como no los llevan iguales los fiacres de Paris, facilitan la locomocion de los habitantes. Una máquina sirve para desgranar el maiz; otra para limpiar el trigo; i cada operacion agrícola o doméstica, llama en su ayuda el talento inventivo de los fabricantes. El terreno adyacente a la casa i que sirve de jardin de horticultura, está separado de la calle o camino público por una balaustrada de madera, pintada de blanco en toda su estension i de la forma mas artística. No so olvide Ud. que estoi describiéndole una pobre aldea que aun no cuenta doce casas, rodeada todavía de bosques no descuajados i apartada por centenares de leguas de las grandes ciudades. Mi aldea, pues, tiene varios establecimientos públicos, alguna fábrica de cerveza, una panadería, varios bodegones o figonerías, todos con el anuncio en letras de oro, perfectamente ejecutadas por algun fabricante de letras. Este es un punto capital. Los anuncios en los Estados Unidos son por toda la Union una obra de arte, i la muestra mas inequívoca del adelanto del pais. Me he divertido en España i en toda la América del sud, examinando aquellos letreros donde los hai, hechos con caractéres raquíticos i jorobados i ostentando en errores de ortografía la ignorancia supina del artesano o aficionado que los formó.

El norteamericano es un literato clásico en materia de anuncios, i una letra chueca o gorda, o un error ortográfico espondria al locatario a ver desierto su mostrador. Dos hoteles   —344→   ha de haber por lo ménos en la aldea para alojamiento de los pasajeros; una imprenta para un diario diminutivo, un banco i una capilla. La oficina de la posta recibe diariamente los diarios de la vecindad, o de las grandes ciudades, a que están suscritos los aldeanos; i cartas, paquetes i transeuntes han de llegar i salir por ella diariamente; pues el trasporte de la mala, aun a los puntos mas distantes, se hace en vehículos de cuatro ruedas i con comodidades para pasajeros. Las calles, que se van delineando a medida que la poblacion crece, tienen como las de las grandes ciudades, treinta varas de ancho, inclusas las aceras de seis varas que deben quedar de cada costado, sombreadas por líneas de árboles que desde luego se plantan. El centro de la calle es, miéntras no hai medios de empedrarlo, un ciénago en que osan todos los cerdos de la aldea, los cuales ocupan tan encumbrado lugar en la economía doméstica, que sus productos en toda la Union corren parejas con los del cultivo del trigo.

I como es regla que segun el nido ha de ser el pájaro, diré una palabra sobre el villano. Si es bodegonero, almacenero o de otra profesion sedentaria, su traje diario se compone de las piezas siguientes: botas charoladas, pantalon i frac de paño negro, chaleco de raso idem, corbata de gro, un pequeño casquete o gorrita de paño; i pendiente de un cordon negro un chisme de oro que representa un lápiz o una llave. En la punta de este cordon i mui sumido en el bolsillo se está la pieza mas curiosa del traje del yankee. Si Ud. quiere estudiar las trasformaciones que el reloj ha esperimentado desde su invencion hasta nuestros dias, pida Ud. la hora a cuanto yankee encuentre. Verá Ud. relojes fósiles, relojes mastodontes, relojes fantasmas, relojes guarida de sabandijas, relojes de tres pisos, inflados, con puente levadizo i escalera secreta, para descender con linterna a darles cuerda. El padron del reloj de Dulcamara, en el elixir de amor, emigró con los primeros puritanos, i sus descendientes gozan del derecho de ciudadanía i están alistados en el partido temible de los nativistas, que profesan las doctrinas del americanismo mas exaltado. Cada buque que llega de Europa trae centenares de estos emigrantes los cuales, vendidos a la mejor postura en Nueva York, Boston, Nueva Orleans i Baltimore, desde el precio de doce reales para arriba, proveen a esta demanda nacional popular de relojes. Tiene el yankee una cartera en el bolsillo, i al acostarse en la cama, traza a la lijera jeroglíficos que indican el camino que tiene trazado a sus acciones   —345→   del dia siguiente. No se crea que hai exajeracion en esta comun distribucion de los medios civilizados a las aldeas como a las ciudades, i a los hombres de todas clases. Tomo a la ventura las villitas mas pequeñas, cuya descripcion me cae a la mano. Bennington contiene un consistorio, una iglesia, dos academias (colejios), un banco i cerca de 300 habitantes.

Norwich, en la orilla derecha del Connecticut, contiene varias iglesias, un banco i 700 habitantes.

Haverhill tiene un consistorio, un banco, una iglesia, una academia i sesenta casas, etc.

Hácia el oeste, donde la civilizacion declina, i en el Farwest, donde casi se estingue, por el desparramo de la poblacion en las campañas, el aspecto cambia sin duda, el bienestar se reduce a lo estrictamente necesario, i la casa se convierte en el log-house, construido en veinte i cuatro horas, de palos superpuestos i cruzándose en las esquinas por medio de muescas; pero aun en estas remotas plantaciones, hai igualdad perfecta de aspecto en la poblacion, en el vestido, en los modales, i aun en la intelijencia; el comerciante, el doctor, el sheriff, el cultivador, todos tienen el mismo aspecto. El campesino es padre de familia, es propietario de doscientos acres de tierra o de dos mil, no importa para el caso. Sus instrumentes aratorios, sus engines son los mismos, es decir, los mejores conocidos; i si acierta a darse en la vecindad un meeting relijioso, de lo profundo de los bosques, descendiendo de las montañas, asomándose por todos los caminos, veráse los campesinos a caballo en grandes cabalgatas, con su pantalon i su frac negro, i las niñas con los vestidos de los jéneros mas frescos i las formas mas graciosas. A bordo de un vapor en una larga navegacion, habíame tocado de vez en cuando acercarme a un sujeto perfectamente vestido i que se hacia notar por el cortés desembarazo de los modales. Una mañana, al acercarnos a una ciudad, lo ví, no sin sorpresa, sacar de un camarote una caja, templarla i comenzar a tocar la llamada, invitando al enganche a los jóvenes del lugar. ¡Era tambor! A veces la cadena del reloj caia sobre el parche i embarazaba momentáneamente el juego de los palillos. La igualdad es, pues, absoluta en las costumbres i en las formas. Los grados de civilizacion o de riqueza no están espresados como entre nosotros por cortes especiales de vestido. No hai chaqueta, ni poncho, sino un vestido comun i hasta una rudeza comun de modales que mantiene las apariencias de igualdad en la educacion.

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Pero aun no es ésta la parte mas característica de aquel pueblo: es su aptitud para apropiarse, jeneralizar, vulgarizar conservar i perfeccionar todos los usos, instrumentos, procederes i auxilios que la mas adelantada civilizacion ha puesto en manos de los hombres. En esto los Estados Unidos son únicos en la tierra. No hai rutina invencible que demore por siglos la adopcion de una mejora conocida; hai por el contrario una predisposicion a adoptar todo. El anuncio hecho por un diario de una modificacion en el arado, por ejemplo, lo trascriben en un dia todos los periódicos de la Union. Al dia siguiente se habla de ello en todas las plantaciones, i los herreros i fabricantes han ensayado en doscientos puntos de la Union a un tiempo la realizacion del modelo, i tienen espuestas en venta las nuevas máquinas. Un año despues, en toda la Union está en práctica. Id a hacer o a esperar cosa semejante en un siglo en España, Francia o nuestra América.

El diccionario de Salvá, porque el de la Academia no hace fe hoi, dice, definiendo la palabra civilizacion, que es «aquel grado de cultura que adquieren pueblos i personas, cuando de la rudeza natura pasan al primor, elegancia i dulzura de voces i costumbres propio de jente culta». Yo llamaría a esto civilidad; pues las voces mui relamidas, ni las costumbres en estremo muelles, representan la perfeccion moral i física, ni las fuerzas que el hombre civilizado desarrolla para someter a su uso la naturaleza.

Después de las aldeas de los Estados Unidos, llama de preferencia la atencion del viajero el movimiento de los caminos que las unen entre sí, ya sean carriles, macadamizados, ferrocarriles o rios navegables. Si Dios llamara repentinamente a cuentas al mundo, sorprenderia en marcha, como a las hormigas, a los dos tercios de la poblacion norteamericana, de donde resulta lo mismo que he dicho de los edificios; pues viajando todos, no hai empresa imposible ni improductiva en materia de viabilidad. Ciento veinte leguas de camino de hierro se hacen en veinte i cuatro horas desde Albany hasta Buffalo por doce pesos; i por quince, inclusas cuatro opíparas i suculentas comidas diarias, dos mil doscientas millas de navegacion de vapor en diez dias desde Cincinnati hasta Nueva Orleans, por los rios Ohio i Mississipi. El vapor o el convoi del ferrocarril atraviesan bosques primitivos, entre cuyas enramadas oscuras i solitarias tome el viajero meditabundo ver aparecer el último resto de las tribus salvajes que   —347→   no hace diez años llamaban a aquellos parajes las cacerías de sus padres.

La concurrencia de pasajeros permite la baratura del pasaje; i la baratura del pasaje tienta a viajar a los que no tienen objeto preciso para ello; el yankee sale de su casa a respirar un poco de aire, a tomar un paseo, i hace de ida i vuelta cincuenta leguas en un vapor o un convoi, i vuelve a continuar sus ocupaciones. Cuando el ojo certero de la industria descubre un trayecto de ferrocarril, una asociacion lo abre lo suficiente para indicar la via; de los árboles volteados se hacen las líneas del futuro ferrocarril, poniéndoles sobrepuestas planchuelas delgadas de hierro. El convoi se lanza con tiento al principio, equilibrándose, aquí caigo, allí levanto sobre esta peligrosa via; los pasajeros llueven de todas partes, i con los productos que dejan, se construye entónces el verdadero camino, nunca seguro, por no hacerlo costoso, lo que no aumenta en mucho el número de desgracias. El convoi es siempre cómodo, espacioso, i si sus cojines no son tan muelles como los de la primera clase en Francia, no son tampoco tan estúpidamente duros como los de segunda en Inglaterra; pues en los Estados Unidos, no habiendo sino una clase en la sociedad, la cual la forma el hombre, no hai tres i aun cuatro clases de wagones, como sucede en Europa. Pero donde el lujo i la grandeza norteamericanas se ostentan sin rival en la tierra, es en los vapores de los rios del norte. ¡Cloacas o cáscaras de nuez parecerian a su lado los que navegan en el Mediterráneo! Son palacios flotantes de tres pisos, con galerías i azoteas para pasearse. Brilla el oro en los capiteles i arquitrabes de las mil columnas que, como en el Isaac Newton, flanquean cámaras monstruos, capaces de contener en su seno al senado i cámara de diputados. Colgaduras de damasco artísticamente prendidas disimulan camarotes para quinientos pasajeros, comedores colosos con mesa sin fin de caoba bruñida, i servicio de porcelana i plata para mil comensales. Puede este buque recibir dos mil pasajeros; tiene 750 lechos, 200 cámaras independientes; mide 341 piés de largo, 85 de ancho, i carga ademas 1450 toneladas.

El vapor Hendrick mide 341 piés de largo i 72 de ancho; tiene 150 cámaras independientes, 600 camarotes con colchones de plumas, dando acomodations en jeneral para dos mil pasajeros, todo por un dollar, corriendo la distancia de 144 millas. Un habitante de Nueva York va a Troya o Albany en la noche; habla por la mañana del dia siguiente   —348→   con su corresponsal, i en la tarde está en Nueva York de regreso, a vacar de las ocupaciones del dia, habiendo hecho en a interrupcion de diez o doce horas de tiempo hábil, cien leguas de camino. El sudamericano que acaba de desembarcar de Europa, donde se ha estasiado admirando los progresos de la industria i el poder del hombre, se pregunta atónito al ver aquellas colosales construcciones americanas, ¡aquellas facilidades de locomocion, si realmente la Europa está a la cabeza de la civilizacion del mundo! Marinos franceses, ingleses i sardos, he visto espresar sin disimulo su asombro de encontrarse tan pequeños, tan atras de este pueblo jigantesco.

Hai en aquellos buques del Hudson un sancta sanctorum, en cuyo recinto no penetra el ojo del profano, una morada misteriosa, de cuyas delicias puede cuando mas tenerse sospechas por las bocanadas de perfumes que se escapan al abrirse momentáneamente la puerta. Los norteamericanos se han creado costumbres que no tienen ejemplo ni antecedente en la tierra. La mujer soltera, o el hombre de sexo femenino, es libre como las mariposas hasta el momento de encerrarse en el capullo doméstico, para llenar con el matrimonio sus funciones sociales. Antes de esta época viaja sola, vaga por las calles de las ciudades i mantiene amoríos castos a la par que desenvueltos a la luz del público, bajo el ojo indiferente de sus padres. Recibe visitas de personas que no se han presentado a su familia, i a las dos de la mañana vuelve de un baile a su casa acompañada de aquél con quien ha valsado o polkado esclusivamente toda la noche. Los buenos puritanos de sus padres la hacen broma a veces con el tal, de cuyos amores han sido instruidos por la voz pública, i la taimada se complace en derrotar las conjeturas, desmintiendo la evidencia.

Después de dos o tres años de flitear, este es el verbo norteamericano, bailes, paseos, viajes i coqueterías, la niña de la historia, en el almuerzo i como quien no quiere la cosa, pregunta a sus padres si conocen a un jóven alto, rubio, maquinista de profesion, que suele venir a verla, de vez en cuando, todos los dias. Hacia un año que estaban esperando esta introduccion. El desenlace es que hai en la familia un enlace convenido, de que se da parte a los padres la víspera, los cuales ya lo sabian por todas las comadres de la vecindad. Celebrado el desposorio, los novios toman en el acto el próximo camino de hierro, i salen a ostentar su felicidad por   —349→   bosques, villas, ciudades i hoteles. En los wagones se les ve siempre a estas encantadoras parejas de jóvenes de veinte años, abrazados, reposándose el uno en el seno del otro, i prodigándose caricias tan espresivas que edifican a todos los circunstantes, haciéndoles formar el propósito de casarse inmediatamente, aun a los mas contumaces solterones. No puede hacerse en términos mas insinuantes que esta esposicion al aire libre de las embriagueces matrimoniales, la propaganda del casamiento. Debido a esto es que el yankee no llega nunca a la edad de veinte i cinco años sin tener ya una familia numerosa; i yo no me esplico de otro modo la asombrosa propagacion de la especie en aquel suelo afortunado. En 1790 la poblacion constaba de cerca de 4000000; 1800, 5000000; 1810, 7000000; 1820, 9000000; 1830, 12000000; 1840, 17000000; 1850, contará 23000000. La inmigracion influye en estas cifras; pero en proporciones limitadas. El inmigrante no es un animal prolífico, hasta que ha recibido el baño yankee.

Volviendo, pues, a los millares de novios que andan enardeciendo i vivificando la atmósfera con sus álitos de primavera, los vapores del Hudson i de otros rios clásicos les tienen preparados departamentos ad hoc. Llámase este recinto la ¡cámara de la novia! Vidrios de colores esmaltados imprimen a la discreta luz que penetra en ella, todos los suaves colores del íris; lámparas rosadas arden por la noche; i de noche i de dia el perfume de las flores, las aguas odoríferas i los aromas que se queman aguzan la sed de placer que consume a sus escojidos moradores. Las fábricas de Paris no han creado damascos ni muselinas suficientemente costosas, para envolver entre sus sueltos pliegues i bajo techumbres doradas las lejítimas saturnales de la cámara de la novia. Despues de haber visto la cascada del Niágara, bañádose en las fuentes termales de Saratoga, pasado en revista cien ciudades i hecho mil leguas de pais, los novios vuelven, despues de quince dias, estenuados, maravillados i contentos, a aburrirse santamente en el hogar doméstico. La mujer ha dicho adios para siempre al mundo de cuyos placeres gozó tanto tiempo con entera libertad; a las selvas frescas de verdura, testigos de sus amores; a la cascada, a los caminos i a los rios. En adelante, el cerrado asilo doméstico es su penitenciaria perpetua; el roastbeef su acusador eterno; el hormiguero de chiquillos rubios i retozones, su torcedor continuo; i un marido incivil, aunque good natured, sudon de dia i roncador de noche, su   —350→   cómplice i su fantasma. Atribuyo a aquellos amores ambulantes en que termina el flirteo americano, la manía de viajar que distingue al yankee, de quien puede decirse que nace viajero. El furor de viajar crece en proporciones espantosas año por año. Los productos de todas las obras públicas, ferrocarriles, puentes i canales en los diversos estados, en 1844, comparados con los de 1843, mostraron un aumento de cuatro millones de dollars; lo que hizo subir en solo aquel año de ochenta millones el valor de los trabajos, computando el rédito al cinco por ciento. Sabe de memoria todas las distancias, i a la vista de una ciudad, en los wagones o en los vapores, hai un movimiento jeneral de echar mano a la faltriquera, desdoblar el mapa topográfico de los alrededores i señalar con el dedo el punto en cuestion. Una sola casa de Nueva York ha vendido en diez años millon i medio de atlas i mapas para el uso popular. Es seguro que en Paris no hai ninguna que haya hecho emision igual para proveer al mundo entero. Cada estado tiene su carta jeolójica, que muestra la composicion del suelo i los elementos esplotables que contiene; cada condado su carta topográfica en diez ediciones diversas de todos los tamaños i de todos los precios. Apénas se tiró el primer cañonazo en la frontera mejicana, al Union fué inundada por millones de mapas de Méjico, en los cuales el yankee traza los movimientos del ejército, dá batallas, avanza, toma a la capital i se estaciona allí, hasta que las nuevas noticias venidas por el telégrafo, lo orientan sobre la verdadera posicion de los ejércitos, para hacerlos marchar de nuevo, con el dedo puesto en el mapa i a fuerza de conjeturas i cálculos, lo pone a la hora de ésta dentro de la ciudad de Méjico. Los mejicanos pueden ir a recibir lecciones de los leñadores yankees sobre la topografía, producciones i ventajas del pais que sin conocer habitan.

Pero continuemos un poco describiendo la fisonomía de los caminos. En los lagos i en otros rios de mayor lonjitud que el Hudson, los vapores se acercan a los barrancos en puntos determinados, para renovar su provision de leña, operacion que se hace en ménos tiempo que el cambio de mulas en las postas españolas o la renovacion de pasajeros. Del centro de un bosque secular i por sendas apénas practicables, vése salir una familia de señoras en toilette de baile, acompañadas por caballeros vestidos del eterno frac negro, variado a veces por un paletó, i cuando mas un anciano con surtú de terciopelo a la puritana; cabellos blancos i largos hasta los hombros, a   —351→   la Franklin, i sombrero redondo de copa baja. El carruaje que los conduce es de la misma construccion i tan esmeradamente barnizado como los que circulan en las calles de Washington. Los caballos con arneses relucientes, pertenecen a la raza inglesa, que no ha perdido nada de su esbelta belleza ni de su árabe conformacion al emigrar al nuevo mundo; porque el norteamericano, lejos de barbarizar como nosotros los elementos que nos entregó al instalarnos colonos la civilizacion europea, trabaja por perfeccionarlos mas aun i hacerles dar un nuevo paso. El espectáculo de esta decencia uniforme, i de aquel bienestar jeneral, si bien satisface el corazon de los que gozan en contemplar a una porcion de la especie humana, dueña en proporciones comunes a todos, de los goces i ventajas de la asociacion, cansa al fin la vista por su monótona uniformidad; desluciendo el cuadro a veces, la aparicion de un campesino con vestidos desordenados, levita descolorida i sucia, o frac hecho harapos, lo que trae a la memoria del viajero el recuerdo de los mendigos españoles o sudamericanos, de tan ingrata apariencia. No hermosean el paisaje, por ejemplo, aquellos trajes romanescos de la campiña de Nápoles; el sombrero con pluma empinada de las aguadoras de Venecia; la mantilla de las manolas sevillanas; ni las vestiduras recamadas de oro de las judías de Arjel u Oran. La Francia misma que manda a todos los pueblos el despótico decreto de sus modas, entretiene al viajero con las cofias de las mujeres de campaña, invariables i características en cada provincia, llegando en las inmediaciones de Burdeos a asumir la aterrante altura de dos tercios de vara sobre la cabeza, como aquellas peinetas formadas de la concha de un galápago entero, ¡que llenas de orgullo llevaron en un tiempo las damas de Buenos Aires, analojía que unida a los pellones i espuelas chilenos, me ha hecho sospechar que el espíritu de provincia, de aldea, es por todas partes fecundo en cosas abultadas!

Una paisanota de los Estados Unidos se conoce apénas por lo sonrosado de sus mejillas, su cara redonda i regordete i el sonreir candoroso i hebété que la distingue de las jentes de las ciudades. Fuera de esto i un poco de peor gusto i ménos desenfado para llevar la cachemira o la manteleta, las mujeres norteamericanas pertenecen todas a una misma clase, con tipos de fisonomía que por lo jeneral honran a la especie humana.

En este viaje que con Ud., mi buen amigo, ando haciendo por todas partes en los Estados Unidos, ya sea que nos paseemos   —352→   en las galerías o sobre la cubierta de los vapores, ya sea que prefiramos el mas sedentario vehículo de los ferrocarriles, al fin hemos de llegar, no diré a las puertas de una ciudad, frase europea i que está indicando las prisiones de que están circundadas, sino al desembarcadero, desde donde, con trescientos pasajeros mas, iremos a acuartelarnos en uno de los magníficos hoteles cuyas carrozas con cuatro caballos i domésticos elegantes, si no queremos seguir a pié la procesion con nuestro saco de viaje bajo el brazo, nos aguardan a la puerta. Al acercarse el vapor en que descendia el Mississipi, volviendo una de las semicirculares curvas que describe aquella inmensa cuanto quieta mole de agua, nos señalaron en el horizonte, dominando masas escalonadas de bosques matizados por el otoño i a cuya base se estienden en líneas de esmeralda las dilatadas plantaciones de azúcar, la cúpula de San Cárlos, consoladora muestra, después de 700 leguas de agua i bosque, de la proximidad de Nueva Orleans; i aunque el aspecto del paisaje circunvecino no favorece la comparacion, la vista de aquella lejana cúpula me trajo a la memoria la de San Pedro en Roma, que se divisa desde todos los puntos del horizonte como si ella sola existiese allí; mostrándose tan colosal a veinte leguas, como no se la cree cuando es considerada de cerca. Por fin iba a ver en los Estados Unidos una basílica de arquitectura clásica i de dimensiones dignas del culto. Alguno nos preguntó si teníamos hotel para nuestro alojamiento, indicándonos el de San Cárlos, como el mas bien servido. Desde la cúpula, añadió, podrán Uds. tener al salir el sol el panorama mas vasto de la ciudad, el rio, el lago i las vecinas campiñas. El San Cárlos que alzaba su erguida cabeza sobre las colinas i bosques de los alrededores, el San Carlos que me habia traido la reminiscencia de San Pedro en Roma, no era mas ¡que una fonda!

Hé aquí el pueblo rei, que se construye palacios para reposar la cabeza una noche bajo sus bóvedas; hé aquí el culto tributado al hombre, en cuanto hombre, i los prodijios del arte empleados, prodigados para glorificar a las masas populares. Neron tuvo su Domus Aurea; los romanos, los plebeyos tenian sus catacumbas ¡tan solo para abrigarse!

Nuestra admiracion en nada disminuyó al acercarnos a la base del soberbio palacio que envidiaran muchos príncipes europeos, i que en los Estados Unidos, a escepcion del Capitolio de Washington, monumento alguno civil o relijioso le   —353→   es superior en dimensiones i buen gusto. Sobre una subconstruccion de granito, destinada a bodegas i almacenes, se alza un basamento de mármol blanco que sirve de base a doce columnas estriadas de órden compósito, i seis de las cuales avanzándose sobre el plan jeneral, sostienen un bellísimo fronton. El lienzo de las murallas que a ambos lados continúan el frontispicio, contiene entre la altura correspondiente a la que media entre el basamento i el arquitrabe de las columnas, cuatro órdenes de pisos, conservando sin embargo sus ventanas proporciones arquitectónicas. Debajo del pórtico formado por el fronton, está la estatua de Washington jupiterino que guarda la entrada, la cual conduce a una espaciosa rotunda, pavimentada de mármol, i que corresponde a la gran cúpula que reposa sobre ella. En este espacioso recinto están distribuidas mesas recargadas de colecciones de periódicos de toda la Union i los de Europa de quince dias anteriores.

