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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de las comedias del segundo volumen de Montalbán

Sinopsis de Como amante y como honrada (edición de Paula Casariego Castiñeira)

Jornada primera

Después de un largo viaje desde Flandes, don Lope de Guzmán, que ha venido a Madrid para casarse con su prima doña Leonor, y su criado Martín, comentan su llegada a la posada y la fortuna del galán por su matrimonio, cuando topan con unos hombres luchando. Al ver a su amigo don Juan, Lope urge a su criado a ayudarle y, tras la pelea, el primero explica que la trifulca se debe a su amada, recién salida de un convento y avasallada por un caballero. En respuesta, Lope le confiesa que ha llegado para casarse con su prima, hija de don Luis de Guzmán, pero no puede decirle su nombre, pues el secreto importa dada la reciente muerte de sus padres. Los dos galanes, recelosos al creer que el otro está enamorado de su amada, ven interrumpida su conversación por don Pedro, tío de Lope, que viene a buscarlo. Todos se van.

En casa de doña Leonor y doña Ana, la primera le confiesa a la segunda que sabe de sus amores con Juan y que ha arreglado su matrimonio con su tío, pero será después del suyo con Lope, por lo que le pide que, como futura esposa y para evitar el hablar de las gentes, se comporte como tal. Ante esto, Ana se siente ofendida por el mérito que se atribuye Leonor en sus amores. Cuando esta se va, la criada Inés sale a felicitar a Ana por su nuevo estado, momento en que aparecen el criado Mendo y Juan, quien, tras los recelos recién levantados, viene a pedir explicaciones sobre el supuesto matrimonio de Ana, su amada, con Lope. Ana lo desengaña y le cuenta las novedades a solas: su hermana se enlazará con Lope y ellos dos después, pero entretanto no podrán verse para no dar que hablar. Ana se va, Inés comenta con Juan su nuevo enlace, pero éste debe marcharse porque Lope y don Pedro están llegando. Don Pedro manda a Inés que llame a sus sobrinas para dar la bienvenida a Lope, quien viene acompañado de Martín. Las damas salen, todos se saludan y acuerdan la boda de Lope y Leonor para esa misma noche, tras lo que Ana y don Pedro se van. Leonor le cuenta a Lope que, tras la muerte de sus padres, le estuvo esperando en un convento, del que salió ese mismo día. Por las sospechas de que su amada sea la de Juan, Lope decide retrasar la boda hasta el día siguiente y se va. Martín e Inés también abandonan el tablado. A solas y dolida, Leonor reflexiona y sale del escenario.

Jornada segunda

Dos meses después y cerca de la casa de las damas, salen al tablado Lope, quejándose en aparte del dolor que le provoca que Leonor no le ame, y Martín, que, intrigado por el pesar de su amo, le interroga sin resultado. Aparece Juan, quien expresa en aparte su contento por su futuro matrimonio, y, tras una tensa conversación con su amigo, los dos galanes se van juntos hacia palacio. Martín se encuentra con Inés y comentan el enredo: el criado asegura que su amo dilata la boda porque ama a Ana y, de paso, le confiesa su propio amor. Al salir al escenario la triste Leonor, Martín se va e Inés decide contarle el doloroso secreto. Muerta, Leonor se va acompañada de su criada.

Mientras salen al escenario, don Pedro y Lope hablan del retraso de la boda y, una vez satisfecho el tío, este se marcha. En ese momento aparece Ana y también aprovecha para pedirle explicaciones a Lope, conversación que Inés y Leonor escuchan a escondidas y malentienden. Tras irse el galán, Inés y Leonor se dejan ver, por lo que Ana decide aconsejar a su hermana que deje a Lope pese a perder su enlace con Juan, argumentación que Leonor considera una mentira y una maquinación en su contra. Dolida, Ana se marcha y, en medio de la reflexión de Leonor, salen al tablado Lope y Martín. Los criados dejan a solas a sus amos, quienes, tras una poco clara conversación sobre el retraso de la boda y sus sentimientos, se sienten engañados: Leonor cree que Lope ama a su hermana y este que su amada quiere a Juan. Sin entenderse, Lope abandona la escena y Leonor, resuelta, decide que le dará una lección de amor y honradez, tras lo que sale del escenario.

Jornada tercera

En su casa, Ana quiere compartir su dolor con Inés, quien, pese a estar entre la espada y la pared, se posiciona en aparte a favor de Leonor. Al salir Juan, Ana le reprocha el haber aparecido, pues, si lo viese su hermana, empeoraría su enfado. Mientras los dos enamorados se entristecen por el truncamiento de su futuro matrimonio, Leonor, acompañada de Inés, los ve escondida y juzga que Ana trata con desdén a Juan para librarse de él. Por ello, se muestra y, tras echar a su hermana y mandar a Inés que vaya a vigilar, le expone la situación a Juan: Ana y Lope los están engañando, pues se aman en secreto. La dama, destrozada, se marcha y aparece Lope. Ambos galanes, recelosos, se citan en la ermita de san Blas y, después de la marcha de Juan, sale don Pedro. Antes de irse, Lope aprovecha para decirle que no se casará con Leonor y sí con Ana, y se va. A solas, don Pedro se lamenta de su honor, pisoteado por juegos infantiles, y el de Leonor. A continuación, sale Leonor y don Pedro la informa de las novedades: Ana se casará con Lope. Tras la marcha de su tío, Leonor se lamenta, cuando sale Martín con la noticia de que los dos galanes se han retado a duelo en el campo, por lo que todos se encaminan allí.

En el campo, Juan y Lope se acaban de encontrar y, cuando van a iniciar su lucha, don Pedro y Martín los paran y salen las damas. Leonor se pone en medio y, como honrada, le pide a Juan que mate a Lope para salvar su propio honor y el de ella, pues Lope les traicionó a los dos al amar a Ana. Ahora bien, ya que como amante no podría soportar la muerte de su amado, se pone a su lado para morir juntos. Tras esta declaración, los jóvenes se dan cuenta de la enorme confusión, se disculpan y conciertan los matrimonios finales con el beneplácito de don Pedro: Lope y Leonor, Juan y Ana. Martín bromea sobre la posibilidad de casarse con Inés, opción que la criada no acepta porque en el pasado fue dama, y la comedia da fin.

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