Las oficinas de la contaduría de la casa ocupan el frente; escalas soberbias se enroscan en el aire sobre sí mismas, cual serpientes de bronce, para dar ascenso en todas direcciones a las habitaciones superiores, hasta la misma cúpula, rodeada de una galería de columnas corintias, en que termina el monumento. Profusa i ordenada turba de sirvientes están prontos a obedecer la menor indicacion del viajero; i una chimenea que puede contener una tonelada de carbon de piedra, le entretiene i conforta en el invierno, miéntras se rejistira su nombre en el gran libro, siempre abierto para este fin, i se le señalan habitaciones a donde trasportar su equipaje. Una iluminacion de gas poderosa distribuye por mil picos esparcidos en todo el ámbito del edificio torrentes de luz solar. A la izquierda se estiende hácia el fondo de la construccion el comedor, rodeado de columnas, alumbrado por arañas colosales de bronce, i suficientemente ancho para contener tres mesas de caoba que corren paralelas a lo largo del salon una distancia de algo ménos de media cuadra. Setecientos comensales se reunen en torno de estas mesas en el invierno, época de mayor actividad i concurrencia en Nueva Orleans. El interior del edificio corresponde en lujo a estas colosales esterioridades. Mi compañero de viaje, dominado por ideas sociales de un órden superior, se habia en conversaciones anteriores, mostrado punto ménos que indiferente sobre las ventajas de este o el otro sistema de gobierno. Pero al recorrer las calles internas que dan comunicacion a centenares de habitaciones, decoradas estas con todas las gradaciones de   —354→   lujo que puede exijir la condicion diversa de los húespedes, i que segun él, se estendian a distancias fabulosas, estoi convertido, me decia, por la intecesion de San Cárlos; ahora creo en la república, creo en la democracia, creo en todo; perdono a los puritanos, aun aquel que comia salsa de tomate crudo con la punta del cuchillo i ántes de la sopa. Todo debe perdonársele, sin embargo, al pueblo que levanta monumentos a la sala de comer, i ¡corona con una cúpula como ésta la cocina!

El San Cárlos, no obstante ser el San Pedro de los hoteles, no es por eso ni el mas espacioso ni el mas sólido de los palacios populares, si bien la costado 700000 duros su construccion. Cada gran ciudad de los Estados Unidos se evanece de poseer dos o tres hoteles monstruos, que luchan entre sí en lujo i confort, menudeado al pueblo a precios ínfimos. El Astor Hotel en Nueva York es una soberbia construccion en granito que ocupa con su mole un costado de la plaza de Washington; i en ninguno de los templos que abundan en aquella ciudad se han invertido mayores sumas. Despues que he visitado los Estados Unidos, i visto los resultados obtenidos allí espontáneamente, me he formado una rara preocupacion, i es que para saber si una máquina, un invento, o una doctrina social es útil i de aplicacion o desenvolvimiento futuro, se ha de poner a prueba en la piedra de toque de la espontánea aplicacion de los yankees. Los hoteles hacen hoi un papel primordial en la viada doméstica de las naciones. Los pueblos estacionarios, como la España i sus derivados, no necesitan hotel, bástales el hogar doméstico; en los pueblos activos, con vida actual, con porvenir, el hotel estará mas arriba que toda otra construccion pública. Hace cien años el hotel se conocia apenas en Paris, i no lo era en todo el resto de la Europa. Hace 40 años a que Fourier basaba su teoría social en cuanto a habitaciones, en el falansterio, o el hotel, capaz de contener dos mil personas, proporcionándoles comodidades que no puede obtener la familia aislada en el hogar doméstico. La prueba de que Fourier no andaba errado, es el hotel norteamericano, que siguiendo la simple impulsion de conveniencia, ha tomado ya la forma monumental i dimensiones punto ménos que falansterianas. Las iglesias cristianas subdivididas en sectas en los Estados Unidos, de catedrales que eran ántes, han descendido a capillas.

Las flechas del templo se bajan a medida que las creencias se subdividen, miéntras que el hotel hereda la cúpula del   —355→   tabernáculo antiguo, i toma las formas de las termas de los emperadores, donde la importancia del individuo ha llegado a la altura de la democracia norteamericana. La arquitectura relijiosa continúa secándose i marchitándose, al paso que la arquitectura popular se improvisa en los Estados Unidos, formas, dimensiones i ordenanza que acabarán por serle peculiares. El banco americano es una construccion sólida como la caja de hierro, con fróntis jónico, i si no es jónica la construccion, es ejipciaca. ¿Por qué caen los yankees en estos dos órdenes tan macizos, para encerrar la caja de hierro? Sobre todos los monumentos americanos se alza un pararrayos; i domina ya el uso arquitectónico de poner en la cúspide de las cúpulas, a guisa de pináculo, la estatua de Franklin, sosteniendo el pararrayos. Ya tenemos, pues, un Mercurio, encargado de guardar el asilo doméstico, o una Santa Bárbara ¡abogada contra rayos! Si los americanos no han creado, pues, un órden de arquitectura, tendrán por lo ménos aplicaciones nacionales, carácter i forma sujeridos por las instituciones políticas i sociales, como ha sucedido con todas las arquitecturas que nos ha legado la antigüedad. Una rara confusion reina hoi en Europa sobre la aplicacion de las bellas artes. El restablecimiento i reparacion de las catedrales góticas, ha seguido al movimiento de la literatura llamada romántica. El Panteon creado por la República francesa ha quedado acéfalo, como si esperara aun tiempos mejores para llenar su objeto. El templo de la gloria edificado por Napoleon, la construccion mas griega, mas olímpica que vieron nunca romanos o franceses, es hoi el templo de la Magdalena, cuya arquitectura risueña i plácida parece burlarse de las lágrimas de la arrepentida Loreta de Jerusalen; i las imájenes de la vírjen i de los santos han ido a confundirse en los museos, i tenerse hombro con hombro con las estatuas de los dioses paganos, o las desnudeces de la pintura profana, en Roma, Lóndres, Dresde, o Florencia. En los Estados Unidos las formas esteriores se apropian a los objetos del culto, perdóneme la espresion. El Banco es jónico, el hotel es corintio a veces, i monumental siempre, i el inventor del pararrayos tiene ya su puesto elevado i su funcion arquitectónica, i hasta el piñon de la arquitectura romana ha sido prolongado para hacer de él la imájen de la mazorca de maiz, símbolo de la agricultura americana.

En cuanto a la distribucion interior del grande hotel, nada de mas normal que la ordenanza comun a todos estos establecimientos.   —356→   A la entrada un pórtico, que contiene las oficinas de administracion. Un rejistro en que el huesped entrante inscribe su nombre, i a cuyo márjen el oficinista anota el número 560, o 227, que es el de la cámara que se lo destina, i cuya campanilla, como todas la de la casa, cae en cerradas hileras a la misma oficina. En el vestíbulo están fijados todos los carteles de la ciudad para conocimiento del viajero. La representacion teatral, el meeting, el sermon del dia, los vapores que parten, el movimiento de los caminos de hierro, etc. En un salon inmediato está el gabinete de lectura que contiene los principales diarios de la Union i las últimas fechas de Europa. Un salon de fumar, i cuatro o cinco salas de conversacion i de recibo, completan por esta parte las comodidades públicas de la casa. Baños termales están a toda hora a disposicion de los huéspedes. Las señoras tienen igualmente sus salones de recibo i de tertulia decorados con gracia i lujo. Dos o tres pianos entran en el material de estos establecimientos. A las 7 i media de la mañana la vibracion insoportable del hong hong chino, recorriendo todas las galerías de comunicacion, avisa a los habitantes que es llegada la hora de ponerse de pié. A las ocho nuevo i mas prolongado rumor anuncia estar el almuerzo servido. La turba multa de los conventuales acude, se precipita de cada una de las avenidas, hácia la entrada del inmenso refectorio. Aquí principia amostrarse la vida de esto pueblo tan serio cuando se rie como cuando come. Donde todos los hombres son iguales al último individuo de la sociedad, no hai proteccion para el débil, por la misma razon que no hai jerarquías que separen a los poderosos. ¡Ai de las mujeres en este acto solemne de la soberanía popular! si los reglamentos provisorios del hotel no viniesen en su ayuda:

«Art. 1.º Nadie podrá sentarse a la mesa comun, hasta que las damas, con sus consortes, o deudos, hayan ocupado la cabecera i costados contiguos de la mesa.

»Art. 2.º Se suplica al público que no fume ni masque tabaco en la mesa.

»Art. 2.º A un golpe de campanilla los varones se sentarán en los asientos que quedaren».

Sobre entendidas estas disposiciones, el pueblo gastrónomo se alínea detras de los asientos, con ambas manos puestas sobre el espaldar de la silla, i por derecha e izquierda vista al sirviente que ha de administrar el apetecido companillazo. Toma este el sonoro instrumento en mano, i la doble línea se   —357→   conmueve; al menor movimiento indicativo de la campana, los cuerpos describen ondulaciones como las espigas de trigo al mas lijero soplo de la brisa. Alzase la campanilla en actitud de sonar, i una descarga cerrada de sillas removidas con estrépito acompaña, si no precede al retintin chillon del cobre ajitado, e instantáneamente un fuego graneado de platos, cuchillos i tenedores que se chocan entre sí, se prolonga durante cinco minutos, pudiendo por el rumor tempestuoso que se difunde por el aire, saberse a media legua a la redonda que se come en un hotel. Imposible seguir con la vista las evoluciones que se suceden en aquella bataola, no obstante la actividad i destreza de cincuenta o de cien domésticos, que tratan de dar cierto órden acompasado al destapar de las viandas, o al verter té, o café. El norteamericano tiene destinados dos minutos para almorzar, cinco para comer, diez para fumar o mascar tabaco, i todos los momentos desocupados para echar una ojeada sobre el diario que Ud. está leyendo, único diario que le interesa puesto que otro está ya ocupado de él.

Almuerzo, lunch, o las once, comida i el té, son las cuatro colaciones de ordenanza de aquellas comunidades que se renuevan todos los dias, sin que la regla estorbe el que se administre el almuerzo a las cinco de la mañana, para los que han de partir en un vapor o convoi matinal, ni falte nunca una refaccion servida para todos los que llegan, no importa la hora del dia o de la noche. I luego, ¡qué incongruencias! ¡qué incestos! i ¡qué promiscuaciones en los manjares! El yankee pur sang, se sirve en un mismo plato, conjunta o sucesivamente, todas las viandas, postres i frutas. Hemos visto a uno del Far West, pais de dudosa situacion, como el Ophir de los fenicios, principiar la comida por salsa de tomates frescos, tomada en cantidad enorme, ¡sola i con la punta del cuchillo! ¡Patatas dulces con vinagre! Estábamos helados de horror, i mi compañero de viaje lleno de gastronómica indignacion al ver estas abominaciones: i no llueve fuego del cielo, esclamaba: ¡los pecados de Sodoma i Gomorra debieron ser menores que los que cometen a cada paso estos puritanos!

En los salones de lectura, cuatro o cinco moscones se le apoyarán pesadamente en los hombros para leer el mismo trozo de letra menudísima que está Ud. leyendo. Si baja Ud. una escala, o quiere introducirse por una puerta, por poca que sea la concurrencia, el que se le suceda lo empujará por apoyarse en algo. Si fuma Ud. tranquilamente su cigarro, un pasante se lo sacará de la boca para encender el suyo, i si Ud.   —358→   no anda listo para recibirlo, se encargará él en persona de metérselo de nuevo en la boca. Si tiene Ud. un libro en las manos, con tal que lo cierre un poco para mirar hácia otra parte, su vecino se apoderará de él para leerse dos capítulos de seguida. Si los botones de su paletó tienen relieve de cabezas de venado, caballos o javalíes, cuantos lo noten vendrán a recorrerlos uno a uno, haciendo jirar la persona de Ud. de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, para mejor inspeccionar el museo ambulante. Ultimamente, si Ud. lleva barba completa en los paises del Norte, lo cual indica que es Ud. frances o polaco, a cada paso se encuentra encerrado en medio de un círculo de hombres que lo contemplan con curiosidad infantil, llamando a sus amigos o conocidos para que satisfagan de cuerpo presente su novedosa curiosidad.

Todas estas libertades, bien entendido, puede Ud. tomárselas con los otros a su vez, sin que nadie reclame de ello ni dé el mejor síntoma de serles desagradable. Pero donde el jenio i los instintos nacionales brillan en su verdadera luz, es en las actitudes yankees en sociedad. Esto merece algunas esplicaciones. En un pueblo que como éste avanza cien leguas de frontera por año, se improvisa un estado en seis meses, se transporta de un estremo a otro de la Union en algunas horas, i emigra al Oregon, deben gozar de tan alta estima los piés, como la cabeza entre los que piensan, o el pecho entre los que cantan. En Norteamérica verá Ud. muestras a cada paso del culto relijioso que la nacion tributa a sus nobles i dignos instrumentos de riqueza, los piés. Conversando con Ud. el yankee de educacion esmerada, levantará él un pié a la altura de la rodilla, sacarále el zapato para acariciarlo, i oir las quejas que contra el excesivo servicio puedan poner los dedos. Cuatro individuos sentados en torno de una mesa de mármol pondrán infaliblemente sus ocho piés sobre ella, a no ser que puedan procurarse un asiento forrado en terciopelo, que en cuanto a blandura prefieren los yankees el mármol. En el Fremonthotel, de Boston, he visto siete dandies yankees en discusion amigable, sentados como sigue: dos con los piés sobre la mesa; uno con los dichos sobre el cojin de una silla adyacente; otro con una pierna pasada sobre el brazo de la silla propia; otro con ambos talones apoyados en el borde del cojin de su propia silla, de manera de apoyar la barba entre las dos rodillas: otro abrazando, o empiernando el espaldar de la silla, de la misma manera que nosotros solemos apoyar el brazo. Esta postura imposible para los otros   —359→   pueblos del mundo, la he ensayado sin suceso, i se la recomiendo a Ud. para administrarse unos calambres en castigo de alguna indiscrecion; otro en fin, si no están ya los siete, en alguna otra posicion absurda. No recuerdo si he visto norteamericanos sentados en la espalda de silla con los piés en el cojin: de lo que estoi seguro es que nunca vi uno que se preciase de cortes en la postura natural. El estar acostados es el fuerte de la elegancia, i los entendidos reservan este rasgo de buen gusto para cuando hai damas, o cuando un locófoco oye un speech wigh. El secretario de la legacion chilena, al llegar a Washington, tuvo necesidad de hablar a un diputado. Acude al Capitolio, se informa de su asiento durante la sesion, llega al fin hasta el punto donde Mr. N. roncaba profundamente acostado en su asiento con las piernas estendidas sobre el asiento de su vecino. Hubo de despertarlo, i una vez entendido sobre el asunto que lo traia, se acomodó del otro lado, esperando sin duda que concluyese el interminable discurso de algun orador de opinion contraria. Los americanos en política i relijion, profesan el admirable i conciliante principio de que no debe discutirse sino con los que son de su propia secta u opinion. Este sistema se funda en el pleno conocimiento de la naturaleza humana. El orador yankee se esfuerza en confirmar a los suyos en sus creencias, mas bien que en persuadir a los contrarios, que duermen en el entre tanto, o piensan en sus negocios. La conclusion de todo esto es que los yankees son los animalitos mas inciviles que llevan fraque o paletó debajo del sol. Así lo han declarado jueces tan competentes, como el capitán Marryat, Miss Trolopp i otros viajeros; bien es verdad que si en Francia, i en Inglaterra los carboneros, leñadores i figoneros se sentasen a la misma mesa, con los artistas, diputados, banqueros i propietarios, como sucede en los Estados Unidos, otra opinion formarian los europeos de su propia cultura. En los paises cultos, los buenos modales tienen su límite natural. El lord inglés es incivil por orgullo i por desprecio a sus inferiores, miéntras que la gran mayoría lo es por brutalidad e ignorancia. En los Estados Unidos la civilizacion se ejerce sobre una masa tan grande, que la depuracion se hace lentamente, reaccionando la influencia de la masa grosera sobre el individuo, i forzándole a adoptar los hábitos de la mayoría, i creando al fin una especie de gusto nacional que se convierte en orgullo i en preocupacion. Los europeos se burlan de estos hábitos de rudeza, mas aparente que real, i los yankees por   —360→   espíritu de contradiccion se obstinan en ellos, i pretenden ponerlos bajo la éjida de la libertad i del espíritu americano. Sin favorecer estos hábitos, ni empeñarme en disculparlos, despues de haber recorrido las primeras i aciones del mundo cristiano, estoi convencido de que los norteamericanos son el único pueblo culto que existe en la tierra, el último resultado obtenido de la civilizacion moderna.

Los americanos en masa llevan reloj, en Francia no lo usa un décimo de la nacion. Los americanos en masa visten fraque i los otros vestidos complementarios, aseados i de buena calidad. En Francia viste blusa de nanquin los cuatro quintos de la nacion.

Usan los yankees, en masa, cocinas económicas, arado Durand i coche. Habitan casas cómodas, aseadas. El jornalero gana un duro al dia. Tienen caminos de hierro, canales artificiales i rios navegables, en mayor número i recorriendo mayores distancias que toda Europa junta. La estadística comparativa de los caminos de hierro era como sigue: En 1845: Inglaterra, 1800 millas; Alemania, 1339; Francia, 560, Estados Unidos, 4000; lo que equivale a 86 millas en Inglaterra por cada millon de habitantes; 16 en Francia, 222 en los Estados Unidos. Sus líneas de telégrafos eléctricos están hoi, únicas en el mundo, puestas a disposicion del pueblo, pudiendo en fracciones inapreciables de tiempo, enviar avisos i órdenes de un estremo a otro de la Union.

El único pueblo del mundo que lee en masa, que usa de la escritura para todas sus necesidades, donde 2000 periódicos satisfacen la curiosidad pública, son los Estados Unidos, i donde la educacion como el bienestar están por todas partes difundidos i al alcance de los que quieran obtenerlo. ¿Están uno i otro en igual caso en punto alguno de la tierra? La Francia tiene 270000 electores, esto es entre treinta i seis millones de individuos de la nacion mas antiguamente civilizada del mundo, los únicos que por la lei no están declarados bestias; puesto que no les reconoce razon para gobernarse.

En los Estados Unidos, todo hombre, por cuanto es hombre, está habilitado para tener juicio i voluntad en los negocios políticos, i lo tiene en efecto. En cambio la Francia, tiene un rei, cuatrocientos mil soldados, fortificaciones de París que han costado dos mil millones de francos, i un pueblo que se muere de hambre. Los norteamericanos viven sin gobierno, i su ejército permanente monta solo a nuevo mil hombres, siendo necesario hacer un viaje a puntos determinados para   —361→   ver el equipo i apariencia de los soldados norteamericanos; pues que hai familias i aldeas de la Union que jamas han visto un soldado. Muchos vicios de carácter tachan los europeos i aun los sudamericanos a los yankees. Por lo que a mí respecta, miro con veneracion esos mismos defectos, atribuyéndoselos a la especie humana, al siglo, a las preocupaciones heredadas, i a la imperfeccion de la intelijencia. Un pueblo compuesto de todos los pueblos del mundo, libre como la conciencia, como el aire, sin tutores, sin ejército, i sin bastillas, es la resultante de todos los antecedentes humanos, europeos i cristianos. Sus defectos deben, pues, ser los de la raza humana en un período dado de desenvolvimiento. Pero como nacion, los Estados Unidos son el último resultado de la lójica humana. No tienen reyes, ni nobles, ni clases privilejiadas, ni hombres nacidos para mandar, ni máquinas humanas nacidas para obedecer. ¿No es este resultado conforme a las ideas de justicia i de igualdad que la cristiandad acepta en teoría? El bienestar está distribuido con mas jeneralidad que en pueblo alguno; la poblacion se aumenta segun leyes desconocidas hasta hoi entre las otras naciones; la produccion sigue una progresion asombrosa. ¿No entrará, como pretenden los europeos, por nada de esto la libertad de accion, i la falta de gobierno? Dícese que la facilidad de ocupar nuevos terrenos, es la causa de tanta prosperidad. Pero, ¿por qué en la América del sud donde es igualmente fácil, i aun mas ocupar nuevas tierras, ni la poblacion ni la riqueza aumentan, i hai ciudades i aun capitales tan estacionarias, que no han edificado cien casas nuevas en diez años? Aun no se ha hecho en nacion alguna el censo de la capacidad intelijente de sus moradores. Cuéntase la poblacion por el número de habitantes, i de las cifras acumuladas deduce su fuerza i valimiento. Acaso para la guerra, mirado el hombre como máquina de destruccion, puede ser significativo este dato estadístico; mas una peculiaridad de los Estados Unidos hace que aun en este caso falle el cálculo. Un yankee para matar hombres equivale a muchos de otras naciones, de manera que la fuerza destructora de la nacion puede contarse en doscientos millones de habitantes. El rifle es el arma nacional, el tiro al blanco la diversion de los niños en los estados que tienen bosques, i cazar ardillas a bala en los árboles, tostándoles las patas para no lastimar la piel, la destreza asombrosa que adquieren todos.

La estadística de los Estados Unidos muestra el número   —362→   de hombres adultos que corresponden a veinte millones de habitantes, todos educados, leyendo, escribiendo, i gozando de derechos políticos con excepciones que no alcanzan a desnaturalizar el rigor de las deducciones: el hombre con hogar, o con la certidumbre de tenerlo; el hombre fuera del alcance de la garra del hambre i de la desesperacion; el hombre con esperanza de un porvenir tal como la imajinacion puede inventarlo; el hombre con sentimientos i necesidades políticas; el hombre en fin dueño de sí mismo, i elevado su espíritu por la educacion i el sentimiento de su dignidad. Dícese que el hombre es un ser racional, por cuanto es susceptible de llegar a la adquisicion i al ejercicio de la razon; i en este sentido pais ninguno de la tierra cuenta con mayor número de seres racionales, aunque le exceda diez veces en el de habitantes.

No es cosa fácil mostrar como obra la libertad para producir los prodijios de prosperidad que los Estados Unidos ostentan. ¿La libertad de cultos puede producir riquezas? Pero ¿cómo obra la facultad de ir a esta o a la otra capilla, de creer en este o en el otro dogma para desenvolver fuerzas productoras? Para cada secta relijiosa las otras son como si no existieran, i por tanto la libertad es nula en sus efectos para cada una separadamente. Los europeos lo atribuyen a las facilidades que ofrece un pais nuevo, con terrenos vírjenes i de fácil adquisicion, lo cual fuera esplicacion satisfactoria, si la América del sud, cuan grande es, no tuviera mayor estension de terrenos vírjenes, igual facilidad para obtenerlos, i sin embargo, atraso, pobreza o ignorancia mayor si cabe que la que muestran las masas europeas. Luego no basta la circunstancia de ser paises nuevos en cuya estension pueda dilatarse la esfera de accion.

Muchas veces me ocurrirá acudir a este censo moral e intelectual para tratar de esplicar los fenómenos sociales que sorprenden en América. Ahora solo estableceré un hecho, i es que la aptitud de la raza sajona no es tampoco esplicacion de la causa del gran desenvolvimiento norteamericano. Ingleses son los habitantes de ambas riberas del rio Niágara, i sin embargo, allí donde las colonias inglesas se tocan con las poblaciones norteamericanas, el ojo percibe que son dos pueblos distintos. Un viajero inglés despues de haber descrito varias muestras de industria i progreso del ladoamericano de la cascada, añade:

«Ahora estoi de nuevo bajo la jurisdiccion de las leyes i del gobierno inglés i por tanto ya no me creo estranjero.   —363→   Aunque los americanos en jeneral son civiles i afables, sin embargo un inglés, estranjero en medio de ellos, es importunado i disgustado por sus jactancias de proezas en la última guerra, i su superioridad sobre todas las otras naciones, asentando como un hecho incuestionable que los americanos sobrepasan a todas las otras naciones en virtud, saber, valor, libertad, gobierno i toda otra excelencia. No obstante, por mas que merezcan el ridículo por este flaco, yo no puedo ménos de admirar la enerjía i espíritu de empresa que muestran en todo, i deploro la apatía del gobierno inglés con respecto a la mejora de estas provincias. Una sola mirada echada sobre las riberas del Niágara basta para mostrar de qué lado está el gobierno mas efectivo. Del lado de los Estados Unidos se levantan grandes ciudades, numerosos puertos con muelles para protejerlos en las radas, o dilijencias corriendo a lo largo de los caminos; i la actividad del comercio mostrándose por wagones, carros, caballos i hombres, moviéndose en todas direcciones. En el lado del Canadá, aunque dividido por el canto de un rio, en un antiguo establecimiento, i al parecer con mejor tierra, hai solo dos o tres almacenes, una taberna o dos, un puerto tal como Dios lo hizo i sin obras que lo defiendan; uno o dos buquecitos anclados, i algun desembarcadero accidental».

Otro viajero, despues de describir varias muestras de la industria creciente del lado americano, añade «el pais que atravesábamos (del lado canadiense) estaba mui avanzado en las cosechas, sin que se viesen señales de intentar recojerlas. Donde quiera que nos deteniamos para mudar caballos, nos asaltaban bandas de chicuelos vendiendo manzanas, i por la primera vez vimos de este lado algunos mendigos». No hace mucho tiempo que una grande inmigracion venida del Canadá volvió a emigrar a los Estados Unidos. Los caminos de hierro, como medio de riqueza i civilizacion, son comunes a la Europa i a los Estados Unidos, i como en ambos paises datan de ayer solo, en ellos puede estudiarse el espíritu que preside a ambas sociedades. En Francia los trabajos de nivelacion, como todo lo que constituye el ferrocarril, son cuidadosamente examinados por los injenieros ántes de ser entregados a la circulacion; verjas de madera resguardan por ambos lados sus bordes; dobles líneas de rieles de hierro fundido facilitan el movimiento en opuestas direcciones; si un camino vecinal atraviesa el trayecto, fuertes puertas resguardan su entrada, cerrándose escrupulosamente un cuarto de hora   —364→   ántes que lleguen los wagones a fin de evitar accidentes. De distancia en distancia por toda la estension del camino, están apostados centinelas que descubren el espacio i anuncian con banderolas de diversos colores si hai peligro u obstáculos que detenga el convoi, que no parte del embarcadero sino cuatro minutos despues que una falanje de vijilantes se ha cerciorado de que todos los transeuntes ocupan sus lugares, las puertas están cerradas, i el camino espedito, i nadie cerca ni a una vara de distancia del paso del tren. Todo ha sido previsto, calculado, examinado, de manera de dormir tranquilo en aquella cárcel herméticamente cerrada. Veamos lo que se pasa en los Estados Unidos. El ferrocarril atraviesa leguas de bosques, primitivos, donde aun no se ha establecido morada humana. Como la empresa carece aun de fondos, los rieles son de madera, con una planchuela de fierro, que se desclava con frecuencia, i el ojo del maquinista escudriña incesantemente por temor de un desastre. Una sola línea basta para la ida i venida de los trenes, habiendo ojos de buei de distancia en distancia donde un tren de ida aguarda que pase por el costado opuesto el otro de vuelta. Una alma no hai que instruya de los accidentes ocurridos. El camino atraviesa las villas i los niños están en las puertas de sus casas o en medio del camino mismo atisbando el pasaje del tren para divertirse; el camino de hierro a mas de calle es camino vecinal, i el viajero puede ver las jentes que se apartan lo bastante para dejarlo pasar, i continuar en seguida su marcha. En lugar de puertas en los caminos vecinales que atraviesa el ferrocarril, hai simplemente una tabla escrita que dice tengan cuidado con la campana cuando se acerque, jeroglífico que previene al carretero que lo abrirá en dos si se ha metido imprudentemente de por medio en el momento del pasaje del tren, que parte lentamente del embarcadero, i miéntras va marchando saltan a bordo los pasajeros, descienden los vendedores de frutas i periódicos, i se pasean de un wagon a otro todos, por distraerse, por sentirse libres, aun en el rápido vuelo del vapor. Las vacas gustan de reposarse en el esplayado del camino, i la locomotiva norteamericana va precedida de una trompa triangular que tiene por caritativa mision arrojar a los costados a estas indiscretas criaturas que pueden ser molidas por las ruedas, i no es raro el caso de que algun muchacho dormido sea arrojado a cuatro varas por un trompazo de aquellos que salvándolo la vida le rompen o dislocan un miembro. Los resultados físicos i morales de ambos sistemas son demasiado   —365→   perceptibles. La Europa con su antigua ciencia i sus riquezas acumuladas de siglos, no ha podido abrir la mitad de los caminos de hierro que facilitan el movimiento en Norteamérica. El europeo es un menor que está bajo la tutela protectora del estado; su instinto de conservacion no es reputado suficiente preservativo; verjas, puertas, vijilantes, señales preventivas, inspeccion, seguros, todo se ha puesto en ejercicio para conservarle la vida; todo ménos su razon, su discernimiento, su arrojo, su libertad; todo, ménos su derecho de cuidarse a sí mismo, su intencion i su voluntad. El yankee se guarda a sí mismo, i si quiere matarse nadie se lo estorbará; si se viene siguiendo el tren, por alcanzarlo, i si se atreve a dar un salto i cojerse de una barra, salvando las ruedas, dueño es de hacerlo; si el pilluelo vendedor de diarios, llevado por el deseo de espender un número mas ha dejado que el tren tome toda su carrera i salta en tierra, todos le aplaudirán la destreza con que cae parado, i sigue a pié su camino. Hé aquí como se forma el carácter de las naciones i como se usa de la libertad. Acaso hai un poco mas de víctimas i de accidentes, pero hai en cambio hombres libres i no presos disciplinados, a quienes se les administra la vida. La palabra pasaporte es desconocida en los Estados, i el yankee que logra ver uno de estos protocolos europeos en que consta cada movimiento que ha hecho el viajero, lo muestra a los otros con señales de horror i de asco. El niño que quiere tomar el ferrocarril, el vapor o la barca del canal, la niña soltera que va a hacer una visita a doscientas leguas de distancia, no encontrarán jamas quien les pregunte con qué objeto, con qué permiso se alejan del hogar paterno. Usan de su libertad i de su derecho de moverse. De ahí nace que el niño yankee espanta al europeo por su desenvoltura, su prudencia cautelosa, su conocimiento de la vida a los diez años. ¿Cómo le va a Ud. en su negocio, le preguntaba Arcos, mi compañero de viaje, a un listo muchachuelo que nos hacia el inventario comentado de los libros, periódicos i panfletos que se empeñaba en hacernos comprar? Va bien; hace tres años que gano mi vida en él i tengo ya 300 pesos guardados. Este año reuniré los quinientos que necesito para hacer compañía con Williams i poner una librería, i esplotar todo el Estado. Este comerciante tenia de nueve a diez años. ¿Es Ud. propietario, preguntábamos a un moceton que viajaba al Far West? Sí; voi a comprar tierras; ¡tengo 600 pesos!

Al lado del trayecto del camino de hierro va el telégrafo   —366→   eléctrico, que por ahorrar camino a veces, se separa de la via ordinaria, se hunde en la espesura de los bosques i lleva a doscientas leguas las noticias mas interesantes. Cuando en 1847 se hacian en Francia entre Ruan i Paris los primeros ensayos, la prensa anunciaba la existencia de 1635 millas de telégrafos en los Estados Unidos; cuando yo llegué habia 3000 millas; i miéntras atravesé el pais que media entre Nueva York i Nueva Orleans, se formó una asociacion i se puso en actividad una línea entro la primera de aquellas ciudades i Montreal en el bajo Canadá, a donde habia estado yo quince dias ántes. Hoi habrá 10000 millas, i dentro de poquísimos años, medirán los telégrafos las mismas ochenta mil millas que recorre la posta. En Francia el telégrafo es para el uso del gobierno, es asunto de estado; en los Estados Unidos, es simple negocio de movimiento i actividad, i se le aceptarian correspondencias a la administracion tan solo porque paga el porte. ¿Puede llegar a mas alto punto el estravío de las ideas, que hace que los liberales, los republicanos, consientan en Francia en este monopolio, i en carecer de los medios de comunicacion mas espeditos? En Harrisburg, poblacion de 4500 almas, el telégrafo eléctrico tenia empleo diario para traer apurado al encargado de servirlo; miéntras que en Francia, aun no habia podido hacerse un miserable ensayo. Hago estas comparaciones para mostrar la diversa atmósfera en que se educa el pueblo i la enerjía moral i física que desenvuelve. En Francia hai tres categorías de wagones, en Inglaterra cuatro; la nobleza se mide por el dinero que puede pagar cada uno, i los empresarios para envilecer al hombre que paga poco, han acumulado comodidades i lujo en la 1ª clase, i dejado tablas rasas, estrechas i duras para los de 3.ª No sé por qué no han puesto púas en los asientos para mortificar al pobre. En los Estados Unidos el wagon es una sala de veinte varas de largo i espaciosa de ancho, con asientos de espalda movible, de manera de formar corrillo cuatro asientos, volviéndose dos a opuesto lado, con una callejuela de por medio para facilitar el movimiento, i abiertos los wagones por ambos lados, de manera que el curioso pueda trasladarse del primero al último, durante la marcha, i el aire penetre libremente por todas partes. Las comodidades i los cojines son excelentes e ilguales, i por tanto el precio del pasaje es el mismo para todos. Me han mostrado a mi lado el gobernador de un Estado, i las callosidades de las manos de mi otro vecino me revelaban en él un rudo leñador. Así se   —367→   educa el sentimiento de la igualdad, por el respeto al hombre. La aristocracia veneciana estableció la igualdad en la adusta pobreza de las góndolas por no herir la envidia de los nobles pobres; la democracia de Norteamérica ha distribuido el confort i el lujo igualmente en todos los wagones para alentar i honrar la pobreza. Estos solos hechos bastan para medir la libertad i el espíritu de ambas naciones. El Times decia una vez que si la Francia hubiese abolido el pasaporte, habria hecho mas progresos en la libertad que no los ha hecho con medio siglo de revoluciones i sus avanzadas teorías sociales, i en los Estados Unidos pueden estudiarse los efectos.

Hé aquí un débil cuadro del espectáculo de la libertad en Norteamérica. En medio de las ciudades el hombre se cria salvaje, si es posible decirlo; la mujer de cualquiera condicion que sea, vaga sola por las calles i los caminos desde la edad de doce años flirtea hasta los quince, se casa con quien quiere,

viaja i se sepulta en el nuevo hogar a preparar la familia; el niño acude desde temprano a las escuelas, se familiariza con los libros i las ideas de los hombres; es el mismo hombre hecho a los quince años, i desde entónces toda tutela desaparece a su vista. No ha visto soldados, no conoce jendarmes; el motin de las calles lo divierte, lo exalta i lo educa; sus pasiones se desenvuelven en toda su lozanía i vigor; tiene una profesion i se casa a los veinte años, seguro de sí mismo i de su porvenir. El progreso jeneral de la Union lo arrastrará en despecho suyo i avanzará sus negocios propios. I entónces, ¡cuántos sueños grandiosos ajitan su mente, cuántos caminos se abren en todas direcciones para llegar a la fortuna! ¿Es artesano? Una grande asociacion, una fábrica para cubrir los estados con los productos de su arte, o bien un invento europeo aun no introducido en el pais, o una mejora sobre los aparatos conocidos o una invencion nueva, porque nada arredra hoi al yankee. Largo tiempo he creido que el patrimonio norteamericano era i seria por muchos años apropiarse, apoderarse de los progresos de la intelijencia humana. La ciencia europea inventa, i la práctica americana populariza la cocina económica, el arado Durand, la locomotiva, el telégrafo. Nada más natural, i sin embargo, nada hai ménos exacto. Los datos estadísticos colectados en estos últimos 10 años, muestran que una parte de los inventos i mejoras adoptados en Inglaterra son de oríjen norteamericano. Han modificado la máquina de vapor; mejorado la quilla del buque; perfeccionado el wagon, a punto de esportarse estos artículos   —368→   para la Europa misma, i preferirse en Rusia i otros puntos los empresarios i artífices americanos para todo lo que constituye la viabilidad. El puente yankee de madera, que a veces atraviesa doce cuadras en un rio i soporta los trenes cargados de productos agrícolas, sobre pedestales i armazon al parecer deleznables, es sin embargo, el fruto del mas profundo estudio de las leyes de la gravitacion, de la repercusion, elasticidad i equilibrio de las fuerzas combinadas. El artífice yankee posee ya el puente reducido a arte mecánica, i lo alza donde quiera a prueba de torrentes, huracanes i pesos enormes. La mitad de los aparatos de labranza son invencion de su injenio, i el molino de vapor como la barrica en que envasija las harinas son la obra de sus fábricas i de sus combinaciones para producir inmensos resultados con limitadísimos medios.

Pero donde mas brilla la capacidad de desenvolvimiento del norteamericano, es en la posesion de la tierra que va a ser el plantel de una nueva familia. En medio de la civilizacion mas avanzada, los hijos de Noé se reparten la tierra despoblada, o los Nemrod echan los fundamentos de una Babilonia. Dejo a un lado los que siguen el paso ordinario de las sociedades que se dilatan, agregando a la villa naciente una casa nueva, a la heredad labrada nuevos campos rozados.

El Estado es el depositario fiel del gran caudal de tierras que pertenecen a la federacion, i para administrar a cada uno su parte de propiedad, no consiente ni intermediarios especuladores, ni oscilaciones de precios que cierren la puerta de la adquisicion a las pequeñas fortunas. La tierra vale diez reales el acre; i este dato es el punto de partida para el futuro propietario. Hai un procedimiento en la distribucion de las tierras de cuya simétrica belleza solo Dios puede darse de antemano cuenta.

El Estado manda sus injenieros a delinear las tierras vendibles, tomando por base de la mensura un meridiano del cielo. Si a cien leguas de distancia al sur o al norte ha de medirse otra porcion de tierra, los injenieros buscarán el mismo meridiano, para que un dia, dentro de dos siglos quizá aparezcan, completas i sin interrupcion aquellas líneas que han venido dividiendo el continente en zonas, cual si fuera una pequeña heredad. Esta agrimensura rectilínea es privativa del jenio americano. La propiedad en la provincia de Buenos Aires, en aquella pampa lisa como la mesa del jeómetra,   —369→   fué forzada por el jenio de Rivadavia a cuadrarse en paralelógramos, triángulos i figuras de fácil conmensuracion, de manera que se reprodujesen sin esfuerzo en el mapa que daba el departamento topográfico cada diez años, pudiendo por la comparacion de las varias ediciones, estudiarse a vista de ojo el movimiento de la propiedad, buscando un término medio de estension, subdividiéndose por las particiones entre herederos las grandes propiedades, acumulándose las pequeñas, por la necesidad de apropiarlas a la cria del ganado.

El error fatal de la colonizacion española en la América del Sur, la llaga profunda que ha condenado a las jeneracionos actuales a la inmovilidad i al atraso, viene de la manera de distribuir las tierras. En Chile se hicieron concesiones de grandes lotes entre los conquistadores, medidos de cerro a cerro, i desde la márjen de un rio hasta la orilla de un arroyo. Se fundaron condados entre los capitanes, i a la sombra de sus techos improvisados, debieron asilarse los soldados, padres del inquilino, este labrador sin tieria, que crece i se multiplica sin aumentar el número de edificios. El prurito de ocupar tierras en nombre del rei hizo apoderarse de comarcas enteras, distanciándose los propietarios, que en tres siglos no han alcanzado a desmontar la tierra intermediaria. La ciudad por tanto quedaba en este vasto plan suprimida, i las pocas aldeas de nueva creacion despues de la conquista, han sido decretadas por los presidentes contándose cien por lo ménos en Chile de este oríjen oficial i facticio. Ved como procede el norteamericano recien llamado en el siglo XIX a conquistar su pedazo de mundo para vivir, porque el gobierno ha cuidado de dejar a todas las jeneraciones sucesivas su parte de tierra. La conscripcion de jóvenes aspirantes a la propiedad se apiña todos los años en torno martillo en que se venden las tierras públicas, i con su lote numerado parte a tomar posesion de su propiedad, esperando que los títulos en forma le vengan mas tarde de las oficinas de Washington. Los mas enérjicos yankees, los misántropos, los selváticos, los quatters, en fin, obran de una manera mas romanesca, mas poética o mas primitiva. Armados de su rifle se enmarañan en las soledades vírjenes; matan por pasatiempo ardillas que triscan con su movilidad incansable entre las ramas de los árboles; una bala certera vuela al firmamento a precipitar un águila que cernia sus alas majestuosamente sobre la verdinegra superficie que forman las copas de los árboles, el hacha, su compañera fiel, cuando no fuere mas que   —370→   por ejercitar las fuerzas, ha de echar cedros o robles al suelo. En estas correrías vagabundas, el plantador indisciplinado busca un terreno fértil, un punto de vista pintoresco, la márjen de un rio navegable, i cuando se ha decidido en su eleccion, como en las épocas primitivas del globo, dice esto es mio, i sin otra dilijencia toma posesion de la tierra en nombre del rei del mundo, que es el trabajo i la voluntad. Si algun dia llega hasta el límite que él ha trazado a su propiedad la mensura de las tierras del Estado, la venta en almoneda solo servirá para decirle lo que debe por lo que ha cultivado, segun el precio a que se vendan los adyacentes campos incultos; i no es raro que este carácter indómito, insocial, alcanzado por las poblaciones que vienen avanzando sobro el desierto, venda su quinta i se aleje con su familia, sus bueyes i caballos, buscando la apetecida soledad de los bosques. El yankee ha nacido irrevocablemente propietario; si nada posee ni poseyó jamás, no dice que es pobre, sino que está pobre; los negocios van mal; el pais va en decadencia; i entónces los bosques primitivos se presentan a su imajinacion oscuros, solitarios, apartados, i en el centro de ellos, a la orilla de algun rio desconocido, ve su futura mansion, el humo de las chimeneas, los bueyes que vuelven con tardo paso al caer de la tarde el redil, la dicha en fin, la propiedad que le pertenece. Desde entónces no habla ya de otra cosa que de ir a poblar, a ocupar tierras nuevas. Sus vijilias las pasa sobre la carta jeográfica, computando las jornadas, trazándose un camino para la carreta; i en el diario no busca sino el anuncio de venta de terrenos del Estado, o la ciudad nueva que se está construyendo en las orillas del lago Superior.

Alejandro el Grande destruyendo a Tiro, tenia que devolver al comercio del mundo un centro para reconcentrar las especies del Oriente, i desde donde se derramasen en seguida por las costas del Mediterráneo. La fundacion de Alejandría le ha valido su renombre como muestra de su perspicacia, no obstante que las vias comerciales eran conocidas i el istmo de Suez la feria indispensable entre los mares de la India i la Europa i el Africa de entónces. Esta obra la realizan todos los dias Alejandros norteamericanos que vagan en los desiertos buscando puntos que un estudio profundo del porvenir señala como centros futuros del comercio. El yankee, inventor de ciudades, profesa una ciencia especulativa, que de induccion en induccion, lo conduce a adivinar el sitio donde ha de florecer una ciudad futura. Con el mapa estendido a la sombra   —371→   de los bosques, su ojo profundo mide las distancias de tiempo i de lugar, traza por la fuerza del pensamiento el rumbo que han de llevar mas tarde los caminos públicos; i encuentra en su mapa las encrucijadas forzosas que han de hacer. Precede a la marcha invasora de la poblacion que se avanza sobre el desierto, i calcula el tiempo que empleará la del norte i el que necesita la del sur, para acercarse ambas al punto que estudia, que ha escojido en la confluencia de dos rios navegables. Entónces traza con mano segura el trayecto de los caminos de hierro que han de ligar el sistema comercial de los lagos con su presunta metrópoli, los canales que pueden alimentar los rios i arroyos que halla a mano, i los millares de leguas de navegacion fluvial que quedan en todas direcciones sometidas como radios del centro que imajina. Si despues de fijados estos puntos, halla un manto de carbon de piedra, o minas de hierro, levanta el plano de la ciudad, la da nombre i vuelve a las poblaciones a anunciar por los mil ecos del diarismo, el descubrimiento que ha hecho del local de una ciudad famosa en el porvenir, centro de cien vias comerciales. El público lee el anuncio, abre el mapa para verificar la exactitud de las inducciones, i si halla acertados los cálculos, acude en tropel a comprar lotes de terreno, cuál en los que han de ser tajamares i muelles, cuál en derredor de la plaza de Washington o de Franklin; i una Babel se levanta en un año, en medio de los bosques, afanados todos por estar en posesion el dia que lleguen a realizarse los grandes destinos predichos por la ciencia topográfica a la ciudad. Abrense en tanto caminos de comunicacion; el diario del lugar da cuenta de los progresos de la sociedad, la agricultura comienza, álzanse los templos, los hoteles, los muelles i los bancos; puéblase de naves el puerto, i la ciudad empieza en efecto a estender sus relaciones, i a hacer sentir la urjencia de ligarse por caminos de hierro o canales a los otros grandes centros de actividad. Cien ciudades en los lagos, en el Mississipi i en otros puntos remotos, tienen este sabio i calculado oríjen, i casi todas justifican por sus progresos asombrosos, la certeza i la profundidad de los estudios económicos i sociales que les sirvieron de oríjen.

Dos clases de seres humanos conozco, entro quienes sobrevive aun en medio de nuestra actual mesura de carácter moral, el antiguo espíritu heróico de las primeras edades de los pueblos. Los presidiarios de Tolon i de Bicetre, i los emigrantes norteamericanos; todo el resto de la especie humana ha caido en la atonía de la civilización. Las hazañas de Francisco Pizarro   —372→   o las de los Argonautas las reproduce a cada momento la audacia inaudita del presidario liberto; valor, constancia, sufrimiento, disimulo i violacion de toda lei moral, de todo principio de honor i de justicia; todo es igual, sin que esto escluya cierta grandeza de alma, cierta intelijencia profunda en los medios, que está revelando el jenio humano mal empleado, el Alejandro pervertido i ocupado en matar a unos pocos transeuntes en lugar de asolar naciones i metrallar a millares, lo que ya cambia la escena i los nombres, guerra, conquista, etc.

En los Estados Unidos aquellos caractéres acerados, que hai distribuidos al uno por ciento en todas partes, se entregan a sus instintos heróicos, sin nombre aun, para establecerse i multiplicarse. El espíritu yankee se siente aprisionado en las ciudades; necesita ver desde la puerta de su casa la dilatada i sombría columnata que forman las encinas seculares de los bosques.

Por qué se ha muerto el espíritu colonizador entre nosotros, ¿los descendientes de la colonizacion oficial? Desde Colon hasta una época no mui remota sin duda, la fundacion de una ciudad española era solo un escalon para apoyar la invasion de otros puntos apartados. La ocupacion del Perú traia aparejada la espedicion de Almagro: cuando Mendoza se defendia contra los araucanos en el sud, destacaba al oriente sesenta lanceros al mando del Capitan Jofré, para ir a asomarse al otro lado de los Andes, i fundar dos ciudades, San Juan i Mendoza, solitarias en medio de desiertos a la orilla de los dos rios que hallaron.

Contaré a Ud. el sistema entero de estas empresas que requieren Hércules para realizarlas, i verá Ud. si merecen desprecio por los motivos i por los medios, aquellas hazañas de nuestros conquistadores de Sudamérica. Sabe Ud. cuanta irritacion hubo, i cuanta necedad dijeron de una i otra parte en la cuestion de límites del Oregon. Todo quedó en paz despues que americanos e ingleses se hubieron racionalmente entendido, ménos el espíritu yankee, que como el cóndor la sangre, habia husmeado en la discusion, tierras labrables, rios, bosques, puertos. La discusion comienza de nuevo en los diarios sobre la posibilidad de sorberse el comercio de la China por el Oregon; sobre la facilidad de abrir un camino de hierro de ocho dias de marcha, desde el Pacífico al Atlántico, i la ventaja de tomar el pan caliente aun salido de Cincinnati, via Oregon, i otros mil tópicos, inverosímiles i absurdos para   —373→   otro que no sea el yankee, habituado a no creer imposible nada, desde que se puede concebir, él, que desde luego tiene adiestrada su mente a concebir proyectos.

Cuando la opinion está formada i designados los rumbos que deben seguirse para ir a aquel Dorado remoto, se indica la estacion oportuna para emigrar, i el punto de partida, i el dia designado por algunos emigrantes que invitan a todos los aventureros de la Union para acompañarlos en la gloriosa jornada. El dia del rendez vous, vénse de todos los puntos del horizonte llegar hileras de carros, cargados de mujeres, niños, gallinas, ollas, arados, hachas, sillas, i toda clase de objetos de menaje; acompáñanles arreas escasas de bueyes apestados i mulas i caballos rengos i mancos que forman parte mui trabajada de la espedicion, i sobre todo este conjunto, dominando las caras bronceadas, acentuadas i serias de los yankees vestidos de paltó o levita o fraque raido, con un rifle que le sirve de baston, i la mirada tranquila del puritano i del chacarero.

Si he de darle una idea exacta de estas emigraciones i del espíritu yankee, necesito desde este momento ajustarme al hecho, i seguir los incidentes diarios de una, entre ciento, de estas estupendas marchas por el desierto, sin soldados, ni guardia, ni empleado público, ni autoridad humana que les ligue a la Union que dejan sin pesar estos hijos de Noé.

En mayo de 1845 habian pasado por Independence, último término poblado del Estado de... varias tropas de carros, que de a treinta i ocho, que de a veinte i ocho, que de a ciento, dirijiéndose con cortos intervalos hácia el Oregon. El dia 13 varias de estas partidas reunidas en número de ciento setenta carros de la descripcion arriba dicha, viéronse ya rodeadas a la distancia de indios que rondaban por asaltar el ganado mayor que montaba a cosa de dos mil cabezas, lo que hizo pensar que era ya tiempo de organizar la colonia, i constituir el estado ambulante; puesto que los oficiales i empleados públicos hasta entónces en ejercicio, debian terminar sus funcionos en Big-Soldier. Los dos empleados que deben en primer lugar nombrarse son el piloto (baqueano) i el capitan. Todo el camino se ha venido tratando en las conversaciones de los carros i a la orilla del fuego en los alojamientos, de esta suprema cuestion, i las candidaturas rivales formando sus partidos. El 13 de mayo, cada carro lanza a la arena dos hombres por lo ménos, a reunirse en asamblea electiva. Dos candidatos para piloto se presentan; es el uno un tal Mr. Adams, que habia entrado tierra adentro hasta el fuerte Laramie,   —374→   poseia el derrotero (maning) de Gilpin, i tenia consigo un español que conocia el pais; Mr. Adams ademas, ha sido uno de los que mas han contribuido a excitar la fiebre del Oregon, esto es, el deseo de emigrar. Mr. Adams pide 500 pesos por servir de piloto si la honorable asamblea se digna elejirlo.

Mr. Meek es un viejo montañes del corte del Trampero de Cooper; ha pasado muchos años en los Montes Rocallosos como traficante i trampero, i ha propuesto como el otro, pilotarlos hasta el fuerte Vancouver, por 250 pesos, de los cuales solo pedia 30 pesos. Se hace mocion para postergrar hasta el dia siguiente la eleccion, cuando se ve al viejo Meek, venir a escape en su caballo, los ojos i la mano vueltos hácia el campo. Los indios se llevan el ganado, dice con precipitacion; la asamblea se disuelve, i cinco minutos despues estaba convertida en escuadron de caballería armado de rifle i daga, i marchando en buen órden sobre el enemigo. A distancia de dos millas divisa una aldea de indios; la soldadesca se echa sobre los wigwams, i los indios sobrecojidos de espanto, las mujeres llorando, los niños escondiéndose, no saben que imajinarse de aquel ataque de los caras pálidas. Los jefes indios se presentan a ofrecer la pipa de paz, i protestan enérjicamente contra la imputacion que pesa sobre ellos. Un desgaritado que venia llegando a la aldea es cojido i llevado preso. Nómbranse jueces, i el prisionero se presenta a la barra. Preguntado lisa i llanamente si es criminal o no, contesta con un gruñido de terror. Su causa se instruye en forma entónces; se oyen las deposiciones de los testigos, i no siendo suficiente la evidencia de los cargos alegados contra él, se le absuelve completamente, quedando probado por el contrario que ha sido una falsa alarma para posponer la eleccion. Serenados los espíritus, i depuestos los rifles, vuelve la sociedad a constituirse en asamblea electora, i se procede a votacion, de lo que resultan electos, el trampero Meek piloto, i Mr. Welch capitan, con todos los demas empleados necesarios para el buen gobierno, tales como tenientes, sarjentos, jueces, etc., etc. La marcha principia mayo 14. Cinco millas el 16. El 17 se separan 16 carros, i se reunen al cuerpo principal. El 17 alcanzan a un wigwam de los indios Caw, rateros insignes que se conducen honorablemente con la sociedad i la proveen de víveres en cambio de productos de la Union. El 19 la minoría vencida en las elecciones protesta contra la voluntad de la mayoría. Para satisfacer las ambiciones   —375→   burladas se conviene en dividir la masa en 3 cuerpos, cada uno de los cuales elejirá sus propios jefes i oficiales, no reconociéndose otra autoridad jeneral que la del piloto i la de Mr. Welch. Antes de separarse se convino en pagar el piloto, i para ello se nombra un tesorero, quien despues de dar las fianzas correspondientes, procede a colectar los fondos; algunos se niegan redondamente a pagar, i otros ex ciudadanos no tienen blanca. Despues de haber arreglado satisfactoriamente éstos i otros puntos, se procede al nombramiento de oficiales para cada uno de los tres grupos, haciéndose en cada uno reglamentos respecto al buen gobierno de la compañía, i la marcha continúa el 20. El 23 el piloto avisa que el punto donde se hallan es el último donde pueden procurarse repuestos para ejes, i pértigos para las carretas. -El camino se va midiendo con una cadena diariamente, i se lleva un diario de todo lo ocurrido, aspecto del pais, accidentes, pasto, leña, agua, maderas, rios, pasajes, búfalos, etc., torcazas, conejos, etc., etc. Junio 2: una compañía propone desligarse del compromiso en que están de aguardarse en las marchas. La mocion es rechazada.- 15. Alto. Una manada de búfalos cae a tiro de rifle, matan algunos i hacen charqui. La escena que el campo presenta en este momento está así descrita en el diario de viaje: «Los cazadores, volviendo con las reces, algunos erijiendo palizadas, otros secando carne. Las mujeres unas estaban lavando, aplanchando otras, muchas cosiendo. De dos tiendas, flautas hacian oir sus desusadas melodías en aquellas soledades; en otras se oia cantar; tal lee su biblia, tal otro recorre una novela. Un predicador Campbellista entona, por fin, un himno preparatorio para el oficio relijioso». -Junio 24: llegan al fuerte Laramie 630 millas distante de Independence.

Durante dos dias se ocupan en renovar las herraduras de los caballos, i reuniendo entre todos provisiones, azúcar, café, tabaco, dan un banquete a los indios Siomos precedido de un parlamento. «Hace tiempo, dijo el jefe indio que algunos jefes blancos pasaron Missouri arriba, diciendo que eran amigos de los hombres de piel roja. Este pais pertenece a los pieles rojas, pero sus hermanos blancos lo atraviesan cazando i dispersando los animales. De este modo los indios pierden sus únicos medios de subsistencia para sostener a sus mujeres e hijos. Los niños del hombre rojo piden alimento, i no hai alimento que darles. Era costumbre cuando los blancos pasaban, hacer presentes de pólvora i plomo a sus amigos   —376→   los indios. Su tribu es numerosa, pero la mayor parte de la jente ha ido a las montañas a cazar. Antes que los blancos viniesen, la caza era mansa i fácil de cojer; pero ahora los blancos la han espantado; i el hombre rojo necesita trepar a las montañas en su busca; el hombre rojo necesita largas carabinas ahora». Un yankee que para el paso hace de jefe blanco, se espresa en estos términos. «Nosotros vamos viajando a las grandes aguas del oeste. Nuestro gran padre poseía un estenso pais allí, i vamos yendo a establecernos en él. Con este fin traemos nuestras mujeres i nuestros hijos. Nos vemos forzados a atravesar por las tierras de los hombres rojos, pero lo hacemos como amigos i no como enemigos. Como amigos les damos una fiesta, les apretamos la mano i fumamos con ellos la pipa de paz. Ellos saben que venimos como amigos trayendo con nosotros nuestras mujeres e hijos. El hombre rojo lleva sus squaws al combate; ni las caras blancas tampoco. Pero amigos como somos, estamos prontos para volvernos enemigos; i si se nos molesta castigaremos a los agresores. Algunos de nosotros piensan volverse. Nuestros padres, hermanos e hijos, vienen en pos de nosotros, i esperamos que los hombres rojos los traten con bondad. Nosotros nos conducimos pacíficamente; dejadnos partir. No somos traficantes i no tenemos ni pólvora ni plomo que dar: ¡Vamos a arar i plantar la tierra!...

Setiembre 3. «Caminamos este dia quince millas hasta Malheur. En este lugar se abre el camino en dos, i es temible para los inmigrantes el tomar el mal camino. M. Meek, que habia sido contratado como nuestro piloto al Oregon, indujo a cerca de doscientas familias con sus wagones i ganado, a seguir por el camino de la izquierda, diez dias ántes de nuestra llegada a la encrucijada. Por largo trecho encontraron un camino excelente, con abundancia de pasto, leña i agua; en seguida dirijieron su marcha a unas montañas estériles donde por muchos dias carecieron de agua, i cuando la encontraban era tan mala que ni aun para el ganado era potable. Pero aun asi era fuerza hacer uso de ella. La fiebre que se llama de campamento estalló bien pronto.

»Al fin llegaron a un ciénago que intentaron en vano atravesar; i como viesen que se estendia mucho hácia el sur, no obstante el parecer baqueano Meek, enderezaron al norte, i despues de algunos dias de marcha llegaron al rio de las Caidas, que recorriendo para arriba i para abajo buscando vado que no se encontró en ninguna parte. Sus sufrimientos se   —377→   aumentaban de dia en dia, pues sus provisiones se iban concluyendo rápidamente, el ganado estaba exhausto, i muchos de los que formaban la carabana padecian enfermedades graves. Al fin Meek les informó que estaban a dos dias de distancia solamente de Dalles. Diez hombres salieron a caballo en busca de la estacion de los Metodistas con provisiones para dos dias.

Despues de haber caminado diez dias sin parar, llegaron a Dalles; en el camino un indio les dió un conejo i un pescado, i con este alimento hicieron los dos su jornada de diez dias. Cuando llegaron a Dalles, sus fuerzas estaban tan estenuadas, que sus miembros se habian empalado, i fué necesario desmontarlos del caballo. En este lugar encontraron un viejo montañes llamado el negro Harris, que se ofreció a conducirlos, saliendo con varios otros en busca de la compañía perdida, a la que hallaron reducida a la última estremidad, exhausta por las fatigas, i desesperando ya de salir a los establecimientos. Encontróse un lugar por donde el ganado podia atravesar a nado el rio, despues de lo cual era preciso hacerlo subir un ascenso casi perpendicular. Mayores dificultades habia para pasar los carros. Una larga cuerda fué echada a traves del rio, atando fuertemente sus puntas de ambos lados en las rocas. Un carro liviano fué suspendido con correderas en la cuerda, i con cuerdas para llevarlo a uno i otro lado del rio; esta especie de cuna (andarivel), servia para trasportar las familias de un lado a otro del rio con toda seguridad. El pasaje de este rio ocupó algunas semanas. La distancia a Dalles era de 35 millas, adonde llegaron del 13 al 14 de octubre. Como 20 habian percibido víctimas de las enfermedades, i otros murieron despues de haber llegado...

Setiembre 7. »Este dia viajamos cerca de doce millas. El camino es hoi mas aspero que ayer. A veces va por el fondo de un torrente, a veces por el faldeo de una montaña, tan rápido que se necesitan dos o tres hombres trabajando del lado de arriba para sostener el equilibrio de los carros. El torrente i camino están tan encajonados en montañas, que en varios puntos es casi imposible continuar. Vistas las montañas desde este punto, parecen murallas perpendiculares i por tanto lisas. Alegran de vez en cuando la vista algunos grupos de cedros macilentos; pero en el torrente es tal la espesura de las malezas espinosas, que es casi imposible pasar... pero sabiendo que los que nos han precedido han vencido estas dificultades, hacemos el último esfuerzo i pasamos.

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Noviembre 1.º «Ahora estábamos en el lugar destinado en un período no distante, a ser un punto importante en la historia comercial de la Union como centro del comercio de la China i de la India. Atravesando el bosque que se estiende al este de la ciudad, vimos la ciudad de Oregon i las caidas de Villa Mate, al mismo tiempo. Tan llenos de gratitud nos sentiamos de haber llegado a los establecimientos de los blancos, i de admiracion a la vista del volúmen de las aguas de las cataratas, que la carabana hizo alto, i en este momento de felicidad repasamos con el pensamiento todos nuestros trabajos, con mas rapidez que lo que la lengua o la escritura pueden hacer. Desde Independence hasta el Fuerte Laramie, 692 millas; de allí al Fuerte Hall, 585; al Fuerte Rois, 281; a los Dalles, 305; de Dalles a la ciudad de Oregon, 160 millas, haciendo la total distancia de despoblado 1960 millas».


«Tanto tiempo habiamos permanecido entre los salvajes, que nuestra aparencia se asemejaba mucho a la de ellos; pero cuando hubimos cambiado de vestidos i afeitádonos al uso de los blancos, no nos podiamos reconocer unos a otros. Largo tiempo habiamos hecho vida comun, sufrido juntos privaciones i penas, i en los peligros contado con la ayuda comun. Los vínculos de los afectos se habian estrechado entre nosotros, i cuando hubimos de separarnos, cada uno sentia desgarrársele el corazon; pero como ya habiamos roto otros vínculos mas fuertes aun cada uno tomó su partido, i en algunas horas nuestra compañía se dispersó tomando cada una diferentes direcciones»49.

Cuando uno lee la narracion de aventuras como estas, se siente sin duda orgulloso de pertenecer a la raza humana. Ninguna de las grandes pasiones que han obrado los prodijios de la historia, está aquí en juego para fanatizar el espíritu. Ni la desesperacion de los restos del grande ejército, ni el amor a la patria de los 10000 espartanos echados entre los bárbaros, ni la sed de oro, de gloria i de sangre de los conquistadores españoles. Hombres de aquel temple tenian en los Estados tierras de propiedad pública para afincarse; familias que los ayudasen; ganados para auxiliarse en las rudas labores de la tierra. Atraviesan 600 leguas de desiertos para realizar una grande idea, ellos, el desecho del pueblo norteamericano,   —379→   quieren que la Union ostente sus estrellas en el firmamento del Pacífico, que se realice el sueño dorado de acercar la India i la China, i arrebatar estos mercados a la Inglaterra. Se sacrifican, pues, a una idea de porvenir nacional, porque el yankee no ignora que la primera jeneracion de las nuevas plantaciones, abona solo la tierra con su sudor para que gocen las venideras; i cuando en el Oregon se han reunido algunos centenares de familias, los jefes, dejando a un lado el hacha con que destruyen lentamente los bosques para labrarse un campo, i crear su propiedad, se reunen en asamblea deliberante, «con el objeto de fijar los principios de libertad civil i relijiosa, como la base de todas las leyes i constituciones que puedan en adelante adoptarse», i estatuyen:

»Art. 1.º Ninguna persona que se conduzca de una manera regular i ordenada, será molestada a causa de su modo de adoracion o sus sentimientos relijiosos.

»2.º Los habitantes de dicho territorio gozarán siempre de los beneficios del escrito habeas corpus, del juicio por jurados, de una proporcionada representacion del pueblo en la lejislatura, i de procedimientos judiciales conformes a la secuela de las leyes ordinarias. Todas las personas podrán dar fianzas, excepto por delitos capitales i cuando las pruebas sean evidentes, i las presunciones graves. Ningun hombre será privado de su libertad sino por juicio de sus pares, o la lei de la tierra...

»3.º Siendo necesarias para el buen gobierno i felicidad de la especie humana, la relijion, moralidad e instruccion, serán fomentadas las escuelas siempre i todos los medios de educacion.

»5.º Ninguna persona será privada de llevar armas para su propia defensa; no se autorizan pesquizas ni rejistros sin motivo fundado; la libertad de la prensa no será restrinjida; ni el pueblo será privado del derecho de reunirse pacíficamente a discutir los asuntos que halle por conveniente.

»6.º Los poderes del gobierno serán divididos en tres distintos departamentos: el lejislativo, el ejecutivo i el judicial, etc., etc.».

Lei de tierras: «Toda persona que posea, o en adelante pretenda poseer tierra en este territorio, designará la estension de su propiedad por medio de límites naturales, o por mojones en las esquinas i sobre los costados del lote, i hará rejistrar la estension i límites del tal lote en la oficina del escribano del lugar, en un libro que será llevado para aquel objeto,   —380→   en el término de veinte dias despues de hecho el pedido; proveyéndose, que los que están en posesion del territorio, tendrán doce meses contados desde la sancion de esta lei, para hacer la descripcion del lote de tierras en el libro de los rejistros; proveyéndose ademas que el dicho poseedor declarará el tamaño, forma i ubicacion del terreno.

«2.ª Todo poseedor en los seis primeros meses despues de rejistrado su lote, habrá hecho permanentes mejoras en el terreno, ya edificando o cercando, o bien ocupando el terreno en un año de la data del rejistro; o en caso de no ocuparlo, pagará en tesorería cinco pesos anuales, i en caso de no ocuparlo o no pagar la suma antedicha, el título será considerado como abandonado; proveyéndose que los no residentes en este pais no pueden aprovechar de esta lei; i proveyéndose ademas que los residentes en este territorio que se ausentasen por negocios particulares por dos años, podrán conservar la propiedad pagando cinco pesos anuales al tesoro.

»3.ª Ningun individuo podrá tomar posesion de mas de un cuarto de milla cuadrada, o 640 acres, en una forma cuadrada u oblonga. Ningun individuo podrá poseer dos lotes a un mismo tiempo.

»5.ª Las líneas de los límites de todos los lotes se conformarán tan aproximativamente cuanto sea posible con los puntos cardinales»50.

Este pueblo, lleva como Ud. ve en su cerebro orgánicamente, cual si fueran una conciencia política, ciertos principios constitutivos de la asociacion: la ciencia política pasada a sentimiento moral complementario del hombre, del pueblo, de la chusma; la municipalidad convertida en regla de asociacion espontánea; la libertad de conciencia i de pensamiento; el juicio por jurados. Si quiere Ud. medir el camino que ha andado aquel pueblo, reuna Ud. un grupo, no del vulgo de ingleses, franceses, chilenos o arjentinos, sino de las clases cultas, í pidales de improviso que se constituyan en asociacion, i no sabrán que se les pide, cuanto i mas fijar con precision, como aquellos aventureros del Oregon, las bases en que ha de reposar el gobierno de una sociedad que va a nacer, i que por la distancia i los desiertos que la dejan separada del resto de la Union, queda de hecho i de derecho desligada de la patria comun51. Algunos años mas tarde de estos rudimentos   —381→   dispersos, surjirá un territorio; i del territorio un Estado para aumentar una nueva estrella en la constelacion de los Estados Norteamericanos, con sus mismas leyes, sus prácticas, sus instituciones civiles i políticas, i sobre todo con su carácter peculiar de nacionalidad, marcado con el sello enérjico de aquel coloso.

Hai un fenómeno que se realiza en los Estados Unidos, i que no obstante de referirse a principios fundamentales inherentes a la especie humana, no ha sido hasta hoi de una manera precisa establecido. Hasta de palabra adecuada carecen para indicarlo los idiomas. Pretender señalarlo en dos pájinas seria el índice o el plan de un gran libro. ¿Qué es la moral? El código de preceptos que ha dado en seis mil años el contacto de un hombre con otro, a fin de que vivan en paz sin hacerse mal, amándose, procurándose el bien. La moral que nos liga a Dios por nuestros padres, está despues de Confucio, Sócrates i Franklin, adivinada, encontrada. Si algo le falta para ser perfecta por el estudio humano i los sentimientos del corazon, la revelacion la completa en cuanto a la parte de los hombres mas desligada de nosotros mismos, que es el prójimo, el estranjero, el enemigo, clasificaciones que distinguen tres grados de separacion; por las leyes el prójimo es indiferente; el estranjero, la tela de que se hizo siempre el esclavo; para el enemigo, cesan todos los vínculos de la familia humana, la muerte está pronta para él, sin remordimiento, con gloria. Cuando el hombre se llame el enemigo, entónces deja de formar parte de nuestra especie; ni las leyes, ni relijion alguna han podido hasta hoi nada contra los efectos morales de esta clasificacion.

Pero la moral se refiere a las acciones de los individuos solamente. ¿Cómo se llama aquella otra parte de la vida del hombre, en cuanto miembro de un rebaño, de una colmena, o de una bandada, puesto que pertenece a la especie de los animales gregarios? Preguntádselo al ezar de Rusia, a un lord del parlamento, a Rousseau, a Rosas, a Franklin, i cada uno os dará un bellísimo sistema de política, esto es, de preceptos, de obligaciones, derechos i deberes que sirvan de regla a los individuos en relacion con la masa, con la sociedad. Los unos pretenderán que el uno que gobierna hará para el bien comun todo lo que lo dé la gana; otros sostendrán que los lores   —382→   son los que tienen el derecho de hacer su soberana voluntad, i no faltará quien sostenga que cada individuo tiene su parte de injerencia en los negocios de todos, bien que esto dependerá de la cantidad de bienes que haya acumulado, o bien del estado de su razon. La política humana, pues, no ha hecho tantos progresos como la moral, i puede ser todavía puesta aquella ciencia primordial en el número de las especulativas, no obstante de referirse al hecho mas antiguo, mas duradero, mas actual, que es la sociedad en que vivimos. A la especie humana en jeneral le falta un sentido, si es posible decirlo. A la conciencia que regla las acciones morales entre los hombres, falta añadir otra cosa que indique con la misma seguridad los deberes i derechos que constituyen la asociacion, la moral en grande, obrando sobre millones de hombres, entre familias, ciudades, estados i naciones, completada mas tarde por las leyes de la humanidad entera. La ciudad de Aténas parece que habia adquirido este sentimiento; mas tarde lo tuvieron los patricios romanos; pero aquéllo lo destruyeron éstos, hiriéndolo por la abertura que deja hasta hoi la moral, a saber, por la clasificacion del enemigo; i a los últimos los destruyó i dispersó la plebe, que adquiria a la sombra del patriciado el mismo sentimiento, i por los estranjeros, que de enemigos conquistados pasaron a sentir la gana de formar parte del senado romano.

Perdóneme Ud. esta tirada pedantesca, sin la cual no puedo esplicar mi idea. La poblacion en masa de los Estados Unidos ha adquirido este sentimiento, esta conciencia política, pues no sé qué nombre darle. El cómo lo ha adquirido lo barruntará Ud. en la historia de los Estados Unidos por Bancroft. Es un hecho que se ha venido preparando de cuatro siglos; es la práctica de doctrinas i partidos vencidos i rechazados en Europa, i que con los peregrinos, los puritanos, los kuáqueros, el habeas-corpus, el parlamento, el juri, la tierra despoblada, la distancia, el aislamiento, la naturaleza salvaje, la independencia, etc., se ha venido desenvolviendo, perfeccionando, arraigando. En la Inglaterra hai libertades políticas i relijiosas para los lores i los comerciantes; en Francia para los que escriben o gobiernan; el pueblo, la masa bruta, pobre, desheredada, no siente nada todavía sobre su posición como miembros de una sociedad; serán gobernados monárquicamente, aristocráticamente, teocráticamente, según lo quieran o no puedan resistirlo los propietarios, los abogados, los militares, los literatos.

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En Norteamérica, el yankee será fatalmente republicano, por la perfeccion que adquiere su sentimiento político, que es ya tan claro i fijo como la conciencia moral; porque es de dogma que la moral es adquirida, sin lo cual la revelacion era inútil, i no se ha hecho revelacion alguna a los hombres para guiarse en sus relaciones con la masa. Si una parte de la Union defiende i mantiene la esclavitud, es porque en esa parte la conciencia moral en cuanto al estranjero de raza, aprisionado, cazado, débil, ignorante, está en la categoría del enemigo, i por tanto la moral no le favorece; pero en todos los demas Estados, en todas las clases, o mas bien, en la clase única que forma la sociedad, el sentimiento político que debe ser inherente al hombre como la razon i la conciencia, está completamente desenvuelto. De aquí naco que donde quiera que se reunan diez yankees, pobres, andrajosos, estúpidos, ántes de poner el hacha al pié de los árboles para construirse una morada, se reunen para arreglar las bases de la asociacion; un dia llegará en que no se escriba este pacto, porque estará sobreentendido siempre: i este pacto es como ha visto Ud. en la lei orgánica del Oregon, una serie de dogmas, un decálogo. Cada uno creerá lo que cree; cada uno nombrará quien haya de gobernarlo; cada uno dirá de palabra i por escrito su pensamiento; será juzgado por un jurado, i se le admitirá fianza de cárcel segura por todo delito que no merezca pena capital.

Pero esta parte es solo la que puede formularse, que hai otra que está en las ideas i en las adquisiciones hechas; i es la mas digna de estudiarse. Por ejemplo: un hombre no llega a la plenitud de su desenvolvimiento moral e intelijente sino por la educacion; luego la sociedad debe completar al padre en la crianza de su hijo. Las escuelas gratuitas son coetáneas i a veces anteriores a la fundacion de una villa. La sociedad necesita tener una voz suya, como cada individuo tiene la que le sirve para espresar sus sentimientos, opiniones i deseos; luego habrá meetings i cámara de representantes que enacte todos los quereres, i prensa diaria que se ocupe de los intereses, pasiones e ideas de grandes masas. Como la sociedad, aunque naciendo en el seno de los bosques, es hija i heredera de todas las adquisiciones de la civilizacion del mundo, aspirará a tener desde luego o lo mas pronto posta diaria, caminos, puertos, ferrocarriles, telégrafos, etc., i de pieza en pieza llega Ud. hasta el arado, el vestido, los utensilios de cocina perfeccionados, de patente, el último resultado de la ciencia humana para todos, para cada uno.

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Estos detalles, que pueden parecer triviales, constituyen, sin embargo, un hecho único en la historia del mundo. Vengo de recorrer la Europa, de admirar sus monumentos, de prosternarme ante su ciencia, asombrado todavía de los prodijios de sus artes; pero he visto sus millones de campesinos, proletarios i artesanos viles, degradados, indignos e ser contados entre los hombres; la costra de mugre que cubre sus cuerpos, los harapos i andrajos de que visten, no revelan bastante las tinieblas de su espíritu; i en materia de política, de organizacion social, aquellas tinieblas alcanzan a oscurecer la mente de los sabios, de los banqueros i de los nobles. Imajínese Ud. veinte millones de hombres que saben lo bastante, leen diariamente lo necesario para tener en ejercicio su razon, sus pasiones; públicas o políticas; que tienen que comer i vestir, que en la pobreza mantienen esperanzas fundadas, realizables de un porvenir feliz, que alojan en sus viajes en un hotel cómodo i espacioso, que viajan sentados en cojines muelles, que llevan cartera i mapa jeográfico en su bolsillo, que vuelan por los aires en alas del vapor, que están diariamente al corriente de todo lo que pasa en el mundo, que discuten sin cesar sobre intereses públicos que los ajitan vivamente, que se sienten lejisladores i artífices de la prosperidad nacional; imajínese Ud. este cúmulo de actividad, de goces, de fuerzas, de progresos, obrando a un tiempo sobre los veinte millones, con rarísimas escepciones, i sentirá Ud. lo que he sentido yo, al ver esta sociedad sobre cuyos edificios i plazas parece que brilla con mas vivacidad el sol, i cuyos miembros muestran en sus proyectos, empresas i trabajos una virilidad que deja mui atras a la especie humana en jeneral. Los norteamericanos solo pueden ser comparados hoi a los romanos antiguos, sin otra diferencia que los primeros conquistan sobre la naturaleza ruda por el trabajo propio miéntras los otros se apoderaban por la guerra del fruto creado por el trabajo ajeno. La misma superioridad viril, la misma pertinacia, la misma estratejia, la misma preocupacion de un porvenir de poder i de grandeza.

Su buque es el mejor del mundo, el mas barato, el mas grande. Si en alta mar encontrais, en un dia de bolina una nave que cruza arrebatada por la borrasca cuyas bocanadas inflan a reventar las velas, juanetes, alas i arrastraderas, el capitan frances, español o inglés de vuestro buque que ha tomado rizos a la vela mayor, os dirá a qué nacion pertenece; os dirá rechinando los dientes de cólera que es yankee; lo   —385→   conoce en el tamaño, en la audacia, i mas que todo en que pasa rozando su buque sin izar la bandera para saludarlo. En los puertos o en los docks europeos, vuestra vista tropezará con un departamento especial en que están reunidas fragatas colosales, que parecen pertenecer a otro mundo, a otros hombres; son los buques yankees que principiaron por agrandarse para contener mayor número de balas de algodon i han concluido por hacer un jénero en la construccion naval. Quince buques de vapor de los que hacen el servicio del Hudson, unidos por sus quillas i proas describen una calle de madera de una milla de largo. Si en un dia de tempestad veis en el Havre o en Liverpool un buque empeñado en tomar la mar, es un buque yankee que tenia anunciada para aquel dia su salida, i que el honor del pabellon, la gloria de las estrellas de su bandera le prohiben aguardar, como lo harán los buques de otras naciones a que el viento abonance, ¿Qué buques son los que persiguen las ballenas en los mares polares? Son casi esclusivamente los norteamericanos; i dentro de ese casco solitario, de aquel squatter de las aguas, encontrareis una tripulacion escasa que no bebe licores, porque pertenece a la sociedad de templanza, hombres endurecidos en las fatigas, que arrancan a los peligros i a la muerte un peculio para establecerse en los Estados cuando vuelvan, para tomar un lote de tierra i labrarse una propiedad i levantar una casa, i contar a sus hijos al rededor de a estufa de hierro colado sus aventuras de mar. El año pasado la reina Victoria se paseaba en su suntuoso yacht, acompañada del príncipe Alberto, por la bahia de Falmouth. Los buques todos estaban empavezados para honrar a las rejias visitas. Sobre el tope del palo mayor de una fragata norteamericana veíase un marinero yankee parado en un pié, balanceándose con el buque que se mecia sobre sus anclas i tendiendo al aire su sombrero en una mano en señal de saludo. Hé aquí la espresion jeroglífica de la marina yankee. La reina se enfermó a la vista de aquel espectáculo. Un marinero inglés hubo, picado de amor nacional, de repetir la prueba. La reina lo prohibió con sus señales de espanto. ¿Lo habria hecho? No lo hizo, i eso basta. Era una imitacion de la audacia ajena; el hombre es capaz de eso i mucho mas; pero solo el jenio de un pueblo inspira la idea i el coraje de ejecutarlo.

Me detengo en este puto de la marina norteamericana, porque el buque es para el yankee su medio internacional, la prolongacion de su nacion para ponerse en contacto con   —386→   todas las otras de la tierra; i en esta época de movimiento universal, el pueblo que tenga buques mas lijeros, de construccion mas barata i por tanto de fletes ménos subidos, es el rei del universo. En el Mediterráneo, en los mares de la India i en el Pacífico, anulan, suprimen i alejan de dia en dia toda otra marina i todo otro comercio que el suyo. Oh, reyes de la tierra, que habeis insultado por tantos siglos a la especie humana, que habeis puesto el pié de vuestros esbirros sobre los progresos de la razon i del sentimiento político de los pueblos revolucionados; dentro de veinte años, el nombre de la república norteamericana será para vosotros como el de Roma para los reyes bárbaros. Las teorías, las utopías de vuestros filósofos, desacreditadas, ridiculizadas por la tradicion, la lejitimidad, el hecho consumado, bien entendido que apoyados en medio millon de bayonetas, para que el ridículo sea eficaz, encontrarán el hecho tambien luminoso i triunfante. Cuando los Estados de la Union se cuenten por centeres, i los habitantes por cientos de millones, educados, vestidos i hartos, ¿qué vais a oponer a la voluntad soberana de la gran república en los negocios del mundo? ¿Vuestros guardianes de pordioseros? Pero os olvidais de las naves americanas que os bloquearian en todos los mares, ¡en todos los puertos! Dios ha querido al fin que se hallen reunidos en un solo hecho, en una sola nacion, la tierra vírjen que permite a la sociedad dilatarse hasta el infinito, sin temor de la miseria; el hierro que completa las fuerzas humanas; el carbon de piedra que ajita las máquinas; los bosques que proveen de materiales a la arquitectura naval; la educacion popular, que desenvuelve por la instruccion jeneral la fuerza de produccion en todos los individuos de una nacion; la libertad relijiosa que atrae a los pueblos en masa a incorporarse en la poblacion; la libertad política que mira con horror el despotismo i las familias privilejiadas; la República, en fin, fuerte, ascendente como un astro nuevo en el cielo; i todos estos hechos se eslabonan entre sí, la libertad i la tierra abundante; el hierro i el jenio industrial; la democracia i la superioridad de los buques. Empeñados en desunirlos por las teorías i la especulacion; decid que la libertad, la educacion popular, no entran por nada en esta prosperidad inaudita que conduce fatalmente a una supremacía indisputable; el hecho será siempre el mismo, que en las monarquías europeas se han reunido la decrepitud, las revoluciones, la pobreza, la ignorancia, la barbarie i la degradacion del mayor número. Escupid   —387→   al cielo, i ponderadnos las ventajas de la monarquía. La tierra se os vuelve estéril bajo las plantas, i la república os lleva sus cereales para alimentaros; la ignorancia de la muchedumbre sirve de base a vuestros tronos, i la corona que orna vuestras sienes brilla cual flor sobre ruinas, medio millon de soldados guardan el equilibrio de los celos i de la envidia de unos soberanos con otros, miéntras la República, colocada por la providencia en terreno propicio, como colmena de abejas, ahorra esas sumas inmensas para convertirlas en medios de prosperidad que da su rédito en acrecentamiento de poder i de fuerza. Vuestra ciencia i vuestras vijilias sirven solo para aumentar el esplendor de aquélla. Sic vos non vobis inventais telégrafos eléctricos para que la union active sus comunicaciones; sic vos non vobis creásteis los rieles para que rodasen las producciones i el comercio norteamericano. Franklin tuvo la audacia de presentarse en la corte mas fastuosa del mundo con sus zapatos herrados de labriego i sus vestidos de paño burdo; vosotros tendreis un dia que esconder vuestros cetros, coronas i zarandajas doradas para presentaros anto la república, por temor de que no os ponga a la puerta, como a cómicos o truanes de carnestolendas.

¡Oh! me exalta, mi querido amigo, la idea de presentir el momento en que los sufrimientos de tantos siglos, de tantos millones de hombres, la violacion de tantos principios santos, por la fuerza material de los hechos, elevados a teoría, a ciencia, encontrarán tambien el hecho que los aplaste, los domine i desmoralice. ¡El dia del grande escándalo de la República fuerte, rica de centenares de millones, no está léjos! El progreso de la poblacion norteamericana lo está inclinando; ella aumenta como ciento, i las otras naciones solo como uno; las cifras van a equilibrarse i a cambiar en seguida las proporciones; i ¿estas cifras numéricas no espresarán lo que encierra en sí de fuerzas productoras i de enerjía física i moral el pueblo avezado a las prácticas de la libertad, del trabajo i de la asociacion?




ArribaAbajoAvaricia i mala fe

Tan fatigado lo considero de seguirme en estas escursiones que al rápido andar de las ideas hago por los estremos apartados   —388→   de la Union, tras de alguna manifestacion de la vida de este pueblo, que para su solaz quiero en adelante en via de puntos de descanso poner epígrafes a las materias que iré tratando. Ud. ha comprendido sin duda que el que precede anuncia que voi a hablar del carácter moral de esta nacion. En aquellas dos palabras se reasume en efecto el reproche que hacen, mas bien diré el tizne que afea el carácter moral yankee, i el entusiasmo por las instituciones democráticas se resfria al ver las brechas que a la moral individual hacen, i no hai pueblo medio civilizado que no se sienta superior a los yankees por este lado al ménos, al reves de las grandes naciones antiguas i modernas, de Roma i la Inglaterra, en que el Estado era un bandido famoso, miéntras los individuos que lo componian practicaban las virtudes mas austeras.

Los Estados Unidos como gobierno son irreprochables en sus actos públicos, miéntras que los individuos que lo forman adolecen de vicios repugnantes de que se creen ménos sujetas las demas naciones. ¿Dependerá esto de una peculiaridad de la raza sajona? ¿Vendrá de la amalgama de tantos pueblos diversos? ¿Será fruto ingrato de la libertad i de la democracia?

No se espante si muestro que a esta última causa mas que a otra ninguna atribuyo el mal moral que aqueja a aquellos pueblos. La avaricia es hija lejítima de la igualdad, como el fraude viene ¡cosa estraña al parecer! de la libertad misma. Es la especie humana que se muestra allí, sin disfraz alguno, tal como ella es, en el período de civilizacion que ha alcanzado, i tal como se mostrará aun durante algunos siglos mas, miéntras no se termine la profunda revolucion que se está obrando en los destinos humanos, cuya delantera llevan los Estados Unidos.

El mundo se trasforma, i la moral tambien. No se escandalice Ud. Como la aplicacion del vapor a la locomocion, como la electricidad a la trasmision de la palabra, los Estados Unidos han precedido a todos los demas pueblos en añadir un principio a la moral humana en relacion con la democracia. ¡Franklin! Todos los moralistas antiguos i modernos han seguido las huellas de una moral que, dando por sentada, por fatal i necesaria la existencia de una gran masa de sufrimientos, de pobreza i de abyecciones, localizaba el sentimiento moral, dando por atenuaciones la limosna del rico i la resignacion del pobre. Desde las castas inmóviles de indios   —389→   i ejipcios, hasta la esclavitud i el proletariado normal de la Europa, todos los sistemas de moral han flaqueado por ahí. Franklin ha sido el primero que ha dicho: bienestar i virtud; sed virtuosos para que podais adquirir; adquirid para poder ser virtuosos. Mucho se aproximaba Moises en sus doctrinas morales a estos principios, cuando decia: honrad a vuestros padres para que así vivais largo tiempo sobre la tierra prometida. Todas las leyes modernas están basadas en este principio nuevo de moral. Abrir a la sociedad en masa, de par en par las puertas al bienestar i a la riqueza.

Allá va el mundo en masa, i sabe Dios los dolores que va a costar habituar a los goces de la vida, despertar la intelijencia de esos millones de seres humanos que durante tantos miles de años han servido para abrigar con el calor de sus entrañas los piés de los nobles que volvian de la caza. ¿Qué es el capital? preguntan hoi los economistas. El capital es el representante del trabajo de las jeneraciones pasadas legado a las presentes; tienen capitales los que han heredado el fruto del trabajo de los siglos pasados, como las aristocracias, i los que lo han adquirido en este i el pasado siglo con los descubrimientos en las ciencias industriales i las especulaciones del comercio; es decir, poquísimos en proporcion de la masa pobre de las naciones. Hé aquí en mi humilde sentir el oríjen de la desenfrenada pasion norteamericana. Veinte millones de seres humanos, todos a un tiempo están haciendo capital, para ellos i para sus hijos; nacion que nació ayer en suelo vírjen i a quien los siglos pasados no le habian dejado en herencia sino bosques primitivos, rios inesplorados, tierras incultas. Despertad en Francia o en Inglaterra, por ejemplo, esos veinte millones de pobres que trabajando veinte horas diarias, se amotinan por conseguir solamente que el salario les baste para no morir de hambre, sin aspirar a un porvenir mejor, sin osar soñarlo siquiera, como pretensiones impropias de su esfera; poned a los rotos de Chile en la alta esfera de las especulaciones, con la idea fija de hacer pronto una fortuna de cincuenta mil pesos, i vereis mostrarse entónces las pasiones infernales que están aletargadas en el ánimo del pueblo. El roto os pide diez reales por el objeto que venderá por uno, si le ofrecen uno, i todavía os habrá engañado. Un chileno cree honrada a la masa de su nacion por serlo él i por desprecio al miserable roto, que sin embargo forma la gran mayoría. Tal es la esplicacion del fenómeno que llama la atencion en los Estados Unidos. Toda la enerjía del carácter   —390→   de la nacion en masa está aplicada a esta grande empresa de las jeneraciones actuales, acumular capital, apropiarse el mayor número de bienes para establecerse en la vida. La revolucion francesa vió por otro camino, aunque conduciendo al mismo fin, desenvolverse la enerjía moral de la nacion; la gloria militar puesta al alcance de quien supiera conquistarla, el baston de mariscal en la boca de los cañones del enemigo, i sabe Ud. los prodijios obrados por aquella nacion.

El norteamericano lucha con la naturaleza, se endurece contra las dificultades, por llegar al supremo bien que su posicion social le hace codiciar, bienestar; i si la moral se pone de por medio cuando él iba a tocar su bien, ¿qué estraño es que la aparte a un lado lo bastante para pasar, o la dé un empellon si persiste en interponerse? Porque el norteamericano es el pueblo, es la masa, es la humanidad no mui moralizada todavía, cubierta allí en todas sus graduaciones de desenvolvimiento bajo una apariencia comun. ¿Quién es este hombre? se preguntará Ud. en cualquiera parte del mundo; i su fisonomía esterior le responderá: es un roto, un labriego, un mendigo, un clérigo, un comerciante. En los Estados Unidos todos los hombres son a la vista un solo hombre, el norteamericano. Así, pues, la libertad i la igualdad producen aquellos defectos morales, que no existen tan aparentes en otras partes, porque el grueso de la nacion está inhabilitado para manifestarlos. ¡Qué escándalo dieran si llegasen de improviso a ser picados por la tarántula!

Contribuyen a hacerlo mas manifiesto las peculiaridades de la organizacion de aquel pais. Es tal el sentimiento de vida que se esperimenta en los Estados Unidos, tal la confianza en el porvenir, tal la fe que se tiene en los resultados del trabajo, i tan grande la esfera del movimiento, que el crédito reposa en la existencia del individuo mas bien que en la garantía de la propiedad. Un hombre trabajando adquirirá infaliblemente. La estadística de la progresion en que va la riqueza lo demuestra; luego todo hombre que trabaja tiene crédito. Ejemplo: un individuo remonta el Mississipi en un vapor i propone compra de 4000 barricas de harina. El vendedor dice su precio i queda aceptado, despues de preguntar quién es el banquero del comprador. El vendedor escribe a Nueva York al banquero indicado, pidiendo la solvabilidad del individuo, i con la respuesta posee 4000 pesos, crédito bueno, el mercado queda concluido a cuatro meses de plazo, a pagar en Lóndres, donde se venderá la harina, al banquero del vendedor.   —391→   Llegado el término del contrato el vendedor ve el precio corriente de las harinas en Lóndres, en la época en que ha debido efectuarse la venta i ya sabe a qué atenerse en cuanto a la solvabilidad de su deudor. ¡Cuántos tropezones ha dado un yankee para llegar a tener fortuna! Aquí llamamos quiebras; allá negocios frustrados solamente, que irritan la actividad en lugar de paralizarla.

Cuando el especulador es un Estado, el pícaro se presenta mas desfachatado. El Estado ajencia capitales en Inglaterra para abrir caminos de hierro, los obtiene i realiza su empresa; pero como es un Estado naciente del oeste, donde la poblacion i la riqueza no son grandes, los peajes no producen por largos años el interes del dinero, el estado deudor promete, aplaza de hoi a mañana el pago sinceramente, miente en seguida por necesidad, se enfada de que le estén exijiendo, i últimamente, un dia amanece de mal humor, pone a la puerta al acreedor importuno, i le declara en sus propias barbas i a la faz de todo el mundo que repudia la deuda, es decir, que no paga. ¿Demandarlo? ¿ante quién? Hé aquí el primer pícaro que se presenta en el mundo, que no conoce juez en la tierra; el pueblo soberano. El Presidente, el Congreso, el Juez supremo nada pueden contra esta clase de bellacos. El gobierno mismo del Estado nada puede; ni la clase culta i por tanto con vergüenza, porque emanando el poder del voto de la muchedumbre ignorante i bribona, no acepta esta contribucion nueva para pagar la deuda contraida. Asi se han conducido Mississipi, Illinois, Indiana, Michiuan, Arckanzas i algunos otros mas. ¡Qué bulla han metido los banqueros en Lóndres con aquella magnífica muestra de la mas insigne felonía! I ¿qué remedio?

Aquí principia el reverso de la medalla. Los diarios de Europa hacen llover como sobre Sodoma i Gomorra el fuego de la execracion universal, i los Estados alzados se rien con insolencia de tales bravatas. Mas en los Estados que no han participado del crímen, principia una reaccion en nombre de la dignidad nacional, del honor de la Union mancillado, i los delincuentes soberanos empiezan a ponerse serios. Una línea de circunvalacion se establece en torno de ellos, i desde allí la opinion pública los fulmina a mansalva. La clase ilustrada de los Estados que han repudiado las deudas siente la indignidad del procedimiento; pero ¿qué hacer contra la mayoría que lo sostiene? Un diario entra tímidamente en la cuestion; copia como por incidente algún artículo censorio. Desde luego reconoce que dadas las circunstancias en que el Estado se halló   —392→   i la insolencia de los ingleses, hizo perfectamente bien, i les ha dado una leccion severa, para que en adelante respeten mejor la dignidad de un Estado soberano (tramposo). Pero las circunstancias empiezan a cambiar felizmente; la prosperidad se desarrolla rápidamente. ¿No convendria to reped la repudiacion? Al ménos reconsiderar el asunto, arbitrar medios, etc.?

El pueblo soberano oye ya sin enojarse. Al dia siguiente le insinúan ideas de honor, sentimientos de jenerosidad, hasta que al fin la opinion pública se forma, la reprobacion excitada afuera halla ecos en el Estado, un sentimiento de vergüenza apunta en los semblantes; voces enérjicas se levantan en la minoría del Congreso, el movimiento se jeneraliza, i el Estado criminal vuelve sobre sus pasos, entabla negociaciones con los banqueros defraudados, i concluye por reconocer por lejítima la deuda del capital, i ofrece un 60 por ciento de los intereses. Otro Estado, no habiendo podido terminar el canal en que invirtió los capitales, pide que se le den las sumas necesarias para llevarlo a cabo, i pagará todo. Un Estado, en fin, permanece inerte en despecho del clamoreo universal, porque es mui pobre, mui apartado, i no se admire Ud., mui bruto:

Esto último requiere esplicaciones.




ArribaAbajoJeografía moral

Habia pintado el plan iconográfico de la viabilidad de los Estados Unidos, que si no es la base de la prosperidad de aquel pais, es su instrumento, como los dedos del hombre son los fieles ejecutores de su pensamiento. Hai tambien una jeografía moral en aquel pais cuyas facciones principales necesito señalar. Conocido el suelo, verá Ud. las corrientes civilizadoras que llevan a todos los estremos de la Union la mejora, la luz i el progreso moral.

Conoce Ud. la historia i la colocacion de los trece Estados primitivos de la Union americana. Dos siglos habian depositado allí las grandes ideas políticas i relijiosas que la Inglaterra habia arrojado sucesivamente de su seno. Bancroft ha hecho el inventario de esas ideas, colocándolas cada una en la localidad que ocuparon desde su establecimiento, con los peregrinos en la Nueva Inglaterra, con los cuáqueros en la Pensilvania,   —393→   con los católicos en el Maryland. Aquella colonizacion fué ménos de hombres que se trasladaban de un pais a otro, que de ideas políticas i relijiosas que pedian aire i espacio para esplayarse. Sus frutos han sido la república americana, frutos mui anteriores a la revolucion francesa. La declaracion de los derechos del hombre hecha por el Congreso de los Estados Unidos en 1776, es la primera pájina de la historia del mundo moderno, i todas las revoluciones políticas que se seguirán en la tierra, un comentario de aquellos simples dogmas del sentido comun.

La declaracion de la independencia fué como aquel creced i multiplicaos de Dios a los hebreos. Desde entónces las ideas i los hombres se pusieron en marcha hácia el interior; la república empezó a parir territorios que se convertian luego en Estados, como un pólipo que echa al costado de su tronco nuevas ramas. Observe el movimiento de las repúblicas sudamericanas desde su independencia adelante, i verá cuán normal es la diferencia. Chile subdivide sus antiguas provincias, pero sin aumentar ni el territorio poblado, ni el número de sus ciudades. Las antiguas Provincias Unidas del Rio de la Plata ven desmembrarse su territorio, i de sus fragmentos constituirse estados raquíticos i absurdos, miéntras que las provincias que aun quedan llevando el nombre arjentino, se despueblan de dia en dia, estinguiéndose sus antiguos planteles de ciudades como luces que se apagan. Maine tenia, por ejemplo, en 1790, 96000 habitantes; 151000 en 1800; 228705 en 1810; 400,000 en 1830; 501793 en 1840. Nueva York tenia 340120 en 1790; 586766 en 1800; 959949 en 1810; 1372812 en 1820; 1918608 en 1830; 2428921 en 1840.

Pero a este movimiento de concentracion se añade otro de dilatacion. Mississipi aparece en 1800 con 8850 habitantes; en 1840, contaba ya 375651. Arkansas no suena hasta 1820, en que presenta una poblacion de 14273 habitantes; en 1840 tiene cerca de cien mil. Indiana contaba en 1810, 4762; treinta años despues, 685866. Ultimamente Ohio, que en 1800 rejistró una poblacion de 40365, contaba en 1840 un acrecentamiento de mas de millon i medio. Asómbrese Ud. de este diluvio de hombres que los primeros colonos en un desierto ven llegar i establecerse en los alrededores. Me han mostrado un hombre que no era viejo, el cual habla visto nacer, desenvolverse i crecer uno de aquellos grandes estados. ¿De dónde salen estos hombres, desde que ya no hai Deucaliones que los produzcan tirando piedras hácia atras? La inmigracion europea   —394→   figura en segundo plano en estas sucesivas inmigraciones, por mas que aparentemente sea su número mui considerable. Los Estados viejos o adultos enjendran a los que van apareciendo. El indian hatter, odiador del indio, va adelante, esparcidos los miembros de esta singular secta instintiva, que tiene por único dogma perseguir al salvaje, por único apetito el esterminio de las razas indíjenas. Nadie lo ha mandado; él va solo al bosque con su rifle i sus perros a dar caza a los salvajes, ahuyentarlos i hacerles abandonar las cacerías de sus padres. Detras vienen los squatters, misántropos que buscan la soledad por morada, el peligro por emociones, i el trabajo de desmontar por solaz. Siguen a distancia los pioners abriendo las selvas, sembrando la tierra i diseminándose en una grande esfera. Vienen en seguida los empresarios capitalistas con emigrantes por peones, i fundando ciudades i aldeas segun que los accidentes del terreno lo aconsejan. Sobre estos cuadros viene en seguida a colocarse la inmigracion propietaria, mecánica, industrial, jóven, que se desprende de los Estados antiguos a buscar i crear la fortuna.

En esta espansion de la poblacion norteamericana se muestran grados de civilizacion mui marcados, desapareciendo casi del todo en los estremos, al oeste por la diseminacion de los habitantes i la rudeza de las ocupaciones campestres, al sur por la presencia de los esclavos, i por las tradiciones españolas o francesas. Medio siglo bastaria para que la barbarie incurable de nuestras campañas arjentinas se mostrase en las estremidades de la Union, si los elementos vivos de rejeneracion que encierra aquel pais no constituyesen un flujo i reflujo que tiene en actividad toda la masa, i evita que las partes lejanas o aisladas se estagnen i dejeneren.

La inmigracion europea es allí un elemento de barbarie, ¡quién lo creyera! El europeo irlandes o aleman, frances o español, salvo las escepciones naturales, sale de las clases menesterosas de Europa, ignorante de ordinario, siempre no avezado a las prácticas republicanas de la tierra. ¿Cómo hacer que el inmigrante comprenda de un golpe aquel complicado mecanismo de instituciones municipales, provinciales i nacionales, i mas que todo, que se apasione como el yankee por cada una de ellas, i las crea ligadas con su existencia i como parte de su ser, de tal manera que se descuidara ocuparse de ellas i de los intereses a que se ligan, ¿temeria que su vida i su conciencia estaban a un tiempo en peligro? ¿Cómo habituarlo al meeting a que a cada instante recurro el pueblo para   —395→   espresar his sentiment; i una vez espresado, una vez votados una serie de and to be further resolved, sentir aquel desahogo i como descargo de un peso que esperimenta el norteamericano, como si hubiera producido un hecho, o desvanecido la opinion ¿que combate? Así es que los estranjeros son en los Estados Unidos la piedra de escándalo, i la levadura de corrupcion que se introduce anualmente en la masa de la sangre de aquella nacion tan antiguamente educada en las prácticas de la libertad. El partido whig, que es la parte mas nacional de la nacion, ha intentado muchas veces poner trabas a la inmigracion, i sobre todo prolongar por muchos años el aprendizaje, que requiere el uso de los derechos políticos. El partido nativista, hoi estinto, trató de crear una especie de fanatismo nacional, parecido, aunque por motivos contrarios, a nuestro americanismo; pero disipó luego el interes de cada Estado naciente los primeros nubarrones de preocupacion que empezaban a levantarse. Los Estados antiguos podian prescindir de los estranjeros, pues que ya estaban densamente poblados i ofrecen poco aliciente a los advenedizos. No así los estados del oeste que pusieron desde entónces en pública subasta la ciudadanía, bajando a porfía los años de residencia i escusando requisitos para obtenerla.

Contra esta relajacion de la disciplina de los mayores i la mas sensible que trae la diseminacion de la poblacion de las campañas, la organizacion social de aquel pais tiene medios eficacísimos i que ya hubieran producido sus resultados, si no fuese una obra interminable miéntras continúen llegando i barbari de Europa por centenas de miles, i hayan acres de bosques por descuajar por millares de millones. Estas fuerzas de atraccion, depuracion i pulimiento, son tan importantes que me permitirá Ud, irlas enumerando.

La posta diaria es la que mas sensiblemente obra. La posta sonará a las puertas de cada aldea lejana i depositará en ella, en algun papel público, un tópico de conversacion, i una noticia de las novedades de la Union. Usted concibe que es imposible barbarizarse donde la posta, como una gotera diaria, está disolviendo toda indiferencia nacida del aislamiento. No olvide que esta posta recorre 134000 millas, i que en partes tiene por ausiliar el telégrafo.

Paso por alto la influencia civilizadora o irritante de la prensa periódica.

El juicio por jurados llama a los hombres de las campañas a cada instante a reunirse, para juzgar causas criminales, i el   —396→   payo juez oye la acusacion i la defensa, pesa las razones, compulsa las leyes, se habitúa a su mecanismo i juzga en toda seguridad de conciencia. El hábito del jurado ha creado el crímen civil, impune, horrible, que se llama la Lei de Lynch. Como Jesus decía: «Donde quiera que estareis reunidos tres en mi nombre, yo estaré con vosotros» la Linch's law ha dicho al yankee de los bosques: «Donde quiera que os reunais siete en nombre de la voluntad del pueblo, la justicia será con vosotros». Guárdese Ud. en el Far West o en los Estados de esclavos de encontrarse con siete hombres reunidos i provocar sus pasiones. Será Ud. colgado por aquellos jueces, mas terribles i mas arbitrarios que los jueces invisibles de los tribunales secretos de la Alemania antigua. La lei lo permite, i aquellas conciencias torbas quedan exentas de todo remordimiento, ni mas ni ménos que el inquisidor español que veía arder la víctima que con sus ardides habia llevado a la hoguera; así la relijion i la democracia caen en el crímen cuando se exajeran sus principios i sus objetos.

No ejerce menor influencia civilizadora la eleccion de presidente. El norteamericano hace cincuenta elecciones al año. Derrotado en el consejo de instruccion pública, se echa con el mismo ardor en la de sacristan de su capilla; si pierde allí, espera con redoblado encarnizanimiento la de attorney, la de mayor, la de diputados para su Estado o la de gobernador. No lo exalta ménos la que requiere la renovacion de las cámaras, e incuba un año entero su ojeriza contra un candidato para la presidencia i su amor por otro. Entónces la Union se ajita por sus cimientos; los squatters salen de los bosques como sombras evocadas por un conjuro. La suerte de cada uno de aquellos galápagos está comprometida en el éxito; amenaza no sobrevivir al triunfo del candidato wigh, cual si dijéramos retrógrado; i si el escrutinio deja burlalas sus esperanzas, apreta los puños i se aleja en direccion a su morada, jurando desquitarse en la eleccion de pastor de su doctrina.

La eleccion de presidente es pues el único vínculo que une entre sí a todos los estremos de la Union, la preocupacion nacional única que conmueve a un tiempo a todos los hombres i a todos los Estados. La lucha electoral es por tanto un despertador, una escuela i un estimulante que hace revivir la vida adormecida por las distancias i la rudeza del trabajo.

Pero el mayor de todos los reactivos constitúyelo el sentimiento relijioso. Pasma sin duda a un católico tibio que llega   —397→   de nuestros paises ver la escala grande i elevada en que la relijion obra, en medio de aquella estrema libertad. Desde luego la Biblia está en toda la Union, desde el logehouse del bosque hasta los hoteles de las grandes ciudades, obrando en bien i en mal, los efectos de su lectura diaria. Digo en mal, porque el apego a la letra del testo produce consecuencias desastrosas en los ánimos estrechos. Sábese que en la Nueva Inglaterra rijieron por mucho tiempo las leyes de Moises; tal era i es aun la idea de la perfeccion inmaculada de cada frase i de cada versículo de Biblia. A bordo de un buque se hablaba de las maravillas del cloroformo. Un médico aseguraba que podia aplicarse a los alumbramientos sin peligro. -¿I Ud. lo aplicaria a su mujer? preguntaba un puritano presente. -¿Por qué no?- Pues yo no lo haria, replicó seriamente el interlocutor. -Eso depende del grado de confianza de cada uno en su eficacia. -No, señor; el Jénesis dice: parirá la mujer con dolores; i Ud. contraría la voluntad de Dios. Como se ve, la cuestion del cloroformo era mirada por el lado de la conciencia, i medida su bondad en el cartabon de la Biblia.

El acento nasal de los yankees, mas pronunciado en el interior, viéneles de la lectura cotidiana de la Biblia; pero en despecho de estos pequeños inconvenientes, produce por otra parte resultados inmensos. La historia aunque trunca, los preceptos de la moral, la frases evanjélicas se pegan a la mente del lector; i la plática del pastor se refiere cual comentario a aquellos puntos que el oyente conoce i sobre cuya significacion su ruda mente pedia esclarecimientos. La lluvia de la palabra cae entónces sobre terreno abierto i sediento, i no como la de nuestros predicadores ordinarios, que la arrojan al viento en las plazas públicas, condimentándolas no pocas veces con groserías para que sirvan éstas de mordente al caer sobre las naturalezas brutas del pueblo. La polémica de las sectas da mas animacion i actualidad a estas lecturas, i la vida entera de un hombre no basta para penetrar en los misterios que encierra en inmenso catálogo su libro sagrado. Sesenta i siete colejios de teolojía difunden por toda la Union la ciencia relijiosa; miéntras que alcanzan apénas a diez los consagrados a las leyes, produciendo sin embargo un número de mas de veinte mil abogados. El número de obras orijinales sobre aquel punto es tres veces mayor en los Estados Unidos que el de otras consagradas a las investigaciones de la ciencia. Esta peculiaridad nacional hará de aquel pueblo una entidad aparte en el mundo moderno.

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Para mantener el fuego sagrado, hai en viaje permanente por las campañas remotas, millares de pastores viajeros, que pasan toda su vida en mision; hombres rudos i enérjicos que llevan a todas partes la ajitacion, despiertan los ánimos, excitándoles a la contemplacion de las verdades eternas. Son éstos verdaderos ejercicios espirituales como los de los católicos; mas espirituales aun, pues sin amedrentarlos con las penas del infierno, el pastor o los pastores reunidos en un meeting relijioso, al aire libre o en algun galpon improvisado, sacuden las embotadas intelijencias de los campesinos, les presentan la imájen de Dios en formas grandiosas, inconcebibles; i cuando el estimulante ha producido su efecto, envían a las mujeres al bosque de un lado i a los hombres de otro, para que mediten a sus solas, se encuentren en presencia de sí mismos viendo su nada, su desamparo i sus defectos morales.

Los resultados de esta curacion moral son estraños e inesplicables. Las mujeres entran en delirio, se tuercen i revuelcan por el suelo, echando espumarajos; lloran los hombres i apretan los puños, hasta que al fin un himno relijioso entonado en coro empieza lentamente a dulcificar aquellas santas amarguras; la razon recobra su imperio, la conciencia se aquieta i tranquiliza, i una profunda melancolía se pinta en los semblantes, mezclada de síntomas de bondad moral, como si hubiese robustecídose el sentimiento de lo justo con aquel vomitivo aplicado al espíritu. Los profanos que han presenciado estas escenas en las campañas, atribuyen aquellos efectos singulares de la palabra a la excitacion que producen sobre el cerebro las ideas elevadas, en personas que por la monotonía de la vida aislada que llevan, pasan meses enteros sin esperimentar emocion alguna de placer ni de dolor. Es aquel un drama entre Dios i la criatura, cuyas peripecias tienen despierto al auditorio que es la parte mas activa de la representacion. Acaso el cerebro tiene movimientos i revoluciones como otros órganos del cuerpo humano tambien. Pero en todo caso el habitante de Far West en nada se parece al bárbaro pastor o labrador de nuestras campañas, pues que está abundantemente preparado para oir la palabra divina, por la lectura de la Biblia i por los comentarios teolójicos de los divinistas. Pero lo que de todo esto importa para mi objeto, es que mediante los ejercicios relijiosos, las disidencias teolójicas i los pastores ambulantes, aquella grande masa humana vive toda en fermentacion, i la intelijencia de los mas apartados   —399→   habitantes de los centros se conserva despierta, activa, i con sus poros abiertos para recibir toda clase de cultura. A semejanza de una cuba, que no importa la calidad del líquido que encierre, se mantiene ajustada i apta para servir; miéntras que si se le deja vacía, las duelas se tuercen, los arcos se aflojan i queda con la accion del tiempo i las fluctuaciones de la intemperie, inutilizada para siempre.

Pero abra Ud. paso todavía para un elemento civilizador, el mas activo que mantiene la vida en aquellos pueblos; relijioso, político industrial, lleno del espíritu antiguo de las colonias como asimismo accesible a todos los progresos de la intelijencia moderna, el descendiente de los viejos peregrinos, el heredero de sus tradiciones de resignación i de endurecimiento al trabajo manual, el elaborador de las grandes ideas sociales i morales que constituyen la nacionalidad norteamericana, el habitante, en fin, de los Estados de la Nueva Inglaterra, Maine, New Hamphire, Massachusetts, etc. Hé aquí la raza bramínica de los Estados Unidos. Como los bracmanes descendiendo de las montañas del Himalaya, los habitantes de aquellos antiguos Estados se diseminan hácia el oeste de la Union, educando con su ejemplo i sus prácticas a los pueblos nuevos que surjen sin pericia i sin ciencia sobre la haz de la tierra apénas desmontada. Recuerda Ud. que los peregrinos eran ciento i cincuenta sabios, pensadores, fanáticos, entusiastas, políticos, emigrados i probados por todas las calamidades que pueden caer sobre los hombres; recuerda Ud. sin duda que no quisieron que con ellos se embarcase un sirviente al alejarse de las costas de la Europa, resueltos como estaban a labrar la tierra con sus propias manos i no reconocer desigualdades sociales en la nueva patria que iban a buscar en la América; recuerda Ud. que se sentaron todos debajo de una encina donde hoi está Boston, i despues de dar gracias al Dios de Israel por su feliz arribo, discutieron las leyes que se darian para gloria de Jehová i su libertad personal; recuerda Ud., por fin, que esos hombres en aquella época establecieron escuelas públicas, obligando a cada padre, tutor o patron de niños, a darles educacion elemental para el espíritu i un oficio manual para el sustento del cuerpo. Pues bien, los hijos de aquella escojida porcion de la especie humana, son aun hoi los mentores i los directores de las nuevas jeneraciones. Créese que mas de un millon de familias descienden en toda la Union de aquella noble estirpe. Ellos han impreso a la fisonomía del yankee aquella plácida   —400→   bondad que se nota en la clase mas educada. Ellos llevan a toda la Union la aptitud manual que hace de un norteamericano una maestranza ambulante; la enerjía férrea para luchar con las dificultades i vencerlas; i la aptitud moral e intelectual que lo pone al nivel, si no en línea superior, a lo mejor de la especie humana. Estos emigrantes del norte disciplinan las poblaciones nuevas, les inyectan su espíritu en los meetings que presiden i provocan; en las escuelas, en los libros, en las elecciones i en la práctica de todas las instituciones norteamericanas. Las grandes empresas de colonizacion i ferrocarriles, los bancos i las sociedades, ellos las inician i llevan a cabo. Así es que la barbarie producida por el aislamiento de los bosques, i la relajacion de las prácticas republicanas introducidas por los emigrantes, encuentran en los descendientes de los puritanos i peregrinos un dique i un astrinjente. Hai, pues, flujo i reflujo entre estas dos fuerzas contrarias; i mas que fuera i mas rápida la dilatacion de la Union i la mezcla i justa posicion de los pueblos, ellos acabarian al fin por dar homojeneidad al todo i conservarle el tipo orijinal i nuevo, tradicional i progresivo que distingue a aquel pueblo. ¿Sucede cosa igual en el resto del mundo en formas tan perceptibles i constantes?

Acaso ¿creerá Ud. que aquellos instrumentos de pulimiento i purificacion nacional, a fuer de herederos de las antiguas creencias de los peregrinos, mantienen la inmovilidad de las ideas i constituyen una secta a parte? Bajo el aspecto relijioso, los Estados Unidos presentan el mismo espectáculo que las costumbres, i que la superficie de la tierra. En ninguna parte del mundo puede decirse con mas propiedad que Dios está hecho a imájen i semejanza de los hombres. Los norteamericanos tienen de Dios las ideas elevadas que de su esencia nos han trasmitido los hebreos por medio del cristianismo; pero las sectas relijiosas i las prácticas se adaptan allí a la intelijencia popular, descienden a una especie que llamaria fetiquismo si tuviese por símbolos ídolos o manitúes; i se eleva hasta la filosofía pura, el deismo, sin perder su carácter profundamente relijioso, i aun sin salir de las grandes fórmulas morales del cristianismo. Como en todos los pueblos eminentemente relijiosos, hai hoi en este momento en los Estados Unidos, santos, profetas, enviados de Dios, descension i ascension visible del Espíritu Santo, i comunion entre el cielo i la tierra. Hai relijiones nuevas que están naciendo i prometiendo absorber toda la tierra; los mormones son de   —401→   ayer, i sus inspirados i pontífices hacen milagros; testigo de ello que durante mi residencia en los Estados Unidos, un profano descubrió que la luz pálida que arrojaba el semblante i miembros del santo varon, procedia de una friccion que se habia dado con fósforo. El venerable Pontífice no se dió por vencido, diciendo que todos los milagros habian sido preparados así, ni sufrió en lo menor la fe i fervor de los creyentes, que hoi ascienden a mas de ciento cincuenta mil.

Hai relijiones dansantes, i los fieles, despues de haber oido la oracion del pastor, se lanzan a bailar hasta que el númen del baile se despierta, i el cuerpo se lanza a hacer cabriolas frenéticas e indescribibles. Entonces créese iluminado el paciente, que cae al fin estenuado i demente. Como yo he visto en el baile Mabille, de Paris, a la Reine Pomaré, la Rigolette, i otras celebridades hacer diabluras, no me dejo atrapar fácilmente por estas manifestaciones del Espíritu Santo. Sobre estas capas inferiores del culto en los Estados Unidos descuellan disidencias cristianas mas respetables, tales como baptistas, metodistas, presbiterianos congregacionalistas, cristianos, episcopalistas, luteranos, alemanes reformados, católicos romanos, amigos, universalistas, unitarios i otras sectas, entre las cuales yo incluiria los deistas puros; pues tal es el espíritu relijioso i tolerante de aquel pais, que la negacion de toda relijion, lo que nosotros llamamos la impiedad, forma una secta aparte contra quien nadie levanta la voz. Como una muestra de las proporciones que guardan estas divisiones, apuntaré que los baptistas tienen 1130 iglesias i 4907 pastores; los episcopalistas 950 iglesias, servidas por 849 pastores; los católicos 912 iglesias con 545 sacerdotes; los unitarios 200 iglesias con 174 pastores, guardando todos los demas una proporcion descendente segun su colocacion.

He dicho tolerante en el sentido jenuino que los americanos dan a esta palabra. Las sectas relijiosas forman en los Estados Unidos verdaderas cofradías i naciones relijiosas, no obstante estar entremezcladas en las ciudades i en los campos. El médico, el escribano, el proveedor de carne, el boticario de la casa, i aun el botero han de ser de la misma creencia de quien lo ocupa. Hai guerra sorda, proselitismo, en este sentido. Pero la tolerancia se muestra en la impasibilidad con que un metodista oirá contradecir sus dogmas por un católico i viceversa; porque en los Estado Unidos los católicos que profesan por dogma la intolerancia relijiosa, son como aquellos tigres sin uñas ni dientes que solemos crear en las casas.   —402→   No se ha oido hasta ahora que un católico haya mordido a nadie en Estados Unidos, donde hallan mui buena la libertad relijiosa de que disfrutan a sus anchas, no sin salvar almas todos los años de los engaños falaces del tentador.

Este caos relijioso, aquellas cien verdades contradictorias están a su vez sufriendo una elaboracion, lenta es verdad, pero segura, ascendente. Miéntras la barbarie mormónica hace sus progresos, la filosofía relijiosa de los descendientes de los peregrinos viene de alto abajo descendiendo hasta las profundidades de la sociedad, acercando las distancias que separan todas las disidencias, echando entre ellas blandas ligaduras que concluyen por estrecharlas, i que terminarán al fin en absorberlas en el unitarismo, secta nueva, panteista, en cuanto admite todas las disidencias i respeta todos los bautismos, por cuyo intermediario se ha trasmitido la gracia, i elevándose a rejiones mas encumbradas, desprendiéndose de toda interpretacion relijiosa, concluye por reunir en un solo abrazo a judíos, mahometanos i cristianos, prescindiendo de milagros i ministerios, como cosas que no cuadran con la forma orgánica que Dios ha dado al espíritu humano, i clasificándolos en el número de las figuras de la retórica. La moral del cristianismo como espresion i regla de la vida humana, como punto de reunion asequible i aceptable por todas las naciones, hé aquí el único dogma que admiten, como la virtud i la humanidad el único culto i la única práctica que prescriben a los creyentes.

Esta filosofía relijiosa se estiende con rapidez en los seis estados de la Nueva Inglaterra, tiene su centro en Boston, la Atenas norteamericana, i por propagadores a los hombres mas sabios de los Estados.

Como Ud. ve, el espíritu puritano ha estado en actividad durante dos siglos, i marcha a darse conclusiones pacíficas, conciliadoras, obrando siempre el progreso sin romper en guerra con los hechos existentes, trabajándolos sin destruirlos violentamente, como lo emprendió la filosofía nacida del catolicismo en el siglo XVIII, i que tan poco camino ha hecho. Si Ud. recuerda el espíritu relijioso que campea en los escritos de Franklin, notará que estas manifestaciones tienen antecedentes en la filosofía de buen sentido que inició aquel grande hombre práctico.

Concluyo de todo esto, mi buen amigo, en una cosa que hará pararse los pelos de horror a los buenos yankees, i es que marchan derecho a la unidad de creencia, i que un dia   —403→   no mui remoto la Union presentará al mundo el espectáculo de un pueblo católico devoto, sin forma relijiosa aparente, filósofo sin abjurar el cristianismo, exactamente como los chinos han concluido por tener una relijion sin culto, cuyo grande apóstol es Confucio, el moralista que con el auxilio de su razon dio con el axioma: No hagas lo que no quieras que te hagan a tí mismo, añadiéndole este sublime corolario «i sacrifícate la masa».

Si tal sucediera i debe suceder, cuán grande i fecundo habrá de ser para la humanidad el esperimento hecho en aquella porcion que dará por resultado la dignificacion del hombre por la igualdad de derechos; la elevacion moral por la desaparicion de las sectas relijiosas que hoi lo subdividen, enérjico por las facultades físicas, i eminentemente civilizado por la apropiacion a su existencia i bienestar de todos los progresos de la intelijencia humana. Norteamericano es el principio de la tolerancia relijiosa está inscrito en todas sus constituciones, i pasado a axioma vulgar; en Norteamérica fué por la primera vez pronunciada esta palabra que debia restañar la sangre que la humanidad ha derramado a torrentes, i venido destilando hasta nosotros desde los primeros tiempos del mundo. Católicos, puritanos, cuáqueros, calvinistas, todas estas variantes de una misma fe venian a las colonias norteamericanas, a justaponerse sin mezclarse, prevaleciendo los odios que habia enjendrado la lucha en Europa. Los padres peregrinos eran los mas celosos esclusivistas, porque habian atravesado el mundo, dice Bancroft, por gozar del privilejio de vivir para sí mismos. La guerra relijiosa, la persecucion habia ya estallado entre aquellos miserables restos de un naufrajio comun, despedazándose entre sí, en lugar de prestarse mutuo auxilio i amparo para resistir a la desgracia. Perseguian en Europa los anglicanos a los disidentes; los católicos a los herejes; quemaban a porfia la inquisicion i Calvino, papas i reyes, mahometanos i cristianos, de manera que Ud. no sabia adónde darse vuelta sin riesgo de que lo hiciesen biftec. En febrero de 1631 llegó a América un jóven ministro lleno del espíritu de Dios, i dotado de preciosos dones. Llamábase Rojerio Williams. Tenia entónces poco mas de treinta años; pero su alma habia madurado ya una doctrina que le aseguró la inmortalidad, al misino tiempo que su aplicacion ha dado paz relijiosa al mundo americano. Era puritano i venia huyendo de la persecucion de la Inglaterra; pero sus agravios personales no habian sido parte a oscurecer   —404→   su clara intelijencia. La profundidad de su espíritu le habia descubierto la naturaleza de la intolerancia, i él, i solo él, llegó al gran principio que es su único remedio efectivo. Anunció su principio bajo la simple proposicion de santidad de conciencia. El majistrado civil podia reprimir el crímen, pero jamas dar reglas a la opinion; castigar los delitos, pero nunca violar la libertad del alma. Esta nueva contenia en sí misma una reforma completa de la jurisprudencia teolójica; borrando del código de las leyes el delito de felonía por no conformidad; estinguiendo las hogueras que por tanto tiempo habia tenido encendidas la persecucion; derogando toda lei que hiciese obligatoria la observancia relijiosa; aboliendo los diezmos i toda contribucion forzosa para el sosten de la iglesia; dando igual proteccion en toda forma de fe relijiosa, sin permitir que la autoridad del gobierno civil se alistase contra la mezquita del musulman, contra el altar del adorador del fuego, la sinagoga judía, o la catedral romana.

Los principios de Rejer Williams lo pusieron en perpetua lucha con el clero i gobierno de Massachusetts. Williams no pactaba con la intolerancia, porque decia: la doctrina de la persecucion por causas de conciencia es evidente i lamentablemente contraria a la doctrina de Cristo Jesus.

Los majistrados insistian en exijir la presencia de todo hombre en el oficio divino; Williams reprobaba la lei, mirando como una abierta violacion de los derechos de un hombre compelerlo a unirse con aquellos de creencia diversa; arrastrar al templo a los incrédulos o mal querientes, era santificar la hipocresía. Una alma incrédula, añadia, está muerta en pecado, i forzar al indiferente en una creencia a entrar en otra, es como mudar de mortajas a un cadáver. Nadie debe ser obligado a adorar, por mantener una creencia, sin su propio consentimiento.

¡Qué! le contestaban los puritanos, ¿el trabajador no merece su salario? -Que se lo pague el que lo ocupa, replicaba el heresiarca de la tolerancia. Su perspicacia le hizo desde entónces prever la influencia de sus principios en el gobierno de las sociedades. En los últimos dias de su vida confirmó sus primeras ideas diciendo: «será un acto de misericordia i de justicia para las naciones esclavizadas romper el yugo de la opresion del alma, como es de fuerza obligatoria, hacer que todos i cada interes i conciencia preserven la libertad i la paz comunes»52.

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¡I la luz fué! Desde Williams acá unos mas pronto, otros mas de mala gana i refunfuñando, han tenido que apagar sus tizoncitos i dejarse de esa bufonada de mal jénero que consiste en quemar hombres para mayor honra i gloria de Dios. No tengo cuando acabar cuando entro en el campo de la teolojía; me vuelvo yankee como Ud. ve, i hasta gangoso me pongo al leer estos razonamientos. Pero mal que le pese tengo aun que apuntar una de las fuerzas de rejeneracion, propaganda i auxilio al moroso que tienen en movimiento la intelijencia en Norteamérica i fuerzan a marchar adelante a los rezagados. Su oríjen i su forma es relijiosa, si bien sus efectos se hacen sentir en todos los aspectos sociales. Hablo del espíritu de asociación relijiosa i filantrópica, que pone en actividad millares de voluntades para la consecucion de un fin laudable i consagra caudales jigantescos a la prosecucion de su obra. En este punto el norteamericano se ha creado necesidades espirituales tan dispendiosas o imprescindibles como las del cuerpo mismo, i esta provision de necesidades del ánimo, aquel tiempo, trabajo i dinero empleado en dejar satisfecho un deseo, una preocupacion, muestra cuán activa es la vida moral de aquel pueblo. ¿Quién pudiera ser mas infatigable propagandista que el católico esclusivo para quien no hai salvacion fuera de la iglesia, i está en posesion de una verdad, de que ve a tantos millares de sus semejantes estraviados? Preguntadle al clero mas intolerante ¿cuánto dinero gasta de su bolsillo para proseguir la reduccion de los infieles, la moralizacion de las masas? Poquísimo por desgracia, i ese poco no es debido al sentimiento relijioso que lo anima, sino a las cualidades personales i a las predisposiciones de ánimo del que se consagra a las obras de propaganda i filantropía. ¿A quién le ha ocurrido en la América española intentar una cruzada contra la borrachera? En los Estados Unidos se cuentan por millares los propagandistas celosos de la templanza, i por cientos de miles los que han suscrito la obligacion de no probar licores, hasta que la raza humana se cure de esta enfermedad que desbarata economía i destruye toda moralidad.

El norteamericano satisface deberes, i llena necesidades de su corazon i de su espíritu con su dinero; i si hubiera de formar su presupuesto anual de gastos, diria 100 en comer i vestir, 20 en propagar las buenas ideas relijiosas, 10 para obras de filantropía, 50 para fines políticos, 30 para civilizacion de los bárbaros. Así distribuida la inversion del fruto del trabajo,   —406→   se permite la libertad de mostrarse egoista, duro e interesado.

La Sociedad americana de templanza data desde 1826, i ya en 1835 habia en el pais ocho mil sociedades, con millon i medio de miembros. La caridad por los borrachos no se limita a buenos ejemplos. Cuatro mil destiladores de aguardientes desmontaron sus alambiques, ocho mil comerciantes se abstuvieron de vender licores, i mil doscientos buques se hicieron a la vela sin provision de aguardiente. La lejislatura de Massachusetts prohibió la venta de líquidos alcohólicos por ménos de 15 galones. Tre tract society, que tiene por objeto moralizar las clases ambulantes, como los marineros i otros, publicó en 1835 cincuenta i tres millones de pájinas. La Sociedad americana de escuelas dominicales, formada en 1824, recolectaba diez años despues 136855 pesos en un año; habia hecho 600 publicaciones diversas: i estaba en contacto con 16000 escuelas, 115000 maestros, cerca de 800000 discípulos.

La Sociedad bíblica americana ha recibido desde su fundacion hasta ahora poco, dos millones i medio de pesos, i abandonado a la circulacion cosa de cuatro millones de ejemplares de la Biblia. Omito hablar a Ud. de las misiones en el occidente, en cuyos paises una sola de ellas mantiene 308 misioneros, 478 escuelas; 17 imprentas, 4 fundiciones de tipos para imprimir libros en idiomas ignorados aun de nombre en Europa. Los resultados de las misiones americanas en Sandwich los conocemos todos para que haya de detenerme sobre ellos; pues mi ánimo al recordar todas estas sociedades, es solo hacer sensible una de las muchas fuerzas civilizadoras que están en continua accion para mejorar moral, relijiosa i políticamente la condicion del pueblo. No es raro ver un banquero como Girard, que deja millon i medio de duros para que se funde un colejio en que se eduquen jóvenes bajo ciertas condiciones por él prescritas, i otros filántropos que, como Franklin, dejen un fondo para que dentro de dos siglos se disponga de los intereses capitalizados. En todo este enorme i complicado trabajo nacional, verá Ud. predominar una grande idea, la igualdad; un sentimiento, el relijioso, depurado de las formas esteriores; un medio, la asociacion, que es el alma i la base de toda la existencia nacional e individual de aquel pueblo.



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Dos cosas me habian hecho desear inspeccionar personalmente los Estados Unidos. La colonizacion i la práctica del sistema electoral; el modo de poblar el desierto, i la manera de proveer al gobierno de la sociedad. Sobre lo primero mis deseos quedaron satisfechos, i pude ver claro, i darme cuenta de todo el mecanismo. Un hecho al parecer tan espontáneo, tan irregular, encierra, sin embargo, una teoría, una ciencia i un arte Hai un sistema de principios, de leyes i de reglas para colonizar prósperamente, de cuya infraccion u olvido han resultado todas las poblaciones raquíticas de nuestros paises. Rio Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Valparaiso, son ciudades posteriores a la formacion de las colonias españolas. Toda la ocupacion de la América del sud está montada en los errores mas garrafales en el arte de poblar, i la mitad de los desastres de nuestras repúblicas estaban ya preparados por el sistema de colonizacion española. Era esta una mina que debió reventar con el fuego de la independencia. Mis aserciones las justificaré en un trabajo especial, sobre los sistemas i medios de poblacion i ocupacion del territorio. Creo con esto haber llenado un vacío en nuestros conocimientos americanos.

No anduve tan feliz en materia de elecciones. Es cosa esta para vista; pues por lo que hace a principios jenerales, cada Estado, i la constitucion de los Estados Unidos en jeneral, dan idea suficiente. Durante mis rápidas escursiones en aquel pais, no me cupo en suerte ver elecciones sino una, en Baltimore, de mayor, autoridad equivalente a la de lord mayor de Lóndres, a lo que creo. Era preciso haber presenciado muchas elecciones, en distintos lugares i con diversos objetos, para penetrar en la práctica de las instituciones norteamericanas, el juego de las pasiones políticas, i las combinaciones de los partidos. ¿Puede haber materia de estudio político mas grande que la del medio preciso, exacto, de hacer llegar a los destinos públicos el hombre mas apto para desempeñarlos? Podemos estar seguros de haber confiado la ejecucion de un cuadro, de un palacio, de una nave al primer artista o constructor de la tierra; pero, ¿podremos acercarnos siquiera a la verdad cuando se trata en un Estado de confiar a un individuo,   —408→   diputado, presidente, o correjidor, el encargo de producir el mayor bien posible para toda una sociedad, i acaso para jeneraciones i para la humanidad entera? El sistema electoral es todavía un caos por desembrollar; un jérmen apénas fecundado, i solo en los Estados Unidos se ha desenvuelto lo bastante por una práctica comparativamente larga. El único incidente electoral que presencié, fué el empeño de los diarios demócratas de exaltar a los irlandeses emigrantes contra el candidato del partido whig, invitándolos a que se reuniesen a los demócratas en la eleccion. Este es espectáculo no era por cierto mui edificante. La chusma irlandesa, apénas llegada de Europa, es allá lo que en Chile son los rotos, i al juicio de uno i otros, echado en la balanza en cuanto conocimiento de la conveniencia pública, no le da Ud. sin duda mucha importancia.

No pudiendo de propia esperiencia trasmitirle mi juicio sobre lo que no vi en materia de elecciones, lo suplo estractando de los viajes del frenolojista Combe, cuanto a este respecto ha dejado escrito. Es un buen testigo, i su saber, el ser inglés, amar la república, i una imparcialidad i franqueza sincera, lo hacen un juez competente i una autoridad. Lo que sigue es una traduccion de este autor.

«A lo que he podido comprender, los candidatos para los empleos del Estado no van de puerta en puerta a solicitar votos en Massachusetts, como lo he visto en Escocia. Estamos en vísperas de una eleccion anual, i se han convocado meetings preparatorios por cada uno de los partidos de la ciudad. Estos elijen para representante delegados preparatorios de todas las asambleas, i preparan una lista de candidatos para ser propuestos a su partido, como personas competentes para llenar el empleo vacante. Llámanse estas listas tickets. El ticket whig i el ticket democrático se anuncian por los diarios de los respectivos partidos, siendo el uno sostenido, i atacado el otro con todos los hechos, argumentos, agudezas, i aun me temo que por todas las invenciones, falsedades, que el talento i la malicia de cada partido puedo aducir en sosten de sus propios candidatos i en desdoro de los contrarios. Debemos deplorar el olvido de la verdad, cortesanía i delicadeza que estas luchas traen en la prensa pública, sin embargo de que todos los que se han mezclado en la vida pública, saben que prácticas semejantes deshonran en una grande estension la prensa británica.

»Los votantes están rejistrados en un libro i la ciudad i   —409→   condados divididos en distritos de convenientes dimensiones, en cada uno de los cuales se establece una mesa i se anuncia públicamente. Los electores acuden a estas estaciones el dia de las elecciones; cada uno anuncia su nombre al empleado encargado del rejistro; i si está en efecto rejistrado, el votante pasa la urna i deposita en ella su lista impresa i se retira. Numerosos partidarios de cada bando asisten para impedir las tentativas de votar bajo un nombre falso. Ningun hombre puede votar dos veces, porque es borrado en el rejistro desde que aparece la primera vez. El voto no está firmado por el votante porque esto traicionaria el secreto de su voto; pero le miran prolijamente la mano, para que no introduzca dos o mas tickets en la urna. Al fin de la eleccion los tickets son examinados, i despues de una comprobacion de los votos hecha por empleados nombrados al efecto, quedan electos los candidatos que tienen mayoría absoluta sobre el número total de votantes. Si un individuo no está satisfecho con el ticket de su partido, puede borrar algunos nombres i sostituirlos con otros de su eleccion. Como por lo jeneral no hai concierto entre los que tales alteraciones hacen, rara vez ven electos a sus candidatos, no consiguiendo otra cosa que debilitar a su propio partido. Estos votes son mirados como separados, i técnicamente se les llama estraviados. Alguna vez acontece que haya dos o mas tickets, conteniendo cada uno de ellos listas de diferentes candidatos, i si cada una de estas listas se presenta en número igual, el resultado es que no hai eleccion. Cada lista puede ser sostenida por un tercio o ménos de votantes; i como por la lei es esencial para que haya eleccion una mayoría sobre todos los votantes, ningun candidato es electo. Entónces se señala dia para proceder a nueva eleccion. Me he asegurado de que la intimidacion en el sentido inglés de la palabra, es desconocida. Si se intentase causaria mucha alarma i seria resistida con buen suceso. El voto de cada hombre es conocido de su partido, i aunque cada individuo tiene en su poder medio de ocultarlo, pocos o nadie lo hacen. No hai conmocion ni excitacion hostil en las elecciones.

»He hecho repetidas investigaciones sobre el mecanismo interno puesto en operacion ántes de las elecciones, i me han informado que es siguiente: cada partido nombra comisiones en cada distrito para solicitar votantes. Conversan con ellos con respecto al mérito de los candidatos presentados en su ticket, a fin de persuadirlos a que vayan a votar por ellos. Los miembros ricos suscriben una suma de dinero para pagar   —410→   los gastos de discursos, impresos, avisos, salones ara los meetings, i aun carruajes para traer los enfermos a las mesas en cada eleccion. El número de votantes son la mitad o los dos tercios de todos los que tienen derecho de votar, a no ser en ciertas ocasiones de grande excitacion, en que casi todos toman parte. Los abogados toman una gran parte en las elecciones; pero el clero i los médicos casi no se ocupan de esto. Pueden algunos individuos de entre aquellas profesiones hacerlo, pero estas son excepciones de la regla jeneral. Los que conocen los movimientos del mecanismo político en Inglaterra, reconocerán a este respecto la semejanza entre uno i otro pais. Me han asegurado que en los Estados Unidos la urna no ofrece proteccion ninguna al votante. Sábese perfectamente por quien vota cada individuo; i no hai intimidacion, porque el hombre que amenazase a otro con las consecuencias de votar en tal sentido, seria deshonrado públicamente. Los políticos consideran que nosotros, los ingleses, damos mucha importancia a la urna en Inglaterra, i me aseguran que ella no proteje al votante como esperamos. Pero no conocen la condicion de abyecta dependencia de muchos de los votantes ingleses, ni la violencia que se practica sobre sus conciencias; no comprendiendo la induljencia con que son mirados en Inglaterra los intimidadores».

Eleccion en el Estado de Nueva York. Hoi llegó a Boston la noticia de las elecciones de los miembros de la lejislatura, gobernador, etc., de Nueva York.

«El partido whig sacó a la plaza dos piezas de artillería de bronce pertenecientes al Estado, e hicieron salvas. Con tanta simultaneidad i presteza fueron disparados ambos cañones, que por lo pronto creí que era todo un parque de artillería. Preguntando cómo los cañones del Estado podian ser prestados para celebrar un triunfo de partido, se me dijo que estaban igualmente al servicio del partido opuesto cuando tenia alguna victoria que celebrar.

»Hoi visitamos a Salem, una ciudad marítima a cosa de 14 millas de distancia de Boston, mas abajo de la bahia en la costa del norte. Era dia de elecciones en el Estado. Yo visité una de las mesas i encontré hombres a la puerta teniendo las listas de los candidatos rivales, i ofreciéndolas a cada votante en el acto de entrar. No sin dificultad pude persuadirles a que yo no era votante. El votante se presenta al secretario de la mesa i anuncia su nombre, i búscase este en el rejistro, se marca, echa el voto en la urna i se va. Todo estaba tranquilo,   —411→   i solo unos cuantos individuos estaban estacionados en el lugar de la votacion, conversando i calculando las probabilidades.

»Las elecciones de Boston han sido publicadas, i a consecuencia de una escision en el partido whig con motivo de la licence-law, aquel partido ha perdido por una gran diferencia. Por la lei, debe concurrir mayoría sobre el número de electores para que haya eleccion. Tres listas de candidatos se presentaron en las mesas. Una por los candidatos democráticos; otra por los whigs que eran contra la licence-law (lei prohibiendo vender aguardiente por ménos cantidad de quince galones) i otra por los whigs, sin espresion de opinion alguna sobre aquella cuestion. Solo aquellos individuos cuyos nombres se hallaban en ambas listas whigs tuvieron mayoría sobre el número de votantes i fueron electos. Debe haber una nueva eleccion para los que tenian ménos, i que no son electos por tanto.

»Espero con toda confianza que como el partido whig ha triunfado en el estado de Nueva York, propondrá i sancionará un bill para que se establezca un rejistro de votantes en aquel Estado, en donde actualmente no solo prevalece el sufrajio universal (escluyendo pobres de solemnidad i difamados), sino que la calificacion se hace en las mesas, circunstancia que ha conducido a las mas groseras falsificaciones, i dado lugar a prácticas vergonzosas en la última eleccion, particularmente en la ciudad de Nueva York».

»Alborotos en Harrisburg. Harrisburg, una villa a orillas del Susquehannah, cerca de ciento cinco millas de Filadelfia, es la capital política de la Pensilvania, en donde tiene sus sesiones la lejislatura del Estado. La lejislatura se reunó a principios de diciembre; pero a consecuencia de una disputa con respecto a un informe, dos speaker fueron elejidos, i se organizaron dos cámaras de diputados. Esto se hizo tranquilamente. Sin embargo, cuando comenzó la sesion anual del senado en la tarde del mismo dia, estaba reunido un atropamiento con el intento de imponer a aquel cuerpo la marcha que habia de seguir. El senado postergó sus sesiones, i el atropamiento organizó una comisión de salvacion, que dirijia sus procedimientos. El desórden reinó por algunos dias sin que ninguna de las dos cámaras de la lejislatura pudiese celebrar sesiones con regularidad. 'La cámara ejecutiva, i el departamento de estado fueron cerrados, dice el gobernador Ritner, i la confusion i la alarma prevalecieron en el asiento   —412→   del gobierno'. La milicia fué convocada, i obedeció a la intimacion. Su presencia sin derramar sangre, disipó todo lo que mostraba síntomas de violencia declarada, i bajo su proteccion los miembros de la lejislatura quedaron en libertad de arreglar a su modo sus propias diferencias.

»Grande era la excitacion, no solo en Harrisburg, pues el asunto despertó por toda la Union un vivísimo interes. Quien no esté habituado con el pueblo i las instituciones, se habria imajinado al recorrer los informes de los diarios, que habia comenzado en Pensilvania una nueva revolucion i una guerra civil; mas estas impresiones se desvanecen viendo las cosas de cerca. En cuanto me fué posible entenderlo, los motivos de la disputa eran los siguientes. Una enmienda importantísima a la Constitucion del Estado habia sido últimamente adoptada por el pueblo, la cual debia tener efecto el 1.º de enero de 1839. Debe tenerse presente que las recientes elecciones acababan de dar preponderancia al partido democrático en los tres ramos de la lejislatura; i cuando el gobernador democrático Porter entró en funciones en enero, hubo muchos cambios de empleados whigs para instalar en su lugar a sus oponentes. Los partidos, sin embargo, están de tal manera contrabalanceados, que la lucha por el poder es de vida o de muerte, i no hai resorte legal i político que no se toque por el partido whig para matenerse en los empleos, i por los demócratas para espulsarlos. La sala de representantes se compone de cien miembros. De estos hai electos sin disputa:

Miembros democráticos48
Id. whig.44
Miéntras hai ocho asientos del condado de Filadelfia
disputados i pretendidos por ambos
8
100

»El condado (sin la ciudad) está dividido en diez i siete distritos, i cada distrito nombra una persona, en todos diez i siete individuos, cuyo deber es hacer el escrutinio de los votos. Los diez i siete i jueces reunidos examinaron los votos, recibieron pruebas, oyeron consejos de ambas partes, i por una mayoría de diez votos contra siete desecharon los votos de las libertades del norte, i prefirieron los ocho candidatos democráticos. Pasaron al secretario de Estado estos miembros, como debidamente electos. Segun ellos, la forma legal de pasar el   —413→   informe estaba llenada; a saber, dieron certificado de que las personas nombradas tenian el mayor número de votos para sus respectivos oficios, i que ellos, los jueces, los declaraban estar debidamente electos. La minoría, sin embargo, era de opinion que conforme a la lei, la mayoría de los diez i siete jueces habia excedido sus poderes constitucionales, declarando quiénes eran los electos. Segun su interpretacion de la lei, los diez i siete eran meros oficiales ministeriales, cuyos deberes eran solo de escribanos, i consistian en sumar el total de votos sufragados por cada candidato en su distrito, e informar de ello a los oficiales correspondientes. La lei no les dá poder para desechar el voto de un distrito o de parte de un distrito. La minoría whig, por tanto, dió un certificado a los siete candidatos whig, en conformidad de su manera de ver la lei, i lo despacharon inmediatamente al Secretario de Estado, que era tambien whig. Este certificado llegó ántes del de los demócratas, i cuando el último llegó, se negó aquel a recibirlo alegando que ya habia recibido un informe, que era su deber presentara la Sala, dejándole a ésta la incumbencia de obrar segun lo creyese conveniente. Segun la lei, los individuos que traen certificado de los oficiales que estienden el informe, toman sus asientos i votan hasta que sean desposeidos por un voto de la Sala, a peticion de sus oponentes. Si estos siete whig hubiesen entrado en la Sala de representantes i votado, habrian dado a su propio partido tina mayoría temporal por lo ménos, i bajo su ascendiente nombrado un speaker (presidente), un secretario, i acaso un tesorero de Estado i un auditor, a mas de un senador del Estado de Pensilvania al congreso de los Estados Unidos.

»El partido democrático, considerándose en posesion bonafide de la mayoría de votos, i de haber hecho un informe legal, no queria someterse a ser desposeido de sus ventajas, por lo que él designaba como un fraude whig; miéntras que los whig, creyéndose tener certificados en regla, insistian por ocupar sus asientos hasta que sus oponentes obtuviesen una decision de la Sala rechazando sus pretensiones.

»Fácil es colejir la magnitud de los desórdenes que se siguieron a este conflicto. Los dos partidos estaban casi contrabalanceados, i sus temores i esperanzas excitados profundamente. El pueblo mismo es el poder dominante, i cuando está excitado, no teme responsabilidad alguna legal, sino que lleva a efecto sus deseos i convicciones en el modo que mejor cuadra a las exijencias del momento. Apelará a las leyes   —414→   cuando el mal de que se queja no se hace irremediable con la demora; pero en el caso presente, si los demócratas hubiesen dejado a sus oponentes tomar posesion de sus asientos, el daño se habria perpetrado ipso facto, i recurrieron a un alboroto para impedirlo. En cualquier pais de Europa, (¿qué diremos del resto de la América?) un asalto tumultuoso sobre la lejislatura, si hubiese tenido efecto, habria sido el precursor de una revolucion; pero aquí es un suceso de importancia mui subalterna. En los Estados Unidos una revolucion no puede conducir a otra cosa que a la pérdida de la libertad. El sufrajio es punto ménos que universal, i el pueblo elije directa o indirectamente, no solamente la lejislatura, sino todos los empleados del Estado. Las imajinaciones mas desarregladas no pueden idear una forma mas democrática de gobierno; i como no hai una clase aristocrática que tenga intereses separados i sentimientos diversos de los del pueblos que pudiese usurpar el poder, una revolucion conduciria al depotismo. Los Estados están mui léjos de aquellas condiciones en que el depotismo se hace posible. No hai una multitud pobre, ignorante i sufriente, que un ambicioso pueda arrastrar a prestarle su fuerza física para echar por tierra las libertades de su pais. Una gran porcion de electores son dueños de fincas, miéntras que la mas humilde clase posee propiedad i algun grado de intelijencia. Todos han sido educados en el amor, no solo de la libertad, sino tambien del poder. No hai desórdenes sociales dignos de mencion, i los que existen no son de naturaleza de inducir a los ricos a desprenderse de su libertad, a trueque de asegurar la salvacion de sus vidas i propiedades. Jeneralmente hablando, la justicia de hombre a hombre es hecha bien i ejecutada vigorosamente. Solamente cuando el gobierno obra contra el pueblo, o el pueblo está poseido del frenesí de hacer mal por medio de los tumultos, se sienten débiles los poderes ejecutivo i judicial. Estas ocurrencias son raras i nacen de causas temporales i específicas. No hai descontento jeneral, reforzándose secretamente hasta que se halla en actitud de estallar por entre de las junturas que la lei deja, buscando desagravio en la anarquía i en el derramamiento de sangre. Toda injusticia es sentida, i proclamada por mil lenguas a guisa de trompetas, pintándola con las formas mas exajeradas; i como el pueblo domina absolutamente en la lejislatura i en el ejecutivo, no puede durar hasta hacerse verdaderamente formidable. Mirados a la distancia los gobiernos de los Estados   —415→   particulares, pueden aparecer tan débiles que se crea a la sociedad constantemente espuesta a la anarquía; pero cuando se examina de cerca la condicion del pueblo, se ve que faltan los elementos de anarquía. Estos gobiernos apoyados en los intereses populares, en la intelijencia popular i la voluntad popular, tienen una base tan ancha, que en las presentes circunstancias de la nacion es imposible trastornarlos, i como el poder de reconstruccion está constantemente presente, aunque fuesen dislocados en algunas de sus partes, se reunen con una rapidez, i reaccionan con una actividad que muestra los mas fuertes indicios de salud i de vigor.

»Una democracia es un rudo instrumento de regla en el estado presente de las costumbres i de la educacion en los Estados Unidos, i no he encontrado aun un radical inglés que haya tenido el beneficio de cinco años de esperiencia, que no haya renunciado a su creencia, i cesado de admirar el sufrajio universal. Pero la grosería de la máquina i su eficacia son cosas diferentes. Es grosera porque la masa del pueblo, aunque intelijente en comparacion con las masas europeas, está aun mui imperfectamente instruida, cuando sus conocimientos i su cultura se miden con los poderes que tiene que manejar. Es eficaz sin embargo, es sólida en su estructura, i sus bases son fuertes.

»Leo sin alarma las relaciones de los tumultos de Harrisburg, i el llamamiento de las tropas de los Estados Unidos para reprimir la rebelion, como la llaman muchos diarios, i de la marcha de mil hombres de milicia al lugar de los disturbios. Yo sé que los tumultuarios tienen fincas, tiendas, mujeres, hijos i otras relaciones, i que tienen un gran cuidado de sus vidas e intereses; i de antemano calculaba que por grandes que sean los gritos i las amenazas, no habrá ni derramamiento de sangre, ni destruccion de propiedad. I así sucedió en efecto. Los tumultos han desaparecido; la lejislatura sigue sus deliberaciones en paz, i ya empieza todo el mundo a admirarse de que haya pasado toda aquella bulla».

«Derecho de sufrajio de Pensilvania. -Ultimamente ha sido adoptada una enmienda a la Constitucion por el pueblo de Pensilvania, por la cual se hace depender el derecho de sufrajio de una residencia de un año en el Estado, en lugar de dos que se necesitaban ántes, i de diez dias de residencia del votante en el distrito en que ha de votar, cosa que no se requeria, i en el pago de una contribucion del Estado o del condado. Requiérense ambas contribuciones, pero toca a la   —416→   lejislatura determinar la clase de pruebas por las cuales se han de acreditar aquellos requisitos i aquella residencia. Las personas de color residentes en el Estado, aunque libres i pagando contribuciones, son privadas del derecho de votar. Antes de la enmienda no habian palabras especiales para excluirlas; pero pocos se aventuraban a reclamar su privilejio, tan inveterada es la preocupacion contra ellos.

»El gobernador Ritner en su Mensaje, urje con fuerza sobre la necesidad de dictar leyes que regularicen las elecciones, para prevenir los fraudes que hasta ahora han prevalecido. Añade que otra razon exije ahora una lejislacion mas estricta i específica sobre ese asunto: «El número de empleados que deben ser elejidos por el pueblo dará a las elecciones mas interés, i a cada voto individual mayor valor presente i local que el que ántes tenia, i sujetará, en consecuencia, el poder del votante individual, que se ha hecho hasta hoi el poder directo, a mayor peligro de fraude i de malas prácticas que ántes, cuando su influencia era mas remota».

«Apuestas sobre las elecciones.- Ritner añade: «Yo recomiendo fuertemente la sancion de una lei mas efectiva contra las apuestas sobre elecciones, cuya práctica forma la mas perniciosa clase de juego. Las apuestas i el juego de otras clases solo perjudican a las partes mismas, miéntras que éste hace una herida a los derechos de todos, i destruye la confianza que cada ciudadano tendría en las decisiones de la urna».

«No solo es así, sino que tambien destruye la confianza de los hombres honrados en la naturaleza humana misma. Cuando la masa del pueblo a quien se le ha confiado el poder soberano, puede permitir a uno de sus propios miembros convertir el sagrado encargo de elejir gobernadores, majistrados i lejisladores en materia de juego, se muestra indigna de la libertad. La existencia de una práctica semejante en tal estension que requiera la interposicion lejislativa, representa una pintura humillante del ascendiente del espíritu de avaricia i de especulacion, sobre la moralidad i la razon, en una porcion al ménos del pueblo de este Estado. El mas violento calumniador no podria inventar cargo que afectase mas profundamente el carácter moral, i que mas poder tuviese para destruir la confianza de los estranjeros en las instituciones de Pensilvania, como esta reconocida bajeza. Un pueblo se está preparando para el despotismo cuando convierte las franquicias electorales en un mero asunto de especulacion pecuniaria. Pero el sentimiento público se sublevó en virtuosa   —417→   indignacion contra práctica tan deshonrosa, i, como tendré en adelante ocasion de observarlo, la suprimió bajo las penas mas severas».

«Eleccion civil de Nueva York.- La eleccion de Mayor i consejeros para la ciudad de Nueva York acaba de terminarse. El partido democrático ha quitado el poder a los whigs i anda ahora celebrando su triunfo.

»Es esta una revolucion en la opinion, que ha dejado a todo el mundo lleno de admiracion.

»La eleccion es el asunto universal de conversacion. Un periódico hace en estos términos la pintura de aquella escena: 'Los loco-focos andan triunfantes por todas partes, sonriendo con todas sus infernales bocas. Al concluir la eleccion del mártes pasado, viendo el diablo que él habia metido en ello la cola, empezó a alegrarse también, i atrajo una de esas tormentas nordeste que causan centenares de enfermedades de consuncion, i traen por millares el fastidio i los diablos azules. ¿Pero qué cuidado se los dá a los loco-focos de la lluvia, ni de mojarse? Cuando ellos ganen en otra rejion futura la caliente mansion que les aguarda, tendrán sobrado tiempo de secar sus andrajosos trapos, ante el fuego que nunca se estingue. Nunca se vió Tammany Hall i sus alrededores en tales éxtasis de contento. Las miriadas de los loco-focos, tan numerosas como las langostas de Ejipto, estaban ayer en completo éxtasis en toda la ciudad. Lluvia, golpes, harapos, ¿quién cuida de eso? decian. Hemos aporreado a los condenados whigs, i esto basta'.

»Créese jeneralmente que en el presente caso, han sido empleados medios deshonrosos por ambos partidos para ganar las elecciones. No hai rejistro de votantes en la ciudad, i el título de cada uno que pretende votar es determinado en la mesa. Ciudadanía i residencia son las principales calificaciones. Se dice que un gran número de estranjeros han sido admitidos a votar por una de las cortes de lei, sin que tuviesen los requisitos legales. Se ha asegurado que los inmigrantes gobiernan la ciudad, con esclusion de los nativos, i se pide una residencia mas larga i se desearia imponerla, como un título a la ciudadanía. Tambien se han cometido fraudes en la lei que requiere residencia en un barrio, como calificacion para votar. Cuando un partido habia obtenido una fuerza supernumeraria de votantes legales en un barrio, pero encontrádose débil en otro, habia trasladado una porcion de su número del barrio fuerte a dormir una sola noche en el barrio   —418→   débil: se habian presentado al dia siguiente en la mesa, i jurado que eran residentes en él, votado, i vuelto inmediatamente a sus casas. De este modo violaban el espíritu, pero no la letra de la lei. Llaman a esta operacion colonizar. Los hombres virtuosos de ambos partidos admiten que se debe poner término a todos estos fraudes, o la urna será una mera farsa; con este motivo dicen: 'el que mas maula hace, reune mas dinero, compra i coloniza mas, gana las elecciones'. Por esto se pide que haya una lei de rejistro.

»Estas contiendas conducen sin referencia a principios morales, a desmoralizar todas las clase, i hacen un duradero daño a una república que no tiene otra áncora de salvacion que la virtud de sus ciudadanos. Introducir la inmoralidad en las elecciones es hacer traicion a su pais. Verdad es que esta es la única forma en que un americano pueda cometer aquel crímen.

»Al mismo tiempo que condeno aquellas inmoralidades republicanas, debo hacer justicia a las instituciones, pues ántes de la próxima eleccion se dictó una lei mui restrictiva para curar estos males, i ambos partidos admitian que habia producido sus deseados efectos. Una lei de rejistro habia pasado ántes de mi salida, de manera que la reproduccion de aquellos abusos era imposible. De este modo miéntras que lamentamos las aberraciones de los americanos, no debemos cerrar los ojos a su tendencia a rectificar sus propios errores, i correjir los estravíos en el sendero del deber».

«Lei de elecciones.- El 7 de mayo sancionó la lejislatura de Nueva York una lei para remediar los abusos que se perpetraba en las elecciones. Por ella se dispone que toda persona que jure falso en cuanto a su calificacion será criminal de perjurio, i las personas que indujeren a otros a jurar en falso, serán criminales de soborno de perjurio, i ambos castigados en conformidad.

»Las personas que tratasen de influir a un elector o apartarlo de votar, pagarán una multa que no baje de 500 pesos, o sufrirán una prision que no exceda de un año, o ambas penas a un tiempo. Las personas que voten u ofrezcan votar en un barrio que no sea el suyo propio, o mas de una vez en una eleccion, serán castigadas con prisión o multa o con ambas cosas. Los habitantes de otro estado que voten en éste serán criminales de felonía, i serán puestos en la prision de Estado por un término que no pase de un año».

«Eleccion de Nueva York. -El partido democrático ha   —419→   triunfado en la eleccion de los miembros para la lejislatura de la ciudad de Nueva York por una mayoría de mil quinientos. Los diarios de aquella ciudad de ambos partidos reconocen que la eleccion ha sido conducida con órden i decoro, i que el resultado espresa francamente la opinion de la mayoría. Esta eleccion tuvo lugar bajo la lei enmendada: las elecciones civiles del pasado abril habian sido señaladas por deshonrosa corrupcion en jeneral, i perjurios de ambos partidos.

»En el Estado de Nueva York, los whigs han elejido el gobernador i los electores de ambas cámaras de la lejislatura; de modo que los demócratas solo tienen ascendiente en la ciudad».

«Eleccion de Boston. -Hoi es el dia de hacer eleccion en Boston para gobernador i otros empleados del Estado, i para miembros de la lejislatura; i yo fuí a una mesa a observar los procedimientos. Habia órden i buen humor; pero la opinion está profundamente dividida sobre la lei que prohibe la venta de licores al menudeo, i estas diferencias van a obrar sobre la lejislatura por medio de la urna electoral. Ya he mencionado que por solo la ajitacion moral, la causa de la temperancia habia hecho tan grandes progresos en Massachusetts, que en 1838 la lejislatura sancionó una lei a la cual concurrieron whigs i demócratas, prohibiendo la venta de todo licor que contuviese alcohol, en ménos cantidad que quince galones, excepto con licencia especial; que muchos amigos de la temperancia se opusieron a ella desde el principio, porque llevaban las cosas demasiado adelante, i por ser errónea en principio. En la mesa de las votaciones encontré un ticket regular whig, conteniendo una lista de puros whigs; un tictek demócrata, con una lista de puros demócratas, ambos sin referencia a la cuestion de temperancia; un ticket union liberal, conteniendo puros candidatos whigs, pero una mitad partidarios i otra adversarios de la temperancia, o como decia con mucha gracia un amigo «un ticket compuesto de un vaso de ron i otro de agua alternativamente». Habia un ticket whig temperante, cuyos candidatos eran todos whigs i abogados de la temperancia; un ticket democrático temperante, en el cual todos eran demócratas partidarios de la temperancia. A mas de estos habia un ticket liberal whig, uno independiente democrático, otro union temperancia, i otro abolicion, no siéndome posible saber el significado preciso de muchos de ellos. El resultado de esta eleccion en todo el Estado fué que el gobernador   —420→   whig Eduardo Everett fué removido, i Mr. Marcus Morton, un juez demócrata, fué nombrado gobernador por una mayoría de uno; los whigs conservaron un ascendiente en el senado i en la sala de representantes solo por una diminuta mayoría, i cuando se reunió la sala, su primera acta fué abolir la lei sobre el menudeo de licores espirituosos casi a la unanimidad».

«El presidente de los Estados Unidos. -En marzo de 1839 debe espirar el primer término de oficio de M. Van-Buren, i una nueva eleccion de presidente tendrá lugar en 1840. Desde que llegamos a los Estados Unidos los diarios whigs habian opuesto a Mr. Clay como el candidato para la presidencia por parte de los whigs, a Van-Buren nombrado por los demócratas para ser reelecto. Los whigs han tenido una convencion de delegados de todos los Estados en Harrisburg, en Pensilvania, en la cual dejaron a un lado a Mr. Clay i nombraron al jeneral Harrison residente en North Rend en el Estado del Ohio como su candidato, i a Juan Tyler de Virjinia para la vicepresidencia. Mr. Clay ha escrito una hermosa carta renunciando a sus pretensiones i aconsejando unanimidad en las filas whigs en favor de Harrison i Tyler. Los delegados al regresar a sus estados respectivos convocan a los miembros de su partido a un meeting para esplicarles las razones que han guiado a la Convencion en la eleccion hecha. Reúnense entónces meetings de ciudad i de condados a los cuales se comunican estas esplicaciones. Por medio de este mecanismo los whigs de todo este vasto pais son invitados a comenzar las operaciones bajo este mismo espíritu para asegurar el éxito del objeto de esta eleccion. Los demócratas siguen una marcha semejante, pero como están en el poder, su conducta es mas bien defensiva que agresiva».

«La falta de un libro de rejistro de votantes es indudablemente un defecto en la lei de elecciones de Nueva York; pero si algun partido político propusiese tal arreglo, seria acusado por el otro de querer restrinjir los derechos populares, i hacer de ello capital político. En la ciudad de Nueva York, sin embargo, prevalecia el partido democrático en 1839, miéntras que el partido whig dominaba en la lejislatura del Estado. Los whigs se aprovecharon de la oportunidad suministrada por los groseros fraudes practicados en la eleccion municipal de Nueva York, para sancionar una lei mandando se llevase un rejistro de electores en aquella ciudad. No lo habrian hecho así para el Estado, porque el grito de derechos populares se   —421→   habria levantado contra ellos con suceso, miéntras que nada perdian en la ciudad por pertenecer ya a sus oponentes. Por tanto, estableciendo un rejistro para aquella ciudad, hacian el bien que les era posible, esperando ocasion de hacer estensiva la lei a otros lugares».

«Para adquirir popularidad es preciso buscar la opinion pública por su lado flaco. Ya he descrito a la gran mayoría de los votantes americanos como jóvenes ardientes, llenos de impulso, activos i prácticos, pero deficientes de miras profundas i estensas, i tambien incapaces de proseguir un bien distante en medio de obstáculos i dificultades. Tambien dejo establecido que su educacion, en proporcion de los poderes que ejercen i de los deberes, es mui defectuosa. Para ganar el favor de un pueblo en esta condicion de ánimo, no basta por sí misma la actual capacidad para conducirse con honradez e independencia en el desempeño de los destinos públicos; debe ademas dirijirse a sus sentimientos predominantes, participar de sus aversiones i predilecciones capitales, i adherirse con ardor a la causa o al partido que sabe gozar de mas alto favor.

»El puede representar su propia capacidad para el empleo, i su certificado será recibido, con tal que bajo otros respectos su conducta i principios sean aprobados. Si en el desempeño de sus funciones se condujese mui mal, será depuesto del empleo al fin del término por el cual fué elejido; pero la mas sabia i concienzuda ejecucion no le asegurarán en lo jeneral su mantenimiento en el empleo, si aboga públicamente por opiniones impopulares, aunque no tengan relacion con su empleo, o si pertenece a un partido que haya perdido el favor público, o sido despojado del poder.

»El mejor remedio que puede proponerse para los males descritos, me parece que consiste en una educacion mas alta, i en dar mayor preparacion a los electores; si ellos hubiesen sido mas completamente instruidos en su juventud con respecto a las leyes que reglan la prosperidad de las naciones, como tambien en las cualidades del espíritu humano, i en la indispensable necesidad de que los empleados públicos tengan integridad i juicio para el recto manejo de los negocios, entonces exijirian de sus hombres públicos mas capacidad para captarse el favor popular, i de este modo se conservarian en posesion de los empleos hombres útiles i fieles».

«La excitacion del espíritu público durante la lucha por la presidencia es grande i universal; la lengua deja de espresar i los oidos de escuchar otras palabras que aquellas que se   —422→   refieren a la eleccion; la prensa brama bajo el peso del asunto, i todas las funciones de la vida parecen estar consagradas a este objeto. La eleccion del presidente enjendra mucha borrachera i desórden, fraudes, mentiras, soborno, seduccion e intimidaciones, pero tambien produce mucho bien. Las medidas del gobierno son severamente examinadas por la razon, como tambien interpretadas por las pasiones; toda la Union es conmovida por un solo interes, i la impresion de que todos pertenecen a una nacion se ajita vivamente. Por un momento se olvidan los intereses locales i una sola pulsacion vibra desde el Maine al Mississipi. Mi temor es que sin la repeticion de estas elecciones, pueblo de los diversos Estados llegaria rápidamente a mirar a los otros como estranjeros, i llevádolo insensiblemente a aflojar los lazos que ligan a una gran nacion. Las elecciones de miembros para el congreso no producen este efecto; porque aunque aquella asamblea es nacional, cada uno de sus miembros representa una seccion del pais. Solo el presidente deriva del poder del pueblo de toda a Union».

«En la eleccion que tuvo lugar en noviembre de 1839, se trajo a las mesas del escrutinio en Nueva York la cuestion de la moneda corriente. Las divisas de los partidos eran por una parte bancos i papel-moneda, i por la otra metálico, i una lei que proveyese de tesoreros en cada Estado. Estas son cuestiones sobre las cuales Adams Smith, Ricardo, Mac Culloch, i los mas profundos economistas han diferido en opinion. ¿Vuestra educacion os habilita para entenderlas i decidirlas? ¡No! I sin embargo vuestro pueblo obra, entienda o no entienda. Vota en favor de los sostenedores del papel, i el papel florece. Si sucede lo contrario, llevan al poder a los partidarios del metálico, i el papel i el crédito desaparecen. Hace el pueblo esperimentos. Pero ¡qué esperimentos! ¡Cuántos millares de individuos i de familias son arruinados por la violencia de cada cambio!»